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Ilford FP4 Plus 125 a IE 400 - En Fujifilm GS645S Wide60

Sigo con mi serie de rollos de Ilford FP4 Plus 125 expuesto a un índice de exposición IE 400, y con la modificación correspondiente del revelado para acomodar los tonos de la imagen a los casi dos pasos de subexposición a los que sometemos a la película. En esta serie, ya probé esta solución con una Hasselblad 500CM, formato medio, y con una Pentax MX, formato pequeño, con buenos resultados en ambos casos. Hoy volveré al formato medio, utilizando una Fujifilm GS645S Wide60, utilizando su fotómetro integrado en lugar de un fotómetro de mano, como hice con la Hasselblad.

Recordamos el motivo de esta serie de rollos. Las películas fotográficas en blanco y negro más fácilmente accesibles en mi ciudad, en comercios locales, sin necesidad de tirar de pedidos por internet, son las Ilford. FP4 Plus 125, HP5 Plus 400, entre las tradicionales. XP2 Super 400, en tecnología cromogénica y revelado C41. Todas ellas, cada una con su carácter, muy distinto entre ellas, da buenos resultados. Pero frente a lo que muchos me cuentan, la HP5 Plus 400 no la encuentro muy polivalente. En situaciones de bajo contraste, me quedan unos negativos demasiado planos para mi gusto. Por ello, y viendo las experiencias de otra gente, estoy probando la FP4 Plus a IE 400, lo cual garantiza un resultado más contrastado, en una película que de por sí, a su sensibilidad nominal, es más contrastada que la HP5 Plus. La cuestión es no perder, al menos en exceso, los detalles en los tonos más oscuros de la imagen.

Vamos a los resultados con formato medio. La experiencia con la Hasselblad me dijo que el aumento del grano en estos tamaños de negativo no es especialmente llamativo y con ampliaciones de la imagen pasa casi desapercibido. Pero el día que hice la prueba, había un sol radiante, y en algunas zonas de la ciudad las sombras eran muy profundas. En algunos negativos, no en todos, perdí detalle en las sombras. Medí la luz con un fotómetro de mano, un Gossen Digisix. El pasado domingo amaneció con niebla. Pero no siendo un día frío, esta tendió a disiparse, no del todo y no de forma uniforme, a partir del mediodía. El contraste de las escenas a fotografiar fue durante toda la mañana mucho más contenido que el día de la escena, incluso cuando salió el sol, matizado por la bruma residual. Al principio de la mañana, con la niebla, el contraste era muy bajo.

Utilicé para medir la luz el fotómetro integrado de la cámara, que siempre he encontrado fiable y fácil de usar. Familiarizado con él, una vez analizada la escena, no me cuesta mucho saber qué correcciones he de introducir a la medición propuesta. Revelé con Kodak HC-110, con una dilución C, 1+19. Habiéndome preguntado alguien qué significan las cifras, diré que se trata de cantidades en volumen. Por cada 10 mililitros del jarabe concentrado del revelador, añado 190 mililitros de agua. Como revelé más de un rollo, ya os contaré, usé 800 mililitros de solución final. Así que fueron 40 ml de HC-110 y el resto hasta completar, agua. La propuesta de tiempo y temperatura de revelado era de 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC. Como así, de entrada, me encontré con una temperatura de 22 ºC, tiré de tabla correctora/calculadora de tiempos, y usé un tiempo de revelado de 7 minutos y 30 segundos a esa temperatura. Puede que aumentara algo el grano, y quizá el contraste, pero no de forma extraordinariamente llamativa. Y andaba con el tiempo algo justo.

Los resultados fueron bastante buenos. Ningún negativo sobreexpuesto ni subexpuesto, ninguna sombra bloqueada. Y desde luego, ninguna luz empastada, claro. Difícil subexponiendo la película casi dos pasos. Los negativos fueron digitalizados con la pequeña Panasonic Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS con una resolución de 20 megapíxeles. En el procesado de las imágenes me limité a ajustar el punto blanco y el negro en todas las fotografías, y en alguna de las que estaban menos contrastadas por la niebla, ajustar un poquito el punto medio. Sin más manipulación. El tono cálido viene de que, al invertir el archivo RAW que tenía originalmente una tonalidad algo fría, quedó así. Me gustó, y no lo toqué. Como digo, mínima manipulación.

Las fotografías que más "miedo" me daban por el contraste de la escena fueron la de la fila de árboles a contraluz y la del paso subterráneo bajo la autopista. A simple vista, ambas pintaban muy contrastadas, y no sabía como respondería la película. Pero como se puede observar, quedaron bien. La de los árboles, hay una zona en la niebla iluminada por el sol, a la izquierda de los árboles, que estaría potencialmente empastada. Pero como de todas formas carecía de textura en esos momentos, no tiene mayor importancia. Sigo valorando positivamente esta combinación de película, índice de exposición y revelado.

Leica M2 + Zeiss Planar 50/2 ZM con Kodak Portra 160 para pasear en octubre

Poco antes de mi viaje a Oporto a finales de septiembre, tuve la intención de dedicar una tarde a la fotografía de paisaje con película tradicional. En aquellos momentos, los confinamientos perimetrales se veían lejanos. Incluso, la evolución de la curva epidémica en Zaragoza y Aragón invitaba al optimismo, tras el complicado verano por el repunte en julio. Así que, dispuesto a ello, cargué mi Leica M2 con un rollo de Kodak Portra 160. Mi intención era tener un punto de comparación con los resultados que ofrece la Kodak Ektar 100, más habitual en la fotografía de paisaje. Y pensaba usar dos objetivos; el Voigtländer Snapshot-Skopar 25/4 y el Summicron 35/2 ASPH de Leica. Pero aquella actividad se frustró por motivos totalmente ajenos a la epidemia de covid-19... llegó el viaje a Oporto y... nos plantamos en octubre.

Un día de octubre, después de dedicar unos días a probar la Ilford FP4 Plus 125 expuesta a un índice de exposición 400, me encontré con la Leica M2 cargada con un rollo de película en color. Y, además... mi mala cabeza hizo acto de presencia. Había olvidado mis intenciones iniciales, había olvidado que la película era Portra 160, y estaba convencido de que se trataba de un rollo de Kodak Portra 400. Que habitualmente utilizo expuesta a un índice de exposición de 200, para un grano más fino y unos colores más sutiles. A la cámara le calcé el Zeiss Planar 50/2 ZM, uno de los objetivos que más me gustan por la contrastada y nítida imagen que produce, y la eche en la mochila cotidiana para ir haciendo fotos cuando surgiera la ocasión mientras caminaba por un motivo u otro por la ciudad durante el mes de octubre.

Tras mi regreso de Andalucía, con una situación epidémica mucho más desfavorable que la imaginada en septiembre (¡vivan las (no) fiestas del Pilar!), terminé las exposiciones que me quedaban en la cámara... y procedí a extraer el rollo para mandarlo a revelar al mismo tiempo que los negativos de Ilford XP2 Super 400 que me había traído del sur de España. Y, ¡oh, sorpresa!... no era Portra 400, era Portra 160, y de repente me vino a la memoria toda la historia que he contado en el primer párrafo de esta entrada.

Me tome unos minutos para tomar una decisión. Había expuesto la película midiendo la luz con el Gossen Digisix ajustado a IE 200, lo cual hace que, de promedio, los negativos estuviesen subexpuestos 1/3 de paso. Que no es mucho. Pero la Portra 160 es una película con la que hay que ser fino en la medición. No tiene la misma latitud que otras películas en color. O eso aseguran. Existía la posibilidad de solicitar un revelado forzado en el laboratorio, aumentando el tiempo de revelado... pero tenía la sensación de que podía ser excesivo. Por otra parte, la precisión de la cámara y el objetivo...

La cámara tiene un ajuste de velocidades de exposición que salta con pasos enteros de exposición. Es una escala en la que cada velocidad es la mitad que la anterior. El Planar, sin embargo, frente a otros objetivos manuales de antaño que tienen una precisión de medio paso, con valores intermedios entre dos ajustes de diafragma, tiene ajustes con una precisión de un tercio de paso... lo cual hace más fácil, respecto a otros sistemas que efectivamente tuviera esa subexposición de forma constante. Cuando la precisión es menor de un tercio, ajusto siempre al valor de diafragma o de velocidad más abierto o lento cuando uso película negativa, que aguanta muy bien esa pequeña sobreexposición, por lo que normalmente el error en el ajuste del fotómetro se vería compensado. En esta ocasión... Bah... decidí que el error era muy pequeño y que solicitaría un revelado normal. Confiaría en las bondades de las películas de la gama Portra de Kodak.

Finalmente, el resultado ha sido razonablemente bueno. Si uno se pone exquisito, quizá haya algún negativo, una clara minoría, en el que las sombras están excesivamente faltas de luz. Pero nada de importancia, y explicable por otras variaciones del proceso. El margen de error que uno tiene usando una cámara de 1961 y película negativa de error puede absorber sin problema el error sistemático introducido en la medición. Por lo demás, puesto que la mayor parte de las fotos entran en el ámbito del paisaje, aunque sea urbano o suburbano, la "comparación" con la Ektar 100... hasta cierto punto puede ser válida. Y no me disgusta el resultado. Aunque este sea menos vistoso que con la Ektar. En fin... continuará. En algún momento, volveré a cargar una Portra 160, pero esta vez sin confusiones.

Ilford FP4 Plus 125 a IE 400 - En Pentax MX

Hace unos días escribía en estas páginas sobre mis experiencias de utilizar la película Ilford FP4 Plus 125 expuesta con un índice de exposición (IE) 400 en lugar de su sensibilidad nominal, en formato medio sobre una Hasselblad 500CM. Hoy vamos a lo que sería la segunda parte de esa experiencia, utilizar la película en las mismas condiciones pero sobre una cámara de formato pequeño, 24 x 36 mm, una Pentax MX con un un objetivo SMC-M 28/3,5. Las motivaciones que me llevaron a buscar esta experiencia se explican en el artículo que he enlazado anteriormente, y consisten en ver si consigo unos resultados más convincentes para mis gustos estéticos y para mi práctica de proceso mixto fotoquímico-digital, que con la Ilford HP5 Plus 400.

Con el formato pequeño (uso la nomenclatura tradicional en película tradicional, frente al pretencioso full format de quienes han nacido a la fotografía en un mundo electrónico-digital), hay mayor riesgo de que el grano se vea muy presente. Bien porque sea inherente a la película utilizada, bien porque aparezca al aumentar los tiempos de revelado, bien por la necesidad de corregir el contraste tras la digitalización del negativo. Ese grano puede convenir en ocasiones... pero no en otras. Si en determinados reportajes o en determinados retratos la estructura de la emulsión juega a favor del expresionismo de la fotografía, en paisajes, en arquitectura o en otras situaciones, donde precisemos conservar el detalle de la imagen, juega en contra. Cuando me voy de viaje, por peso y comodidad uso el formato pequeño, pero me gusta recoger el detalle de la imagen.

Durante unos días, después de volver del viaje a Oporto donde usé Ilford HP5 Plus y cuyos resultados me dejaron mohíno, cargué una Pentax MX con un rollo de Ilford FP4 Plus 125, ajusté el fotómetro a IE 400, y le calcé el SMC-M 28/3,5. Un objetivo muy modesto en sus pretensiones aparentes, pero que es ligero, y muy honesto en sus resultados. Muy agradable de usar. Especialmente por la agilidad del preenfoque a la hiperfocal, o a la distancia que se prefiera, a f/8 o f/11 y la rapidez en la operación limitándote a prever de antemano los parámetros de exposición. De este modo, prácticamente sólo te tienes que preocupar de encuadrar correctamente y de disparar en el momento adecuado. 

Como ya comentaba en el artículo anterior, lo que buscaba era comprobar el comportamiento en situaciones de luz "modorra". Nublados o seminublados, con bajo contraste en la escena, donde tanto el aumento de sensibilidad, por la menor luminosidad de la escena, como el mayor contraste que aporta la prolongación del revelado vienen bien. Y lo cierto es que en los primeros días de octubre, en Zaragoza, aparecieron varios días así. Días con sol velado o nublados ligeros. He de decir que los resultados con la HP5 Plus 400 con sol radiante en Portugal fueron muy buenos. Como luego no hay que ajustar mucho el contraste tras digitalizar, se controla el grano mejor, y la amplia dinámica de la película hace que haya una buena gama tonal. En la prueba que hice con la FP4 Plus 125 a IE 400 con la Hasselblad, en la que había escenas con fuerte contraste, ya advertí de la necesidad de proteger las sombras para evitar que se bloqueen.

Revelado en el mismo tambor que el rollo de formato medio del que ya os hablé en Kodak HC-110, dilución C (1 + 19), durante 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC, y digitalizado con la Panasonic Lumix G9 en modo de alta resolución moderado, para un resultado final de archivos digitales de entre 25 y 30 megapíxeles. No ajusté mucho el encuadre. Preferí garantizar con cuidado que los negativos estuvieran perfectamente paralelos al sensor de la cámara y que la nitidez fuera la mayor posible. La película se reveló sin problemas, manifestando a simple inspección visual unos negativo mucho más contrastados que los recientes de la Ilford HP5 Plus 400, pero que se digitalizaban sin problemas porque la gama tonal está bastante por debajo todavía que la dinámica del sensor de la Lumix G9.

Los resultados fueron bastante buenos. Y esta vez, sin peros. Las imágenes quedaron nítidas. Perfectamente enfocadas; un angular como el 28 mm y con la amplia profundidad de campo ayuda. Es muchísimo menos crítico que el 80 mm en la Hasselblad. El grano mucho menos aparente que en la HP5 Plus 400 que me traje de Portugal. Hasta un punto que me sorprendió. La gama tonal amplia con un buen contraste, pero sin excesos, muy controlable. Ninguna sombra bloqueada, ninguna luz empastada. Más sencilla de ajustar en el proceso digital que con la HP5 Plus. Lo cual ayuda a mantener a raya el grano, que aumenta con los ajustes digitales intempestivos. 

Voy a seguir usando la Ilford FP4 Plus 125 en estas condiciones una temporada para terminar de familiarizme con ella en distintas situaciones. Es posible que el próximo rollo lo ponga en la Olympus Pen F, con la mitad de tamaño, para probar sus límites. También lo quiero usar con la Fujifilm GS645S Wide60, donde auguro buenos resultados, por la flexibilidad que ofrece el formato medio. Y no descarto colocar algún rollo en alguna estenopeica, a la que un aumento del contraste le sentará bien, sin que el grano, sobre un negativo de 6 x 9 cm sea un problema. os iré contando.

Ilford FP4 Plus 125 a IE 400 - En Hasselblad 500CM

Cuando terminaba el confinamiento por la epidemia de Covid-19 en mayo, y empezaron a permitir paseos a determinadas horas del día, una mañana, de madrugada, salí a pasear con la Hasselblad 500CM y un rollo de Ilford FP4 Plus 125 expuesta a un índice de exposición de 400. Casi dos puntos de subexposición, con el aumento en el tiempo de revelado adecuado para resituar los tonos de gris en sus lugares adecuados. No me disgustó la experiencia, pero en aquel momento no pasó de una curiosidad, que me despertó algunas inquietudes, pero no fue más allá.

Hace unas semanas regresé de mi viaje de vacaciones por Portugal. También me llevé una cámara con película en blanco y negro. Pero en lugar de llevar la Ilford XP2 Super 400, que es mi opción habitual en los viajes, me llevé Ilford HP5 Plus 400, de la cual disponía en abundancia. Pero sinceramente, no acabé muy satisfecho con los resultados. Salvo en situaciones con abundante luz solar y escenas contrastadas, la mayor parte de las fotos me resultaban muy apagadas, con contraste excesivamente bajos, y sin que resaltasen los motivos principales de la imagen. Se puede achacar a mi incapacidad para seleccionarlos y encuadrarlos adecuadamente, sin duda. Pero también me atrevería a decir que la HP5 Plus tiene una curva tonal excesivamente plana en ocasiones. La corrección del contraste en el procesado digital tras escanear el negativo, llevaba a un aumento del grano excesivo para mi gusto.

Si unes las dos experiencias, empiezas a pensar. Igual conviene, para alcanzar el rendimiento tonal que yo imagino o quiero, usar otra película y otras situaciones. Hablaré de películas convencionales en blanco y negro, y no de la XP2 Super 400, que se revela en el proceso C-41 propio de las películas cromogénicas. No por nada, muchos fotógrafos gustan de la Kodak Tri-X 400, por el contraste que ofrece. Sin embargo, en estos momentos es una película cara, que tengo que conseguir a través de internet sumando a su precio los del transporte, y con la que no me llevo bien al digitalizarla, por la falta de estabilidad dimensional que he experimentado con ella. Se curva y se retuerce como una condenada, aumentando las posibilidades de que se contaminen con polvo, y causando problemas de nitidez por la falta de planeidad sobre los portanegativos.

Así que decidí que había que volver a experimentar con la Ilford FP4 Plus 125 expuesta a un índice de exposición de 400. La película se maneja muy bien, se digitaliza muy bien, es más contrastada que la HP5 Plus 400, más si aumentamos el tiempo de revelado, la encuentro fácilmente en comercios físicos de Zaragoza y a precios mucho más razonables que los de la película de Kodak. Y existe mucha experiencia en el mundo en su revelado, sabiendo que se revela bien con cualquier revelador de los más populares y con buenos resultados generales. Las nuevas experiencias tienen dos partes. Una mañana de domingo con la Hasselblad 500 CM, saliese como saliese de sol y de iluminación, y varios días llevándola encima con una Pentax MX, haciendo fotografías cuando las condiciones de luz ofrecieran escenas con un contraste bajo.

Hoy os presento las experiencia con la Hasselblad 500CM. Armada con el objetivo Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF. Le puse un respaldo A16S, que ofrece 16 fotogramas de 41 x 41 mm en lugar de los habituales 12 fotogramas de 55 x 55 mm. El motivo principal es que así el resultado era más exigente con el grano de la película. Al ampliar más... el grano resulta más aparente. Es fácil apreciar un grano bajo o contenido con un negativo muy grande,... pero cuando el negativo es más pequeño... la cosa cambia. Y además me permitía hacer cuatro fotos más en ese paseo mañanero de domingo.

Revelado como de costumbre en Kodak HC-110, en dilución C (1 + 19), durante 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC, y digitalizado con la Panasonic Lumix G9 en modo de alta resolución moderado, para un resultado final de archivos digitales de entre 25 y 30 megapíxeles. No ajusté mucho el encuadre. Preferí garantizar con cuidado que los negativos estuvieran perfectamente paralelos al sensor de la cámara y que la nitidez fuera la mayor posible. La película se reveló sin problemas, manifestando a simple inspección visual unos negativo mucho más contrastados que los recientes de la Ilford HP5 Plus 400, pero que se digitalizaban sin problemas porque la gama tonal está bastante por debajo todavía que la dinámica del sensor de la Lumix G9.

Los resultados fueron bastante buenos con algún pero. Las imágenes quedaron nítidas, salvo algún fotograma con algún error en el enfoque. Mi vista ya no es lo que era. El grano prácticamente inaparente. Muy muy muy por debajo del que ofrece la HP5 Plus expuesta al mismo índice de exposición. La gama tonal amplia y contrastada, pero sin excesos. Más sencilla de ajustar en el proceso digital que con la HP5 Plus. Lo cual ayuda a mantener a raya el grano, que aumenta con los ajustes digitales intempestivos. Y el pero está en que alguna sombra me quedó bloqueada. La medición de la luz la hice con el pequeño Gossen Digisix, tanto en modo luz incidente como luz reflejada según las escenas. En la mayor parte de los casos, esas sombras bloqueadas no invalidaban la foto, pero queda claro que en una mañana soleada, cuando la escena incluye áreas iluminadas por el sol y sombras profundas, hay que tener cuidado en proteger estas últimas. No está mal, pero hay que obtener más información. Veremos que pasa con los resultados obtenido con la Pentax MX. Pero eso os lo cuento la semana que viene.

En Oporto (y más) con Pentax MX + Ilford HP5 Plus 400

En la segunda quincena de septiembre he tenido la oportunidad de disfrutar de la segunda mitad de mis vacaciones reglamentarias. Hoy estoy todavía de vacaciones, mi último día. Y de la misma forma que en agosto tuve que improvisar un viaje, a la isla de la Palma en Canarias, en esta ocasión improvisé cuatro días antes de salir un viaje, una estancia en Oporto, Portugal, de seis noches. Lo suficiente para visitar a fondo la bella ciudad portuguesa en el estuario del Duero y visitar algunas otras, a tiro de tren de cercanías o regional, como Guimaraes o Aveiro... o alguna otra. No hubo otra, las tres mencionadas.

Fotográficamente, el planteamiento inicial fue similar al que hice para la isla de la Palma. Un equipo digital principal y una cámara con película en blanco y negro como secundaria. En ámbitos fundamentalmente urbanos me gusta viajar ligero y con una bolsa o mochila discreta. Por ello, opté por la Panasonic Lumix GX9 con dos ópticas fijas, el Leica DG Sumilux 15/1,7 ASPH y el Olympus M.Zuiko Digital 45/1,8, así como el objetivo de focal variable supercompacto Lumix G Vario 12-32/3,5-5,6 ASPH. El conjunto ocupa muy poquito y es ligero. Como cámara con película negativa en blanco y negro me volví a llevar la Pentax MX y el SMC-M 50/1,4. Pero añadí un objetivo angular, el SMC-M 28/3,5, y en lugar de Ilford XP2 Super 400 opté por seis rollos de Ilford HP5 Plus 400. Para viajar prefiero la XP2,... pero como todo fue muy improvisado y repentino, no tuve tiempo de aprovisionarme de suficiente cantidad de película de este tipo. Así que cogí la que tenía. Luego veremos los inconvenientes de la HP5 Plus que, por otra parte, es una excelente película.

Pero cuando llevaba ya varios días de viaje, en Aveiro, me sucedió la desgracia. A la hora de tomar un autobús en esta ciudad portuguesa para dirigirme a ver las casas pintadas de Costa Nova y la Praia da Barra, todo ello en la ría de Aveiro, me hice un lío con el móvil, la mochila, la mascarilla obligatoria en los transportes públicos y la Lumix GX9 y esta última, con el 15 mm, se quedó olvidada en el banco de la parada del autobús. Y ya no la he vuelto a ver. Ni a la cámara con el objetivo, ni las muchas fotos de Oporto y Guimaraes que llevaba en su tarjeta de memoria. Así que la cámara "secundaria", la Pentax MX, se convirtió en principal. Y el último día de viaje efectivo, en lugar de hacer una excursión a algún otro sitio, me quedé en Oporto, "recuperando" algunas fotos entre la MX y el iPhone 7, que se convirtió en mi segunda cámara.

Centrémonos en la experiencia de fotografía con la Pentax MX y la HP5 Plus. Además de los dos objetivos, 28 mm y 50 mm, me llevé tres filtros. Un Hoya gris neutro de 6 pasos de disminución de la luminosidad, y dos Heliopan, uno amarillo nº 8 y otro rojo nº 25. Sólo he usado los dos últimos. El amarillo casi siempre. El rojo, en ocasiones.

La película Ilford HP5 Plus 400 la expuse a un índice de exposición de 320, y la revelé en Kodak HC-110 con los tiempos recomendados para un IE de 400. El primer lote de cuatro películas, con el agua corriendo a 21 ºC, durante 6 minutos y 45 segundos, con una dilución E (1+47). El segundo lote de dos películas, con el agua corriendo a 20 ºC, durante 7 minutos y 30 segundos, a la misma dilución. No hay diferencias apreciables en el resultado final entre los dos lotes de revelado.

Siempre he presumido de que la Pentax MX tiene un fotómetro muy competente a la hora de utilizarlo para mediar la luz. Sin embargo, la impresión general es que la mayoría de los negativos están subexpuestos. Es una impresión que tuve durante el viaje. Si aplicabas la famosa regla del "tiempo soleado, f/16 y velocidad de obturación la inversa del índice de exposición", parecía que siempre me daba un paso de subexposición. Pero como nunca había tenido problemas de exposición con la cámara, seguí haciendo caso a las indicaciones del fotómetro. Sólo durante mi visita a Aveiro decidí usar el fotómetro de mano Gossen Digisix que había echado en la mochila. Es muy pequeñito y ligero. Y competente, tanto para medir luz incidente como reflejada. Si sabes como medir, claro. Desgraciadamente, la batería del fotómetro murió, y seguí confiando, durante el día restante, en el de la cámara.

Me pregunto si el fotómetro de la cámara se ve muy afectado por el color de los filtros y por ello da una información que induce una subexposición en el negativo. No lo sé. Tendré que hacer pruebas. El filtro amarillo tiene un factor de pérdida de luz de ⅔ de paso y el filtro amarillo de 3 pasos. Un paso supone doblar el tiempo de exposición o abrir un paso de diafragma. ⅔ de paso es aproximadamente multiplicar el tiempo de exposición por 1,5 lo cual no se puede hacer con la Pentax MX que tiene una escala de velocidades de obturación de pasos enteros, o abrir medio paso el diafragma, que es una aproximación razonable. Estos sí se puede hacer en los objetivos SMC-M de Pentax. 3 pasos es multiplicar por ocho el tiempo de exposición o abrir tres pasos de diafragma. Salvo en alguna fotografía de interiores, o cuando usaba el filtro rojo, siempre he llevado puesto el filtro amarillo.

Me diréis, y en la isla de la Palma, donde también fuiste con la Pentax MX... no hubo subexposición. Pues la cosa está en que la Ilford XP2 Super 400 siempre la expongo a IE 200 o IE 100, depende de la luz que haya, para obtener un grano más fino. Y del laboratorio donde la revelaron, me dijeron que todo estaba bien. Pero no he recibido todavía de vuelta los negativos. En cualquier caso, la Ilford HP5 Plus 400 tiene dos características importantes. Una, es que tiene una latitud de exposición muy amplia. No sé de cuantos pasos exactamente, pero muy amplia. Dos, que tiene una curva característica con una pendiente muy suave, es decir, que es muy poco contrastada. Eso hace que estos errores de exposición se los meriende sin problemas, y no tenga problemas de pérdida de información en las sombras. El principal efecto secundario es que el grano es algo más marcado que si estuvieran correctamente expuestos.

En general, los resultados son buenos, dadas las circunstancias explicadas. Aunque el rendimiento ofrecido depende un poco de los gustos de cada cual. Es curioso que siendo una película de ISO 400, la HP5 Plus 400 se luzca en las horas centrales del día soleado, en la que su suave contraste ayuda a matizar el fuerte contaste de la luz natural. Sin embargo, en tiempo nublado y luz muy suave, los resultados quedan un poco apagados para mi gusto. En un proceso mixto, químico-digital, la corrección del contraste en el procesado digital lleva a un aumento de la visibilidad del grano. Así pues, prefiero para los viajes, cuando no puedo seleccionar con antelación la película que usaré en cada momento, la XP2 Super 400, que me da un contraste mayor y unas fotos más vistosas. Es cierto que en horas centrales del día con abundante luz de sol y sombras profundas puede estar en sus límites... pero en general, prefiero sus resultados generales.

Y esto es lo que os tenía que contar sobre este viaje y esta experiencia fotográfica.