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Adiós parcial a Panasonic y regreso a Olympus - Olympus OM-D E-M5 III

Desde hace cuatro años, mi cámara principal para viajes era la Panasonic Lumix G9. Os la presenté en estas páginas un 22 de marzo de 2018, aunque la llevaba probando desde hacía unos días antes, o sea que en estos momentos sería su cuarto aniversario. Y sinceramente, iba muy muy muy bien. Salvo que era un poquito más grande y pesada de lo deseable en viajes, no le hubiera sabido encontrar ninguna pega más. Hasta los primeros días de mayo del año pasado, cuando la cámara empezó a fallar intermitentemente. Os pongo una foto para que veáis lo que aparecía en mi pantalla. Las fotos que hacía eran así o, simplemente, negras.

La llevé al servicio técnico oficial de Panasonic en Zaragoza, lugar al que me dirigió la página web de la marca en España. Como el fallo era intermitente me dijeron que la llevara con la cámara fallando, para ver lo que pasaba. Así lo hice a finales de junio. Después de regresar de Suiza a finales de julio me la devolvieron reparada,... o eso dijeron. Volvió a fallar cuatro semanas después. Igual. La volvía a llevar. Me la devolvieron, ahora ya asegurada,... o eso dijeron, a principios de octubre. Me la llevé a Andalucía, y la usé sin problemas durante todo un día en Jerez de la Frontera. Al volver a Sevilla, por la noche... volvió a fallar. Entonces hice la foto que os he mostrado antes.

Las últimas fotos aprovechables de la Lumix G9 en Jerez de la Frontera.

Lo haré corto. La llevé por tercera vez al servicio técnico, que no se dedica en exclusiva a los aparatos fotográficos, llevan las reparaciones de electrodomésticos diversos de varias marcas, la tuvieron durante tres meses, y me la devolvieron en febrero. En seguida comprobé algunas cosas que me hicieron desconfiar mucho de la "reparación". Y que indicaban que la cámara fallaría tarde o temprano.

Yo había comentado el tema con un amigo que hice a través de redes sociales en Suiza y este preguntó por allí. Y a su través alguien me hizo una oferta. Querían una cámara como esa, sabían cómo arreglar el problema, y me proponían un trueque. Lo acepté. Ahora soy el poseedor de una Olympus OM-D E-M5 III. Que estrené formalmente hace ocho días en Toledo.

No me extenderé mucho. La cámara tiene unas dimensiones y una apariencia muy similar a la primera declinación de las Olympus OM-D E-M5, que tuve en activo durante seis años, entre la primavera de 2012 y la de 2018. Pero con un sensor más moderno, similar al de la Lumix G9, y con algunos elementos ergonómicos modificados que han permitido que me acostumbre a ella de forma casi instantánea. A la primera E-M5 me costó un poquito acostumbrarme. Pero esta, salvo por las diferencias en tamaño, tiene un volumen apreciablemente más pequeño que la Lumix G9, se maneja de forma muy similar.

En el viaje a Toledo la usé con ópticas de focal fija. Ninguna de ellas de Olympus. Una Venus Laowa 7,5 mm f2, una Panasonic Leica 15 mm f1,7, una Panasonic Lumix 25 mm f1,7 y una Sigma 56 mm f1,4. Todas ellas funcionaron sin ningún problema. El estabilizador de imagen de la cámara, muy competente, me permitió hacer fotos estupendas en interiores a velocidades de obturación muy bajas.

La calidad del sensor es claramente muy superior a mi primera E-M5. Y como mínimo tan bueno como el de la Lumix G9. Esta cámara salió al mercado en 2019. Probablemente, si hubiera estado en el mercado en la primavera de 2018, no hubiera comprado la Lumix G9. Mi ejemplar no es nuevo, pero su obturador llegó ayer a su accionamiento número 1000. Así que como si lo fuera. No tiene doble ranura de tarjeta,... pero tiene un modo de alta resolución que ya he usado para digitalizar algunos negativos de una Kodak Tri-X 400 expuesta en Toledo de los que hablaré más adelante.

Archivos brutos de 80 megapíxeles, unos 70 megapíxeles netos, nítidos y aprovechables, con el macro Panasonic Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS. Sin problemas.

Si a Toledo, como suelo hacer en entornos urbanos, me llevé focales fijas, que hacen del equipo un conjunto pequeño y muy discreto, ayer sábado me llevé los dos objetivos zoom de primera línea a una excursión de naturaleza; Olympus M.Zuiko 12-40 mm f2,8 y Panasonic Lumix G 35-100 mm f2,8 Power OIS. Fue una excursión con ASAFONA Asociación Aragonesa de Fotógrafos de Naturaleza al Geoparque Mundial Unesco Sobrarbe-Pirineos. A primera hora de la mañana en Aínsa, donde no la usé, hice fotos del lugar con la Olympus Trip 35 y película negativa en blanco y negro ISO 400. Pero sí en el resto de la mañana en las margas del Pueyo de Araguás, donde amenazó lluvia hasta que escampó, y después de comer en el barranco de Janovás, en el río Ara. Como al final la lluvia no apareció, no tuve necesidad de comprobar su reputada resistencia a las inclemencias del tiempo. Pero si es como la de sus antecesoras, no estoy nada preocupado por el tema.

Está claro,... mi incomodidad al usar ópticas más grandes con la primera E-M5 se debía más a su ergonomía que a la relación de tamaños entre las ópticas y la cámara. Ningún problema con la E-M5 III, con la que me he encontrado al usar estos dos objetivos; especialmente el 12-40 mm, que es más pesado.

La Lumix G9 está un escalón por encima en gama que la E-M5 III. Y no digamos ya si te interesa el vídeo. En ese caso, es mucho mejor opción. Pero no es mi caso. Y esta cámara está casi nueva. Y la Lumix G9 estaba en buen estado, salvo la avería, que según me informan está resuelta por un técnico suizo que sabe lo que se hace, no como los ineptos de aquí. Pero tenía tres años de rondar por el mundo. Mis expectativas era que durase hasta el 2024 o 2025. Pero con el estado en que me encuentro la E-M5 III, estas expectativas se ha estirado hasta como mínimo 2027. Así que aunque es menos cámara, es más que suficiente para mis necesidades, y como dijo mi amigo suizo, el trueque era un win-win, nadie salía perdiendo. En Semana Santa me iré a Italia con ella. Ya tengo ganas.

Olite con película en blanco y negro - Olympus mju-II e Ilford XP2 Super

Como ya adelanté el sábado cuando presenté mis últimas Polaroid, la semana pasada recibí ya revelados y digitalizados por Carmencita Film Lab los rollos de película del mes de enero, primero de los de 2022. Un total de siete rollos, de los cuales cinco corresponden a las escapadas de final de mes, pequeños viajes de un día, a Olite, en Navarra, y a Madrid. No sabía si hacer los comentarios por viaje o por rollos de película. Al final he decidido hacerlos por tipos de película; Ilford XP2 Super, la de hoy, Kodak Tri-X 400, Kodak Gold 200 y Kodak Ultra Max 400.

Cuando decidimos ir a pasar la tarde a Olite, con escapada en tren, el domingo 30 de enero, mi principal interés era seguir familiarizándome con el formato medio digital, Fujifilm GFX 50R. Pero también encontré que me quedaba por el frigorífico un rollo de Ilford XP2 Super, la película en blanco y negro de revelado comercial en procesado C-41, como los negativos en color, que suelo llevar en los viajes por su gran versatilidad y flexibilidad a la hora de usarla en distintos contextos. Antes de ir generando un nuevo stock para los viajes de este año, decidí finiquitar el del año pasado.

Pero, en lugar de utilizar la Minox 35 GT-E, que es la cámara de preferencia en los viajes, o la Olympus Trip 35, la que recientemente uso más para pasear por la ciudad, desempolvé la Olympus mju-II. Una cámara que durante años fue una de mis favoritas, pero que últimamente ha sido desplazada por otras. Veremos el porqué.

Con respecto a la película poco hay que decir. Es una película con amplia latitud de exposición, que se come muy bien los contrastes elevados. Algo muy necesario en ese domingo de finales de enero, con un cielo despejado y un sol brillante. Que cuarenta días después del solsticio de invierno, ya empieza a elevarse más sobre el horizonte. Y por lo tanto, ofrece una luz más dura que en los últimos días del otoño y primeros del invierno. La mandé a un revelado comercial en C-41, con los rollos de color, aunque a veces la he revelado en casa con química para blanco y negro tradicional.

En cuanto a la cámara... Cuando la compré, lo hice por tres motivos fundamentales; es bonita, está sellada contra polvo y salpicaduras, lo cual era ideal cuando subía a esquiar, y tiene una buena óptica, razonablemente luminosa con un 35 mm f2,8, y nítida. Pero tiene algunos inconvenientes. El primero, que no permite alterar el índice de exposición IE. Me gusta usar la XP2 Super a IE 200, en lugar de a su sensibilidad nominal ISO 400. No es posible. Además, usa sistema DX para leer la sensibilidad, con sólo cuatro contactos. Es decir, sólo puede usar sensibilidades por pasos; 25, 100, 200, 400, 800,... Las intermedias necesitan lectores de seis contactos. Y es una lata que no recuerde el ajuste del flash, habitualmente desactivado en mi caso, o del método de exposición, alternando entre puntual e integral, por lo que cada vez que apagas la cámara hay que volver a ajustarlos antes de hacer la foto. Además,... empieza a dar síntomas de vejez. Véase la filtración de luz en la primera foto, la de la estación ferroviaria de Olite. Ya comentaré eso cuando hable del rollo de Kodak Tri-X 400.

Globalmente, estoy muy contento con los resultados. Podría establecer una comparación con la Tri-X 400, ya que acabé el rollo antes de terminar la visita a Olite y puse esa película tan distinta en la cámara. Algún comentario haré en su momento. Pero sinceramente, para el estilo de fotografía que hago últimamente, no acabo de sentirme cómoda con ella. Era estupenda para subir a la nieve... pero no tanto cuando las condiciones van variando durante una jornada viajera. Pero si conoces sus pejigueras, también es apta para obtener buenas fotos. Que conste.

Adaptadores de objetivos para la Fujifilm GFX 50R - Fringer EF-GFX [Canon EF]

Hace unos días os hablaba de mi primera experiencia utilizando la Fujifilm GFX 50R, cámara digital de formato medio, con objetivos Carl Zeiss para Hasselblad V mediante un adaptador Hartblei. Que no fue mal, pero siempre teniendo en cuenta que son objetivos diseñados para un sistema de película tradicional hace varias décadas. Ahora voy con otro adaptador y otro sistema de objetivos, el Fringer EF-GFX para adaptar ópticas con montura Canon EF y compatibles, las que montan las Canon EOS que vengo utilizando desde 1993.

Una aclaración importante. No he comprado la GFX 50R para usar ópticas de otros sistemas. Para mí el sentido está en usar principalmente sus propias ópticas, las que están diseñadas para sacar buen partido del sistema, de las que de momento sólo tengo una, el GF 50 mm f3,5. Pero estas ópticas son caras. La siguiente que me gustaría tener cuesta cerca de 2000 euros. Y hay que ahorrarlos. Pasará un tiempo. Por ello, mientras tanto, no está mal considerar la posibilidad de aprovechar la inversión realizada, si la calidad final de la imagen merece la pena.

El Fringer EF-GFX está reputado, por lo que he podido leer, como el adaptador que mejor funciona para este fin. Como la mayor parte de ellos está fabricado en China, pero es más caro que la mayoría, está bien fabricado, la estética del adaptador se funde bien con la cámara (las ópticas Canon EF no tanto), las comunicaciones electrónicas funcionan bien, conservando la transmisión de datos EXIF, el enfoque automático y determinados automatismos. Y para poder ajustar el diafragma tiene un aro de selección que funciona bien y hace que las ópticas EF sean más agradables de usar en este aspecto que en su sistema original. Pero... ¿unas ópticas pensadas para cubrir un formato de 24 x 36 mm pueden funcionar bien sobre un sensor de 33 x 44 mm? ¿Una diagonal de 43 mm frente a una de 55 mm? Lo iremos viendo con fotos.

La primera foto procede de usar un Tamron 35 mm f1,8 sobre la GFX 50R con el adaptador Fringer. Y la pongo para comentar una cuestión de las Fuijfilm GFX. Además de las numerosas posibilidades de relaciones de aspecto que se pueden usar sobre el sensor completo, 4:3, 5:4, 7:6, 1:1, 3:2, 16:9 y 65:24, de la que la que aprovecha el total es la primera, 4:3, tiene un modo de sensor recortado con una relación de aspecto fija, no modificable, 3:2, que tiene el mismo campo de visión que un 24 x 36 mm. Es el recuadro de imagen dentro de la línea roja. Y en el caso de la GFX 50R, ese recuadro tiene 30,5 megapíxeles. Más que mi Canon EOS RP, o que la EOS R6, o muy similar a la EOS R. Es decir... nada desdeñable. Es curioso que exista esta opción, porque Fujifilm no tiene un sistema para estas dimensiones de sensor que aprovechar... Quizá quería favorecer la migración de fotógrafos con otros sistemas al suyo, manteniendo sus ópticas. Aunque ellos no fabrican adaptadores.

Vamos con otra cuestión importante.

Si observamos la montura de las ópticas EF, vemos que hay de dos tipos. Las que tienen una ventana circular que nos permite ver toda lente posterior en su integridad, y las que tienen una ventana rectangular, que recorta la visión que tenemos de la lente posterior. Y que también recorta la imagen que viene de ella. Y aquí vamos a uno de los problemas importantes que tienen las ópticas pensadas para el formato 24 x 36 mm; el viñeteo. Las esquinas de las imágenes generadas por las GFX está ensombrecido por dos tipos de viñeteo posibles.

El viñeteo mecánico, cuando la óptica tiene una de estas ventanas trasera rectangulares. Y esto no hay quien lo arregle a posteriori. Cerrar el diafragma del objetivo lo único que hace es que los límites de la zona ensombrecida sean más nítidos.

El viñeteo óptico, cuando la óptica tiene una gran ventana trasera circular. Se produce por la progresiva caída de la intensidad de la luz hacia los bordes del campo y las esquinas. Es un viñeteo que se elimina en gran medida al cerrar el diafragma del objetivo. Y también se puede eliminar o paliar en el procesado de la imagen digital. En cierta medida, se da en todos los objetivos, incluso dentro de su sistema, siendo más o menos evidente según las focales y la apertura máxima. Cuidado... hay ópticas con ventana trasera circular que también pueden producir viñeteo mecánico.

En las primera imagen que he puesto, se puede apreciar el viñeteo óptico del Tamron 35 mm usado a su máxima apertura. Veamos un ejemplo de viñeteo mecánico con un EF 24-105 mm f4 a 24 mm y su máxima apertura, frente al mismo objetivo, sobre el sensor recortado y a f8.

Veamos un ejemplo de viñeteo óptico corregible. Las dos siguientes fotos son la misma. Una de ella es la versión JPEG tomada directamente en la cámara con el EF 40 mm f2,8, mientras que la siguiente está procesada sobre el archivo RAW en Capture One. Como se ve, en la segunda el viñeteo ha desaparecido. También veremos a continuación dos fotografías similares tomadas con el mismo 40 mm, una a f2,8 y la otra a f11.

No es obligatorio corregir el viñeteo óptico... sólo cuando molesta. A veces viene bien para centrar nuestra atención sobre el sujeto principal de la imagen. Pero vamos con otro problema sin solución.

Es conocido que en la mayoría de las ópticas, existen excepciones, la calidad de la imagen, la nitidez por la resolución óptica, es inferior en los bordes y esquinas de la imagen que en el centro. Si nos vamos a un sistema que está pensado para cubrir un área de 24 x 36 mm, puede que aunque cubra el 33 x 44 no lo haga en condiciones. Por ejemplo, el EF 40 mm ya mencionado. En las dos siguientes fotografías, no sé si la imagen para el blog permitirá ver las diferencias, la que está realizada con el sensor recortado, aun a f2,8 tiene nitidez suficiente en el granulado del pavimento de la acera. Sin embargo, la que está a sensor completo, aun cerrando a f8, en la esquina, el granulado del pavimento de la acera se ve borroso. No usaría este objetivo con el sensor completo para aplicaciones que necesiten precisión y nitidez, como un paisaje natural. Pero para reportaje, en determinadas circunstancias, sería asumible.

Vamos con los objetivos que he probado hasta el momento.

Me llamó la atención hace unos días que, del moribundo sistema EF de Canon, sólo quedan en catálogo nueve ópticas de focal fija. Siete de ellas son de la serie L, la más prestigiosa y profesional, y una es el simple EF 50 mm f1,8 STM, que tiene pocos años de existencia. Pero también queda el EF 85 mm f1,8 USM, un objetivo que está en catálogo desde julio de 1992, hace casi treinta años. Pero que siempre ha gozado de prestigio entre los usuarios del sistema. Aunque yo hubiese preferido el muy similar, pero más raro, EF 100 mm f2 USM, acabé por comprar el 85 mm de segunda mano. No lo uso mucho, pero le tengo mucho cariño para hacer retratos. Que no suelen aparecer por aquí, por que las personas retratadas prefieren no verse en redes sociales o similares. Así que lo probé con la GFX 50R.

Tiene viñeteo mecánico en las esquinas, por lo que conviene usar relaciones de aspecto que las eviten como la 5:4, la 16:9 o la 1:1. La 4:3 y 3:2 a sensor completo se ven afectadas.

Decir que me gustan las fotos panorámicas construidas con este objetivo, con la apertura máxima, para una menor profundidad de campo, mimetizando hasta cierto punto estéticas de formatos grandes. Por ejemplo, el siguiente panorama son cuatro fotografías con una relación de aspecto 1:1.

Y por supuesto, se puede usar sin problema con el sensor recortado. No tiene el mismo contraste que ópticas más modernas, pero la resolución es buena. Pocos notarán las diferencias con ópticas más modernas y prestigiosas, aunque existan. Eso sí, en las fotos con el sensor completo, su estética es más la de un 70 mm en formato 24 x 36 mm, que la del 85 mm original. Con lo que casi lo prefiero con el sensor recortado, o para los panoramas que he mencionado.

Una de las ópticas que más ilusión me hacía que funcionasen bien es el Tamron 35 mm f1,8 que ya he mencionado. Una óptica estabilizada, mucho más luminosa que los objetivos Fujinon GF, protegida contra la intemperie, bien construida,... que queda bien puesta en la GFX 50R. Y he de decir que si bien a máxima apertura la calidad en las esquinas se resiente considerablemente, el viñeteo es controlable, y cuando cerramos el diafragma tiene una calidad suficiente en todo el campo. Por lo que es uno de los objetivos más usables, dándonos un gran angular equiparable a un 28 mm luminoso para el formato 24 x 36 mm. Ya me merece la pena el adaptador, con lo que llevo probado hasta el momento.

Me llevé el sábado por la tarde la cámara con el Canon EF 24-105 mm f4L IS USM para dar un paseo por el Recinto Expo 2008. Como ya sabía y he mostrado con anterioridad, hay que usarlo con el sensor recortado, por el importante viñeteo mecánico, especialmente en las focales angulares. En la posición tele, quizá podría usarse con el sensor completo. En cualquier caso, la calidad de imagen que ofrece sobre los 30,5 megapíxeles del sensor recortado es muy buena. Perfectamente utilizable. El conjunto es voluminoso y no ligero, pero queda equilibrado y se usa con comodidad. En estos momentos, para muchas aplicaciones, me garantiza mejor calidad de imagen que este objetivo sobre la EOS 5D Mark II o sobre la EOS RP, por la mayor calidad del sensor de la GFX 50R, más moderno y con una dinámica mucho más amplia.

Del 40 mm ya he comentado cosas, poco más queda que añadir. Lo paseé por el museo de Zaragoza, en una exposición sobre la estancia de Goya en Roma, antes de ser un pintor reconocido, y viene bien, aunque como objetivo de reportaje, donde la nitidez en las esquinas sea poco importante. Como en todos los objetivos anteriores, usado sobre el sensor completo de la GFX 50R, el ángulo de visión que proporciona es mayor que con las Canon EOS. Y así, en lugar de funcionar como un estándar corto, se convierte en un angular moderado.

Poco me queda decir de momento. Aunque el adaptador no es barato, hasta que reúna fondos para mis siguientes objetivos Fujinon GF, aumenta notablemente las capacidades fotográficas de mi cámara de formato medio. Y por lo tanto es una inversión razonable. Funciona bien. Está bien construido. El firmware es actualizable a través de su puerto USB... Ya está. Si todo va bien, el próximo fin de semana querría probarlo con otros chismes añadidos a los objetivos. Como los anillos de extensión para macrofotografía o el multiplicador de focal sobre el EF 200 mm f2,8L USM. Ya os contaré.

Olympus Trip 35, Rollei Ortho 25 Plus, SPUR Acurol N y la regla "sol f16"

En diciembre recibí un regalo de un conocido que había acumulado recientemente algunos materiales para fotografía con película tradicional y que en estos momentos, por problemas que no vienen al caso, era consciente que no iba a usar en un futuro previsible. Así que simplemente me los regaló. Pasaba de dedicar el tiempo a buscar compradores, y no se iba a hacer ni más rico ni más pobre por venderlos o regalarlos. El lote de productos era de cuatro rollos de película Rollei Ortho 25 Plus caducada en 2020, un lote de películas variadas de Nofoto Lab, y una botella de revelador SPUR Aculrol N sin empezar. De cada cosa iré hablando conforme vaya usando. De momento, en usado dos rollos de Rollei Ortho 25 Plus, y los he revelado con el SPUR Acurol N. Vamos con el primero de ellos.

En los últimos rollos que hice en blanco y negro con la Olympus Trip 35, en el mes de noviembre, cuando compré el adaptador de rosca para poder utilizar filtros en ella, me quedé con la mosca detrás de la oreja por el flojo resultado que obtuve con el filtro rojo. Básicamente, al disminuir mucho la sensibilidad efectiva por los tres pasos de luz que se come el filtro, la cámara había estado usando constantemente aperturas muy abiertas, privilegiando la velocidad de obturación de 1/200 segundo. Y con profundidades de campo muy pequeñas,... había fotos con poca nitidez. O con el plano nitidez en el lugar no deseado.

El caso es que le estuve dando vueltas al asunto, y comprendí que no tenía porqué usar la Trip 35 necesariamente en modo automático, que es como está pensada inicialmente. Tiene un modo manual, con algunas restricciones. Este modo manual está pensado para usar la cámara con un flash. La velocidad de obturación queda fijada a 1/40 segundo, y puedes seleccionar la apertura del diafragma en función de la distancia al sujeto y la potencia del flash. Si tienes un flash con número guía de 20 a ISO 100, con una película de esta sensibilidad podrás fotografiar a un sujeto a 5 metros de distancia con una apertura f4. 20/4 = 5 metros. Si usas ISO 200, cierras la apertura un paso, f5,6. Si usas ISO 25, como la Rollei Ortho 25 Plus, abres dos pasos, f2. Ups. La Trip 35 está limitada a f2,8... mmm... mejor sitúas al sujeto a 3,5 metros, y ya puedes usar esa abertura máxima. 20/3,5 = 5,7... dividido por dos para obtener el equivalente a ISO 25 y da 2,86... f2,8. No es difícil.

Pero claro, si usas la reglas del "tiempo soleado, ajusta f16 para una velocidad de obturación igual a la inversa de la sensibilidad de la película", vemos que un ISO 50 podríamos usarlo, por aproximación con este modo manual a f16. Entre 1/40 y 1/50 hay poca diferencia. Y en el caso de la Rollei Ortho 25 Plus... pues el equivalente sería f11 a 1/40 segundo, con tiempo soleado y sombras nítidas. A partir de ahí vamos bajando a ojo... f8 si está soleado pero las sombras son difusas, f5,6 si esta con un nublado ligero, f4 con un nublado más intenso o en sombras a cielo abierto... Es decir... tenemos un cierto margen para fotografiar en exteriores. Como la distancia focal del objetivo es 40 mm y la cámara es ligera, solo tenemos que tener un poquito de cuidado para evitar las fotos trepidadas. Y como tiene la posibilidad de un enfoque por estimación razonablemente sencillo y sabemos qué apertura usamos, cosa que no sucede en el modo automático, podemos previsualizar lo que va a quedar dentro del intervalo de profundidad de campo.

Revelé el rollo de Rollei Ortho 25 con el SPUR Acurol N. Por lo que he leído en la documentación del químico, es un revelador compensador, por lo que mejoraría el contraste, aplanándolo un poco, en escenas con iluminaciones duras, especialmente si se usa con diluciones elevadas. Parecido a lo que sucede con el Rodinal o con el Kodak HC-110. Pero estaría orientado a obtener una buena nitidez con un grano fino. Dicen. Tiene un elevado tiempo de conservación una vez abierto. En la documentación del fabricante, no aparecía el tiempo de revelado para la Ortho 25 Plus expuesta a su sensibilidad nominal, sino para un índice de exposición 100. Usé el tiempo de revelado para la versión anterior de la Rollei Ortho 25, 11 minutos con la dilución 1+70 a 20 ºC, y con un ritmo de agitación muy suave. Con prelavado para atemperar la emulsión a la temperatura de revelado, y usando agua desionizada, siguiendo la recomendación del fabricante.

Los negativos han resultado un poco más densos de lo esperado, pero perfectamente usables. Como el aumento de densidad es uniforme en toda la imagen y no mayor en las luces que en las sombras, es decir, no se acompaña de un gran aumento del contraste, asumo que se debe a que mi evaluación de las escenas a la hora de ajustar el diafragma fue conservadora, protegiendo las sombras, y que hay un cierto grado de sobreexposición en los negativos. Como digo, no me ha resultado problemático a la hora de digitalizar los negativos con la Panasonic Lumix G100 y el Macro-Elmarit 45 mm f2,8, y con ligeros ajustes de la curva tonal en el software de procesado del archivo digital. El grano es un poquito más notable de lo esperado para una película de sensibilidad baja. Pero el fabricante del revelador avisa de que el uso de diluciones elevadas, y 1+70 lo es, conlleva un cierto aumento del grano. Es lo que pasa con otros reveladores compensadores; tienen una alta acutancia, lo que hace que el grano sea más visible. Pero en general estoy contento con la gama tonal obtenida, y alguna escena muy contrastada ha quedado muy bien. No descarto usar de nuevo esta combinación en un futuro.

Viajando con formato medio digital - Fujifilm GFX 50R en Olite

Quizá el título de la entrada sea exagerado. Una excursión en el día desde Zaragoza a Olite en Navarra, y regreso en el día, no sé si califica como "viajar". Son unos 140 km en tren ida y vuelta, y pasar la tarde en la población navarra. Más o menos lo he contado grosso modo en mi Cuaderno de ruta. Pero, aunque no la adquirí como cámara de viaje, quería investigar cómo se comporta la Fujifilm GFX 50R de formato medio digital en ese ámbito de la fotografía. Vamos a ver cuáles son mis impresiones.

Primero. La calidad de imagen. Ningún secreto. La calidad de imagen es muy alta siempre que la técnica del fotógrafo que use uno de estos chismes sea buena. Si eres descuidado a la hora de enfocar o de seleccionar tus parámetros de exposición, la calidad de la imagen también sufre más que con formatos de sensor de captura más pequeños. Así que no se puede ser descuidado; errores no muy importantes se notan más. Ayer, en un entorno turístico relativamente concurrido... alguno que otro cometí. Pero si todo va bien... pues la imagen tampoco es del todo placentera. Es demasiado "perfecta" y poco expresiva. Salvo que tengas un luz espectacular, lo cual, mientras viajas, sucede a veces sí y a veces no... tendrás que currártelo un poco en la aplicación de procesado de la imagen digital. Y "ensuciarla" un poco... Yo he usado para el revelado básico Capture One 22 Express. Para la corrección de perspectivas, Affinity Photo 1.10. Para "ensuciar" la imagen, la simulación de Kodak Portra 160NC de Color Efex Pro 4, de la Nik Collection.

Segundo. Un único objetivo, una única focal. Esta cámara con el único objetivo que tengo para el sistema, es llevadera. He llevado a cuestas equipos más pesados. Pero si le sumase más ópticas, ninguna tan ligera como el GF 50 mm f3,5... sería oneroso para la espalda. Lo cierto es que no eché de menos otras focales. Supongo que si las llevas las usas, se te ocurren situaciones para hacerlo. Pero como no las llevaba, y lo sabía, aunque no pensase en ello, solo veía en el ángulo de visión del objetivo. Esto me pasa hace ya un tiempo. Especialmente desde que prefiero las focales fijas. Veo en función de la focal que llevo. En unos días os hablaré de usar otros objetivos con otras distancias focales... pero otro día será.

Tercero. Modo de exposición. No voy a cambiar a estas alturas las fórmulas que me han ido bien desde siempre. Cuando hay buena luz, modalidad de prioridad a la apertura (A o Av, según sistemas), ya que esta define en gran medida la estética de la toma, al gestionar la profundidad de campo. Pero aquí viene una de las advertencias asociadas al sistema. Se nota bastante en los resultados que tienes poca profundidad de campo. Y a veces de forma desagradable. Hay que tener cuidado sobre dónde enfocas y como gestionas las áreas desenfocaras de la escena. Cuando la luz escasea mucho, suelo optar por la modalidad de prioridad a la velocidad de obturación (S o Tv, según sistemas). Ajustas la velocidad mínima para evitar trepidaciones en la imagen, y dejas que la apertura caiga donde pueda... y enfocas con el mayor cuidado posible, por lo dicho de la escasa profundidad de campo. Puntualmente, en determinadas escenas, modo manual. El ISO lo suelo ajustar a automático con un máximo de ISO 3200.

Cuarto. Ergonomía de la cámara. Conforme la vas usando, te vas acostumbrando a donde encontrar los principales ajustes sin mirar, y en general es bastante buena. Tiene algún botón puesto donde no debería, por lo que a veces lo pulsas sin querer. Pero en general, bien. Todavía tengo que decidir cómo personalizar los distintos botones de función configurables. Pero necesito más experiencia. El principal problema que he tenido ha sido el visor electrónico. Es muy nítido, sin duda. Pero también demasiado contrastado. Puede ajustarse la luminosidad y el color... pero no he encontrado como ajustar el contraste. La única solución que encuentro es seleccionar un estilo, una simulación de película que dicen, muy poco contrastada. Pero eso es un rollo, porque suelo tirar en Raw + JPEG, usando los JPEG, de pequeño tamaño para subir a redes sociales mientras viajo. Y por eso me gusta que la foto quede bien desde la cámara... En fin... iremos viendo.

Quinto. Simulaciones de película. En pocas palabras... no he encontrado todavía una que me acomode del todo. De las incluidas o de las configurables. Creo que, al fin y al cabo es porque no hay una que valga para todo. Quizá la simulación PROVIA/Estándar o la simulación CLASSIC NEGATIVE, sean las más convenientes. No me gusta nada la simulación VELVIA para paisaje; sí que me gustan las simulaciones ACROS + filtro amarillo o naranja para blanco y negro. Pero no suelo usarlas, porque de color puedes pasar a blanco y negro, pero no al revés.

Sexto. Batería. Sólo tengo una. No sé si necesito más. Bueno... siempre hay que tener al menos una de repuesto. Disparé mucho más de lo que necesitaba para las fotos que quería, por ver cómo se iba agotando la carga. A pesar de ello, sólo hice 195 disparos. De las cuatro barras del indicador de carga, han desaparecido dos. Si la progresión es lineal, habría que pensar que me puede quedar 150 disparos más. Normalmente, suficiente para un día de viaje. Pero todavía no sé si es lineal la progresión del indicador. En la mayor parte de las cámaras, no. Así que pueden ser menos. En un viaje normal, creo que no necesitaría usar más de una batería al día, pero debería llevar un repuesto por si acaso.

Resumiendo... ¿Podría usar esta cámara para ir de viaje? Seguro. Y lo disfrutaría. Pero... ¿es lo más idóneo? Mmmmmmm... teniendo en cuenta que la explotación que hago de las fotos de viaje no necesita de los 51 megapíxeles de esta cámara, probablemente sería ineficiente. Pero no descarto que lo haga en alguna ocasión. Ya veremos en cuales.