La fotografía como afición y otras artes visuales

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El 2014 en fotos (1): De viaje con la cámara al hombro

No ha sido un año fácil para viajar. De hecho, ha habido sobresaltos en alguno de mis viajes. Pero ha sido un buen año y productivo. Quizá con el hito más importante el del viaje a JAPÓN, un par de veces aplazado por distintos motivos, y que este año, aunque con miedo, nos decidimos a hacer y disfrutar.

Pero ha habido más cosas. Tanto en viajes al extranjero, como moviéndonos en cercanías. Os lo cuento como es tradicional con fotografías.

Varias excursiones con Fotógraf@s en Zaragoza; la primera al Monasterio de Rueda y las saladas de Sástago. Y frecuentemente me he llevado alguna cámara de película tradicional. Paisaje del río Ebro en Escatrón,
Durante todo el año he estado montando un equipo de formato medio Hasselblad. Probé el sistema por primera vez en las trincheras de Alcubierre.
Nueva salida con Fotógraf@s en Zaragoza; en esta ocasión a Uncastillo.
El viaje a Italia en Semana Santa empieza a ser una tradición. Disfrutando de Riomaggiore, en la costa de las Cinque Terre.
Un lugar no carente de magia es el cementerio de Staglieno en Génova.
Y desde Génova, un viaje relámpago a Florencia, a disfrutar del sol de la Pasquetta a orillas del Arno.
No es mi primera visita al yacimiento arqueológico de los Bañales. Y en ambas he llevado una cámara de formato medio para película tradicional.
Otro día, a finales de primavera, por las Cinco Villas, cerca de Erla, también con un carrete de película en blanco y negro.
Nuevamente de excursión con Fotógraf@s en Zaragoza; en esta ocasión mezcla de historia y naturaleza en el Monasterio de San Juan de la Peña.
En verano a Suecia y Copenhague, con base en Malmo.
En Copenhague, visité por primera vez el notable museo de arte contemporáneo Louisiana.
El viaje por Suecia se vio interrumpido por problemas familiares. El último lugar visitado fue el casco histórico de Ystad.
La excursión de enero a las saladas de Sástago-Bujaraloz me dejó con ganas de más, así que una tarde de verano con tormenta me acerqué de nuevo.
El viaje a Japón estuvo pendiente de un hilo por lo problemas familiares hasta pocas semanas antes. Pero al final pude disfrutar de lugares como Fushimi Inari Taisha en Kioto.
También disfrutamos de una tarde casi perfecta en Kasuga Taisha en la ciudad de Nara.
El populoso cruce de Shibuya en Tokio bajo la lluvia.
Paseando entre los lugares sagrados de Tosho-gu en Nikko.
Desde mi infancia quise ver con mis propios ojos al Daibutsu de Kamakura; deseo cumplido.
Y un viaje a Japón no puede estar completo si el Monte Fuji.
La alegría del viaje a Japón se vio ensombrecida por la melancolía de las semanas siguientes, paliada en parte por una escapada a Córdoba, donde no faltó la visita a la mezquita-catedral.
Una cierta melancolía acompañó mi escapada a Madrid; típica alpargatería y cordelería en la Calle de Toledo.
Un tono más alegre tuvo la excursión familiar a Barcelona unas semanas más tarde, con visita al acuario incluida.
La guinda a los viajes del año la puso mi visita a París en diciembre; por primera vez visité el Museo Rodin. Debería haberlo hecho antes.
En París tuve el tiempo gris propio de finales de otoño; aunque con excepciones, como la hermosa puesta de sol que me sorprendió en el Centro George Pompidou.
Y a París me acompañó también una cámara de película tradicional, y con esta vista del Sena, el puente de Jena y la Torre Eiffel me despido hasta próximos viajes. Feliz año 2015 viajero.

Fotografiando el patrimonio cultural de la humanidad: Monte Fuji

Hace unos días comentaba que hasta cinco lugares cualificados por la UNESCO como PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD hemos visitado durante nuestro viaje de dos semanas a JAPÓN. Y os hablaba en ese momento de la bella isla de MIYAJIMA, que combinaba en el mismo lugar la riqueza cultural de los antiguos santurarios sintoístas diseminados por ella con la belleza natural de los bosques primordiales subtropicales que cubren las laderas del monte MISEN.

Hoy volvemos a un entorno que también recoge en un mismo entorno la significación cultural con la majestuosidad de la naturaleza. Un lugar que además es en muchas ocasiones un auténtico símbolo de todo JAPÓN. Se trata del MONTE FUJI.

Para empezar, una observación. Según la propaganda y las imágenes vistas durante toda nuestra vida, el MONTE FUJI, FUJISAN (富士山) en japonés y no fujiyama como se dice a veces en Occidente, se ve desde todas las partes de forma impresionante. Bueno. Con sus casi cuatro mil metros de altura, su casi perfecta forma cónica, y sus amplias faldas, es impresionante. Pero es difícil de ver si no te acercas a los alrededores. Las nubes, la bruma, otros montes hace que sea más tímido de lo que parece. Lo vimos por primera vez casi por casualidad cuando nos dirigíamos montados en el Tohoku Shinkansen a ver otro lugar magnífico como son los templos y santuarios de NIKKO. De ellos, os hablaré otro día.

El monte Fuji se aprecia en la distancia desde la ventanilla del shinkansen

Con el fin de poder apreciar debidamente la magnificencia del lugar nos acercamos a una de sus áreas cercanas, la región de los cinco lagos de FUJIGOKO, en concreto a las riberas del lago KAWAGUCHI. Paramos previamente en la ciudad de FUJIYOSHIDA, desde donde salía una de las rutas de ascenso al MONTE FUJI, concretamente atravesando un monasterio sintoísta, el KITAGUCHI HONGU FUJI SENGEN JINJA, que visitamos durante un rato en la mañana de nuestro último día completo en JAPÓN. Fue un paseo agradable, y además pudimos observar algunas de las ceremonias de una boda tradicional japonesa. Como digo, lo que la UNESCO tiene calificado como PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD, no es sólo el MONTE FUJI, sino también diversos elementos del entorno, culturales y naturales, que ayudan a dar significado al lugar. Y este, al igual que los cinco lagos, es uno de ellos.

Kitaguchi Hongu Fuji Sengen - Fujiyoshida
Kitaguchi Hongu Fuji Sengen - Fujiyoshida

Tras comer algo, tomamos de nuevo el tren y nos dirigimos a la cercana ciudad de KAWAGUCHIKO, a orillas del lago KAWAGUCHI. Este lago es uno de los más visitados porque, con las condiciones climática y atmosféricas adecuadas, el MONTE FUJI puede verse reflejado en sus aguas. Pero como durante casi toda nuestra estancia en JAPÓN, si no había nubes, había una atmósfera brumosa. Y ligero viento rizaba las aguas del lago, impidiendo un reflejo nítido de cualquier objeto sobre las mismas.

Lago Kawaguchi
Lago Kawaguchi

Con estas condiciones, decidimos que lo más rentable desde el punto de vista del disfrute personal y visual será coger el funicular del MONTE KACHI KACHI (monte ficticio de los cuentos japoneses) que nos sube hasta las cercanías del MONTE TENJO a más de 1000 metros de altitud, y desde donde esperamos tener buenas vistas del MONTE FUJI. Serán las últimas horas de la tarde, ya que el último viaje de descenso del funicular es a las 17:20, y el sol se pone hacia las 17:35 - 17:40.

Lo que hacemos es subir con el funicular hasta su base superior, y luego hacer una ligera caminata hasta lo que creemos que es la cima del MONTE TENJO. Que como todos los carteles están japonés, cualquiera sabe. En cualquier caso, la tarde es agradable, y a pesar de la calima en la atmósfera que rodea al MONTE FUJI, podemos disfrutar de sus vistas.

Monte Fuji desde la estación superior del funicular Kachi Kachi
Monte Fuji desde el Monte Tenjo - Kawaguchiko
Santuario en el Monte Tenjo - Kawaguchiko
Monte Tenjo - Kawaguchiko
Autorretrato con Monte Fuji - Kawaguchiko

Conforme la tarde pasa, aguantamos para bajar en el último viaje del funicular, ya que la temperatura y el tono de la luz es muy agradable para estar y hacer alguna fotografía. Finalmente vamos descendiendo, y en un tranquilo paseo nos dirigimos a la estación de KAWAGUCHIKO para coger el primero de los trenes que nos llevará hasta TOKIO en sucesivos transbordos. Pero incluso desde la crepuscular estación tenemos ocasión de echar una última mirada al majestuoso aunque tímido volcán.

Estación superior del funicular Kachi Kachi - Kawaguchiko
Funicular Kachi Kachi - Kawaguchiko
Estación de Kawaguchiko
Monte Fuji desde la estación de Kawaguchiko

La última vista del MONTE FUJI no la tendremos no obstante en este lugar. Me sorprenderá desde la ventanilla del avión que me trasladará desde el aeropuerto de NARITA hasta el de FRÁNCFORT, vista que creará una simpática complicidad con una todavía más simpática azafata japonesa de LUFTHANSA, y que hará que el largo vuelo sea mucho más agradable.

Vista del Monte Fuji desde un 747 con destino Fráncfort