La fotografía como afición y otras artes visuales

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Séptima semana de aislamiento social - Pentax MX + Ilford HP5 Plus 400

De las ocho semanas que va a tener este improvisado proyecto de fotografía en tiempos de la pandemia de coronavirus, llegamos al rollo y las fotos correspondientes a la semana séptima. Que coincidió en el final del mes de abril. Cuánto se escuchó en aquellos días aquel verso de una canción de Joaquín Sabina...

¿Quién me ha robado el mes de abril?

Fue esta semana la última en la tuvimos vedada la entrada a los parques. También fue la primera semana en la que yendo a trabajar de turno de mañana, supe que ya no tendría que volver a hacer turnos de trabajo por la tarde, por lo menos en un futuro previsible. Y también fue la semana en la que sentimos que la primavera se tornaba cálida. Quizá de forma definitiva. Aunque ahora, dos semanas después, sabemos que no. Que hemos seguido teniendo días fríos, o al menos frescos. Y lluviosos. Grises. Como la mañana de hoy. Quería haber impreso un par de cianotipias hoy, pero no ha podido ser. Quizá mañana domingo.

Como mi recorrido caminando a trabajar desde entonces ha sido de siete menos cinco de la mañana a ocho menos cuarto, cuando llego a mi lugar de trabajo, he venido necesitando película de al menos ISO 400 de sensibilidad. Los ajustes de exposición en estas mañanas podían ir desde el f/2,8 y 1/60 segundo nada más salir de casa, con el sol todavía oculto o asomándose sobre el horizonte, invisible por los edificios de la ciudad, al f/11 y 1/250 segundo cuando llegaba al lugar de trabajo, ya con el sol luciendo sobre la ciudad, aunque todavía no a pleno rendimiento.

Sigo confiando plenamente en la Pentax MX. No siendo tan voluminosa como otras réflex o el formato medio, es mucho más versátil que las compactas. Especialmente que la Minox 35 GT-E que es la que he venido utilizando con preferencia, cuando este tipo de cámara era más conveniente. Ambas cámaras tienen también otra diferencia fundamental. Las Minox 35 tienen un objetivo de 35 mm, y la Pentax MX la uso preferentemente con el SMC-M 50/1,4. Esos 15 mm de diferencia en la focal se notan mucho.

Procuro no fotografiar a plenas aperturas salvo que sea estrictamente necesario. Mi rango de aperturas favoritas, desde hace mucho tiempo, es entre f/4 y f/11. Nunca me he sentido atraído por las modas de las grandes aperturas y el desenfoque extremo. Me gusta mostrar el contexto. No he hecho retratos... no es políticamente correcto en tiempos de distanciamientos físico. Pero incluso entonces me gusta que la persona retratada tenga contexto a su alrededor. Y por ello prefiero una apertura moderadamente cerrada. Con un 50 mm a f/4 os aseguro que podéis aislar a una persona del fondo si se encuentra a pocos metros de vosotros.

No hay mucho que comentar. Si algo he tenido claro también en estas semanas es que las películas de Ilford son fiabilísimas. Reveladas en Kodak HC-110, en esta ocasión en dilución B (1+31) durante 5 minutos a 20 ºC, dan unos resultado muy honorables. Y con suficiente margen para pequeños errores sistemáticos, en la exposición, en los tiempos de revelado, en la precisión de la temperatura de los líquidos, sin que afecte a efectos prácticos gran cosa en la calidad de la imagen. Cierto es que la Ilford HP5 Plus 400 es una película poco contrastada, y no da la imagen llamativa y potente de otras películas como la Kodak Tri-X 400. Pero a cambio, tiene una estabilidad dimensional excelente, siendo sencillísimo colocarla sobre el portanegativos sin combaduras ni otros problemas de planeidad, y tienes información a raudales para extraerla de la forma que consideres oportuna tanto en un procesado posterior en ampliadora, o digitalizando el negativo.

Y con esto, ya sólo me queda un último rollo de esta serie.

Sexta semana de aislamiento social - Canon EOS 650 + Ilford XP2 Super 400

Llegan mis negativos revelados de la sexta semana en vigor del decreto que regula el estado de alarma. Ahora que tanto se habla de "fases", un la distopía orwelliana en la que nos hemos visto inmersos, en la que todo quisque, empezando por políticos y plumillas gacetilleros, utiliza neologismos y frases sacadas del manual de lo políticamente correcto para referirse a lo que va a suceder próximamente en el devenir de la pandemia de covid-19, sería la "fase" del aislamiento social, antes de que este vaya desapareciendo y la actividad pública retomándose. De momento, yo he tomado una decisión. Mi propósito de ir exponiendo un carrete en blanco y negro a la semana en tiempos del nuevo coronavirus, se mantendrá hasta la octava semana, la que coincide con el establecimiento de la "fase 0" de la "desescalada"... teóricamente la que empieza a suavizar las condiciones de aislamiento, previa a la "nueva normalización" progresiva de la actividad social. Luego,... seguiré haciendo fotos, pero con otros ritmo e intenciones.

Por motivos que no vienen al caso, durante la mencionada sexta semana, los cinco días laborales que fueron del 13 al 17 de abril, y que además coincidieron con la última semana en la que trabajé en turno de tarde, utilicé como película fotográfica la Ilford XP2 Super 400. Preví que en el fin de semana siguiente no tendría ocasión de revelar el rollo de película. Y además estaba terminando un rollo de película en color del que hablaré en otra ocasión. Por lo tanto, tomé la decisión de usar una película con revelado C-41, que junto con la película en color sería enviada lo antes posible a Carmencita Film Lab para su revelado y digitalizado. En Carmencita se han portado diligentemente y eficazmente. Correos,... no tanto. Por lo que el resultado ha llegado en esta semana, en la que tenía previsto contarlo, por lo pelos. Pero aquí está.

Como cámara usé la Canon EOS 650 con el objetivo, también de Canon, EF 40/2,8 STM. Algo más grande que los equipos que venía usando hasta el momento, durante este periodo, pero con la ventaja de que el proceso de realizar la fotografía es más rápido, a poco que estes familiarizado con las peculiaridades del tempranero mecanismo de enfoque automático de la cámara. Recordemos que se trata de la primera cámara de enfoque automático del sistema EOS, que apareció en el mercado en 1987, precursora de un sistema que todavía perdura. Aunque quizá desaparezca tarde o temprano fagocitado por las monturas RF de las cámaras sin espejo de Canon. A las que siguen llamando EOS, según algunos, siglas de Electro-Optical System. Otros dicen que fue escogido por el nombre de la diosa de la Aurora en la mitología griega, Eos, la responsable de entreabrir los velos del cielo para dejar pasar a Helios, el sol, y su luz.

¿Por qué esta precaución por el tamaño, o sea discreción, y la rapidez? Porque algunos miembros de las fuerzas de seguridad del estado, de bolígrafo y talón de multas rápido, que interpretan las normas rigurosa y literalmente, pueden decidir dejarte una "receta" de 601 euros por pararte y no comportarte como un perpetuum mobile, incluso si en ese momento no tienes a nadie cerca, no ya a 2 metros,... ni a 20 metros, como me sucedía las ocho y media de la tarde durante la semana en que usé el equipo mencionado.

En cuanto al rendimiento de la película, el ya conocido. Es una película que yo suelo exponer a un índice de exposición de 200 en lugar de al 400 de su sensibilidad nominal, porque se obtiene un grano más fino. Ofrece una imagen nítida y bastante contrastada, aunque tiene buena latitud de exposición. Pero los resultados más agradables son los de las fotografías que realicé en interiores, en mi lugar de trabajo. Durante esa semana, entre las dos y media y las ocho de la tarde, me encontraba solo en un planta en la que habitualmente, sin epidemias, por las mañanas trabajamos unas cuarenta personas. Sin agobios de espacio. De vez en cuando estiraba los músculos moviéndome y haciendo fotos aprovechando la luz de la tarde.

A las ocho de la tarde, me iba a casa entre aplausos de la muchedumbre en los balcones, que no se cómo se habían enterado que había realizado un trabajo "ejemplar" y "decisivo" para la sanidad de los aragoneses. Y bueno... me iba caminando a casa, que son 50 minutitos, haciendo alguna que otra foto. La XP2 Super es una película que no resulta siempre del agrado de los "talibanes" del blanco y negro tradicional, pero que a mí siempre me ha gustado. Por eso la uso mucho en los viajes. Aunque en este caso el contraste casi resulta excesivo en alguna escena soleada, en la que me hubiera venido bien que el archivo que mandan de Carmencita hubiese sido un TIFF 16 bits en lugar de un JPEG 8 bits, para atenuar un poco los tonos en un posprecesado digital. Pero en general, bien.

Quinta semana de aislamiento social - Minox 35 GT-E + Ilford FP4 Plus 125 a IE 250 (o así)

Estamos en la séptima semana desde que entró en vigor el decreto del estado de alarma por la epidemia de covid-19. Y todos analizando con cuidado cuándo y cómo podemos salir a pasear. No me quejo. de 6 a 10 de la mañana y de 8 a 11 de la noche van a ser las mejores horas para caminar y tener buena luz para hacer fotos. Especialmente si, como anuncia la previsión del tiempo, mayo llega con subidas importantes de temperaturas. Pero todavía estoy trabajando las fotografías que hice durante la quinta semana, que hoy os presento aquí.

Aunque tenía intención de variar, con otras cámaras, lo cierto es que una serie de circunstancias, relacionadas con mis horarios laborales, me llevaron a optar por un pequeño equipo. Así que volví a salir con la pequeña Minox 35 GT-E. Como mis recorridos de ida o vuelta al trabajo caminando iban a ser predominantemente en horas centrales del día, opté por la Ilford FP4 Plus 125. Sensibilidad más que de sobra para la inmensa mayoría de las fotografías a la luz del día, incluso enfocando por zonas o a la hipeerfocal, aprovechando la escala de profundidades de campo de la Minox.

Pero habiendo observado los resultados de unos cuantos rollos expuestos con esta cámara, me había quedado con la sensación, una sensación que me acompaña desde que compré la cámara en 2001, después de perder en Bélgica la Minox 35 ML que la precedió, que la cámara sobrexpone. Así que lo que hice durante esa semana fue ajustar el fotómetro de la cámara a un índice de exposición de 250, como si subexpusiera un paso. Pero luego revelé como si hubiera expuesto a su sensibilidad nominal.

Y no me ha fue mal. Con un revelado en Kodak HC-110 dilución C (1+19), durante 5 minutos y 30 segundos a 21 ºC, los negativos han quedado con una densidad y contraste bastante razonables. Lo cual ha sido especialmente importante, porque también he modificado algún aspecto en la digitalización de los mismos.

En los últimos tiempos, para el formato pequeño, los negativos de 24 x 36 mm, o inferiores, sobre película de 35 mm, venía usando la Panasonic Lumix G9 con el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS. En formato "raw" claro, para aprovechar al máximo. Pero eso me daba unos ficheros originales con un contraste bajo, con mucho con lo que trabajar para dejar el archivo final en una luminosidad y contraste adecuados. Pero si el grano de la película era discreto en el fichero original, al aumentar el contraste, necesariamente en la mayor parte de las ocasiones, este aumentaba considerablemente, se hacía muy notorio e incluso afectaba a la nitidez de la imagen. Si usaba el Epson Perfection V600 Photo, podía ajustar la luminosidad y el contraste antes de escanear, y el grano quedaba muy discreto. Pero la resolución y la nitidez de la imagen con unos archivos prácticamente la tercera parte en tamaño de los que ofrece la Lumix G9, era inferior. Los dos métodos tienen sus problemas.

He decidido arriesgar y sacrificar unas cosas en favor de otras. Este rollo lo he digitalizado con la Lumix G9, en modo de alta resolución, pero directamente en JPEG y ajustando los valores de contraste del mismo dentro de la cámara al máximo. El resultado ha sido unos archivos JPEG bastante buenos en su mayoría en tono y contraste, ajustando cuidadosamente la exposición con el histograma de la cámara, y controlándola a distancia para minimizar vibraciones con el iPad. Y con un grano discreto, más adecuado a la película que eso sí. La intervención posterior posible sobre los mismos, siendo archivos JPEG, es muy inferior. Aunque al partir de archivos de 40 megapíxeles (alta resolución), hay más margen del que parece, teniendo en cuenta que el archivo que usaré para imprimir la imagen final es como mucho la mitad. Estoy repitiendo el proceso con otros rollos, rescatando negativos antiguos de principios de los años 90, y sigo satisfecho. En cualquier caso, con los medios disponibles, siempre hay que buscar un compromiso y renunciar a algo.

Por cierto, estoy analizando las tomas para deducir porqué tiendo a encuadrar en vertical últimamente.

Cuarta semana de aislamiento social - Agfa Isolette + Ilford FP4 Plus 125

La cuarta semana del estado de alarma en vigor por la pandemia del nuevo coronavirus coincidió con las "fiestas" de Semana Santa. Yo sigo yendo a trabajar cotidianamente, a turnos semanales de mañana y tarde de lunes a viernes; escribo esto estando ya muy avanzada la sexta semana del estado de alarma. Pero en esos días sólo fui de lunes a miércoles. Por lo tanto, las 36 exposiciones de un rollo de 135 normal me parecía excesivas. Por ello, opté por el formato medio. Consideré que las 12 exposiciones que ofrece el formato medio en 6 x 6 cm serían suficientes. Tampoco sabía muy bien qué tiempo iba a hacer. Las predicciones del tiempo variaban con rapidez.

Puesto que todavía se percibía una necesidad de aislamiento extremos por la calle, ir por la misma cargado con una Hasselblad hubiese sido demasiado conspicuo. La mejor calidad, pero hacer números para que me parase la policía, y tener que dar explicaciones. Llevo mi "salvoconducto" oficial,... pero es un rollo tener que explicar que llevo encima la cámara para no morirme de asco el fin de semana y seguir teniendo cosas que hacer, que no es que me falten, además de tener un registro visual de mis vivencias de estos extraños tiempos. Así que opté por llevar una cámara retráctil. Después de darle vueltas al asunto, opté por la Agfa Isolette I, como la más razonable. Ya hablé de ella en su momento. De sus características y sus limitaciones.

Como película, seguí fiel a la Ilford FP4 Plus 125, que se empieza a convertir en mi película por defecto. Da buenos resultados a su sensibilidad nominal o con índices de exposición próximos a ella, con un paso de sobreexposición o subexposición. Y ya he tenido algún ejemplo de que a un IE 400 me ofrece un contraste más potente que su prima la HP5 Plus 400. Lo único que hay que cuidar es que las sombras no se bloqueen. Tenía la intención de exponer a un IE 250, y revelar un poco más largo para aumentar el contraste... pero...

Lo cierto es que las condiciones de luz fueron muy diversas. Y mi cabeza estuvo absolutamente en la luna por cuestiones que no vienen al caso aquí en este blog de fotografía. Y cuando llegó el momento de revelar el rollo, no tenía muy claro qué había hecho con él. Estuve exponiendo por estimación, sin fotómetro. Cosa que no suelo hace mal. Pero no tenía claro si en todo momento tenía en la cabeza el índice de exposición para el que estaba exponiendo. Como durante los días festivos de esa semana se me acumuló también un Delta 400 del que ya os hablé y, paradójicamente, a pesar del encierro, estaba liado con una multitud de cosas, decidí ir por lo cómodo y hacer un revelado desatendido de 45 minutos en Kodak HC-110 1:160 a 20 ºC, con unas ligeras inversiones al principio y a mitad del tiempo de revelado.

No han quedado mal. Un contraste muy moderado pero sobre el que se puede trabajar, ninguna sombra bloqueada, ninguna luz empastada. La nitidez, limitada por el sencillo objetivo que lleva la Isolette. Y de alguna forma, un resultado final que se ajusta al melancólico ambiente de aquellos días. Os dejo algunos ejemplos.

Tercera semana de aislamiento social - Minox 35 GT-E + Ilford FP4 Plus 125

Cuando ya estamos metidos en la quinta semana de vigencia del estado de alarma debido a la epidemia causada por el nuevo coronavirus aparecido en China y extendido ya por todo el mundo, los virus no saben nada de ese estúpido concepto que denominamos "fronteras", tengo ya revelado y procesado el rollo de Ilford FP4 Plus 125 que expuse con la Minox 35 GT-E durante la tercera semana del estado de alarma. Os recuerdo que yo sigo yendo a trabajar, tengo una profesión sanitaria y me han considerado servicio "esencial", y por lo tanto documento lo que me encuentro en las calles mientras voy y vengo a trabajar.

Hoy no me extenderé mucho en los detalles. Os dejaré algunas fotos, pero un comentario más extenso lo pondré en mi Cuaderno de ruta. Porque será un comentario más subjetivo sobre las fotografías, que sobre técnica fotográfica, que es a lo que dedico estas páginas.

Si que diré que, como es habitual en mí, el rollo de Ilford FP4 plus 125 lo revelé en Kodak HC-110, dilución C (1+19), cinco minutos y medio a 21 ºC. Con los ritmos de agitación que uso habitualmente; 30 segundos de inversiones tranquilas del tambor de revelado al comienzo del revelado, seguidos de cuatro inversiones tranquilas cada minuto hasta llegar al final del tiempo de revelado recomendado.

La única novedad, relativa, es la digitalización de los negativos. Generalmente, cuando digitalizo con la cámara digital y el objetivo macro, me quedan bien. Razonablemente nítidos para poder usar un fichero de imagen de 15 o 16 megapíxeles. Aunque suele tener un efecto indeseable. La imagen bruta que obtenemos al digitalizar los negativos de esta forma suele tener muy poco contraste. Y para mejorar este contraste, nos vemos obligados a elevarlo en los programas de tratamiento de imagen, ocasionando como efecto secundario un aumento notable de la granulación propia del negativo. Los granos de sales de plata se hacen mucho más evidente que en los procesos físico químicos puros. Normalmente, con un tratamiento cuidados de los negativos no me suele producir especiales problemas.

Pero en esta ocasión observé en no pocos negativos una granulación realmente excesiva comparada con experiencias previas con esta película y este revelador. Y pérdidas de nitidez como consecuencia. Por ello, volví a redigitalizar los negativos con el escáner Epson Perfection V600 Photo. El resultado es una archivo inicial con el contraste mucho más ajustado a la realidad y con una granulación mucho menos evidente. Pero como contrapartida, y por las limitaciones propias del escáner, el archivo aprovechable no pasa de los 5 o 5,5 megapíxeles. Yo escaneo con el V600 a 2400 píxeles por pulgada, sabiendo que luego debo reescalar a la baja a unos 2000 píxeles por pulgada. Que por encima de esto, no hay mejora de la información. Es lo que hay. Y estas son las fotos que he utilizado para ilustrar esta entrada. De todas formas, tengo que analizar porqué me han quedado peor y con menos nitidez que en otras cosas, sabiendo que no hay ningún problema de desenfoque apreciable... Estoy mosqueado.