La fotografía como afición y otras artes visuales

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Bloc de notas fotográfico en mayo de 2021 - Leica Minilux y Fujifilm Neopan 100 Acros II

Hace muy poquitos días os comentaba el rollo de película negativa en color que usé en la Leica Minilux durante el mes de abril de este año, en su uso cotidiano de esta cámara como bloc de notas fotográfico. Como una herramienta que me permite mantener entrenado el ojo cuando algo me llama visualmente la atención. En ocasiones un mismo motivo, con distinto ambiente, distinta luz, a distintas horas del día... es una forma que considero válida para mantener entrenada la visión. Y la focal de 40 mm del Summarit de la Minilux es una buena opción como objetivo polivalente para este ejercicio.

Tras el rollo de Kodak ProImage 100 que os comenté hace tres días, le puse uno de los rollos de Fujifilm Neopan 100 Acros II que me llegaron hace unas pocas semanas. Esta película es cara. Pero a mí me gusta mucho usarla, desde los tiempos de su predecesora, la original fabricada en Japón. Recordemos que la actual se fabrica en el Reino Unido, presumiblemente por Harman Technology Ltd (fabricante de las películas Ilford y Kentmere), bajo las especificaciones de la marca japonesa.

A priori, siendo una película tecnológicamente avanzada, que se sitúa entre las películas modernas de grano especial, no sé si tabular o no, como las Delta de Ilford o las T-Max de Kodak, uno diría que hay que tenerle un cierto respeto. Las películas de grano tabular de Ilford y de Kodak siempre se han considerado como más exquisitas en sus requerimientos a la hora de exponer con precisión y con menos capacidad de perdonar los revelados descuidados o con químicos inapropiados. La Acros II mantiene el grano finísimo para su sensibilidad, yo creo que con ventaja sobre las Delta y T-Max, una buena gama tonal y un buen contraste, pero siempre la he encontrado sencilla de utilizar. De forma similar a las películas de grano tradicional. Sabemos que cuanto más cuidadosos seamos mejor resultados obtendremos, pero que si cometemos algún errorcillo en la exposición o en el revelado, no va a ser grave. Pues esa sensación me da.

De hecho, con el rollo que os traigo aquí me he encontrado con un "problema". Me di cuenta cuando ya el rollo estaba revelado. Con Kodak HC-110, dilución C 1+19, 5 minutos a 20 ºC, 10 inversiones tranquilas al empezar el revelado y luego 5 al principio de cada minuto hasta el final del mismo. Queda muy bien y con un grano casi inapreciable. El caso es que cuando estaba lavando el rollo, aproveché para cargar en la Minilux, que había quedado libre, un rollo de Kodak Ultramax 400, que es lo que llevo estos días, y entonces me di cuenta que el compensador de exposición de la cámara estaba en +1. Y no sé desde cuando. Al evaluar el rollo cuando lo sequé a colgar, pude ver que llevaba todo el una sobreexposición de un paso. Debería haber ajustado la concentración o los tiempos de revelado.

En cualquier caso, al digitalizar el rollo, como de costumbre con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS, en esta ocasión en modo de alta resolución moderada, que da ficheros de 40 megapíxeles, que una vez que recortas los sobrantes se quedan en unos 30 megapíxeles, las imágenes quedaban bien. Un sencillo ajuste del punto blanco y del punto negro, y para compensar el exceso de revelado, una ligera bajada de los tonos medios, y quedan bien.

Normalmente, para películas de 35 mm, no suelo usar el modo de alta resolución, que reservo para la abundante superficie del formato medio. Pero la nitidez y el grano fino de la Acros II invitan a extraer algo más de información que de otras películas, y es posible. Probablemente, con una Ilford HP5 Plus, incluso con la FP4 Plus, poca ventaja real hay de digitalizar a 20 megapíxeles o a más. Pero con la Acros creo que sí. El modo de alta resolución de la Lumix G9 permite obtener simultáneamente un copia de la imagen en alta resolución, en este caso los moderados 40 megapíxeles, y en resolución normal, 20 megapíxeles, y se ve una mejor. Con otras películas, apenas. Todo sistema tiene sus límites marcados por el eslabón más débil de la cadena. En cualquier caso, una nueva serie de apuntes fotográficos realizados con comodidad.

Bloc de notas fotográfico en abril de 2021 - Leica Minilux y Kodak ProImage 100

Una vez más como sucede con frecuencia desde el otoño pasado, la Leica Minilux, con su estupendo Summarit 40/2,4, me ha acompañado buena parte de los días del mes de abril de 2021, siempre dispuesta a funcionar como bloc de apuntes, bloc de notas, en forma de fotografías, de las escenas cotidianas que la ciudad ofrece en mi deambular por la misma. Muchas veces son las mismas o similares escenas, pero con elementos nuevos, con una luz distinta, o bajo una nueva mirada que no se había producido previamente.

En este mes de abril, valoré que la intensidad de la luz permitiría ir por el mundo sin problemas con una película de ISO 100, y por ello opté por un rollo de Kodak ProImage 100. Al fin y al cabo, el Summitar es razonablemente luminoso con ese f/2,4 de apertura máxima. No obstante, en algunos momentos, en las primeras horas de la mañana, cuando el sol se levanta perezosamente, especialmente tras el cambio de hora del último fin de semana de marzo, en que me hubiera venido bien una sensibilidad de ISO 400. Creo que en adelante usaré preferentemente la Kodak Ultramax 400, o similar, para esta compacta, reservando la ProImage 100, o similar, para cámaras de objetivos intercambiables con objetivos algo más luminosos.

Como de costumbre, la cámara va bastante bien. Sus modos de predeterminación de la distancia de enfoque y de la apertura, permiten ser más ágil y utilizar técnicas de enfoque por zonas. Dado que la accionamiento del objetivo es siempre motorizado, no es tan rápido como con un objetivo manual, pero viene bien. Con el 40 mm, ajustar el enfoque a 7 metros con una apertura de f/8 actúa como distancia hiperfocal, con elementos enfocados desde una distancia de 3,6 metros hasta infinito. A f/11, podemos ajustar el enfoque a 5 metros, para obtener todo enfocado desde los 2,6 metros hasta infinito. Para ambas aperturas, ajustando el enfoque a 3 metros, tenemos una razonable profundidad de campo para personas, objetos o situaciones que se dan en nuestro entorno cercano.

Por lo tanto, nada especialmente novedoso, simplemente una nueva constatación de la bondad de la combinación de la Leica Minilux con las películas Kodak de gama aficionado, que responden bien a las situaciones comunes de la vida cotidiana. En exteriores, en el caso de la ProImage 100. Y no tienen los exagerados precios que están tomando en ocasiones las más prestigiosas películas de la gama Portra.

Una buena luz para la Kodak Portra 400 - Hasselblad 500CM

He recibido recientemente los archivos digitalizados de las fotos de un par de rollos de película negativa en color. Y uno de los que más me interesaba era un rollo de Kodak Portra 400 que expuse con la Hasselblad 500CM y el Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF T*. Eventualmente, para alguna fotografía en la que necesitaba aproximarme más al sujeto, usé un tubo de extensión de 10 mm. Y cometí un despiste que me ha contrariado un poquito, aunque en definitiva no anula la experiencia fotográfica.

Tengo tres respaldos para la Hasselblad, dos A12, con los que se consiguen 12 fotogramas por cada rollo de tipo 120, y uno A16S, con el que se consiguen 16 fotogramas por cada rollo de tipo 120. Los negativos de los respaldos A12 tienen las famosas dimensiones de 6 x 6 cm... en realidad, más bien 56 x 56 mm. Y los negativos del respaldo A16S tiene las dimensiones de las llamadas en su momento superslides, porque era como unas diapositivas más grandes, y cuadradas, que las tradicionales obtenidas con una cámara de 35 mm. El tamaño de estos fotogramas se dice que es de 4 x 4 cm, más bien 41 x 41 mm. Con el A16S haces cuatro fotos más, pero los negativos tienen una superficie que es el 53 %, poco más de la mitad, que los de los respaldos A12. Y desperdicias superficie sensible del conjunto del rollo, ya que los negativos no ocupan el total del ancho de la película fotográfica.

Utilizo de vez en cuando el respaldo A16S con película en blanco y negro. Recientemente, durante la #FP4Party lo usé en el cementerio de Zaragoza. Y no me disgusta el resultado. El objetivo estándar de 80 mm pasa a ser casi un teleobjetivo muy cortito. El 50 mm, que muchas veces se compara con el 28 mm con película de 35 mm, se acerca más a lo que sería la focal de 35 mm... siempre teniendo en cuenta que estas equivalencias son un poco atrevidas, dada la diferente proporción de los lados del negativo entre el cuadrado y el 3:2. Pero nunca lo uso en color... porque cuando lo mando a revelar, me cobran el escaneo como un formato medio, pero el tamaño efectivo de la imagen es más pequeña. Por ejemplo, en lugar de 5000 x 5000 píxeles, se queda en 3600 x 3600. Con el blanco y negro en casa, con el mayor o menor acercamiento del objetivo macro con el que digitalizo los negativos puedo controlar el tamaño final del fichero. Pero en la relación comercial con el laboratorio, no con el producto estándar. Obviamente, siempre habrá más detalle y resolución auténtica en el negativo de 56 x 56 mm que en el de 41 x 41 mm. Pero no está mal lo que se puede extraer de este último.

El caso es que no usaba la Hasselblad desde aquel día en el cementerio. Y cuando hace un par de sábados decidí que la luz de la tarde podía ser ideal para hacer algún paisaje en el entorno del soto de Cantalobos con un rollo de Kodak Portra 400, me encontré conque llevaba el A16S y no el A12. En lugar de desistir, y limitarme a usar la Canon EOS RP que llevaba conmigo también, decidí usarlo. ¿Porqué la metedura de pata? Estuve dudando hasta último momento si poner un rollo de Kodak Ektar 100 o uno de Kodak Portra 400. Y no saqué la película del frigorífico hasta poco antes de salir de casa. Así que no cargué la película en el respaldo hasta que no llegué al lugar donde pretendía dar el paseo y hacer las fotos. Y ahí... la cosa no tenía ya remedio.

Opté por la Portra 400 porque no me apetecía llevar trípode, luego tenía que hacer otras cosas, y no quería cargar con él el resto de la tarde-noche. Y además la luz era suave, y no demasiado intensa, gracias a unas nubes que no dejaban la luz plana y sin contrastes, pero que evidentemente exigían una reserva de sensibilidad si querías usar un diafragma cerrado. Pongamos a f/11. Y la verdad es que me gusta el resultado. Lamentablemente, estas agradables tardes con una luz tranquila, pacífica, no durarán ahora que vamos cara el verano, y sufriremos las duras luces tan difíciles de controlar, para que luego el atardecer dure un suspiro porque el sol cae a plomo en el ocaso.

Empezando la temporada del infrarrojo - Leica M6 con Rollei Superpan 200

La primavera está muy avanzada y el verano climatológico, teniendo en cuenta las progresivas elevaciones del termómetro por culpa del calentamiento global, está cercano. Y si a eso sumas las numerosas horas de sol y la modificación de los horarios para el verano,... quedan pocas horas en el día con una luz agradable o adecuada para la fotografía. Salvo que buscas miradas alternativas a lo que las "reglas", "cánones" y "sabios" de la materia nos dicen. Y una de las alternativas es mirar en el espectro del infrarrojo. Ya he publicado en estas páginas bastantes entradas sobre este tipo de fotografía, así que no la voy a explicar en esta ocasión.

Lo que hice hace unas semanas fue aprovisionarme para la temporada. Y lo hice en tres niveles. Mi cámara favorita para la fotografía en el infrarrojo es la Fujifilm GS645S Wide60. Es telemétrica, por lo que el visor de encuadre no se ve interferido por el filtro IR720 Hoya de 49 mm que uso sobre el objetivo de 60 mm. Es formato medio, con el extra de calidad. Para ser formato medio, es ligera y llevadera. El año pasado hice pruebas para fotografiar a mano alzada, comprobando que en días de sol radiante podía usarla a f/4 y 1/60 segundo a IE 200, y f/8 y 1/60 segundo empujando el revelado un par de paso y exponiendo a IE 800. Mi película de elección, después de varias pifias con las Rollei, que tiene varias denominaciones con sensibilidad extendida al infrarrojo, es la Ilford SFX 200. Aunque es sustancialmente más cara que las Rollei. Pero es muy fiable. Así que compré varios rollos de SFX 200 en formato 120.

También quiero usar la Leica M6 para este tipo de fotografía. También es telemétrica... por lo que va bien por la no interferencia del filtro con el visor. Y es de objetivos intercambiables, por lo que puedo variar las composiciones. Pero el Hoya IR720 de 49 mm es demasiado grande, y molesto de usar con adaptador. Por lo que he buscado una opción en los 43 mm de diámetro, me sirve directamente para el Zeiss Planar 50/2 ZM y para el Zeiss Biogon-C 35/2,8 ZM, y con un adaptador, que ya tengo, para el Summicron 35/2 ASPH. En principio, lo usaré con los Planar. Pero como no sé cómo iba a ir, racaneé un poco y compré un filtro chino a mitad de precio que los Hoya. Como eventualmente quiero usar la Hasselblad para este fin, aunque ahí ya sobre trípode y con más cuidado, también cogí una versión de 67 mm, que me puede valer también para alguno de los objetivos que uso con las Canon.

Y por último, dado que los problemas de calidad de las Rollei tenían que ver con los rollo de formato 120, decidí darle una nueva oportunidad a esta marca, pero con rollos de 35 mm. Por lo que encargué algunos rollos de Rollei Superpan 200, apreciablemente más baratos que los de la SFX 200. Para usarla con la Leica M6. Hay que considerar además que la profundidad de campo a f/4 con un tamaño de negativo de 24 x 36 mm es mayor que con uno de 42 x 55 mm que ofrece la GS645S. Para un objetivo de 35 mm como el Biogon-C, la hiperfocal a f/4 es a 10,2 metros, con una profundidad de campo que va desde los 5,1 metros hasta infinito. El 60 mm de la GS645S, que ve un poquito menos que el Biogon-C, pero es similar, tiene una hiperfocal a f/4 de 20,1 metros, con una profundidad de campo que va desde los 10,1 metros hasta infinito. Teniendo en cuanta que sobre todo lo uso para paisaje... queda claro lo que quiero decir, ¿no? Además hay otra cuestión... siempre es mejor usar un objetivo, para mayor calidad de imagen, con el diafragma algo cerrado.

Con estos refuerzos en mis existencias, hace dos fines de semana monté el IR720 de marca poco conocida sobre el Biogon-C 35/2,8 calzado en la Leica M6. Y me dispuse a hacer un rollo de Superpan 200 en el fin de semana. El sábado hubo tiempo de sol radiante, pero el domingo tuve que usar en algún momento el pequeño trípode de viaje que tengo, y que llevaba en la mochililla por si acaso, porque salió lluvioso y nublado. Aunque acabó despejando. Una cosa que se me ha olvidado comentar es que una vez enfocada las escena con el telémetro o usando la escala de profundidades de campo de los objetivos de enfoque manual, siempre corrijo a la señala coloreada que suelen tener, porque la radiación infrarroja no enfoca en el mismo plano que la luz visible. Ya en el espectro visible existe el problema de la aberración cromática debido a este fenómeno, que no todas las longitudes de onda enfocan en el mismo punto, y que es especialmente notoria causa de pérdida de nitidez en las longitudes focales largas. De ahí, la existencia de objetivos apocromáticos y tal. Con la GS645S, hacerlo así me había proporcionado siempre buenos resultados.

Pero uno siempre se pregunta... para qué longitud de onda está pensada esa marca, porque el espectro infrarrojo es muy amplio. Si el espectro visible va, aproximadamente, desde 380 nm de longitud de onda hasta los 700 nm, algo más en algunos casos, depende un poco de la variabilidad de cada persona, el infrarrojo va desde los 700 nanometros hasta 1 milímetro. Lo que es una amplitud enorme. Que conste que estas películas con sensibilidad extendida, sólo se entiende con el infrarrojo muy cercano. Es decir, con el filtro IR720 estaríamos aprovechando desde el 720 nm, que según sensibilidades personales será rojo profundo o infrarrojo muy cercano, y hasta los 750-780 nm. Por lo que siempre me entra la duda de cuánto tengo que corregir el enfoque. Si buscamos las especificaciones de la Kodak HIE Infrared, que llegué a usar en una ocasión en los años 90, la sensibilidad de aquella película estaba alrededor de los 900 nm, por lo que se podía afectar incluso por fuentes de calor. Si las marcas de los objetivos fueron pensadas para aquellos objetivos... podemos estar sobrecompensando.

Revelé la película de la forma habitual, Kodak HC-100 1+31, 6 minutos a 20 ºC, con la agitación intermitente habitual. Los negativos están digitalizados con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 OIS ASPH, y corregidos mínimamente. Ajuste de los puntos blanco y negro y poco más. La base de la película de Rollei es diferente, y mucho más transparente, que la de la película de Ilford. Y supongo que se ve mucho más afectada por la electricidad estática... porque acumula polvo con mucha facilidad. El trabajo que me da este retoque es mucho mayor que con la película británica.

Los resultados en general han sido razonablemente satisfactorios. Muy agradables en algunas de las tomas con el sol menos radiante o incluso nubladas. Pensaba que eso iba a afectar más a los tonos de la vegetación, oscureciéndolos, pero en realidad rebaja el contraste de la escena, que es más agradable de trabajar y ajustar. La granularidad de la película no es muy distinta a la de la película de Ilford en mi apreciación subjetiva. Algo mayor que otras películas pancromáticas convencionales de sensibilidades equivalentes. Y donde me he quedado chafado es en la nitidez. En varios negativos enfocados para la hiperfocal y corregidos a la marca del infrarrojo del objetivo, hay una pérdida de nitidez por un cierto desenfoque. Pero no tengo claro el motivo. Si es cosa del objetivo, de la marca de enfoque corregido que no es adecuada, o si yo estuve realizando algún error sistemático del que no soy consciente. Pensando estoy en cómo voy a actuar en el futuro...

Película Instax Square color de "segunda mano" - Instax SQ6

Hace unas semanas estaba mirando en la sección de productos reacondicionados de Amazon, mirando a ver si conseguía a buen precio algún objeto que me interesase. Por ejemplo, una tarjeta de memoria SD de buena marca y de buena capacidad para una de las cámaras digitales. La encontré. El caso es que entre los objetos a la venta encontré un paquete de dos cartuchos de 10 fotos de película Fujifilm Instax Square color de "segunda mano".

Algo que siempre ha causado la hilaridad de los aficionados a la fotografía, especialmente de la fotografía fotoquímica tradicional, es cuando se encuentran a la venta productos consumibles como película, papel fotográfico, revelador, fijador,... etcétera, "previamente utilizados" o de "segunda mano", que son etiquetas estándar en muchos de los sitios de venta en internet. Obviamente, por su carácter de productos consumibles, es decir, una vez utilizados ya no se pueden volver a usar, esas etiquetas estándar son intrínsecamente erróneas e inconvenientes. Pero internet funciona así... y a la mayor parte de la gente parece no importarle. La humanidad... no dejamos de ser una panda de chapuceros. Menos mal, para nosotros, no para el planeta, que sobreviven los más adaptados y no los mejores, porque si no, hace mucho que nos habríamos extinguido. De todos modos, tiempo al tiempo.

La cuestión es que la película Instax Square suele estar a precios entre los 10 y los 13 euros, según sea en color o en blanco y negro, normal o ediciones especiales. Que es más asequible que la Polaroid, pero tampoco exactamente barata. Que de repente me encontrase dos cartuchos con lo que venía ser un coste entre un 35 y un 40 % menor de lo habitual... era tentador. Además, me estaba quedando en el frigorífico sin este tipo de película. Así que piqué.

Me llegó a los pocos días el paquete con los dos cartuchos, que venían incluido en una única caja que contenía los dos. Y esta caja estaba previamente abierta. Obviamente el precinto que aísla completamente de la luz los cartuchos estaba intacto. La fecha de caducidad era correcta. Supuse que alguien los pidió... por error, quizá buscaba película Instax Mini o Wide en lugar de la Square, y la devolvió. Bueno... salvo alguna manipulación intempestiva... funcionarían bien.

Y así ha sido. En unas cuantas semanas expuse los dos cartuchos, cuyas fotos han ido apareciendo poco a poco ya en mi cuenta de Instagram dedicada a la fotografía instantánea. Y sin mayores problemas que los inherentes a las características de la película, su nitidez limitada, probablemente más por los objetivos de las cámaras Instax que por otra cosa, y su escasa latitud de exposición. Alguna de ellas, de las que hice en una excursión con mi hermana y mi sobrino al planetario de Huesca, ya no está en mi poder... pero hice una foto para atestiguar su existencia. Creo que volveré a comprar de esta forma este tipo de película. Hasta que me salga una pifia y deje de fiarme.