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Museo Pablo Gargallo - Hasselblad 500CM + Cinestill 800T

Hace un año más o menos, probaba la película Cinestill 800T 120; una emulsión ya conocida en película de 35 mm y que en aquel momento era una novedad en rollo de tipo 120 tras una campaña de financiación colectiva. Los resultados que obtuve fueron buenos.

A finales de enero, con ocasión de la jornada de puertas abiertas de los museos de la ciudad de Zaragoza con motivo de una fiesta local, me dispuse a volver al Museo Pablo Gargallo para usar el último de los rollo de Cinestill 800T 120 que me quedaban.

Al igual que en marzo del año pasado, utilicé la Hasselblad 503CX con el Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF T*. El modo de medir la luz fue similar y, al igual que el año pasado, usé la cámara a su sensibilidad nominal ISO 800. Sí que arriesgué más en algunas de las composiciones, acercándome más a las esculturas de Pablo Gargallo. Esto puede suponer problemas para ajustar adecuadamente el enfoque, más cuando no permiten el uso de trípode, si el diafragma de trabajo es demasiado abierto.

Por lo demás, todo igual, salvo que cambié de laboratorio de procesado.

Lo cierto es que no he quedado tan satisfecho con los resultados como hace un año. Diríase que con carácter general las fotografías están insuficientemente expuestas. A muchas de ellas les falta como mínimo un paso de luz. No he podido ver todavía los negativos, por lo que no sé cómo están. Tampoco el rendimiento de los colores ha sido el mismo, aunque eso puede ser por la distinta apreciación del técnico que realiza la digitalización. Yo he corregido cierto exceso de dominante verdosa que había en algunas fotografías, y he "enfriado" en general el conjunto de imágenes.

Ese mismo día, usé también un rollo de Kodak Portra 800, con el fin de hacer una comparación de ambas películas. Pero parece ser que se malogró por algún motivo durante el procesado. Así que... mala suerte. Tengo otro de Fujifilm Venus 800, realizado un mes más tarde, que todavía tengo que mandar a revelar. Pero es de formato 135, por lo que las comparaciones no serán tan oportunas como cuando comparas dos rollos del mismo formato.

En principio no tengo especial intención de repetir con esta película, Cinestill 800T, en un futuro próximo. Es muy cara, y no he acabado de encontrar, por un motivo u otro, consistencia en los resultados. En un momento dado, de momento, casi prefiero hacer un revelado forzado de la Kodak Portra 400, si necesito ese margen de sensibilidad. Pero bueno, aquí está la experiencia.

Con José Garrido en el Museo de Zaragoza, y la Plaubel Makina mostrándose más débil de lo que pensaba

José Garrido es el fotógrafo del Museo de Zaragoza. Y hace ya casi dos meses, algunos miembros de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ) tuvimos la suerte de pasar con él la mañana de un domingo. En la que estuvimos en el museo, pero no visitamos propiamente el museo. Lo que hicimos fue enterarnos y comprender cuál es el trabajo del fotógrafo de un museo. Aunque sea de los que trabajan con medios modestos como José. Ambos somos empleados públicos en la misma administración pública, aunque sea en departamentos muy distintos. Pero ambos sufrimos la tendencia a la cutrez que tradicionalmente muestra en sus centros, servicios y proyectos.

Sinceramente, no me voy a extender mucho en describir la visita, aparte de agradecer a José su hospitalidad, claro. En el enlace que a las páginas de AFZ que he puesto antes podéis leer la crónica que Emilio Molins hizo de la visita ese mismo día por la tarde. Y a mí poco me queda que añadir o aportar a los que Emilio contó.

Pero, claro está, cuando voy por el mundo, llevo algunas de mis cámaras. Y tuve la ocurrencia de que ese día podía ser el adecuado para probar alguno de los carretes de Cinestill 800T en formato 120 que me quedaban, pero en esta ocasión subexponiendo la película y solicitando un forzado, un revelado más prolongado de la misma, a la hora de procesarla.

Sinceramente, después de la visita, tardé un tiempo en terminar el carrete y llevarlo a revelar. Pasaron muchas cosas, me entretuve como muchas de ellas, y un poco quedó en la reserva. De hecho, en estos momentos no recuerdo si el forzado de la película fue de un paso (IE 1600) o dos (IE 3200).

El caso es que por fin he podido encontrar un momento para mostraros estas fotografías. La cámara que utilicé fue la Plaubel Makina 67. Y se confirmaron dos cosas. El fotómetro puntual de la Makina permite un control exquisito de la exposición; si sabes lo que estás haciendo, no fallas. La Cinestill 800T procede del mundo del cine, donde los forzados son frecuentes, y es especialmente apta para este fin. Resultados impecables.

Pero... Pero... Pero algo fue mal. A los pocos días. Como la conversación con José Garrido fue tan amena, lo cierto es que ni siquiera terminé el carrete de película aunque sólo sean 10 exposiciones en formato 6x7. Así que volví a acudir al museo por mi cuenta unos días más tarde y... algo falló en el obturador incorporado en el objetivo de la cámara. La vuelvo a tener en dique seco, esperando un momento propicio para mandarla a reparar. A pesar del excelente estado en que parece estar, del cuidado con la que la manejo y de las virtudes que muestra, se está manifestando poco fiable mecánicamente... Una pena. A ver si cuando la mando a reparar, en su momento, ya queda en buenas condiciones para una buena temporada. Porque la combinación de óptica, fotómetro y formato hace que las fotografías que resultan sean una delicia.