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Ciudad, extrarradio y museo - Leica Minilux y Kodak Ultramax 400

Este entrada va sobre el cuarto y último de los rollos de película negativa en color que usé durante el mes de marzo de 2021 y primeros días de abril, los de Semana Santa. Y de alguna forma es complementario a lo que comenté hace unos días sobre la Hasselblad 500CM con la Kodak Portra 400. Ahora me explicaré. De momento digamos simplemente que las fotografías de esta entrada están realizadas con la compacta Leica Minilux y un rollo de Kodak Ultramax 400.

En los últimos tiempos, tanto la Leica Minilux como la película Kodak Ultramax 400 se han convertido en dos favoritas a la hora de llevar encima en mis quehaceres por la ciudad. Tanto si salgo a caminar con intención de hacer ejercicio y/o hacer fotografías, como si simplemente las llevo encima por si surge alguna oportunidad fotográfica mientras hago otras cosas. No siempre combinadas... por ejemplo, ahora la Minilux ha ido con un rollo de Kodak ProImage 100 que he terminado esta mañana con la luz del amanecer mientras venía a trabajar.

La cuestión es que, en esta ocasión, una buena parte de las fotografías fueron tomadas en paralelo a las realizadas con la Hasselblad 500CM. Bien en el extrarradio industrial de Zaragoza, bien en el Museo Pablo Gargallo. Es la primera vez que uso una compacta en el museo, donde hay que acercarse al objeto fotografiado, y eso puede producir imprecisión en el punto de enfoque. Bien es cierto que como se puede seleccionar el diafragma y funcionar con prioridad a la apertura, salvo en los rincones menos iluminados de las salas del museo, con una sensibilidad ISO 400, se puede seleccionar un f/4, dando una velocidad de obturación de 1/60 o 1/45 segundo, suficientes para la focal de 40 mm sin trepidaciones, y con cierto margen, no enorme, pero algo, para ligeras imprecisiones en el enfoque.

Tenía interés en comparar la visión de la Minilux con su formato 3:2 frente a la Hasselblad con su formato 1:1, cuadrado. La focal de 40 mm recortada a 1:1 da un campo de visión muy próximo a la de 80 mm del formato medio cuadrado. Por lo que se obtiene más o menos lo mismo, pero extendido por los laterales o por arriba y abajo, según la orientación del fotograma. A veces se hablan de equivalencias entre formatos sin tener en cuenta que las proporciones del mismo influyen en el campo de visión, y conviene entrenar la visión para los distintos tipos de formato.

Algunas fotografías fueron tomadas simplemente caminando por el centro de la ciudad, sin más propósito que el placer de ir haciendo alguna foto en escenas que llamasen la atención. Como ya he adelantado en otras ocasiones la combinación de la Leica Minilux con la película Kodak Ultramax 400 va muy bien con carácter general, siempre y cuando no pretendas controlar demasiado la gestión de la profundidad de campo cuando hay mucha luz. Al fin y al cabo, la velocidad máxima de obturación de la cámara es de 1/400 segundo. Lo justito para poder usar sin sobreexponer una película de ISO 400 cuando hay una escena soleada.

# FP4Party Edicion 2021 - Hasselblad 500CM en el cementerio

Tercera entrada dedicada a la edición de 2021 de la #fp4party, "fiesta" de la fotografía con película negativa en blanco y negro, cuya naturaleza ya os expliqué hace unos días. Reitero que en lo que se refiere al revelado de la película, todos los rollos de la "fiesta" los revelé al mismo tiempo, en el mismo tambor JOBO, que admite 4 rollos de 35 mm, o 4 rollos tipo 120, o dos de cada. Esto último fue; dos de cada. Con Kodak HC-110 1+19, 5 minutos y 15 segundos durante 21 ºC. Luego, digitalizados los negativos con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8. 

Me han preguntado el porqué de los 21 ºC en lugar de los tradicionales 20 ºC. Los tiempos de revelado para la Ilford FP4 Plus que uso los obtengo de un artículo en Emulsive donde han probado distintas posibilidades, con distintos reveladores, a distintas concentraciones, y con índices de exposición para la película iguales o distintos de su sensibilidad nominal, y para el HC-110 me suelen funcionar bien. Y como ellos usan una temperatura en grados Farenheit, 70 ºF, su traslación a grados centígrados, son esos 21 ºC. También usan la dilución C (1+19) en lugar de la oficial dilución A (1+15), lo cual está muy bien, porque los cálculos son más fáciles de hacer. Es más fácil dividir por 20 que por 16.

El sábado de la semana de la "fiesta", después de haber estado fotografiando con la Leica M6 buena parte de la mañana, tenía pensado usar la tarde para quehaceres domésticos antes de cenar con unos amigos, manteniendo siempre las precauciones debidas por la epidemia de covid-19. Pero a la hora de comer me llegó el mensaje de que el esposo de un compañera de trabajo había fallecido. Así que me sacudí la pereza y decidí subir un momento al cementerio para presentarle mis respetos y mostrarle mi solidaridad. Y conforme me preparaba para ello, viendo la suave luz de un nublado con claros esa tarde, decidí coger la Hasselblad 500CM con el Planar 80/2,8 CF T*, un rollo de FP4 Plus, y un par de filtros, uno de densidad neutra y otro naranja. El primero para ayudarme a limitar la profundidad de campo, y el segundo para mejorar el contraste.

Así que después de visitar en el tanatorio municipal a mi compañera de trabajo, bajé caminando a casa recorriendo la zona del cementerio donde se encuentran las tumbas en tierra con las muestras más destacadas de arte funerario. Yo estoy familiarizado con el cementerio de Zaragoza. Nunca me ha causado aprensión de ningún tipo. Mi padre era marmolista y subía con frecuencia al mismo, y de vez en cuando le acompañé, y me acostumbré a su disposición y a considerar lo que es. Un lugar donde no hay casi nadie habitualmente. Porque los muertos, en mi opinión... ya no son. Ni están. Y lo que sí que me parece es que es un lugar donde se puede encontrar alguna tumba con singular y serena belleza, al mismo tiempo que recorrer algunos de los cuadros de tumbas te acerca a las realidades sociales de la ciudad en determinados momentos de su historia.

A este respecto, siempre me han impresionando los cuadros centrales, entre el paseo de acceso principal y la fosa común, dónde puedes encontrar numerosas tumbas de lactantes y niños pequeñitos fallecidos entre 1940 y 1965. Cosa rara de encontrar en zonas de enterramiento o nichos posteriores. Impresiona la mortalidad infantil de la Zaragoza de la posguerra. Me parece increíble que haya gente que muestra añoranza o apego a aquella sociedad enferma y empobrecida por una guerra y una dictadura. Debemos desconectar con más frecuencia las radios, los televisores y las noticias en internet, y observar los lugares públicos y emblemáticos de nuestras ciudades para entender mejor nuestro pasado. No será la última vez que suba una cámara al cementerio municipal de la ciudad.

Extrarradio ferroviario y museo - Hasselblad 500CM y Kodak Portra 800

Vamos con el tercero de los cuatro rollos de película negativa en color que expuse durante el mes de marzo. Bueno... lo del mes de marzo es un decir, porque en realidad este rollo lo usé durante los días festivo de Semana Santa, o sea, entre el 1 y el 4 de abril. Desde hace tiempo, años, tengo rondando en casa algunos rollos de película negativa en color de ISO 800 en formato 120, que nunca encuentro ocasión para usar de forma diferenciada a los de ISO 400. Me resulta difícil diferenciar usos entre películas con una diferencia de sensibilidad de sólo un paso. Preferiría disponer de un abanico de películas de ISO 100, 400 y 1600, a los 100, 160, 400 y 800 actual. El caso es que uno de los rollos era un Kodak Portra 800, que por el tiempo que lleva rondando por el mundo, casi seguro que estaba caducado. Me lo dieron fuera de la caja y no sé cuál era su fecha de expiración. No obstante, por haberlo tenido refrigerado, asumí que su comportamiento no sería muy anómalo.

Mi planteamiento inicial era buscar composiciones interesantes en el extrarradio industrial y ferroviario de Zaragoza al caer de la tarde. Especialmente dado que podía haber algunas nubes en el cielo, por lo que el extra de sensibilidad podía venir bien. Luego, las cosas fueron distintas, apenas pude hacer cinco tomas en esas condiciones, y para no mantener el rollo indefinidamente en la cámara opté por terminar de exponerlo en una visita al Museo Pablo Gargallo, aprovechando que el primer domingo de mes hay entrada gratuita. No es la primera vez que hago algo así.

Utilicé para las fotos la Hasselblad 500 CM calzada con el Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF T*, un respaldo convencional A12 para doce negativos cuadrados de 56 x 56 mm y el visor con fotómetro incluido PM 51. Con la pantalla de enfoque de mi Hasselblad, para una película de ISO 800 se recomienda ajustar este fotómetro a IE 1600, para compensar la falta de luminosidad de la pantalla que provocaría una sobreexposición indicando la sensibilidad nominal. Lo cierto es que, dada la tolerancia de las películas Portra a la sobreexposición, y teniendo en cuenta mis dudas sobre cuánto tiempo llevaba este rollo de película danzando por el mundo, decidí mantener el IE 800, por lo que la estaba exponiendo realmente como si fuera una película de ISO 400.

Los resultados han sido en general agradables. Con los tonos tirando a cálidos tradicionales de Kodak, teniendo en cuenta la más que probable sobreexposición de la película que rebaja la saturación de los colores, y con la tendencia a disminuir el tamaño del grano de las películas de la gama Portra cuando recibe algo más de luz de la prevista, el rendimiento general de la película me ha gustado. Es una pena que las condiciones atmosféricas limitaran mi intención de dedicar todo el rollo al paisaje suburbano. Pero las fotos del museo tampoco han quedado mal, aunque un poco al albur de las distintas condiciones de iluminación dentro del museo. La reserva de sensibilidad que tiene la película, permite fotografiar con combinaciones de diafragma y velocidad de obturación cómodas. Sobre trípode en los paisajes, a mano alzada dentro del museo, donde no se permiten los trípodes si no es con permiso especial.

En líneas generales, usaría con más frecuencia películas de esta sensibilidad si no tuvieran los precios que tienen, generalmente apreciablemente más elevados que las de ISO 400. Y como he dicho antes, para diferenciar mejor los usos, preferiría que hubiese dos pasos de diferencia en la sensibilidad entre las distintas variedades de la gama de película disponible. De todos modos, si la película en blanco y negro todavía tiene una variedad de opciones apreciable, otra cosa es si todos los fabricantes mantienen similares controles de calidad, el mercado cada vez ve más reducida su gama de películas negativas en color sin que surjan nuevas alternativas. Son malas noticias.

# FP4Party Edición 2021 - Leica M6

Segunda entrada dedicada a la edición de 2021 de la #fp4party, "fiesta" de la fotografía con película negativa en blanco y negro, cuya naturaleza ya os expliqué hace unos días. Lo que se refiere al revelado de la película, lo resumiré con rapidez. Todos los rollos de la "fiesta" los revelé al mismo tiempo, en el mismo tambor JOBO, que admite 4 rollos de 35 mm, o 4 rollos tipo 120, o dos de cada. Esto último fue; dos de cada. Con Kodak HC-110 1+19, 5 minutos y 15 segundos durante 21 ºC. Luego, digitalizados los negativos con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8.

Este segundo rollo fue expuesto durante el sábado de esa primera semana de la fiesta, por la mañana. Y utilicé como cámara la Leica M6 que tengo en depósito desde hace unas semanas, y que cada vez me gusta más. Acabaré quedándomela en propiedad... si encuentro una forma razonable de financiación para un precio de la cámara también razonable. Pero las Leica de telémetro, de la serie M, tienen un problema. Bueno... aunque son muy divertidas y eficaces para según que usos, para otros no van también. Y uno de esos usos para los que no van bien es la fotografía de aproximación. El uso del telémetro, la precisión en el enfoque, el error de paralaje, son algunos de los conceptos que entran en conflicto en este tipo de fotografía.

En modernas cámaras digitales del sistema, con el uso de la pantalla electrónica, la cosa ha mejorado. Pero con las antiguas cámaras de película... Hay que tener en cuenta que la distancia mínima de enfoque en las ópticas para montura Leica M oscila entre los 70 cm en las más modernas y los 90 y los 100 cm para las más antiguas. Lo cual es muy desfavorable, especialmente para focales como la de 35 mm, que en sistemas réflex tiene distancias mínimas de enfoque como máximo de 30 cm, las hay con menos, y las de 50 mm, que en sistemas réflex rondan como distancia mínima de enfoque los 45 cm, a veces menos.

Pero con los teleobjetivos cortos, como sucede con mi Elmar-C 90/4, estas distancias mínimas de enfoque de 90 a 100 cm ya no son una desventaja con respecto a los sistemas réflex. Están más o menos a la par. Sólo están en desventaja con objetivos macro y otros de uso especial. Esto permite una mejor aproximación al objeto. Y aunque el visor de las Leica M está más adaptado al uso con focales cortas, 90 mm es una focal que he utilizado de vez en cuando sin mucho problema.

Por ello, ese sábado por la mañana, eché a la mochila la M6, un 35 mm, un 50 mm y el mencionado 90 mm. De camino al Parque Grande de Zaragoza hice alguna foto con las focales cortas. Pero una vez que cambié al 90 mm, ya no lo abandoné. Bien fuese para comprimir los planos en tomas generales, como para acercarme a las flores de cerezo ornamental, a los tulipanes y a los narcisos que estas semanas atrás daban color al parque. Ya están marchitas. Pero me apeteció quitarles el color con la FP4 Plus y comprobar si podía jugar con las formas y entornos. Sin más. Espero que os gusten.

Las flores del Parque Grande - Canon EOS 100 y Kodak Ektar 100

Segundo de los rollos en color que expuse durante el mes de marzo. Voy a ir alternando las entradas dedicadas a la película en color y las dedicadas a la #FP4Party, en blanco y negro, para ir dando variedad.

Después de un año, el 2020, en el que por el confinamiento domiciliario de la población debido a la pandemia de covid-19 los parques de la ciudad quedaron totalmente clausurados, este año están llenos de gente. Con restricciones en los viajes, la hostelería, los establecimientos de diversión... cuando hace buen tiempo, visitar los parques de la ciudad se ha convertido en una actividad apetecible por una proporción de la población superior a la habitual. Especialmente si las flores de primavera han hecho su aparición y podemos disfrutar de su belleza y colorido.

Ya en ocasiones anteriores había visitado los cerezos ornamentales de lo que pretende ser un jardín japonés en el Parque Grande de Zaragoza, que florecen entre finales de marzo y principios de abril. También, a partir de finales de abril y durante unos meses, paseo por la rosaleda del mismo parque, buscando tanto las rosas en flor, como los frecuentes insectos, minúsculos, que se refugian entre sus pétalos. Todo ello, en el 90 % de las ocasiones, con fotografía digital. Pero este año se han puesto de muy de moda, han ido muchos espectadores a contemplarlos, las bulbosas de la acequia de las Abdulas, que recorre paralela al paseo de los Bearneses, un paseo entre plátanos muy agradable para los paseantes en el principal parque de la ciudad.

Los grupos de florales de bulbosas son realmente llamativos, aunque no son tan abundantes como podrían ser. Y los cerezos ornamentales todavía son muy jovencitos. En invierno parecen estacas. Todavía faltan años para que supongan un espectáculo completo. Además de que vendrían bien otros arreglos paisajísticos para que realmente a esa zona se le pueda llamar "jardín japonés". Pero bueno... poco a poco... y si los presupuestos municipales lo permiten,... quizá alguna vez podamos disfrutar de un Parque Grande que, además de "grande", sea también un orgullo para la ciudad. Desde mi punto de vista, tiene posibilidades, pero todavía le falta. Reconozco que la naturaleza árida del clima de Zaragoza hace que los esfuerzos que hay que invertir en unos jardines vistosos sean mucho más costosos e ímprobos que en otros climas más húmedos.

En cualquier caso, tras algún paseo con alguna cámara digital, en el sábado de Semana Santa fui relativamente pronto por la mañana, antes de que la multitud fuera excesiva, con la Canon EOS 100, un rollo de Kodak Ektar 100, una película negativa en color que ofrece colores muy vivos, saturados, un buen trípode y un par de objetivos, el Canon EF 85/1,8 USM y el Canon EF 200/2,8L USM II, que con la ayuda añadida de combinaciones de tubos de extensión y el multiplicador de focal x2, me permitieron ejercitar la fotografía de aproximación con las flores.

Unas fotos quedaron mejor y otras peor. Lo más crítico es el enfoque y la gestión de la limitada profundidad de campo. A veces, con posiciones en la cámara sobre el trípode poco cómodas para enfocar. En estas circunstancias, casi siempre hay que enfocar en manual. Bueno... al final tengo algunas fotografías de las que estoy contento. Y es algo que repetiré de vez en cuando, mientras estemos en temporada. Con las lluvias de hace unos días, las flores del cerezo, las "sakura", ya se han venido al suelo. Y la mayor parte de los tulipanes se han ido marchitando. Los narcisos parecía que aguantaban mejor. Aunque hace varios días que no paso y no sé realmente cuál es su situación actual. Pero os dejo unas cuantas fotos.