La fotografía como afición y otras artes visuales

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# FP4Party Edicion 2021 - Hasselblad 500CM en el cementerio

Tercera entrada dedicada a la edición de 2021 de la #fp4party, "fiesta" de la fotografía con película negativa en blanco y negro, cuya naturaleza ya os expliqué hace unos días. Reitero que en lo que se refiere al revelado de la película, todos los rollos de la "fiesta" los revelé al mismo tiempo, en el mismo tambor JOBO, que admite 4 rollos de 35 mm, o 4 rollos tipo 120, o dos de cada. Esto último fue; dos de cada. Con Kodak HC-110 1+19, 5 minutos y 15 segundos durante 21 ºC. Luego, digitalizados los negativos con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8. 

Me han preguntado el porqué de los 21 ºC en lugar de los tradicionales 20 ºC. Los tiempos de revelado para la Ilford FP4 Plus que uso los obtengo de un artículo en Emulsive donde han probado distintas posibilidades, con distintos reveladores, a distintas concentraciones, y con índices de exposición para la película iguales o distintos de su sensibilidad nominal, y para el HC-110 me suelen funcionar bien. Y como ellos usan una temperatura en grados Farenheit, 70 ºF, su traslación a grados centígrados, son esos 21 ºC. También usan la dilución C (1+19) en lugar de la oficial dilución A (1+15), lo cual está muy bien, porque los cálculos son más fáciles de hacer. Es más fácil dividir por 20 que por 16.

El sábado de la semana de la "fiesta", después de haber estado fotografiando con la Leica M6 buena parte de la mañana, tenía pensado usar la tarde para quehaceres domésticos antes de cenar con unos amigos, manteniendo siempre las precauciones debidas por la epidemia de covid-19. Pero a la hora de comer me llegó el mensaje de que el esposo de un compañera de trabajo había fallecido. Así que me sacudí la pereza y decidí subir un momento al cementerio para presentarle mis respetos y mostrarle mi solidaridad. Y conforme me preparaba para ello, viendo la suave luz de un nublado con claros esa tarde, decidí coger la Hasselblad 500CM con el Planar 80/2,8 CF T*, un rollo de FP4 Plus, y un par de filtros, uno de densidad neutra y otro naranja. El primero para ayudarme a limitar la profundidad de campo, y el segundo para mejorar el contraste.

Así que después de visitar en el tanatorio municipal a mi compañera de trabajo, bajé caminando a casa recorriendo la zona del cementerio donde se encuentran las tumbas en tierra con las muestras más destacadas de arte funerario. Yo estoy familiarizado con el cementerio de Zaragoza. Nunca me ha causado aprensión de ningún tipo. Mi padre era marmolista y subía con frecuencia al mismo, y de vez en cuando le acompañé, y me acostumbré a su disposición y a considerar lo que es. Un lugar donde no hay casi nadie habitualmente. Porque los muertos, en mi opinión... ya no son. Ni están. Y lo que sí que me parece es que es un lugar donde se puede encontrar alguna tumba con singular y serena belleza, al mismo tiempo que recorrer algunos de los cuadros de tumbas te acerca a las realidades sociales de la ciudad en determinados momentos de su historia.

A este respecto, siempre me han impresionando los cuadros centrales, entre el paseo de acceso principal y la fosa común, dónde puedes encontrar numerosas tumbas de lactantes y niños pequeñitos fallecidos entre 1940 y 1965. Cosa rara de encontrar en zonas de enterramiento o nichos posteriores. Impresiona la mortalidad infantil de la Zaragoza de la posguerra. Me parece increíble que haya gente que muestra añoranza o apego a aquella sociedad enferma y empobrecida por una guerra y una dictadura. Debemos desconectar con más frecuencia las radios, los televisores y las noticias en internet, y observar los lugares públicos y emblemáticos de nuestras ciudades para entender mejor nuestro pasado. No será la última vez que suba una cámara al cementerio municipal de la ciudad.

Cementerio Monumental de Staglieno

Ayer regresé de unas cortas vacaciones por Italia, y es momento de ir, poco a poco, comprobando lo que han dado de sí fotográficamente. No iré en un orden lógico; ni cronológicamente ni según ningún otro criterio. Iré elaborando artículo según los lugares, los motivos o los temas. Y este primer esta dedicado a uno de los lugares de Génova que más poderosamente me han llamado la atención. Se trata del CEMENTERIO MONUMENTAL DE STAGLIENO, un lugar en el que se mezcla el culto a la muerte y los muertos propios de la religión católica, la religiosidad propiamente dicha, la vanidad del ser humano incluso ante la muerte, la ostentosidad del rico burgués y, aquí y allá, extraños ejemplos de sensualidad y voluptuosidad salidos de las herramientas de algunos prestigiosos escultores italianos de los siglos XIX y XX.

El cementerio es muy vasto; dedicamos algo más de hora y media a pasear por aquellos sectores del mismo en el que se acumulan las obras escultóricas más llamativas. Sectores que destacan por estar porticados por lo que es un paseo agradable, llueva o haga sol. Las tumbas y mausoleos están en bastante buen estado general. Se ve bastante gente cuidándolas. Era el Domingo de Pascua, y había relativa afluencia de genoveses presentando sus respetos a sus difuntos. Turistas, no muchos. Algo alejado del centro, hay que desplazarse ex profeso.

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El cementerio ha atraído la atención del mundo de la cultura. Ha aparecido en obras literarias, en obras cinematográficas, y por supuesto en obras fotográficas. Porque la fotogenia del lugar es indiscutible. Fotógrafos de prestigio como el italiano GIANNI BERENGO GARDIN, que esos días exponía en el PALAZZO DUCALE de Génova, o el americano LEE FRIEDLANDER han dedicado algunos de sus esfuerzos a sacar lo mejor de estética y del juego de luces y sombras del lugar. Sin hablar del simbolismo resultante en las imágenes.

Hay de todo. Desde los típicos nichos, a las tumbas en tierra, a los vistosos mausoleos rícamente decorados con esculturas de prestigio. Y algunos monumentos dedicados a genoveses con menos posibles, pero queridos por la ciudad, aunque fueran modestas charcuteras.

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En líneas generales, las tumbas más vistosas sorprenden por la vanidad que claramente muestran sus dueños. Su deseo de ser reconocidos como alguien importante, incluso después de muertos. Si bien hay muestras del duelo y la tristeza asociada a la pérdida del ser querido, también hay ejemplos que hablan del materialismo de la burguesía genovesa de los siglos XIX y XX.

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Son notables los ejemplos de esculturas que exudan una sensualidad de naturaleza casi erótica. Ángeles de aspecto andrógino, generales con rostros que lo mismo se podrían asociar a hombres o a mujeres jóvenes, y cuerpos de carácter impreciso, cuando no claramente derivados de modelos femeninas sensuales, voluptuosas, al gusto de la época. Casi de cualquier época. U otros seres angelicales que más que acoger el alma de los fallecidos tras la muerte, pareciera que son encarnaciones del dios Apolo uniendo a los enamorados.

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Mi padre tenía un taller de marmolista cuando trabajaba. Y eventualmente hacía algún trabajo de cementerio. Lápidas, generalmente no muy complejas, en su mayor parte. De vez en cuando me encargaba llevar y traer los encargos de fotos para esmaltar y colocar en las lápidas. También este es un detalle muy particular que ilustra mucho las mentalidades de las épocas y de las gentes.

Así encontramos lo mismo a una belleza a caballo de los siglos que se muestra en la fotografía todavía joven, incluso sensual con sus hombros desnudos, que las fotografías realizadas con los finados ya difuntos. Para los más pobres, la fotografía en el siglo XIX era un capricho caro. Y se reservaba para los momentos trascendentes. Y cómo no para el momento de la muerte.

Cementerio de StaglienoOLYMPUS DIGITAL CAMERA
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Mi recomendación es clara. Génova es una ciudad con mucho que ver a la que paradójicamente los turistas, por lo menos los españoles por lo que he detectado, dedican poca atención y poco  tiempo. Pero si alguien viaja con un poco de calma y decide dedicar un poco más de tiempo a la ciudad, de lo cual no se arrepentirá, que dedique un tiempo a pasear entre las galerías de este magnífico camposanto.

En el que también existen tumbas normales y corrientes para los mortales comunes como en todas partes.

Cementerio de Staglieno