La fotografía como afición y otras artes visuales

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El "puente" de final de enero - Canon EOS 650 + Lomography Color Negative 400

A mediados de enero, una compañera de trabajo me hizo una consulta. La novia de su hijo le había pasado una Canon Sure Shot Zoom, no puedo recordar el modelo exacto, para ver si se podía usar. Esta fue una gama de cámaras "compactas" para película tradicional que fue muy popular en los años 90, con numerosas declinaciones. Sus características principales era una fabricación sencilla, en plástico, policarbonatos, pero de razonable calidad, armadas por un objetivo zoom de amplitud variable, generalmente muy poco luminoso especialmente en el extremo de focal más larga. Flash incorporado, lectura de la sensibilidad por contactos DX y pocas posibilidades de intervención por parte del fotógrafo; todo muy automático. Era una de las variantes de las popularmente conocidas como "cámaras para tontos". Yo siempre he dicho que no hay cámaras para tontos, pero sí "tontos" con cámaras. Lo suyo era utilizar estas cámaras con una película con un mínimo de ISO 400 de sensibilidad; por la escasa luminosidad del objetivo, en toda su gama de focales, pero especialmente en el extremos largo. El problema es que habían intentado ponerla en marcha... y no iba. Me la trajo.

No pude hacer nada. La cámara, como casi todas las Canon desde finales de los 80 del siglo XX, tiene un sistema de carga automática, motorizada, como el avance de la película entre fotogramas, que se encarga de dejar la película en condiciones de ser expuesta, tras depositar el extremo de la lengüeta del rollo en una marca apropiada para el correcto funcionamiento de la cámara. Pero este ejemplar era incapaz por completo de enhebrar la película. Intentamos varios truquillos, pero fue en vano. Le dije a mi compañera que por el precio actual de estas cámaras, que la desechase apropiadamente, que se buscaran una de segunda mano si les hacía ilusión. Me agradeció el intento,... y me regaló el rollo de película que habíamos fracasado en cargar en la cámara.

El rollo en cuestión era un Lomography Color Negative 400. Con lo cual... cualquier cosa podía salir de ahí. Para empezar, porque nadie sabe exactamente qué tipo de película vende Lomography bajo sus marcas. En sus iteraciones más recientes, se dice que esta película negativa en color alguna vieja emulsión de Kodak de ISO 200 o 400, mínimamente actualizada. Se sabe que la versión en rollos de tipo 120 viene de China, pero no se sabe si la emulsión se fabrica allí, si simplemente se envasa allí, y si las emulsiones en rollos de 35 mm y tipo 120 son las mismas o diferentes. Pues eso. Lomography. Quien quiera consistencia en los resultados que busque en otra parte. Para los que gusten de sorpresas... quizá les convenga.

Cargué la película en la Canon EOS 650,... en esta ocasión sin problema alguno, a pesar de que con tanta manipulación la lengüeta del rollo estaba un tanto deformada, y en el último fin de semana de enero, me dediqué a hacer fotos con ella. Fue un fin de semana largo. Un "puente". El 29 de enero, que fue viernes en 2021, es festivo en Zaragoza. Y yo me cogí un día de fiesta el lunes 1 de febrero por motivos que hoy no vienen al caso.

El grueso de las fotos están hechas con el Tamron SP 35mm f1.8 Di VC USD, un objetivo con una ópitca muy buena, estabilizado, pero que con una cámara de hace más de 30 años, teóricamente compatibles, se lleva regular, y no funciona el enfoque automático. O por lo menos no funciona la mayor parte de las ocasiones. Tampoco me supuso mayor problema. La mayor parte de las fotos se hicieron en un paseo por los pinares de Venecia de Zaragoza, y en la caminata hasta la Cartuja Baja, en la que terminé el rollo antes de empezar a usar la Hasselblad 500CM.

En cuanto a los resultados... El rollo fue mandado a revelar en el mismo lote que el Kodak Ultramax 400 del que os hablaba hace unos días. Por lo tanto, se podría, hasta cierto punto, comparar las dos emulsiones de la misma sensibilidad nominal, negativos en color, y que se supone están elaboradas por el mismo fabricante. Es difícil comparar dos películas que se han usado en distintas condiciones. Parece que la granularidad de la Ultramax 400 es más discreta que la de la Lomography 400. Las diferencias en los colores pueden justificarse por la variabilidad del operador del laboratorio a la hora de escanear los negativos. Y este operador, de Carmencita Film Lab, me informó al remitirme los archivos escaneados, que había algunos fotogramas subexpuestos... pero no me especificó en qué rollo estaban. Así que tengo que esperar a que el transportista se digne en entregarme los negativos revelados para ver cuáles son y en qué circunstancias.

En general, los resultados no están mal. Como digo, los principales problemas que he observado con los productos "lomográficos" es de consistencia. Como nunca sabes exactamente con qué estas fotografiando, no puedes prever lo que va a salir. Otra cuestión es el precio. Por lo que veo en la web de la marca, estos rollos los venden en paquetes de tres unidades a un precio que supone algo más de nueve euros por rollo. Lo cual evidentemente es un sinsentido, pagar semejante cantidad por un producto de origen semidesconocido que no garantiza la consistencia de resultados como otras marcas más económicas y con unos controles de calidad mejor establecidos. Así que la cosa quedará como una anécdota del mes de enero de 2021.

Usando la Leica Minilux como cámara de apuntes; a principios de enero con Kodak Ultramax 400

Después de dedicar la mayor parte de los meses de noviembre y diciembre a llevar película negativa en color de sensibilidad media-baja, ISO 100, en las cámaras que uso para tomar apuntes fotográficos mientras me desplazo de un lado a otro de la ciudad, en el mes de enero decidí llevar algo más versatil, una sensibilidad menos apurada cuando empieza a fallar la luz. A principio del mes, me pasé por un comercio de Zaragoza donde todavía se puede comprar cierta variedad de emulsiones fotográficas, no exactamente las que más me gustarían, pero es lo que hay, y vi que tenían algunos paquetes de tres rollos de Kodak Ultramax 400. Así que me llevé uno.

Siempre me ha resultado un poco confuso el catálogo de películas de Kodak, por dos motivos. Uno, porque a lo largo de los años he conocido un montón de denominaciones distintas para sus emulsiones, y llega un momento en el que no sabes qué esta en catálogo y qué no. Otro, porque las emulsiones que se encuentran en catálogo tienen denominaciones muy diversas. Antaño, sabías que la gama de películas negativas en color no profesionales eran las Kodacolor Gold, y te limitabas a elegir la emulsión con la sensibilidad que preferías y ya está. Pero ahora... Un artículo en Casual Photophile me aclaró un poco el panorama. En ISO 100, la Kodak Pro Image 100 que he usado este invierno. Aunque se la denominada "professional", casi nadie la considera como tal. En ISO 200, dos emulsiones, la Kodak Gold 200 y la Kodak Color Plus 200. Las dos consideradas para principiantes y aficionados básicos. La segunda más barata y quizá menos nítida, más granulosa y más cálida que la primera, pero más fácil de encontrar en el comercio. Y en ISO 400, la Kodak Ultramax 400. Parece que han desaparecido las Gold 100 y 400.

Así que me pareció bien coger este trío de Ultramax 400. En los últimos años, cuando no quiero gastar en Portra 400, muy cara y no siempre disponible, he venido usando en esta sensibilidad considerada la más polivalente y todo terreno, la Fujifilm Superia Xtra 400. No está de más conocer las diversas posibilidades. Así que a principio de mes cargué el primero de los rollos de Kodak Ultramax 400 en la Leica Minilux. Y fui tirando de ella. La Minilux es una cámara que me gustaría que fuera un poco más pequeña, que tiene varias de las pejigueras que presentaban casi todas las cámaras compactas de su época, pero que tiene varias características que hacen de ella una cámara agradable de usar. Su objetivo de Summarit 40 mm f/2,4, la posibilidad de usar la cámara en prioridad a la apertura y con enfoque "manual", especialmente para enfocar por zonas o a la hiperfocal, y el compensador de exposición entre -2 y +2 por medios pasos, son los atributos que me gustan. No me gusta que el flash no pueda quedar permanentemente desactivado y que cada vez que apagas la cámara vuelve a ponerse en modo automático, disparándose cuando no quiero.

Las fotos las realicé entre el 8 y el 24 de enero, en modo bloc de apuntes fotográfico. Es decir, cámara en la mochila urbana... y cuando veía alguna escena que quería registrar como recordatorio, como nota, como apunte fotográfico,... foto. Sin más. Y desde este punto de vista, realmente la sensibilidad ISO 400 es más ventajosa que la ISO 100. Incluso tomé alguna foto en interiores. Como pega principal, en situaciones de luz abundante, prácticamente está siempre en f/16 y 1/400 segundo, que es su velocidad de obturación máxima. El revelado en Carmencita Film Lab presentaba un exceso de dominante amarilla, a pesar de solicitar un rendimiento neutro del color. Y aunque es fácil de corregir... es molesto. Quizá por el hecho de que las películas de Kodak tienen famas de presentar tonos cálidos, no las corrigen adecuadamente. Pero lo que en fotos realizadas en la sombra está bien, cuando hay cielos abiertos y estos no se ven azules si no algo entre el azul y el no sé muy bien que denominar... no está bien. Tendré que ponerles una nota la próxima vez, porque no es la primera vez que me pasa.

Hasselblad 500CM con el visor PM 51, esta vez con Fujifilm Neopan 100 Acros II

Cuando probé hace unos días mi nuevo visor de prisma con fotómetro incorporado PM 51 para el sistema Hasselblad V (lo de sistema V no se utilizó hasta la aparición del sistema H, antes era simplemente el sistema Hasselblad), me quedé con la duda de la precisión del fotómetro al caer en la desconfianza sobre el comportamiento general de la película que usé en ese momento, la Lomography Potsdam Kino 100. Aunque los negativos tenían información suficiente para aprovechar la imagen, quedaron muy poco densos, con aspecto más de cortos de revelado que de subexpuestos. Pero sin tener muy claro qué había pasado.

El 1 de febrero cogí un día de fiesta, y junto con dos amistades, nos pusimos nuestras zapatillas de caminar y nos hicimos una caminata de 15 kilómetros dentro del término municipal de Zaragoza. Seguimos en confinamiento perimetral por la pandemia de covid-19. Afortunadamente, los casi mil kilómetros cuadrados de término municipal, aunque muchos de ellos sean de paisaje árido, estepario, permiten rutas para caminar relativamente diversas. Yo cogí de nuevo la Hasselblad 500CM, le calcé el Distagon 50/4 C T* y le puse un rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros II. La emulsión japonesa es mucho más fiable que las Lomography, incluso si, o quizá porque, está fabricada por Ilford en el Reino Unido.

Hice algo que, a la larga o a la corta, quizá fuera un error. Cuando salí de casa, las condiciones de luz para fotografiar, sin ser óptimas, eran relativamente agradables. El día estaba soleado, pero con una luz no demasiado dura. Y para dar más empaque a los cielos, decidí colocar un filtro rojo sobre el objetivo. Con el 50 mm genera un poco de viñeteo mecánico, he venido observando. Y además, el seleccionar sólo una parte de las longitudes de onda de la luz visible, tal vez afecte a las medidas del fotómetro. Pero en ese momento no pensé en ello. De todos modos, las mediciones consistentemente fueron las adecuadas para las condiciones de luz menos los tres pasos de luz que se come el filtro rojo. No es un filtro de buena marca. Aunque eso se nota más en los eventuales destellos de luz inoportunos con las luz de frente que en la definición de la imagen.

También me encontré con que la luz evolucionó desfavorablemente, aunque quedó muy estable. Desfavorablemente, porque las ligera nubosidad que generaba una luz demasiado dura, pero que justificaba el filtro rojo para generar algo de contraste en los cielos, desapareció, dejando una luz realmente dura. Con un fuerte contraste que la película absorbe sin problema, por su buena latitud de exposición, pero que convirtió en banales la mayor parte de los motivos que yo llevaba en mente.

En cualquier caso, mis comprobaciones mientras caminaba, entre las medidas que me proponía el fotómetro del PM 51 y del Gossen Digisix que llevaba en el bolsillo, aunque luego los negativos me quedaron un poco más densos de lo que esperaba. Revelé la Fujifilm Acros II en Kodak HC-110 en dilución C (1+19) durante 5 minutos a 20 ºC, según propuesta encontrada en el Massive Development Chart de Digitaltruth. Fujifilm no ofrece información sobre el revelado con HC-110. Y Kodak sólo ofrece datos para sus propias películas. Ilford ofrece para su revelador Ilfotec HC una propuesta de 4,5 minutos a 20 ºC en dilución 1+31 con la película ajustada a IE 80. Así que igual me pasé de rosca con el revelado. Desgraciadamente no di en consultar los datos de Ilford hasta que vi que los negativos estaban más densos de lo previsto.

En fin,... que aunque los negativos son aprovechables, llevo una mala racha en la que ando desconcentrado por motivos diversos y eso se nota en mi forma de trabajar con la película, por lo que no acierto con la sistemática adecuada. No pienso con claridad. Volveré a ello... cuando tenga la cabeza más despejada. Ahora tengo pendiente de revelar un rollo de Acros II expuesto con la Leica Minilux... y no sé muy bien que hacer. Ya os lo contaré.

Los objetivos zoom no me entusiasman - Canon EOS 650 + Kodak Pro Image 100

Tercero y último de los rollos de película en color que expuse durante el mes de diciembre de 2020. En esta ocasión durante los últimos días del año, en los días de fiesta que me cogí entre el día de Navidad y el día de Nochevieja. Como me encontraba relajado y sin historias, en lugar de privilegiar, como de costumbre, un equipo competente pero que no me molestase por su peso y volumen en mis idas y venidas por la ciudad, opté por colocarle objetivos de focal variable y ver que tal. Pero lo cierto es que cada vez me convencen menos este tipo de objetivos. Me explicaré.

EF 24 - 105/4 con focales medias y cortas.

En un primer día, para airearme tras el día de Navidad, di un paseo amplio por el Parque Lineal del río Ebro en Zaragoza, en un día soleado, un poco ventoso. A la Canon EOS 650 le cargué un rollo de Kodak Pro Image 100, le acoplé el EF 24-105/4L IS USM, y aún introduje en la mochila también el EF 200/2,8L USM II. Mi artillería pesada de objetivos Canon con aro rojo. Aunque algunos los consideraran ya un poco "antiguos". Para mí, perfectamente válidos incluso con cámara digital de formato completo. Al menos, con los 26 megapíxeles de mi Canon EOS RP. No tengo experiencia con los más de 40 de otras cámaras.

EF 200/2,8 y EF 24 -105/4 con una focal larga.

El viento de aquel día hizo que enseguida me olvidase de usar el 200 mm a mano alzada. Y trípode no cogí; al fin y al cabo era un paseo. Aun lo intenté con algunas tomas junto al río Ebro... pero sin mucho convencimiento. Por lo tanto, me limité al zoom 24-105 mm. Que es un excelente objetivo en líneas generales, mucho mejor de lo que es considerado por algunos,... supongo que un poquito esnobs en el tema de las ópticas. Pero tampoco me encontré muy a gusto. Hace ya tiempo que considero que los objetivos de focal variable tienen para mí dos situaciones en las que son convenientes. En fotografía de naturaleza, porque permiten ajustar el encuadre cuando tienes una movilidad limitada por el terreno, y quieres controlar antes de la toma lo que entra y lo que no en la composición. Con el equipo micro cuatro tercios, cuando llueve y hace mal tiempo, la combinación de la Lumix G9 y el Olympus 12-40/2,8 se puede usar sin miedo a que nada se estropee por el agua. Pero es una combinación apreciablemente más ligera y manejable que una cámara canon EOS con el 24-105 mm, que también tiene cierta resistencia a las inclemencias del tiempo. Fuera de estas situaciones, me siento mucho más feliz con un objetivo de focal fija.

EF 24 - 105/4 con focales medias y cortas.

Un par de días más tarde, volvía a salir con la cámara por la ciudad, pero en esta ocasión con ganas de experimentar. Tengo un objetivo que compré cuando usaba las Canon EOS de sensor APS-C, el Tokina 12-24/4, que me permitía tener un amplio abanico de focales grandes angulares. No iba mal. Habrá otras soluciones más prestigiosas y especialmente con mejor rendimiento en las esquinas a grandes aperturas, pero a diafragmas medios, f/8 por ejemplo, los resultados eran buenos, con colores agradables y buen contraste general. El caso es que, aunque está pensado para el sensor APS-C, por encima de los 18 mm de focal y hasta los 24 mm, cubre el formato completo de 24 x 36 mm. Como el fotograma tradicional de película de 35 mm. Y decidí probar a ver que tal.

Tokina 12 - 24/4 con focales superiores a 18 mm.

Cuando uno ve el fotograma escaneado a una resolución de unos 18-19 megapíxeles, que es como me llegó desde Carmencita Film Lab, no hace falta ser un genio para darse cuenta que, aunque a partir de esos 18 mm de focal cubra la totalidad del fotograma, el rendimiento en las esquinas es regular con aperturas muy abiertas y justito en las apertura medias. Con película tradicional, dada la naturaleza del medio, el viñeteado siempre es menos marcado que en digital, y se nota. Pero no necesariamente de forma negativa. En ocasiones contribuye a centrar la visión en el motivo principal.

Tokina 12 - 24/4 con focales superiores a 18 mm.

En realidad, como ya sabía, no soy persona que disfrute del uso de objetivos de focal variable, especialmente si son pesadas y voluminosas, salvo en las circunstancias que he indicado anteriormente. Soy de los que opina, o al menos es válido para mí mismo, que la focal fija obliga a concentrarte más en la composición y en caminar un poquito en torno al sujeto a fotografiar para encontrar el encuadre adecuado. Y que una limitación en los medios físicos, suele obligar a una mayor creatividad y a una mayor libertad del intelecto. Lo cual, en fotografía, puede ser una buena cosa. Lo que sí es bueno saber es que dispongo de un recurso, que quizá use poco, pero que si quiero usar una focal muy amplia, aunque sea sacrificando un poquito de calidad, lo puedo hacer y obtener una fotografía que todavía puede ser significativa.

Tokina 12 - 24/4 con focales superiores a 18 mm.

Visor a 45 º con fotómetro PM 51 para Hasselblad V

Encuadrar con una Hasselblad V, las clásicas, cuando haces una foto con su visor de capuchó, con la cámara en la cintura, mirando desde arriba, y obtener el aspecto característico de los paisajes urbanos o retratos tomados desde esa altura (también se obtienen muy bien con las Rolleiflex clásicas) es muy molón. Muy enrollado. Y además, con una cámara como las Hasselblad que pesa y abulta lo suyo... hace que sea más compacta. Pero es algo que presenta algunos inconvenientes. La foto la ves invertida lateralmente, es algo a lo que te acostumbras, pero no resulta intuitivo, y cuando vas cumpliendo años, a la hora de enfocar, incluso con la ayuda de la lupa incorporada, la cosa se pone complicada. Especialmente si le pones filtros al objetivo.

La 500CM con el visor ucraniano de las Kiev a la izquierda y con el PM 51 a la derecha. Sí, es más voluminoso. Pero más adecuado a la estética de la cámara.

Al poco tiempo de empezar con el sistema Hasselblad me hice con un visor ucraniano, de las Kiev, clones soviéticos de las Hasselblad, que se podía acoplar sin problemas al sistema de visores de las cámaras suecas. No está mal. Se puede encuadrar con la imagen sin problemas de lateralidad y ganas algo en precisión al enfocar. Pero el chisme es feo de narices. No muy abultado, eso es una ventaja, pero la ganancia en luminosidad y confort al enfocar es apreciable, pero limitada. Por supuesto, a todo esto, seguimos dependiendo de un fotómetro externo o de nuestra capacidad de evaluar a ojo las condiciones de luz para determinar la exposición.

Planar 80/2,8 CF T*

Después de estudiar un poco el tema durante un tiempo, valorar alternativas y analizar precios en el mercado de segunda mano, me puse a seguir las ofertas de visores Hasselblad con fotómetro incorporado. En concreto aquellos que ofrecen un ángulo de visión de 45 º y llevan un fotómetro incorporado. Cuestan su dinero. Especialmente si están en buen estado. Y si uno se ha de gastar un dinero quiere ciertas garantías.

Planar 80/2,8 CF T*

Nunca he tenido malas experiencias comprando por eBay. Pero algo he comprobado en los últimos años. Los vendedores japoneses suelen ser más baratos, a veces apreciablemente más baratos, y son muy honestos a la hora de describir el estado de sus productos. Más que los vendedores europeos. Si dicen que el estado del producto es "mint", en Europa significará, según mi experiencia, que está en bastante buen estado. Pero en un vendedor japones, que realmente está prácticamente como nuevo. Esto no es una regla absoluta. En ambos ambitos geográfico habrá gente más honesta y menos honesta, pero estoy describiendo mi experiencia como promedio. Por supuesto está la cuestión del paso de aduanas, que puede equilibrar el tema monetario. Pero aun así, de promedio, suele salir ventajoso, aunque sea por poco. Y si lo envían por correo es más probable que pase la aduana sin cargos que si lo envían por una mensajería del tipo FEDEX o similar.

Planar 80/2,8 CF T*

Por ello, cuando vi una oferta de un visor PM 51 por un precio entre 120 y 150 euros más barata de lo que ofrecían vendedores europeos, remitida desde Yokohama, en estado "como nuevo", supe que era una buena oportunidad. Y que incluso si la paraban en aduanas, cosa probable porque la mandaban por mensajería, aun me ahorraría 50 o 70 euros. Como así fue.

Planar 80/2,8 CF T*

En cuanto me llegó, comprobé que efectivamente estaba absolutamente impecable. En su cajita y sin ninguna señal estética por mínima que fuera. Venía sin pilas, y eso pareció un problema inicialmente, porque el tipo de pila, 4LR44, de 6 V, no es fácil de encontrar ya en tiendas. En principio, si le ponía 4 pilas tipo LR44, que sí que son fáciles de encontrar podría valer. Pero tengo la experiencia con la Minox 35 GT-E cuyas dos pilas CR1/3N se podrían sustituir también por 4 LR44, en realidad no funciona bien. Hay un juego en el compartimento de las pilas que hace que no hagan bien el contacto. También es cierto que las LR44 son alcalinas y las CR1/3N son de litio... y eso puede influir. En cualquier caso, decidí probar,... y de momento funciona sin problemas con las cuatro LR44.

Distagon 50/4 C T*, filtro rojo.

Para probar el visor, especialmente el fotómetro incorporado, decidí usar los dos rollos de Lomography Potsdam Kino 100 que me quedaban del regalo de rollos de película que me hicieron hace año y medio cuando volvimos de Alemania. Esto fue un error. Debería haber usado algún rollo de Ilford, cuya respuesta conozco bien, en lugar de estas películas de orígenes insólitos y a veces incógnitos y cuya respuesta y calidad de envasado varía demasiado, a pesar de que no son baratas. Reveladas durante 6 minutos a 20 ºC en Kodak HC-110 dilución E (1+47), los negativos me quedaron con poca densidad. Y dado que los números de testigo de la emulsión en los laterales estaban también poco densos, tengo la sensación de que fue un problema de insuficiente revelado.

Distagon 50/4 C T*, sin filtro rojo.

En cualquier caso, podemos decir dos cosas. El fotómetro del visor, que ofrece valores EV que hay que transportar a la escala de los mismos que llevan los objetivos de las Hasselblad, y luego eliges para cada valor EV la combinación de diafragma y velocidad de obturación que te conviene, eran coherentes y concordantes con los datos que obtenía con mi Gossen Digisix de mano. Por otro lado, el visor ofrece una imagen muy limpia y muy clara. Y para mis ojos ya no tan jóvenes, muy capaces en las distancias largas, mi óptica se sorprende siempre con mi agudeza visual, para enfocar en las cortas distancias es mucho más cómodo.

Advertir de un par de cosas más en estas mis primeras experiencias con el visor. La primera es que el manual del visor te advierte que si no tienes una pantalla de enfoque Acute-Matte, más moderna y brillante, hay que ajustar el fotómetro a una sensibilidad superior para compensar la falta de brillantez de la pantalla. En mi caso, con una veterana 500CM, no tengo una Acute-Matte, y en lugar de ajustar a IE 100, ajusté a IE 200. Una duda que me ha quedado es que igual el anterior dueño de la cámara le cambió la pantalla de enfoque, si que es una de las brillantes y por eso me han quedado los negativos poco densos. Pero tiendo a pensar que es un problema de insuficiencia de revelado. No creo que sea una pantalla de enfoque de las chachis.

Distagon 50/4 C T*, filtro rojo.

La segunda es que usé dos objetivos distintos. Al ajustar el fotómetro de la cámara hay que indicarle dos valores. La sensibilidad de la película (ajustada o no según la pantalla de enfoque) y el valor máximo de la apertura del objetivo. Es decir, que si usas dos objetivos con distinta luminosidad, un Planar 80/2,8 y un Distagon 50/4, por poner una pareja clásica, cada vez que cambias el objetivo tienes que reajustar el fotómetro. Yo hice un rollo con el 80 mm, sin aditivos en el objetivo, y otro rollo con el 50 mm, con un filtro rojo en buena parte de las fotos, para aumentar el contraste y para comprobar qué tal se veía a través del visor. En general, puedo considerar la experiencia positiva.

Distagon 50/4 C T*, filtro rojo.