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Paseo "pajarero" con Olympus Trip 35 acompañante - Fujifilm Neopan 100 Acros II

Hace un par de fines de semana, el domingo, ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza, de la que soy socio, organizó una actividad promocional para socios y otras personas que quisieran sumarse con el fin de dar a conocer algunos de los "secretos" de la fotografía de aves y para promocionar la asociación entre personas interesadas en el tema. No voy a hablar de mi "desastre" en el ámbito de lo que se trataba, porque el olvido del adaptador de objetivos con montura Canon EF a cámaras con montura Canon RF me impidió usar el prácticamente obligatorio teleobjetivo durante la mañana. Algunas fotos hice con la Canon EOS RP y el modesto pero efectivo RF 50 mm f1,8 STM a lo largo de la mañana. Pero también me llevé la Olympus Trip 35 en el bolsillo, por si había ocasión para alguna foto en blanco y negro.

Quienes sigan estas páginas con frecuencia sabrán que en los últimos meses la Olympus Trip 35 está siendo protagonista habitual en ellas. Me llegó en septiembre, y desde entonces es la cámara que más he usado en mis paseos urbanos o periurbanos. Especialmente porque he estado explorando sus límites. Es un cámara sencilla en su funcionamiento, pero de buena calidad, tanto en su fabricación como en su óptica tipo Tessar, cuatro lentes en tres grupos. Mi propósito con ella es disponer de una herramienta fotográfica muy llevadera, que me permita concentrarme más en la composición de la fotografía, sin otras distracciones, pero con calidad de imagen al final del proceso. Pero siempre, en las cámaras sencillas de concepción, hay que conocer dónde están sus límites.

Cuando tres o cuatro días antes de este paseo "pajarero" le puse un rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros II, ya no estaba tanto en ese estado mental de comprobar esos límites en la cámara. Lo seleccioné con el fin de simplemente ir disfrutando de la cámara. Se anunciaba un final de semana de tiempo tranquilo y soleado, lo que hacía presagiar abundancia de luz en mis habituales caminatas cardiosaludables. Como ya había comprobado su eficacia, delante del objetivo le coloqué el filtro amarillo Heliopan Gelbt 8, para mejorar el contraste, especialmente en tomas de paisaje.

Al no usar el equipo digital con preferencia durante el paseo de fotografía de naturaleza, por no poder usar el teleobjetivo, le di más oportunidades a la Trip 35 de las que pensaba, por lo que a lo largo de las más de tres horas que esa mañana estuve caminando en compañía de los "asafoneros" o sólo, agoté el rollo de 36 fotografías y quedó listo para revelado. Luego me ha costado un par de semanas casi tenerlo listo, porque llevo unas semanas con mucho lío de cosas y poco tiempo. O si tengo tiempo, opto por relajarme un rato, en lugar de meterme a actividades que requieran concentración para que queden bien, como revelar la película o digitalizarla con la cámara digital y el objetivo macro acompañante.

La Acros II la revelé según la fórmula que mejores resultados me está proporcionando con mi revelador habitual; en una solución de Kodak HC-110 dilución C (1+19), durante 5 minutos a 20 ºC. Como de costumbre desde hace unos años, Diez inversiones tranquilas del tambor de revelado al principio del primer minuto de revelado, y cuatro inversiones también tranquilas al principio de cada uno de los siguientes minutos de revelado. Paro, revelado y lavado estándares. Como mi Panasonic Lumix G9 sigue en talle, digitalizado de los negativos con la Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS. Los negativos digitalizados son invertidos y ajustados de contraste, sin más retoques que la eliminación de las posibles impurezas que hayan quedado en ellos al digitalizarlos, que en este caso han sido muy poquitas. He tardado días en hacerlo, pero lo he hecho bien.

El resultado... pues en los aspectos técnicos correcto y satisfactorio como era de esperar. Ahora ya sé que con la Olympus Trip 35 es preferible usar película de sensibilidad media-baja, como la Acros II, y especialmente si le pones un filtro delante que se come un paso de exposición, cuando hay abundante luz, para no forzar diafragmas demasiado abiertos que generan problemas de nitidez por la escasa profundidad de campo. Y el filtro amarillo ha venido bien para dar contraste a las escenas, rescatando texturas de los cielos azules, y dando brillantez a la vegetación, con tonos dorados por el otoño, por lo que se han traducido en tonos más claros para las hojas cuyo color tiene bastante componente amarillo.

Por lo demás, un rollo para disfrutar tranquilamente. Sin grandes pretensiones, pero que me ha ayudado a relajarme del follón vital en el que determinados aspectos de la vida, especialmente el laboral, nos sumerge. El paseo fue muy agradable y sirvió para reencontrarse con compañeros aficionados a la fotografía con quienes no coincidía desde hacía tiempo por culpa de la pandemia.

Último rollo de película de agosto - Olympus Pen F con Fujifilm Neopan 100 Acros II

Lo que son las cosas, estamos ya en el primer día de octubre y aun me queda por comentar un rollo que comencé en agosto y terminé el 1 de septiembre. Mi verano ha sido muy activo fotográficamente con la #CrappyCommieCameraParty, dedicada a la fotografía con cámaras (u otros equipamientos fotográficos en mi caso) fabricados en países comunistas. Pero aunque esta "fiesta" fotográfica estaba convocada entre el 1 de julio y el 30 de septiembre, a finales de septiembre estaba cansado y empecé a usar otros equipos más agradecidos en su diseño y manejo. Y por ello, en los últimos días de agosto decidí sacar a pasear la estupenda Olympus Pen F con su Zuiko 38 mm f1,8 al que le puse un filtro amarillo de Hoya para mejorar el contraste de las fotografías en blanco y negro.

Como película opté por un rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros II. Estando todavía en pleno verano, con bastante horas de luz y ambiente despejado, el no disponer de mayor reserva de sensibilidad no me pareció un problema. Y dado el reducido tamaño de los negativos de la Pen F, un poco por debajo de la mitad del habitual 24 x 36 mm, el grano casi imperceptible de esta película y su elevada nitidez hace que sea muy apropiada para usar con esta cámara. Para medir la luz, la Pen F no tiene fotómetro incorporado, usé mi fiel Gossen Digisix, perfectamente fiable.

La película la revelé con Kodak HC-110, que es mi revelador habitual. Ofrece buena calidad y gran permanencia con la botella abierta, no perdiendo eficacia con la inevitable oxidación al entrar en contacto con el aire. Pero con el cambio de fórmula de la Acros a esta su segunda versión, fabricada por Hartman (Ilford) para la marca japonesa bajo las especificaciones de esta, no siempre está claro cuales son los tiempos recomendados para el revelado con HC-110. Según donde consultes, los tiempos son similares, pero no la concentración propuesta por el revelador. En estos momentos, la que parece funcionar mejor es la dilución C 1+19, revelando durante 5 minutos a 20 ºC. La proponen en Digitaltruth y algún otro sitio. Pero por si os interesa, los hay quien propone la misma dilución durante 5 minutos y 30 segundos, e Ilford, que ofrece el Ilfotec HC, con la misma fórmula que el Kodak HC-110, da como recomendada la dilución B 1+31 durante esos mismos 5 minutos a 20 ºC. Parecería que esta sería la más apropiada, por ser Hartman (Ilford) el fabricante de la Acros... pero no me da los mismos resultados que la dilución C.

Una vez revelados los negativos, fueron digitalizados con la Panasonic Lumix G100 con el Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS, obteniendo unos ficheros que solo necesitaban el ajuste del punto negro y del punto blanco para obtener unos resultados adecuados, con imágenes nítidas y con un grano casi imperceptible. Aunque la digitalización con cámara digital siempre tiende a resaltar más el grano que los escáneres dedicados de película. Todo depende de cuán agresivo tenga que ser el ajuste posterior del contraste de la imagen.

En general, los resultados son buenos, confirmándose como una excelente combinación de cámara y película, especialmente gracias a las buenas calidades del objetivo estándar de la cámara. Siempre mejor con este diafragmado por lo menos a f5,6. Lo único que me gustaría es que se pudiese optar por rollos de 24 exposiciones, que para la Pen F se convertirían en prácticamente unas 50, ya que el rollo de 36 exposiciones, que ofrece unas 75 con la Pen F, se hace interminable.

Hasselblad 500CM con el visor PM 51, esta vez con Fujifilm Neopan 100 Acros II

Cuando probé hace unos días mi nuevo visor de prisma con fotómetro incorporado PM 51 para el sistema Hasselblad V (lo de sistema V no se utilizó hasta la aparición del sistema H, antes era simplemente el sistema Hasselblad), me quedé con la duda de la precisión del fotómetro al caer en la desconfianza sobre el comportamiento general de la película que usé en ese momento, la Lomography Potsdam Kino 100. Aunque los negativos tenían información suficiente para aprovechar la imagen, quedaron muy poco densos, con aspecto más de cortos de revelado que de subexpuestos. Pero sin tener muy claro qué había pasado.

El 1 de febrero cogí un día de fiesta, y junto con dos amistades, nos pusimos nuestras zapatillas de caminar y nos hicimos una caminata de 15 kilómetros dentro del término municipal de Zaragoza. Seguimos en confinamiento perimetral por la pandemia de covid-19. Afortunadamente, los casi mil kilómetros cuadrados de término municipal, aunque muchos de ellos sean de paisaje árido, estepario, permiten rutas para caminar relativamente diversas. Yo cogí de nuevo la Hasselblad 500CM, le calcé el Distagon 50/4 C T* y le puse un rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros II. La emulsión japonesa es mucho más fiable que las Lomography, incluso si, o quizá porque, está fabricada por Ilford en el Reino Unido.

Hice algo que, a la larga o a la corta, quizá fuera un error. Cuando salí de casa, las condiciones de luz para fotografiar, sin ser óptimas, eran relativamente agradables. El día estaba soleado, pero con una luz no demasiado dura. Y para dar más empaque a los cielos, decidí colocar un filtro rojo sobre el objetivo. Con el 50 mm genera un poco de viñeteo mecánico, he venido observando. Y además, el seleccionar sólo una parte de las longitudes de onda de la luz visible, tal vez afecte a las medidas del fotómetro. Pero en ese momento no pensé en ello. De todos modos, las mediciones consistentemente fueron las adecuadas para las condiciones de luz menos los tres pasos de luz que se come el filtro rojo. No es un filtro de buena marca. Aunque eso se nota más en los eventuales destellos de luz inoportunos con las luz de frente que en la definición de la imagen.

También me encontré con que la luz evolucionó desfavorablemente, aunque quedó muy estable. Desfavorablemente, porque las ligera nubosidad que generaba una luz demasiado dura, pero que justificaba el filtro rojo para generar algo de contraste en los cielos, desapareció, dejando una luz realmente dura. Con un fuerte contraste que la película absorbe sin problema, por su buena latitud de exposición, pero que convirtió en banales la mayor parte de los motivos que yo llevaba en mente.

En cualquier caso, mis comprobaciones mientras caminaba, entre las medidas que me proponía el fotómetro del PM 51 y del Gossen Digisix que llevaba en el bolsillo, aunque luego los negativos me quedaron un poco más densos de lo que esperaba. Revelé la Fujifilm Acros II en Kodak HC-110 en dilución C (1+19) durante 5 minutos a 20 ºC, según propuesta encontrada en el Massive Development Chart de Digitaltruth. Fujifilm no ofrece información sobre el revelado con HC-110. Y Kodak sólo ofrece datos para sus propias películas. Ilford ofrece para su revelador Ilfotec HC una propuesta de 4,5 minutos a 20 ºC en dilución 1+31 con la película ajustada a IE 80. Así que igual me pasé de rosca con el revelado. Desgraciadamente no di en consultar los datos de Ilford hasta que vi que los negativos estaban más densos de lo previsto.

En fin,... que aunque los negativos son aprovechables, llevo una mala racha en la que ando desconcentrado por motivos diversos y eso se nota en mi forma de trabajar con la película, por lo que no acierto con la sistemática adecuada. No pienso con claridad. Volveré a ello... cuando tenga la cabeza más despejada. Ahora tengo pendiente de revelar un rollo de Acros II expuesto con la Leica Minilux... y no sé muy bien que hacer. Ya os lo contaré.

Olympus Pen F y Fujifilm Neopan 100 Acros - una combinación a considerar

Utilizar una Olympus Pen F es una delicia. Aparato excelentemente diseñado y fabricado, genera unas sensaciones estupendas, y produce un estado de relax y buen humor notable en el aficionado a los aparatos fotográficos clásicos. Porque, sin duda, la Olympus Pen F de Maitani Yoshihisa pertenece de pleno derecho al club de las cámaras clásicas y no meramente de las cámaras viejas o antiguas. Por si alguien se me ha despistado, me refiero a la cámara réflex con visor de porro que fue lanzada al mercado por Olympus en 1963, y no la cámara digital de aspecto estético similar, pero totalmente distinta en su tecnología.

Pero como ya he comentado en otras ocasiones, el principal inconveniente de la cámara es que ofrece unos negativos con una superficie que es algo menos de la mitad de los de un 24 x 36 mm, y eso penaliza la resolución global de la imagen, y hace que la estructura de la película, el grano sea mucho más manifiesto. Seamos claros; por buena que sea la mecánica de la cámara, que lo es, y la calidad de sus ópticas, punteras para su época y perfectamente asumibles como buenas ópticas, hay unos límites físicos a la cantidad de información que puede almacenar un rectángulo de emulsión haluros de plata de 17 x 24 mm. Y por ello, de cara a obtener la mejor calidad de imagen posible, la utilización de películas de sensibilidad media-baja y grano fino es algo muy razonable de pensar, aunque disminuya la versatilidad. No por nada con el tiempo y la mejora de las películas se ha ido estableciendo el ISO 400 en lugar del ISO 100-125 como material todoterreno.

Con esto en mente, me vino a la memoria que cuando empecé a usar las primeras cámaras de medio formato (que no de formato medio), como esta, antes de que se suspendiera la producción de la película, usé en varias ocasiones la Fujifilm Neopan 100 Acros con buenos resultados. Y puesto que tenía por casa algunos rollo de la nueva versión de esta película, Fujifilm Neopan 100 Acros II, decidí llevar encima durante el mes de diciembre la Pen F con uno de estos rollo, y usarla en diferentes ocasiones. La mayor parte del tiempo llevé puesto en el objetivo, el F-Zuiko Auto-S 38/1,8, un filtro amarillo de B+W, que resta un paso de luz, para mejorar el contraste, especialmente cuando hay cielos implicados. Y también he de decir que solía ajustar el índice de exposición de la Acros a IE 80 en lugar de su nominal ISO 100. Por ello la medición de la luz la realicé con el Gossen Digisix a IE 40, o estimando la luz bajo estas condiciones. Esto me ha confirmado un problema que ya había empezado a sospechar. 

Siempre se ha dicho que para evitar una trepidación en la imagen, en caso de disparar a mano alzada, conviene usar una velocidad de obturación que sea la inversa de la focal utilizada. El 38 mm es equivalente a un 55 mm, aproximadamente, en el formato más extendido de 24 x 36 mm que es para el que se hizo esta "regla" de exposición. Por lo tanto, la velocidad de obturación de seguridad sería 1/60 segundo. Pero hay que contar otra cosa. El conjunto de la cámara y el objetivo es mucho más ligero que las cámaras para el formato 24 x 36 mm, y por lo tanto tiene mucha menos inercia. Viendo los resultados, yo abogaría, por lo menos para mis habilidades, por usar una velocidad de 1/125 segundo. Lo cual no siempre ha sido posible dada la baja sensibilidad real con la que me he estado manejando. Y algunas, no todas, las fotos que he hecho a 1/60 segundos han quedado trepidadas. Poco nítidas. La fotografía es una cuestión de compromisos, y las ganancias por un lado conllevan inconvenientes por otro.

La película la he revelado en Kodak HC-110, dilución C 1+19, durante 5 minutos y 30 segundos a 20 ºC, con 5 inversiones del tambor de revelado al principio de cada minuto. La imagen tiene un contraste adecuado, no excesivo para tampoco demasiado suave, con buen detalle desde las altas luces a las sombras profundas. Dado que en esta época del año, la luz no es tan agresiva como en otros meses, encontramos una amplia gama de tonos en todas las situaciones. Los negativos los digitalicé con la Panasonic Lumix G9 y el Leica Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS. No usé el modo de alta resolución, y ajusté bien la imagen al tamaño del fotograma, sin bordes, para tener 20 megapíxeles de imagen aprovechables. 

Salvo por los negativos trepidados que he comentado la calidad intrínseca de las imágenes ha sido buena. Creo que mejor que con la Ilford FP4 Plus, aunque no tengo una muestra de situaciones los suficientemente amplia para una comparación rigurosa. Posibles contrincantes... la Ilford Ortho Plus 80,... que tiene una sensibilidad espectral distinta.

El regreso de la Fujifilm Neopan 100 Acros... II

Un hecho; desde que la probé, la Fujifilm Neopan 100 Acros resultó ser una de mis películas en blanco y negro preferidas, siempre y cuando pueda valer una sensibilidad ISO 100. Muy limitada para lo que se lleva hoy, aunque era la de uso común hace 30 o 40 años. Pero las mejoras de las emulsiones hicieron que poco a poco la etiqueta de polivalente se la llevasen las películas de ISO 400. Y no digamos en digital, conforme la capacidad de la electrónica para amplificar la señal permitió estas sensibilidades con buenos resultados... o más altas todavía. Pero la estupenda gama tonal, la profundidad de las sombras, la nitidez que proporciona y el escasísimo grano, hacían de la Acro, la "chouchou" de muchos fotógrafos. A mí me gustaba mucho. Estupenda para largas exposiciones por su escasísimo fallo en la ley de la reprocidad, que hacía que por encima de unos cuantos segundos de exposición empezase a ser más "sensible" que las películas de ISO 400 por permitir tiempos de exposición más cortos. Y estupenda para los formatos pequeños, por su capacidad para ser ampliada con buena calidad. Ya, en formato medio, un lujo de imagen. Era cara, eso sí. Una película moderna, tecnológicamente avanzada y cara. Más agradable que las de grano tabular de Kodak (T-Max 100) e Ilford (Delta 100) que serían sus principales competidoras.

Pero Fujifilm, haciendo muy poco honor a su marca, empezó una empinada pendiente de abandono del "film" fotográfico, con el carpetazo a muchas emulsiones muy queridas por los fotógrafos. En 2018, abandonó la producción de la Neopan 100 Acros aduciendo una mezcla de razones relacionadas con los costes y con los productos químicos necesarios para su fabricación. Eso sí, con todo el cinismo del mundo, sacaban pecho por la emulación por software de la película en sus cámaras digitales, con lo que mantenían viva la denominación "Acros".

Sorprendentemente, porque los carpetazos que da Fujifilm suelen ser muy definitivos, a mediados de 2019 anunció el regreso de la denominación en una versión nueva, pero muy similar, la Fujifilm Neopan 100 Acros II. Habría algunos cambios en la química para su fabricación, pero se conseguiría un producto muy similar. Incluso los tiempos de revelado, de los que hay muy poca información para la nueva emulsión, serían iguales o similares para los distintos reveladores. A finales de 2019 llegó la nueva película al mercado japonés. No tuve la suerte de poder pillarla yo cuando visité Japón en octubre del año pasado. Y a principios de este año, llegó al mercado europeo. Con precios altos, como era de esperar, y con una sorpresa. La película japonesa no es "made in Japan" sino "made in The UK". Lo más lógico es pensar que el fabricante de la película es Harman Technology Ltd, la empresa fabricante de las películas Ilford y Kentmere. Y se supone que de película bajo otras marcas. Por ejemplo, hay bastante certeza para decir que las recientes Agfaphoto APX 100 y 400 tienen poco que ver con las antiguas Agfapan APX 100 y 400, y que no son más que las Kentmere 100 y 400 con una presentación diferente. ¿Es la nueva Acros II una auténtica descendiente de la Acros original? ¿O es una Ilford disfrazada? Todo parece indicar que se trata de lo primero. A Fujifilm le sale mejor que otro fabrique la película bajo sus especificaciones, en las que habría habido cambios debidos a la disponibilidad y precios de diversos componentes químicos necesarios para su fabricación.

A principios de marzo de este año, encargué por internet unos rollos de la nueva Fujifilm Neopan 100 Acros II. Además con la idea de utilizarlos en un proyectos muy concreto. Dos rollos en formato 120 y otros dos en 35 mm. Probar la película con uno de los de medio formato, usar el otro en unos retratos de unos amigos que tenía pendientes y llevarme los dos de 35 mm de vacaciones de semana santa con una cámara de medio formato (que no formato medio; me refiero a la mitad del tamaño del formato habitual en 35 mm). Y las películas llegaron el sábado 14 de marzo... día que se publicó el Real Decreto-Ley que establecía el estado de alarma en todo el país por la epidemia de covid-19. Adiós a todos esos proyectos... desechados indefinidamente.

Hace un par de domingos, en una mañana soleada y tranquila, decidí probar la película de una vez. Así que cogí la Hasselblad 500CM, le puse el Sonnar 150/4 C T*, cargué un rollo de 120, y me fui a pasear por un animado casco histórico de Zaragoza, cuando estábamos en vísperas de estrenar la "nueva normalidad". Para los tiempos de revelado, tuve que confiar que valían los de la película original como muchos sugería, porque no encontré documentación oficial. Las propuestas existentes en Digitaltruth eran raras. Pero acepté la de revelar en Kodak HC-110 dilución C (1+19) durante 5 minutos a 20 ºC, con una agitación continua en los primeros 30 segundos, y cuatro inversiones tranquilas cada minuto hasta final del tiempo de revelado. Ya adelanto que fue bien.

Fue lo único que fue bien. Por algún motivo, que sólo descubrí más adelante, el tambor de revelado no quedó bien cerrado, tuve que agitar de forma poco convencional para que no se escapasen los líquidos de revelado, y cuando intenté cerrar bien el tambor, a pesar de mis precauciones, entró algo de luz, velando parcialmente los negativos. No obstante, hay superficie suficiente en el material sensible sin afectar para sacar algunas conclusiones.

1. El grano es total y absolutamente imperceptible.

2. La nitidez es amplia.

3. Las condiciones de luz no fueron las mejores, por la dureza de la iluminación, pero con la cuidadosa medición con el Gossen Digisix, a veces de luz incidente y otras de luz reflejada según la situación, todos los negativos resultaron entre muy bien y muy aceptablemente expuestos sin que se empastaran las luces ni se bloquearan las sombras.

4. Sigue siendo una película fácil de manejar, aunque se curva más que las habituales de Ilford, por lo que cuesta más mantenerla plana en el portanegativos. Si la fabrican los británicos, lo hacen con las indicaciones totales de los japoneses, porque las bases de las películas de las Ilford suelen quedar muy planas tras el secado.

5. Si no fuera tan cara, la usaría con frecuencia. No descarto su uso con la pequeña Olympus Pen F, para obtener el máximo de su pequeño negativo. Al fin y al cabo, es el doble de sensibilidad que la Ilford Pan F Plus para una nitidez y granos muy similares.

En fin, aun me quedan tres rollos para seguir investigando las propiedades de la película. Lástima que el verano, y sobretodo, este verano, sea tan poco propicio para buscar ocasiones en las que aprovechar al máximo las características de la película. Da pena gastar 10-12 euros en lo que se puede hacer por cinco.