La fotografía como afición y otras artes visuales

CARLOSCARRETER.ES

Canon EOS RP, una "rara avis" en el mercado fotográfico actual, que tiene su interés

Vivimos tiempos raros para la fotografía en lo que a los equipos se refiere. Es difícil saber qué quedará cuando se estabilice el mercado. Ahora, tenemos, probablemente, más fabricantes de los que este admite, y una diversidad excesiva de formatos y sistemas alrededor del tamaño de los captores de imagen y las monturas de objetivos. Pero, en mi opinión, las tensiones informativas y publicitarias, las estrategias de los fabricantes y las "opiniones" de los "voceras" que pueblan la internet, están arrastrando al mercado al llamado full frame, traducido, algo incorrectamente, como formato completo. Y que no es más que lo que en tiempos de la película fotográfica se llamaba formato pequeño o miniatura, también estándar por su popularidad, de 24 x 36 mm. Aproximadamente. Pero este formato, en estos momentos es caro. No porque tenga que ser necesariamente caro, sino porque lo están planteando así. Cámaras de 2000 o más euros, acompañadas de objetivos muy luminosos, pero que por la necesidad del diseño telecéntrico de las ópticas en fotografía digital, son enormes y carísimos. Tienen un tamaño habitualmente superior al de los objetivos de formato medio para película tradicional, que cubrían el 6 x 4,5 cm, 6 x 6 cm o 6 x 7 cm. Por cierto, no lo he dicho, pero doy por hecho de que el mundo de la fotografía será sin espejos. Que los sistemas réflex irán desapareciendo poco a poco.

Muy diferente el aspecto de la cámara con el pequeño EF 40/2,8 STM que con el masivo EF 24-105/4L IS USM

Los modelos de formato completo asequibles, hasta hace poco, han sido los modelos de Sony que permanecían a la venta un buen tiempo tras la salida de sus reemplazos con precios más bajos. Sólo encuentro dos excepciones a esta situación. Hasta cierto punto. Canon, sin mucha publicidad, lanzó al mercado su segunda cámara sin espejo de formato completo, la Canon EOS RP, de la que hablaré hoy, aunque sin muchas opciones en objetivos de precio razonable para armarla. Canon se ha centrado en los "aros rojos" de prestigio, profesionales y precio... por allá por la estratosfera. Nikon también sacó al mercado en su momento su Nikon Z5, con más posibilidades de objetivos aptos para aficionados. Ambas admiten las ópticas tradicionales Canon EF y Nikon F, respectivamente, que con los adaptadores dedicados funcionan perfectamente en estas nuevas cámaras.

Con el 40 mm todavía la he probado poco. Y en circunstancias de luz poco favorables. Al amanecer, camino de mi lugar de trabajo.

Desde 1993 soy usuario de cámaras Canon EOS. Siempre me he sentido cómodo con ellas. No tanto con la marca, que pasó de ser innovadora y arriesgada hace 30 años, a conservadora y timorata un par de décadas después, siendo líder de mercado. Y además son muy rancios con los accesorios de objetivos y cámaras. Precios desorbitantes que incrementan mucho el valor real de las cámaras y ópticas. Hablamos por ejemplo de un simple parasol, que es una pieza de plástico de poco coste de fabricación. Pero como digo, sigo disfrutando de cámaras Canon EOS para película tradicional. Y en digital, la Canon EOS 5D Mark II, que compré en enero de 2010, sigue siendo muy válida. Al loro los principiantes que quieran iniciarse en esto y puedan encontrar un ejemplar de segunda mano a buen precio. Pero... desde hace tiempo me he acostumbrado a las comodidades y ventajas de los sistemas sin espejo, sobretodo gracias a las Panasonic Lumix, y con lo grande y pesada que es, cada vez me da más pereza utilizarla. Casi nada en el último año. Casi nada. Algún retrato en el ámbito de lo privado, que no suelo mostrar en las redes sociales, usando el Tamron 35/1,8 o el veterano Canon EF 85/1,8. Algún evento deportivo con el Canon EF 200/2,8, con o sin el duplicador de focal. Una pena, porque tengo un parque de objetivos para montura Canon EF bastante capaz.

Salvo que se indique lo contrario, las siguiente fotos están realizadas con el EF 24-105/4L IS USM.

Hace unos meses, fijé mi mirada en la Canon EOS RP. Sobre lo que estoy acostumbrado a usar en Panasonic, tiene dos carencias notables. El captor de imagen no es estabilizado, como ninguna de las Canon EOS hasta hace mes y medio, y no está formalmente protegida con inclemencias meteorológicas, aunque se afirma que resiste muy bien. Pero es pequeñita. Y su listado de prestaciones es muy impresionante, especialmente si te dedicas a la foto fija. Sobre el tema del vídeo no opino. Alguna queja sobre el rango dinámico de su sensor... pero siempre he supuesto que en la práctica real, esto tendrá poca importancia. El sistema micro cuatro tercios también presenta ese "problema", que nunca me ha generado ningún problema real. Pero no estaba entre mis prioridades gastar los 1200 o 1300 euros de un cuerpo nuevo para un uso esporádico. Conocido esto por algunas gentes, de repente me llega un día una oferta. Una EOS RP que ha sido usada sólo en demostraciones o en estanterías de exhibición, con un número bajísimo de actuaciones de obturación, unos cientos, por un 60 % del valor de la cámara nueva. No puedo decir de dónde la saqué, aunque no hay ninguna irregularidad en la transacción, que lleva su factura conforme y todo. Tal es la cámara que luego he actuado de intermediario para comprar otro ejemplar a través de eBay, aunque más cara, para otra persona interesada.

La cámara es realmente pequeñita. Pero se sujeta bien en la mano y tiene una ergonomía razonablemente buena. No voy a entrar en su catálogo de prestaciones. Es más que suficiente. Y la única cuestión, que podéis observar en algunas de las fotos anteriores, es que siendo tan pequeñita, con algunos de los objetivos que tengo de montura EF, no tengo ninguno para la montura RF que le es propia, casi parece ridícula. Es muy coqueta y equilibrada con el pancake EF 40/2,8 STM, que con el adaptador añadido pierde su condición de objetivo plano, pero sigue siendo muy adecuado. Pero con el muy competente EF 24-105/4L IS USM, se ve minúscula. Es con este objetivo con el que más la he probado... y va muy bien. Muy satisfecho con la calidad de imagen. La mayor parte de las fotografías está prácticamente sin tocar, o simplemente pasadas por Color Efex Pro 4 de la Nik Collection, lanzado desde Affinity Photo 1.8.4., donde revelo con mucha facilidad el archivo raw, para quitarles la sosería de las fotos digitales.

Por la cortísima longitud de brida del sistema, la distancia entre el plano de la superficie sensible y el plano de la montura del objetivo, con adaptadores se puede usar con un montón de objetivos de otros sistemas. Me he hecho con dos adaptadores, uno para Pentax K, esperando que vaya bien la cámara con el SMC-A 100/4 Macro (no lo he probado todavía), y otro para Leica M. Sobre este... he hecho alguna prueba con el Summicron 35/2 ASPH, pero los rayos de luz fuertemente oblicuos que llegan al sensor de la cámara crean viñeteos púrpuras y degradación de la imagen en las esquinas con facilidad. Quizá con los objetivos de 50 mm o superiores vaya bien. Para esos objetivos, hay que usar las propias Leicas que corrigen en cámara esos defectos. Si los veis recomendados por gentes que hacen vídeos, recordar que el formato de los vídeos, 16:9, recorta las esquinas problemáticas, y los defectos se aprecian menos.

Currándoselo, con el Summicron 35/2 ASPH las imágenes pueden quedar bien... pero este Leica no es apropiado para esta cámara. Tal vez para fotografía en blanco y negra y evitando las aperturas más amplias.

La cámara previsualiza los formatos 3:2, 4:3, 16:9 y 1:1. Y también el recorte x1,6 propio de las APS-C de la marca. No sé si el adaptador de la cámara admite estas ópticas, las Canon EF-S, que no pueden montar en las monturas Canon EF. Sólo tengo un objetivo con este factor de recorte. Un Tokina 12-24/4 cuya montura es idéntica a la Canon EF, aunque solo cubre el sensor APS-C. Cierto es que este Tokina, a partir aproximadamente de los 18 mm de focal cubre el formato completo. En cualquier caso, con el modo x1,6 obtenemos un archivo de imagen de sólo 10 megapíxeles en lugar de los 26 megapíxeles originales. Lo cual también se consigue recortando la imagen con el viñeteo mecánico hasta ese tamaño en que desaparece.

Con el Tokina 12-24/4, en formato completo o con el recorte en cámara x1,6... igual me da que me da igual.

La cuestión es que la cámara va muy bien. Me ha sorprendido gratamente. Así que es posible, incluso probable, que la use bastante más de lo que venía usando la 5D Mark II. Porque además he comprobado que con un objetivo se puede llevar discretamente en mi mochila urbanita. Incluso si el objetivo es el grandote 24-105/4. Seguramente iré contando más cosas conforme la experimente en distintas situaciones.

Historias de mi historia; en Londres con una Minox ML 35 e Ilford Delta 400

He estado de vacaciones unos días. En la isla de la Palma, en el archipiélago de las Canarias. Una semana. Y he tenido la oportunidad de hacer cuatro rollos de fotografía con película en blanco y negro, además de las que proceden de mi cámara digital. Algunas de estas últimas las podéis ver en entradas recientes de mi Cuaderno de ruta o de mi cuenta viajera en Instagram. Pero hasta que me lleguen los revelados y escaneados, voy a volver al pasado. Al momento en que empecé a llevarme una segunda cámara a los viajes, generalmente una compacta, con película en blanco y negro.

En los años 90, cuando salía de viaje, solía llevarme una cámara réflex con pelicula diapositiva en color; una Pentax P30N entre 1989 y 1992, una Canon EOS 100 a partir de 1993. Aunque aún me llevé la Pentax a un viaje a Eslovenia y Venecia en el verano de 1993 y a Londres en diciembre de 1994. Como os contaba hace unas semanas, en mayo de de 1993 comencé a llevarme una cámara compacta con negativos en blanco y negro. Las más de las veces era Ilford Delta 400, que solía revelar en Tetenal Ultrafin. Como ya os dije, en aquel primer viaje me llevé una Olympus mju-I que había comprado para mis padres y hermana. Pero unos meses después, para mi uso personal, compré una Minox 35 ML. Las pequeñas Minox son una delicia de usar para el fotógrafo avezado. Y a pesar de que el fotógrafo tiene que configurar por sí mismo el enfoque por estimación y la apertura que desea, pueden ser más ágiles de uso que las compactas de exposición y enfoque automático.

A Londres, como ya he dicho, un frío pero soleado mes de diciembre, me llevé la Pentax P30N. Fue un tema de volumen y peso. Con un 28 mm prestado, un 50 mm f/2 y un Rikenon 135/2,8 que adquirí de segunda mano, iba más ligero que con la Canon EOS 100 y sus objetivos zoom de focal variable. Y además, empecé a comprender que las cámara más modernas eran muy grandes y muy intrusivas para fotografiar en las ciudades, en lo que yo llamaba reportaje urbano, y que ahora los modernos denominan, pedantemente street. Del inglés, street photography. Y la Minox 35 ML con unos rollos de Ilford Delta 400. En aquellos momentos, las Delta de Ilford y las T-Max de Kodak eran las películas modernas y más atractivas para muchos, con sus tecnologías de granos tabulares, y mayor nitidez que sus equivalentes de grano cúbico tradicional. Hoy en día, parece que estas últimas, Tri-X, FP4 Plus o HP5 Plus, entre otras, gozan más del favor de los fotógrafos con película tradicional.

Otra cuestión es que tengo anotado el revelado realizado en aquellos rollos de Ilford Delta 400. Fue en una época en la que ya había casi culminado mi transición del Rodinal con el que aprendí a revelar, y que era muy conveniente desde muchos puntos de vista. Pero dejaba, y dejan sus equivalentes actuales, un grano más marcado. Y siempre se ha asegurado que no se lleva igual de bien con las películas de grano tabular como con las de grano cúbico tradicional. Por eso, empecé a usar el Tetenal Ultrafin, en aquellos momentos fácil de encontrar a un precio razonable en algún comercio de Zaragoza. Siempre me gustaron los reveladores de Tetenal, pero en los últimos años he optado más por el Kodak HC-110, puesto que tiene muchas de las ventajas del Rodinal en longevidad y economía, con mejores resultados generales en la mayor parte de películas, sea cual sea su tecnología de fabricación.

En estos momentos, tengo en la nevera todavía unas reservas apreciables de Ilford HP5 Plus, que es muy fácil de encontrar y comprar en Zaragoza. Pero estoy tentado, cuando bajen un tanto, en adquirir unos cuantos rollos de Delta 400, porque realmente me gustan los resultados que obtuve durante aquellos años 90. Ya os contaré.

15 kilómetros del Canal Imperial de Aragón en el infrarrojo - Fujifilm GS645S Wide 60 + Ilford SFX 200

Sigo utilizando las películas sensibles al espectro de la radiación infrarroja cercana al espectro visible para los días de verano. Con días muy largos, con horas de buena luz en momentos del día inconvenientes, la posibilidad de utilizar películas en blanco y negro que tienen su sensibilidad espectral extendida al infrarrojo cercano con un filtro especial que elimine de la ecuación la luz visible, nos permite hacer fotografías interesantes, especialmente paisajes, en buena parte de las horas del día veraniego. El espectro de luz visible, por su extremo con longitudes de onda más largas, comienza en los 750 nanometros (nm). Aunque no todas las personas alcanza a percibir estas longitudes de onda cercanas a los 750 nm, que sería el color rojo profundo. Hay una cierta variabilidad individual. Si tomamos una película pancromática con sensibilidad espectral extendida más allá de los 750 nm, llegando a cerca de los 800 nm, y le ponemos delante un filtro que no deje pasar la mayor parte del espectro visible, aprovecharemos sólo estas longitudes de onda en el rojo profundo, que no todo el mundo percibe, y en el infrarrojo cercano.

Suelo utilizar un filtro Hoya IR72 de 49 mm de diámetro con mi Fujifilm GS645S Wide 60. Al ser telemétrica, la colocación del filtro no interfiere con el visor de encuadre ni con el mecanismo de enfoque. El filtro IR72 (o IR 720 nm) deja pasar longitudes de onda de 720 nm o más largas. Por lo tanto, nos permite aprovechar exactamente las longitudes de onda que nos interesan para este tipo de fotografía. Si miramos a través de un filtro IR 720 nm nos parece opaco, salvo que lo dirijamos a un punto emisor de luz. En ese caso, podemos ver el punto de emisión de luz con tonos rojizos, y muy débil. En el fotograma revelado y positivado, veremos oscuros los tonos de los objetos que emiten o reflejan poca radiación infrarroja, como el agua o el cielo, y veremos blanco o muy claros los objetos que emiten o reflejan mucha radiación infrarroja, como determinadas construcciones, que de por sí tienen colores de tonos cálidos, y la vegetación verde con abundancia de clorofila, que da a la imagen un aspecto sorprendente o distinto. Para quienes se manejen algo con el sistema de zonas, la vegetación de los árboles es fácil que caiga en zona IV, un paso por debajo del gris medio, mientras que con el infrarrojo nos cae en zona VII u VIII, dos o tres pasos por encima del gris medio.

Recientemente, en un par de sábados consecutivos, he recorrido todo el trayecto del Canal Imperial de Aragón a su paso por la ciudad de Zaragoza. Entre el Parque Lineal de Plaza y las esclusas de Valdegurriana. Más allá de estas esclusas, el canal queda desdibujado en una serie de cursos de agua con un caudal más propio de acequias de riego, más o menos potentes, que otra cosa. Son unos quince kilómetros. Aunque el camino recorrido total fue de cerca de 19 kilómetros el primer sábado y 12 kilómetros el segundo. Porque se añaden kilómetros por diversos motivos. Conviene hacerlo antes de que apriete el calor. Pero con las extensas horas de luz intensa del verano, no supone ningún problema para el tipo de fotografía que pretendemos. Como hay abundancia de vegetación cerca del curso de agua del canal, también es una situación idónea.

He usado en esta ocasión dos rollos de Ilford SFX 200, tipo 120, que ofrecen quince negativos de unos 55 x 42 mm con esta cámara de Fufifilm. Para evitar cargar con peso, y dado que ambas jornadas fueron de sol radiante, utilicé un exposición fija de f/4 y 1/60 segundos, que permite fotografiar a mano alzada. Aunque hay que gestionar con cuidado la limitada profundidad de campo del formato medio. También hay que usar la marca correctora para el infrarrojo que ofrecen los objetivos antiguos, entre ellos el Fujinon 60 mm f/4 de esta cámara, porque no todas las longitudes de onda enfocan en el mismo plano focal para un objetivo dado. Salvo con objetivos apocromáticos muy caros que, en cualquier caso, están corregidos para el espectro visible, permitiendo que las longitudes de onda del azul al rojo enfoque en el mismo plano focal.

El revelado lo he realizado con mi revelador habitual que da buenos resultados, quizá con un grano un poquito más marcado de lo que me gustaría. Pero eso va en preferencias personales. Es Kodak HC-110, dilución B (1 + 31), 8' 8" a 21 ºC. Agitación tranquila pero continua durante los primeros 30 segundos; luego, cuatro inversiones del tambor de revelado cada 60 segundos hasta el final del proceso. Se han digitalizado con la Panasonic Lumix G9 en modo alta resolución, que ofrece unos archivos finales de entre 70 y 80 megapíxeles de resolución. Aunque recomiendo usar como archivo final a imprimir resoluciones más modestas. Aun así, da para imprimir a unos 60 x 40 cm sin mucho problema.

Con el segundo de los rollos, inauguré el soporte con máscaras para la digitalización de Pixl-latr, producidas por Hamish Gill (35mmc), mediante un proyecto de financiación colectiva en el que participé. Se ha retrasado bastante sobre la fecha prevista... como 22 meses. Pero ha cumplido, y al final ha enviado el producto. Que es de bastante sencillez conceptual, pero eficaz. La principal ventaja sobre los soportes que utilizaba hasta ahora es que mejora mucho la planeidad de la película en el soporte, lo cual es decisivo a la hora de alcanzar una buena nitidez en la imagen digitalizada final.

Finalmente, hagamos balance. Estoy bastante contento con unas cuantas de las fotografías realizadas, lo cual está muy bien. Ilusos los que pretendan obtener un 100 % de fotos significativas. Con un 25 % de fotos decentes es para dar palmas con las orejas. En cualquier caso, la experiencia ha sido satisfactoria a diversos niveles. Y además, los kilómetros andados influirán seguramente en mi salud cardiovascular. Y puesto que es algo que puedes hacer solo o acompañado por uno o dos amigos, en estos tiempos de epidemias, permite estar activo manteniendo las distancias sociales. Qué más quieres pedir.

El verano más verde; junio y julio con Kodak ColorPlus 200

Aunque en este momento no es así, mi mes de agosto está resultando un caos de mucho cuidado, no es extraño que, además de los rollos de blanco y negro que voy exponiendo de forma casi semanal, en el infrarrojo en las últimas semanas, lleve encima alguna cámara con película en color.

Canon EOS 650 + EF 40/2,8 STM

Durante el mes de junio de este extraño 2020, llevé la Canon EOS 650 calzada con el objetivo EF 40/2,8 STM. Este objetivo es ideal para llevar a cuestas, por su pequeño tamaño, pero combinado con una muy buena calidad de imagen. Quizá su principal defecto ha sido siempre el viñeteo a su máxima apertura. Pero se nota menos cuando fotografiamos sobre película tradicional que sobre un captor digital. Cosas de la física en las que ahora no me voy a extender. La película elegida fue la baratita de la gama de Kodak, la ColorPlus 200. Que da unos resultados bastante honestos, si he de decir la verdad. Aunque en elementos como la granularidad ande un poco a la zaga con respecto a otras emulsiones más nobles o innovadoras.

Canon EOS 650 + EF 40/2,8 STM

Durante el mes de julio, opté por poner un rollo, también de Kodak ColorPlus 200 en la pequeña Olympus Pen EE3. Dos cosas me sorprenden siempre de esta pequeña cámara que tan barata me costó en un mercadillo dominical. Por un lado, la nitidez de su objetivo, D-Zuiko 28/3,5, que tiene una sencilla fórmula de cuatro elementos en tres grupos. Vamos, una copia de la fórmula Tessar de Carl Zeiss, que tanto se popularizó en cámaras económicas pero competentes durante buena parte del siglo XX. Es equivalente también, aproximadamente, en su ángulo de visión al 40 mm que he comentado antes.

Canon EOS 650 + EF 40/2,8 STM

Y por otro lado, que el fotómetro de selenio, que después de medio siglo sigue ofreciendo mediciones fiables. Aunque quizá sería conveniente que me acostumbrarse a usarlo con una sobreexposición de un paso. Es decir, ajustándolo a IE 100 para una película de ISO 200. El principal inconveniente de la cámara es que no tiene mecanismo de enfoque, confiando en la profundidad de campo y un enfoque fijo a la hiperfocal. Pero hay algo a tener en cuenta. Con su mecanismo de exposición automática acoplada al fotómetro de selenio, si la luz disminuye, la apertura puede ser amplia, y no funciono como hiperfocal, por lo que es probable que el fondo y un primer plano muy próximo queden desenfocados. Pero con luz abundante, cerrando a f/8 o f/11, sin problemas. Se agradecería un posición de enfoque a infinito, de todos modos.

Olympus Pen EE3

Los dos rollos los envié a revelar a Carmencita Film Lab al mismo tiempo, solicitando un escaneado XL, que da unos 19 megapíxeles por fotograma. Lo cual está bien. Más que suficiente en la mayor parte de los casos. Pero me he llevado una agradable sorpresa. La Pen EE3 produce negativos de la mitad de tamaño, aproximadamente, que los habituales con película de 35 mm. Unos 17 x 24 mm frente a los habituales 36 x 24 mm. Hasta ahora, lo que hacían en los laboratorio era escanear estos negativos con las máscaras de 36 x 24 mm, digitalizándolos de dos en dos, unos 9 megapíxeles por fotograma de medio formato. Pero en esta ocasión me he encontrado archivos individuales de 19 megapíxeles igualmente. Estupendo. Sólo he encontrado un problema, no muy importante. La proporción de los negativos es 2:3 (como si fueran 16 x 24 mm) en lugar del 5:7 (los 17 x 24 mm reales). No obstante, como el encuadre con la cámara es muy aproximativo, no es algo que tenga mucha trascendencia, y compensa.

Olympus Pen EE3

Y lo que más me ha chocado de las fotos... pues que este año, con una primavera más lluviosa, más húmeda que de costumbre, y un verano con temperaturas moderadas, dejando aparte algún día de calor más intenso, Zaragoza, especialmente las riberas de los cursos de agua, el Ebro, el Gállego, el Huerva o el Canal Imperial de Aragón, está más verde. Los árboles y arbustos de los sotos naturales o artificiales de estas corrientes de agua están más frondosos. Y están bonitos. No todo lo que pasa en este maldito 2020 tenía que ser malo. ¿Verdad?

Olympus Pen EE3

Nueva puesta en marchar de la Zenit 3M y el Mir-1 37/2,8 con Lomography Berlin Kino 400

Hace un par de años que me hice con la curiosa, no carente de encanto, y muy soviética cámara Zenit 3M, versión conmemorativa del 50 aniversario de la revolución de octubre en Rusia. O sea, una cámara de 1967. Una vez que le coges el tranquillo a la cámara, cosa que no es difícil, pero sobretodo al objetivo Mir-1 37/2,8 que le busqué para acompañarla, es divertida de usar. Y también en color obtuve en su momento resultados bastante razonables. Pero en marzo de 2019, como consecuencia de un golpe en el parasol que le incorporé, sufrió un problema que ha hecho que haya estado en dique seco durante una temporada.

Pura vagancia, puesto que hace unas semanas la llevé a un mecánico reparador de material fotográfico y me lo resolvió en cinco minutos. Para comprobar que el comportamiento de la cámara había vuelto a su natural ser, le puse un rollo de Lomography Berlin Kino 400, le coloqué un filtro Heliopan amarillo nº 8 y salí a hacer fotos. Creo que yo no me queda ningún rollo más de Berlin 400 de los que me regalaron en septiembre del año pasado. De Potsdam 100 en formato 120 aun me quedan un par de rollos.

El revelado lo hice al mismo tiempo que una Ilford SFX 200 de la que no os he hablado todavía. En Kodak HC-110, dilución B (1+31), a 21 ºC y durante 8 minutos y 5 segundos. Como siempre, agitación inicial continua durante 30 segundos y luego cuatro inversiones del tambor de revelado, tranquilas, cada minuto y hasta el final del tiempo previsto. El tiempo de revelado que le di es superior al recomendado. Si este es de 7 minutos a 20 ºC, con la corrección por el aumento de un grado en la temperatura hubiera tenido que ser aproximadamente de 6 minutos y 30 segundos. Pero conociendo la película y el contraste de las ópticas "vintage", que dicen los modernos, el aumentar el contraste un tanto aumentando el tiempo de revelado, no me importó gran cosa y me ahorre una operación de revelado. He de decir que no usé fotómetro. La cámara no lleva ninguno incorporado. Pero las condiciones de luz no hacían difícil estimar a ojo la exposición.

Digitalicé los negativos con mi Panasonic Lumix G9 calzada con el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH, en modo alta resolución, lo que me da casi 70 megapíxeles de archivo aprovechable. Teóricamente esto permitiría imprimir a un tamaño de 100 cm x 60 cm... pero creo que yo no lo haría. Me conformaría con 45 cm x 35 cm... quizá un poco más. Todo el sistema tiene tolerancias y holguras que disminuyen algo la calidad. Pero el resultado final no está mal. Las imágenes son correctas, con abundancia de información tanto en sombras como en las altas luces, con una densidad del negativo ligeramente aumentada, como si tuviera una ligera sobreexposición, que no llega a un paso.

Como curiosidad, hasta he realizado un panorama uniendo tres fotogramas. Tengo varias versiones os dejaré puesta la que muestra mejor los tres fotogramas. Y permite obtener un archivo de 136 megapíxeles, con 112 aprovechables. Y con el que he hecho pruebas de impresión que indican que se podrían hacer un copia en tamaño Din A2. Más... sería imprudente. Pero está bastante bien.

El principal problema que veo es que, habiendo usado casi siempre diafragmas de f/8 o f/11 por la abundancia de luz estival, se observa un viñeteo mecánico en las esquinas. Que yo había percibido en el rollo que expuse cuando se averío, debida a la intrusión del parasol metálico que se atascó en la rosca de filtros del objetivo. Ahora no es tan notable, pero es evidente. Y es que me da la impresión de que la rosca de 39 mm de la montura de esta cámara es insuficiente. Y probablemente sea el motivo por el que se abandonó por la rosca de 42 mm en modelos Zenit posteriores. Tengamos en cuenta que el diámetro de la montura de los objetivos de las cámaras digitales sin espejo actuales ronda los 54 o 55 mm. Recordad que el viñeteo mecánico, cuando un objeto se interpone en el paso de la luz, aumenta cuando cerramos el diafragma, mientras que el viñeteo óptico, debido a la caída de la luz en las esquinas por la naturaleza del diseño óptico, disminuye cuando cerramos el diafragma. Lo dicho. La cámara es simpática de usar, pero la calidad final, suficiente para muchas aplicaciones, es limitada.