La fotografía como afición y otras artes visuales

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Ilford FP4 Plus forzada un paso (IE 200)

Como contaba hace unos días, con la excusa de que se iba a celebrar en Twitter una FP4Party, decidí participar, pero haciendo cosas distintas. Por lo menos en parte. 

Ya comenté recientemente los carretes de formato pequeño expuestos con la Leica M2 y sus correspondientes carretes de 35 mm, forzados dos pasos, con un índice de exposición de 400, en lugar de sus sensibilidad nominal ISO 125.

Hoy comentaré los dos rollos de formato medio, expuestos con la Hasselblad 501CM.  No es la primera vez que uso la Ilford FP4 Plus 125 con un índice de exposición de 200, 2/3 de paso sobre su sensibilidad nominal, e incrementando el tiempo de revelado. Apenas tiene incidencia sobre la apariencia del grano, y hace que el contraste algo más elevado, sin pasarse. Y con la buena latitud de exposición de la película, las sombras suelen quedar bien, con detalle, sin bloqueos. 

Otros datos técnicos de las tomas:

Objetivo usado: Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF T*.

Revelado: Kodak HC-110, dilución A (1+15 o 1:16, dos formas equivalentes de expresar lo mismo), durante 6' a 20 ºC. Agitación continua durante 30 segundos al principio del revelado y tres volteos del tambor suaves cada minuto durante el resto del revelado. Tiempo de revelado propuesto en el Massive Dev Chart.

Un poco justo de tiempo,... pero asumible. Hay que observar que las variaciones en los tiempos y a otros elementos en el revelado debidas a factores azarosos tienen más repercusión en tiempos de revelado cortos que en tiempos prolongados. Si en lugar de 14 minutos, revelas durante 14 minutos y 10 segundos, estás incrementando el revelado en un 1,2 %. Si en lugar de 6 minutos, revelas durante 6 minutos y 10 segundos, la variación es de casi un 3 %.

Así como no tenía experiencia previa en forzar la Ilford FP4 Plus a IE 400, sí que lo había hecho a IE 200. En concreto, usando cámaras antiguas, como la Agfa Synchro Box, cuyas ópticas tienen un escaso contraste, y que el ligero forzado, especialmente si se utiliza algún filtro de color, mejora este parámetro. Debería agenciarme algún filtro naranja, o incluso rojo, para los objetivos de la Hasselblad, pero de momento me contento con un usar un filtro amarillo. Que me quita un paso de luminosidad aproximadamente. Así que la medición con el el fotómetro Sekonic L-408 Multimaster, no deja de ser con la sensibilidad ajustada a IE 100 o 125. Como suelo hacer con la película en blanco y negro, en la que trato de proteger las sombras de posibles bloqueos, dejando que las luces se defiendan solas gracias a la latitud de exposición de la película, utilizo la medición de luz reflejada con el dispositivo de medición parcial de este fotómetro. No es una medición exactamente puntual, pero es suficientemente selectiva para medir las distintas zonas importantes de la escena, y evaluar el contraste global de la misma.

Como suelo hacer con los negativos de medio formato, la digitalización de los fotogramas la realizo con el Epson Perfectión V600 Photo. Gracias a la buena estabilidad dimensional de la película ilford, que queda perfectamente plana en el soporte adecuado sobre el cristal del escáner, la nitidez conseguida es bastante buena. Y puedo obtener resoluciones, para un negativo de 56 x 56 mm, de cerca de 20 megapíxeles, que ya me vienen bien. En general, aunque prefiero la película Ilford Delta 100, con grano más fino, lo cierto es que también es una solución muy útil. Y con las buenas propiedades para el forzado que ha demostrado la FP4 Plus, si en un momento dado necesitas exponer a índices de exposición algo más elevado, no pasa nada grave. Así que no desdeño almacenar algo más de esta película de todo uso, cuando las condiciones de luz sean inciertas.

Naturaleza urbana con película Kodak Ektar 100

Hace unos días, a finales de octubre, decidí airear un poco la Hasselblad 500CM con el Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF. Hacía una buena mañana de sábado y, aunque había estado lloviendo, el sol empezó a asomarse por las nubes, generando una luz suave para ser las horas centrales del día.

Tomé un rollo de Kodak Ektar 120, pensando que tendría luz suficiente, y que el mayor contraste y saturación de esta película sobre otras películas de Kodak o Fujifilm, vendrían bien esa mañana.

Lo cierto es que, aunque la luz fue bastante agradable en general, no era tan abundante como yo pensaba, y la sensibilidad de la Ektar 100 se me quedó un poquito corta en alguna ocasión. No cogí trípode, y fotografié durante todo el paseo a mano alzada, lo que me obligó a abrir el diafragma en alguna ocasión más de lo que hubiese sido deseable, generando una profundidad de campo muy escasa.

El resultado general fue una mezcla de fotografías, unas más conseguidas, captando los tonos otoñales en un ambiente de naturaleza en medio urbano, y otras menos.

Realmente, la Kodak Ektar 100 es una película que necesita luz y estar bien expuesta, en su sensibilidad nominal. Para medir la luz utilicé mi fotómetro de mano Sekonic Multimaster L-408, a veces usando el modo de luz incidente, otras el modo de luz reflejada selectiva.

El revelado y escaneado de los negativos está realizado en Revelatum Revelado Analógico, que ha obtenido unos tonos correctos, adecuados a la impresión que daba la luz esa mañana.

Quiero seguir profundizando en el uso de la película Kodak Ektar 100. Pero es una película más exigente en su utilización que la gama Portra del fabricante americano de película en color. Ya me han llegado a casa algunos rollos nuevo. A ver cuando tengo ocasión de usarlos con provecho.

Museo Pablo Gargallo - Hasselblad 500CM + Cinestill 800T

Hace un año más o menos, probaba la película Cinestill 800T 120; una emulsión ya conocida en película de 35 mm y que en aquel momento era una novedad en rollo de tipo 120 tras una campaña de financiación colectiva. Los resultados que obtuve fueron buenos.

A finales de enero, con ocasión de la jornada de puertas abiertas de los museos de la ciudad de Zaragoza con motivo de una fiesta local, me dispuse a volver al Museo Pablo Gargallo para usar el último de los rollo de Cinestill 800T 120 que me quedaban.

Al igual que en marzo del año pasado, utilicé la Hasselblad 503CX con el Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF T*. El modo de medir la luz fue similar y, al igual que el año pasado, usé la cámara a su sensibilidad nominal ISO 800. Sí que arriesgué más en algunas de las composiciones, acercándome más a las esculturas de Pablo Gargallo. Esto puede suponer problemas para ajustar adecuadamente el enfoque, más cuando no permiten el uso de trípode, si el diafragma de trabajo es demasiado abierto.

Por lo demás, todo igual, salvo que cambié de laboratorio de procesado.

Lo cierto es que no he quedado tan satisfecho con los resultados como hace un año. Diríase que con carácter general las fotografías están insuficientemente expuestas. A muchas de ellas les falta como mínimo un paso de luz. No he podido ver todavía los negativos, por lo que no sé cómo están. Tampoco el rendimiento de los colores ha sido el mismo, aunque eso puede ser por la distinta apreciación del técnico que realiza la digitalización. Yo he corregido cierto exceso de dominante verdosa que había en algunas fotografías, y he "enfriado" en general el conjunto de imágenes.

Ese mismo día, usé también un rollo de Kodak Portra 800, con el fin de hacer una comparación de ambas películas. Pero parece ser que se malogró por algún motivo durante el procesado. Así que... mala suerte. Tengo otro de Fujifilm Venus 800, realizado un mes más tarde, que todavía tengo que mandar a revelar. Pero es de formato 135, por lo que las comparaciones no serán tan oportunas como cuando comparas dos rollos del mismo formato.

En principio no tengo especial intención de repetir con esta película, Cinestill 800T, en un futuro próximo. Es muy cara, y no he acabado de encontrar, por un motivo u otro, consistencia en los resultados. En un momento dado, de momento, casi prefiero hacer un revelado forzado de la Kodak Portra 400, si necesito ese margen de sensibilidad. Pero bueno, aquí está la experiencia.

Reencuentro con la película Ilford Delta 400

Creo que ya lo he explicado con anterioridad. Cuando decidí retomar la afición por la fotografía con película tradicional, fui optando por películas en blanco y negro de tecnología tradicional, de grano cúbico, que son en principio más tolerantes a la variabilidad en el tratamiento que las películas más modernas de grano tabular. Pero con el tiempo me ha empezado a entrar ganas de reencontrarme con estas emulsiones más modernas, más nítidas, de grano más fino, aunque no necesariamente mejor valoradas por los profesionales y aficionados.

Revisando retrospectivamente mi actividad en los años 90, he comprobado que efectivamente fui un gran aficionado a las películas de la gama Delta de Ilford. Y que entre estas, la Delta 400 me acompañó con frecuencia por el mundo a bordo de mis compactas viajeras; la Minox 35ML primero, y la Olympus mju-II después. Veamos algunos ejemplos de un viaje a Oviedo por unas jornadas científicas de la Sociedad Española de Epidemiología en 1997.

Si no recuerdo mal, fueron tomadas con la Minox 35ML, una cámara a la que le tuve mucho afecto hasta que en un viaje por Bélgica, en un tren entre Lieja y Lovaina el año 2001, se me deslizó del bolsillo... y nunca volvió a mí.

Recientemente he vuelto a probar las cualidades de esta película que a mí me gusta mucho.

Para este reencuentro opté por el formato medio, utilizando como cámara la Hasselblad 500CM con un Carl Zeiss Distagon 50/4 T*. Un inciso. Hace unos años adquirí una Hasselblad 503CX que he venido usando con cierta frecuencia y con gran satisfacción. Pero al mismo tiempo, un conocido me dio un cuerpo de Hasselblad 500CM que funcionaba mal... o no funcionaba en absoluto. Esto era un poco aleatorio. Hace unas semanas, la 503CX se me quedó bloqueada sin que pudiese encontrar forma de desbloquearla. Consultado con un "manitas" que me presentaron recientemente, las miró las dos y me dijo que la que era más fácil de arreglar era la 500CM,... y lo hizo. Así que ahora es esta mi Hasselblad de uso habitual, mientras que la 503CX... ya veremos cuando y cómo la arreglo.

En los últimos meses había estado usando un frasco de revelador Kodak TMax para mis reencuentros con las películas modernas de grano tabular. Pero,... se me agotó antes de llegar a estos dos rollos que expuse con la Hasselblad. Así que he usado de mi revelador tradicional, el Rodinal (versión Adox APH09), a una dilución 1+25, revelando durante 9 minutos a 20 ºC, con un ritmo de agitación convencional de inversiones continuas durante medio minuto al inicio, y cinco inversiones cada minuto durante el resto del revelado. Seguramente que con el revelador TMax, con una Ilfotec DD-X o con un Tetenal Ultrafin T-Plus, mejor adaptados a estas películas de grano tabular, hubiera obtenido resultados mejores. Pero no me quejo de los resultados obtenidos. Siempre he pensado que, si bien es cierto que el grano es más aparente cuando se revela con Rodinal, los resultados generales son bastante aceptables e incluso agradables. Y que realmente el contraste quedaba más contenido con determinadas películas. Aunque la dilución 1+25 no es la más apropiada como revelado compensador. Pero los 20' recomendados para una dilución de 1+50 no me "apetecían". Y el revelado semidesatendido a diluciones de 1+100 o superiores lo prefiero para películas de sensibilidad media-baja.

Los resultado obtenidos me parecen bastante aceptables. Nunca he encontrado tan "difíciles" de gestionar las Delta de Ilford como las TMax de Kodak. No tienen tantas "necesidades" en materia de precisión en los tiempos de revelado, ni necesitan prolongar los tiempos de baño en el fijador. Tienen una estabilidad dimensional mucho mayor que las Kodak, lo que hace más sencillo su manejo tanto en la platina de la ampliadora como en el portanegativos del escáner, siendo más sencillo evitar que se les adhiera el polvo, y conseguir una planeidad adecuada en la extracción de las imágenes por cualquier método.

La gama tonal es amplia, y el contraste de las imágenes es acorde a la naturaleza de la luz. Bien contrastada cuando la escena es contrastada, no es fácil bloquear las sombras o empastar las luces. Cuando el contraste de la escena es bajo, la imagen tiene margen suficiente para mejorarlo, tanto en el cuarto oscuro como en el procesado digital, si en este último caso hemos tenido la precaución de digitalizar a 16 bits.

A mí me gustaban... y me siguen gustando este tipo de emulsiones. Y su precio está parejo a las de grano cúbico tradicional de su misma marca... así que siendo cuestión de preferencias, me veo usando estas Delta con cierta frecuencia.

Participando en mi primera #FP4party

Hoy es el día de Navidad de un 2017 que se nos acaba. Un año que para mí ha sido agridulce. Con cosas buenas, pero también con cosas que prefería olvidar... no sin antes haber sacado cierto provecho de las enseñanzas que me ofrecen. Y claro, terminar el año con estas fiestas, que no tienen sentido para mí desde el punto de vista de las creencias, y que en lo que llevamos de siglo XXI han estado asociadas en no pocas ocasiones a estrés o tristeza... no es lo mejor para el ánimo. Es cierto que he llegado a un cierto entente con ellas para que la cosa no vaya a más, e incluso pasar algún momento agradable... pero el sentimiento que prevalece es que pasen cuanto antes. Lo peor es que en Zaragoza, la ciudad española en la que nací y en la que vivo, no es infrecuente que estas fechas se vean acompañadas de nieblas cerradas, que no se levantan en todo el día, que traen un ambiente frío, y un tono gris relativamente depresivo. Y este año es uno de ellos. Si hace unos días, mientras tomábamos unas cervezas a la salida del cine, nos congratulábamos de que a pesar del tiempo estable de este diciembre las nieblas no hubieran hecho acto de presencia, evidentemente ignorábamos que estaban agazapadas para echarse sobre nosostros justo en los días más festivos.

Dicho todo lo anterior, hay que compensarlo, al menos fotográficamente con noticias de fiesta. O "party", en inglés. Hay una serie de gente, aficionados a la fotografía argéntica, con película fotográfica de la de toda la vida, que organizan periódicamente "fiestas" fotográficas. Y en diciembre toca @FP4Party, en la que se celebran las buenas cualidades de una de las películas más tradicionales en blanco y negro, la Ilford FP4 Plus. Y si alguien tiene alguna de sus declinaciones anteriores, previas a 1990, pues también valen. Este año, tras comprobar que tenía un par de carretes de FP4 Plus disponible, decidí participar. No es una película que use mucho, quizá erróneamente por mi parte, pero era suficiente para "festejar" la fotografía, con gente que no he visto en mi vida, pero cuyos comentarios y fotos leo con frecuencia.

La dinámica de la "fiesta" es la siguiente. En la primera semana de diciembre se abre la veda a la toma de las fotografías. La gente escoge su cámara preferida para la ocasión, la carga con la película de Ilford y sale a hacer fotos. O las hace en su casa. Se da la segunda semana para que la gente revele o mande revelar sus carretes. Y la tercera semana de diciembre, la semana pasada en esta ocasión, es el momento de enseñar las fotografías. Los organizadores de la "fiesta" seleccionan aquellas que a su criterio son las mejores de las que se publican cada día de la semana, y luego se recopilan en una publicación en internet. Todavía no dispongo de los resultados.

Yo elegí usar los dos carretes de formas distintas. Ambos eran rollos de formato 120, para cámaras de formato medio. Uno de ellos lo usé en casa, una tarde que daba pereza salir a la calle. Cargué el rollo en uno de los respaldos de la Hasselblad 503CX, y organicé unos sencillos bodegones con unos huevos, unas granadas y una romanesco que tenía por casa. La iluminación, la luz que entraba por el balcón. Los objetivos, el Planar 80/2,8 T* y el Sonnar 150/4 T*, con la colaboración si fuese necesaria, que lo fue, de los tubos de extensión de 10 y 21 mm que dispongo para este sistema.

El otro rollo sufrió en su momento algunas visicitudes que me hacían temer que pudiese estar parcialmente velado, como así fue. Los cuatro primeros fotogramas estaban afectados por entradas de luz intempestivas. Pero el resto estaba perfectamente. Cargué el rollo en la Yashica Mat 124G, cogí el fotómetro de mano, dado que el de la cámara tiende a sobreexponer un montón, y me fui a pasear en una mañana soleada por las cercanías de la vía ferroviaria en Miraflores. Aparte del paso de algún tren de alta velocidad, hice algunos paisajes en este ambiente ferroviario.

Los dos rollos los revelé juntos en una solución de TMax Developer 1+4, durante 8 minutos a 20 ºC. Era la segunda vez que usaba este revelador. He de decir que quedé muy gratamente sorprendido por el resultado. Una excelente rendición tonal y una exasa presencia de grano. La FP4 Plus tiene un grano fino dada su sensibilidad nominal de ISO 125/22º, pero no es la película de grano más fino del mercado para ese tipo de sensibilidades. La excelente estabilidad dimensional del soporte y el buen trabajo del revelador hicieron que digitalizar los negativos en el Epson Perfection V600 Photo fuera un juego de niños.

Y aquí en esta entrada os dejo las seis fotografías que he subido a Twitter para la celebración de la FP4Party de diciembre de 2017. Tal ha sido la animación, que han anunciado una nueva edición de forma inmediata, para el mes de enero de 2017. Aprovechando que ayer, aunque domingo, los comercios estaban abiertos por ser Nochebuena, me hice con un par de carretes de 35 mm. Ahora tengo que pensar cómo los expongo y con qué cámara. Como sigan las nieblas, y teniendo en cuenta que la semana que viene trabajo, voy a tener que discurrir a fondo.