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Praktica MTL5, ergonomía "discutible" - con Tessar 50/2,8 y Lomography Color 400

Vuelvo a retomar mis entradas técnicas sobre fotografía. Principalmente, aunque no exclusivamente, fotografía con película tradicional. Ya escribí en el mes de julio un par de entradas sobre el uso de cámaras y otros equipos fotográficos fabricados antes de 1990 en los antiguos países de influencia soviética, o en la misma Unión Soviética. Cámaras y objetivos que podrían ser buenos, si no fuera porque la calidad de fabricación era muy irregular. Obviamente, los controles de calidad debían ser casi inexistentes, lo cual provocaba que algunas unidades despertaran el cariño y adhesión de sus propietarios, mientras que otras... pues no tal. Como ya conté, estoy en esta historia como consecuencia de la iniciativa #CrappyCommieCameraParty impulsada en Twitter por @ShittyChallenge.

La Praktica MTL5 fue fabricada en la extinta República Democrática Alemana por Pentacon. En su momento, Pentacon fabricó cámaras y objetivos bajo una panoplia de marcas muy prestigiosas, incluida Zeiss y otras. Hasta que los occidentales se pusieron serios con los temas de propiedad intelectual y marcas registradas, lo que hizo que poco a poco dejaran de usar esas marcas, y al final quedase Praktica para las cámaras de 35 mm con una serie de objetivos que procedían de los Carl Zeiss que se fabricaba en Jena y eran diseños correctos, pero antiguos a partir de un momento dado. Lo que pasa es que podían funcionar honestamente, especialmente si se diafragmaban a aperturas medias como el intervalo entre f/5,6 y f/11.

Mi combinación original fue una Praktica MTL5, cámara réflex mecánica con montura de rosca M42, lo que la hace apta para recibir una amplia variedad de ópticas de distintas marcas, con un Carl Zeiss Jena Tessar 50/2,8, que en occidente se vendían con otra marca. La cámara tiene una fabricación barata, algunas opciones de diseño, como la posición del disparador, son "raras" lo que le otorga una ergonomía "discutible". Fue fabricada entre 1984 y 1986, año que fue sustituida por una MTL5B, y usaba las malditas pilas de mercurio que ya no se fabrican. Por lo que yo la uso con fotómetro de mano o estimando la exposición a ojo, con la famosa regla del "soleado f/16". La compré para usar las ópticas con montura de rosca M42 que tengo... pero lo cierto es que es más cómodo usarlas con cualquier Canon EOS y el adaptador correspondiente. Sin comparación la comodidad de estas últimas. Suelo usar la Canon EOS 650.

El Tessar es un objetivo decente. Hay que tener en cuenta que con sólo 4 elementos en 3 grupos, las correcciones de aberraciones son las justas, y además no permite aperturas muy luminosas, de ahí su limitada f/2,8 como apertura máxima. Pero diafragmado a f/8 es nítido y perfectamente utilizable. Es utilizable a una variedad de aperturas, pero esa apertura sería su óptimo. Y tiene otra gran ventaja. Si la mayor parte de los 50 mm de la época tenían su distancia mínima de enfoque en torno a los 45 cm, con ejemplares más antiguos o los fabricados en los países de la Europa del Este con distancias mínimas todavía más alejadas, en torno a los 55 o 60 cm, este Tessar tiene una distancia mínima de enfoque que se sitúa entre los 30 y los 35 cm. Por ello, ayudado con alguna lente de aproximación, es idóneo para fotografía de proximidad.

Por hacer la gracieta, para estas semanas de "cámaras soviéticas", decidí comprar algunos rollos de Lomography Color 400. Al fin y al cabo, la marca Lomo también fue soviética hasta que unos austriacos la compraron para vender bajo ella  productos malos de fotografía. No está claro quién fabrica esta película negativa en color. En algunas fuentes se habla de que se trate de alguna emulsión antigua de Kodak fabricada en China. Lo cual también la hace ideal para esta "party", dada la dictadura del PCCh en el gigante asiático. Esta película es claramente antigua, con un grano muy excesivo en comparación con películas negativas en color más modernas de la misma sensibilidad. Y los colores no me entusiasman, un poco muertos, pero no han quedado mal. Pero bueno, que se trata de pasarlo bien haciendo fotos.

El principal problema que he tenido con el rollo ha sido debido a los defectos de la cámara. Como cuando lo expuse fueron días de sol radiante, le puse un filtro de densidad neutra al objetivo, para permitirme, llegado el caso, limitar la profundidad de campo y esas cosas. Pero el único que tengo de 49 mm de diámetro, como el Tessar, es un ND64, que quita seis pasos de luminosidad. Y entonces el visor, que de por sí es regular, se oscurece bastante, y he cometido algunos errores de enfoque. También pasa, que he tenido que usar velocidades "lentas", de "sólo" 1/60 segundo... y dada la ergonomía "discutible" de la cámara y su escasa consistencia para su volumen, algunos fotogramas han quedado algo "movidos". En fin, os dejo unos cuantos ejemplos, y a otra cosa, mariposa.

Zenit 3M, la cámara "destroyer", con Fomapan 200 Creative

Desde que adquirí la Zenit 3M, versión 50º aniversario de la Revolución de Octubre, he venido manteniendo una "guerra fría", o caliente, con esta cámara soviética de los años 60. Empezando por el hecho de que cuando la adquirí, no me cosqué de que la montura es de rosca de 42 mm como las habituales de otras Zenit más conocidas y otras marcas, sino de 39 mm. Como la de las Leica de antaño,... pero sin que valgan las ópticas de estas, porque el distancia de brida es superior para tener en cuenta el espejo de las cámaras réflex. Por ello acabé haciéndome con el Mir-1 37/2,8 M39, un objetivo angular muy moderado, que no va mal, aunque hay que hacerse a su peculiar funcionamiento. Luego... le han pasado más cosas, pero no me voy a detener en ello.

Como durante estoy participando en la CCCP, #CrappyCommieCameraParty, organizada en Twitter por @ShittyChallenge, era obvio que algunos rollos iban a salir de esta cámara. Tengo mandado a revelar un en color, un experimento, ya que nunca he usado antes la LomoChrome Metropolis. A pesar de ese sufijo "chrome", no es película diapositiva color, como antaño solía pasar, es película negativa color. Ya veremos. El caso es que por lo menos ese rollo quedó entero. Porque esta cámara es una "destroyer". Tiende a destruir rollos de película. Ya me ha pasado con algún otro. Tengo que acostumbrarme a descargar el rollo a oscuras, por si acaso. El caso es que en el último rollo que hice con ella... este ser rompió.

Me pasé hace unos días por una de las pocas tiendas que venden en Zaragoza material sensible mínimamente variado o interesante. Y cogí un rollo de Fomapan 200 Creative. Aunque las películas de la marca checa, apropiada para esta "party" por su origen al otro lado del telón de acero, no me entusiasman, reconozco que la Fomapan 200 no está mal. Es la única que no es de grano tradicional, cúbico, es de grano tabular, y tiene un grano que en la práctica es tan fino como la Fomapan 100, con la ventaja de ser más sensible. Aunque a mí me suele quedar un poco demasiado poco densa. A ver si esa sensibilidad nominal declarada ISO 200 va a ser un poco optimista. En cualquier caso, lo puse en la Zenit 3M con el Mir-1, y llevé el conjunto conmigo durante unos días mientras iba de un lado a otro de la ciudad.

Cuando se terminó, rebobiné, y de entrada no noté nada de especial. Hasta que al abrir la cámara en casa, comprobé que se había roto la película antes de finalizar de rebobinar todo el rollo, y de los 36 negativos previstos sólo pude aprovechar los 22 últimos. Los revelé en HC-110 dilución B (1+31). Como el tiempo previsto a 20 ºC para esta película y este revelador con esa dilución es muy corto, tres minutos y medio, decidí preparar la dilución a 18 ºC y aumentar el tiempo de revelado, según las tablas de Digitaltruth, hasta 4' 15". Me quedaron poco densos. Pero en general aprovechables. Y una cosa que esperaba era que al disminuir la temperatura, disminuyera también el grano y aumentase la gradación tonal. Y parece que sí.

Como digo, el resultado, como me ha pasado otras veces con esta película, es una tónica casi general, aparenta un clara subexposición, aunque luego hay detalle tanto en las sombras como, por supuesto, en las luces. Creo que voy a empezar a exponer esta película a IE 100 en el futuro. Porque no creo que necesite más revelado. Los números de testigo en las bandas laterales de la película aparecen siempre correctamente revelados. Las fotos han quedado nítidas, en las fotos realizadas con apertura amplias las esquinas y los bordes del campo tienen pérdida de nitidez, por las limitaciones de un óptica decente, pero antigua. Pero a f/8 o f/11, se ven bien en todo el campo. Eso sí... otro problema más, cuatro de los fotogramas aparecen como si la cortinilla del obturador no se hubiese abierto correctamente, con parte de la imagen negra. Tras observarla sin película tengo la sensación de que es un problema que sucede de vez en cuando al armar el obturador cuando se avanza la película. En fin... probaremos una vez más... pero si sigue dando problemas, puede ir a parar de adorno a la estantería. El objetivo, con adaptador, puede ser usado en otras cámaras.

Buscando colores saturados con la Instax SQ6 - película "usada" con marco negro

Me estoy acostumbrando a comprar película instantánea "usada" en Amazon. Obviamente, no está usada. Viene del apartado de productos "reacondicionados", generalmente productos devueltos tras la compra, que ya no se pueden vender con su precio habitual por diversos motivos. Pero el caso es que hasta ahora, la película instantánea que he comprado de esta forma va bien. Y como es el caso del cartucho de Instax Square Black, porque tiene el marco negro, hasta con un 30 % más barato de su precio habitual.

En esta ocasión, y con ese marco negro que tienen las fotos, he buscado una estética distinta de lo habitual. Colores más saturados, evitando la luz directa del sol. Y como me he acostumbrado a usar el modo "dark", o sea, la subexposición, pues como con las diapositivas de antaño. Subexponer un poquito para aumentar la saturación de los colores.

Por supuesto, usando mi Fujifilm Instax SQ6, que como ya he dicho en otras ocasiones, para ser realmente estupenda sólo necesitaría un par de cosas; un objetivo un poquito más nítido, menos patatero, y una forma de seleccionar los distintos modos de exposición de forma que no fuesen tontamente incompatibles en muchas ocasiones. Pero no parece que los nipones vayan a enmendar la plana. Cada vez tienden más a sacar cámaras al mercado simplonas y para "tontos". Que conste que nunca he considerado que haya cámaras "para tontos". Cualquier cámara vale, si conoces sus limitaciones, para obtener una foto interesante. Lo que sí me consta es de la existencia de "tontos" con cámaras. Y a esos, ya le puedes poner lo más de lo más,... que sólo obtendrán buenas fotos por aplastamiento estadístico. Una de cada mil. La tecnología digital está pensada para esta gente.

Bueno... resultados. Aunque las versiones digitalizadas de las fotos que os muestro aquí tienen un aspecto decente, lo cierto es que esta vez me he pasado en el uso con el modo D "dark". Cuando la escena no está muy contrastada, y el limitado intervalo dinámico de la emulsión no se ve superado, no es necesario introducir esta corrección. Es más, en algunas de las fotos en las que he usado el modo de fotografía de aproximación o retrato, he lamentado no poder utilizar simultáneamente el modo L "light", sobreexposición, para dar un poco más de luz a la escena. Pero ya he dicho que las cámaras Instax tienen algunas limitaciones muy tontas. Qué se le va a hacer.

Película negativa en blanco y negro de muy baja sensibilidad - Praktica MTL5 y Lomography Fantôme 8

Comentaba en una entrada con un título similar a la de hoy hace algo más de dos semanas mi experiencia usando una de las películas de muy baja sensibilidad y alta nitidez y resolución que Lomography sacó al mercado el año pasado. Recuerdo que me llegó la oferta de prelanzamiento durante las semanas de confinamiento de la población. Y que no me decidí a aceptarla porque había que comprar los rollos de cinco en cinco y por la incertidumbre sobre cómo iba a evolucionar la epidemia y el retorno de nuestra libertad de movimientos. Y de practicar nuestras actividades de ocio como mejor nos parezca, por lo tanto. Así que fue esta primavera cuando me hice con un rollo de la Babylon 13, de la que ya os hablé, y la Fantôme 8, que es la que nos ocupa hoy.

Un breve recordatorio sobre el origen y las características de las películas Lomography Kino. Aunque nadie lo confirma con claridad, comparando sus características con el catálogo de ORWO Filmotec Special Films, parece que todas ellas proceden de las películas cinematográficas ORWO que este fabricante tiene actualmente en catálogo. Si la Berlin 400 y la Potsdam 100 tendrían su origen en el material sensible para el rodaje de películas de cine, la Babylon 13 y la Fantôme 8 tendrían su origen en el material sensible para la duplicación de otras películas. La Babylon 13, algo más sensible, tiene un contraste poco acentuada, con amplia gradación tonal, mientras que la Fantôme 8, como comprobaremos, tiene un contraste marcado, con una gradación tonal más estrecha, con transiciones más bruscas entre las sombras y las luces.

Desde el primero de julio vengo participando en una de estas "fiestas" fotográficas virtuales que se organizan en las redes sociales y que no son más que una excusa para hacer fotos y compartilas en las mismas. En esta ocasión, organizada desde Twitter por @ShittyChallenge, la fiesta es la #CrappyCommieCameraParty o CCCP. Es decir, la fiesta de las cámaras comunistas zarriosas. Y de lo que se trata es de usar cámaras y objetivos fabricados en los países que pertenecían al bloque soviético durante la guerra fría. Creo que también incluyen lo fabricado en la República Popular China, que no deja de ser un país gobernado dictatorialmente por un partido que se dice comunista... a pesar de ser un paraíso para el capitalismo más duro. Pero como se fabrica tanto hoy en día en ese país, ya no tiene gracia. Yo me apunto con material del antiguo telón de acero. Que por sus dudosos niveles de calidad, podría ser estupendo... o un zarrio. "Crappy" en inglés.

He usado ya tres rollos en color, que he mandado a revelar y podré mostrar en agosto, cuando vuelva de vacaciones, si consigo irme, y un par en blanco y negro. De los cuales, el primero, fue la Lomography Kino Fantôme 8, que expuse utilizando la Praktica MTL 5, fabricada en la antigua República Democrática de Alemania, con un Helios 44-2 58/2,8, de la antigua Unión Soviética. Aunque expuse las fotos en días luminosos con abundante luz, con sólo ISO 8 de sensibilidad, y con una velocidad de exposición mínima de 1/60 segundo, que aun así es arriesgada por la mala ergonomía de la cámara para evitar trepidaciones, las aperturas de trabajo oscilaron entre el f/2 y el f/5,6 en los momentos de luz más abundante.

El revelado de la película lo hice siguiendo las recomendaciones de Lomography. El revelador que recomiendan para estas cámaras es el D96, un revelador habitual en cinematografía, lo que vendría a confirmar el más que probable origen de las películas. Pero después de este, el que más recomiendan es el Kodak HC-110, dilución B (1+31), durante 7 minutos a 20 ºC, con el habitual ritmo de agitación al principio de cada minuto. Fijado como de costumbre, los negativos fueron digitalizados con la Panasonic Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS. La Praktica MTL 5 es una cámara mecánica que lleva incorporado un fotómetro que funciona con una de estas malditas pilas de mercurio que ya no se fabrican. En lugar de buscar alternativas que no siempre van bien, usé mi fiable fotómetro de mano, el Gossen Digisix. Lo cierto es que la mitad del rollo, que hice un jueves por la tarde, tiene una exposición perfecta, mientras que la otra mitad, que expuse un sábado por la mañana, tiene una sobreexposición sistemática de al menos un paso. No sé muy bien el porqué. No soy consciente de haber hecho nada raro o distinto.

Descartando la elevada densidad de los negativos sobreexpuestos, estos se muestran muy contrastados. Y cuando se digitalizan con la cámara digital, el archivo resultante tan apenas hay que tocarlo de contraste. Los archivos procedentes de los negativos sobreexpuestos hay que reajustarles los tonos medios, pero poco más. He de decir que, efectivamente, es una de las películas más contrastadas que he usado, aunque no llega a los extremos de unos de origen Kodak que me regalaron hace unos años. La cuestión es que, aunque la película es contrastada, ni en las circunstancias más desfavorables quedan bloqueadas las luces o empastadas las sombras. Con lo cual, aunque tienes que tener cuidado con la exposición, porque los márgenes de error no son grandes, y siempre más favorables a la sobreexposición, tampoco es intratable.

Busqué para ella, especialmente el segundo día, cuando paseé por entornos industriales o ferroviarios, sujetos con detalles finos, por intentar hacerme una idea sobre la nitidez de la película, que se presupone alta. Pero en el fondo, esto fue una "tontá" por mi parte, al usar el equipo que usé. Realmente, la impresión que da en aquellos fotogramas expuestos con las aperturas más idóneas, o sea f/5,6, que la nitidez es elevada. Mi impresión es que los 20 megapíxeles de la cámara digital no son suficientes para extraer todo el jugo a los negativos. Los archivos resultantes quedan bien, se pueden hacer copias de buen tamaño, pero tiene sus límites. El problema es que el Helios 44-2, cuando bajas de f/5,6 y abres más el diafragma, empieza a notarse que su rendimiento en las esquinas es justito. Y con una película nítida, aun se nota más. No nos olvidemos que el tan "admirado" Helios 44-2 no deja de ser un clon de los Biotares de Carl Zeiss en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Fórmulas ópticas similar a los Planar, pero sin el esfuerzo de investigación y desarrollo posterior. Bueno... pues eso. Esto es lo que ha dado de sí estos negativos de muy baja sensibilidad de Lomography. Una curiosidad. Pero no muy interesantes, para mis usos personales, en realidad.

Voigtländer Snapshot-Skopar 25/4 MC, nuevamente en funcionamiento - Leica M6 y Kodak Portra 400 a IE 200

Hace casi veinte años, cuando compré en Huesca, en la feria de material fotográfico clásico y de ocasión que se organizaba en el marco de Huesca Imagen, en la antigua iglesia desacralizada de las Capuchinas en el Coso Alto, una Leica CL con su Leitz Summicron-C 40 mm f/2. Tanto me gustó el chisme, le saqué bastante partido hasta que me pasé a lo digital, que también me agencié el teleobjetivo corto dedicado para esta cámara, Elmar-C 90 mm f/4. Ambos objetivos Leitz van muy bien con cámaras para película tradicional y no desmerecen con cámaras digitales, aunque en este caso, especialmente con Elmar-C que tiene una fórmula óptica muy sencilla, conviene diafragmar y no usar a su máxima apertura.

Cuando vi que era una cámara que iba a sustituir a mi pesada Canon EOS 100 con sus objetivos zoom para los viajes, constaté que me vendría bien un gran angular. Y en aquellos momentos Cosina estaba lanzando al mercado, bajo marca Voigtländer, una serie de objetivos con monturas de rosca compatible con la Leica 39 mm, que con un adaptador funcionaban igualmente bien con la cámaras con montura Leica M. Fuesen estas Leicas o las Bessa que Cosina lanzaba al mercado bajo la marca Voigtländer, o la Konica Hexar RF, o la Zeiss Ikon ZM, probablemente fabricada también por Cosina, como los objetivos Zeiss ZM con montura Leica M, que eran las cámaras para película tradicional que a principios de los años 2000 había en el mercado. Los Voigtländer, o Voigtlaender si no quieres usar la diéresis, eran los más económicos. Todavía se fabrican hoy, y tenían prestaciones bastante honorables.

Yo compré el Voigtländer Snapshot-Skopar 25/4 MC, un minúsculo gran angular, con una focal muy apropiada para complementar a los anteriores. Sólo le encuentro dos pegas a este pequeño objetivo. Una, que no su mecanismo de enfoque no está acoplado al telémetro de las cámaras, y por lo tanto es necesario enfocar por estimación o por zonas usando su escala de profundidades de campo. Dado que se trata de un gran angular muy amplio, es muy sencillo hacerlo así; sólo hay que recordarlo antes de hacer la foto. La otra es que necesita un visor externo. Que no está mal, aunque es perfectible. Y que introduce un error de paralaje entre el encuadre y la foto relativamente importante. Venía en un estuche muy majo.

Hace unos meses el visor se me cayó y se quebró la lente frontal del mismo. Hace unas semanas busqué en tiendas de segunda mano y en eBay un sustituto, y al final lo encontré en un vendedor de Japón por eBay. Aun con el gasto de la aduana, sale más barato que las ofertas disponibles en Europa. Y si un vendedor japonés dice que el objeto está en buen estado y lo describe, suele ser más honesto que un vendedor europeo, que es demasiado "optimista" sobre el buen estado del objeto que vende. Al menos, esa es mi experiencia. Cuando me llegó, monté el Snapshot-Skopar sobre la Leica M6, con el nuevo visor, y salí a dar un paseo una tarde de sábado que tuvo una luz muy agradable.

Para hacer las fotos usé un rollo de Kodak Portra 400, de los que me caducan en septiembre. Como iba a tener luz de sobra, lo ajusté a IE 200. Como esa misma mañana había terminado de exponer el rollo de Kodak ProImage 100 que usé para probar el anillo de extensión para la Nikomat, recibir al mismo tiempo los resultados de ambos rollos, me ha servido también para comparar el rendimiento de ambas películas, en condiciones de toma similares. No iguales, pero muy similares. Decir que el visor que me ha llegado es esencialmente igual que el que se quebró, menos en un detalle. No dispone de las líneas brillantes para corrección del paralaje. Supongo que es alguna medida para economizar gastos que introdujo Cosina en estos últimos veinte años. Se nota esta falta. Y alguna foto me ha resultado afectada en su composición por el error de paralaje.

En cuanto al rendimiento de ambas películas... dos cuestiones se constatan en seguida. La Kodak ProImage 100 es claramente una película bastante más saturada que la Kodak Portra 400. Más si la Portra 400 se expone a IE 200, o sea, se sobreexpone un paso. Al sobreexponer la película en color, el resultado es menos saturado. Pero también hay que decir que los colores y el aspecto general de la imagen es más natural con la Portra 400. Lo cual no es ni bueno ni malo; es algo que debe conocer el fotógrafo para saber cómo elegir la película más adecuada a los resultados que pretenda. La otra cuestión que queda clara es que la Kodak Portra 400 a IE 200 tiene un grano menos aparente que la Kodak ProImage 100. Si queremos una película saturada con grano más fino, tendremos que optar por la Kodak Ektar 100. Obviamente, la Portra 400 y la Ektar 100 son más caras que la ProImage 100. Globalmente, yo no desdeñaría el uso de la ProImage 100 aunque el grano se vea un poquito más. Probablemente, en la práctica, en copias impresas, apenas se note la diferencia.

Y hasta aquí os puedo decir.