La fotografía como afición y otras artes visuales

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Preparándome para mejorar mis paisajes - Filtros Lee y otras cosas

Siempre he sido un aficionado a la fotografía que cuando viaja ha favorecido más el aspecto documental del viaje que otras cosas. Y viajar ligero. Que los años van pasando, y los equipos pesados cansan. Y si uno viaja cansado, no hace buenas fotos. Por ello, me hice adepto al sistema micro cuatro tercios y a llevar un equipo relativamente mínimo. Pero...

En los últimos tiempos, en mis viajes he tenido ocasiones de visitar paisajes notables y me hubiera gustado tener la oportunidad de sacarles más partidos. Planificar mejor la toma del paisaje y reflejar mejor la belleza del lugar o del momento. Quizá uno de los lugares en los que más sentí este impulso fue en mi viaje a China en junio. En las montañas Huangshan. No me quejo de los resultados obtenidos, pero podrían ser mejores.

En Huangshan ya usé el trípode viajero, que anteriormente me llevé a Islandia pero poco más, con buenos resultados en combinación con un super gran angular. Pero creo que hay margen de mejora.

Cosas que en los últimos años he echado de menos y que he intentado ir paliando, buscando soluciones razonables. No perfectas. Razonables.

Un trípode ligero pero razonablemente competente. Me hice con el Rollei Compact Traveler nº 1. Que tiene sus limitaciones, pero es más competente de lo que parece a primera vista. Y es muy transportable. Actualmente hay una variante de fibra de carbono del mismo modelo no mucho más cara que es más recomendable.

Un cabezal adecuado para el trípode. Para este trípode que es viajero, pero también para el menos viajero, un Manfrotto de la serie 190, no recuerdo nunca bien el modelo, tiene ya 10 u 11 años, de fibra de carbono. El principal problema es que su sistema de anclaje de la cámara es muy fiable, pero convierte en una lata el colocar la cámara en vertical. De ahí viene...

Una zapata en L para tomas en vertical y en horizontal con facilidad. Estas zapatas en L suelen ser compatibles con el sistema de anclaje de Arca Swiss y no con el de Manfrotto... así que también ha conllevado el buscar una solución a ese problema.

Un teleobjetivo competente... Tengo uno muy sencillito, aunque con una calidad más que honorable, de Panasonic para micro cuatro tercios. Pero el cuerpo me ha ido pidiendo algo más sólido. Especialmente desde que compré la Lumix G9.

Un sistema de filtros. Dudando siempre entre los filtros redondos de rosca y los cuadrados de sistema. Cada una de estas opciones tiene sus ventajas e inconvenientes.

Algunos de los chismes que ido probando, algunos con más fortuna y otros con menos. Nunca ahorréis en un cabezal de trípode. El pequeño cabezal de Rollei es más capaz que el Andoer chino, más grande y teóricamente más capaz, pero que en la práctica no es capaz de soportar bien, sin deslizarse, determinados equipos relativamente pesados (no muy pesados, sólo relativamente).

Con respecto al teleobjetivo, recientemente estuve usando un 100-300/4-5,6 de Panasonic, que da buena calidad por un precio moderado. Pero aunque es capaz de obtener fotografías muy espectaculares, no siendo mi finalidad principal la fotografía de animales o deportiva, no tengo especial interés en focales tan largas. Hay que tener en cuenta que es equivalente a un 200-600 mm en formato de fotograma de 24 x 36 mm. Así que ya tengo la decisión tomada, y el objetivo encargado, iré a por un buen objetivo de Panasonic 35-100/2,8. Mucho más luminoso y con una gama de focales suficiente. Y relativamente compacto. A la espera estoy. Era la evolución lógica a partir de lo experimentado y disfrutado con el 35-100/4-5,6, limitado en su agilidad, construcción y luminosidad, aunque bastante honorable en sus propiedades ópticas.

Típica imagen, más o menos espectacular, de paisaje con súper teleobjetivo. Pero que a la larga acaban cansándome. Por eso prefiero focales más cortas para paisaje.

Una cuestión curiosa ha sido lo de la zapata en L para permitir que tanto las tomas en horizontal como las tomas en vertical se hagan cómodamente. Las verticales son especialmente útiles para componer panoramas a partir de varias fotografías. Empecé usando un zapata en L económica que vendían en Amazon. Lo curioso ha sido que me va mejor con las cámaras grandotas que con las pequeñas. Con las EOS, tanto digital como para película, se ajusta sin problema a los límites del cuerpo de la cámara, y queda fija y sin holguras o movimientos indeseados. Pero con las cámaras más pequeñas, como son las micro cuatro tercios o la Pentax MX o la Leica M2 y otras para película tradicional... empieza a interferir con distintas piezas del cuerpo de cámara... y empiezan a quedar holguras y a no ser tan eficaz. Poco a poco he ido encontrando truquillos para que la cosa vaya bien. Pero al final, para la Lumix G9 acabé desembolsando lo que me pedían por la zapata en L dedicada a este modelo de Smallrig. Y va muy bien.

Y vamos con el tema de los filtros. He venido usando de vez en cuando los filtros polarizadores. Pero me he dado cuenta que echo más de menos los filtros de densidad neutra para conseguir exposiciones prolongadas, así como algún degradado neutro, porque creo prefiero tener la fotografía en cámara con buena iluminación y contraste a forzar las cosas luego en el procesado digital. Y estaba la duda entre los filtros redondos y los cuadrados. No voy a entrar ahora en los pros y contras de ambos tipos. Los podéis encontrar en muchos sitios mejor explicados que lo que yo pueda decir en un espacio limitado. Sólo decir que me he decidido por un kit de iniciación de Lee Filters, que viene con el armazón general del sistema, más un degradado neutro de dos pasos con transición brusca, un "little stopper", o sea un filtro de densidad neutra que quita 6 pasos de luz, y un "big stopper", un filtro dedensidad neutra que quita 10 pasos de luz. Los he estado probando modestamente, y aprendiendo a usarlos, con la Lumix G9, digital, y con la Hasselblad 500CM, con película en blanco y negro.

De momento, todo en blanco y negro, porque quiero dejar para un segundo paso el control de las dominantes de color que en mayo o menor medida introducen siempre los filtros neutros más potentes. El "little stopper" parace que no es muy notoria, pero el "big stopper" introduce una clara dominante azulada que tendré que estudiar detalladamente para corregirla rápidamente. Los filtros Lee están reputados como de muy buena calidad, siendo usados por muchos profesionales de la fotografía del paisaje.

Hay opciones más baratas, y también hay alguna más cara. Pero suponen un cierto desembolso que hay que pensarse bien.

Con las fotografías con la cámara digital no tuve mayores problemas, y tuve la sensación de que el manejo del sistema estaba superado como se puede ver en las fotografías anteriores. Nada del otro mundo, pero realizadas de forma eficaz. Pero con la Hassselblad 500CM, a la que le puse el Distagon 50/4 C T*,... la cosa no fue tan bien.

Me la llevé con el "big stopper" para hacer largas exposiciones en las horas centrales del día un domingo. Y me encontré con algunos problemas. La siguiente fotografía los resume todos.

Primero, con un diafragma f/16, que con el "big stopper" y la corrección del fallo de la reciprocidad de la Ilford Delta 100 me daba una exposición de entre 16 y 20 segundos, las motas de polvo depositadas en el filtro resultaban evidentes en forma de pentágonos luminosos, que a algunos les resultarán monos,... pero que no era lo que se pretendía. Evidentemente, hay que tener cuidado con la limpieza del filtro. Especialmente si se van a usar diafragmas cerrados que hacen más evidentes las motas de polvo. A no olvidar.

En las fotografías, se observan también, en unas de forma muy intensa y en otras menos, siendo prácticamente imperceptibles aquellas en la que la cámara estaba en la sombra cuando se hizo la fotografía, un halo más luminoso, perfectamente redondo, que rodea la parte central de la imagen. Por las características del mismo, deduje inmediatamente cuando la vi en el negativo, ni siquiera fue necesario escanearlo y ampliarlo para verlo, que se trataba de una luz parásita producida por algún reflejo.

Los filtros de densidad neutra uniforme de Lee llevan adheridas por una de sus caras unas tiras de material como la espuma que sirve para sellar a la luz los respaldos de las cámaras. En principio pensé que serviría para proteger los filtros, cuando se montan varios en serie, de posibles rayas por el contacto accidental de unos con otros. Pues no. Comprendí cuando vi estos halos que ese material, al igual que en los respaldos de las cámaras, está pensado para bloquear el paso de la luz. Una pequeña investigación posterior me permitió comprobar además que está aconsejado vivamente que los filtros de densidad neutra uniforme se coloquen lo más cerca posible de la frontal del objetivo, por detrás de otros posibles filtros que se vayan a usar, como los degradados neutros. Cosas que hay que aprender, porque nunca había usado uno de estos filtros. Mejor ahora que cuando llegue el momento de hacer una foto realmente importante.

En estos momentos, tengo la sensación de que he acertado al optar por este sistema. Me permite usarlo con sólo tres adaptadores con una variedad de objetivos para distintos sistemas, los que más utilizo. Por lo tanto, aunque no sea barato, me ahorra la compra de determinados filtros por duplicado para distintos diámetros. Y también me garantiza una calidad uniforme y sistemática en todos ellos.

Obviamente, como todo sistema que tiene una cierta complejidad de piezas y elementos, hay que adquirir buenas costumbres. No se puede usar sin una sistemática y una planificación básica. Sin eso, los resultados no pueden ser buenos. Tengo que adquirir unos buenos hábitos, que todavía no he interiorizado.

Por último, unos datos sobre el procesado de la película. Como ya he dicho, usé con la Hasselblad un rollo de Ilford Delta 100 Professional a su sensibilidad nominal, ISO 100. Para un diafragma f/16 en las circunstancias de sol radiante presentes este domingo pasado, hay muchas fotografías a las que sin filtro les correspondía una velocidad de obturación de 1/125 segundos. Olvidé el fotómetro en casa así que apliqué la regla del "soleado f/16, velocidad de obturación, inverso de la sensibilidad de la película". Un filtro con 10 pasos de pérdida de luz, supone multiplicar esa velocidad de obturación por 1000 aproximadamente (en realidad 1024, pero la diferencia es despreciable a efectos prácticos), lo que nos da una exposición de 8 segúndos. Pero hay que compensar el fallo de la reciprocidad para tiempos de exposición de 1 segundo o más. La fórmula que uso yo para las películas Ilford es elevar a la potencia de 1,33 el tiempo calculado, para obtener el tiempo de exposición definitivo (td = tc^1,33), lo que para 8 segundos me da 16 segundos. Cuando tuve necesidad de aumentar la exposición, decidí abrir el diafragma manteniendo el tiempo de exposición, salvo en un caso en el que para mantener la profundidad de campo opté por aumentar el tiempo. Y ahí, los 16 segundos calculados se convirtieron en 40 segundos. Como veis, no vale simplemente con duplicar el tiempo, porque cuanto más aumenta el tiempo de exposición calculado, más hay que prolongar el tiempo de exposición efectivo.

La película la revelé en Kodak HC-110 dilución B (1 + 31) durante 6 minutos a 20 ºC. La densidad y el contraste de los negativos quedaron muy bien. La exposición fue correcta en los 12 negativos de 56 x 56 mm que ofrece el respaldo A12 de la Hasselblad. Las escenas fueron obviamente muy contrastadas por las características de la luz en las horas centrales del día, pero ni las luces ni las sombras quedaron empastadas.

En la Bardena negra con AFZ - Fujifilm GS645S + Ilford Delta 100

El pasado sábado hubo excursión matinal a la Bardena negra en su parte aragonesa con la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ. La excursión contó con la colaboración inestimable de gente de las Cinco Villas que nos sirvieron de guías y anfitriones, y que permitió el mejor aprovechamiento posible de la mañana.

Sinceramente, estas excursiones están muy bien en el sentido de que permiten hablar con compañeros de afición, intercambiar experiencias, conocer a nueva gente y convivir un poquito más dentro de la afición. Pero la posibilidad de conseguir grandes imágenes viene limitada por una serie de cuestiones. La primera, para mí, es que para conseguir mis mejores fotografías tengo que estar concentrado en la tarea, y eso es muchas veces una actividad solitaria. Como mucho acompañado de personas que entienden y aceptan mi forma de contemplar las escenas, mis tiempos y mis silencios en esos momentos. La segunda, que para hacer fotografía de paisaje, las horas centrales del día no son las adecuadas. La tercera, que sólo teníamos una idea aproximada de lo que nos íbamos a encontrar.

La Bardena negra se diferencia de los paisajes más conocidos de las Bardenas, casi todas ellas en territorio navarro, en que hay mucho más bosque, de carácter perennifolio, fundamentalmente pino carrasco, cuyas hojas aciculares de color verde oscuro, dan origen al adjetivo "negra" que se aplica a esta zona de las Bardenas. En origen también fue el motivo del nombre de la comarca de los Monegros (montes negros), pero la amplia deforestación de estos hace que el nombre ahora esté poco comprometido con la realidad.

Fotográficamente, opté por llevarme como cámara principal la Fujifilm GS645S Wide 60, cámara telemétrica de formato medio que proporciona 15 negativos válidos de 54 x 41 mm en cada rollo de formato 120. Use dos rollos de Ilford Delta 100. También me llevé la Minox GT-E con un carrete de Kodak Ektar 100, que todavía no he mandado a revelar, y una cámara digital, la Panasonic Lumix G9, que solo usé para fotografiar unas pequeñas orquídeas del género Ophrys que encontramos en una de las paradas.

Ophrys speculum
Ophrys lutea

Pero vayamos con los rollos de película en blanco y negro. La película Ilford Delta 100 es una película de grano tabular, no de grano cúbico clásico, y dada su sensibilidad media-baja, ofrece un aspecto general muy limpio, con muy poca estructura. Más cuando a partir de un negativo de formato medio, el grado de ampliación de las imágenes es menor que con la película de 35 mm. Como el día amenazaba soleado, con luz muy plana y sombras duras, decidí jugar con el contraste, y le puse un filtro rojo, que le quita entre dos y tres pasos de exposición. Así que el fotómetro de la cámara, olvidé llevar el Sekonic L-409 Multimaster, lo ajusté a un índice de exposición de 25 en lugar de 100, exponiendo un poquito al alza, para dar esos casi tres pasos de pérdida en la sensibilidad efectiva debido al filtro rojo. Sólo una fotografía en interior la realicé sin filtro.

El revelado de la película no tiene mayor misterio. Usando mi fiel Kodak HC-110 a la relativamente común dilución B (1+31), buscando en las tablas habituales me daba un tiempo de revelado de 6' a 20 ºC. Como de costumbre, medio minuto de agitación tranquila al principio, para luego realizar cuatro inversiones tranquilas cada minuto hasta completar el tiempo previsto. Se dice de la Ilford Delta 100 que es más exigente en el revelado que su prima de gran cúbico la FP4 Plus 125; pero si está bien expuesta no presenta ningún problema con un revelador clásico y fácil de usar como el HC-110. Los resultados son buenos, la gama tonal correcta,... aunque ahora iremos al rendimiento de la imagen final.

En esta ocasión he innovado en la digitalización de los negativos. Tradicionalmente, durante el último año venía digitalizando los negativos de formato medio con el escáner de sobremesa Epson Perfection V600 Photo, obteniendo para un negativo de 54 x 41 mm unos 13,5 megapíxeles de resolución, que en el 95 % de las situaciones es suficiente para mis intereses. Permite ampliar sin mayor problema a un tamaño de DIN-A3 o 40 x 30 cm. En ese tiempo he ido perfeccionando la técnica de digitalizar los negativos de 35 mm con la cámara digital y un objetivo macro, habitualmente la Panasonic Lumix G9 con un Panasonic Leica Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH a una apertura de trabajo de f/5,6 y una sensibilidad de ISO 200, la nativa del sensor. De esa forma vengo obteniendo archivos de unos 15 o 16 megapíxeles. Nunca llego a los 20 megapíxeles que da el sensor, porque no encuadro todo lo cerrado que puedo.

Pero la Lumix G9 tiene un modo de alta resolución que permite obtener imágenes de 40 u 80 megapíxeles, siempre que estemos hablando de un sujeto estático y con la cámara bien colocada en un trípode. Como es este caso. He utilizado la fórmula de los 40 megapíxeles, los 80 me parecían excesivos, lo que, descontanto el recorte habitual, me da unos archivos de por ejemplo 7100 x 5400 píxeles en el más grande. En general, entre 36 y 38 megapíxeles, que me permiten ampliar sin problemas a DIN-A2 o 60 x 45 cm. Que no está nada mal.

Sí que he de advertir una cuestión. Coloqué el filtro rojo con el fin de oscurecer los cielos, aumentando el contraste en los mismos si aparecía alguna nube, hubo poquitas, y aclarando el color de las tierras siempre un poquito ocres, manteniendo los tonos oscuros de la vegetación. Pero luego en el procesado digital, he llevado el contraste al equivalente de haber ampliado los negativos sobre un papel de grado 4, con el fin de acentuar un poquito el contraste. Según la orientación de la fotografía, el punto del cielo hacia el que apuntaba, el cielo aparece más o menos oscuro, ya que la intensidad de los tonos azules varía a lo ancho de la bóveda celeste.

Estoy razonablemente contento del resultado final, dado que las condiciones de luz no eran óptimas de partida. Sin embargo, creo que saqué partido de las condiciones del día con una buena elección de los materiales para la toma fotográfica. Cada vez tengo más claro que las películas de Ilford son en estos momentos una referencia clara para el fotógrafo con película tradicional, por la buena calidad de sus emulsiones, por la nobleza con la que responden al procesado, y por la estabilidad dimensional de los soportes que permiten digitalizar los negativos con facilidad y limpieza. Un buena pera de aire y el trabajo de eliminar impurezas en el archivo digital queda reducido a un mínimo.

Espero que os haya interesado y os gusten las fotos.

Con la "caja" a pasear - Agfa Synchro Box

No mucho que explicar sobre el funcionamiento, absolutamente básico, de la Agfa Synchro Box, sobre el que ya me explayé en su momento. No me voy a repetir en lo que ya expliqué en su momento y podéis consultar en el enlace anterior, salvo en algunos aspectos concretos en los que me apetece insistir.

La Synchro Box, con su acabado tipo art-déco, es probablemente la cámara de cajón para película de formato medio más bonita que conozco. Especialmente cuando está en tan buenas condiciones como la mía, con su estuche-bolsa bandolera original. Y como comentaba en su momento, sigue siendo un aparato absolutamente válido en el sentido de que cuanto más constreñidas están las posibilidades del fotógrafo, cuantos menos automatismos dispone, cuanta menos intervención tecnológica cabe en el momento de la toma, más debe estimular su imaginación y su creatividad para obtener un resultado decente o interesante. Lo cual es posible, incluso en una cámara de este tipo, tan elemental.

En los dos últimos meses, de abril y mayo, hemos intentado con unos amigos realizar una pequeña sesión de fotografías, de retrato, de carácter particular. Si al final se consuma, no veréis los resultados puesto que ya digo que es privada. Pero debido a que este año en Aragón hay primavera, y no hemos pasado directamente del invierno al verano, la inestabilidad meteorológica ha impedido que en las tardes de sábado en que teníamos todos los implicados disponibilidad para ejecutar el proyecto, las condiciones no han sido adecuadas. Este sábado pasado parecía que sí, incluso cogimos el coche y nos llegamos hasta Fuendetodos, donde estaba prevista la sesión, donde sigue estando prevista la sesión, que no se ha podido culminar. Al llegar allí había un nublado, a ratos importante, y amenaza de lluvia, que se concretó en un tormenta muy poquito después.

En cualquier caso, además del equipo previsto para la sesión, eché en mi mochila la Agfa Synchro Box y unos rollos de Ilford Delta 100, como complemento lúdico de la jornada.

Antes de llegar a Fuendetodos, ya nos dimos cuenta de que la tarde no iba a acompañar en las condiciones de luz, por lo que nos tomamos la cosa con tranquilidad. Entre Jaulín y Fuendetodos quedan restos de trincheras de la guerra civil española, y paramos un momento a visitarlos. Están en la misma orilla de la carretera. Luego en Fuendetodos, nos dirigimos a la Nevera Culroya, que mis acompañantes no conocían... y ya se puso a llover. Este es un nevero artificial, que algunos datan en el siglo XVIII, rehabilitado, donde se introducía la nieve para la producción de hielo.

En cualquier caso, la amenaza de lluvia nos hizo regresar al coche,... y no terminé de hacer las fotos previstas.

Por ese motivo, al día siguiente decidí darme un amplio paseo por el Parque del Agua de Zaragoza con la Synchro Box. Terminando de ese modo el rollo ya empezado, y exponiendo un segundo rollo, también de Ilford Delta 100. La mañana del domingo fue de sol radiante, y temperaturas agradables, casi podríamos decir que se pasó calor si permanecías mucho rato alejado de la protección de unas sombras.

Por ese motivo, con el fin de mejorar el contraste de las fotos, opté por usar la posición de la apertura que incluye un filtro amarillo, oscureciendo el cielo y haciendo destacar las posibles nubes que en el mismo flotasen.

Quiero recordar que la calidad de las imágenes son muy limitadas, y que sólo el amplio tamaño del negativo, en torno a los 57 x 89 mm permite obtener imágenes razonables con ampliaciones moderadas. La calidad de la imagen es decente en el centro de la imagen, pero se degrada rápidamente en los bordes del campo del fotograma y en las esquinas. Aunque eso puede formar parte de la gracia de la estética de estas fotografías. No obstante, es un aspecto a tener en cuenta a la hora de componer la fotografía, ya que el objeto principal habrá de estar centrado para que se vea con nitidez, obligando a compensar la composición de formas poco habituales, al no favorecer la famosa "regla de los tercios" la calidad fotográfica del objeto principal con estas ópticas tan sencillas.

Otro problema es que la composición a través del visor prismático de la cámara es muy precaria, y con frecuencia las fotografías me quedan inclinadas, especialmente si utilizó la cámara a mano alzada y no sobre un trípode con un nivel que nos ayude a equilibrar la composición. El uso de la cámara a mano alzada también compromete la nitidez puesto que la velocidad de obturación es muy baja, y hay un riesgo importante de trepidación si no se acciona la palanquita del disparador del obturador con cuidado.

En cualquier caso, conviene dar aire en la composición por los recortes que se introducen al enderezar la imagen con posterioridad.

El ISO 100 de sensibilidad nominal de la Ilford Delta 100 es un exceso para las condiciones de esta cámara en condiciones de luz diurna. Con sol radiante prácticamente se produce una sobrexposición de un par de pasos. Aplicando la regla del soleado f/16, para una apertura de f/16, o de f/8-11 con filtro amarillo, bastaría una velocidad de obturación de 1/100 s. Pero no creo que esta cámara obture mucho más deprisa que 1/25 o 1/30 segundo. Dos pasos de sobrexposición. Con el nublado de la tarde anterior en Fuendetodos, la sobrexposición fue de un paso como mucho, pero aun así existió. Afortunadamente, las emulsiones modernas, incluso una tan exigente en materia de exposición como las de la familia Delta de Ilford, se comen sin problemas esta sobrexposición, sin empastar las luces.

Uno pensaría que la mejor opción para revelar la película en estas condiciones de exposición es la de acortar el tiempo de revelado, para compensar el exceso de luz que impresiona la película. Pero la óptica de estas cámaras no destaca precisamente por su elevado contraste, y un revelado más corto conlleva siempre un contraste más suave en la imagen.

Yo prefiero usar una revelado desatendido con cualquiera de las variantes del Rodinal que actualmente hay en el mercado, en mi caso la Adox APH 09, con una dilución de 1+100, durante 60 minutos a 20 ºC con una agitación muy muy muy muy limitada, casi inexistente. Eso hace que las partes del negativo que más luz han recibido agoten enseguida el revelador que tienen en su vecindad, mientras que si algún fotograma hubiese quedado más limitado de luz, las sombras sigan aprovechando la acción del revelador durante todo el tiempo que dura el revelado. Es lo que se llama un revelado compensador.

No me cansaré de insistir en que, aunque muchos ven en este tipo de revelado una posibilidad de hacer un forzado sin complicarse la vida mucho en el proceso de revelado, cuando mejores resultados da es con películas de sensibilidad media o baja, bien expuestas. El grano siempre queda contenido por la propia naturaleza de estas películas, cosa que no sucede con las películas más sensibles, en las que se hace muy notorio, y conseguimos mantener la nitidez de los detalles por la acutancia que proporciona el revelador. Desde luego, la irregularidad en las exposiciones que resulta de una cámara con tan limitadas posibilidades de intervención, también habla a favor de este tipo de revelado. Con esta técnica, consigo buenos resultados.

Salvo en las fotografías con el tiempo más nublado, en las que he realizado reservas y quemados en el procesado digital una vez escaneado el negativo con mi Epson Perfection V600 Photo, el resto están prácticamente sin tocar, con muy pequeñas correcciones en la exposición para situar los tonos en su lugar adecuado.

Y bueno... llevar una de estas cámara es una forma de pasear de forma muy agradable, entretenida y creativa.

29 de abril, WPPD 2018 - Día Mundial de la Fotografía Estenopeica

Este domingo pasado 29 de abril es el día en que algunos entusiastas decidieron que fuese el Worldwide Pinhole Photography Day, día mundial de la fotografía estenopeica. Y por lo tanto, aunque la mañana de ese domingo no prometía mucho, con un nublado que ofrecía una luz bastante modorra.

No obstante, aunque de forma un poco precipitada, cogí una de mis cámaras estenopeicas para película negativa tradicional de formato medio, la Ondu Pinhole 6x12 Multiformat, la ajusté a fotogramas de 6 x 9 cm, aproximadamente, y la cargué con un rollo de formato 120 de Ilford Delta 100.

Y con eso, salí a la casa, rogando para que el día se comportase y no empezase a llover. O por lo menos, no demasiado.

Con el día nublado, para un estenopo que me ofrece el equivalente a una apertura f/135, los tiempos de exposición que me indicaba la aplicación para medir la luz instalada en el iPhone oscilaban entre un segundo y cuatro segundos. Como la Delta 100, si la velocidad de obturación desciende del medio segundo, se ve afectada apreciablemente por el efecto Schwarzschild, los tiempos de exposición oscilaron entre los 4 segundos y los 12 segundos. Siendo lo más frecuente entre los 8 y los 12.

Observaréis que las calles parecen vacías de gente... pues no. Sí que había gente. Pero moviéndose. Y dado que los tiempos de obturación eran largos, no aparecen impresionados en los negativos. En la siguiente foto había al menos cuatro personas que se dirigían hacia mí y me miraban con curiosidad mientras hacía la foto.

Las fotografías están tomadas todas con la Ondu Pinhole sobre un trípode en el que se corregió mediante el nivel de burbuja incorporado cualquier desviación de la horizontal, con el fin de evitar líneas convegentes y con el fin de afinar en la medida de lo posible la composición. Las Ondu Pinhole no tienen ninguna ayuda a la misma. Carecen de visor o cualquier otro dispositivo, así que hay que encuadrar a ojo. El uso de un trípode ayuda mucho a evaluar la posible composición. Eso, y estar familiarizado en el ángulo de visión del estenopo.

En la fotografía siguiente, sí que aparecen unas personas. Unas niñas y adolescentes que me vieron hacer la foto y se pararon para no molestar. No pensaban que pudieran entrar en el encuadre donde se pararon. Mientras, el semáforo se puso verde para los coches, y por ese paso pasaron cuatro de ellos mientras hacía la foto, de los cuales hay cierta estela de una furgoneta blanca que pasó.

Para finalizar, decir que el revelado lo hice con Adox APH09, que es una fórmula antigua del Rodinal y que se utiliza igual que este. Como últimamente tengo poco tiempo, y tenía tres rollos distintos, cada uno de su padre y de su madre para revelar, opté por el revelado del vago, un revelado desatendido a una concentración del revelador de 1:100 a una temperatura de entre 20 ºC y 21 ºC. La intención era dejarlo revelar durante una hora, con una agitación suave en los primeros 30 segundos y un par de inversiones a la media hora. Pero estuve entretenido reservando billetes de avión para las vacaciones... y al final se pego 65 minutos antes de darle el par de inversiones. Así que lo dejé 40 minutos más para evitar irregularidades en el revelado después de las inversiones. No ha quedado nada mal. Últimamente voy confirmando que este tipo de revelado le sienta mejor a las películas de sensibilidad baja o media baja, que a otras. Y la gama de tonos no está mal. Ajustes mínimos de contraste en el procesado digital tras escanear los negativos con el Epson Perfection V600 Photo.

Paisajes en blanco y negro con Ilford Delta 100 en los Pirineos aragoneses

Durante el año 2017 fui realizando una labor de revisión de distinto tipo de material sensible, especialmente películas en blanco y negro, con el fin de acostumbrarme a revisar y conocer las características y capacidades de cada tipo de película, y tener un mejor criterio a la hora de adquirir el material de acuerdo a mis necesidades.

En color, la oferta es más limitada y las cosas son habas contadas. En estos momentos tengo ya la decisión tomada. Como película todo uso, todo terreno, la Fujifilm Superia XTra 400 me da lo que necesito, aunque sólo está en película de 35 mm. Una reserva suficiente de sensibilidad, un grano razonablemente fino aunque yo no la llamaría película de grano fino, y unos colores agradables y relativamente vivos. Una película alegre. Para paisajes, con grano más fino, no me cabe la menor duda de que la Kodak Ektar 100 es casi obligatoria. Y para retrato es de rigor la Kodak Portra 400. Que podría ser una opción como película polivalente, aunque con colores menos vivos que la XTra 400, si no fuera porque es apreciablemente más cara. De elección, eso sí, en formato medio, donde el producto de Fujifilm no está disponible. Para las altas sensibilidades... Fujifilm tiene algún producto interesante, y siempre se puede usar la Portra 400 forzándola.

En blanco y negro, las opciones son mucho más variadas, y la elección no está tan clara. Probé muchas el año pasado. Para mi fotografía infrarroja, las Rollei Retro 80S y Superpan 200 son de rigor. Van bien y tienen un precio razonable. Pero en el resto, cuesta decidirse por una película en concreto. Comprobé hacia final de año que me había centrado en mis pruebas en las películas de tecnología tradicional, de grano cúbico, y que salvo la Fujifilm Neopan 100 Acros y algún carrete de Kodak TMax 400, hacía décadas que no probaba las de tecnología más moderna, con grano tabular. La Acros me gusta mucho, aunque a veces es poco contrastada, y justa de sensibilidad. La TMax 400, como la mayor parte de las Kodak, para quienes hacemos un proceso mixto fotoquímico-digital, es una pesadilla para escanear por su escasa estabilidad dimensional. Vi que tenía que retomar las Delta de Ilford. Desde 1997, en un viaje a Oviedo, no había usado ninguna. En aquella ocasión fue una Delta 400.

Adquirí por lo tanto unos cuantos rollos de Ilford Delta 100 y 400, en formato medio, y el día 30 de enero, un día que me cogí libre en el trabajo y subí de excursión a pasear por el valle de Tena, en los Pirineos aragoneses, cogí los rollos de Delta 100 y la Hasselblad 503CX con el Carl Zeiss Planar 80/2,8 T* CF y me dispusé hacer unos cuantos paisajes. Normalmente uso un filtro amarillo, pero no en esta ocasión. En la montaña, cuando está totalmente despejado, los cielos son suficientemente oscuros para que con una película como esta no sea necesario para envitar unos cielos excesivamente blanquecinos y lavados.

Uno de los rollos, por un error al cerrar el tambor de revelado, se veló parcialmente. Nueve de los doce negativos quedaron inservibles. También esto provocó alguna irregularidad en el revelado, que se aprecia en algún negativo del resto, aunque en el proceso mixto, en la parte digital, he corregido algunos y han quedado aprovechables. Nunca hay que bajar la guardia, y nunca hay que dudar en comprobar dos veces que todo el material queda convenientemente ajustado.

Lo primero que me quedó claro es una cosa. Si la semana pasada os hablaba de mis pruebas con la Rollei Ortho 25 Plus, he de decir que con la finura de grano y la nitidez que ofrece la Delta 100, no merece la pena el inconveniente de usar una sensibilidad tan escasa, por lo menos en formato medio. Quizá con película de 35 mm pueda ser planteable que haya más diferencia, pero para las ampliaciones que hago yo, ya me vale. Como recientemente había usado la Ilford FP4 Plus, también he percibido la diferencia a favor de la Delta 100 en nitidez y limpieza de la imagen. A cambio, se nos recuerda que debemos ser más cuidadoso en la medición de la luz y la exposición de la imagen. Para estas fotografías use el Sekonic L-408 Multimaster que compré en navidades para medir cuidadosamente la luz. A veces con medición incidente de la luz, a veces con medición parcial, comprobando el contraste de la escena, con la medición reflejada en un ángulo de 5º. Se me olvidaba decirlo, en todo momento el índice de exposición ha sido coincidente con la sensibilidad nominal de la película, ISO 100.

Como revelador, he usado el Kodak TMax Developer, del que disponía de una cierta cantidad, que es el revelador desarrollado por Kodak para películas de grano tabular. Lo usé a la dilución recomendada 1+4, durante 7 minutos a 20 ºC. Treinta segundos de inversiones continuadas de forma inicial y cuatro inversiones cada minuto hasta el final del revelado. Nunca hago las inversiones con excesiva energía. Soy más bien calmado. Me dicen, aunque desconozco las fórmulas químicas de ambos, que el TMax Developer es similar al DD-X de Ilford, que es el revelador recomendado por la marca británica para estas películas.

Qué conclusiones puedo sacar. Pues que me he sentido muy cómodo con esta película. Los negativos, salvo los estropeados por la filtración de luz, tenían un aspecto estupendo, con sombras con detalle y con luces sin bloquear. Hay que decir que las condiciones de luz fueron de luz radiante, en horas centrales de día. Y en las escenas había desde extensiones de nieve iluminadas por el sol, hasta algún bosque de coníferas de hojas perennes muy oscuras. Sin mayores problemas, todo quedó integrado en la escena sin pérdida de información por ninguno de los extremos.

La película tiene una muy buena estabilidad dimensional y se mantiene plana en el soporte del escáner sin problemas, lo que colabora a una buena nitidez final. Dejados a la exposición automática del programa de escaneado, ya hubieran tenido los archivos resultantes un buen aspecto. No obstante, digitalicé en archivos Tiff de 16 bits, agustando los negros y los blancos extremos de modo que se consiguiese el mayor rango dinámico posible en los tonos. No fue problemático. Luego tuve que hacer algún ajustes, nada intempestivos, con el contraste para dejar las imágenes como las percibí en el momento de la toma. Como ya había previsto, aun sin el filtro amarillo, los cielos azules se mantuvieron en tonalidades medias sin ningún problema. De haber habido nubes en el cielo, estas hubieran quedado perfectamente separadas. Pero no las hubo.

He de decir que quedé muy satisfecho. Y en esos momentos, practicamente puedo decir que esta película se va a convertir en mi película de grano fino de elección. Quizá para el uso con cámaras antiguas, más imprecisas, igual use alguna película de grano cúbico tradicional, quizá la Ilford FP4 Plus, que puede perdonar un poco más posibles errores en la exposición, pero ahí está. Comparada con la Fujifilm Acros, que es la que más me gustaba hasta ahora, la principal ventaja que encuentro en la japonesa es la ausencia de error en la ley de la reciprocidad para exposiciones largas. Pero aparte de eso, creo que la Delta 100 es mi favorita. Tengo la sensación de que ya lo fue en tiempos, he estado revisando las películas que usaba a mediados de los noventa y ahí está muy presente, y lo volverá a ser. La única pega real que encuentro... que es más cara que otras. Pero es un producto de muy buena calidad.

Recientemente, a través de Twitter, Ilford Photo hizo una petición de exponer en este medio fotografías de paisaje realizadas con sus materiales etiquetándolas de una determinada manera, y la fotografía que está sobre estas líneas fue seleccionado para un pequeño artículo en su blog oficial (Friday Favourites #landscapes), como ejemplos de uso de película Ilford en paisaje. De las cinco fotografías publicadas, en una no consta la película utilizada, de las otras cuatro dos están realizadas con Ilford Delta 100 y otras dos con Ilford Pan F+. Esta última, una película de ISO 50. Lo cual da una idea de la adecuación de estas películas a este propósito.