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Ilford FP4 Plus forzada un paso (IE 200) - procesado modificado

Hace un mes, con motivo de la FP4Party de enero, expuse un par de rollos de película Ilford FP4 Plus 125 insistiendo en la idea de hacerlo a un índice de exposición aumentado, 200 en lugar de su sensibilidad nominal ISO 125, y revelar de forma acorde. Mis experiencias previas mostraban que con ese forzado de apenas un paso, aumenta el contraste del resultado final de forma moderada pero apreciable, sin que el grano y la definición de la imagen sufran mucho, al menos para el formato medio. El resultado fue bastante bueno, y me convenció como una película a usar de forma muy polivalente, según necesidades.

En el mes de febrero se ha vuelto a convocar una nueva FP4Party, y decidí seguir familiarizándome con el proceso. Si bien descubrí que el forzar dos pasos en situaciones de alto contraste era excesivo, especialmente cuando hay un día soleado con mucha luz y sombras profundas, las sombras se bloquean, quería descubrir cuales podían ser los límites del forzado moderado a un paso. Por lo que opté por fotografiar en lugares donde existieran contrastes fuertes.

Escogí dos equipos. El que hoy comento es el de formato medio, nuevamente la Hasselblad 500CM con el objetivo Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF T*, midiendo la exposición con el Sekonic L-408 Multimaster, que tiene opciones de medición de luz incidente, y de medición parcial de luz reflejada. Esto último permite medir cuidadosamente para las sombras. El segundo, que comentaré dentro de unos días, fue una cámara de formato 135, la Minox GT-E. Pero ahí, surgieron algunos problemas que ya os comentaré.

Sí que he modificado el procesado. Siguiendo con el revelador Kodak HC110, en lugar de usar la dilución A (1+16) durante 6 minutos a 20 ºC, probé otra combinación que encontré en las páginas de Emulsive. Aunque no me gusta usar tiempos de revelados excesivamente largos,... porque me aburro, sí que me gusta usar tiempos de revelados por encima de los 6 minutos, para que pequeñas variaciones en los mismos tengan efectos menores, por ser porcentualmente menos significativos. Así que opté por la dilución C (1+19), algo más diluida, durante 7 minutos a 21 ºC. Ya adelanto que los resultados han sido óptimos, desde mi punto de vista y dadas las circunstancias de la toma.

Lo cierto es que algunas de las imágenes que tome se realizaron en situaciones de fuerte contraste. Pero con una cuidadosa medición para las sombras, el negativo muestra una amplia gama de valores, sin que se bloqueen estas y sin que se empasten las altas luces. Utilicé un filtro amarillo para mejorar el contraste y la definición de las posibles nubes en el cielo. Por lo tanto, dado que este filtro tiene una pérdida de luz de aproximadamente de 2/3 de paso, ajusté el fotómetro a 125, para un índice de exposición real de 200. Para aquellos familiarizados con el sistema de zonas, con el fotómetro así ajustado, utilicé la medición parcial de la luz reflejada del fotómetro sobre lo que se denomina zona IV o zona III, ajustan la exposición final en EV, que se puede trasladar directamente al objetivo Planar que tiene una escala con esta medida, con -1 o -2 pasos respectivamente. En ningún momento he perdido el detalle o la materia en las sombras. No sé si las fotos preparadas para la web lo mostrarán con claridad, pero os aseguro que en los archivos digitalizados con el Epson Pefection V600 Photo a una profundidad de color en blanco y negro de 16 bits, es así. Y tampoco se han empastado las luces, que conservan su detalle. El grano, con película de formato medio, no es un problema apreciable, ni molesto. No afecta a la definición de la imagen.

Por lo tanto, confirmo que con mi método de trabajo, puedo usar la película Ilford FP4 Plus con un índice de exposición de 200, probablemente de 250, sin miedo a hacerlo en una diversidad de situaciones, incluso con escenas de alto contraste. Según mi experiencia previa, con un forzado de dos pasos es preferible evitar las escenas de contraste excesivo. Y por supuesto, si todo el rollo de formato medio va a ser usado en situaciones de muy alto contraste, se puede usar sin problemas a su sensibilidad nominal o menor.

Ilford FP4 Plus forzada un paso (IE 200)

Como contaba hace unos días, con la excusa de que se iba a celebrar en Twitter una FP4Party, decidí participar, pero haciendo cosas distintas. Por lo menos en parte. 

Ya comenté recientemente los carretes de formato pequeño expuestos con la Leica M2 y sus correspondientes carretes de 35 mm, forzados dos pasos, con un índice de exposición de 400, en lugar de sus sensibilidad nominal ISO 125.

Hoy comentaré los dos rollos de formato medio, expuestos con la Hasselblad 501CM.  No es la primera vez que uso la Ilford FP4 Plus 125 con un índice de exposición de 200, 2/3 de paso sobre su sensibilidad nominal, e incrementando el tiempo de revelado. Apenas tiene incidencia sobre la apariencia del grano, y hace que el contraste algo más elevado, sin pasarse. Y con la buena latitud de exposición de la película, las sombras suelen quedar bien, con detalle, sin bloqueos. 

Otros datos técnicos de las tomas:

Objetivo usado: Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF T*.

Revelado: Kodak HC-110, dilución A (1+15 o 1:16, dos formas equivalentes de expresar lo mismo), durante 6' a 20 ºC. Agitación continua durante 30 segundos al principio del revelado y tres volteos del tambor suaves cada minuto durante el resto del revelado. Tiempo de revelado propuesto en el Massive Dev Chart.

Un poco justo de tiempo,... pero asumible. Hay que observar que las variaciones en los tiempos y a otros elementos en el revelado debidas a factores azarosos tienen más repercusión en tiempos de revelado cortos que en tiempos prolongados. Si en lugar de 14 minutos, revelas durante 14 minutos y 10 segundos, estás incrementando el revelado en un 1,2 %. Si en lugar de 6 minutos, revelas durante 6 minutos y 10 segundos, la variación es de casi un 3 %.

Así como no tenía experiencia previa en forzar la Ilford FP4 Plus a IE 400, sí que lo había hecho a IE 200. En concreto, usando cámaras antiguas, como la Agfa Synchro Box, cuyas ópticas tienen un escaso contraste, y que el ligero forzado, especialmente si se utiliza algún filtro de color, mejora este parámetro. Debería agenciarme algún filtro naranja, o incluso rojo, para los objetivos de la Hasselblad, pero de momento me contento con un usar un filtro amarillo. Que me quita un paso de luminosidad aproximadamente. Así que la medición con el el fotómetro Sekonic L-408 Multimaster, no deja de ser con la sensibilidad ajustada a IE 100 o 125. Como suelo hacer con la película en blanco y negro, en la que trato de proteger las sombras de posibles bloqueos, dejando que las luces se defiendan solas gracias a la latitud de exposición de la película, utilizo la medición de luz reflejada con el dispositivo de medición parcial de este fotómetro. No es una medición exactamente puntual, pero es suficientemente selectiva para medir las distintas zonas importantes de la escena, y evaluar el contraste global de la misma.

Como suelo hacer con los negativos de medio formato, la digitalización de los fotogramas la realizo con el Epson Perfectión V600 Photo. Gracias a la buena estabilidad dimensional de la película ilford, que queda perfectamente plana en el soporte adecuado sobre el cristal del escáner, la nitidez conseguida es bastante buena. Y puedo obtener resoluciones, para un negativo de 56 x 56 mm, de cerca de 20 megapíxeles, que ya me vienen bien. En general, aunque prefiero la película Ilford Delta 100, con grano más fino, lo cierto es que también es una solución muy útil. Y con las buenas propiedades para el forzado que ha demostrado la FP4 Plus, si en un momento dado necesitas exponer a índices de exposición algo más elevado, no pasa nada grave. Así que no desdeño almacenar algo más de esta película de todo uso, cuando las condiciones de luz sean inciertas.

Ilford FP4 Plus forzada dos pasos (IE 400)

Con la excusa de que se iba a celebrar en Twitter una FP4Party, decidí participar, pero haciendo cosas distintas. Por lo menos en parte. Opté por preparar dos equipos. Uno de formato pequeño, la Leica M2 y los correspondientes carretes de 35 mm. Otro de formato medio, la Hasselblad 501CM y los apropiados rollos de formato 120. Que NO 120 mm como a veces se ve por ahí. Que sólo miden 6 cm de ancho.

Hoy vamos a ir, porque fue así cronológicamente, con los dos carretes que expuse con la Leica M2. Y en los que decidí exponer a un índice de exposición de 400, en lugar de a su sensibilidad nominal, ISO 125. Otros datos técnicos de las tomas:

Objetivos usados: Zeiss Planar 50/2 ZM y Leitz Elmar-C 90/4.

Revelado: Kodak HC-110, dilución B (1+31 o 1:32, dos formas equivalentes de expresar lo mismo), durante 14' a 21 ºC. Agitación continua durante 30 segundos al principio del revelado y tres volteos del tambor suaves cada minuto durante el resto del revelado. Tiempo de revelado propuesto por EMULSIVE.

Ahora explico un poco los porqués del forzado.

Durante el año 2019, después de haber realizado una diversidad de pruebas previamente, he utilizado preferentemente películas de Ilford. No son las más baratas del mercado, pero tampoco las más caras. Tienen una calidad global buena, y la buenísima estabilidad dimensional de su soporte hace que sean más sencillas de manejar en el procesado. Especialmente para quienes hacemos un procesado mixto, con revelado de la película con los químicos tradicionales y luego digitalización y ajuste final de la imagen mediante software. Las películas de Ilford son mucho más fáciles de digitalizar, por el medio que sea, que otras marcas, porque permanecen perfectamente planas y sin resistencias. He utilizado más las de la gama Delta, porque prefiero un grano algo más contenido. Y sus características generales de tonalidades y contraste me parecen muy razonables.

Pero en este caso iba con una película de grano cúbico tradicional, que da un buen contraste, pero no excesivo. Y cuando expuse estos carretes había riesgo constante de días con niebla, así que un plus de contraste, prolongando los tiempos de revelado, le podría venir bien. Lo que no sabía es cómo se iba a comportar el grano.

Hay dos momentos en las fotografías que presento. Algunas realizadas en paseos por la ciudad, con niebla o luz solar suave y matizada, con tiempo para medir cuidadosamente la luz. Con el fotómetro Sekonic L-408 Multimaster, suelo medir la luz en modo de luz incidente parcial, busco un área de la imagen que se corresponda con lo que Ansel Adams consideraba una zona IV, y a la exposición recomendada por el fotómetro para un IE 400, le quito un paso de exposición, o si hay un gran predominio de los tonos sombríos, la dejo ahí. En general, he obtenido muy buenos resultados, con detalle preservado en todo el negativo, y un grano mucho más contenido de lo que yo pensaba.

La otra situación en la que usé esta combinación de equipo, película, exposición y revelado fue durante el fin de semana del Reyes, en la que coincidió un Clicks & Beers de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ por el La Placica Vintage de Las Armas, con actuación musical incluida, y los últimos días del mercado navideño de la plaza del Pilar, todo ello en la ciudad de Zaragoza.

En esta ocasión, me puse en modo reportaje, y eso supone el exponer estimando a ojo los tiempos de exposición para un diafragma dado, en función de la profundidad de campo buscada. No soy malo exponiendo a ojo. Pero normalmente lo hago usando la película a su sensibilidad nominal.

Los resultados están a la vista. Con tiempo soleado, en las horas centrales del día, los contrastes en las escenas fotografiadas son grandes. Y como mi forma de estimar la exposición no deja de estar vinculada al famoso "sunny f/16" de las cajas de películas Kodak, está orientada a los tonos medios. Que queda bien. Y las luces, dada la latitud de exposición de la película y el empujón del revelado forzado, también. Pero las sombras quedan bloqueadas con facilidad. Ahora ya sé, para otras ocasiones, que si la escena es contrastada, mejor pensar en un IE 200, aunque luego vaya aplicar el revelado correspondiente al IE 400. De esa forma, las escenas con bajo contraste quedarán bien, y las de alto contraste tampoco quedarán mal, porque la latitud de exposición de la película permite recuperar las luces sin muchos problemas en el procesado, salvando el detalle en las sombras.

De la montaña a los circuitos de carreras con una Leica M2 + Ilford XP2 Super 400

Para aquellos que sigan estas páginas directamente o a través de los enlaces a las mismas que aparecen en mi Cuaderno de ruta, en Twitter o en Facebook no será ningún secreto que últimamente la película Ilford XP2 Super 400 ha vuelto a ser, ya lo fue durante algún tiempo hace 20 años, mi preferida como película todo terreno. Sea en forma de cámara de un solo uso, con una prestigiosa Leica o con una compacta Olympus, siempre obtengo buenos resultados.

Recientemente volvía a cargar uno de estos carretes en la Leica M2, calzada esta con el Summicron 35 mm f/2 ASPH, objetivo de gran nitidez, probablemente uno de los mejores si no el mejor 35 mm para el formato 24 x 36 mm.

Hace unas semanas me la llevé a un paseo por los Pirineos aragoneses, caminando desde Zuriza hasta el paraje de Taxeras, al pie de la sierra de los Alanos. Uno de mis rincones favoritos de la cadena montañosa que une España y Francia. El día estaba muy luminoso y el contraste podría ser relativamente elevado. No tanto como en verano, ya se empieza a apreciar que el sol va más tumbado sobre el horizonte. Pero el día estaba relativamente radiante.

No importa. Como ya he comentado en otras ocasiones, la XP2 tiene una gran latitud de exposición, y digiere muy bien los contrastes, manteniendo la textura tanto en las luces como en las sombras. Quizá me faltó el filtro amarillo, para mejorar el contraste de los cielos. Aunque es una película bastante pancromática.

De todos modos, no hice muchas fotografías ese día con la M2. Por lo que, con el carrete bastante entero todavía, volvió a viajar al domingo de la semana siguiente. En esta ocasión al circuito de motocross de Motorland Aragón, donde se celebraban algunas pruebas del campeonato de España de esta disciplina del motociclismo.

He de recordar de nuevo que esta película de Ilford es única en estos momentos por ser una película en blanco y negro cromogénica, que se revela en cualquier laboratorio comercial con proceso C-41, que es el habitual para las películas negativas en color. Por lo tanto, es relativamente fácil encontrar un sitio para revelarla. También se puede revelar con química tradicional en blanco y negro con buenos resultados. Pero su gran latitud de exposición y su fino grano se consiguen especialmente con el proceso C-41. Este carrete me lo han revelado en Revelatum Revelado Analógico.

Como decía, la película tiene una latitud muy amplia, y el fabricante nos dice que se puede exponer a índices de exposición entre 50 y 800 sin problemas, con su óptimo en su sensibilidad nominal ISO 400. Eso sí, son muchos los que opinan que su óptimo está más bien en un índice de exposición de 200, puesto que manteniendo la nitidez global, el grano es más fino. Cuando se expone a IE 400 u 800, los resultados son buenos, pero en las sombras se aprecia el incremento del grano, mientras que en las luces apenas se nota. El grano no es feo, pero el desequilibrio en la estructura entre luces y sombras no siempre es lo mejor.

Por ello, yo suelo usarla exponiendo a un IE 200, sabiendo que si falta la luz puedo subir un tanto. En exteriores, esto supone que si le pones un diafragma de f/11 y una velocidad de exposición de 1/250, puedes tirar sin problemas a la hiperfocal y siempre que haya algo de sol, intenso o flojito. Si se nubla, todavía aguanta, aunque es mejor bajar un paso la exposición. Es casi como usar una cámara desechable, pero con una calidad de imagen de primer nivel. No te preocupas del enfoque, ni de medir la luz, sólo de conseguir el mejor encuadre.

Por supuesto, si es necesario, puedes corregir estos parámetros, afinar el enfoque con el telémetro de la Leica, e incluso hacer alguna foto en determinados interiores relativamente bien iluminados. Se puede usar sin problemas la cámara a f/2 y 1/30, sin que trepide. Por lo que considerando un IE de 400 u 800, hay mucho margen. No se dio el caso en estas excursiones.

En fin... que seguiré usando esta película durante mucho tiempo. Especialmente en excursiones y viajes. Muy polivalente.

Mi Olympus mju-II y un par de carretes de Ilford XP2 Super viajan a Taiwán

En los últimos años, eventualmente me he llevado alguna cámara para película tradicional, preferentemente compactas que abulten poco espacio, a diversos viajes. Pero de modo irregular. Este año, en mi primera tanda de vacaciones, en junio, me llevé un par de cámaras de desechables de Ilford con película de la misma marca XP2 Super. Y me quedé encantado. Es cierto que una cámara desechable no ofrece los mismos resultados que una cámara más en condiciones. Si el centro del fotograma es razonable, las esquinas del mismo sufren de notables aberraciones, que ciertamente una vez conocidas, se pueden usar para dar expresividad a la fotografía. Las revelé en Carmencita Film Lab con digitalizado a tamaño XL, lo que significa unos archivos digitales de unos respetables 20 megapixeles. Más que de sobra para la resolución óptica del menisco de plástico que llevan las Ilford desechables.

Templos en Taipéi.

En agosto hice una escapada por el sur la región del lago Constanza y el Rin donde es frontera entre Alemania y Suiza. Como eran pocos días y los iba a pasar con Wilhelm, un amigo suizo de Kreuzlingen, gran aficionado a la fotografía con película tradicional, decidí llevarme como cámara principal la Leica M2 con el Summicron 35/2 ASPH. Hice cuatro carretes, y repetí la película, la Ilford XP2 Super. En esta ocasión, dada la nobleza del equipo usado, solicité de Carmencita Film Lab el escaneado a tamaño XXL, que es prácticamente el doble del anterior, nada menos que 37 megapíxeles. El resultado todavía me gustó más que la anterior experiencia. La XP2, como película cromogénica que es, aunque en blanco y negro, expuesta a un índice de exposición de 100 o 200 en lugar de su sensibilidad nominal ISO 400, da unos resultados excelentes, con un grano muy fino, y con una dinámica amplísima. En fotografías en las horas centrales del día, bajo un sol de justicia, se traga los contrastes como si nada, manteniendo la sustancia tanto en las sombras profundas como en las altas luces.

Memorial de Chiang Kaishek en Taipéi.

Recientemente de disfrutado mi segunda tanda de vacaciones, tres semanas de las que dos he estado de viaje por la isla de Taiwán. En un principio, no hice más previsiones que el equipo digital micro cuatro tercios habitual. Pero un par de días antes de salir, me di cuenta que tenía en casa un par de carretes de XP2 Super. Así que decidí llevármelos. Como cámara, opté por la muy compacta Olympus mju-II. Y por si agotaba los carretes de Ilford, como tenía por casa un poco abandonados un par de carretes Bergger Pancro 400, me los llevé también. Esta película tiene un contraste muy suave, por lo que también se come bien las situaciones malas de luz. Pero lo cierto es que no los llegué a utilizar. Volvieron como los empaqueté.

Tarde de paseo en Tamsui.

Comentemos un poco la cámara, aunque ya lo he hecho en otras ocasiones. Al fin y al cabo, también me la llevé a Nueva York en 2013 y a Islandia en 2016. Es una cámara muy apreciada por tres motivos.

Por su tamaño extremadamente compacto.

Por estar sellada contra las salpicaduras y el polvo.

Por que su objetivo 35 mm f/2,8 es muy luminoso para ser una compacta y muy nítido.

Por estos motivos yo me la compré en su momento, en los años noventa, para llevármela a esquiar. Aguantando sin problemas el sudor, las salpicaduras de la nieve y otros elementos adversos, obtenía unas diapositivas nítidas y contrastadas en mis viajes a las pistas de esquí de los Pirineos e incluso de los Alpes. Pero pese a los entusiasmos que despierta, tiene también algunos defectos, a pesar de que sus partidarios los reconocen pocas veces.

No se puede seleccionar manualmente el índice de exposición; la sensibilidad sólo se puede introducir automáticamente con los contactos DX.

No tiene compensador de exposición; aunque el fotómetro es muy capaz, en situaciones complejas tienes que maniobrar con el botón de disparo a medio pulsar para conseguir un enfoque y una exposición adecuadas simultáneamente. A veces, con el modo de medición selectiva que incluye.

El modo de flash no tiene memoria. Yo prefiero llevarlo apagado, y solo encender el modo de relleno cuando me hace falta, para mayor discreción. Pero cada vez que apagas la cámara, se olvida de la preferencia y se sitúa en flash de relleno automático, con lo que a veces se dispara el destello cuando no quieres o no conviene.

No tiene un modo paisaje con el cual se enfoque ella sola a infinito o a una hiperfocal, especialmente útil cuando fotografías a través de un cristal. Por su mecanismo de enfoque, enfoca al cristal y la foto queda borrosa. Hay que acordarse de de acercarse a un par de centímetros del cristal. Entonces, no pudiendo hacer foco a esa distancia, enfoca a infinito. Pero es una lata.

Un día gris y melancólico en Hualien.

Todo lo anterior me lo sé, lo suelo compensar con mi técnica de disparo, pero siempre te despistas alguna vez, y eso te lleva a un pequeño pero molesto porcentaje de fotos desenfocadas o subexpuestas. Algunas de estas desventajas las supera la Leica Minilux que compré el año pasado en Seul. Pero es más grandota, y no tan resistente, especialmente con mal tiempo, por lo que al final opté por la Olympus.

En las imágenes que ilustran esta entrada podéis comprobar como se ha comportado. El revelado ha sido también en Carmencita Film Lab, nuevamente a tamaño XXL, y nuevamente se ha comportado la película, en combinación con la cámara, de forma excelente en la mayor parte de las ocasiones. En un 85-90 % de las ocasiones. Un posible "miedo" que se puede tener es que en un viaje hasta Taiwán, con varios pasos de controles de seguridad con sus temidas máquinas de rayos X, se pudieran producir veladuras. Pues bien... no. Ningún problema. Y uno de los carretes de Pancro 400 que no llegué a utilizar, ya lo he usado después en Zaragoza, y tampoco me dio ningún problema. Nunca he tenido problemas con los rayos X con sensibilidades hasta ISO 800. No he pasado nunca con sensibilidades mayores.

Recorriendo el Parque Nacional Taroko.

Quizá el principal problema que he tenido ha estado en mi cabeza. Como fue una decisión de última hora, no tenía un plan de utilización claro en mi cabeza. Y eso ha hecho que haya usado la Olympus mju-II de forma irregular. En ocasiones sacaba varias fotos en un determinado lugar; en otras de me olvidaba durante unos días. Quizá por eso sólo he expuesto los dos carretes de Ilford XP2 Super y los de Bergger Pancro 400 se volvieron tal cual. Con un plan de uso más regular, probablemente hubieran caído los cuatro carretes.

En cualquier caso, una experiencia positiva, que pienso repetir.

El tren llega a casi todas partes en Taiwán.