La fotografía como afición y otras artes visuales

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Praktica MTL5, ergonomía "discutible" - con Tessar 50/2,8 y Lomography Color 400

Vuelvo a retomar mis entradas técnicas sobre fotografía. Principalmente, aunque no exclusivamente, fotografía con película tradicional. Ya escribí en el mes de julio un par de entradas sobre el uso de cámaras y otros equipos fotográficos fabricados antes de 1990 en los antiguos países de influencia soviética, o en la misma Unión Soviética. Cámaras y objetivos que podrían ser buenos, si no fuera porque la calidad de fabricación era muy irregular. Obviamente, los controles de calidad debían ser casi inexistentes, lo cual provocaba que algunas unidades despertaran el cariño y adhesión de sus propietarios, mientras que otras... pues no tal. Como ya conté, estoy en esta historia como consecuencia de la iniciativa #CrappyCommieCameraParty impulsada en Twitter por @ShittyChallenge.

La Praktica MTL5 fue fabricada en la extinta República Democrática Alemana por Pentacon. En su momento, Pentacon fabricó cámaras y objetivos bajo una panoplia de marcas muy prestigiosas, incluida Zeiss y otras. Hasta que los occidentales se pusieron serios con los temas de propiedad intelectual y marcas registradas, lo que hizo que poco a poco dejaran de usar esas marcas, y al final quedase Praktica para las cámaras de 35 mm con una serie de objetivos que procedían de los Carl Zeiss que se fabricaba en Jena y eran diseños correctos, pero antiguos a partir de un momento dado. Lo que pasa es que podían funcionar honestamente, especialmente si se diafragmaban a aperturas medias como el intervalo entre f/5,6 y f/11.

Mi combinación original fue una Praktica MTL5, cámara réflex mecánica con montura de rosca M42, lo que la hace apta para recibir una amplia variedad de ópticas de distintas marcas, con un Carl Zeiss Jena Tessar 50/2,8, que en occidente se vendían con otra marca. La cámara tiene una fabricación barata, algunas opciones de diseño, como la posición del disparador, son "raras" lo que le otorga una ergonomía "discutible". Fue fabricada entre 1984 y 1986, año que fue sustituida por una MTL5B, y usaba las malditas pilas de mercurio que ya no se fabrican. Por lo que yo la uso con fotómetro de mano o estimando la exposición a ojo, con la famosa regla del "soleado f/16". La compré para usar las ópticas con montura de rosca M42 que tengo... pero lo cierto es que es más cómodo usarlas con cualquier Canon EOS y el adaptador correspondiente. Sin comparación la comodidad de estas últimas. Suelo usar la Canon EOS 650.

El Tessar es un objetivo decente. Hay que tener en cuenta que con sólo 4 elementos en 3 grupos, las correcciones de aberraciones son las justas, y además no permite aperturas muy luminosas, de ahí su limitada f/2,8 como apertura máxima. Pero diafragmado a f/8 es nítido y perfectamente utilizable. Es utilizable a una variedad de aperturas, pero esa apertura sería su óptimo. Y tiene otra gran ventaja. Si la mayor parte de los 50 mm de la época tenían su distancia mínima de enfoque en torno a los 45 cm, con ejemplares más antiguos o los fabricados en los países de la Europa del Este con distancias mínimas todavía más alejadas, en torno a los 55 o 60 cm, este Tessar tiene una distancia mínima de enfoque que se sitúa entre los 30 y los 35 cm. Por ello, ayudado con alguna lente de aproximación, es idóneo para fotografía de proximidad.

Por hacer la gracieta, para estas semanas de "cámaras soviéticas", decidí comprar algunos rollos de Lomography Color 400. Al fin y al cabo, la marca Lomo también fue soviética hasta que unos austriacos la compraron para vender bajo ella  productos malos de fotografía. No está claro quién fabrica esta película negativa en color. En algunas fuentes se habla de que se trate de alguna emulsión antigua de Kodak fabricada en China. Lo cual también la hace ideal para esta "party", dada la dictadura del PCCh en el gigante asiático. Esta película es claramente antigua, con un grano muy excesivo en comparación con películas negativas en color más modernas de la misma sensibilidad. Y los colores no me entusiasman, un poco muertos, pero no han quedado mal. Pero bueno, que se trata de pasarlo bien haciendo fotos.

El principal problema que he tenido con el rollo ha sido debido a los defectos de la cámara. Como cuando lo expuse fueron días de sol radiante, le puse un filtro de densidad neutra al objetivo, para permitirme, llegado el caso, limitar la profundidad de campo y esas cosas. Pero el único que tengo de 49 mm de diámetro, como el Tessar, es un ND64, que quita seis pasos de luminosidad. Y entonces el visor, que de por sí es regular, se oscurece bastante, y he cometido algunos errores de enfoque. También pasa, que he tenido que usar velocidades "lentas", de "sólo" 1/60 segundo... y dada la ergonomía "discutible" de la cámara y su escasa consistencia para su volumen, algunos fotogramas han quedado algo "movidos". En fin, os dejo unos cuantos ejemplos, y a otra cosa, mariposa.

Olympus Pen F para película tradicional con Ilford Pan F Plus

Vuelvo de nuevo a mi recientemente adquirido ejemplar de una de las creaciones más conocidas del ingeniero Yoshihisa Maitani, la Olympus Pen F, de medio formato (no confundir con el formato medio, en inglés "half frame" vs "medium format"). Os recuerdo que se trata de una cámara réflex con prisma de porro y obturador plano focal rotatorio, con un diseño elegante y reducido. Y con un sistema de objetivos intercambiables de alta calidad. Muy superior a lo honorables objetivos de las compactas de medio formato. Os recuerdo también que lleva un objetivo F.Zuiko Auto-S 38/1,8, con una ángulo de visión similar a un 55 mm en las cámaras para 24 x 36 mm, al que le suelo poner un filtro amarillo B+W que ya tenía por casa, de 43 mm de diámetro.

Me recordaron recientemente que en el nombre de los objetivos Zuiko, la letra que precede a dicha marca, la F en este caso, indica el número de elementos que componen la fórmula óptica del objetivo. La F es la sexta letra del alfabeto latino, por lo que este 38/1,8 tiene seis lentes. Un D.Zuiko, que lo hay en esta focal con una apertura máxima de f/2,8, tendría sólo 4 lentes. Vamos, que de acuerdo a lo que se llevaba en los años 60, el F.Zuiko sería un objetivo relativamente serio, con un fórmula óptica similar a los Planar de Carl Zeiss, mientras que el D.Zuiko sería el más económico, más de aficionado, con una fórmula óptica similar a los Tessar de la marca alemana. Estos solían ser bastante más compactos, pero como estamos con un sistema mucho más compacto que las réflex habituales de 35 mm, el F.Zuiko también es bastante ligero.

Con el segundo carrete que le he puesto a la Pen F, he seguido optando por la baja sensibilidad y el grano fino. Os recuerdo que al tener el negativo de esta cámara la mitad de tamaño que los habituales de película de 35 mm, el grano se hace más aparente al ampliar. Por lo que una película de grano fino, aprovechará mejor las calidades de estos objetivos. He utilizado un Ilford Pan F Plus, una película de grano fino de Harman. Realmente, en lo que es mi experiencia, es una película que ofrece una gran nitidez y definición. Pero que está más pensada para usar en estudio y condiciones de luz controladas, y tiene un contraste elevado. Así que su posible uso en luz diurna abundante puede conllevar situaciones de excesivo contraste más delicada. Quizá por eso siempre preferí cuando fue preciso un grano fino y alta nitidez, la Fujifilm Neopan 100 Acros, que aporta algo más de sensibilidad para una nitidez y grano que me parecen similares, no sé que dicen las pruebas técnicas, con un punto más de sensibilidad, y un contraste más sencillo de gestionar.

La usé durante buena parte de la excursión a Galve, con los chopos cabeceros y los dinosaurios, y también paseando por las calles de Zaragoza. He revelado la película con Kodak HC-110 en dilución E modificada. La dilución E es 1+47, mientras que la modificada es 1+49. Los cálculos para preparar los líquidos son más fáciles de hacer si tenemos que dividir por 50 que si tenemos que dividir por 48, y la diferencia en la dilución es muy pequeña, por lo que en la práctica se pueden mantener los tiempos recomendados, en este caso 5,5 minutos a 20 ºC. Si quieres añadirle unos segundo más al tiempo de revelado... pero probablemente esté en el margen de la variabilidad personal a la hora de procesar la película.

No he tenido ocasión de revisar todo el carrete. 72 fotos son muchas. Pero la impresión es que efectivamente en situaciones de luz contrastada, hay un poco de tensión entre las luces y las sombras, aunque de momento parece que en ningún momento se han bloqueados las sombras ni empastado las luces. Quizá hubiese sido conveniente una dilución H o aun un revelado desatendido con una dilución más elevada, para un efecto más compensador, que controle mejor el contraste. En fin... si conforme voy revisando el carrete voy encontrando algo que comentar, ya os diré. En general, los resultados son muy satisfactorios. Desde mi punto de vista, más que con la Rollei Retro 80S, aunque también pierdes algo de sensibilidad. Con el filtro amarillo, empiezas a tener problemas cuando la luz empieza a ser limitada en seguida.

Olympus Pen F para película tradicional con Rollei Retro 80S

Con carácter general, podríamos afirmar que en fotografía los debates están sesgados en una dirección que a mí me parece incorrecta. En lugar de hablar sobre ideas, conceptos y estética, temas sobre los que, para los que la mayor parte de los seres humanos en nuestros años de formación, se dedica un tiempo insuficiente o nulo en nuestra educación, hablamos sobre aparatos. Cámaras, objetivos, sistemas, tecnologías,... Nos resulta más cómodo a la hora de debatir "agarrarnos" a algo material, a un objeto con una hoja de especificaciones que comparar con otras. Incluso, una vez que realizamos una compra, temerosos de habernos equivocado puesto que la inversión es siempre más o menos costosa dependiendo de las finanzas personales del fotógrafo, profesional o aficionado, afirmamos hasta el fanatismo que nuestra cámara, nuestro sistema es el mejor. Con uñas y dientes. Y sin embargo...

Sin embargo, un aparato fotográfico y sus complementos no son más que una herramienta para realizar un trabajo. Llevar una imagen de la realidad, una idea o un concepto a una fotografía, que puede ser replicada y que determina nuestra visión del mundo. Y si lo pensamos bien, la bondad de esas fotografía depende más de nuestras capacidades personales que de las de nuestra herramienta. Eso no quiere decir que la herramienta no sea importante o no condiciones nuestro resultados. Pero debemos partir siempre del hecho de que una cámara fotográfica es fruto de un diseño de ingeniería en el que se establece de carga y se determinan unos compromisos. Para que sea buena en determinadas tareas, tendrá limitaciones en otras dimensiones. O de un diseño óptico. Un objetivo perfecto no existe. Se acercará a ello... pero con unos costes la mayor parte de las veces prohibitivos, y con unos contratiempos añadidos muy notables. El ejemplo clásico. Hace 20 años, un objetivo Canon EF de focal estándar, 50 mm, y una apertura luminosa, f/1,4, costaba unos 350 euros y tenía un tamaño razonable. Cuando consultabas a los "listos", te decían que era un buen objetivo. Hoy en día, que cubre el formato 24 x 36 mm, no vale, nos dicen, y un 50 mm con un apertura f/1,4 de buena calidad que cubra ese formato, puede valer miles de euros si queremos alcanzar la calidad necesaria para las exigencias de un sensor de imagen de más de 40 megapíxeles, y tiene un tamaño que pone en grave riesgo tus cervicales. La tecnología digital ha traído grandes ventajas, pero nos somete a servidumbres notables. Tal es así, que la mayor parte de los humanos, para sus necesidades fotográficas se contentan con el teléfono móvil. Ejemplo claro de compromiso entre distintas variables, y tan contentos. Porque los gurús, los "listos", especialmente si son hombres, nos van a decir que el fotógrafo machote no se puede conformar con formatos más pequeños y sensatos que ofrecen calidad suficiente.

Retrocedamos en el tiempo a finales de los años 50 y principios de los años 60. El formato de película 135 que popularizo Leica y que adoptaron otras marcas, fue durante años un formato de aficionado. Con sus negativos de 24 x 36 mm, lo que hoy en día se llamaba "full frame", se denominaba formato pequeño o miniatura, y en principio se vio como algo pensado para aficionados. Los serios usaban el gran formato o el formato medio... sólo algunos documentalistas, gentecilla como una tal Cartier-Bresson o Robert Capa, entendieron que más valía llevar una cámara dispuesta en cualquier momento, aunque no fuera perfecta, pero ligera y a mano, para conseguir la fotografía que querían.

Y en esto llegó un ingeniero a Olympus que se llamaba Yoshihisa Maitani, que se percató de una cosa. La película era relativamente cara. La película 135, de 35 mm de ancho, admitía otros formatos, aunque se construyeron pocas cámaras para ellos. Si el 24 x 36 mm era el formato pequeño o miniatura, imagina el desprestigio de los "subminiatura". Hubo cámaras para formatos de 24 x 24 mm, 24 x 32 mm y para 18 x 24 mm (aproximadamente todos ellos), pero solían ser de gama baja y no apreciadas por la calidad de la imagen que producía. Maitani tuvo una visión similar a la de Oskar Barnack en Leica unas décadas antes. Quizá se podría popularizar un formato de negativo más pequeño, que optimizase el coste de una fotografía, pero había que imaginar, diseñar y fabricar una cámara y unas lentes que reunieran a un mismo tiempo calidad con pocos compromisos y unos costes razonable de producción. Y así surgió la línea de cámaras Olympus Pen, de medio formato (no confundir con el formato medio, en inglés "half frame" vs "medium format"). Que mantuvo unos ciertos niveles de éxito durante unos años, hasta que los avances de ingeniería y del desarrollo de películas conllevaron la aparición de cámaras para el formato 24 x 36 mm más pequeñas, de buena calidad y asequibles junto con películas para aficionados a precios más asequibles. En ese momento, el medio formato quedó visto para sentencia. No sin antes dejar para la historia de la fotografía algunas de las cámaras más interesantes por su diseño y funcionamiento.

Una de ellas es la que presento aquí hoy. Yo ya tenía dos cámaras para este formato, una Canon Demi EE17, bastante maja, pero que dejó de funcionar, y una modesta y baratita Olympus Pen EE3. Pero me apetecía tener en la colección una de la gama noble de Olympus, las réflex con prisma de porro de la serie Olympus Pen F y obturador plano focal rotatorio, que permitía un diseño elegante y reducido. Y con un sistema de objetivos intercambiables de alta calidad. Muy superior a lo honorables objetivos de las compactas de medio formato. El problema es que están caras en el mercado de segunda mano. Las Pen F, FT y FV se fabricaron entre 1962 y 1970... o sea que nuevas nada. Hay una Olympus Pen-F digital que tiene cierto parecido externo... y nada más. Hasta que se me ocurrió buscar en mercados más alejados. Y descubrí que en Japón las venden a la mitad de precio. Y que lo que los japoneses llaman "cámara con signos de uso superficial" es lo que en occidente publicitan como "cámara como nueva en excelente estado". Y me pedí la que podéis ver al principio de esta entrada.

Lo demás es ponerle un carrete y probar que tal van. Que va bien. Como el tamaño del negativo es aproximadamente la mitad de lo que estamos acostumbrados con la película de 35 mm, le puse un negativo en blanco y negro de Rollei Retro 80S, una pancromática con sensibilidad extendida al rojo profundo e infrarrojo cercano, que tiene un grano muy fino y bastante nitidez. Al objetivo F.Zuiko Auto-S 38/1,8, con una ángulo de visión similar a un 55 mm en las cámaras para 24 x 36 mm, le puse un filtro amarillo B+W que ya tenía por casa, de 43 mm de diámetro. Y me fui a hacer fotos.

Ventajas,... tamaño reducido, aparato estéticamente muy agradable, gran precisión mecánica, un visor bastante bueno para el tamaño que tiene... Inconvenientes,... la cámara por la que he optado, la original Olympus Pen F (1963 - 1966) no lleva fotómetro integrado y hay que confiar en uno externo o medir a ojo, y hace da la impresión de que el disparador es más ruidoso de lo deseable. Y por supuesto, la mitad de información que con un 24 x 36 mm. El botón disparador es muy sensible y se dispara con facilidad, y el avance de la película exige un doble accionamiento de la palanca de avance. Por lo demás, es muy divertida.

La película está revelada con Kodak HC-110 en dilución H (1 + 63) durante 10' a 20 ºC. Realmente, esta película es muy contrastada y por ello preferí una dilución elevada, para ver si ejercía un efecto compensador. Aun así. Es contrastada. Pero digitalizada con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS disponemos de abundante información para manejarnos. Con el escáner Epson V600... no es una buena idea para formatos tan pequeños. Muchos problemas.

Quizá no es una cámara para usarla todos los días, porque hay otras opciones más modernas y eficientes. Pero es de una gran belleza, es un prodigio de diseño industrial mecánico, con una calidad de fabricación que habla muy bien de la capacidad de ingeniería e innovación de la japonesa Olympus. Y un verdadero monumento al genio de Maitani.

Equipo para el viaje a China, región de Shanghái - Mi fiable G9, mi nueva XF10 y mi clásica Minox 35 GT-E

Cuando salgo de viaje, llevo casi 30 años con una fórmula similar a la hora de configurar mi equipo fotográfico, aunque ha habido variantes en función de la evolución de la tecnología, del estilo de viaje, del fin del mismo, y de otros factores que ahora sería prolijo mencionar. Pero el hecho que está ahí es que, en un porcentaje elevado de viajes, suelo llevar un cámara de sistema, antaño réflex, hoy en día sin espejo alguno, acompañada de una camara compacta. En los últimos años, eventualmente puedo llevar una camara para película tradicional, generalmente con pelicula en blanco y negro. Lo cual, si estoy centrado, me permite obtener fotografías alternativas de determinados lugares o situaciones, no siempre fácilmente de reproducir con las mismas sensaciones a partir de la tecnología digital. Veamos las tres cámaras que me he llevado a la República Popular China, a la región de Shanghái. Cuando hablo de "región de Shanghái" no me refiero a una región que administrativamente exista. Es más bien el área de influencia de la gran metrópolis portuaria china en la desembocadura del Yangtsé.

Mi cámara principal en viajes, la Panasonic Lumix G9
Las dos compactas que viajan o en la mochila. O muchas veces en el bolsillo, donde abultan poco más o menos como un paquete de tabajo; la Fujifilm XF10 y la Minox GT-E.

No voy a hablar mucho de la Minox. Es una cámara de capricho, para momentos o usos especiales, y cuando tenga revelados los carretes de película en blanco y negro que he expuesto con ella, ya haré el comentario correspondiente.

La lógica de las otras dos es sencilla. La cámara principal, la que uso cuando estoy enfocado en las visitas a los lugares de interés y en recoger un documento fotográfico que me satisfaga en lo posible es la Panasonic Lumix G9. Le acompañan un cierto número de objetivos del sistema micro cuatro tercios, y cada día, al salir del hotel, al evaluar lo que vamos a visitar, escojo el equipo mínimo para satisfacer mis necesidades sin tener que acarrear con todo el equipo. Veamos ejemplos, basados en los lugares que hemos visitados.

Shanghái

Templo del Buda de Jade.
Parejas de novios, con las novias vistosamente vestidas de rojo, en el Bund de Shanghái.

Tradicionalmente, en los últimos años, me he conformado con dos objetivos para recorrer los entornos urbanos. Un ángular moderado y un teleobjetivo corto. Con eso, suele ser suficiente. Hoy en día, con la incorporación de un ángular extremo, el Laowa 7,5/2, prefiero llevar un estándar corto como el fiel Lumix G 20/1,7 en lugar del también muy adecuado DC Summicron 15/1,7. Me da más separación entre las focales, que si es necesario cumbro con mi "zoom" preferido, los pies. Caminando de un lado a otro. Pero en esta ocasión no fue así. Había riesgo de lluvia. Así que en ese caso, se dejan las focales fijas, y usé el Olympus 12-40/2,8, que con la G9 constituye un equipo perfectamente impermeabilizado. He de decir que el Laowa 7,5 mm es tan pequeño y ligero, y único, que se ha hecho con un puesto permanente en la mochila. Como sospechaba que a la tarde, el paisaje desde el Bund de Shanghai podría precisar la potencia de un teleobjetivo, eché también en la mochila el Lumix G Vario 35-10/4-5,6. Que pesa poquito también y tiene una calidad de imagen sorprendentemente buena para sus caractaristicas.

Suzhou

Jardines de la casa del humilde admiministrador de Suzhou, uno de los bienes inventariados como patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Las calles de Suzhou, con su invasión de escúteres y motocicletas eléctricas.

El tiempo se anunciaba estable y soleado para esta "pequeña" ciudad de dos millones de habitantes según en algunas fuente, aunque en la Wikipedia habla de más de 10 millones de habitantes. Supongo que los límites o la definición de ciudad, con estos volúmenes de personas, varía y es complejo decir de qué hablamos. El núcleo urbano, la metrópoli continua, el área de influencia...

Este día fue ideal para llevar el Laowa 7,5 mm, el Lumix G 20 mm y el Lumix G Vario 35-100 mm. Y nada más. Con tranquilidad, cada que llegas a un emplazamiento interesante, evaluas visualmente el lugar y optas por una focal. Si es necesario, explotada esta, puedes usar otra. Pero sin cambios compulsivos y constantes entre ellas, que denotan la falta de claridad de ideas visuales, y motiva la preferencia hacia los objetivos de focal variable en muchas ocasiones.

Zhangzhou

Canales en Zhangzhou.
Los interiores de las casas de los comerciantes y funcionarios en Zhangzhou son ideales para usar el super gran-angular.

Después de debatir si, con un pronóstico meteorológico dudoso, nos íbamos de excursión a una de las ciudades acuáticas del delta del Yangtsé o recorríamos los museos de Shanghái, visto que en realidad se anunciaba muchas nubes pero poca agua, y que difícilmente el museo de arte chino iba a superar al magnifício que vimos el año pasado en Taipéis, optamos por visita la ciudad acuática de Zhangzhoy. Con poca probabilidad de lluvia, repetí equipo, que poco a poco se convirtió el de preferencia en este viaje; 7,5 mm, 20 mm y 35-100 mm.

Nankín

"Lienzo" conservados de las imponentes murallas de la ciudad de Nankín, con origen también en la dinastía Ming.
Pabellón principal y más escondido del mausoléo Ming Xiaoling.

La antigua capital china durante la dinastía Ming y durante los primeros años de la época republicana, no suele aparecer mucho en las rutas típicas de las guías turísticas. Sin embargo, es muy agradable, muy paseable, a pesar de su tamaño, y tiene alguna maravilla como la tumba de Ming Xiaoling, donde se encuentra enterrado el fundador de la dinastía Ming. Está declarada también patrimonio de la humanidad según la Unesco. Y de acuerdo a la tendencia de días anteriores, la tripleta 7,5, 20 y 35-100 mm fue la utilizada. He de decir que podría haber sustituido sin mucho problema el 35-100 mm por el 45/1,8. Hubiera perdido versatilidad en las focales, pero hubiera ganado en luminosidad y en calidad de imagen. El zoom está bien, pero no está al mismo nivel. Pero bueno... uno toma las decisiones que toma, y luego apechuga. Y no me fue mal.

Montañas amarillas de Huangshan

Amanecer desde la senda que sube al Lianhua Feng (莲花峰), pico del Loto, el más alto de las montañas con 1864 metros sobre el nivel del mal, que subimos la tarde anterior.
Vista del área de Lupingo y del Tiandu Feng (天都峰), pico de la Capital del Cielo, de 1829 metros de altitud, actualmente cerrado para recuperación ecológica durante cinco años.

Aquí cambiamos por completo de planteamiento fotográfico. Curiosamente, tan apenas hubo cambios en los objetivos usados. El 20 mm siguió siento el objetivo de uso general, con eel super gran-angular 7,5 mm para paisajes específicos amplios, y el zoom 35-100 mm, diafragmado siempre a f/8 en la medidad de los posible, para separar el detalle o para componer fotografías panorámicas. Hay que decir que la elevada cantidad de bruma o polvo en suspensión hacía difícil el uso del teleobjetivo por la fuerte pérdida de contraste que causaban estos fenómenos atmosféricos.

Pero el momento más importante fue cuando nos levantamos a las 4:15 de la mañana para situarno 40 minutos más tarde en situación de esperar la salida del sol, que fue entre las 5:05 y las 5:10. El 7,5 mm y el zoom 35-100, junto con el trípode que hasta entonces había viajado tranquilo en la maleta, conveniente usado con la montura en L, fueron fundamentales para una experiencia satisfactoria. Así también cogí el 12-40 mm de Olympus, y dejé en el hotel del 20 mm fijo. Queda mucho todavía por explorar en las fotografías realizadas en las montañas. Una curiosidad, eso sí. Un panorama de los más interesantes, nos pilló después de cenar en el hotel, se cenaba entre las 17:30 y las 19:30, cuando dando un paseo por el exterior del establecimiento para bajar la cena, nos pilló una escena muy interesante sin más cámara que los teléfonos móviles,... así que hice uso de la función de fotografía panorámica del iPhone. Y no está mal... dado que es un teléfono móvil

Panorámica realizada con el iPhone delante del Yupinglou Hotel en las montañas amarillas de Huangshan.

Por supuesto, al día siguiente fuimos a cenar con mis mejores galas fotográficas, pero las condiciones para el paisaje no están ni la mitad de interesante. Por cierto, las montañas amarillas de Huangshan han sido el tercer lugar declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco en este viaje. Y la única pega con ellas,... la invasión de manadas y manadas de chinos guiados por voceras con altavoces. Fuera de la hora del amanecer y del atardecer, en las que hay muy poquita gente, las recorres en fila india.

Hangzhou

A orillas del lago Oeste de Hangzhou.
Transbordadores que unen las orillas con las islas artificiales del lago Oeste.

Última etapa del viaje, otra populosa ciudad a una hora en tren de alta velocidad de Shanghái, en alza en las últimas décadas y que tiene como principal atractivo el Lago del Oeste, un lago artificial, como muchas de sus islas y paseos, que se remonta a casi dos mil años de antigüedad y cuyo entorno cultural y significado histórico le han granjeado también la categoría de patrimonio de la humanidad según la Unesco. Días de calor húmero, los más calurosos del viaje. Por lo tanto, seguimos con ese mínimo de objetivos, que he convertido en un clásico en este viaje; 7,5, 20 y 35-100 mm.

Y queda una cuestión en el aire. ¿Qué ha pasado con la Fujifilm XF10? Pues que es una cámara de apoyo, en una ocasión como esta. La llevo preparada en un bolsillo del pantalón, o en el bolso pequeño si lo uso, por si surge algo. Y a veces surge, ya lo creo. Y aunque tiene una ergonomía discutible a la que no me he hecho todavía, hace menos de un mes que la tengo, tiene dos ventajas incontestables. Tres. La calidad de imagen excelente, los modos de enfoque a la hiperfocal que la vuelven rapidísima de usar, y el precio. Cerremos esta entrada con algunos ejemplos de lo que es capaz de hacer.

Instantánea realizada con la XF10 con el modo hiperfocal a f/8 en un momento inesperado en el que un vendaval hacía que las aguas del lago Oeste de Hangzghou amenazasen con inundar los paseos.
Vista del distrito financiero de Shanghái tomada a partir de tres fotografías individuales con enfoque manual a infinito y exposición también en manual con la XF10.
Fotografía desde el interior del avión de China Eastern que nos llevó desde Shanghái hasta Amsterdam en el viaje de regreso.

Recomendaciones semanales - especial "cacharros" (o Photokina)

Esta semana, y sin que sirva de precedente, voy a hacer unas recomendaciones semanales distintas. En lugar de hablar de lo que realmente debería interesar a la mayoría de los fotógrafos, que es de otros fotógrafos y sus obras, que es de lo que intento hablar cada semana, voy a hablar de cacharros, chismes diversos, aparatos. Que es de lo que hablan habitualmente la mayor parte de los aficionados a la fotografía, como si eso realmente ayudase mucho a mejorar. Generalmente ayuda a mejorar la cuenta de resultados de los fabricantes de la industria fotográfica. No tengo claro que ayude mucho a los fotógrafos... especialmente a los aficionados. Los profesionales, supongo, ya saben qué y cuándo comprar. Supongo. O por lo menos algunos profesionales, que hoy en día hay muchos tipos de profesionales de la fotografía. Pero yo no lo soy, yo soy un aficionado a la fotografía, así que no me voy a meter en ese jardín.

Lo que sí que pondré, como de costumbre es el tablero de Pinterest con las fotos que me han llamado la atención esta semana. De lo más diverso.

En cuanto a las fotografías acompañante, con la llegada del otoño mejora notablemente la luz en la ciudad y sus alrededores. Y salir a pasear por la tarde se convierte en algo fotográficamente mucho más interesante. Por ejemplo, el miércoles salí con la modesta Pentax K-S1 y el treintañero SMC-A Pentax 100 mm 1:4 Macro. Y a eso me dediqué, al macro a orillas del Canal Imperial de Aragón.

Esta semana se ha celebrado la Photokina, feria de la fotografía que se celebra cada dos años, los años pares, en la ciudad alemana a orillas del Rin. Echemos un breve vistazo al aspecto que tiene la ciudad en esta época del año... aunque la fotografía tiene ya seis años.

Como consecuencia, esta semana ha estado plagada de nuevas noticias en el sector de los chismes fotográficos, aunque muchas de las novedades habían sido anunciadas de antemano, o filtradas, o como sea que sea... ya se conocía. Lo que ha permitido la feria es que una miríada de periodistas especializados (o seudoperiodistas en algunos casos), nos hayan estado contando sus sesudas y sabias impresiones. A la vez que nos permiten conocer cuales son "sus sesgos". Que en muchas ocasiones quieren decir qué marcas les untan más o menos por contar las excelencias de sus productos. Amiguitos... no os creáis todo lo que digan muchos de los "medios especializados" y blogueros sesudos. No todos nos cuentan cuando están en modo "publirreportaje". Los honestos, sí. Suelen poner en sus artículos o entradas blogueras aquello de "artículo patrocinado".

No voy a seguir un orden en especial. Iré comentando según me ha llamado la atención. Y quizá tengamos que empezar con algo que a priori diría que suena a anecdótico. De hecho, cuando unos días antes de la feria se filtró, comentó o adelantó que la prestigiosa marca alemana Leica nos presentaba como gran novedad la Leica Sofort, un cámara de fotografía instantánea a utilizar con los cartuchicos de película Fujifilm Instax Mini, algunos pensábamos que se trataba de una broma. Pero no. Dedicarse a mirar en Youtube las entrevistas a responsables de la marca intentando explicar por qué esto es un movimiento lógico dentro de la filosofía de la marca, no deja de ser una experiencia entre surrealista e hilarante. Para quien se conozca el paño, no hace falta discurrir mucho para percatarse que debajo de la Sofort reside una Fujifilm Instax Mini 90, despojada del concepto "neo classic" y con un diseño ad hoc. Lo que pagas por el punto rojo de Leica son unos 125 euros extra sobre lo que cuesta la Mini 90, para unas prestaciones muy similares. Cada cual sabrá si le sale a cuenta. Siempre me he atraído por la fotografía instantánea, pero ciertamente la Instax Mini me parece que da unas fotos excesivamente reducidas. Estamos hablando de una gama de tamaños dentro de lo que consideraríamos el formato medio. La película tiene una tamaño de 86 x 54 mm, para una tamaño de imagen de 62 x 46 mm. Un poco más grande que los tradicionales negativos de 6 x 4,5. Para entrar en lo que podría acercarse al gran formato tendríamos que buscar un modelo compatible con la película Instax Wide, que para un tamaño de pelicula de 108 x 86 mm ofrece un tamaño de imagen de 99 x 62 mm. Aún por debajo del tradicional 12 x 9 cm que es el tamaño mínimo de las cámara de gran formato. Pero por lo menos, en superficie aprovechable se acerca a las antiguas polaroids cuadradas.

Curiosamente, Fuji nos ha anunciado que al año que viene, para la primavera, lanza una Instax Square. Tengo la sensación de que el tamaño es intermedio entre las dos anteriores. Si todas tienen una altura de 62 mm en el negativo, la Mini se queda en una anchura de 46 mm, la Square tendrá los 62 mm que justifican su nombre, y la Wide se extienden a los 99 mm. En cualquier caso, más pequeña esta "square" que las polaroids tradicionales cuyo aspecto imita. Quien quiera usar una cámara Polaroid tendrá que seguir muriendo al palo del Impossible Project. Su tercera generación de películas dicen que está muy mejorada, aunque los medios especializados siguen dándole palos por su floja calidad y por su precio excesivo. De todos modos, estaba pensando en probar esta tercera generación a la vuelta de mis próximas vacaciones en otoño.

El caso es que Fujifilm, que por mucho que intente hacer negocio con sus películas Instax tiene en estado de cabreo al mundo peliculero por sus frecuentes hachazos a sus gamas de películas tradicionales y sus incrementos de precio, ha sido una de las reinas de la fiesta. Adelantó sus renovaciones en la gama X unos meses, especialmente con el de la X-T2 y algunos objetivos, con el fin de que en esta feria todo el mundo hablase de su entrada en el formato medio digital con su gama GFX. Que veremos llegar dentro de unos meses. La nueva Fujifilm GFX se proclama heredera de la tradición de la marca en formato medio. Yo tengo una Fujifilm GS645S Professional Wide 60 que me divierte mucho, y que ofrece la posibilidad de hacer buenas fotografías. Os dejo aquí un pequeño ejemplo de sus capacidades.

No estoy yo muy de acuerdo con el pedigrí de la cámara. Partiendo del sensor de imagen Sony de 50 megapíxeles que equipa buena parte de las ofertas de formato medio digital con un tamaño físico muy ligeramente por debajo del 44 x 33 mm, lo cual deja una diagonal de 55 mm (esta sería la focal estándar, más o menos x1,25 la del formato 24 x 36 mm conocido como "full frame"). Si consideramos como formato medio todo aquello que sea más grande que el antiguo formato pequeño o miniatura, hoy día conocido como "full frame",... pues es formato medio. Pero es considerablemente más pequeño que el formato medio tradicional de película. Su tamaño físico es 2/3 partes del "modesto" 6x4,5 y apenas la mitad que el 6x6. No te quiero contar ya si lo comparas con el 6x7, 6x8 o 6x9. Y es un 68% más grande que el "full frame"... Se queda por lo tanto en tierra de nadie. Lo cual incide en la estética de la fotografía, independientemente de los megapíxeles que lleve.

En cualquier caso, pretende ser un sistema modular complejo, con todo tipo de complementos. Aunque hay quien pretende ponerlo a competir con la Hasselblad X1D, por aquello de que nos son cámaras réflex, en realidad creo que su intención es más la de competir por precio con los sistemas más completos de Pentax, Phase One o Hasselblad. Con un tamaño más compacto, más ligera y mucho más bonita, la X1D sería más heredera de las antiguas Fujifilm de formato medio que esta GFX.

Eso sí. Fujifilm viene fabricando las ópticas de Hasselblad desde que abandonó el sistema V y se pasó al sistema H. Así que saber hacer en este campo tiene de sobras.

Han acaparado muchos titulares la renovaciones dentro de las marcas fieles al formato Micro Cuatro Tercios (que resumiremos como MFT siguiendo sus siglas en en inglés). Tanto Olympus como Panasonic han anunciado la renovación en pocos meses de sus buques insignias, por lo que veremos pronto una OM-D E-M1 Mark II y una GH5. Como de costumbre, esta última muy centrada en el mundo del vídeo. Quizá por ello, la también G80/G85 (según la parte del mundo dónde se venda), más orientada a la foto fija, ha recibido algunas mejoras en la construcción para subirla algún peldaño dentro de la gama de Panasonic.

Ambas marcas han anunciado también una diversidad de objetivos que se suponen de calidad elevada, como viene sucediendo como ambas marcas. Aunque tienen que luchar a brazo partido dentro del mundo de la fotografía por ir comiéndoles terreno a las réflex de Canon y Nikon, que han estado bastante anodinas en esta feria, os recuerdo que yo suelo usar cámaras MFT especialmente para los viajes o para llevarlas constantemente encima, por su buen compromiso de calidad y portabilidad. Son ligeras, abultan muy poco y ofrecen una calidad razonable. A pesar de que el tamaño de su sensor sea cuatro veces más pequeño que el del fotograma de 24 x 36 mm a mí me parecen mucho más herederas de las réflex y telemétricas de tamaño contenido de este formato de película de hace unas décadas, que las digitales "full frame", cuyos cuerpos y objetivos han sufrido unos procesos de engorde que las hacen pesadas y más propias de utilizaciones especiales que compañeras para toda situación como lo pueden ser las MFT.

Que conste que Canon ha introducido en la Photokina una sin espejo, la M5 que dicen que está bien. Pues vale. El problema es que Canon y Nikon, que dominan todavía el mercado, se han convertido en las marcas conservadoras, cuya novedades aburren a las ovejas.

No comentaré mucho la gran novedad de Sony, que se ha ido a su buque insignia en su gama de réflex de espejo fijo, con un A99 II, que particularmente creo que debe ser una cámara estupenda, extremadamente capaz, pero por lo demás un aburrimiento, en una gama que muchos daban por finiquitada, aunque parece que no.

Como ya decía, Canon y Nikon llevan su propia marcha y no anuncia grandes novedades en Photokina. Por ello, dentro de lo que es los anuncios más interesantes, sólo queda hablar del mundo de las ópticas. Los objetivos son tan importantes o más que las cámaras a la hora de obtener una buena fotografía en términos de calidad intrínseca. Sin embargo, entre los aficionados esto no acaba de comprenderse. En estos momentos se están fabricando cámaras para el sector de aficionados con sensores de 20-24 megapíxeles. El mundo del "full format" más avanzado está ya en los 24-30 megapíxeles y de ahí para arriba. Pero mucha gente se ve por ahí con ópticas de kit o económicas que hacen que sus resultados no sean mejores en calidad intrínseca que si sus cámaras estuviesen entre los 10-15 megapíxeles. Ahí van un montón de información sin aprovechar. Es cierto que conozco a poquísima gente que haga copias en tamaños interesantes de sus fotografías. En realidad, para el 90 y muchos por ciento de los aficionados, podríamos seguir con cámaras entre los 6 y los 10 megapíxeles y no se notaría la diferencia. Pero tenemos marcas que intentan ofrecer objetivos capaces de aprovechar la información que pueden recoger los sensores de imagen modernos a precios si no baratos al menos más racionales que los carísimos de las marcas más prestigiosas. Tamron no ha anunciado grandes cosas, pero Sigma sí. Y Samyang también. Sería muy prolijo detallarlas aquí, pero sugiero que investiguéis un poco. Es interesante. Pero también voy a decir algo... si alguien me pregunta por el nuevo 100/2 de Yongnuo... de antemano le digo que por 160 euros no se puede obtener la misma calidad que por 400 euros o que por 1200 euros. Imposible. Ni aun con el trabajo semiesclavo de los obreros chinos.

Y aqui viene de nuevo mi defensa de sistemas como el MFT (recuerdo, el micro cuatro tercios), que permite objetivos más compactos y precios más razonables. Especialmente en algunas focales fijas, adecuadas para las cámaras para las que se fabrican que tienen resoluciones máximas de 16 a 20 megapíxeles, de sobra para la mayor parte de los aficionados y para muchos profesionales. Si las cámaras no son de las más baratas. Con los objetivos mejora mucho el balance financiero final. Y no, ya sé que no se consiguen profundidades de campo tan reducidas como con una "full format"... pero una de estas objetivas usada a f/4 da una calidad estupenda para un montón de aplicaciones. Y la mayor parte de las fotografías de los clásicos de la fotografía que se han hecho famosas, salvo que hubiera poca luz se hicieron a f/8. Que en profundidad de campo en el mundo del formato completo es el equivalente al f/4 en las MFT.

No pretendo convencer a nadie de comprar nada en especial, pero de verdad... tampoco hay que cerrarse a no comprar lo que compra la mayoría. Hay que usar aquello con lo que uno se sienta cómodo.