La fotografía como afición y otras artes visuales

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El meandro de Ranillas con la Nikomat FTn e Ilford FP4 Plus

El meandro de Ranillas es una zona dentro del municipio de la ciudad de Zaragoza, donde termina la ciudad y empieza eso que llamamos "el campo" que siempre ha estado ahí, pero durante mucho tiempo olvidado de la mayor parte de los habitantes de la ciudad. Es un tramo del río Ebro, aguas arriba del casco urbano de la ciudad, en el que hace dos giros de casi 180 º cada uno de ellos antes de enfilar el paso por la ciudad. Cuando yo era niño era una zona agrícola, con huertas, que poco a poco fue siendo absorbida por los suburbios de Zaragoza. Pero sin mucho orden ni concierto. En un momento dado, seguías encontrando huertas, zonas naturales, especialmente en los sotos, o bosques de galería, que bordean al río Ebro, y aquí o allá alguna incursión del tejido urbano o industrial de la ciudad. Hasta que llegó el proyecto de la Exposición Internacional 2008, que supuso una ordenación de la zona.

En el área que encierra el meandro en la margen izquierda del Ebro se instalaron las infraestructuras de la exposición. Se arregló y se protegieron los sotos de esa orilla y se planificó y ejecutó un amplio parque, el Parque del Agua, como amplia zona verde. Un entorno amplio y muy agradable para realizar actividades al aire libre que le vino bien a la ciudad. En la margen derecha, también se arreglaron las orillas, y se estableció una paseo que sigue la orilla del Ebro hacia el barrio de Monzalbarba. Como consecuencia de esto, en estos momentos el área de deportes del Ayuntamiento de Zaragoza publica un sendero periurbano, la ruta 12 - El meandro de Ranillas, que empieza en una parada de autobús urbano, termina en otra, y recorre el meandro por ambas orillas con un recorrido total de 11,4 kilómetros, con poco desnivel, practicable tanto por caminantes como por corredores y ciclistas. Y esto, más o menos hicimos hace unos sábados. Y yo me llevé una cámara de fotos, claro.

Opté por llevarme la cámara Nikomat FTn. Las Nikomat, o Nikkormat para su venta en occidente, la mía es de origen puramente nipón, eran la gama "baja", para aficionados, de Nikon entre los años 60 y los años 70. Pero lo cierto es que están construidas a prueba de catástrofes apocalípticas. Sólidas, totalmente mecánicas, la batería sólo alimenta el fotómetro algo más pesadas de lo que me gustaría, tienen sin embargo una suavidad en sus engranajes y piezas móviles, que hacen de ellas una delicia su uso. He conocido productos "profesionales" más toscos y menos finos que estas cámaras para "aficionados".

El principal inconveniente que le veo a mi equipo Nikon es el objetivo. Sólo tengo un Nikkor-S Auto 50/1,4, pre-AI,... que nunca me ha convencido mucho. Es muy pesado, y siento que desequilibra un poco el conjunto a la hora de realizar las fotos,... y siempre me ha sorprendido que, dado el prestigio de las ópticas Nikkor, tiene una tendencia a perder contraste en cuanto hay luces intensas por el frente tremenda. Aun cerrando el diafragma, se manifiesta esta tendencia. En las fotos que aquí muestro, he trabajado en el proceso digital para minimizar este problema. En esta tarde de caminata, llevaba en su frontal un filtro amarillo de B+W, que es una buena marca de filtros, con el fin de mejorar el contraste en los cielos ante las pocas nubes que hicieron su aparición o con respecto a otros objetos en el cuadro.

Como se auguraba una tarde soleada, utilicé un carrete de Ilford FP4 Plus 125, expuesto a su sensibilidad nominal. La medición de la luz la realicé con el Sekonic L-408 Multimaster, protegiendo las sombras, ya que hubo situaciones de contraste elevado. Revelé en Kodak HC-110, en dilución C (1+19), durante 5 minutos y 15 segundos a 21 ºC, según la propuesta de Emulsive. Los negativos quedaron con buena densidad, fáciles de digitalizar y con un contraste razonable. Digitalicé con la Panasonic Lumix G9 + Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH, en modo alta resolución, por lo que tras desechar la parte no aprovechable, me quedaron imágenes de entre 58 y 60 megapíxeles a partir del RAW de la cámara. Aptos para ampliaciones considerables.

En el retorno por la margen izquierda del río, nos desviamos de la ruta prevista en el sendero periurbano, por lo que al final, en lugar de los 11,4 kilómetros propuestos nos quedamos en unos 9 kilómetros, ya que decidimos seguir una ruta dentro del Parque del Agua que nos permitiese hacer un poquito de fotografía de estructuras y arquitectura.

En general, estos senderos o rutas periurbanos del ayuntamiento de Zaragoza están muy bien. Fomentan tanto el ejercicio físico como la utilización del transporte urbano. La tarde estuvo excesivamente luminosa, con pocas nubes en el cielo, y un viento molesto durante todo el trayecto. Y sólo al final de la tarde la luz adquirió una calidad interesante desde el punto de vista fotográfico. Pero estuvo bien. Recomendable para las gentes de Zaragoza.

La cámara de cajón y el control del contraste,... una reflexión - Agfa Synchro Box + Ilford FP4 Plus 125

Hace ya un tiempo, Ted Forbes, en su canal The Art of Photography, nos hablaba del reto de fotografiar con cámaras baratas. O extremadamente simples. Cámaras con mínimos controles, en las que lo fundamental era saber cuando era práctico o posible usarlas y esforzarse en sacar lo máximo de ellas. Esencialmente, proponía salir a pasear con una cámara de cajón, esas cámaras que tenían forma de paralelepípedo, de las que las primeras Kodak Brownie fueron el modelo y paradigma. Una lente, un visor, un mecanismo de avance de la película, de formato medio generalmente, una única apertura, a veces dos (sol y nublado) y una única velocidad de obturación, muy lenta, teniendo en cuenta la baja sensibilidad de las películas de antaño. Y un pulsador para activar el obturador, claro. Veamos el vídeo...

Y yo me hice en su momento con una de estas cámaras, la bonita, art-decó, Agfa Synchro Box. Película tipo 120, formato 6 x 9 cm, velocidad de obturación 1/30 segundo + Bulb, y tres posiciones de apertura; f/16 para tiempo soleado, f/11 para tiempo nublado, y f/11 + filtro amarillo para tiempo soleado mejorando el contraste de la escena. Claro, quien se sepa la regla "soleado f/16", 1/30 segundo implica que una película de ISO 125 como Ilford FP4 Plus va a sufrir una sobreexposición de hasta dos pasos con tiempo soleado. Es así. La respuesta tradicional a este problema es... con película negativa en blanco y negro, reduzca el tiempo de revelado, para recolocar los valores medios y las altas luces. Pero eso conlleva una reducción del contraste de la escena que, con un objetivo tan básico como los meniscos que llevan estas cámaras, puede ser excesiva. Obviamente, en un procesado mixto químico y digital, se puede apañar en la fase de procesado digital. Pero esto suele conllevar un problema "molesto". El casi inaparente grano de la FP4 Plus cuando manejas la superficie de un negativo de 54 x 88 mm, seis veces superior a la de un 24 x 36 mm, se vuelve de repente tan aparente como si hubieras utilizado una HP5 Plus en su lugar.

De hecho, lo que te pediría el cuerpo es lo contrario. Aumentar los tiempos de revelado para dar un poco de empuje al contraste de la escena, pero es algo que no haces porque entonces los negativos quedan extremadamente densos. Por cierto, no lo he dicho, pero el revelado del carrete que hoy presento en esta página está realizado con Kodak HC-110 en dilución C (1+19), durante 5 minutos y 15 segundos a 20 ºC, según la propuesta de Emulsive. El tiempo de revelado casi dentro de mi zona de disconfort, pero bueno... controlable. Prefiero tiempos de revelado a partir de los 6 minutos, para amortiguar mejor las pequeñas variaciones en el proceso de revelado por muy cuidadoso y riguroso que seas.

Evidentemente, existen varias posibilidades de controlar la cosa. La primera es utilizar emulsiones poco sensibles. Por ejemplo, las Rollei de ISO 25 o la Ilford Pan F de ISO 50. Pero me hace duelo. Porque son emulsiones pensadas para extraer el mayor detalle posible de la escena,... que se ha perdido de antemano al pasar la luz por el limitado menisco que constituye el objetivo de estas cámaras. Si en el centro de la imagen puede haber cierta nitidez, las esquinas aparecen siempre con una mayor o menor nivel de pérdida de detalle. Es tontería, desde ese punto de vista, usar emulsiones como estas.

Otra posibilidad es colocar un filtro delante del objetivo que reduzca esos dos pasos. Un filtro rojo te roba tres pasos de sensibilidad, un filtro naranja te quita dos pasos, y un filtro neutro, pues según de lo que sea. Pero no hay una rosca pensada para ello. Hay pensar un mecanismo más o menos engorroso para ello. En algún caso lo he hecho colocando la cámara sobre trípode y sujetando con la mano un amplio filtro rojo de 58 mm. Y no me quedaron mal los resultados.

Y por supuesto, hay otra posibilidad, que ya contemplaba al principio de esta entrada. Usa la cámara exclusivamente en situaciones adaptadas a sus posibilidades. En días nublados, o en la sombra, con menos luz de la que hay en un día soleado. O confórmate con lo que hay, concéntrate en el encuadre, asume las consecuencias del revelado que te da un negativo denso pero usable, o tira de procesado digital para resolver el contraste, o de los recursos que el cuarto oscuro te brinde para ello, asumiendo los efectos secundarios, especialmente si los puedes usar a tu favor estéticamente.

En cualquier caso, recordemos que Cartier-Bresson afirmó aquello de que "la nitidez es un concepto burgués", que el contenido y la expresividad de la imagen no se pierde por defectos en la misma. Y que lo importante es como te curres la estética y el concepto de la misma.

Las fotos de hoy están tomadas en el barrio de San José de Zaragoza y en la ribera del Canal Imperial de Aragón a su paso por el límite sur de este barrio zaragozano.

En la Bardena negra con AFZ - Fujifilm GS645S + Ilford Delta 100

El pasado sábado hubo excursión matinal a la Bardena negra en su parte aragonesa con la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ. La excursión contó con la colaboración inestimable de gente de las Cinco Villas que nos sirvieron de guías y anfitriones, y que permitió el mejor aprovechamiento posible de la mañana.

Sinceramente, estas excursiones están muy bien en el sentido de que permiten hablar con compañeros de afición, intercambiar experiencias, conocer a nueva gente y convivir un poquito más dentro de la afición. Pero la posibilidad de conseguir grandes imágenes viene limitada por una serie de cuestiones. La primera, para mí, es que para conseguir mis mejores fotografías tengo que estar concentrado en la tarea, y eso es muchas veces una actividad solitaria. Como mucho acompañado de personas que entienden y aceptan mi forma de contemplar las escenas, mis tiempos y mis silencios en esos momentos. La segunda, que para hacer fotografía de paisaje, las horas centrales del día no son las adecuadas. La tercera, que sólo teníamos una idea aproximada de lo que nos íbamos a encontrar.

La Bardena negra se diferencia de los paisajes más conocidos de las Bardenas, casi todas ellas en territorio navarro, en que hay mucho más bosque, de carácter perennifolio, fundamentalmente pino carrasco, cuyas hojas aciculares de color verde oscuro, dan origen al adjetivo "negra" que se aplica a esta zona de las Bardenas. En origen también fue el motivo del nombre de la comarca de los Monegros (montes negros), pero la amplia deforestación de estos hace que el nombre ahora esté poco comprometido con la realidad.

Fotográficamente, opté por llevarme como cámara principal la Fujifilm GS645S Wide 60, cámara telemétrica de formato medio que proporciona 15 negativos válidos de 54 x 41 mm en cada rollo de formato 120. Use dos rollos de Ilford Delta 100. También me llevé la Minox GT-E con un carrete de Kodak Ektar 100, que todavía no he mandado a revelar, y una cámara digital, la Panasonic Lumix G9, que solo usé para fotografiar unas pequeñas orquídeas del género Ophrys que encontramos en una de las paradas.

Ophrys speculum
Ophrys lutea

Pero vayamos con los rollos de película en blanco y negro. La película Ilford Delta 100 es una película de grano tabular, no de grano cúbico clásico, y dada su sensibilidad media-baja, ofrece un aspecto general muy limpio, con muy poca estructura. Más cuando a partir de un negativo de formato medio, el grado de ampliación de las imágenes es menor que con la película de 35 mm. Como el día amenazaba soleado, con luz muy plana y sombras duras, decidí jugar con el contraste, y le puse un filtro rojo, que le quita entre dos y tres pasos de exposición. Así que el fotómetro de la cámara, olvidé llevar el Sekonic L-409 Multimaster, lo ajusté a un índice de exposición de 25 en lugar de 100, exponiendo un poquito al alza, para dar esos casi tres pasos de pérdida en la sensibilidad efectiva debido al filtro rojo. Sólo una fotografía en interior la realicé sin filtro.

El revelado de la película no tiene mayor misterio. Usando mi fiel Kodak HC-110 a la relativamente común dilución B (1+31), buscando en las tablas habituales me daba un tiempo de revelado de 6' a 20 ºC. Como de costumbre, medio minuto de agitación tranquila al principio, para luego realizar cuatro inversiones tranquilas cada minuto hasta completar el tiempo previsto. Se dice de la Ilford Delta 100 que es más exigente en el revelado que su prima de gran cúbico la FP4 Plus 125; pero si está bien expuesta no presenta ningún problema con un revelador clásico y fácil de usar como el HC-110. Los resultados son buenos, la gama tonal correcta,... aunque ahora iremos al rendimiento de la imagen final.

En esta ocasión he innovado en la digitalización de los negativos. Tradicionalmente, durante el último año venía digitalizando los negativos de formato medio con el escáner de sobremesa Epson Perfection V600 Photo, obteniendo para un negativo de 54 x 41 mm unos 13,5 megapíxeles de resolución, que en el 95 % de las situaciones es suficiente para mis intereses. Permite ampliar sin mayor problema a un tamaño de DIN-A3 o 40 x 30 cm. En ese tiempo he ido perfeccionando la técnica de digitalizar los negativos de 35 mm con la cámara digital y un objetivo macro, habitualmente la Panasonic Lumix G9 con un Panasonic Leica Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH a una apertura de trabajo de f/5,6 y una sensibilidad de ISO 200, la nativa del sensor. De esa forma vengo obteniendo archivos de unos 15 o 16 megapíxeles. Nunca llego a los 20 megapíxeles que da el sensor, porque no encuadro todo lo cerrado que puedo.

Pero la Lumix G9 tiene un modo de alta resolución que permite obtener imágenes de 40 u 80 megapíxeles, siempre que estemos hablando de un sujeto estático y con la cámara bien colocada en un trípode. Como es este caso. He utilizado la fórmula de los 40 megapíxeles, los 80 me parecían excesivos, lo que, descontanto el recorte habitual, me da unos archivos de por ejemplo 7100 x 5400 píxeles en el más grande. En general, entre 36 y 38 megapíxeles, que me permiten ampliar sin problemas a DIN-A2 o 60 x 45 cm. Que no está nada mal.

Sí que he de advertir una cuestión. Coloqué el filtro rojo con el fin de oscurecer los cielos, aumentando el contraste en los mismos si aparecía alguna nube, hubo poquitas, y aclarando el color de las tierras siempre un poquito ocres, manteniendo los tonos oscuros de la vegetación. Pero luego en el procesado digital, he llevado el contraste al equivalente de haber ampliado los negativos sobre un papel de grado 4, con el fin de acentuar un poquito el contraste. Según la orientación de la fotografía, el punto del cielo hacia el que apuntaba, el cielo aparece más o menos oscuro, ya que la intensidad de los tonos azules varía a lo ancho de la bóveda celeste.

Estoy razonablemente contento del resultado final, dado que las condiciones de luz no eran óptimas de partida. Sin embargo, creo que saqué partido de las condiciones del día con una buena elección de los materiales para la toma fotográfica. Cada vez tengo más claro que las películas de Ilford son en estos momentos una referencia clara para el fotógrafo con película tradicional, por la buena calidad de sus emulsiones, por la nobleza con la que responden al procesado, y por la estabilidad dimensional de los soportes que permiten digitalizar los negativos con facilidad y limpieza. Un buena pera de aire y el trabajo de eliminar impurezas en el archivo digital queda reducido a un mínimo.

Espero que os haya interesado y os gusten las fotos.

Tribulaciones con el Elmar 50/3,5 en mi Leica IIIf

La Leica IIIf es mi cámara más bonita. Y es divertida de usar, aunque tiene una diversidad de pejigueras. La principal es el complejo sistema de carga de la película, con la necesidad de recortar y alargar la lengüeta de la película para evitar problemas. Pero una vez salvada esta pejiguera, como digo, disfrutas mucho de su uso. Además llamas la atención y siempre acabas hablando con alguien si te mueves en un medio con gente. Y es sorprendentemente compacta. Con el Leitz Elmar 50/3,5, un objetivo muy compacto y retráctil, cabe cómodamente en el bolsillo de un chaquetón, de un cortavientos o de una cazadora.

El Elmar 50/3,5 es un objetivo muy sencillo de concepción. A todos los efectos es equivalente a la famosa fórmula Tessar de Carl Zeiss, salvo que lleva la apertura del diafragma en distinta posición. Para algunos, fue simplemente la forma que tuvo Leitz de justificar que era un diseño propio y no una copia del Tessar. Para otros, los más acérrimos partidarios de la marca, es un diseño original. El caso es que comparte muchas de las características de los Tessar. No puede tener aperturas muy grandes, por eso se queda en los modestos f/3,5, o f/2,8 en versiones más recientes. Es muy nítido en el centro, pero presenta cierta "suavidad" en la definición de los bordes y las esquinas. A grandes aperturas. De f/5,6 a f/11 es nítido en su conjunto. Por su reducido número de superficies vidrio-aire, sólo son 4 elementos en 3 grupos, es más resistente a la pérdida de contraste que otros objetivos con más elementos. Y es muy ligero y compacto, más cuando es retráctil al transportarlo.

Pero no carece de inconvenientes. Y es que si al extenderlo para fotografiar no te aseguras de hacer de forma completa y firme, corres el riesgo de que las fotos queden desenfocadas. Y algo así me pasó con unas cuantas fotos, hace unas semanas.

Fotografía claramente falta de nitidez por una extensión incompleta del objetivo retractil Leitz Elmar 50/3,5.

Luego está la sensación que transmite usar un objetivo que empezó a usarse con éxito en los años 20 del siglo XX, y que sigue siendo capaz de producir buenas imágenes en una copia fabricada en 1951, actualmente, en la segunda década del siglo XXI.

Hace unas semanas, antes de las vacaciones de Pascua, decidí dar un paseo con la Leica IIIf "armada" con el pequeño Elmar. Como película usé un carrete de 36 exposiciones de Ilford HP5 Plus 400 expuesto a su sensibilidad nominal. Como la cámara carece de exposímetro, me llevé el Sekonic L-408 Multimaster, que me garantiza siempre exposiciones impecables. El progresivo refinamiento que he ido haciendo en mi técnica de digitalización con la Panasonic Lumix G9 + Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH hace que cada vez me queden mejor las versiones digitales de los negativos en blanco y negro. Y estoy más animado a usarlos incluso a sensibilidades medias-altas.

Iba con prisa el día que revelé el carrete, aunque intenté no ser descuidado. En el Massive Dev Chart, me proponía un revelado de 7,5 minutos a 20 ºC en una dilución E (1+47) de Kodak HC-110. Como a la primera me salió una temperatura del agua de 22 ºC, apliqué la calculadora para corregir los tiempos que me propone esa página, y acabé usando un tiempo de revelado de 6 minutos y 15 segundos. El resultado fue bueno, con negativos de una densidad adecuada, con detalle en sombras y luces y fáciles de digitalizar. Se nota especialmente en los troncos de los árboles a la sombra o en contraluz. Correctamente medido con el Sekonic, conservan su textura, y en ningún momento se empastaron las luces.

Si uno tomas las precauciones necesarias para usar correctamente la Leica IIIf con su Elmar 50/3,5, los resultados son francamente buenos. Sobretodo recordar extraer completa y correctamente el objetivo a su posición adecuada para la toma de las fotografías, para permitir el correcto enfoque. Si no se extrae del todo... enfoca más allá de "infinito" y nada sale nítido. Pero si usa correctamente, enfocando por zonas, utilizando la escala de profundidades de campo del objetivo, o con la ayuda del telémetro de coincidencia de la cámara, las imágenes son nítidas y agradables. Tengo que usarlo con más frecuencia.

Dos carretes de Fujicolor Superia X-Tra 400 en el paraje de la pasarela del Bicentenario

Durante el mes de marzo dediqué algunos fines de semana a explorar el entorno de la pasarela del Bicentenario, también aquí, y La Cartuja Baja. Es un buen paseo, de unos ocho kilómetros, desde mi casa. Y permite combinar la necesidad de hacer ejercicio físico con lugares interesantes para la fotografía. Fotográficamente, el principal objetivo de esos paseos era reconectar con la película en blanco y negro Ilford HP5 Plus 400, que en un momento dado, hace unos años era frecuente en mi bolsa frecuenta, pero que después se hizo escasa. Reservada casi en exclusiva a cuando es necesario forzar, cosa que en mi caso ocurre rara vez. Como tenía bastante película de esta marca y variedad almacenada, decidí aprovecha para volver a familiarizarme con ella. Desde luego, entiendo porque es tan apreciada por muchos aficionados y profesionales de la fotografía.

Tres de las fotografías tomadas con la Minox GT-E días antes del paseo hacia la pasarela del Bicentenario.

Pero en ambos paseos llevé conmigo también alguna cámara compacta con película negativa en color. En ambos caso la misma película, la Fujicolor Superia X-Tra 400. Esta película está disponible solamente en formato 135, es decir película de 35 mm biperforada, la que conoce la mayor parte de la gente que ha fotografiado a lo largo de su vida con película tradicional. No existe en formato medio, lo cual es una lástima. Es una película que tiene una buena saturación y nitidez, y aparentemente un grano más manifiesto que las películas de gama profesional de la misma sensibilidad, pero que no suele ser molesto. Pero para mí, tiene las virtudes que tradicionalmente he adjudicado a las películas Fujifilm; son las que reproducen los colores de una forma que me resulta más agradable. Más que las Kodak. Esto ha sido una constante en película diapositiva, pero también se da hasta cierto punto con la película negativa en color, aunque en este caso mi preferencia por una o por otra es menos clara.

El sábado que llevé la Minox GT-E llegamos tarde a la puesta de sol; pero aun así aun encontramos una luz agradable en el entorno de la pasarela del Bicentenario.

En el primero de los sábados en los que nos dirigimos a la pasarela del Bicentenario, la película iba cargada sobre la Minox GT-E. El principal problema de ese día fue que no llegamos a tiempo a la pasarela antes de la puesta del sol. Nos entretuvimos por el camino, al mismo tiempo que calculamos mal la distancia que debíamos recorrer entre el puente del cuarto cinturón de Zaragoza sobre el Ebro en la ribera baja del mismo y la pasarela que era nuestro objetivo. No obstante, aún hubo ocasión de obtener algunas fotografías interesantes del lugar. Si una semana más tarde, con la misma cámara cargada con HP5 Plus hubo algunas fotos con una nitidez flojita, en este caso no fue así. Supongo que estuve más espabilado a la hora de ajustar los parámetros de la cámara a la hora de hacer la fotografía. Este carrete contenía fotografía de días anteriores, de otros paseos fotográficos, e incluso algún retrato ambiental. Todos ello quedaron bastante bien.

El sábado siguiente, puesto que llevé la Minox GT-E "ocupada" por un carrete de Ilford HP5 Plus 400, cargué la Fujicolor Superia X-Tra 400 en la Leica Minilux. En estos momentos, son las dos cámara compactas para película tradicional que prefiero usar. La Minilux tiene una lente mejor que la GT-E. El MC Minoxar 35/2,8 de la GT-E es bastante nítido, y con buen contraste gracias a su revestimiento múltiple, pero no deja de tener una fórmula óptica tipo "tessar" con sólo cuatro lentes en tres grupos. No tengo motivos de queja en general. Pero no llega al celebrado nivel del Summarit 40/2,4, con su fórmula óptica tipo "doble gauss" con seis lentes en cuatro grupos. Un diseño muy habitual durante décadas entre las focales estándar, entre los 40 y 60 mm de longitud focal para el formato de película de 24 x 36 mm, y que según algunos expertos llegó a su mayor calidad posible con este diseño. A partir de aquí, y en el mundo digital, los diseños ópticos se apartaron de estas fórmulas para introducirse en otras mucho más complejas,... y carísimas.

Sin embargo, la ergonomía de la Minilux, como he comentado en alguna ocasión, es perfectible. Grandota para ser una compacta de focal fija, su diseño en forma de paralelepípedo es agradable, pero simple. Se coge bien. Pero no es tan llevadera, no es una cámara bolsillera como la Minox. Tiene ciertas posibilidades de ajuste manual. En concreto, se puede usar en prioridad a la apertura, como la Minox. Y se puede hacer un enfoque "manual", preajustando una distancia de enfoque que corresponde a la hiperfocal, más o menos, o a un enfoque por zonas. Aunque carecemos de escala de profundidades de campo. Pero bueno, a ojímetro. Lo que pasa es que tiene un problema. Cuando ajustamos manualmente una distancia de enfoque, el objetivo no se configura inmediatamente en el momento de hacerlo. Hay que esperar al momento en que disparamos la foto para que el motor de enfoque automático lleve el grupo óptico a la posición deseada antes de que se abra el obturador y se exponga la película. Eso no pasa con el enfoque manual de la Minox. Por ello, aun con el enfoque automático, la Minilux es una cámara más lenta y menos reactiva que la GT-E. Hay otras pejigueras, pero esta es la más importante. De todos modos, uno sabe que si ajusta una apertura f/11 con una distancia de enfoque de 5 metros, o f/8 con una distancia de enfoque de 7 metros, más o menos estás en las hiperfocales, y los paisajes quedan bien. La mayor parte de las fotos que aquí muestro están realizadas así. Y esto es todo por ahora. Si visitáis hoy el Cuaderno de ruta, usaré hoy estas fotografías para tratar un tema científico, y fotográfico, de actualidad.