La fotografía como afición y otras artes visuales

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El 2015 en fotos (1): De viaje con la cámara al hombro

Comienzo mi balance anual fotográfico. No me quejo de cómo ha ido el año. Después de las incertidumbres y vicisitudes del 2014, este año ha sido relativamente tranquilo en lo que se refiere a viajes. No exento de sobresaltos, pero bien. Como hitos principales, voy afianzando mis escapadas a Italia en Semana Santa, hemos realizado un viaje por Canadá, no el que pensábamos en principio, pero bien ha estado, y ha habido otras escapadas que no han estado mal. Quizá la ausencia más notable es que no me he escapado a Madrid en todo el año, lo cual es raro.

Como de costumbre os lo cuento en fotos. Comenzamos el año con algunas excursiones por los alrededores de Zaragoza, modestas pero no carentes de interés.

Sobre la presa romana de Muel con Fotógraf@s en Zaragoza.
También con Fotógraf@s en Zaragoza, en las grandes riadas de febrero en la Alfranca.
Paisaje de los Monegros cerca de Farlete.

El primer hito viajero importante fue a primeros de abril, en la escapada de Semana Santa a Italia. Instalados en Verona, recorrimos algunos de sus alrededores más interesantes.

La tradición de sobar la teta de Julieta en la presunta casa de los Capuletos.
Recorriendo el interesantísimo casco histórico de Mantua.
Navegando por el lago de Garda.

Antes de las vacaciones de verano, las más importantes por duración y ambición, tuve la oportunidad de desplazarme a Galicia por motivos de trabajo, y de hacer alguna otra escapada por los paisajes de Aragón.

El casco histórico de Santiago de Compostela.
Pequeña playa y Torre de Hércules en La Coruña.
El ocaso en la sierra de Algairén.

Y finalmente, en el mes de junio, llegó el esperado viaje a Canadá. Siguiendo el río San Lorenzo entre Niagara Falls y Tadoussac, con visita a las principales capitales canadienses.

Montreal desde los miradores del Mont Royal.
Toronto también tiene su "flatiron".
Navegando entre las "Mil Islas" del San Lorenzo en Kingston.
Como no, el arco iris en las cataratas del Niágara.
Malabaristas en la Terrasse Dufferin de Quebec.
Paisaje de la entrada al fiordo de Saguenay en Tadoussac.

Entre agosto y octubre, tuve un par de escapadas a países centroeuropeos, caracterizadas por el tiempo lluvioso y frío... pero que fueron bien aprovechadas no obstante.

Vistas desde lo alto del Monte Pilatus, cerca de Lucerna.
Lago de Lucerna o de los Cuatro Cantones en Brunnen.
La Staatsoper de Viena desde la terraza de Albertina.
Entre los viñedos de Grinzing.

Ya encarando el final de año, sólo dos escapadas a destacar; el taller de fotografía con cámaras de gran formato en Barcelona, y una escapada al Parque Natural del Moncayo para ver el sol, en un mes de diciembre cargado de nieblas en Zaragoza.

Espero que el 2016 venga al menos tan propicio en viajes como el 2015. Si no mejor.

Taller de fotografía con cámaras de gran formato en Vilassar de Dalt.
De paseo por el Borne de Barcelona.
Hayedos en el Parque Natural del Moncayo.

El casco antiguo de Barcelona con película negativa en color de formato medio

Comenté hace un par de semanas mi viaje a Barcelona para asistir a un taller de fotografía con cámaras de gran formato. También os conté que además de la pequeña cámara digital que uso para documentar lo cotidiana, me lleve la Leica M2 que usé con película negativa en blanco y negro, Kodak Tri-X 400, tanto para documentar el taller, como algunas escenas urbanas y paisajes en los desplazamientos al mismo. Pues bien, al día siguiente al taller, domingo, tenía previsto volver a Zaragoza pero por la tarde. Dándome la ocasión de pasear por la ciudad condal. Confiando en que la luz del otoño estuviese agradable. Y aunque llevaba siempre encima la pequeña Panasonic Lumix GM5, también llevé una cámara de medio formato con negativos en color.

Coqueto juego de tuberías que pasaban junto a la habitación del hotel.
A pesar de llevar un parasol, el objetivo de la Fuji no siempre se lleva bien con los fuertes contraluces que pueden producirse en el distrito de Ciudad Vieja de Barcelona.

La cámara que me llevé fue la Fujifilm GS645S Professional, cámara de formato medio para película en rollo tipo 120 o 220 (esta última prácticamente extinguida). En los rollos de tipo 120 ofrece 15 fotogramas de 6 x 4,5 cm (54 x 40,5 mm más bien). Si los hubiera, en los de tipo 220 se podrían obtener el doble, 30 fotogramas. Es una cámara que ya he comentado en estas páginas, que me traje de Nueva York hace dos años en un viaje a esa ciudad americana. Con posterioridad necesité ajustar el telémetro de coincidencia que no iba bien. En la actualidad funciona, aunque no está pensado para una actividad desenfrenada. Si las situaciones lo permiten enfoco por zonas, usando la escala de profundidad de campo de  su objetivo fijo de 60 mm de longitud focal, aproximadamente equivalente a un 38 mm en una cámara para película perforada de 35 mm con negativo de 24 x 36 mm. El negativo tiene una superficie 2,5 veces superior a la de este último formato.

En la calle de la Cucurulla.
Entorno de la catedral.

La película utilizada durante esta mañana fue la Kodak Portra 400, una película auténticamente polivalente, con una gran latitud de exposición, que nos ofrece unos colores muy agradables, no excesivamente saturados, suaves. También tiene un buen control del contraste, por lo que es muy adecuada para la fotografía callejera. Normalmente la uso con un índice de exposición de 200, que ofrece algo más de saturación en los colores. Pero cuando la luz falta se puede usar sin problemas con un índice de exposición equivalente a su sensibilidad nominal de 400 ISO, e incluso con un paso de subexposición, índice de exposición de 800, sin graves pérdidas. Una sobrexposición mayor no conlleva mayor problema, pero si subexponemos más, los negros y los colores se van estropeando... aunque a algunos les gusta el efecto.

Casa del Arcediano en la calle de Santa Lucía.
Calle del Forn de la Fonda.

En las horas que estuve paseando por Barcelona, lo hice sobretodo por el distrito de la Ciudad Vieja, en el Borne y el llamado Barrio Gótico de la capital catalana. He de decir que para mayor comodidad a la hora de exponer, al contrario de lo que es mi costumbre con esta película, no la ajusté a un índice de exposición de 200 sino a su sensibilidad nominal de 400 ISO. En las estrechas callejuelas barcelonesas hay momentos en los que la luz se hace escasa.

Plaza de Santa María.
Plaza del Fossar de les Moreres.

El objetivo Fujinon 60 mm f/4 tiene como veis una velocidad limitada. Esto tiene varios motivos. Por un lado, porque una luminosidad mayor incrementaría bastante su tamaño. Por otro lado, dada la menor profundidad de campo con la que trabajamos en el formato medio, luminosidades mayores obligarían a un telémetro con más base para una precisión suficiente con aperturas mayores. Hay que tener en cuenta que a f/4 este 60 mm ofrece una profundidad de campo equivalente a un f/2 a 38 mm en una cámara para el formato de 24 x 36 mm. El precio que hay que pagar es que cuando la luz escasea nos vemos pronto en dificultades. Quizá para un paseo como el de este domingo, con momentos en los que la luz llega con dificultad a las calles de la Ciudad Vieja de Barcelona, hubiera venido bien la Portra 800.

En cualquier caso, finalmente, salvo algún fotograma subexpuesto, la cosa quedó bien.

La calle del Rosic desde la calle de los Mirallers.
Calle de la Tapinería.

El principal problema que tengo con esta cámara es que si no presta mucha atención el horizonte no me queda horizontal. Y para que queden bien las fotos, salvo que el efecto sea buscado, tengo que enderezar las copias digitalizadas en el ordenador. Por lo demás, apenas están ajustadas las digitalizaciones de los negativos que he recibido de Carmencita Film Lab, donde mando revelar los negativos en color, y donde me suelen hacer un buen trabajo, con interesantes comentarios sobre cómo estaban los negativos. En alguna ocasión, algún pequeño ajuste de contraste o luminosidad. Pero poca cosa.

Y es un gusto la sensación que dejan las fotografías realizadas con un tamaño de negativo semejante. A usar más.

En pleno debate identitario e independentista, muy agobiante a veces y que está haciendo de Barcelona una ciudad menos acogedora, no por ello van a dejar de vender cutres trajes de faralaes a las niñas "guiris"... Al fin y al cabo, la "pela" es la "pela"... Y ya se sabe, "Barcelona es bona si la bolsa sona"... o algo así.

El 2014 en fotos (1): De viaje con la cámara al hombro

No ha sido un año fácil para viajar. De hecho, ha habido sobresaltos en alguno de mis viajes. Pero ha sido un buen año y productivo. Quizá con el hito más importante el del viaje a JAPÓN, un par de veces aplazado por distintos motivos, y que este año, aunque con miedo, nos decidimos a hacer y disfrutar.

Pero ha habido más cosas. Tanto en viajes al extranjero, como moviéndonos en cercanías. Os lo cuento como es tradicional con fotografías.

Varias excursiones con Fotógraf@s en Zaragoza; la primera al Monasterio de Rueda y las saladas de Sástago. Y frecuentemente me he llevado alguna cámara de película tradicional. Paisaje del río Ebro en Escatrón,
Durante todo el año he estado montando un equipo de formato medio Hasselblad. Probé el sistema por primera vez en las trincheras de Alcubierre.
Nueva salida con Fotógraf@s en Zaragoza; en esta ocasión a Uncastillo.
El viaje a Italia en Semana Santa empieza a ser una tradición. Disfrutando de Riomaggiore, en la costa de las Cinque Terre.
Un lugar no carente de magia es el cementerio de Staglieno en Génova.
Y desde Génova, un viaje relámpago a Florencia, a disfrutar del sol de la Pasquetta a orillas del Arno.
No es mi primera visita al yacimiento arqueológico de los Bañales. Y en ambas he llevado una cámara de formato medio para película tradicional.
Otro día, a finales de primavera, por las Cinco Villas, cerca de Erla, también con un carrete de película en blanco y negro.
Nuevamente de excursión con Fotógraf@s en Zaragoza; en esta ocasión mezcla de historia y naturaleza en el Monasterio de San Juan de la Peña.
En verano a Suecia y Copenhague, con base en Malmo.
En Copenhague, visité por primera vez el notable museo de arte contemporáneo Louisiana.
El viaje por Suecia se vio interrumpido por problemas familiares. El último lugar visitado fue el casco histórico de Ystad.
La excursión de enero a las saladas de Sástago-Bujaraloz me dejó con ganas de más, así que una tarde de verano con tormenta me acerqué de nuevo.
El viaje a Japón estuvo pendiente de un hilo por lo problemas familiares hasta pocas semanas antes. Pero al final pude disfrutar de lugares como Fushimi Inari Taisha en Kioto.
También disfrutamos de una tarde casi perfecta en Kasuga Taisha en la ciudad de Nara.
El populoso cruce de Shibuya en Tokio bajo la lluvia.
Paseando entre los lugares sagrados de Tosho-gu en Nikko.
Desde mi infancia quise ver con mis propios ojos al Daibutsu de Kamakura; deseo cumplido.
Y un viaje a Japón no puede estar completo si el Monte Fuji.
La alegría del viaje a Japón se vio ensombrecida por la melancolía de las semanas siguientes, paliada en parte por una escapada a Córdoba, donde no faltó la visita a la mezquita-catedral.
Una cierta melancolía acompañó mi escapada a Madrid; típica alpargatería y cordelería en la Calle de Toledo.
Un tono más alegre tuvo la excursión familiar a Barcelona unas semanas más tarde, con visita al acuario incluida.
La guinda a los viajes del año la puso mi visita a París en diciembre; por primera vez visité el Museo Rodin. Debería haberlo hecho antes.
En París tuve el tiempo gris propio de finales de otoño; aunque con excepciones, como la hermosa puesta de sol que me sorprendió en el Centro George Pompidou.
Y a París me acompañó también una cámara de película tradicional, y con esta vista del Sena, el puente de Jena y la Torre Eiffel me despido hasta próximos viajes. Feliz año 2015 viajero.