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Una tarde de paseo con la Hasselblad 500CM y un rollo caducado de Ilford Delta 400

La entrada de hoy no tiene mucha historia. Hace unos días, estuve revisando mis existencias de película fotográfica, convenientemente conservada en el frigorífico de casa. Sin mezclar con los alimentos o bebidas, claro. La teoría dice que cuando la película se fabrica tiene todavía que pasar un tiempo para alcanzar su madurez. Especialmente en las películas en color. Es decir, en alcanzar su óptimo en el rendimiento tonal y cromático. Las películas para aficionados saldrían al mercado nada más ser fabricadas, dando un margen a que sigan madurando, mientras que las profesionales ya habrían madurado, y habría que usarlas de inmediato. Después de alcanzar su madurez, tras un tiempo, alcanzan su fecha de caducidad, tras la cual pierden sus cualidades tonales y cromáticas. Las películas en color, especialmente las actuales cromogénicas, la vieja y desaparecida Kodachrome sería otra cosa, son más propensas a perder sus propiedades cromáticas y su sensibilidad nominal que las películas en blanco y negro tradicionales.

Pero de siempre se nos ha dicho que una película guardada en frigorífico o congelador, entre los -20 ºC y los +5 ºC detiene su proceso de maduración y caducidad, suspendiendo de alguna forma o prolongando la fecha de caducidad. Por lo menos, dentro de unos límites razonables. Por eso, lo adecuado para un aficionado corriente es tener almacenada una cantidad razonable de película, que se pueda consumir en un plazo de tiempo razonable, generalmente antes de la fecha de caducidad. Y guardarla en el congelador doméstico, a su temperatura usual de unos -18 ºC o en la nevera a una temperatura de +4 ºC. Son los parámetros habituales en los electrodomésticos habituales. Al alcance de cualquiera. En las cajas de película suele aparecer alguna referencia con recomendaciones sobre la temperatura máxima a la que se debe guardar antes de usarla. Y ante todo, evitar los "golpes de calor". Como por ejemplo, las guanteras de los coches en verano o dejarlas sobre el cubrerradiador en invierno.

El caso es que en otras otras cosas, localicé un ejemplar de un rollo de Ilford Delta 400 con fecha de caducidad en octubre de 2019. Habiendo estado correctamente guardado en la nevera, no me preocupaba gran cosa dicha caducidad. Pero puestos ha dar un paseo fotográfico un agradable domingo por la tarde del mes de noviembre, mejor usar un rollo con la fecha de caducidad ya pasada que uno más reciente. Además, no tenía ningún fin específico para ese rollo. Es un tipo de película que usaría habitualmente, lo hice durante varios años en la década de los noventa del siglo XX, con buenos resultados, pero que no se encuentra habitualmente en los comercios locales de Zaragoza, donde sí encuentro las Ilford HP5 Plus 400 o FP4 Plus 125.

Para el paseo fotográfico, por los alrededores del camino de Miraflores y del camino de Enmedio, entre San José y Montemolín en Zaragoza, donde la ciudad deja de ser ciudad y empieza a ser lo que llamamos "el campo", cogí la Hasselblad 500 CM, le puse el Carl Zeiss Distagon 50/4 C T* y un filtro amarillo Tiffen nº 8. No me di cuenta antes de salir que en su último uso había utilizado el respaldo A16S que ofrece 16 exposiciones, con negativos de 42 x 42 mm. Así que eso hizo que el 50 mm se comportara como un angular moderado y no como un claro gran angular. Más como un 35 mm en formato pequeño que como un 28 mm. Aunque estas equivalencias hay que cogerlas con pinzas dado que el formato pequeño es un rectángulo más bien bastante alargado y la Hasselblad ofrece un formato cuadrado. La ventaja del despiste es que me dio para cuatro fotos más.

Expuse, en un principio, utilizando como referencia mi Sekonic L-408 Multimaster, hasta que de repente, para mi sorpresa, dejó de funcionar, aparentemente por agotamiento de la pila eléctrica. Que según las indicaciones que me ofreció antes de salir de casa estaba a un tercio de su capacidad. La tarde estaba soleada, pero fresca. Quizá la temperatura relativamente baja hizo que dejara de suministrar al aparato la energía suficiente. En casa, un par de días más tarde, volvía a funcionar. A partir del momento en que no pude contar con él, dado que las condiciones de luz eran muy estables, con cierta disminución de su intensidad conforme avanzaba la tarde, expuse por estimación. A "ojímetro".

Hice un revelado clásico con Kodak HC-110 en dilución B (1+31), durante 7 minutos y 30 segundos a 20 ºC, con cinco inversiones tranquilas del tambor de revelado al principio de cada minuto hasta llegar al tiempo previsto. Sin sorpresa por mi parte, la "caducidad" de la película no había afectado al resultado final, y me encontré con negativos bien expuestos, contrastados, pero con mucho detalle tanto en las luces como en las sombras. Sigo pensando que las películas de Ilford, dentro de la oferta actual de película fotográfica, son un valor seguro. Y ofrecen un razonable compromiso entre calidad, precio, fiabilidad y consistencia. Hay otros productos más baratos, que no están mal, pero con menos fiabilidad. Y otros de igual calidad, pero más caros. Pues hasta la próxima.

Ilford FP4 Plus 125 a IE 400 - En Olympus Pen F

Esta la cuarta entrada que dedico al uso de la Ilford FP4 Plus 125 a un índice de exposición IE 400. Ayer me llegó el libro de fotografías de mi viaje a Oporto en septiembre, donde me llevé la Pentax MX con algunos rollos de Ilford HP5 Plus 400, quedando moderadamente insatisfecho con los resultados. Siendo una película que ofrece poco contraste, me quedaron unas fotografías muy planas. No teniendo acceso en estos momentos, por tiempo personal disponible y por otros motivos, a un laboratorio fotoquímico, proceso digitalmente los negativos. Y ajustar el contraste de negativos poco contrastados me resulta insatisfactorio, especialmente cuando se manejan negativos pequeños. Del 24 x 36 mm hacia abajo. Por eso, he venido ensayando una película más contrastada, especialmente si se subexpone y se aumenta la intensidad del revelado, aumentando la concentración del revelador y con un tiempo más prolongado para dicha concentración.

Los resultados con la Hasselblad 500CM en formato Superslide (41 x 41 mm), 16,8 cm2 de negativo, con la Pentax MX en formato pequeño (24 x 36 mm), 8,6 cm2 de negativo y con la Fujifilm GS645S Wide60 (56 x 42), 23.5 cm2 de negativo, los he considerado bastante buenos. Sin problemas con la pérdida de información en los tonos más oscuros de la imagen, salvo algún caso en escenas de iluminación muy dura, con un grano contenido, especialmente sorprendente en el formato pequeño, lo cierto es que me he sentido muy cómodo. Es normal apreciar poco el grano en negativos grandes. El formato de la GS645S es 2,7 veces más grandes que el de la Pentax MX. Así que el resultado con esta última, más agradable al final de todo el proceso que mis últimas experiencias con la HP5 Plus 400, prácticamente me deciden en la utilización de esta combinación de película, exposición y revelado de forma habitual. Ya he comentado en alguna ocasión que el motivo de comparar estas películas y no otras es porque son las que son fácilmente disponibles en comercios locales de Zaragoza, sin necesidad de pedir por internet.

Pero decidí ir a la prueba más exigente. Hacer un rollo de 36 exposiciones en la Olympus Pen F, que ofrece un mínimo de 72 fotogramas de aproximadamente 24 x 17 mm. Es decir, 4 cm2. Prácticamente, es dividir por 6, por 4 o por 2, la superficie sensible de cualquiera de las otras pruebas. En números aproximados. Así que realmente, la capacidad de producir imágenes nítidas y con determinado grado de ampliación en la imagen final está realmente comprometida. Este es uno de los motivos por los que estos negativos, o posteriormente los formatos del sistema APS, que encima era mucho más caro, no tuvieran más que un éxito pasajero, especialmente conforme las cámaras para el 24 x 36 mm fueron haciéndose más reducidas en tamaño. Véase la Pentax MX, más grande que la Olympus Pen F, pero bastante llevadera y con el "doble" de calidad de imagen por superficie de negativo. O la propia Olympus OM-1 dentro de los diseños de Maitani Yoshihisa.

Llevar encima la posibilidad de realizar 72 exposiciones, supone capacidad para unos cuantos días de ir y venir por Zaragoza con la cámara en la mochila por si surge la oportunidad. Más en otoño, donde las variaciones en el tiempo atmosférico y en las condiciones de luz son mayores. Un día puedes tener sol radiante, otro puede estar lloviendo o con nieblas más o menos densas, y todas las condiciones que se te ocurra entre medias. Y con el 38 mm f/1,8 y un índice de exposición de 400, hasta puedes utilizarla en alguna situación en interiores, como en la visita que hice a la exposición de Manuel Outumuro.

En cuanto a la exposición y el revelado, a ratos llevaba encima mi Gossen Digisix, a ratos me lo dejaba olvidado en casa y tenía que estimar la exposición o ojo. Cuando me encuentro en esta última situación, es frecuente que tienda a ser pesimista y sobreexponga los negativos. Por ello, aproximadamente un 20 % de los negativos del rollo han resultado muy densos, pero utilizables. El resto están bien. Ninguno está subexpuesto, ni hay tonos oscuros comprometidos. Lo revelé junto al rollo de formato medio que comenté hace unos días, en Kodak HC-110, dilución C 1+19, 7:40' a 22 ºC. Ya comenté en su momento las circunstancias de ese revelado.

El resultado final... pues en la tónica de las anteriores pruebas, pero con un grano bastante más aparente, y una nitidez más limitada, como era lógico esperar. En esto no hay magia que valga, los límites que impone la física son los que son, y cuanto más grande es un negativo, más cómodo es extraer la información y ampliar la imagen. No hay más vueltas. La cámara es muy divertida de utilizar, la calidad mecánica de la misma es sorprendente, la óptica del Zuiko 38 mm muy buena para su época... pero el negativo... ya lo he comparado con los otros sistemas. ¿Es utilizable? Pues sí. Pero probablemente, cuando me apetezca utilizar la Pen F optaré por momentos de buena luz y por películas entre los ISO 50 y 125. Y hasta que llegan estas pruebas. En un futuro, si sigo utilizando esta combinación de película, exposición y revelado será ya por que me interese.

Ilford FP4 Plus 125 a IE 400 - En Fujifilm GS645S Wide60

Sigo con mi serie de rollos de Ilford FP4 Plus 125 expuesto a un índice de exposición IE 400, y con la modificación correspondiente del revelado para acomodar los tonos de la imagen a los casi dos pasos de subexposición a los que sometemos a la película. En esta serie, ya probé esta solución con una Hasselblad 500CM, formato medio, y con una Pentax MX, formato pequeño, con buenos resultados en ambos casos. Hoy volveré al formato medio, utilizando una Fujifilm GS645S Wide60, utilizando su fotómetro integrado en lugar de un fotómetro de mano, como hice con la Hasselblad.

Recordamos el motivo de esta serie de rollos. Las películas fotográficas en blanco y negro más fácilmente accesibles en mi ciudad, en comercios locales, sin necesidad de tirar de pedidos por internet, son las Ilford. FP4 Plus 125, HP5 Plus 400, entre las tradicionales. XP2 Super 400, en tecnología cromogénica y revelado C41. Todas ellas, cada una con su carácter, muy distinto entre ellas, da buenos resultados. Pero frente a lo que muchos me cuentan, la HP5 Plus 400 no la encuentro muy polivalente. En situaciones de bajo contraste, me quedan unos negativos demasiado planos para mi gusto. Por ello, y viendo las experiencias de otra gente, estoy probando la FP4 Plus a IE 400, lo cual garantiza un resultado más contrastado, en una película que de por sí, a su sensibilidad nominal, es más contrastada que la HP5 Plus. La cuestión es no perder, al menos en exceso, los detalles en los tonos más oscuros de la imagen.

Vamos a los resultados con formato medio. La experiencia con la Hasselblad me dijo que el aumento del grano en estos tamaños de negativo no es especialmente llamativo y con ampliaciones de la imagen pasa casi desapercibido. Pero el día que hice la prueba, había un sol radiante, y en algunas zonas de la ciudad las sombras eran muy profundas. En algunos negativos, no en todos, perdí detalle en las sombras. Medí la luz con un fotómetro de mano, un Gossen Digisix. El pasado domingo amaneció con niebla. Pero no siendo un día frío, esta tendió a disiparse, no del todo y no de forma uniforme, a partir del mediodía. El contraste de las escenas a fotografiar fue durante toda la mañana mucho más contenido que el día de la escena, incluso cuando salió el sol, matizado por la bruma residual. Al principio de la mañana, con la niebla, el contraste era muy bajo.

Utilicé para medir la luz el fotómetro integrado de la cámara, que siempre he encontrado fiable y fácil de usar. Familiarizado con él, una vez analizada la escena, no me cuesta mucho saber qué correcciones he de introducir a la medición propuesta. Revelé con Kodak HC-110, con una dilución C, 1+19. Habiéndome preguntado alguien qué significan las cifras, diré que se trata de cantidades en volumen. Por cada 10 mililitros del jarabe concentrado del revelador, añado 190 mililitros de agua. Como revelé más de un rollo, ya os contaré, usé 800 mililitros de solución final. Así que fueron 40 ml de HC-110 y el resto hasta completar, agua. La propuesta de tiempo y temperatura de revelado era de 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC. Como así, de entrada, me encontré con una temperatura de 22 ºC, tiré de tabla correctora/calculadora de tiempos, y usé un tiempo de revelado de 7 minutos y 30 segundos a esa temperatura. Puede que aumentara algo el grano, y quizá el contraste, pero no de forma extraordinariamente llamativa. Y andaba con el tiempo algo justo.

Los resultados fueron bastante buenos. Ningún negativo sobreexpuesto ni subexpuesto, ninguna sombra bloqueada. Y desde luego, ninguna luz empastada, claro. Difícil subexponiendo la película casi dos pasos. Los negativos fueron digitalizados con la pequeña Panasonic Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS con una resolución de 20 megapíxeles. En el procesado de las imágenes me limité a ajustar el punto blanco y el negro en todas las fotografías, y en alguna de las que estaban menos contrastadas por la niebla, ajustar un poquito el punto medio. Sin más manipulación. El tono cálido viene de que, al invertir el archivo RAW que tenía originalmente una tonalidad algo fría, quedó así. Me gustó, y no lo toqué. Como digo, mínima manipulación.

Las fotografías que más "miedo" me daban por el contraste de la escena fueron la de la fila de árboles a contraluz y la del paso subterráneo bajo la autopista. A simple vista, ambas pintaban muy contrastadas, y no sabía como respondería la película. Pero como se puede observar, quedaron bien. La de los árboles, hay una zona en la niebla iluminada por el sol, a la izquierda de los árboles, que estaría potencialmente empastada. Pero como de todas formas carecía de textura en esos momentos, no tiene mayor importancia. Sigo valorando positivamente esta combinación de película, índice de exposición y revelado.

Ilford FP4 Plus 125 a IE 400 - En Pentax MX

Hace unos días escribía en estas páginas sobre mis experiencias de utilizar la película Ilford FP4 Plus 125 expuesta con un índice de exposición (IE) 400 en lugar de su sensibilidad nominal, en formato medio sobre una Hasselblad 500CM. Hoy vamos a lo que sería la segunda parte de esa experiencia, utilizar la película en las mismas condiciones pero sobre una cámara de formato pequeño, 24 x 36 mm, una Pentax MX con un un objetivo SMC-M 28/3,5. Las motivaciones que me llevaron a buscar esta experiencia se explican en el artículo que he enlazado anteriormente, y consisten en ver si consigo unos resultados más convincentes para mis gustos estéticos y para mi práctica de proceso mixto fotoquímico-digital, que con la Ilford HP5 Plus 400.

Con el formato pequeño (uso la nomenclatura tradicional en película tradicional, frente al pretencioso full format de quienes han nacido a la fotografía en un mundo electrónico-digital), hay mayor riesgo de que el grano se vea muy presente. Bien porque sea inherente a la película utilizada, bien porque aparezca al aumentar los tiempos de revelado, bien por la necesidad de corregir el contraste tras la digitalización del negativo. Ese grano puede convenir en ocasiones... pero no en otras. Si en determinados reportajes o en determinados retratos la estructura de la emulsión juega a favor del expresionismo de la fotografía, en paisajes, en arquitectura o en otras situaciones, donde precisemos conservar el detalle de la imagen, juega en contra. Cuando me voy de viaje, por peso y comodidad uso el formato pequeño, pero me gusta recoger el detalle de la imagen.

Durante unos días, después de volver del viaje a Oporto donde usé Ilford HP5 Plus y cuyos resultados me dejaron mohíno, cargué una Pentax MX con un rollo de Ilford FP4 Plus 125, ajusté el fotómetro a IE 400, y le calcé el SMC-M 28/3,5. Un objetivo muy modesto en sus pretensiones aparentes, pero que es ligero, y muy honesto en sus resultados. Muy agradable de usar. Especialmente por la agilidad del preenfoque a la hiperfocal, o a la distancia que se prefiera, a f/8 o f/11 y la rapidez en la operación limitándote a prever de antemano los parámetros de exposición. De este modo, prácticamente sólo te tienes que preocupar de encuadrar correctamente y de disparar en el momento adecuado. 

Como ya comentaba en el artículo anterior, lo que buscaba era comprobar el comportamiento en situaciones de luz "modorra". Nublados o seminublados, con bajo contraste en la escena, donde tanto el aumento de sensibilidad, por la menor luminosidad de la escena, como el mayor contraste que aporta la prolongación del revelado vienen bien. Y lo cierto es que en los primeros días de octubre, en Zaragoza, aparecieron varios días así. Días con sol velado o nublados ligeros. He de decir que los resultados con la HP5 Plus 400 con sol radiante en Portugal fueron muy buenos. Como luego no hay que ajustar mucho el contraste tras digitalizar, se controla el grano mejor, y la amplia dinámica de la película hace que haya una buena gama tonal. En la prueba que hice con la FP4 Plus 125 a IE 400 con la Hasselblad, en la que había escenas con fuerte contraste, ya advertí de la necesidad de proteger las sombras para evitar que se bloqueen.

Revelado en el mismo tambor que el rollo de formato medio del que ya os hablé en Kodak HC-110, dilución C (1 + 19), durante 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC, y digitalizado con la Panasonic Lumix G9 en modo de alta resolución moderado, para un resultado final de archivos digitales de entre 25 y 30 megapíxeles. No ajusté mucho el encuadre. Preferí garantizar con cuidado que los negativos estuvieran perfectamente paralelos al sensor de la cámara y que la nitidez fuera la mayor posible. La película se reveló sin problemas, manifestando a simple inspección visual unos negativo mucho más contrastados que los recientes de la Ilford HP5 Plus 400, pero que se digitalizaban sin problemas porque la gama tonal está bastante por debajo todavía que la dinámica del sensor de la Lumix G9.

Los resultados fueron bastante buenos. Y esta vez, sin peros. Las imágenes quedaron nítidas. Perfectamente enfocadas; un angular como el 28 mm y con la amplia profundidad de campo ayuda. Es muchísimo menos crítico que el 80 mm en la Hasselblad. El grano mucho menos aparente que en la HP5 Plus 400 que me traje de Portugal. Hasta un punto que me sorprendió. La gama tonal amplia con un buen contraste, pero sin excesos, muy controlable. Ninguna sombra bloqueada, ninguna luz empastada. Más sencilla de ajustar en el proceso digital que con la HP5 Plus. Lo cual ayuda a mantener a raya el grano, que aumenta con los ajustes digitales intempestivos. 

Voy a seguir usando la Ilford FP4 Plus 125 en estas condiciones una temporada para terminar de familiarizme con ella en distintas situaciones. Es posible que el próximo rollo lo ponga en la Olympus Pen F, con la mitad de tamaño, para probar sus límites. También lo quiero usar con la Fujifilm GS645S Wide60, donde auguro buenos resultados, por la flexibilidad que ofrece el formato medio. Y no descarto colocar algún rollo en alguna estenopeica, a la que un aumento del contraste le sentará bien, sin que el grano, sobre un negativo de 6 x 9 cm sea un problema. os iré contando.

Ilford FP4 Plus 125 a IE 400 - En Hasselblad 500CM

Cuando terminaba el confinamiento por la epidemia de Covid-19 en mayo, y empezaron a permitir paseos a determinadas horas del día, una mañana, de madrugada, salí a pasear con la Hasselblad 500CM y un rollo de Ilford FP4 Plus 125 expuesta a un índice de exposición de 400. Casi dos puntos de subexposición, con el aumento en el tiempo de revelado adecuado para resituar los tonos de gris en sus lugares adecuados. No me disgustó la experiencia, pero en aquel momento no pasó de una curiosidad, que me despertó algunas inquietudes, pero no fue más allá.

Hace unas semanas regresé de mi viaje de vacaciones por Portugal. También me llevé una cámara con película en blanco y negro. Pero en lugar de llevar la Ilford XP2 Super 400, que es mi opción habitual en los viajes, me llevé Ilford HP5 Plus 400, de la cual disponía en abundancia. Pero sinceramente, no acabé muy satisfecho con los resultados. Salvo en situaciones con abundante luz solar y escenas contrastadas, la mayor parte de las fotos me resultaban muy apagadas, con contraste excesivamente bajos, y sin que resaltasen los motivos principales de la imagen. Se puede achacar a mi incapacidad para seleccionarlos y encuadrarlos adecuadamente, sin duda. Pero también me atrevería a decir que la HP5 Plus tiene una curva tonal excesivamente plana en ocasiones. La corrección del contraste en el procesado digital tras escanear el negativo, llevaba a un aumento del grano excesivo para mi gusto.

Si unes las dos experiencias, empiezas a pensar. Igual conviene, para alcanzar el rendimiento tonal que yo imagino o quiero, usar otra película y otras situaciones. Hablaré de películas convencionales en blanco y negro, y no de la XP2 Super 400, que se revela en el proceso C-41 propio de las películas cromogénicas. No por nada, muchos fotógrafos gustan de la Kodak Tri-X 400, por el contraste que ofrece. Sin embargo, en estos momentos es una película cara, que tengo que conseguir a través de internet sumando a su precio los del transporte, y con la que no me llevo bien al digitalizarla, por la falta de estabilidad dimensional que he experimentado con ella. Se curva y se retuerce como una condenada, aumentando las posibilidades de que se contaminen con polvo, y causando problemas de nitidez por la falta de planeidad sobre los portanegativos.

Así que decidí que había que volver a experimentar con la Ilford FP4 Plus 125 expuesta a un índice de exposición de 400. La película se maneja muy bien, se digitaliza muy bien, es más contrastada que la HP5 Plus 400, más si aumentamos el tiempo de revelado, la encuentro fácilmente en comercios físicos de Zaragoza y a precios mucho más razonables que los de la película de Kodak. Y existe mucha experiencia en el mundo en su revelado, sabiendo que se revela bien con cualquier revelador de los más populares y con buenos resultados generales. Las nuevas experiencias tienen dos partes. Una mañana de domingo con la Hasselblad 500 CM, saliese como saliese de sol y de iluminación, y varios días llevándola encima con una Pentax MX, haciendo fotografías cuando las condiciones de luz ofrecieran escenas con un contraste bajo.

Hoy os presento las experiencia con la Hasselblad 500CM. Armada con el objetivo Carl Zeiss Planar 80/2,8 CF. Le puse un respaldo A16S, que ofrece 16 fotogramas de 41 x 41 mm en lugar de los habituales 12 fotogramas de 55 x 55 mm. El motivo principal es que así el resultado era más exigente con el grano de la película. Al ampliar más... el grano resulta más aparente. Es fácil apreciar un grano bajo o contenido con un negativo muy grande,... pero cuando el negativo es más pequeño... la cosa cambia. Y además me permitía hacer cuatro fotos más en ese paseo mañanero de domingo.

Revelado como de costumbre en Kodak HC-110, en dilución C (1 + 19), durante 8 minutos y 30 segundos a 21 ºC, y digitalizado con la Panasonic Lumix G9 en modo de alta resolución moderado, para un resultado final de archivos digitales de entre 25 y 30 megapíxeles. No ajusté mucho el encuadre. Preferí garantizar con cuidado que los negativos estuvieran perfectamente paralelos al sensor de la cámara y que la nitidez fuera la mayor posible. La película se reveló sin problemas, manifestando a simple inspección visual unos negativo mucho más contrastados que los recientes de la Ilford HP5 Plus 400, pero que se digitalizaban sin problemas porque la gama tonal está bastante por debajo todavía que la dinámica del sensor de la Lumix G9.

Los resultados fueron bastante buenos con algún pero. Las imágenes quedaron nítidas, salvo algún fotograma con algún error en el enfoque. Mi vista ya no es lo que era. El grano prácticamente inaparente. Muy muy muy por debajo del que ofrece la HP5 Plus expuesta al mismo índice de exposición. La gama tonal amplia y contrastada, pero sin excesos. Más sencilla de ajustar en el proceso digital que con la HP5 Plus. Lo cual ayuda a mantener a raya el grano, que aumenta con los ajustes digitales intempestivos. Y el pero está en que alguna sombra me quedó bloqueada. La medición de la luz la hice con el pequeño Gossen Digisix, tanto en modo luz incidente como luz reflejada según las escenas. En la mayor parte de los casos, esas sombras bloqueadas no invalidaban la foto, pero queda claro que en una mañana soleada, cuando la escena incluye áreas iluminadas por el sol y sombras profundas, hay que tener cuidado en proteger estas últimas. No está mal, pero hay que obtener más información. Veremos que pasa con los resultados obtenido con la Pentax MX. Pero eso os lo cuento la semana que viene.