La fotografía como afición y otras artes visuales

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# FP4Party Edición 2021 - Agfa Box Synchro

Hace unos años descubrí una iniciativa en las redes sociales, en Twitter en concreto, por la que periódicamente se celebra una "fiesta" fotográfica, en la cual se participa de una forma muy sencilla.

  1. En la primera semana del mes de la "fiesta", los participantes cargan sus cámaras con película Ilford FP4 Plus o algunas de sus variantes antiguas, si es que les quedan rollos caducados de las mismas.
  2. En la semana siguiente, la segunda del mes, los participantes se dedican a revelar por si mismos, o remitiéndolos a laboratorios comerciales, los rollos expuestos. Y también digitalizan las fotos para...
  3. En la tercera semana, tercera del mes, claro, se suben a las redes una selección de las fotos realizadas con la etiqueta #fp4party.

Una vez terminado este proceso, hay una selección de fotos y una votación para ver quien/es es/son los ganadores,... que no ganan nada más que la satisfacción del reconocimiento de sus pares. O nada menos.

Yo llevo participando unos años. Es una forma de "obligarte" a mantenerte activo fotográficamente hablando, de "obligarte" a planificarte un poco, de pensar qué fotos quieres hacer, con qué cámaras, con qué estilo, con qué luz según la época del año en la que transcurra. Una serie de cuestiones que nos deberíamos plantear siempre... pero que por las peripecias de eso que llaman "la vida moderna" no siempre hacemos dejándonos llevar por la improvisación. Y ahí estaba yo pensando... cuando "la vida moderna" se me cruzó y tiró por la ventana mis planes. Para el lunes en el que empezaba la semana de salir a hacer fotos, me citaron para mi primera dosis de vacuna con la covid-19. Y el martes por la tarde tuve efectos secundarios de la vacuna. Y el miércoles por la tarde menos, pero me cansé en el trabajo por la mañana y comprando al salir del trabajo, en parte por los efectos secundarios de la vacuna, y ya llegué a casa y me encerré a descansar.

Así que nos plantamos ya en el jueves por la tarde, con media semana "perdida". Por lo que decidí romper la dinámica de una forma sencilla. Cogí la Agfa Synchro Box, la cámara de cajón para película tipo 120, que ofrece ocho negativos de aproximadamente 6 x 9 cm, y tras salir del trabajo me fui a pasear y hacer las ocho fotos. Como recordatorio sirva decir que esta cámara tiene una única velocidad de obturación, que con el tiempo se ha quedado en aproximadamente 1/25 - 1/30 segundo, por lo que hay que tener mucho cuidado en no trepidar la foto, y tres posiciones de diafragma; f/16, f/11 con filtro amarillo incorporado y f/11 sin filtro amarillo. En caso de condiciones de luz con sol radiante, me gusta usar la segunda posición, f/11 con filtro amarillo, porque ofrece algo más de contraste. Y si necesito un extra de profundidad de campo, con una lente de foco fijo, teóricamente en algún punto hiperfocal, uso f/16.

Como todos los demás rollos que hice en lo que quedaba de semana los hice a la sensibilidad nominal de la FP4 Plus, ISO 125, los revelé todos juntos en el mismo tambor, con Kodak HC-110 1+19, 5 minutos y 15 segundos durante 21 ºC. El caso es que debería haber revelado este rollo por separado. Con una situación de abundante luz y con los límites en los valores de exposición que tiene la cámara, el índice de exposición efectivo fue IE 32 - 64 según las tomas. Debería haber disminuido el tiempo de revelado. O aumentado la dilución del revelador. Para matizar el contraste y evitar una excesiva densidad de los negativos. Como no los voy a ampliar en el cuarto oscuro, no me supone un excesivo problema. Las bondades de la película permiten extraer sin problema la imagen al digitalizarla, aun con una sobrexposición de dos pasos, y sin que las altas luces se vean afectadas (en exceso). Pero bueno... lo que debería haber hecho es lo que he dicho. En fin. Os dejo las fotos, y ya os hablaré del resto de los rollos de película que hice para este #FP4Party.

La cámara de cajón y el control del contraste,... una reflexión - Agfa Synchro Box + Ilford FP4 Plus 125

Hace ya un tiempo, Ted Forbes, en su canal The Art of Photography, nos hablaba del reto de fotografiar con cámaras baratas. O extremadamente simples. Cámaras con mínimos controles, en las que lo fundamental era saber cuando era práctico o posible usarlas y esforzarse en sacar lo máximo de ellas. Esencialmente, proponía salir a pasear con una cámara de cajón, esas cámaras que tenían forma de paralelepípedo, de las que las primeras Kodak Brownie fueron el modelo y paradigma. Una lente, un visor, un mecanismo de avance de la película, de formato medio generalmente, una única apertura, a veces dos (sol y nublado) y una única velocidad de obturación, muy lenta, teniendo en cuenta la baja sensibilidad de las películas de antaño. Y un pulsador para activar el obturador, claro. Veamos el vídeo...

Y yo me hice en su momento con una de estas cámaras, la bonita, art-decó, Agfa Synchro Box. Película tipo 120, formato 6 x 9 cm, velocidad de obturación 1/30 segundo + Bulb, y tres posiciones de apertura; f/16 para tiempo soleado, f/11 para tiempo nublado, y f/11 + filtro amarillo para tiempo soleado mejorando el contraste de la escena. Claro, quien se sepa la regla "soleado f/16", 1/30 segundo implica que una película de ISO 125 como Ilford FP4 Plus va a sufrir una sobreexposición de hasta dos pasos con tiempo soleado. Es así. La respuesta tradicional a este problema es... con película negativa en blanco y negro, reduzca el tiempo de revelado, para recolocar los valores medios y las altas luces. Pero eso conlleva una reducción del contraste de la escena que, con un objetivo tan básico como los meniscos que llevan estas cámaras, puede ser excesiva. Obviamente, en un procesado mixto químico y digital, se puede apañar en la fase de procesado digital. Pero esto suele conllevar un problema "molesto". El casi inaparente grano de la FP4 Plus cuando manejas la superficie de un negativo de 54 x 88 mm, seis veces superior a la de un 24 x 36 mm, se vuelve de repente tan aparente como si hubieras utilizado una HP5 Plus en su lugar.

De hecho, lo que te pediría el cuerpo es lo contrario. Aumentar los tiempos de revelado para dar un poco de empuje al contraste de la escena, pero es algo que no haces porque entonces los negativos quedan extremadamente densos. Por cierto, no lo he dicho, pero el revelado del carrete que hoy presento en esta página está realizado con Kodak HC-110 en dilución C (1+19), durante 5 minutos y 15 segundos a 20 ºC, según la propuesta de Emulsive. El tiempo de revelado casi dentro de mi zona de disconfort, pero bueno... controlable. Prefiero tiempos de revelado a partir de los 6 minutos, para amortiguar mejor las pequeñas variaciones en el proceso de revelado por muy cuidadoso y riguroso que seas.

Evidentemente, existen varias posibilidades de controlar la cosa. La primera es utilizar emulsiones poco sensibles. Por ejemplo, las Rollei de ISO 25 o la Ilford Pan F de ISO 50. Pero me hace duelo. Porque son emulsiones pensadas para extraer el mayor detalle posible de la escena,... que se ha perdido de antemano al pasar la luz por el limitado menisco que constituye el objetivo de estas cámaras. Si en el centro de la imagen puede haber cierta nitidez, las esquinas aparecen siempre con una mayor o menor nivel de pérdida de detalle. Es tontería, desde ese punto de vista, usar emulsiones como estas.

Otra posibilidad es colocar un filtro delante del objetivo que reduzca esos dos pasos. Un filtro rojo te roba tres pasos de sensibilidad, un filtro naranja te quita dos pasos, y un filtro neutro, pues según de lo que sea. Pero no hay una rosca pensada para ello. Hay pensar un mecanismo más o menos engorroso para ello. En algún caso lo he hecho colocando la cámara sobre trípode y sujetando con la mano un amplio filtro rojo de 58 mm. Y no me quedaron mal los resultados.

Y por supuesto, hay otra posibilidad, que ya contemplaba al principio de esta entrada. Usa la cámara exclusivamente en situaciones adaptadas a sus posibilidades. En días nublados, o en la sombra, con menos luz de la que hay en un día soleado. O confórmate con lo que hay, concéntrate en el encuadre, asume las consecuencias del revelado que te da un negativo denso pero usable, o tira de procesado digital para resolver el contraste, o de los recursos que el cuarto oscuro te brinde para ello, asumiendo los efectos secundarios, especialmente si los puedes usar a tu favor estéticamente.

En cualquier caso, recordemos que Cartier-Bresson afirmó aquello de que "la nitidez es un concepto burgués", que el contenido y la expresividad de la imagen no se pierde por defectos en la misma. Y que lo importante es como te curres la estética y el concepto de la misma.

Las fotos de hoy están tomadas en el barrio de San José de Zaragoza y en la ribera del Canal Imperial de Aragón a su paso por el límite sur de este barrio zaragozano.

Con la "caja" a pasear - Agfa Synchro Box

No mucho que explicar sobre el funcionamiento, absolutamente básico, de la Agfa Synchro Box, sobre el que ya me explayé en su momento. No me voy a repetir en lo que ya expliqué en su momento y podéis consultar en el enlace anterior, salvo en algunos aspectos concretos en los que me apetece insistir.

La Synchro Box, con su acabado tipo art-déco, es probablemente la cámara de cajón para película de formato medio más bonita que conozco. Especialmente cuando está en tan buenas condiciones como la mía, con su estuche-bolsa bandolera original. Y como comentaba en su momento, sigue siendo un aparato absolutamente válido en el sentido de que cuanto más constreñidas están las posibilidades del fotógrafo, cuantos menos automatismos dispone, cuanta menos intervención tecnológica cabe en el momento de la toma, más debe estimular su imaginación y su creatividad para obtener un resultado decente o interesante. Lo cual es posible, incluso en una cámara de este tipo, tan elemental.

En los dos últimos meses, de abril y mayo, hemos intentado con unos amigos realizar una pequeña sesión de fotografías, de retrato, de carácter particular. Si al final se consuma, no veréis los resultados puesto que ya digo que es privada. Pero debido a que este año en Aragón hay primavera, y no hemos pasado directamente del invierno al verano, la inestabilidad meteorológica ha impedido que en las tardes de sábado en que teníamos todos los implicados disponibilidad para ejecutar el proyecto, las condiciones no han sido adecuadas. Este sábado pasado parecía que sí, incluso cogimos el coche y nos llegamos hasta Fuendetodos, donde estaba prevista la sesión, donde sigue estando prevista la sesión, que no se ha podido culminar. Al llegar allí había un nublado, a ratos importante, y amenaza de lluvia, que se concretó en un tormenta muy poquito después.

En cualquier caso, además del equipo previsto para la sesión, eché en mi mochila la Agfa Synchro Box y unos rollos de Ilford Delta 100, como complemento lúdico de la jornada.

Antes de llegar a Fuendetodos, ya nos dimos cuenta de que la tarde no iba a acompañar en las condiciones de luz, por lo que nos tomamos la cosa con tranquilidad. Entre Jaulín y Fuendetodos quedan restos de trincheras de la guerra civil española, y paramos un momento a visitarlos. Están en la misma orilla de la carretera. Luego en Fuendetodos, nos dirigimos a la Nevera Culroya, que mis acompañantes no conocían... y ya se puso a llover. Este es un nevero artificial, que algunos datan en el siglo XVIII, rehabilitado, donde se introducía la nieve para la producción de hielo.

En cualquier caso, la amenaza de lluvia nos hizo regresar al coche,... y no terminé de hacer las fotos previstas.

Por ese motivo, al día siguiente decidí darme un amplio paseo por el Parque del Agua de Zaragoza con la Synchro Box. Terminando de ese modo el rollo ya empezado, y exponiendo un segundo rollo, también de Ilford Delta 100. La mañana del domingo fue de sol radiante, y temperaturas agradables, casi podríamos decir que se pasó calor si permanecías mucho rato alejado de la protección de unas sombras.

Por ese motivo, con el fin de mejorar el contraste de las fotos, opté por usar la posición de la apertura que incluye un filtro amarillo, oscureciendo el cielo y haciendo destacar las posibles nubes que en el mismo flotasen.

Quiero recordar que la calidad de las imágenes son muy limitadas, y que sólo el amplio tamaño del negativo, en torno a los 57 x 89 mm permite obtener imágenes razonables con ampliaciones moderadas. La calidad de la imagen es decente en el centro de la imagen, pero se degrada rápidamente en los bordes del campo del fotograma y en las esquinas. Aunque eso puede formar parte de la gracia de la estética de estas fotografías. No obstante, es un aspecto a tener en cuenta a la hora de componer la fotografía, ya que el objeto principal habrá de estar centrado para que se vea con nitidez, obligando a compensar la composición de formas poco habituales, al no favorecer la famosa "regla de los tercios" la calidad fotográfica del objeto principal con estas ópticas tan sencillas.

Otro problema es que la composición a través del visor prismático de la cámara es muy precaria, y con frecuencia las fotografías me quedan inclinadas, especialmente si utilizó la cámara a mano alzada y no sobre un trípode con un nivel que nos ayude a equilibrar la composición. El uso de la cámara a mano alzada también compromete la nitidez puesto que la velocidad de obturación es muy baja, y hay un riesgo importante de trepidación si no se acciona la palanquita del disparador del obturador con cuidado.

En cualquier caso, conviene dar aire en la composición por los recortes que se introducen al enderezar la imagen con posterioridad.

El ISO 100 de sensibilidad nominal de la Ilford Delta 100 es un exceso para las condiciones de esta cámara en condiciones de luz diurna. Con sol radiante prácticamente se produce una sobrexposición de un par de pasos. Aplicando la regla del soleado f/16, para una apertura de f/16, o de f/8-11 con filtro amarillo, bastaría una velocidad de obturación de 1/100 s. Pero no creo que esta cámara obture mucho más deprisa que 1/25 o 1/30 segundo. Dos pasos de sobrexposición. Con el nublado de la tarde anterior en Fuendetodos, la sobrexposición fue de un paso como mucho, pero aun así existió. Afortunadamente, las emulsiones modernas, incluso una tan exigente en materia de exposición como las de la familia Delta de Ilford, se comen sin problemas esta sobrexposición, sin empastar las luces.

Uno pensaría que la mejor opción para revelar la película en estas condiciones de exposición es la de acortar el tiempo de revelado, para compensar el exceso de luz que impresiona la película. Pero la óptica de estas cámaras no destaca precisamente por su elevado contraste, y un revelado más corto conlleva siempre un contraste más suave en la imagen.

Yo prefiero usar una revelado desatendido con cualquiera de las variantes del Rodinal que actualmente hay en el mercado, en mi caso la Adox APH 09, con una dilución de 1+100, durante 60 minutos a 20 ºC con una agitación muy muy muy muy limitada, casi inexistente. Eso hace que las partes del negativo que más luz han recibido agoten enseguida el revelador que tienen en su vecindad, mientras que si algún fotograma hubiese quedado más limitado de luz, las sombras sigan aprovechando la acción del revelador durante todo el tiempo que dura el revelado. Es lo que se llama un revelado compensador.

No me cansaré de insistir en que, aunque muchos ven en este tipo de revelado una posibilidad de hacer un forzado sin complicarse la vida mucho en el proceso de revelado, cuando mejores resultados da es con películas de sensibilidad media o baja, bien expuestas. El grano siempre queda contenido por la propia naturaleza de estas películas, cosa que no sucede con las películas más sensibles, en las que se hace muy notorio, y conseguimos mantener la nitidez de los detalles por la acutancia que proporciona el revelador. Desde luego, la irregularidad en las exposiciones que resulta de una cámara con tan limitadas posibilidades de intervención, también habla a favor de este tipo de revelado. Con esta técnica, consigo buenos resultados.

Salvo en las fotografías con el tiempo más nublado, en las que he realizado reservas y quemados en el procesado digital una vez escaneado el negativo con mi Epson Perfection V600 Photo, el resto están prácticamente sin tocar, con muy pequeñas correcciones en la exposición para situar los tonos en su lugar adecuado.

Y bueno... llevar una de estas cámara es una forma de pasear de forma muy agradable, entretenida y creativa.

La #FP4Party de febrero de 2018

Tercera party consecutiva en Twitter celebrando las virtudes de la Ilford FP4 Plus, o sus ancestros, si es que a alguien le queda por ahí algún rollo. No voy a entretenerme aquí con las características de la película, que ya comenté en ocasiones anteriores. Al fin y al cabo, recientemente comenté las fiestas de diciembre y enero.

En esta ocasión, el elemento común a los dos rollos de formato 120 que hice fue la utilización de un filtro rojo, Heliopan #25, con el fin de mejorar el contraste de las imágenes, especialmente para dar un poquito más de fuerza a los cielos, que en un momento dado podían estar un poco modorros. Aunque considerada pancromática, no deja de ser una película mucho más sensible a los colores azules que a los rojos. En estos, en sensible a los naranjas y el rojo no excesivamente profundo.. Oficialmente, sensible entre los 360 nm y los 670 nm, o sea, que prácticamente comienza su sensibilidad en el ultravioleta.

El primer rollo lo expuse con la cámara de cajón Agfa Synchro Box. Calculé, con tino, que para un día despejado como el que estábamos, en un paseo fotográfico con algunos compañeros de Fotógraf@s en Zaragoza, con una velocidad de obturación que ronda el 1/25-1/30 segundo, si le aplicaba a la película un índice de exposición de 200 en lugar del ISO 125 nominal, los tres pasos que se pierden con el filtro permitirían una exposición a f/16.

Para evitar las fotografías trepidadas me llevé un trípode ligero pero competente, y usé un cable disparador. A pesar de todo, alguna  de las fotos, véase la anterior, quedó un poquito trepidada, aunque pudo ser por el viento, ya que el efecto de movimiento no se aprecia en todos la longitud de los troncos. Sólo en la parte superior. Hay que decir que esa foto, y alguna otra, recibieron una doble exposición, porque la velocidad exigida era el doble. Así que abrí dos veces seguidas el obturador.

En general, quedé satisfecho con los resultados, aunque el encuadre con la Agfa Synchro Box es muy aproximativo, por el fuerte error de paralaje entre el visor y el objetivo.

El segundo rollo, al día siguiente del anterior, un domingo por la mañana, lo expuse con la Fujifilm GS645S Wide 60 Professional. También con el filtro rojo. Y también con un índice de exposición de 200, que para compensar el efecto del filtro implica reglar el fotómetro a IE 25.

Aunque llevaba a mano el fotómetro Sekonic L-408 Multimaster que me agencié de segunda mano en navidades, la verdad es que el fotómetro incorporado de la Fujifilm es bastante competente, y sistemáticamente estimaba con él exposiciones similares o idénticas a lo que me sugería el fotómetro de mano. Ambos, pues, herramientas fiables si sabes leer la escena.

Como ya habréis leído en un par de ocasiones, en lugar de usar la sensibilidad nominal de ISO 125, decidí exponer la película para un índice de exposición de 200, lo cual implicaba aumentar algo el tiempo de revelado. Así pues, en lugar de los 8 minutos recomendados para esta película con el revelador TMax a una dilución de 1+4 y 20 ºC, revelé con el procedimiento habitual durante 9 minutos.

Estos contengo con el resultado. Con una medición cuidada no se bloquearon las sombras en ninguna foto, o por lo menos no de forma apreciable, el contraste general es bastante agradable, y con el tamaño de los negativos de formato medio el grano no sufrió un aumento preocupante tampoco. Todo muy contenido. Si las circunstancias lo recomiendan, algo a repetir cuando convenga.

En fin, creo que durante al menos un mes van a descansar estas fiestas en Twitter, por lo menos a las que se asocian con un determinado tipo de película. Tal vez en abril vuelvan. Creo que el año pasado dedicaron alguna a las Ilford Delta y a las Kodak TMax. Si tengo película de la correspondiente, o me entero con suficiente antelación para pedir existencias, participaré. Porque es divertido y te da un excusa para salir a hacer fotos.

Hasta la próxima.

Agfa Synchro Box con película de 35 mm - recuperar las viejas cámara de cajón cuando no disponemos de la película adecuada

La idea de hacer esta prueba me vino de un vídeo que vi en su momento en Youtube cuando me hice con la Agfa Synchro Box, y me documenté un poquito de las posibilidades de uso que tenía una cámara tan simple. El vídeo lo dejo aquí puesto, ya que aun en inglés está bastante claro de lo que se trata de hacer. Vamos a usar una cámara de cajón, da igual el modelo, con película tradicional de 35 mm biperforada, en lugar de los rollos de medio formato del tipo 120 o 620 que son habituales en origen para estas cámaras

Recordamos que mi Agfa Synchro Box es un aparato muy simple. Dotado de un menisco de focal fija como objetivo, que tiene la posibilidad de usar un par de diafragmas, uno más cerrado y otro más abierto, este último con o sin filtro amarillo. Tiene una única velocidad de obturación, que ronda entre el 1/30 y 1/25 s, y admite película de formato medio de tipo 120, con la que obtenemos 8 negativos de 6 x 9 cm. En el caso de esta cámara, es relativamente sencillo encontrar película válida para usarla. Pero existe un cierto número de cámaras, especialmente Kodak, que usan la película de tipo 620. Película de idénticas características pero sobre un eje más fino que hace que no sean compatibles en las cámaras de 120, ni la película de 120 en las de 620. O haces una traslación de la película de unos ejes a otros en un cuarto oscuro, o la compras a precio de solomillo del bueno en una tienda nortemericana donde se encargan ellos de hacer esta operación (https://filmphotographystore.com/collections/all/620-film).

Bueno. Como habéis visto, lo que vamos a hacer es utilizar un rollo de película de tipo 135, los de toda la vida. Vemos lo que necesitamos.

Como veis, la cámara, un carrete de película, en este caso la checa Fomapan 100, que es barata, y para el experimento bastará, y un rollo de cinta aislante.

Lo primero que haremos es tapar con la cinta aislante la ventanilla trasera que habitualmente nos sirve como contador de exposiciones, mostrando la numeración del papel protector de la película de tipo 120. La película de 35 mm no lleva papel, por lo que no hay contador, y además la entrada de luz velaría la película.

En segundo lugar, colocaremos un eje de película en la posición de recepción de la misma cuando avancemos los fotogramas. Al mismo, con un poco de cinta aislante o de cinta adhesiva, engancharemos el extremo del carrete de 35 mm.

Hasta aquí es fácil. Lo siguiente es colocar el chasis con el resto de la película en la posición donde va el rollo habitual de 120. Pero lo tendremos que sujetar con el uso de cinta aislante o adhesiva, lo mejor que podamos, asegurándonos que va a quedar razonablemente fijo. Algunas cámaras, no es el caso de la mía, lleva alguna barra de metal transversal por la que hacer pasar la película que ayuda a sujetar el carrete. Esta parte dependerá del modelo de cada cual.

Por supuesto, habremos de comprobar que la película circula lo más centrada posible por el dorso de la cámara. La calidad de la lente baja mucho en el campo y en las esquinas, por lo que la solución de hacerla circular por un lateral, para tener más claro lo que aparece encuadrado no es buena, la imagen se degrada mucho. Además, los limitados visores de prisma de la cámara distorsionan mucho en los bordes. Así que habrá que imaginarse lo que quedará impresionado en la película en función de lo que aparezca en el centro del visor. Por supuesto, la imagen impresionará todo el ancho de la película incluidas las zonas de las perforaciones.

Por lo tanto, tendremos fotogramas de aproximadamente 87 x 35 mm de tamaño, aunque las zonas de las perforaciones se pareciarán más. Hay que contar con una zona efectiva de 87 x 25 mm aproximadamente.

Antes de cerrar la cámara, haremos una prueba para ver cuantos giros hay que dar a la manivela de avance para asegurarnos de que no se monten unos fotogramas sobre otros. Decir que conforme avancemos el rollo, más separación habrá entre los mismos, así que lo que nos de al principio será de sobras para toda la película. He de decir que yo cometí un error, conté tres vueltas, cuando debía haber contado tres medias vueltas, y por lo tanto hice poco más de la mitad de las fotos posibles. Ya lo sé para la próxima.

Veamos los resultados.

Pues no están mal, para ser una primera experiencia. Algún fotograma me quedó mal centrado, pero hubo varios que quedaron aprovechados. Utilicé en todos ellos la apertura más amplia, pero con el filtro amarillo. Lo que pierdo de profundidad de campo, que no es para tanto en las tomas amplias que realicé, lo gano por el aumento del contraste general.

Con una sensibilidad nominal de la película de 100 ISO y a pleno sol, los negativos quedaron expuestos con el equivalente a un índice de exposición de 50. Pero como el objetivo ofrece muy poco contraste, no disminuí el tiempo de revelado y respeté los 6 minutos a 20 ºC recomendados para el Kodak HC-110. Los negativos me quedaron moderadamente más densos de lo debido, pero muy utilizables, con una buena gama tonal. Esta película checa, que ya probé en su momento en formato medio, está bastante bien para su precio.

Por supuesto, como era de esperar, hay una razonable nitidez en el centro del fotograma, que se pierde a marchas forzadas conforme nos desplazamos a los extremos del mismo. A pesar del formato panorámico que nos queda, hay que tener en cuenta que el ángulo de visión es más el de un objetivo estándar que el de un angular, por lo que el encuadre será más crítico. Todo está más apretado de lo que os gustaría. Pero bueno... todo es cuestión de ir cogiendo práctica.

Mi Agfa Synchro Box no necesita de estos bricolajes para funcionar. Utiliza película de tipo 120, fácil de encontrar. Pero para aquellos que podáis disponer de alguna Brownie 620 o similar, cuyos carretes no encontraréis, esta es una opción para seguir dándoles vida. Ánimo.