La fotografía como afición y otras artes visuales

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Nuevamente la Olympus Trip 35 y un rollo de Kodak ProImage 100 para acompañar una jornada de fotografía digital

Empieza a ser ya habitual que cuando dedico mi jornada fotográfica a la fotografía digital lleve conmigo la Olympus Trip 35 con un rollo de película. Las más de las veces película negativa en color, siendo frecuente en este caso, como en el que os comentaba hace pocas semanas, que esta sea Kodak ProImage 100, película a la que cada vez estoy más aficionado. Y si no termino el rollo en esa jornada,... pues lo llevo unos días más mientras deambulo por la ciudad y lo voy terminando.

En esta ocasión, la mayor parte del rollo lo expuse el día en que estuve estrenando el adaptador Fringer para objetivos Canon EF sobre la Fujifilm GFX 50R. Por lo que buena parte de las fotos están realizadas en el entorno de la estación ferroviaria del barrio zaragozano de Casetas y en el Parque de la Granja de Zaragoza, donde se encuentra la estación de cercanías de Miraflores donde cogí el tren para ir a Casetas. Fue un día soleado, pero un cierto grano de bruma y tenues nubes altas, que procuraban una luz agradable y más difusa que la dura luz que reinó durante los días anticiclónicos del seco mes de enero de este 2022. Una condiciones de luz en las que la Kodak ProImage 100 se desenvuelve perfectamente.

Por lo demás, la cámara, la Trip 35, tiene un fotómetro de selenio en forma, que no muestra signos de desgaste. Y es agradable de usar, con una focal, 40 mm f2,8, que me resulta cómoda y conveniente. Como ya comenté hace unas semanas, una combinación segura para manejar como bloc de notas fotográfico en días luminosos. Cuando la luz falta... hay que buscar películas más sensibles.

Adiós parcial a Panasonic y regreso a Olympus - Olympus OM-D E-M5 III

Desde hace cuatro años, mi cámara principal para viajes era la Panasonic Lumix G9. Os la presenté en estas páginas un 22 de marzo de 2018, aunque la llevaba probando desde hacía unos días antes, o sea que en estos momentos sería su cuarto aniversario. Y sinceramente, iba muy muy muy bien. Salvo que era un poquito más grande y pesada de lo deseable en viajes, no le hubiera sabido encontrar ninguna pega más. Hasta los primeros días de mayo del año pasado, cuando la cámara empezó a fallar intermitentemente. Os pongo una foto para que veáis lo que aparecía en mi pantalla. Las fotos que hacía eran así o, simplemente, negras.

La llevé al servicio técnico oficial de Panasonic en Zaragoza, lugar al que me dirigió la página web de la marca en España. Como el fallo era intermitente me dijeron que la llevara con la cámara fallando, para ver lo que pasaba. Así lo hice a finales de junio. Después de regresar de Suiza a finales de julio me la devolvieron reparada,... o eso dijeron. Volvió a fallar cuatro semanas después. Igual. La volvía a llevar. Me la devolvieron, ahora ya asegurada,... o eso dijeron, a principios de octubre. Me la llevé a Andalucía, y la usé sin problemas durante todo un día en Jerez de la Frontera. Al volver a Sevilla, por la noche... volvió a fallar. Entonces hice la foto que os he mostrado antes.

Las últimas fotos aprovechables de la Lumix G9 en Jerez de la Frontera.

Lo haré corto. La llevé por tercera vez al servicio técnico, que no se dedica en exclusiva a los aparatos fotográficos, llevan las reparaciones de electrodomésticos diversos de varias marcas, la tuvieron durante tres meses, y me la devolvieron en febrero. En seguida comprobé algunas cosas que me hicieron desconfiar mucho de la "reparación". Y que indicaban que la cámara fallaría tarde o temprano.

Yo había comentado el tema con un amigo que hice a través de redes sociales en Suiza y este preguntó por allí. Y a su través alguien me hizo una oferta. Querían una cámara como esa, sabían cómo arreglar el problema, y me proponían un trueque. Lo acepté. Ahora soy el poseedor de una Olympus OM-D E-M5 III. Que estrené formalmente hace ocho días en Toledo.

No me extenderé mucho. La cámara tiene unas dimensiones y una apariencia muy similar a la primera declinación de las Olympus OM-D E-M5, que tuve en activo durante seis años, entre la primavera de 2012 y la de 2018. Pero con un sensor más moderno, similar al de la Lumix G9, y con algunos elementos ergonómicos modificados que han permitido que me acostumbre a ella de forma casi instantánea. A la primera E-M5 me costó un poquito acostumbrarme. Pero esta, salvo por las diferencias en tamaño, tiene un volumen apreciablemente más pequeño que la Lumix G9, se maneja de forma muy similar.

En el viaje a Toledo la usé con ópticas de focal fija. Ninguna de ellas de Olympus. Una Venus Laowa 7,5 mm f2, una Panasonic Leica 15 mm f1,7, una Panasonic Lumix 25 mm f1,7 y una Sigma 56 mm f1,4. Todas ellas funcionaron sin ningún problema. El estabilizador de imagen de la cámara, muy competente, me permitió hacer fotos estupendas en interiores a velocidades de obturación muy bajas.

La calidad del sensor es claramente muy superior a mi primera E-M5. Y como mínimo tan bueno como el de la Lumix G9. Esta cámara salió al mercado en 2019. Probablemente, si hubiera estado en el mercado en la primavera de 2018, no hubiera comprado la Lumix G9. Mi ejemplar no es nuevo, pero su obturador llegó ayer a su accionamiento número 1000. Así que como si lo fuera. No tiene doble ranura de tarjeta,... pero tiene un modo de alta resolución que ya he usado para digitalizar algunos negativos de una Kodak Tri-X 400 expuesta en Toledo de los que hablaré más adelante.

Archivos brutos de 80 megapíxeles, unos 70 megapíxeles netos, nítidos y aprovechables, con el macro Panasonic Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS. Sin problemas.

Si a Toledo, como suelo hacer en entornos urbanos, me llevé focales fijas, que hacen del equipo un conjunto pequeño y muy discreto, ayer sábado me llevé los dos objetivos zoom de primera línea a una excursión de naturaleza; Olympus M.Zuiko 12-40 mm f2,8 y Panasonic Lumix G 35-100 mm f2,8 Power OIS. Fue una excursión con ASAFONA Asociación Aragonesa de Fotógrafos de Naturaleza al Geoparque Mundial Unesco Sobrarbe-Pirineos. A primera hora de la mañana en Aínsa, donde no la usé, hice fotos del lugar con la Olympus Trip 35 y película negativa en blanco y negro ISO 400. Pero sí en el resto de la mañana en las margas del Pueyo de Araguás, donde amenazó lluvia hasta que escampó, y después de comer en el barranco de Janovás, en el río Ara. Como al final la lluvia no apareció, no tuve necesidad de comprobar su reputada resistencia a las inclemencias del tiempo. Pero si es como la de sus antecesoras, no estoy nada preocupado por el tema.

Está claro,... mi incomodidad al usar ópticas más grandes con la primera E-M5 se debía más a su ergonomía que a la relación de tamaños entre las ópticas y la cámara. Ningún problema con la E-M5 III, con la que me he encontrado al usar estos dos objetivos; especialmente el 12-40 mm, que es más pesado.

La Lumix G9 está un escalón por encima en gama que la E-M5 III. Y no digamos ya si te interesa el vídeo. En ese caso, es mucho mejor opción. Pero no es mi caso. Y esta cámara está casi nueva. Y la Lumix G9 estaba en buen estado, salvo la avería, que según me informan está resuelta por un técnico suizo que sabe lo que se hace, no como los ineptos de aquí. Pero tenía tres años de rondar por el mundo. Mis expectativas era que durase hasta el 2024 o 2025. Pero con el estado en que me encuentro la E-M5 III, estas expectativas se ha estirado hasta como mínimo 2027. Así que aunque es menos cámara, es más que suficiente para mis necesidades, y como dijo mi amigo suizo, el trueque era un win-win, nadie salía perdiendo. En Semana Santa me iré a Italia con ella. Ya tengo ganas.

La inestimable eficacia de las réflex de enfoque automático para película tradicional - Canon EOS 650 con Kodak Pro Image 100

Las fotografías que presento hoy tienen ya su tiempo. Fueron de principios de diciembre de 2021. Y ya las tengo en casa reveladas desde hace un par de semanas. Pero otras experiencias fotográficas las han relegado hasta que he encontrado una oportunidad para dedicarles un momento. Fueron realizadas con la Canon EOS 650 en dos días distintos sobre película Kodak Pro Image 100. Uno de los días llevaba montado el pequeño, discreto y efecto Canon EF 40 mm f2,8 STM, mientras deambulaba por la ciudad. El segundo de los días, en una caminata de 10 kilómetros, en un día muy agradable para estar en diciembre, monté el Canon EF 24-105 mm f4L IS USM, un objetivo de focal variable que tiene ya sus años, ha sustituido por versiones teóricamente mejoradas, pero que me sigue pareciendo estupendo. Aunque menos cómodo de transportar; más voluminoso y pesado.

Como ya sabréis quienes seáis asiduos de estas páginas, me quejo de que una avería cuyo origen se desconoce, me tiene con mi cámara viajera por excelencia, la Panasonic Lumix G9, de baja. Y en 2021 he probado varias opciones alternativas. Con todas he salido adelante con satisfacción. Pero he de reconocer que la opción de llevarme una Canon EOS con una focal fija luminosa y el zoom mencionado es muy atractiva por la calidad de imagen obtenida y la estética conseguida. Y me permitiría llevar dos cuerpos de cámara, uno digital y otro para película tradicional. Pongamos que llevo la Canon EOS RP con el pequeño RF 50 mm f1,8 STM y la Canon EOS 650 con el 40 mm mencionado. Y el 24-105 mm en la mochila para usarlo con cualquiera de los dos si conviene. No es el equipo más ligero posible, pero os aseguro que sería muy versátil.

Y es que hay un fenómeno curioso. Con el resurgir de la fotografía con película tradicional, o analógica como se le llama popularmente, aunque no me gusta este término, y la falta de oferta de cámaras decentes nuevas, el mercado de segunda mano se ha puesto por la nubes. Pero de forma selectiva. Y curiosamente, las cámaras para película tradicional más modernas, con enfoque automático se pueden encontrar a precios muy económicos. Y si tienes un equipo con una montura compatible, con objetivos compatibles, sólo has de comprar un cuerpo en razonable buen estado. Mi EOS 650, que compré por el capricho de celebrar el 30 aniversario del sistema EOS y el 25 aniversario de mi entrada en este sistema, me costó sólo 25 euros más los gastos de transporte. Como nueva. Y funciona sin problemas.

Hoy en día, por lo que he visto, sin objetivo incorporado, la puedes encontrar en eBay con buen aspecto por precios que rondan los 25 a 50 euros. Si va con un objetivo sube bastante más, porque los objetivos no pierden tanto su valor como las cámaras. Aunque también hay opciones dignas económicas. Por lo menos para usar con película tradicional. Con una cámara digital lo pasan peor. Pero ya he dicho que si tienes objetivos de la gama Canon EF compatibles... ya tienes esa inversión hecha. Es cierto que la gama Canon EF de objetivos es una vía muerta, porque es evidente que la marca se va a centrar en la gama RF, no compatible con las EOS para película tradicional. Pero se han vendido tantísimos objetivos Canon EF en los últimos 35 años... hay tantos en el mercado de segunda mano... que durante mucho tiempo no será un problema hacerse con alguno de ellos.

Sobre las fotografías de hoy, poco más que decir. Son de esos momentos del año en los que las características de la luz más agradables son para hacer fotografías a lo largo de todo el día, y no sólo en las horas en torno al amanecer o al atardecer. Los precios de la película negativa en color están subiendo mucho. Mi película preferida para uso general, lo que hago yo, paisaje urbano o natural, es la Kodak Ektar 100. Pero para caminar acompañado de una cámara me vale la Kodak Pro Image 100. Su rendimiento de colores no me gusta tanto como el de la Ektar, pero también me gusta. Y su grano y definición es menor, pero perfectamente utilizable. Eso sí, en alguna ocasión he leído que cada vez hay menos oferta. Y en la página de Kodak no aparece, ni en la oferta de aficionados ni en la de profesionales.

El mensaje que quiero dar es claro. Quien se quiera introducirse en la fotografía con película tradicional no tiene porqué pagar por una cámara de segunda mano de las que están de moda, las cámaras mecánicas de los años 60 o 70, incluso anteriores, o incluso de los años 80, de formato pequeño (película tipo 135) o medio (película tipo 120). Algunos modelos se están poniendo un precio triple o cuádruple al que pagué yo hace ocho o nueve años. Hay una abundante oferta de cámaras de finales de los años 80 del siglo XX y de los años 90, que no son tan glamurosas de aspecto, pero que funcionan perfectamente, son muy efectivas y eficientes, y que pueden acompañar perfectamente no solo los inicios de la afición, sino también el crecimiento y desarrollo de la misma. Es mi consejo.

Ciertos paisajes urbanos en formato medio (y 2) - Fujifilm GS645S Wide60 + Fujifilm Neopan 100 Acros II

Llegamos a los último días del años. Probablemente, casi seguro al 99,99 %, esta es la última entrada del año. En mi Cuaderno de ruta aún publicaré los resúmenes fotográficos del año. Estos no son los últimos rollos del año. Tengo tres rollos en color para revelar, pero como los revelo a mes vencido, hasta dentro de unos días, entrado enero de 2022, no dispondré de ellos. Y me falta por revelar un rollo de Kodak T-Max 400 expuesto con la Olympus Trip 35. Si todo va bien, lo revelaré hoy. Mañana lo digitalizaré. Pero no creo que hable de él hasta el 3 de enero por lo menos. No sé si estos días que quedan de 2021 empezaré algún rollo más... pero quizá los considere ya del 2022. Así que, a efectos prácticos, estos rollos de Fujifilm Neopan 100 Acros II, ligeramente caducada, hermano de los que comenté hace unos días,... van a ser mi cierre fotográfico del año.

Al igual que los de la Hasselblad, lo expuse en los días festivos del puente de la "Inmaculada Constitución". Fue una continuación de los retratos que estuvimos haciendo, aunque en esta ocasión los retratos eran de tipo ambiental, y opté por otro punto de vista y otro formato. Y al igual que con la Hasselblad, entre retrato y retrato en distintas localizaciones en la zona entre el Canal Imperial de Aragón y el Parque Grande de Zaragoza, fui tomando algún paisaje. La cámara es la Fujifilm GS645S Wide60, con su óptica fija de 60 mm f4. La equivalencia con el formato de 24 x 36 mm basada en las diagonales del negativo sería de una focal de 37 mm. Pero como no son formatos homotéticos, este es 4:3 frente al 3:2 del formato pequeño, siempre lo veo más como más cercano a efectos prácticos de una focal de 40 mm que la de 35 mm. Una focal estándar corta más que un angular moderado.

La película las revelé en el mismo tambor que la de la Hasselblad. Y repitiendo lo que decía hace unos días, hace ya un tiempo que tengo estandarizado el manejo de la Acros II, tanto en su revelado normal como en el revelado desatendido que es adecuado para controlar los contrastes. Expuesta a un índice de exposición 80, revelada en Kodak HC-110 dilución 1+119, durante 60 minutos con mínima agitación. Ya observé que este tipo de revelado, llamado desatendido, me gusta para las películas de baja sensibilidad, para controlar los contrastes, por ser un revelado compensador. Digitalizada con la Panasonic Lumix G100. Y como ya comenté, si no fuera por la gran diferencia de precio, usaría siempre esta película y arrinconaría la Ilford FP4 Plus 125.

Las condiciones de luz no fueron las mismas que el día de la Hasselblad. El día salió nublado. Por ello, algunas de las fotos, las primeras que tomé, están demasiado faltas de contraste para tener mucho interés. Y eso que la gradación de tonos de la Acros II es estupenda para trabajar con ella. Conforme fue avanzando la mañana la cosa se puso más interesante. Con aperturas f8 o f11, en el Fujinon 60 mm de la cámara la nitidez está asegurada en todo el campo. Y lo más destacable por otra parte es que cada vez me siento más cómodo con estas focales normales cortas. Por ello,... he decidido liarme la manta a la cabeza y he realizado una cierta inversión en calidad que llegará dentro de unos días. Es en digital... pero tiene que ver con este tipo de focales y cámaras. Por lo demás, no hay mucho más que contar que no lo comentara ya hace unos días. Feliz 2022.

Ciertos paisajes urbanos en formato medio - Hasselblad 500CM + Distagon 50/4 C T* + Fujifilm Neopan 100 Acros II

No voy a perder mucho tiempo comentando este rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros II, ligeramente caducada, en septiembre de 2021, lo cual tiene poca importancia al haber estado guardada en el frigorífico a 4 ºC desde que la recibí. Hice a finales del año pasado un pedido de esta película, mi preferida en ese ámbito de sensibilidad, entre ISO 80 y 125, tanto en 35 mm como en formato 120. Pero luego ha resultado que he usado menos de la que pensaba. Es cierto que tampoco lo hubierais visto, porque estaba destinada a retratos de personas de mi entorno que usualmente prefieren no aparecer en internet. De hecho, en los primeros días de diciembre de 2021 expuse cuatro rollos de Acros II, de los que hablaré de dos de ellos, con dos cámaras distintas de formato medio.

Este que os comento hoy, lo expuse en los días festivos del puente de la "Inmaculada Constitución". Y fue un día en que consideramos oportuno hacer una sesión de retrato, por la luz con la que amaneció, algo casi improvisado, con dos rollos de la misma película. Lo que pasa es que entre retrato y retrato en distintas localizaciones en la zona entre el parque de la Granja y el azud del río Ebro en Zaragoza. Llevé dos objetivos, el angular Carl Zeiss Distagon 50 mm f4 C T* para los paisajes urbanos, y el teleobjetivo corto Carl Zeiss Sonnar 150 mm f4 C T* para los retratos. Las fotos que vemos hoy son del objetivo angular. Por supuesto, estamos hablando de objetivos para la Hasselblad 500CM.

En cuanto a la película, tengo poco que decir en su forma de exponerla y revelarla. Hace ya un tiempo que tengo estandarizado el manejo de la Acros II, tanto en su revelado normal como en el revelado desatendido que es adecuado para controlar los contrastes. Expuesta a un índice de exposición 80, revelada en Kodak HC-110 dilución 1+119, durante 60 minutos con mínima agitación. Este tipo de revelado, llamado desatendido, me gusta para las películas de baja sensibilidad, para controlar los contrastes, por ser un revelado compensador. Digitalizada con la Panasonic Lumix G100. Si no fuera por la gran diferencia de precio, usaría siempre esta película y arrinconaría la Ilford FP4 Plus 125.

Poco más hay que decir. La gradación de tonos de la Acros II es estupenda para trabajar con ella. El grano es muy fino, indetectable prácticamente a partir de negativos de 56 x 56 mm, y con los objetivos Carl Zeiss, incluso si no son de las últimas generaciones de los fabricados para el sistema Hasselblad V, la nitidez está asegurada en todo el campo, a poco que seas cuidadoso al enfocar y cierres el objetivo un par de pasos sobre la apertura máxima. Sin querer decir que las aperturas mayores no sean perfectamente aprovechables. No hay mucho más que contar. Felices fiestas.