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Kodak Portra 160 en Leica M2... con un error

De la gama de películas Kodak Portra, la de menos sensibilidad, la Kodak Portra 160 es con la que menos familiarizado estoy. La he utilizado ocasionalmente, siempre con algunas cámara réflex con un sistema de medición fiable, puesto que siempre he leído que es más exigente que su hermana de ISO 400 en lo que se refiere a la precisión en la medición. Pero tenía algún rollo por casa, y hacía tiempo que no usaba la Leica M2. Lo cual coincidía con el hecho de que tenía sobre la mesa la oferta de usar una Leica M6 de la que os hablé hace poco.

Pero cometí un error notable. Cargué la película hacia principios del mes de febrero, hice alguna foto con ella, pero luego la aparqué a un lado con otras cosas. Y cuando la volví a retomar... había olvidado qué película iba en su interior. Y por algún motivo estaba convencido de que era una Kodak Portra 400 que había ajustado a un índice de exposición de 200.

Y en ello estuve. Haciendo unas cuantas fotos con la Leica M2, con el fotómetro de mano, el Gossen Digisix ajustado a IE 200, con el Zeiss Planar 50/2 ZM como óptica principal, aunque también usé el Leica Elmar-C 90/4 en algunas de las últimas fotografías, convencido en que todo iba a quedar bien. Cuando estaba haciendo como promedio una subexposición de un tercio de paso. Poca cosa diréis.

Ayer me llegó revelado el rollo... y no estoy muy satisfecho. Es cierto que por distintos motivos no he podido valorarlo con el detalle que esperaba. Pero del laboratorio ya me advierten en el correo de remisión que algunos fotogramas están subexpuestos, y que por lo tanto, en esos, no puedo esperar la misma calidad en los colores y aparece mayor nivel de grano en las sombras. Igual modifico más adelante mis impresiones... pero no he acabado excesivamente satisfecho.

Leica M2 + Zeiss Planar 50/2 ZM con Kodak Portra 160 para pasear en octubre

Poco antes de mi viaje a Oporto a finales de septiembre, tuve la intención de dedicar una tarde a la fotografía de paisaje con película tradicional. En aquellos momentos, los confinamientos perimetrales se veían lejanos. Incluso, la evolución de la curva epidémica en Zaragoza y Aragón invitaba al optimismo, tras el complicado verano por el repunte en julio. Así que, dispuesto a ello, cargué mi Leica M2 con un rollo de Kodak Portra 160. Mi intención era tener un punto de comparación con los resultados que ofrece la Kodak Ektar 100, más habitual en la fotografía de paisaje. Y pensaba usar dos objetivos; el Voigtländer Snapshot-Skopar 25/4 y el Summicron 35/2 ASPH de Leica. Pero aquella actividad se frustró por motivos totalmente ajenos a la epidemia de covid-19... llegó el viaje a Oporto y... nos plantamos en octubre.

Un día de octubre, después de dedicar unos días a probar la Ilford FP4 Plus 125 expuesta a un índice de exposición 400, me encontré con la Leica M2 cargada con un rollo de película en color. Y, además... mi mala cabeza hizo acto de presencia. Había olvidado mis intenciones iniciales, había olvidado que la película era Portra 160, y estaba convencido de que se trataba de un rollo de Kodak Portra 400. Que habitualmente utilizo expuesta a un índice de exposición de 200, para un grano más fino y unos colores más sutiles. A la cámara le calcé el Zeiss Planar 50/2 ZM, uno de los objetivos que más me gustan por la contrastada y nítida imagen que produce, y la eche en la mochila cotidiana para ir haciendo fotos cuando surgiera la ocasión mientras caminaba por un motivo u otro por la ciudad durante el mes de octubre.

Tras mi regreso de Andalucía, con una situación epidémica mucho más desfavorable que la imaginada en septiembre (¡vivan las (no) fiestas del Pilar!), terminé las exposiciones que me quedaban en la cámara... y procedí a extraer el rollo para mandarlo a revelar al mismo tiempo que los negativos de Ilford XP2 Super 400 que me había traído del sur de España. Y, ¡oh, sorpresa!... no era Portra 400, era Portra 160, y de repente me vino a la memoria toda la historia que he contado en el primer párrafo de esta entrada.

Me tome unos minutos para tomar una decisión. Había expuesto la película midiendo la luz con el Gossen Digisix ajustado a IE 200, lo cual hace que, de promedio, los negativos estuviesen subexpuestos 1/3 de paso. Que no es mucho. Pero la Portra 160 es una película con la que hay que ser fino en la medición. No tiene la misma latitud que otras películas en color. O eso aseguran. Existía la posibilidad de solicitar un revelado forzado en el laboratorio, aumentando el tiempo de revelado... pero tenía la sensación de que podía ser excesivo. Por otra parte, la precisión de la cámara y el objetivo...

La cámara tiene un ajuste de velocidades de exposición que salta con pasos enteros de exposición. Es una escala en la que cada velocidad es la mitad que la anterior. El Planar, sin embargo, frente a otros objetivos manuales de antaño que tienen una precisión de medio paso, con valores intermedios entre dos ajustes de diafragma, tiene ajustes con una precisión de un tercio de paso... lo cual hace más fácil, respecto a otros sistemas que efectivamente tuviera esa subexposición de forma constante. Cuando la precisión es menor de un tercio, ajusto siempre al valor de diafragma o de velocidad más abierto o lento cuando uso película negativa, que aguanta muy bien esa pequeña sobreexposición, por lo que normalmente el error en el ajuste del fotómetro se vería compensado. En esta ocasión... Bah... decidí que el error era muy pequeño y que solicitaría un revelado normal. Confiaría en las bondades de las películas de la gama Portra de Kodak.

Finalmente, el resultado ha sido razonablemente bueno. Si uno se pone exquisito, quizá haya algún negativo, una clara minoría, en el que las sombras están excesivamente faltas de luz. Pero nada de importancia, y explicable por otras variaciones del proceso. El margen de error que uno tiene usando una cámara de 1961 y película negativa de error puede absorber sin problema el error sistemático introducido en la medición. Por lo demás, puesto que la mayor parte de las fotos entran en el ámbito del paisaje, aunque sea urbano o suburbano, la "comparación" con la Ektar 100... hasta cierto punto puede ser válida. Y no me disgusta el resultado. Aunque este sea menos vistoso que con la Ektar. En fin... continuará. En algún momento, volveré a cargar una Portra 160, pero esta vez sin confusiones.