La fotografía como afición y otras artes visuales

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En Oporto (y más) con Pentax MX + Ilford HP5 Plus 400

En la segunda quincena de septiembre he tenido la oportunidad de disfrutar de la segunda mitad de mis vacaciones reglamentarias. Hoy estoy todavía de vacaciones, mi último día. Y de la misma forma que en agosto tuve que improvisar un viaje, a la isla de la Palma en Canarias, en esta ocasión improvisé cuatro días antes de salir un viaje, una estancia en Oporto, Portugal, de seis noches. Lo suficiente para visitar a fondo la bella ciudad portuguesa en el estuario del Duero y visitar algunas otras, a tiro de tren de cercanías o regional, como Guimaraes o Aveiro... o alguna otra. No hubo otra, las tres mencionadas.

Fotográficamente, el planteamiento inicial fue similar al que hice para la isla de la Palma. Un equipo digital principal y una cámara con película en blanco y negro como secundaria. En ámbitos fundamentalmente urbanos me gusta viajar ligero y con una bolsa o mochila discreta. Por ello, opté por la Panasonic Lumix GX9 con dos ópticas fijas, el Leica DG Sumilux 15/1,7 ASPH y el Olympus M.Zuiko Digital 45/1,8, así como el objetivo de focal variable supercompacto Lumix G Vario 12-32/3,5-5,6 ASPH. El conjunto ocupa muy poquito y es ligero. Como cámara con película negativa en blanco y negro me volví a llevar la Pentax MX y el SMC-M 50/1,4. Pero añadí un objetivo angular, el SMC-M 28/3,5, y en lugar de Ilford XP2 Super 400 opté por seis rollos de Ilford HP5 Plus 400. Para viajar prefiero la XP2,... pero como todo fue muy improvisado y repentino, no tuve tiempo de aprovisionarme de suficiente cantidad de película de este tipo. Así que cogí la que tenía. Luego veremos los inconvenientes de la HP5 Plus que, por otra parte, es una excelente película.

Pero cuando llevaba ya varios días de viaje, en Aveiro, me sucedió la desgracia. A la hora de tomar un autobús en esta ciudad portuguesa para dirigirme a ver las casas pintadas de Costa Nova y la Praia da Barra, todo ello en la ría de Aveiro, me hice un lío con el móvil, la mochila, la mascarilla obligatoria en los transportes públicos y la Lumix GX9 y esta última, con el 15 mm, se quedó olvidada en el banco de la parada del autobús. Y ya no la he vuelto a ver. Ni a la cámara con el objetivo, ni las muchas fotos de Oporto y Guimaraes que llevaba en su tarjeta de memoria. Así que la cámara "secundaria", la Pentax MX, se convirtió en principal. Y el último día de viaje efectivo, en lugar de hacer una excursión a algún otro sitio, me quedé en Oporto, "recuperando" algunas fotos entre la MX y el iPhone 7, que se convirtió en mi segunda cámara.

Centrémonos en la experiencia de fotografía con la Pentax MX y la HP5 Plus. Además de los dos objetivos, 28 mm y 50 mm, me llevé tres filtros. Un Hoya gris neutro de 6 pasos de disminución de la luminosidad, y dos Heliopan, uno amarillo nº 8 y otro rojo nº 25. Sólo he usado los dos últimos. El amarillo casi siempre. El rojo, en ocasiones.

La película Ilford HP5 Plus 400 la expuse a un índice de exposición de 320, y la revelé en Kodak HC-110 con los tiempos recomendados para un IE de 400. El primer lote de cuatro películas, con el agua corriendo a 21 ºC, durante 6 minutos y 45 segundos, con una dilución E (1+47). El segundo lote de dos películas, con el agua corriendo a 20 ºC, durante 7 minutos y 30 segundos, a la misma dilución. No hay diferencias apreciables en el resultado final entre los dos lotes de revelado.

Siempre he presumido de que la Pentax MX tiene un fotómetro muy competente a la hora de utilizarlo para mediar la luz. Sin embargo, la impresión general es que la mayoría de los negativos están subexpuestos. Es una impresión que tuve durante el viaje. Si aplicabas la famosa regla del "tiempo soleado, f/16 y velocidad de obturación la inversa del índice de exposición", parecía que siempre me daba un paso de subexposición. Pero como nunca había tenido problemas de exposición con la cámara, seguí haciendo caso a las indicaciones del fotómetro. Sólo durante mi visita a Aveiro decidí usar el fotómetro de mano Gossen Digisix que había echado en la mochila. Es muy pequeñito y ligero. Y competente, tanto para medir luz incidente como reflejada. Si sabes como medir, claro. Desgraciadamente, la batería del fotómetro murió, y seguí confiando, durante el día restante, en el de la cámara.

Me pregunto si el fotómetro de la cámara se ve muy afectado por el color de los filtros y por ello da una información que induce una subexposición en el negativo. No lo sé. Tendré que hacer pruebas. El filtro amarillo tiene un factor de pérdida de luz de ⅔ de paso y el filtro amarillo de 3 pasos. Un paso supone doblar el tiempo de exposición o abrir un paso de diafragma. ⅔ de paso es aproximadamente multiplicar el tiempo de exposición por 1,5 lo cual no se puede hacer con la Pentax MX que tiene una escala de velocidades de obturación de pasos enteros, o abrir medio paso el diafragma, que es una aproximación razonable. Estos sí se puede hacer en los objetivos SMC-M de Pentax. 3 pasos es multiplicar por ocho el tiempo de exposición o abrir tres pasos de diafragma. Salvo en alguna fotografía de interiores, o cuando usaba el filtro rojo, siempre he llevado puesto el filtro amarillo.

Me diréis, y en la isla de la Palma, donde también fuiste con la Pentax MX... no hubo subexposición. Pues la cosa está en que la Ilford XP2 Super 400 siempre la expongo a IE 200 o IE 100, depende de la luz que haya, para obtener un grano más fino. Y del laboratorio donde la revelaron, me dijeron que todo estaba bien. Pero no he recibido todavía de vuelta los negativos. En cualquier caso, la Ilford HP5 Plus 400 tiene dos características importantes. Una, es que tiene una latitud de exposición muy amplia. No sé de cuantos pasos exactamente, pero muy amplia. Dos, que tiene una curva característica con una pendiente muy suave, es decir, que es muy poco contrastada. Eso hace que estos errores de exposición se los meriende sin problemas, y no tenga problemas de pérdida de información en las sombras. El principal efecto secundario es que el grano es algo más marcado que si estuvieran correctamente expuestos.

En general, los resultados son buenos, dadas las circunstancias explicadas. Aunque el rendimiento ofrecido depende un poco de los gustos de cada cual. Es curioso que siendo una película de ISO 400, la HP5 Plus 400 se luzca en las horas centrales del día soleado, en la que su suave contraste ayuda a matizar el fuerte contaste de la luz natural. Sin embargo, en tiempo nublado y luz muy suave, los resultados quedan un poco apagados para mi gusto. En un proceso mixto, químico-digital, la corrección del contraste en el procesado digital lleva a un aumento de la visibilidad del grano. Así pues, prefiero para los viajes, cuando no puedo seleccionar con antelación la película que usaré en cada momento, la XP2 Super 400, que me da un contraste mayor y unas fotos más vistosas. Es cierto que en horas centrales del día con abundante luz de sol y sombras profundas puede estar en sus límites... pero en general, prefiero sus resultados generales.

Y esto es lo que os tenía que contar sobre este viaje y esta experiencia fotográfica.

Una variedad de objetivos y adaptadores sobre la Canon EOS RP

Con el paso de los días desde que me llegó la pequeña Canon EOS RP, con un sensor de los que se han dado en llamar "formato completo" o "full format" (siempre me parece irónico, porque este era el formato pequeño en película fotográfica), lo he ido probando con distintos objetivos de los que tengo con montura Canon EF, que deben acoplarse con el adaptador que trae la cámara de serie de montura EF a RF, o con otras monturas, con otros adaptadores. Os cuento un poco.

Objetivos nativos con montura EF

Probé brevemente desde el balcón de casa el EF 200/2,8L USM, con o sin el multiplicador de focal x2. Funciona bien. Sin problemas. Como con la Canon EOS 5D Mark II o mejor, por el sistema de enfoque más avanzado de la nueva cámara. No subo ninguna foto, porque las que hice son una sosada, desde el balcón, como digo.

Más curiosidad me producía el EF 70-210/3,5-4,5 USM. Este objetivo, en los años 90, nada de fotografía digital para el gran público todavía, sólo película fotográfica, tenía buena reputación. Eso sí. Cuando lo usabas a su máxima apertura, viñeteaba mucho. Y había un marcado diferencial de calidad entre las máximas aperturas y las aperturas medias como el f8 o el f/11, su punto óptimo. Nunca ha sido idóneo para su uso a plena apertura como los teleobjetivos, mucho más prestigiosos de la serie L, con vidrios especiales en su diseño de baja dispersión.

EF 70-210 mm

No obstante, desde mi primera réflex digital, la Canon EOS D60, a esas aperturas medias, se ha mostrado como un objetivo razonablemente competente. Contrastado y suficientemente nítido. Seguramente menos que objetivos más modernos y caros. Seguro. Pero utilizable. Conforme los sensores de las cámaras subieron de resolución y de tamaño, el principal problema con este objetivo es la aberración cromática y los halos de colores en los bordes más contrastados de la imagen. Nada catastrófico. Con Affinity Photo los elimino con facilidad. Además cuenta con un perfil propio para esta óptica. Lo dicho. Utilizable. Pero ni tiene la calidad ni la velocidad ni la comodidad de uso de un teleobjetivo de la serie L.

EF 70-210 mm

También me producían curiosidad mis dos f1,8, el 85 mm y el 28 mm. El EF 85/1,8 USM siempre ha tenido buena prensa, y realmente tiene una relación calidad-precio imbatible. Aunque a veces preferiría tener su hermano casi gemelo el EF 100/2 USM. Pero lo compré de segunda mano por muy buen precio y no me quejo. No incluyo fotos, porque lo probé haciendo retratos a una persona que prefiere no salir en internet o en las redes sociales. Pero bien, oye. Por supuesto, seguramente no tanta calidad como los objetivos más modernos de la misma focal, pero la mayor parte de las personas que van a ver las fotos no van a diferenciar esas diferencias de calidad. Especialmente a las ampliaciones más frecuentes. Y no digamos si las fotos son para internet. Tontería tener un objetivo más caro.

EF 28 mm

El EF 28/1,8 USM lo compré de segunda mano cuando resultó hace ya años que el Sigma con la misma focal y luminosidad que tenía, y tengo, no funcionaba con las Canon EOS posteriores a la EOS 10D. El Canon es mejor que el Sigma. Pero a pesar de todo, aunque utilizable si diafragmas a f8 o similares, siempre ha dejado que desear con las cámaras digitales. Los diseños antiguos, de los años 90, siempre han salido perdiendo más en los angulares que en los normales o en los teleobjetivos. Se puede usar, pero prefiero apañarme con el Tamron 35/1,8 si necesito la luminosidad o con el EF 24-105/4 si necesito la focal. Ambos los probé en artículos anteriores sobre la cámara. La única ventaja sobre los anteriores es que abulta y pesa mucho menos.

EF 28 mm

Objetivos con montura Pentax K

La verdad sea dicha, aunque he tonteado estos días con varios de los objetivos que tengo con montura Pentax K, que habitualmente uso con mi fiel Pentax MX, sólo había uno de ellos que me interesara realmente. Y ese es el Pentax SMC-A 100/4 Macro. Este objetivo ya lo he usado bastante con cámaras digitales, aunque es un objetivo como poco de los años 80 del siglo XX, y con bastante buenos resultados. No es tan nítido como el Panasonic Leica Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS que uso con la Lumix G9, pero los resultados son bastante razonables, y cubre el formato de la Canon EOS RP.

Pentax 100 mm Macro con recorte x1,6

Lo probé en la rosaleda del Parque Grande de Zaragoza, aunque a estas alturas del año, las flores andan ya bastante marchitas. Fue dos días. El primero cometí el error, como contaba con la visita al Museo Pablo Gargallo con el Tamron 35 mm, de dejar la cámara en la tonta configuración x1,6. Resultado, fotos con un recorte tipo APS-C y sólo 10 megapíxeles de resolución. Además, había muy poquita luz, y al no estar estabilizado el conjunto, ni cámara ni objetivo, tuve que subir de sensibilidad. Que no quedó mal, pero bueno.

Así que ya con más luz, aunque no necesariamente mejor, con toda la resolución aprovechable del sensor de imagen, y con tranquilidad, pasé un rato de un domingo por la mañana haciendo fotos en el parque. Con el sistema de resalte de bordes para ayudar en el enfoque, los resultados no están nada mal. Con un trípode y sin disparar a mano alzada, los resultados aun serían mejores. Pero vamos, que teniendo en cuenta que para este uso no necesito un objetivo dedicado de enfoque automático para nada. Aunque eso sí, con la Lumix G9, estabilizada, el PanaLeica 45 mm, estabilizado, es más cómodo hacer macro. De flores. Para los bichos, por la distancia de enfoque igual es mejor usar la Canon EOS RP con el 100 mm de Pentax.

Otros objetivos con otras monturas

Tengo un Olympus G-Zuiko 21/3,5 Auto-W con la montura Olympus OM cambiada por una Canon EF. La montura venía incluida con un chip Dandelion, que teóricamente se puede programar para informar a la cámara de la focal del objetivo y de su apertura máxima. Nunca lo conseguí. Pero con tal de usar el modo de enfoque continuo, lo he usado de vez en cuando con la Canon EOS 5D Mark II con resultados razonables. Para ser un objetivo de los años 70. Lamentablemente, colocado sobre el adaptador de montura EF a RF, tan apenas he conseguido disparar la EOS RP, por lo que no he podido probarlo.

Carl Zeiss Jena Tessar 50 mm

Unos días más tarde monté el Carl Zeiss Jena Tessar 50/2,8 de montura M42, con un adaptador de esta montura a EF, y luego sobre el adaptador EF-RF. Ese adaptador M42-EF también tiene el chip Dandelion. Y adivinad,... tampoco conseguí que disparara. Ese chip maldito interfiere y no va. Porque aquí viene lo gracioso, si coges el Tessar de la antigua RDA, lo pones sobre un adaptador de montura M42 a Pentax K, y luego sobre el adaptador de montura Pentax K a RF... sin ningún tipo de chip por el medio... entonces sí que funciona. Sin mayor problema. No creo que lo use mucho. Primero, porque la calidad de imagen es limitada. Segundo, porque con las dos monturas seguidas tiene juego y tembleque. No queda muy firmemente montado. Pero como tiene una distancia de enfoque muy favorable para un 50 mm, os dejo un par de flores en aproximación para que veáis que es factible su uso. Y supongo que el del resto de objetivos M42 que tengo. Pero que uso sobretodo con película fotográfica, con el adaptador que aquí no funciona, sobre la Canon EOS 650 de hace 33 años.

Carl Zeiss Jena Tessar 50 mm

Viajando por la isla de la Palma con Pentax MX + Ilford XP2 Super 400 (además del equipo digital)

En la segunda mitad del mes de agosto de este atribulado año 2020 pude disfrutar de parte de mis vacaciones reglamentarias. En estos momentos, vuelvo a estar de vacaciones para terminarlas el 30 de septiembre. Con alguna tribulación que otra, pero también con un poquito de suerte en estos tiempos de incertidumbre, pude montarme un viaje, una estancia de siete noches en la isla de la Palma, Canarias. Un lugar precioso, lleno de buenos motivos fotográficos, aunque una climatología adversa, por el calor, y el riesgo de incendios forestales me impidieran disfrutar la isla plenamente.

Como de costumbre en mis vacaciones, llevé un equipo fotográfico "principal" digital. Mi fiable y eficaz Panasonic Lumix G9 con varios objetivos intercambiables que cubrían una razonable gama de focales y algunos filtros y un pequeño trípode para paisajes. También me llevé la pequeña Fujifilm XF10 como respaldo... pero no la usé.

Pero, como vengo haciendo siempre que puedo últimamente, también me llevé una cámara para película tradicional. Normalmente, cuando llevo un equipo digital amplio, suelo llevar una cámara compacta. Pero en esta ocasión decidí llevarme una cámara en la que confío mucho, la Pentax MX. Eso sí, con un único objetivo, el SMC-M 50 mm f/1,4, que proporciona una excelente calidad de imagen. La cámara, para ser una réflex de objetivos intercambiables, es de lo más pequeño y compacto que se puede conseguir, sin sacrificar nada en absoluto en calidad de construcción y fiabilidad. Además, tiene un fotómetro muy fiable.

Como material sensible, opté por cuatro rollos de Ilford XP2 Super 400. Esta película en blanco y negro tiene la peculiaridad de que no se revela en los químicos habituales de las película en blanco y negro, sino que por la estructura de su emulsión sensible, de tipo cromogénica, se revela en proceso C-41, como los negativos en color. La remití para revelar a Carmencita Film Lab, donde solicité un escaneado de muy alta resolución. Cada archivo tiene un tamaño de 7673 x 5118 píxeles, o sea, aproximadamente 39,3 megapíxeles.

La XP2 Super tiene una sensibilidad nominal ISO 400, pero el fabricante nos dice que se puede exponer con buenos resultados a índices de exposición IE 50 - 800, sin necesidad de variar los tiempos de revelado. Cuando más bajo el índice de exposición, más denso el negativo, y más fino es el grano. Yo encuentro el punto más adecuado en un IE 200. Y suele ir bien.

En general, la XP2 Super 400 da un aspecto al negativo distinto al de las películas tradicionales. El grano en estas últimas tiene un aspecto uniforme en toda la superficie del negativo, independientemente de que sea más fácil notarlo en zonas con tonos uniformes y poca textura. La XP2 Super tiene un grano que cambia con la densidad de cada zona del negativo, pasando inadvertido por completo en las luces y notándose más en las sombras, independientemente de la textura de lo fotografiado. Por ello, un cierto grado de sobreexposición le sienta bien.

Según esto, ¿por qué no exponer siempre que se pueda a los índices de exposición más bajos que sean posibles? En mi experiencia, porque siendo una película bastante contrastada, si una escena muy luminosa es muy contratada de por sí, existe un riesgo considerable de bloquear las luces. Por ello, prefiero mantenerme en ese IE 200. En este viaje en concreto, he tenido iluminaciones naturales muy muy contrastadas, y me he encontrado por primera vez en el límite de un uso cómodo de este material sensible. De haberlo pensado mejor, igual hubiera optado por la Ilford HP5 Plus 400, con un contraste mucho más moderado. Aunque también con un grano más apreciable en general.

Si puedo, en los próximos días volveré a salir de viaje. No sé dónde todavía. Y probablemente me volveré a lleva algunos rollos de película. No creo que sean XP2 Super 400. No voy a tener tiempo de aprovisionarme. En Zaragoza, es posible encontrarla cualquier día, pero no necesariamente en la presentación adecuada y en las cantidades adecuadas. Como tengo un almacenada en el frigo una cantidad apreciable de HP5 Plus 400, me llevaré esa película. Y espero contároslo en algún momento del mes de octubre.

Canon EF 50/1,4 USM sobre Canon EOS RP; la óptica que cayó en desgracia

Hasta que Canon se puso las pilas con los nuevos diseños en objetivos con carácter telecéntrico para llevarse bien con los nuevos sensores digitales abundantemente poblados de píxeles, el objetivo estándar, el 50 mm, se declinaba en la marca nipona entres variantes:

El popular nifty fifty, EF 50/1,8, todo de plástico, barato, con unas prestaciones ópticas muy decentes y muy recomendado de toda la vida. Yo tengo uno de la primera generación, que duró poco, con escala de distancia de enfoque y montura de metal. El problema de las dos generaciones de este objetivo es que el motor de enfoque no era ultrasónico, era ruidoso, y no permitía la corrección del enfoque sobre la marcha. Fue sustituido hace unos añitos por un objetivo no muy diferente en prestaciones ópticas, pero actualizado en su motorización, STM, y construcción.

El EF 50/1,4 USM, del que hablaré hoy, que aumentaba la luminosidad del anterior, tenían una construcción en policarbonato más sólida y elegante, y un motor ultrasónico que permitía el reenfoque manual sobre la marcha. Más caro, pero con precios razonables.

El EF 50/1,2L USM, incluso un predecesor 50/1,0L, que era el objetivo de prestigio, con vidrios especiales y muy orientado a los profesionales del retrato. Muy enorme y muy caro. Hubo varias versiones que se sigue declinando, ya muy orientadas a la toma digital. Todavía más grandes y más caros.

De estos tres objetivos, el f1,8 y el f1,2 han tenido siempre una prensa excelente. Y siempre han sido recomendados a los usuarios de cámaras Canon EOS, tanto para entusiastas como para profesionales. Pero el f1,4, en un momento dado cayó en desgracia. Hará como hace unos 10 años o así. Quizá un poco menos. En cualquier caso, después de la aparición de la aparición de la Canon EOS 5D Mark II, fue perdiendo adeptos. Los otros no. Este sí. De repente no valía. Se lo he oído decir a mucha gente. Y a no pocos voceros con canales en Youtube y en otras plataformas sociales.

Yo tengo uno. Que compré muy bien de precio, en excelentes condiciones, de segunda mano. Una y otra vez he comprobado dos cosas. Que ya se habían dicho en todas las revisiones de este óptica previas al 2009 o 2010. A igualdad de apertura, tiene como mínimo la misma calidad óptica que el 50/1,8. Como mínimo. En su apertura máxima es casi un paso más luminoso. Tiene el motor USM que permite el ajuste fino manual del enfoque sin necesidad de dejar el modo AF. Tiene escala de distancia de enfoques. Es silencioso. La montura es de metal, sólida. No se estropea con facilidad con golpes frontales sobre el grupo óptico, como sucede con el f1,8, cuyo bloque de lentes está sujeto a la helicoidal de enfoque por tres finos puntos de sujeción que se rompen con facilidad. La calidad global de construcción es superior. Su precio es varios ordenes menor que los objetivos f1,4 actuales. Es algo más caro que el f1,8, pero no desmesuradamente más caro, especialmente las versiones de segunda mano en buen estado. ¿Alguien me puede explicar porque el 50/1,8 tiene tan buena fama y este 50/1,4, todavía en catálogo, no?

No me lo explico. He escuchado a un fotógrafo de paisajes, muy seguido en Youtube, que suele fotografiar a aperturas de f8 o f11 despreciarlo por sus características a f1,4...¡¡¡??? Vamos a ver. Ciertamente, su diseño viene de principios de los años 90, y es un diseño típico similar, como tanto 50 en el siglo XX a los Planar de Carl Zeiss. Estos diseños tienen limitaciones en fotografía digital. Pero no necesariamente son inútiles por ello. Lo mismo le pasa al Canon EF 50/1,8 que tanto gusta. El principal problema es que a su apertura máxima, su contraste es bajo y no las esquinas pierden nitidez. Aunque en retrato, principal aplicación de esta focal y apertura tradicionalmente, esto tiene una importancia secundaria. En lo que es mi experiencia, desde que diafragmamos a f4, posiblemente a f2,8, y de hay en adelante hasta que a f16 empieza a notarse la difracción, es un objetivo muy muy muy útil, aunque seguramente pasará dificultades para resolver los modernos sensores de más de 45 megapíxeles. Pero cuando nos movemos en el formato completo en torno a los 24 megapíxeles, unos cuantos arriba o abajo, nunca le he visto mayor problema.

Con la llegada reciente a mis manos de la Canon EOS RP, salí una tarde a probar que tal. Enfoca perfectamente y con rapidez. Para el pequeño tamaño de la cámara, ofrece una solución más equilibrada que los modernos, enormes y carísimos 50 mm dedicados a la montura RF, incluso contando en el adaptador de montura EF a RF. Y tiene los mismos pros y contras que he señalado antes.

Las fotografías de hoy están tomadas entre las 7:30 y las 8:15 de la tarde. La apertura más cerrada que use fue f/4, que es suficiente para aislar cualquier sujeto relativamente próximo del fondo, por su limitada profundidad de campo. Y las realizadas a plena apertura, f1,4, tienen menos contraste, que se puede arreglar en el procesado, y siempre que no sitúes objetos importantes en las esquinas, tienen suficiente calidad para que la foto sea significativa o no, no por culpa del objetivo sino por la habilidad del fotógrafo. Así que... sí. Es un objetivo adecuado para mi recién llegada EOS RP. Ni que decir tiene, que sigue siendo muy útil con mis Canon EOS para película tradicional.

Tamron SP 35mm F/1.8 Di VC USD sobre Canon EOS RP a través del adaptador incluido

Las cosas parece que han cambiado en los últimos tiempos. Pero hace años, conforme la comunicación electrónica entre objetivos y cuerpos de cámara se hacía más frecuente e importante, existía un miedo a la incompatibilidad futura de nuestra inversión en objetivos de terceras marcas para una montura propietaria de algún fabricante de cámaras. A mí no me ha pasado mucho, pero me ha pasado. Un Sigma 28 mm f/1,8 de los años 90, con enfoque automático, para montura Canon EF, no funciona con ninguna cámara Canon EOS posterior a la Canon EOS 10D, si no recuerdo mal. Cierto que hoy en día hay formas de actuar mediante firmware los objetivos de todas las marcas, y que parece que hay mejor información sobre las características de las monturas para que la compatibilidad sea máxima. Pero es un miedo que siempre ha estado ahí, y que muchas veces los fabricantes de cámaras han estimulado para vender sus propios objetivos, generalmente considerablemente más caros que los de los fabricantes "independientes". Antaño había diferencias de calidad marcadas, pero hoy en día estos fabricantes plantan cara con descaro en la calidad de sus ópticas.

Hace no mucho decidí que mi combinación de objetivos más conveniente para mi Canon EOS 5D Mark II era un 35 mm y 85 mm. A ser posible con una apertura razonablemente amplia, f/2 o superior. El 85 mm lo tenía resuelto con el Canon EF 85/1,8 USM, un objetivo muy veterano, pero que ha aguantado bastante bien la transición a la tecnología digital, especialmente en su principal aplicación, el retrato, en la que la nitidez conviene, pero no es tan crítica como en otras disciplinas como el paisaje, el producto o la macrofotografía. Tras mucho darle vueltas al asunto, decidí que el 35 mm que me interesaba era el Tamron SP 35mm f/1.8 Di VC USD (esta enlace incluye un listado de mis otras ópticas para la montura EF), estabilizado, de alta calidad óptica, y precio razonable a costa de sacrificar la apertura máxima de f/1,4 por una de f/1,8, lo cual no me supone ningún problema. Casi todas las fotos que he realizado con este equipo en los últimos años han sido en el ámbito del retrato, y en el ámbito de lo privado, por lo que son fotografías que no suelo publicar en internet o en redes sociales. Reitero, un 35 y un 85 razonablemente luminosos, me parece una combinación adecuada para afrontar el ámbito del retrato desde una diversidad de situaciones. Además el 35 mm es un objetivo muy adecuado para el reportaje, pero hay me molesta el excesivo tamaño que están alcanzando estas ópticas.

Con la llegada de mi nueva Canon EOS RP tenía un desconocimiento de cómo sería el funcionamiento de este Tamron con el sistema RF a través del adaptador EF-RF. Me habían dicho que no tenía por qué haber ningún problema, pero tampoco había leído por ahí ninguna lista de compatibilidades/incompatibilidades que lo aclarase. Así que este domingo pasado, lo calcé a la cámara y me fui con un amigo al Museo Pablo Gargallo. Era primer domingo de mes, así que la entrada al museo era gratuita. Ya de camino al museo comprobé en tomas callejeras que el objetivo funcionaba sin ningún problema. Enfocaba con agilidad y precisión, como cualquier óptica original Canon EF. Efectivamente, la compatibilidad parecía ser muy amplia.

Cuando llegué al museo, y puesto que en interiores la luz es más tenue que en la calle, con intención de conseguir la mejor calidad de imagen posible ajustando un nivel ISO lo mas bajo posible, decidí que sería un buen momento para comprobar la compatibilidad con el estabilizador óptico incorporado en el objetivo. Y también funcionó sin ningún problema. El objetivo parece en todo lo que he probado hasta el momento 100 % compatible con la EOS RP más el adaptador de montura EF-RF. Lo único que llama la atención es que hay un cierta desproporción entre el tamaño del objetivo, grandote, con el de la cámara, de lo más pequeñito en formato completo que hay en el mercado. Pero no me sentí incómodo manejando el conjunto.

Aunque el enfoque automático funcionó sin ningún problema, lo cierto es que acabé haciendo lo que suelo hacer en estos entornos, en los que la rapidez en la toma de las fotos no es necesaria, te puedes tomar tu tiempo si no molestas a otros visitantes, por lo que, con la ayuda de la ayuda del enfoque por resalte de color, el focus peaking de los angloparlantes, procedí a enfocar manualmente, sin problemas, con agilidad y con buenos resultados. Perfecto.

No obstante... tuve un "problema" debido a mi mala cabeza. En un momento dado, me extrañaba de que los encuadres me resultaban muy cerrados para la focal de 35 mm. Cuando llevas un tiempo fotografiando, en mi caso de desde 1989, ya sabes intuitivamente, ante una escena dada, que va a cubrir la focal que llevas, o qué focal necesitas para cubrir lo que te interesa. Y estuve toda la mañana sorprendiéndome, porque me encontraba en la situación de tener que recular, o con encuadres muy cerrados. Sin embargo, no fue hasta que llegué a casa cuando me di cuenta del problema. En la selección de formatos de imagen, la cámara tiene varias opciones; la imagen completa, con una relación de lados 3:2, la 4:3, la 16:9, la 1:1 y una que no esperaba. Tiene una opción x1,6, que básicamente lo que hace es que la cámara funciona como una cámara con sensor recortado APS-C y sólo 10,2 megapíxeles en lugar de los 26 megapíxeles propios del sensor de formato completo. Y sí. Sin darme cuanta, tenía ajustada la opción a x1,6. Un opción que para mí no tiene ningún sentido. Así que estuve fotografiando toda la mañana con el ángulo de visión equivalente a un 56 mm y con archivos de poco más de 10 megapíxeles. Como con mi antigua Canon EOS 40D, pero con mejor resultado a altos niveles ISO. De verdad, se podría ahorrar esa opción y cambiarla por una 5:4, para ayudar al encuadre con esta opción.

Por lo demás, como ya he dicho, el funcionamiento del objetivo sobre la EOS RP es excelente, agradable, interesante, y la calidad de imagen de alto nivel. Que es lo que interesa. Una cámara que en estos momentos adelanto que tendrá estos usos según la óptica que le aplique: