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Olympus Trip 35 con filtro rojo - Ilford FP4 Plus 125

La semana pasada os hablaba de cómo había funcionado la Olympus Trip 35, que se está convirtiendo poco a poco en una de mis cámaras favoritas, a pesar de su tremenda sencillez conceptual, cuando le pones un filtro de color amarillo para mejorar el contraste de las fotografías con película en blanco y negro. Y la cosa fue bien. Realmente bien. Quedé muy contento con los resultados y con el funcionamiento de la cámara y su fotómetro, que determina la exposición automática, aun poniéndole el filtro delante.

Cuando volví de Andalucía, y con todavía unos días de tiempo benigno en noviembre antes de que llegaran los fríos que hemos venido sufriendo los últimos días, aunque a un nivel muy inferior a los de otros lugares de la península, decidí seguir con las pruebas con los filtros y le puse a la cámara un filtro rojo; un Heliopan Rot 25, con una pérdida de luminosidad de unos tres pasos o valores de exposición. La marca Heliopan es una marca alemana, que utiliza vidrios Schott, una empresa perteneciente íntegramente a Zeiss, y que tiene una calidad bastante buena, aunque con unos precios en los filtros no tan elevados como otras marcas de prestigio. El filtro amarillo también fue un Heliopan Gelb 8.

Y a partir de ahora... mis malas decisiones en esta prueba. Porque ya adelanto que las fotos no quedaron tan bien como podían haber quedado por culpa de mi pereza y mis malas decisiones. Y es que a la cámara le puse un rollo de Ilford FP4 Plus expuesto a su sensibilidad nominal ISO 125. Si tenemos en cuenta los tres valores de exposición que se pierden con el filtro rojo, es como si estuviésemos usando la cámara con una película ISO 13, sin filtro alguno. ISO 13 es muy poquito, para una cámara que expone automáticamente, con sólo dos valores de velocidad de obturación 1/200 s y 1/40 s, y tendencia a conservar la velocidad más elevada posible para evitar trepidaciones. Es decir, que abre el diafragma lo que haga falta, hasta f2,8. Aplicando la regla "soleado f16", a pleno sol en horas centrales del día, las posibles exposiciones serían f8 - 1/40 s o f4 - 1/200 s. Casi con toda seguridad por este conservadurismo, f4 y una velocidad de obturación de 1/200 s.

A pleno sol tenemos estamos manejando una apertura que para le formato de 24 x 36 mm tiene una profundidad de campo bastante limitada. Pero es que estamos en noviembre. Y si te pones a hacer fotos a la caída de la tarde, o en situaciones con menos luz que a pleno sol, lo más probable es que estés fotografiando constantemente a f2,8. Con muy poquita profundidad de campo. Si estás enfocando por estimación, utilizando los pictogramas de ayuda de la cámara, y se te ha ido de la mente que todo este razonamiento que acabo de hacer es una realidad... la probabilidad de que la nitidez de las fotos se resienta por enfoque impreciso es muy alta. Y así ha sido. He tenido bastantes fotos con una nitidez baja.

La película la revelé en Kodak HC-110 dilución C (1+19), durante 5 minutos a 20 ºC, al mismo tiempo que un rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros. Este revelado es menos intenso que el que venía haciendo para la película de Ilford, que era de 5 minutos y 15 segundos a 21 ºC con la misma dilución. Pero es que he revisado bastantes de los rollos y he llegado a la conclusión de que ese tiempo, a esa concentración y con esa temperatura me estaba produciendo negativos excesivamente contrastados y densos. Ciertamente, el resultado con esta temperatura un grado por debajo y con algunos segundos menos, me ha proporcionado unos negativos con una densidad más adecuada.

Enseñanzas a sacar... Mejor no usar el filtro rojo con la Olympus Trip 35, nos limitaremos al amarillo. Y mejor usar películas de sensibilidad más elevada o con índices de exposición más elevados, para no estresar las limitaciones del programa de exposición incorporado en la cámara. Está bien construida. Es una delicia usarla. Su óptica tipo Tessar es muy nítida. Pero es una cámara de entrada, con limitaciones. Y no nos podemos olvidar de ese hecho si queremos tener fotografías adecuadas.

Nunca se me ha dado bien fotografiar con la Holga...

Lo que digo en el título de la entrada. Cuando hace unos años se anunció que se iban a dejar de fabricar las Holga, decidí comprar un par de ellas, antes de que los precios se pusieran por las nubes para unos chismes de plástico con una calidad global penosa, pero potencialmente útiles como herramientas creativas fotográficas. Así que me hice con una Holga 120N, que presenta algunas "mejoras" sobre el modelo original, para película de tipo 120 y formato de negativos 6x6, pero que básicamente comparte el "carácter" del mismo, y con una Holga 120WPC, una estenopeica panorámica que permite obtener negativos en formatos 6x9 y 6x12. Cuando hablo de que no se me dan bien estas cámaras hongkonesas me refiero a la 120N. Con la estenopeica he hecho alguna cosa curiosa. Pero intentaré explicarme un poco mejor en los siguientes párrafos.

Para empezar, aquella noticia, de finales de 2015 de que se acabaron las Holga, se debió a que Tokina decidió cesar la fabricación para terceros de este tipo de cámaras en su fábrica china. Pero para mediados de julio de 2017, se habían recuperado los moldes de las cámaras y accesorios y transferido la fabricación a otras fábricas. Sabemos que ya no se fabrica es la versión original de la cámara, la Holga 120S. Pero siguen fabricándose una variedad de modelos en torno al mismo concepto. Incluso con versiones para película de 35 mm y de tipo 110 para un formato subminiatura. Y luego está la circunstancia personal de que nunca he sabido sacarle partido a la cámara el adecuado partido. Nunca he sabido extraer su potencial creativo, asociado no a su calidad, sino a su carencia de calidad intrínseca. La baja nitidez de sus lentes de plástico, la escasa capacidad de intervención sobre los parámetros de exposición, el extremo viñeteo mecánico que presentan en ocasiones los fotogramas, el riesgo constante de que entren filtraciones de luz,... o simplemente de que se "desmonte" por su precario sistema de fijación la tapa trasera que protege la película. En fin... cosas.

Como ya he comentado varias veces, este verano, como excusa para desempolvar y dar vida a algunas de las cámaras y ópticas que tengo en la estantería, participo en la #CrappyCommieCameraParty, actividad impulsada en twitter por @ShittyChallenge. Como digo, una excusa como otra cualquiera, que eventualmente también me ha permitido entrar en contacto con un par de aficionados a la fotografía con película tradicional, cuyo ámbito de práctica de la fotografía es más amplio y con los que he podido intercambiar experiencias o impresiones. Ya doy por buena la participación en este rollete, que por lo demás es intrascendente. El caso es que la Holga, siendo una cámara fabricada en China, califica como cámara cutre de país comunista que sería la traducción para "crappy commie camera". Aunque dentro del concepto un país dos sistemas, Hong Kong formaría parte de la China "capitalista".

En estas estábamos cuando decidí salir a pasear una tarde con la Holga 120N y un rollo de Ilford FP4 Plus 125. Dado que la velocidad de obturación de la cámara se supone que es de alrededor de 1/100 segundo y que las dos posiciones de la apertura se suponen alrededor de f11 y f16, para una tarde soleada de verano, una película con una sensibilidad nominal ISO 125 está bien. Nunca se sabe exactamente cuales son las aperturas reales de las Holga. Se cuenta de que antes de 2009, las dos posiciones de la apertura correspondían a f8 y f11. Pero que por un defecto de fabricación, no había diferencias entre ambas posiciones, y la apertura efectiva sería f13. La mía es posterior y sí que observo diferencias entre ambas posiciones. Como en el frontal del objetivo se indica una apertura máxima f8, leo por ahí que debo asumir que las dos posiciones de la apertura de mi cámara correspondería a f10 y f13. Pero también hay quien afirma que en realidad, aunque se anuncian esos f8 y f11, las reales sería f13 y f19. No he conseguido aclararme. Una de las cosas que pretendía en este paseo es que, tomando notas de la medición que me proponía el Gossen Digisix en la mano, y de la posición a la que ajustaba la apertura de la cámara, hacer una estimación informada de la realidad de mi cámara. Pero no ha podido ser.

Y no ha podido ser porque no me acordaba de que la última vez que usé la cámara lo hice en la posición B del obturador. Es decir, cuando este permanece abierto todo el tiempo que está pulsado, sin que se cierre por un mecanismo de relojería, mecánico o electrónico, en las cámaras más "sofisticadas", o por el muelle de alambra que llevan las Holgas, y que proporciona la tensión para el retorno del obturador a su posición cerrada de forma automática tras aproximadamente 1/100 segundo de apertura. Por lo tanto, todas las fotos del rollo están hechas a un tiempo de obturación excesivo, que provocó que los negativos estuvieran muy sobreexpuestos y además algo o mucho trepidados. Esto se nota más o menos, según el negativo, con la consiguiente pérdida de nitidez. Que hay que sumar a la escasa nitidez del menisco de plástico que conforma el objetivo.

Tras comprobar que los negativos salieron negros del tambor de revelado, comprobé la incorrecta posición del obturador. Siempre me parto de risa cuando veo la pegatina del "passed" de control de calidad en la fabricación de la cámara.

Planifiqué un revelado en Kodak HC-110 en dilución 1+119, desatendido durante una hora, con muy escasa agitación, cinco inversiones del tambor al principio, y tres suaves inversiones a la media hora. Esto produce un revelado compensador, que pensé que me vendría bien para controlar un poco el contraste de los negativos, por el agotamiento del revelador en las zonas mas densas del negativo. Lo cierto es que con la cantidad de sobreexposición que tenían... el revelador se habrá agotado pronto, pero aun así los negativo se veían prácticamente negros, de modo que no tenía ni idea de si podría extraer algo de ellos. En un laboratorio fotoquímico tradicional hubiera sido una pesadilla. Pero digitalizándolos bajo el objetivo de mi Panasonic Lumix G9,... pues algo se ha podido sacar con cierta dignidad. Pero vamos,... considerándolo todo en su conjunto, y aunque algunos y algunas me han comunicado que les han gustado algunas fotos del rollo... pues un desastre, continuando mi tradición de no atinar con esta cámara. Volveré a ello. Prometido.

Ilford FP4 Plus 125 a IE 400 - En Olympus Pen F

Esta la cuarta entrada que dedico al uso de la Ilford FP4 Plus 125 a un índice de exposición IE 400. Ayer me llegó el libro de fotografías de mi viaje a Oporto en septiembre, donde me llevé la Pentax MX con algunos rollos de Ilford HP5 Plus 400, quedando moderadamente insatisfecho con los resultados. Siendo una película que ofrece poco contraste, me quedaron unas fotografías muy planas. No teniendo acceso en estos momentos, por tiempo personal disponible y por otros motivos, a un laboratorio fotoquímico, proceso digitalmente los negativos. Y ajustar el contraste de negativos poco contrastados me resulta insatisfactorio, especialmente cuando se manejan negativos pequeños. Del 24 x 36 mm hacia abajo. Por eso, he venido ensayando una película más contrastada, especialmente si se subexpone y se aumenta la intensidad del revelado, aumentando la concentración del revelador y con un tiempo más prolongado para dicha concentración.

Los resultados con la Hasselblad 500CM en formato Superslide (41 x 41 mm), 16,8 cm2 de negativo, con la Pentax MX en formato pequeño (24 x 36 mm), 8,6 cm2 de negativo y con la Fujifilm GS645S Wide60 (56 x 42), 23.5 cm2 de negativo, los he considerado bastante buenos. Sin problemas con la pérdida de información en los tonos más oscuros de la imagen, salvo algún caso en escenas de iluminación muy dura, con un grano contenido, especialmente sorprendente en el formato pequeño, lo cierto es que me he sentido muy cómodo. Es normal apreciar poco el grano en negativos grandes. El formato de la GS645S es 2,7 veces más grandes que el de la Pentax MX. Así que el resultado con esta última, más agradable al final de todo el proceso que mis últimas experiencias con la HP5 Plus 400, prácticamente me deciden en la utilización de esta combinación de película, exposición y revelado de forma habitual. Ya he comentado en alguna ocasión que el motivo de comparar estas películas y no otras es porque son las que son fácilmente disponibles en comercios locales de Zaragoza, sin necesidad de pedir por internet.

Pero decidí ir a la prueba más exigente. Hacer un rollo de 36 exposiciones en la Olympus Pen F, que ofrece un mínimo de 72 fotogramas de aproximadamente 24 x 17 mm. Es decir, 4 cm2. Prácticamente, es dividir por 6, por 4 o por 2, la superficie sensible de cualquiera de las otras pruebas. En números aproximados. Así que realmente, la capacidad de producir imágenes nítidas y con determinado grado de ampliación en la imagen final está realmente comprometida. Este es uno de los motivos por los que estos negativos, o posteriormente los formatos del sistema APS, que encima era mucho más caro, no tuvieran más que un éxito pasajero, especialmente conforme las cámaras para el 24 x 36 mm fueron haciéndose más reducidas en tamaño. Véase la Pentax MX, más grande que la Olympus Pen F, pero bastante llevadera y con el "doble" de calidad de imagen por superficie de negativo. O la propia Olympus OM-1 dentro de los diseños de Maitani Yoshihisa.

Llevar encima la posibilidad de realizar 72 exposiciones, supone capacidad para unos cuantos días de ir y venir por Zaragoza con la cámara en la mochila por si surge la oportunidad. Más en otoño, donde las variaciones en el tiempo atmosférico y en las condiciones de luz son mayores. Un día puedes tener sol radiante, otro puede estar lloviendo o con nieblas más o menos densas, y todas las condiciones que se te ocurra entre medias. Y con el 38 mm f/1,8 y un índice de exposición de 400, hasta puedes utilizarla en alguna situación en interiores, como en la visita que hice a la exposición de Manuel Outumuro.

En cuanto a la exposición y el revelado, a ratos llevaba encima mi Gossen Digisix, a ratos me lo dejaba olvidado en casa y tenía que estimar la exposición o ojo. Cuando me encuentro en esta última situación, es frecuente que tienda a ser pesimista y sobreexponga los negativos. Por ello, aproximadamente un 20 % de los negativos del rollo han resultado muy densos, pero utilizables. El resto están bien. Ninguno está subexpuesto, ni hay tonos oscuros comprometidos. Lo revelé junto al rollo de formato medio que comenté hace unos días, en Kodak HC-110, dilución C 1+19, 7:40' a 22 ºC. Ya comenté en su momento las circunstancias de ese revelado.

El resultado final... pues en la tónica de las anteriores pruebas, pero con un grano bastante más aparente, y una nitidez más limitada, como era lógico esperar. En esto no hay magia que valga, los límites que impone la física son los que son, y cuanto más grande es un negativo, más cómodo es extraer la información y ampliar la imagen. No hay más vueltas. La cámara es muy divertida de utilizar, la calidad mecánica de la misma es sorprendente, la óptica del Zuiko 38 mm muy buena para su época... pero el negativo... ya lo he comparado con los otros sistemas. ¿Es utilizable? Pues sí. Pero probablemente, cuando me apetezca utilizar la Pen F optaré por momentos de buena luz y por películas entre los ISO 50 y 125. Y hasta que llegan estas pruebas. En un futuro, si sigo utilizando esta combinación de película, exposición y revelado será ya por que me interese.

Ilford FP4 Plus 125 a IE 400 - En Fujifilm GS645S Wide60

Sigo con mi serie de rollos de Ilford FP4 Plus 125 expuesto a un índice de exposición IE 400, y con la modificación correspondiente del revelado para acomodar los tonos de la imagen a los casi dos pasos de subexposición a los que sometemos a la película. En esta serie, ya probé esta solución con una Hasselblad 500CM, formato medio, y con una Pentax MX, formato pequeño, con buenos resultados en ambos casos. Hoy volveré al formato medio, utilizando una Fujifilm GS645S Wide60, utilizando su fotómetro integrado en lugar de un fotómetro de mano, como hice con la Hasselblad.

Recordamos el motivo de esta serie de rollos. Las películas fotográficas en blanco y negro más fácilmente accesibles en mi ciudad, en comercios locales, sin necesidad de tirar de pedidos por internet, son las Ilford. FP4 Plus 125, HP5 Plus 400, entre las tradicionales. XP2 Super 400, en tecnología cromogénica y revelado C41. Todas ellas, cada una con su carácter, muy distinto entre ellas, da buenos resultados. Pero frente a lo que muchos me cuentan, la HP5 Plus 400 no la encuentro muy polivalente. En situaciones de bajo contraste, me quedan unos negativos demasiado planos para mi gusto. Por ello, y viendo las experiencias de otra gente, estoy probando la FP4 Plus a IE 400, lo cual garantiza un resultado más contrastado, en una película que de por sí, a su sensibilidad nominal, es más contrastada que la HP5 Plus. La cuestión es no perder, al menos en exceso, los detalles en los tonos más oscuros de la imagen.

Vamos a los resultados con formato medio. La experiencia con la Hasselblad me dijo que el aumento del grano en estos tamaños de negativo no es especialmente llamativo y con ampliaciones de la imagen pasa casi desapercibido. Pero el día que hice la prueba, había un sol radiante, y en algunas zonas de la ciudad las sombras eran muy profundas. En algunos negativos, no en todos, perdí detalle en las sombras. Medí la luz con un fotómetro de mano, un Gossen Digisix. El pasado domingo amaneció con niebla. Pero no siendo un día frío, esta tendió a disiparse, no del todo y no de forma uniforme, a partir del mediodía. El contraste de las escenas a fotografiar fue durante toda la mañana mucho más contenido que el día de la escena, incluso cuando salió el sol, matizado por la bruma residual. Al principio de la mañana, con la niebla, el contraste era muy bajo.

Utilicé para medir la luz el fotómetro integrado de la cámara, que siempre he encontrado fiable y fácil de usar. Familiarizado con él, una vez analizada la escena, no me cuesta mucho saber qué correcciones he de introducir a la medición propuesta. Revelé con Kodak HC-110, con una dilución C, 1+19. Habiéndome preguntado alguien qué significan las cifras, diré que se trata de cantidades en volumen. Por cada 10 mililitros del jarabe concentrado del revelador, añado 190 mililitros de agua. Como revelé más de un rollo, ya os contaré, usé 800 mililitros de solución final. Así que fueron 40 ml de HC-110 y el resto hasta completar, agua. La propuesta de tiempo y temperatura de revelado era de 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC. Como así, de entrada, me encontré con una temperatura de 22 ºC, tiré de tabla correctora/calculadora de tiempos, y usé un tiempo de revelado de 7 minutos y 30 segundos a esa temperatura. Puede que aumentara algo el grano, y quizá el contraste, pero no de forma extraordinariamente llamativa. Y andaba con el tiempo algo justo.

Los resultados fueron bastante buenos. Ningún negativo sobreexpuesto ni subexpuesto, ninguna sombra bloqueada. Y desde luego, ninguna luz empastada, claro. Difícil subexponiendo la película casi dos pasos. Los negativos fueron digitalizados con la pequeña Panasonic Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS con una resolución de 20 megapíxeles. En el procesado de las imágenes me limité a ajustar el punto blanco y el negro en todas las fotografías, y en alguna de las que estaban menos contrastadas por la niebla, ajustar un poquito el punto medio. Sin más manipulación. El tono cálido viene de que, al invertir el archivo RAW que tenía originalmente una tonalidad algo fría, quedó así. Me gustó, y no lo toqué. Como digo, mínima manipulación.

Las fotografías que más "miedo" me daban por el contraste de la escena fueron la de la fila de árboles a contraluz y la del paso subterráneo bajo la autopista. A simple vista, ambas pintaban muy contrastadas, y no sabía como respondería la película. Pero como se puede observar, quedaron bien. La de los árboles, hay una zona en la niebla iluminada por el sol, a la izquierda de los árboles, que estaría potencialmente empastada. Pero como de todas formas carecía de textura en esos momentos, no tiene mayor importancia. Sigo valorando positivamente esta combinación de película, índice de exposición y revelado.

Ilford FP4 Plus 125 a IE 400 - En Pentax MX

Hace unos días escribía en estas páginas sobre mis experiencias de utilizar la película Ilford FP4 Plus 125 expuesta con un índice de exposición (IE) 400 en lugar de su sensibilidad nominal, en formato medio sobre una Hasselblad 500CM. Hoy vamos a lo que sería la segunda parte de esa experiencia, utilizar la película en las mismas condiciones pero sobre una cámara de formato pequeño, 24 x 36 mm, una Pentax MX con un un objetivo SMC-M 28/3,5. Las motivaciones que me llevaron a buscar esta experiencia se explican en el artículo que he enlazado anteriormente, y consisten en ver si consigo unos resultados más convincentes para mis gustos estéticos y para mi práctica de proceso mixto fotoquímico-digital, que con la Ilford HP5 Plus 400.

Con el formato pequeño (uso la nomenclatura tradicional en película tradicional, frente al pretencioso full format de quienes han nacido a la fotografía en un mundo electrónico-digital), hay mayor riesgo de que el grano se vea muy presente. Bien porque sea inherente a la película utilizada, bien porque aparezca al aumentar los tiempos de revelado, bien por la necesidad de corregir el contraste tras la digitalización del negativo. Ese grano puede convenir en ocasiones... pero no en otras. Si en determinados reportajes o en determinados retratos la estructura de la emulsión juega a favor del expresionismo de la fotografía, en paisajes, en arquitectura o en otras situaciones, donde precisemos conservar el detalle de la imagen, juega en contra. Cuando me voy de viaje, por peso y comodidad uso el formato pequeño, pero me gusta recoger el detalle de la imagen.

Durante unos días, después de volver del viaje a Oporto donde usé Ilford HP5 Plus y cuyos resultados me dejaron mohíno, cargué una Pentax MX con un rollo de Ilford FP4 Plus 125, ajusté el fotómetro a IE 400, y le calcé el SMC-M 28/3,5. Un objetivo muy modesto en sus pretensiones aparentes, pero que es ligero, y muy honesto en sus resultados. Muy agradable de usar. Especialmente por la agilidad del preenfoque a la hiperfocal, o a la distancia que se prefiera, a f/8 o f/11 y la rapidez en la operación limitándote a prever de antemano los parámetros de exposición. De este modo, prácticamente sólo te tienes que preocupar de encuadrar correctamente y de disparar en el momento adecuado. 

Como ya comentaba en el artículo anterior, lo que buscaba era comprobar el comportamiento en situaciones de luz "modorra". Nublados o seminublados, con bajo contraste en la escena, donde tanto el aumento de sensibilidad, por la menor luminosidad de la escena, como el mayor contraste que aporta la prolongación del revelado vienen bien. Y lo cierto es que en los primeros días de octubre, en Zaragoza, aparecieron varios días así. Días con sol velado o nublados ligeros. He de decir que los resultados con la HP5 Plus 400 con sol radiante en Portugal fueron muy buenos. Como luego no hay que ajustar mucho el contraste tras digitalizar, se controla el grano mejor, y la amplia dinámica de la película hace que haya una buena gama tonal. En la prueba que hice con la FP4 Plus 125 a IE 400 con la Hasselblad, en la que había escenas con fuerte contraste, ya advertí de la necesidad de proteger las sombras para evitar que se bloqueen.

Revelado en el mismo tambor que el rollo de formato medio del que ya os hablé en Kodak HC-110, dilución C (1 + 19), durante 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC, y digitalizado con la Panasonic Lumix G9 en modo de alta resolución moderado, para un resultado final de archivos digitales de entre 25 y 30 megapíxeles. No ajusté mucho el encuadre. Preferí garantizar con cuidado que los negativos estuvieran perfectamente paralelos al sensor de la cámara y que la nitidez fuera la mayor posible. La película se reveló sin problemas, manifestando a simple inspección visual unos negativo mucho más contrastados que los recientes de la Ilford HP5 Plus 400, pero que se digitalizaban sin problemas porque la gama tonal está bastante por debajo todavía que la dinámica del sensor de la Lumix G9.

Los resultados fueron bastante buenos. Y esta vez, sin peros. Las imágenes quedaron nítidas. Perfectamente enfocadas; un angular como el 28 mm y con la amplia profundidad de campo ayuda. Es muchísimo menos crítico que el 80 mm en la Hasselblad. El grano mucho menos aparente que en la HP5 Plus 400 que me traje de Portugal. Hasta un punto que me sorprendió. La gama tonal amplia con un buen contraste, pero sin excesos, muy controlable. Ninguna sombra bloqueada, ninguna luz empastada. Más sencilla de ajustar en el proceso digital que con la HP5 Plus. Lo cual ayuda a mantener a raya el grano, que aumenta con los ajustes digitales intempestivos. 

Voy a seguir usando la Ilford FP4 Plus 125 en estas condiciones una temporada para terminar de familiarizme con ella en distintas situaciones. Es posible que el próximo rollo lo ponga en la Olympus Pen F, con la mitad de tamaño, para probar sus límites. También lo quiero usar con la Fujifilm GS645S Wide60, donde auguro buenos resultados, por la flexibilidad que ofrece el formato medio. Y no descarto colocar algún rollo en alguna estenopeica, a la que un aumento del contraste le sentará bien, sin que el grano, sobre un negativo de 6 x 9 cm sea un problema. os iré contando.