La fotografía como afición y otras artes visuales

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A veces salen cosas decentes cuando metes la pata... o no - Holga 120N + Ilford Delta 3200

Ya lo he comentado otras veces. Los primeros domingos de mes, los museos municipales de Zaragoza son gratuitos. Y entre ellos, es el que es nuestro favorito para dar un paseo antes de la hora del aperitivo un domingo por la mañana, el Museo Pablo Gargallo. Adonde siempre me gusta llevar una cámara fotográfica. Escultura y fotografía son dos artes que maridan muy bien.

El domingo pasado decidí hacer un experimento. El problema es que no me preparé bien. O di por supuestas o por sabidas cosas que no estaban correctamente supuestas ni sabidas. Por mis recuerdo de otras ocasiones, tenía el convencimiento que con una Holga 120N y un carrete de Ilford Delta 3200 expuesto a un índice de exposicion de 3200, tendría luz suficiente para hacer fotos dentro del museo. Siempre dentro del aspecto de baja fidelidad que dan las cámaras de juguete como la Holga. Y eso que la versión 120N tiene lentes de vidrio y no de plástico.

Veamos... el problema de la exposición suficiente. La Holga 120N tiene dos posiciones de diafragma, "sol" y "sol con nubes". Y en el frontal del objetivo nos informa que la longitud focal del mismo es de 60 mm con una apertura máxima de f/8. La velocidad de obturación es fija, se supone que en torno a 1/100 de segundo. Hay quien duda de que haya cambios entre la posición "sol" y la "sol con nubes"... y en algún lugar en internet he leído u oído que ese cambio, si existe, es en la velocidad de obturación. No. Por lo menos no en mi copia de esta cámara. La velocidad de obturación es siempre la misma, pero si observas lo que pasa con ambas posiciones con la tapa posterior abierta, compruebas que la apertura varía de diámetro. Por lo que supondremos que "sol con nubes" es f/8 y "sol" es f/11.

La película Ilford Delta 3200... Si leemos en la página de Ilford vemos que le asigna una sensibilidad nominal de EI 3200/36 º. "EI" es exposure index, índice de exposición, y no hablan de ISO, que es el estándar habitual para hablar de la sensibilidad nominal de las películas fotográficas. En realidad, por lo mucho que ya se han analizado estas películas, en realidad es tiene una sensibilidad próxima a ISO 1000/31 º. Lo que sucede es que admite muy bien el revelado forzada, que para un IE 3200 estamos hablando de casi dos pasos de subexposición. Y aquí viene el primer aviso, la primera precaución que se me suele olvidar... ¡cuidado con las sombras y los objetos negros o muy oscuros! Que si no damos suficiente exposición quedan si dentalle. Un revelado forzado recoloca adecuadamente los tonos medios y las luces, pero no las sombras.

Veamos la siguiente suposición que di por buena, pero no comprobé. Tenía el recuerdo de haber realizado fotografías en el museo a IE 400, f/4 y velocidad de obturación 1/60 s. Si el IE lo subo 3 pasos, IE 3200, el diafragma dos pasos, f/8, la velocidad de obturación puedo acelerarla un paso más, 1/125. O 1/100,... como la Holga. Pues da. Se supone que con la Holga tienen que salir las fotografías en el museo. Pues a ello. Pero ya digo... no se me ocurrió ir a consultar los apuntes de otros carretes o los EXIF de fotografías digitales para comprobarlo... lo di por hecho. Ahora que a posteriori lo he comprobado... Pues he visto que en muchas de las fotografías he errado por dos pasos... de subexposición. Y en el caso de las sombras, el error puede ser de 4 pasos.

En resumen, salvo el claustro, más iluminado y las obras cercanas a las arcadas del mismo, que reciben más luz, el resto de las fotografías me han quedado excesivamente subexpuestas. Mi recuerdo se limitaba al de un alguna obra, situada cerca del patio central, que sí que recibe luz para esa exposición de f/4 y 1/60 s a IE 400. Pero el resto necesita cuatro veces más luz.

Datos del revelado,... Pues iba a ser con Kodak HC-110, dilución A (1+15), 8 minutos a 20 ºC. Pero ese día se había acumulado tanto calor en casa, que desde que enfríe el agua a 20 ºC (del grifo salía a 27 ºC) hasta que terminé de preparar el revelador listo para volcar en el tanque de revelado, la temperatura del líquido había subifdo a 21,5 ºC. Así que el tiempo de revelado final fue de 7 minutos.

En fin... a lo largo del artículo os he ido mostrando alguna cosa de lo que he podido salvar. Intentar aumentar en tratamiento posterior digital la luminosidad y el constraste más de lo que he hecho hubiera supuesto que el grano ya notable de una película de esta sensibilidad forzada hubiese parecido como un conjunto de balones de playa de Nivea. En fin... para la próxima, ya lo sé. En realidad ya lo debía haber sabido. Pero cuando a uno lo amodorran los calores del verano, el cerebro se derrite, y el pensamiento divaga.

Equipo para el viaje a China, región de Shanghái - Mi fiable G9, mi nueva XF10 y mi clásica Minox 35 GT-E

Cuando salgo de viaje, llevo casi 30 años con una fórmula similar a la hora de configurar mi equipo fotográfico, aunque ha habido variantes en función de la evolución de la tecnología, del estilo de viaje, del fin del mismo, y de otros factores que ahora sería prolijo mencionar. Pero el hecho que está ahí es que, en un porcentaje elevado de viajes, suelo llevar un cámara de sistema, antaño réflex, hoy en día sin espejo alguno, acompañada de una camara compacta. En los últimos años, eventualmente puedo llevar una camara para película tradicional, generalmente con pelicula en blanco y negro. Lo cual, si estoy centrado, me permite obtener fotografías alternativas de determinados lugares o situaciones, no siempre fácilmente de reproducir con las mismas sensaciones a partir de la tecnología digital. Veamos las tres cámaras que me he llevado a la República Popular China, a la región de Shanghái. Cuando hablo de "región de Shanghái" no me refiero a una región que administrativamente exista. Es más bien el área de influencia de la gran metrópolis portuaria china en la desembocadura del Yangtsé.

Mi cámara principal en viajes, la Panasonic Lumix G9
Las dos compactas que viajan o en la mochila. O muchas veces en el bolsillo, donde abultan poco más o menos como un paquete de tabajo; la Fujifilm XF10 y la Minox GT-E.

No voy a hablar mucho de la Minox. Es una cámara de capricho, para momentos o usos especiales, y cuando tenga revelados los carretes de película en blanco y negro que he expuesto con ella, ya haré el comentario correspondiente.

La lógica de las otras dos es sencilla. La cámara principal, la que uso cuando estoy enfocado en las visitas a los lugares de interés y en recoger un documento fotográfico que me satisfaga en lo posible es la Panasonic Lumix G9. Le acompañan un cierto número de objetivos del sistema micro cuatro tercios, y cada día, al salir del hotel, al evaluar lo que vamos a visitar, escojo el equipo mínimo para satisfacer mis necesidades sin tener que acarrear con todo el equipo. Veamos ejemplos, basados en los lugares que hemos visitados.

Shanghái

Templo del Buda de Jade.
Parejas de novios, con las novias vistosamente vestidas de rojo, en el Bund de Shanghái.

Tradicionalmente, en los últimos años, me he conformado con dos objetivos para recorrer los entornos urbanos. Un ángular moderado y un teleobjetivo corto. Con eso, suele ser suficiente. Hoy en día, con la incorporación de un ángular extremo, el Laowa 7,5/2, prefiero llevar un estándar corto como el fiel Lumix G 20/1,7 en lugar del también muy adecuado DC Summicron 15/1,7. Me da más separación entre las focales, que si es necesario cumbro con mi "zoom" preferido, los pies. Caminando de un lado a otro. Pero en esta ocasión no fue así. Había riesgo de lluvia. Así que en ese caso, se dejan las focales fijas, y usé el Olympus 12-40/2,8, que con la G9 constituye un equipo perfectamente impermeabilizado. He de decir que el Laowa 7,5 mm es tan pequeño y ligero, y único, que se ha hecho con un puesto permanente en la mochila. Como sospechaba que a la tarde, el paisaje desde el Bund de Shanghai podría precisar la potencia de un teleobjetivo, eché también en la mochila el Lumix G Vario 35-10/4-5,6. Que pesa poquito también y tiene una calidad de imagen sorprendentemente buena para sus caractaristicas.

Suzhou

Jardines de la casa del humilde admiministrador de Suzhou, uno de los bienes inventariados como patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Las calles de Suzhou, con su invasión de escúteres y motocicletas eléctricas.

El tiempo se anunciaba estable y soleado para esta "pequeña" ciudad de dos millones de habitantes según en algunas fuente, aunque en la Wikipedia habla de más de 10 millones de habitantes. Supongo que los límites o la definición de ciudad, con estos volúmenes de personas, varía y es complejo decir de qué hablamos. El núcleo urbano, la metrópoli continua, el área de influencia...

Este día fue ideal para llevar el Laowa 7,5 mm, el Lumix G 20 mm y el Lumix G Vario 35-100 mm. Y nada más. Con tranquilidad, cada que llegas a un emplazamiento interesante, evaluas visualmente el lugar y optas por una focal. Si es necesario, explotada esta, puedes usar otra. Pero sin cambios compulsivos y constantes entre ellas, que denotan la falta de claridad de ideas visuales, y motiva la preferencia hacia los objetivos de focal variable en muchas ocasiones.

Zhangzhou

Canales en Zhangzhou.
Los interiores de las casas de los comerciantes y funcionarios en Zhangzhou son ideales para usar el super gran-angular.

Después de debatir si, con un pronóstico meteorológico dudoso, nos íbamos de excursión a una de las ciudades acuáticas del delta del Yangtsé o recorríamos los museos de Shanghái, visto que en realidad se anunciaba muchas nubes pero poca agua, y que difícilmente el museo de arte chino iba a superar al magnifício que vimos el año pasado en Taipéis, optamos por visita la ciudad acuática de Zhangzhoy. Con poca probabilidad de lluvia, repetí equipo, que poco a poco se convirtió el de preferencia en este viaje; 7,5 mm, 20 mm y 35-100 mm.

Nankín

"Lienzo" conservados de las imponentes murallas de la ciudad de Nankín, con origen también en la dinastía Ming.
Pabellón principal y más escondido del mausoléo Ming Xiaoling.

La antigua capital china durante la dinastía Ming y durante los primeros años de la época republicana, no suele aparecer mucho en las rutas típicas de las guías turísticas. Sin embargo, es muy agradable, muy paseable, a pesar de su tamaño, y tiene alguna maravilla como la tumba de Ming Xiaoling, donde se encuentra enterrado el fundador de la dinastía Ming. Está declarada también patrimonio de la humanidad según la Unesco. Y de acuerdo a la tendencia de días anteriores, la tripleta 7,5, 20 y 35-100 mm fue la utilizada. He de decir que podría haber sustituido sin mucho problema el 35-100 mm por el 45/1,8. Hubiera perdido versatilidad en las focales, pero hubiera ganado en luminosidad y en calidad de imagen. El zoom está bien, pero no está al mismo nivel. Pero bueno... uno toma las decisiones que toma, y luego apechuga. Y no me fue mal.

Montañas amarillas de Huangshan

Amanecer desde la senda que sube al Lianhua Feng (莲花峰), pico del Loto, el más alto de las montañas con 1864 metros sobre el nivel del mal, que subimos la tarde anterior.
Vista del área de Lupingo y del Tiandu Feng (天都峰), pico de la Capital del Cielo, de 1829 metros de altitud, actualmente cerrado para recuperación ecológica durante cinco años.

Aquí cambiamos por completo de planteamiento fotográfico. Curiosamente, tan apenas hubo cambios en los objetivos usados. El 20 mm siguió siento el objetivo de uso general, con eel super gran-angular 7,5 mm para paisajes específicos amplios, y el zoom 35-100 mm, diafragmado siempre a f/8 en la medidad de los posible, para separar el detalle o para componer fotografías panorámicas. Hay que decir que la elevada cantidad de bruma o polvo en suspensión hacía difícil el uso del teleobjetivo por la fuerte pérdida de contraste que causaban estos fenómenos atmosféricos.

Pero el momento más importante fue cuando nos levantamos a las 4:15 de la mañana para situarno 40 minutos más tarde en situación de esperar la salida del sol, que fue entre las 5:05 y las 5:10. El 7,5 mm y el zoom 35-100, junto con el trípode que hasta entonces había viajado tranquilo en la maleta, conveniente usado con la montura en L, fueron fundamentales para una experiencia satisfactoria. Así también cogí el 12-40 mm de Olympus, y dejé en el hotel del 20 mm fijo. Queda mucho todavía por explorar en las fotografías realizadas en las montañas. Una curiosidad, eso sí. Un panorama de los más interesantes, nos pilló después de cenar en el hotel, se cenaba entre las 17:30 y las 19:30, cuando dando un paseo por el exterior del establecimiento para bajar la cena, nos pilló una escena muy interesante sin más cámara que los teléfonos móviles,... así que hice uso de la función de fotografía panorámica del iPhone. Y no está mal... dado que es un teléfono móvil

Panorámica realizada con el iPhone delante del Yupinglou Hotel en las montañas amarillas de Huangshan.

Por supuesto, al día siguiente fuimos a cenar con mis mejores galas fotográficas, pero las condiciones para el paisaje no están ni la mitad de interesante. Por cierto, las montañas amarillas de Huangshan han sido el tercer lugar declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en este viaje. Y la única pega con ellas,... la invasión de manadas y manadas de chinos guiados por voceras con altavoces. Fuera de la hora del amanecer y del atardecer, en las que hay muy poquita gente, las recorres en fila india.

Hangzhou

A orillas del lago Oeste de Hangzhou.
Transbordadores que unen las orillas con las islas artificiales del lago Oeste.

Última etapa del viaje, otra populosa ciudad a una hora en tren de alta velocidad de Shanghái, en alza en las últimas décadas y que tiene como principal atractivo el Lago del Oeste, un lago artificial, como muchas de sus islas y paseos, que se remonta a casi dos mil años de antigüedad y cuyo entorno cultural y significado histórico le han granjeado también la categoría de patrimonio de la humanidad según la Unesco. Días de calor húmero, los más calurosos del viaje. Por lo tanto, seguimos con ese mínimo de objetivos, que he convertido en un clásico en este viaje; 7,5, 20 y 35-100 mm.

Y queda una cuestión en el aire. ¿Qué ha pasado con la Fujifilm XF10? Pues que es una cámara de apoyo, en una ocasión como esta. La llevo preparada en un bolsillo del pantalón, o en el bolso pequeño si lo uso, por si surge algo. Y a veces surge, ya lo creo. Y aunque tiene una ergonomía discutible a la que no me he hecho todavía, hace menos de un mes que la tengo, tiene dos ventajas incontestables. Tres. La calidad de imagen excelente, los modos de enfoque a la hiperfocal que la vuelven rapidísima de usar, y el precio. Cerremos esta entrada con algunos ejemplos de lo que es capaz de hacer.

Instantánea realizada con la XF10 con el modo hiperfocal a f/8 en un momento inesperado en el que un vendaval hacía que las aguas del lago Oeste de Hangzghou amenazasen con inundar los paseos.
Vista del distrito financiero de Shanghái tomada a partir de tres fotografías individuales con enfoque manual a infinito y exposición también en manual con la XF10.
Fotografía desde el interior del avión de China Eastern que nos llevó desde Shanghái hasta Amsterdam en el viaje de regreso.

Una nueva compacta para llevar encima - Fujifilm XF10

De la misma forma que después del viaje a Corea del Sur, o durante ese viaje, entré en crisis con mi cámara principal para viajes, que desembocó en la compra varios meses más tarde de la Panasonic Lumix G9, desde hace un tiempo he entrado en crisis con mi cámara digital compacta de llevar encima. Todo empezó, más o menos entre el viaje por vacaciones a Taiwán y el viaje por trabajo a Granada.

Japón, 2014, fue el último destino al que viajaron las Panasonix Lumix LX/Leica D-Lux con captor de imagen pequeñito. Si había buena luz, no iban mal. Pero con poca luz, quedaban muy limitadas.

Siempre he tenido una cámara ligera, muy ligera a ser posible, pero que proporcione buena calidad de imagen, como soporte, sustituta o alternativa en determinadas situaciones a mi cámara principal. Durante mucho tiempo también reunía una condición; era, en comparación con mi cámara principal, barata. Si me la robaban, se rompía, se extraviaba o lo que fuese,... no había mucho problema. Durante un tiempo fueron las Panasonic Lumix de la serie LX o sus variantes Leica de la serie D-Lux. Pero en sus primeras declinaciones eran cámaras de sensor pequeño, con limites en su calidad, y en sus últimas declinaciones son cámaras caras. Y se pueden llevar en el bolsillo de un chaquetón, pero no en el bolsillo del pantalón.

París, 2014, fue el primer destino para la Leica D-Lux (Typ 109), con captor tipo micro cuatro tercios, que me ha dado muy buenas satisfacciones. Pero cada vez me cuesta más controlar bien la cámara. A pesar de que la calidad de imagen sigue siendo estupenda, y de su buen sistema de estabilización de imagen.

Es cierto que la Leica D-Lux (Typ 109) me ha prestado buenos servicios. Y cuando he realizado viajes cortos ha ejercido de cámara principal o única con competencia. Pero con sus cinco años, ya acusa la edad. Algunas de sus ruedas y botones empiezan a ir mal. Es un problema perenne de las Panasonic pequeñitas. Las ruedas moleteadas y algunos botones se estropean o funcionan mal al cabo del tiempo con facilidad. También me ha pasado con la Panasonic Lumix GM5, que me regalaron hace cuatro años. La rojilla me da demasiados quebraderos de cabeza.

Corea del Sur, 2017, hizo que mi pequeña Lumix GM5 tomara protagonismo, por los periódicos fallos de obturador de la Olympus OM-D EM-5. Pero también mostró que estas pequeñas cámaras de Panasonic no están preparadas para un uso intenso, y alguna de sus ruedas moleteadas empezó a fallar, sin que los intentos de reparación sirviesen para nada a medio plazo.

Otro problema es que, cualquier sustituto de estas en la actualidad supone un desembolso por encima de los 900 euros. Y dado que no son cámara destinadas a durar para siempre... me hacía duelo el gasto. Empecé a pensar en buscar en si podía haber una solución razonable por menos de 500 euros. Sólo parecía haber una. La calidad de imagen estaba prácticamente garantizada. La cámara es bolsillera. El objetivo no se puede intercambiar y es de focal fija. Y otras limitaciones que a continuación mencionaré. Pero es que, si estabas atento a la oferta se podía conseguir por menos de 450 euros, aunque su precio formal fuese algo superior, pero inferior a ese límite de los 500 euros. Así que os presento a la...

Fujifilm XF10

Empecemos por lo positivo. La Fujifilm XF10 es una cámara con un sensor de lo llamados de formato APS-C, de 23,6 x 15,8 mm, apreciablemente más grande que los micro cuatro tercios, con 24 megapíxeles de resolución espacial en sus ficheros de 6000 x 4000 píxeles. Las dimensiones del fotograma tienen una relación 3:2, yo prefiero últimamente la relación 4:3, pero con esa resolución espacial, si recorto un poco, aún me quedan unos 21,3 megapíxeles, que la sitúa al nivel de la Lumix G9 que uso como cámara principal. La óptica, un 18,5 mm f/2,8, tiene una muy buena reputación. Es equivalente, aproximadamente, a un 27 o 28 mm en el formato completo. Algunos la consideran demasiado angular. De hecho, su hermana mayor, la Fujifilm X100F lleva el equivalente a un 35 mm. Y es un f/2. Pero cuesta tres veces más dinero. Por otra parte, muchas veces llevo como objetivo montado en las Lumix el G 14/2,5 ASPH o el DG Summilux 15/1,7 ASPH, que son focales muy cercanas, y no me suponen ningún problema.

Por supuesto, ya la he empezado a usar. Y aunque todavía me queda un poquito para familiarizarme con ella, la calidad de imagen está fuera de toda duda.

Entre los defectos de la cámara... no son defectos, son limitaciones acordes a su nivel de precio,... encontramos los siguientes. No está estabilizada. Tampoco la X100F que cuesta tres veces más. No está protegida contra la intemperie. ¿Alguna con este nivel de precio lo está? La luminosidad máxima es f/2,8... bueno, un paso más en la X100F... cuesta tres veces más. Y no tiene visor. Hay que tirar de la pantalla trasera. Es quizá el dato que más me ha costado aceptar, y el principal motivo que hace que me pueda arrepentir de la compra. Sinceramente, es lo que más me ha hecho pensármelo. Ya veremos... También me dicen que tiene "el problema" de que el sensor de esta Fuji no es X-Trans... Nunca he usado uno de estos, siempre he usado sensores con matriz Bayer vulgar y corriente y nunca he sentido que fuera un problema.

La sensación inicial es que está construida con bastante más solidez que los modelos pequeños de Panasonic. Salvo por el hecho de que no está protegida contra las inclemencias del tiempo, su construcción parece cercana a la Olympus OM-D E-M5 y sólo algo por debajo de la Lumix G9. Aunque la diferencia de precio indica que debería ser más endeble. Evidentemente, con esos 425 euros que ha costado supone una serie de compromisos. Pero para la calidad de imagen que puede procurar, es lo más barato con mucha ventaja que se puede conseguir.

El hecho de que sea una focal fija, gran angular, no me supone ningún problema. Es simplemente una cuestión de adaptarse a las fotografías que puedes hacer, y hacerlas bien. Como con cualquier cámara fotográfica. Lo bueno no es tener una cámara que pueda hacer cualquier tipo de fotos, sino sacarle el máximo partido a las limitaciones de la cámara que tienes. Eso marca la diferencia entre un buen fotógrafo y otros no tan buenos. Así que si las fotos no son buenas... no le echéis la culpa a la cámara. Soy consciente que hace tiempo que no llevaba como cámara secundaria una cámara con este concepto. Pero ya me adaptaré. De momento, se estrenará en China en los próximos días. Ya os contaré.

El meandro de Ranillas con la Nikomat FTn e Ilford FP4 Plus

El meandro de Ranillas es una zona dentro del municipio de la ciudad de Zaragoza, donde termina la ciudad y empieza eso que llamamos "el campo" que siempre ha estado ahí, pero durante mucho tiempo olvidado de la mayor parte de los habitantes de la ciudad. Es un tramo del río Ebro, aguas arriba del casco urbano de la ciudad, en el que hace dos giros de casi 180 º cada uno de ellos antes de enfilar el paso por la ciudad. Cuando yo era niño era una zona agrícola, con huertas, que poco a poco fue siendo absorbida por los suburbios de Zaragoza. Pero sin mucho orden ni concierto. En un momento dado, seguías encontrando huertas, zonas naturales, especialmente en los sotos, o bosques de galería, que bordean al río Ebro, y aquí o allá alguna incursión del tejido urbano o industrial de la ciudad. Hasta que llegó el proyecto de la Exposición Internacional 2008, que supuso una ordenación de la zona.

En el área que encierra el meandro en la margen izquierda del Ebro se instalaron las infraestructuras de la exposición. Se arregló y se protegieron los sotos de esa orilla y se planificó y ejecutó un amplio parque, el Parque del Agua, como amplia zona verde. Un entorno amplio y muy agradable para realizar actividades al aire libre que le vino bien a la ciudad. En la margen derecha, también se arreglaron las orillas, y se estableció una paseo que sigue la orilla del Ebro hacia el barrio de Monzalbarba. Como consecuencia de esto, en estos momentos el área de deportes del Ayuntamiento de Zaragoza publica un sendero periurbano, la ruta 12 - El meandro de Ranillas, que empieza en una parada de autobús urbano, termina en otra, y recorre el meandro por ambas orillas con un recorrido total de 11,4 kilómetros, con poco desnivel, practicable tanto por caminantes como por corredores y ciclistas. Y esto, más o menos hicimos hace unos sábados. Y yo me llevé una cámara de fotos, claro.

Opté por llevarme la cámara Nikomat FTn. Las Nikomat, o Nikkormat para su venta en occidente, la mía es de origen puramente nipón, eran la gama "baja", para aficionados, de Nikon entre los años 60 y los años 70. Pero lo cierto es que están construidas a prueba de catástrofes apocalípticas. Sólidas, totalmente mecánicas, la batería sólo alimenta el fotómetro algo más pesadas de lo que me gustaría, tienen sin embargo una suavidad en sus engranajes y piezas móviles, que hacen de ellas una delicia su uso. He conocido productos "profesionales" más toscos y menos finos que estas cámaras para "aficionados".

El principal inconveniente que le veo a mi equipo Nikon es el objetivo. Sólo tengo un Nikkor-S Auto 50/1,4, pre-AI,... que nunca me ha convencido mucho. Es muy pesado, y siento que desequilibra un poco el conjunto a la hora de realizar las fotos,... y siempre me ha sorprendido que, dado el prestigio de las ópticas Nikkor, tiene una tendencia a perder contraste en cuanto hay luces intensas por el frente tremenda. Aun cerrando el diafragma, se manifiesta esta tendencia. En las fotos que aquí muestro, he trabajado en el proceso digital para minimizar este problema. En esta tarde de caminata, llevaba en su frontal un filtro amarillo de B+W, que es una buena marca de filtros, con el fin de mejorar el contraste en los cielos ante las pocas nubes que hicieron su aparición o con respecto a otros objetos en el cuadro.

Como se auguraba una tarde soleada, utilicé un carrete de Ilford FP4 Plus 125, expuesto a su sensibilidad nominal. La medición de la luz la realicé con el Sekonic L-408 Multimaster, protegiendo las sombras, ya que hubo situaciones de contraste elevado. Revelé en Kodak HC-110, en dilución C (1+19), durante 5 minutos y 15 segundos a 21 ºC, según la propuesta de Emulsive. Los negativos quedaron con buena densidad, fáciles de digitalizar y con un contraste razonable. Digitalicé con la Panasonic Lumix G9 + Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH, en modo alta resolución, por lo que tras desechar la parte no aprovechable, me quedaron imágenes de entre 58 y 60 megapíxeles a partir del RAW de la cámara. Aptos para ampliaciones considerables.

En el retorno por la margen izquierda del río, nos desviamos de la ruta prevista en el sendero periurbano, por lo que al final, en lugar de los 11,4 kilómetros propuestos nos quedamos en unos 9 kilómetros, ya que decidimos seguir una ruta dentro del Parque del Agua que nos permitiese hacer un poquito de fotografía de estructuras y arquitectura.

En general, estos senderos o rutas periurbanos del ayuntamiento de Zaragoza están muy bien. Fomentan tanto el ejercicio físico como la utilización del transporte urbano. La tarde estuvo excesivamente luminosa, con pocas nubes en el cielo, y un viento molesto durante todo el trayecto. Y sólo al final de la tarde la luz adquirió una calidad interesante desde el punto de vista fotográfico. Pero estuvo bien. Recomendable para las gentes de Zaragoza.

La cámara de cajón y el control del contraste,... una reflexión - Agfa Synchro Box + Ilford FP4 Plus 125

Hace ya un tiempo, Ted Forbes, en su canal The Art of Photography, nos hablaba del reto de fotografiar con cámaras baratas. O extremadamente simples. Cámaras con mínimos controles, en las que lo fundamental era saber cuando era práctico o posible usarlas y esforzarse en sacar lo máximo de ellas. Esencialmente, proponía salir a pasear con una cámara de cajón, esas cámaras que tenían forma de paralelepípedo, de las que las primeras Kodak Brownie fueron el modelo y paradigma. Una lente, un visor, un mecanismo de avance de la película, de formato medio generalmente, una única apertura, a veces dos (sol y nublado) y una única velocidad de obturación, muy lenta, teniendo en cuenta la baja sensibilidad de las películas de antaño. Y un pulsador para activar el obturador, claro. Veamos el vídeo...

Y yo me hice en su momento con una de estas cámaras, la bonita, art-decó, Agfa Synchro Box. Película tipo 120, formato 6 x 9 cm, velocidad de obturación 1/30 segundo + Bulb, y tres posiciones de apertura; f/16 para tiempo soleado, f/11 para tiempo nublado, y f/11 + filtro amarillo para tiempo soleado mejorando el contraste de la escena. Claro, quien se sepa la regla "soleado f/16", 1/30 segundo implica que una película de ISO 125 como Ilford FP4 Plus va a sufrir una sobreexposición de hasta dos pasos con tiempo soleado. Es así. La respuesta tradicional a este problema es... con película negativa en blanco y negro, reduzca el tiempo de revelado, para recolocar los valores medios y las altas luces. Pero eso conlleva una reducción del contraste de la escena que, con un objetivo tan básico como los meniscos que llevan estas cámaras, puede ser excesiva. Obviamente, en un procesado mixto químico y digital, se puede apañar en la fase de procesado digital. Pero esto suele conllevar un problema "molesto". El casi inaparente grano de la FP4 Plus cuando manejas la superficie de un negativo de 54 x 88 mm, seis veces superior a la de un 24 x 36 mm, se vuelve de repente tan aparente como si hubieras utilizado una HP5 Plus en su lugar.

De hecho, lo que te pediría el cuerpo es lo contrario. Aumentar los tiempos de revelado para dar un poco de empuje al contraste de la escena, pero es algo que no haces porque entonces los negativos quedan extremadamente densos. Por cierto, no lo he dicho, pero el revelado del carrete que hoy presento en esta página está realizado con Kodak HC-110 en dilución C (1+19), durante 5 minutos y 15 segundos a 20 ºC, según la propuesta de Emulsive. El tiempo de revelado casi dentro de mi zona de disconfort, pero bueno... controlable. Prefiero tiempos de revelado a partir de los 6 minutos, para amortiguar mejor las pequeñas variaciones en el proceso de revelado por muy cuidadoso y riguroso que seas.

Evidentemente, existen varias posibilidades de controlar la cosa. La primera es utilizar emulsiones poco sensibles. Por ejemplo, las Rollei de ISO 25 o la Ilford Pan F de ISO 50. Pero me hace duelo. Porque son emulsiones pensadas para extraer el mayor detalle posible de la escena,... que se ha perdido de antemano al pasar la luz por el limitado menisco que constituye el objetivo de estas cámaras. Si en el centro de la imagen puede haber cierta nitidez, las esquinas aparecen siempre con una mayor o menor nivel de pérdida de detalle. Es tontería, desde ese punto de vista, usar emulsiones como estas.

Otra posibilidad es colocar un filtro delante del objetivo que reduzca esos dos pasos. Un filtro rojo te roba tres pasos de sensibilidad, un filtro naranja te quita dos pasos, y un filtro neutro, pues según de lo que sea. Pero no hay una rosca pensada para ello. Hay pensar un mecanismo más o menos engorroso para ello. En algún caso lo he hecho colocando la cámara sobre trípode y sujetando con la mano un amplio filtro rojo de 58 mm. Y no me quedaron mal los resultados.

Y por supuesto, hay otra posibilidad, que ya contemplaba al principio de esta entrada. Usa la cámara exclusivamente en situaciones adaptadas a sus posibilidades. En días nublados, o en la sombra, con menos luz de la que hay en un día soleado. O confórmate con lo que hay, concéntrate en el encuadre, asume las consecuencias del revelado que te da un negativo denso pero usable, o tira de procesado digital para resolver el contraste, o de los recursos que el cuarto oscuro te brinde para ello, asumiendo los efectos secundarios, especialmente si los puedes usar a tu favor estéticamente.

En cualquier caso, recordemos que Cartier-Bresson afirmó aquello de que "la nitidez es un concepto burgués", que el contenido y la expresividad de la imagen no se pierde por defectos en la misma. Y que lo importante es como te curres la estética y el concepto de la misma.

Las fotos de hoy están tomadas en el barrio de San José de Zaragoza y en la ribera del Canal Imperial de Aragón a su paso por el límite sur de este barrio zaragozano.