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Leica Minilux como cámara de apuntes (2): Fujifilm Neopan 100 Acros II

En los últimos meses he reconectado con la Leica Minilux. No tan compacta como otras cámaras que tengo como la Minox 35 GT-E o la Olympus mju-II, presenta algunas ventajas sobre estas, y últimamente es mi cámara preferida para llevar encima en todo momento para tomar apuntes fotográficos.

Con respecto a la Minox, se puede usar también en modo de exposición con prioridad a la apertura. Tiene un sistema de compensación de la exposición entre -2 y +2 pasos por medios pasos, frente al sencillo x2 de la Minox, es decir un modo de sobrexposición de un paso para los contraluces. La focal de 40 mm no es muy diferente de la de 35 mm, pero yo la prefiero. Es marginalmente más luminoso, f/2,4 frente a f/2,8. Y aunque se puede usar enfocando por estimación y utilizando las hiperfocales, un poco al estilo de la Minox pero no igual por no tener escala de profundidad de campo, tiene la ventaja de que en distancias cortas puedes usar el enfoque automático y ser más preciso. Especialmente si necesitas aperturas amplias, donde el error al enfocar es más crítico. Tiene flash incorporado. Y como ya he dicho, es menos compacta, más talabarte. Los objetivos de las dos cámaras tienen buena prensa, pero el Summarit de la Minilux suele estar mejor considerado. La fórmula óptica, tipo "planar", 6 elementos en 4 grupos, es más compleja que la "tessar", 4 elementos en 3 grupos, del Minotar de la Minox. La Minox es una cámara más rápida. No necesita accionar ningún motor de enfoque y no hay retraso entre el accionamiento del disparador y el accionamiento del obturador. Con la Minilux, sí. Por eso, la Minox es más "reportajera", mientras que la Minilux es más un bloc de notas fotográfico.

La Olympus mju-II es comparable a la Minox en tamaño. Y tiene prestaciones similares a la Minilux, menos las más interesantes. No tiene enfoque manual, ni modo prioridad a la apertura. Ni compensador de la exposición. Todo automático. Los principales inconvenientes de la Minilux se encuentran también en la mju-II. La única ventaja notable, que fue además la que desencadenó su compra cuando salió al mercado en los años 90 del siglo XX es que está protegida contra salpicaduras de agua y contra el polvo. Y era la cámara que subía conmigo cada fin de semana a las pistas de esquí.

Con todo esto por delante, después de utilizarla en los últimos tiempos principalmente con rollos de película negativa en color, tomé la decisión de hacer un rollo de blanco y negro. Y para aprovechar las buenas cualidades de su óptica, le puse una película en condiciones. La Fujifilm Neopan 100 Acros II, la nueva versión de esta película de grano fino y elevada definición, que ahora fabrica Ilford en Reino Unido aunque bajo especificaciones de Fujifilm, puede hacer que las fotos obtenidas puedan tener un empaque superior a la de un mero bloc de notas. Si la distribución tonal es adecuada y si la nitidez es buena, puede ser ampliadas a buen tamaño.

Durante una semana fui recogiendo escenas ciudadanas, de rincones de la ciudad que me interesan por diversos motivos. Normalmente suelo ajustar el fotómetro a IE 80 y no al IE 100 de su sensibilidad nominal. Pero la mayor parte de estas compactas electrónicas no permiten este ajuste, ya que leen la sensibilidad por los contactos DX, así que su sensibilidad nominal tuvo que ser. Hice las fotos y revelé en Kodak HC-110 en dilución B (1+31) durante 5 minutos. Es distinto revelado que el que realicé recientemente en unos rollos realizados con la Hasselblad 500CM. Lo cierto es que aquellos no me gustaron cómo quedaron, supuse que algo estaba mal en la información de la que disponía y busqué otra información sobre el revelado de la Acros II con HC-110. Y esta parece ser correcta.

A la simple inspección visual, ya se apreciaba que la densidad y gama tonal de los negativos era bastante buena. Digitalicé los negativos con la Panasonic Lumix G9 y el Macro-Elmarit 45/2,8 a la resolución normal de 20 megapíxeles, que era más que suficiente para los fines pretendidos. Prácticamente no se aprecia grano alguno en las imágenes, confirmando las cualidades de la película. Hay amplia información de las luces a las sombras y el aspecto general de las imágenes, al menos técnicamente es muy bueno. El que interesen a la persona que las vea o no es otro cantar, pero para lo que yo quería, ya me han venido bien y han cumplido sobradamente las expectativas. Con las limitaciones que impone la sensibilidad ISO 100 en cuanto a necesidad de luz, la combinación de cámara y película es bastante buena. Se obtienen imágenes nítidas y limpias. La focal de 40 mm es muy polivalente y la cámara, aunque no tan compacta como las que han servido de comparación al principio, se transporta cómodamente una bolsa o mochila urbanita. El único pero es que la Acros II es una película cara. ¿Merece la pena sobre otras películas de sensibilidad similar como la Ilford FP4 Plus bastante más barata? Pues en muchos casos probablemente no... pero en alguno, en trabajos seleccionados puede que sí. Cada cual ha de valorar la situación.

Usando la Leica Minilux como cámara de apuntes; a principios de enero con Kodak Ultramax 400

Después de dedicar la mayor parte de los meses de noviembre y diciembre a llevar película negativa en color de sensibilidad media-baja, ISO 100, en las cámaras que uso para tomar apuntes fotográficos mientras me desplazo de un lado a otro de la ciudad, en el mes de enero decidí llevar algo más versatil, una sensibilidad menos apurada cuando empieza a fallar la luz. A principio del mes, me pasé por un comercio de Zaragoza donde todavía se puede comprar cierta variedad de emulsiones fotográficas, no exactamente las que más me gustarían, pero es lo que hay, y vi que tenían algunos paquetes de tres rollos de Kodak Ultramax 400. Así que me llevé uno.

Siempre me ha resultado un poco confuso el catálogo de películas de Kodak, por dos motivos. Uno, porque a lo largo de los años he conocido un montón de denominaciones distintas para sus emulsiones, y llega un momento en el que no sabes qué esta en catálogo y qué no. Otro, porque las emulsiones que se encuentran en catálogo tienen denominaciones muy diversas. Antaño, sabías que la gama de películas negativas en color no profesionales eran las Kodacolor Gold, y te limitabas a elegir la emulsión con la sensibilidad que preferías y ya está. Pero ahora... Un artículo en Casual Photophile me aclaró un poco el panorama. En ISO 100, la Kodak Pro Image 100 que he usado este invierno. Aunque se la denominada "professional", casi nadie la considera como tal. En ISO 200, dos emulsiones, la Kodak Gold 200 y la Kodak Color Plus 200. Las dos consideradas para principiantes y aficionados básicos. La segunda más barata y quizá menos nítida, más granulosa y más cálida que la primera, pero más fácil de encontrar en el comercio. Y en ISO 400, la Kodak Ultramax 400. Parece que han desaparecido las Gold 100 y 400.

Así que me pareció bien coger este trío de Ultramax 400. En los últimos años, cuando no quiero gastar en Portra 400, muy cara y no siempre disponible, he venido usando en esta sensibilidad considerada la más polivalente y todo terreno, la Fujifilm Superia Xtra 400. No está de más conocer las diversas posibilidades. Así que a principio de mes cargué el primero de los rollos de Kodak Ultramax 400 en la Leica Minilux. Y fui tirando de ella. La Minilux es una cámara que me gustaría que fuera un poco más pequeña, que tiene varias de las pejigueras que presentaban casi todas las cámaras compactas de su época, pero que tiene varias características que hacen de ella una cámara agradable de usar. Su objetivo de Summarit 40 mm f/2,4, la posibilidad de usar la cámara en prioridad a la apertura y con enfoque "manual", especialmente para enfocar por zonas o a la hiperfocal, y el compensador de exposición entre -2 y +2 por medios pasos, son los atributos que me gustan. No me gusta que el flash no pueda quedar permanentemente desactivado y que cada vez que apagas la cámara vuelve a ponerse en modo automático, disparándose cuando no quiero.

Las fotos las realicé entre el 8 y el 24 de enero, en modo bloc de apuntes fotográfico. Es decir, cámara en la mochila urbana... y cuando veía alguna escena que quería registrar como recordatorio, como nota, como apunte fotográfico,... foto. Sin más. Y desde este punto de vista, realmente la sensibilidad ISO 400 es más ventajosa que la ISO 100. Incluso tomé alguna foto en interiores. Como pega principal, en situaciones de luz abundante, prácticamente está siempre en f/16 y 1/400 segundo, que es su velocidad de obturación máxima. El revelado en Carmencita Film Lab presentaba un exceso de dominante amarilla, a pesar de solicitar un rendimiento neutro del color. Y aunque es fácil de corregir... es molesto. Quizá por el hecho de que las películas de Kodak tienen famas de presentar tonos cálidos, no las corrigen adecuadamente. Pero lo que en fotos realizadas en la sombra está bien, cuando hay cielos abiertos y estos no se ven azules si no algo entre el azul y el no sé muy bien que denominar... no está bien. Tendré que ponerles una nota la próxima vez, porque no es la primera vez que me pasa.

Una sensibilidad un poco justa para el invierno - Leica Minilux + Kodak Pro Image 100

Durante el mes de noviembre me animé a intentar los colores otoñales con la Kodak Ektar 100. Incluso si no quedaba más remedio que hacerlo en el un ámbito urbano, por causa de la pandemia, en lugar de salir a buscar los bosques otoñales a la naturaleza. La Ektar 100 está bien pero es una película que exige atención a la exposición y cuidado en el revelado, pero que a cambio ofrece unos colores vivos y un grano muy fino. Y con las continuas subidas de precio de las emulsiones fotográficas, especialmente por parte de Kodak,... pues es cara.

Una opción que puede ser interesante para fotografía en color dentro de la marca americana es la Kodak Pro Image 100. Una película que parece ser que originalmente fue concebida para los mercados asiáticos y de América latina, pero que finalmente ha acabado por estar disponible por todo el globo. Y que se puede encontrar un 40 % más barata que la referencia profesional para la fotografía profesional de paisaje. Sí... ya sé que la Pro Image 100 también lleva el adjetivo "Professional"... pero dejadme que sonría con cierto excepticismo. Cuando una película se diseña más para su aguante en todas las circunstancias climáticas que para su consistencia en los resultados... pero con frecuencia se comenta como una alternativa a la Ektar 100 por sus colores y su sensibilidad.

Tenía, y sigo teniendo, creo, algunos rollos de Pro Image 100 por casa. Es cierto que es una sensibilidad que acabas utilizando poco,... porque las sensibilidades superiores de ISO 200, 400... y quien sabe si incluso 800, son más todoterreno. Pero en los primeros días de diciembre de 2020, decidí poner un rollo en la pequeña Leica Minilux. Al fin y al cabo, esta tiene un objetivo relativamente luminoso, el Summarit 40/2,4. Y esa es una longitud focal que me gusta mucho como óptica versátil. Por otro lado, este Summarit que integró en su momento, en la década de los noventa, varios modelos de Leicas compactas, fabricadas en Japón por Minolta, más que probablemente, siempre ha tenido una excelente reputación en cuanto a nitidez y otros comportamientos ópticos.

En aquellos días de principios de diciembre, mi cabeza no estuvo en su punto más centrado. Por lo que no tengo fotografías realmente originales realizadas con este rollo. Más bien variaciones de motivos urbanos que ya había explorado previamente en mis idas y venidas por la ciudad. También me animé a usarla en "interiores", en el museo del fuego y de los bomberos, que tiene un patio bastante luminoso; menos que los exteriores puros y duros, pero más que unas salas de museo al uso. La consecuencia es que obligué a trabajar a la cámara en su situación más apurada para fotografiar a mano alzada, a f/2,4 de diafragma y 1/45 segundo de velocidad de obturación. Pero, salió airosa del trance.

El balance general es que, como ya sabía, la cámara con ese Summarit de 40 mm de focal, permite obtener unas imágenes nítidas y bien corregidas, quizá con cierto viñeteo, no molesto, a sus máxima apertura. Los colores que ofrece la Pro Image 100 me parecen correctos. Incluso en algunos casos muy agradables. No son los mismos que con la Ektar 100, pero quizá más polivalentes. Lo que me sorprende más negativamente es que para ser una sensibilidad ISO 100, el grano es bastante aparente. Apreciablemente más grosero que el de la Ektar 100 o la Portra 160. Y probablemente, más grosero que el de la Portra 400 sobreexpuesta, aunque esto no me atrevo a asegurarlo con tanta rotundidad. El caso es que no le encuentro excesivas ventajas a usarla en lugar de algunas películas económicas de ISO 200 que se encuentran en el mercado.

Kodak Portra 400 y Kodak Ektar 100 con una Leica Minilux

En los últimos tiempos he tratado de simplificar la utilización de mi equipo fotográfico. Al ser en cierto grado coleccionista de cámaras que funcionan, en ocasiones "me lío" con el equipo con el que salgo a fotografiar. Y eso tiene consecuencias negativas en la calidad de mis fotos. Las cosas como son. Por lo tanto, he iniciado desde hace unos meses un plan para definir qué cámara o tipo de película, cuando uso tecnologías no electrónicas, voy a usar en cada ocasión. Por ejemplo, en lo que se refiere a la película en blanco y negro, prácticamente he reducido mis compras a productos Ilford, porque no serán los más baratos, pero son los más fáciles de adquirir y los que desde mi punto de vista presentan una mejor relación calidad global para el precio que tienen. Con la película negativa en color, todavía no he llegado a una solución definitiva. Las películas más avanzadas me gustan más las de Kodak (gama Portra y Ektar 100), mientras que en el caso de las películas más asequibles, más de aficionado, tiendo a preferir la gama de las Fujifilm Superia. Desde los problemas con la Rollei 80S en formato medio durante el verano pasado, prácticamente no he usado otras marcas.

Imágenes realizadas con Leica Minilux y Kodak Portra 400 callejeando por la ciudad.

Lo que sí he afianzado como costumbre es que de las dos compactas para película tradicional que me gusta utilizar, una de ellas, la Minox GT-E, la dedico a película en blanco y negro, mientras que la otra, la Leica Minilux, la dedico a película negativa en color. Es una forma de no liarme. Una lleva un tipo de película, la otra, otra. No me equivoco. Hasta esta primavera, la película negativa en color que venía usando con la Minilux era Fujifilm Superia 400. Pero decidí que era el momento de usar otras películas.

En el mes de abril cargué la Minilux con un carrete de Kodak Portra 400, película de gama alta, habitualmente usada para retrato pero apta para un uso polivalente, de grano fino para su sensibilidad nominal, especialmente si se expone con uno o dos pasos de sobreexposición, cosa que hacen muchos fotógrafos. Así, la mayor parte de los fotogramas de ese carrete están expuestos a un índice de exposición de 200 en lugar de a su sensibilidad nominal ISO 400.

Imágenes tomadas en el entorno de la Expo 2008 el día de la visita a la Torre del Agua con FeZ (Fotógrafos en Zaragoza).

Los resultados son buenos. Siempre he pensado que muy torpe tiene que ser un fotógrafo para obtener malos resultados con esta película. Hay mucho margen para el error en la exposición. Hay que evitar la subexposición, pero con un índice de exposición de 200 y una sensibilidad nominal de ISO 400, es algo que difícilmente va a suceder. ¿Cuál puede ser el motivo para no usar sistemáticamente esta película? Que es más cara que otras. Es un 60 % más cara que la Fujifilm Superia XTra 400, por ejemplo.

En el mes de mayo, cargué la Leica Minilux con un carrete de Kodak Ektar 100 para la excursión que hice con la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ a la Bardena negra o Bardena aragonesa, en las Cinco Villas. Esta película, con una sensibilidad nominal de ISO 100, tiene unas características muy distintas a la Portra 400. Además de la menor sensibilidad, acompañada de un grano más fino, ofrece imágenes más contrastadas y más saturadas, por lo que se considera adecuada para paisaje. Se recomienda exponerla con precisión a su sensibilidad nominal. Y especialmente evitar la sobreexposición en caso de retratos por los tonos rojizos, muy poco naturales, que adquieren los tonos de piel de las personas.

Imágenes realizadas con la Leica Minilux y película Kodak Ektar 100 durante la visita a las Bardenas con la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ.

Lo cierto es que en la excursión a las Bardenas, la película funcionó bien, aunque las condiciones de luz no fueran las más idóneas para el lucimiento de la película. Día de sol radiante, sin una nube, luz dura, muy plana. Con fuertes contrastes en determinadas ocasiones. Pero bueno, evidentemente es un buen material sensible. Aunque yo no me veo usándolo muy frecuentemente, dada la polivalencia de otras películas. Es más barata que la Portra 400, eso sí.

Como no acabé el carrete en la excursión a las Bardenas, la terminé en el patio del Museo de Zaragoza, donde hay algunas copias de conjuntos escultóricos muy conocidos, y me gusta el resultado que ofrecen. Como la mayor parte del material negativo, conviene exponer para las sombras, asegurando el detalle en las mismas.

El revelado de ambos carretes fue realizado Malvarrosa Film Lab, donde ofrecen un servicio de escaneado de la superficie integral del negativo hasta los bordes de los mismos, como se puede comprobar.

La Kodak Ektar 100 se comportó bien en el patio del Museo de Zaragoza, "retratando" las reproducciones de las esculturas clásicas que allí habitan.

Dos carretes de Fujicolor Superia X-Tra 400 en el paraje de la pasarela del Bicentenario

Durante el mes de marzo dediqué algunos fines de semana a explorar el entorno de la pasarela del Bicentenario, también aquí, y La Cartuja Baja. Es un buen paseo, de unos ocho kilómetros, desde mi casa. Y permite combinar la necesidad de hacer ejercicio físico con lugares interesantes para la fotografía. Fotográficamente, el principal objetivo de esos paseos era reconectar con la película en blanco y negro Ilford HP5 Plus 400, que en un momento dado, hace unos años era frecuente en mi bolsa frecuenta, pero que después se hizo escasa. Reservada casi en exclusiva a cuando es necesario forzar, cosa que en mi caso ocurre rara vez. Como tenía bastante película de esta marca y variedad almacenada, decidí aprovecha para volver a familiarizarme con ella. Desde luego, entiendo porque es tan apreciada por muchos aficionados y profesionales de la fotografía.

Tres de las fotografías tomadas con la Minox GT-E días antes del paseo hacia la pasarela del Bicentenario.

Pero en ambos paseos llevé conmigo también alguna cámara compacta con película negativa en color. En ambos caso la misma película, la Fujicolor Superia X-Tra 400. Esta película está disponible solamente en formato 135, es decir película de 35 mm biperforada, la que conoce la mayor parte de la gente que ha fotografiado a lo largo de su vida con película tradicional. No existe en formato medio, lo cual es una lástima. Es una película que tiene una buena saturación y nitidez, y aparentemente un grano más manifiesto que las películas de gama profesional de la misma sensibilidad, pero que no suele ser molesto. Pero para mí, tiene las virtudes que tradicionalmente he adjudicado a las películas Fujifilm; son las que reproducen los colores de una forma que me resulta más agradable. Más que las Kodak. Esto ha sido una constante en película diapositiva, pero también se da hasta cierto punto con la película negativa en color, aunque en este caso mi preferencia por una o por otra es menos clara.

El sábado que llevé la Minox GT-E llegamos tarde a la puesta de sol; pero aun así aun encontramos una luz agradable en el entorno de la pasarela del Bicentenario.

En el primero de los sábados en los que nos dirigimos a la pasarela del Bicentenario, la película iba cargada sobre la Minox GT-E. El principal problema de ese día fue que no llegamos a tiempo a la pasarela antes de la puesta del sol. Nos entretuvimos por el camino, al mismo tiempo que calculamos mal la distancia que debíamos recorrer entre el puente del cuarto cinturón de Zaragoza sobre el Ebro en la ribera baja del mismo y la pasarela que era nuestro objetivo. No obstante, aún hubo ocasión de obtener algunas fotografías interesantes del lugar. Si una semana más tarde, con la misma cámara cargada con HP5 Plus hubo algunas fotos con una nitidez flojita, en este caso no fue así. Supongo que estuve más espabilado a la hora de ajustar los parámetros de la cámara a la hora de hacer la fotografía. Este carrete contenía fotografía de días anteriores, de otros paseos fotográficos, e incluso algún retrato ambiental. Todos ello quedaron bastante bien.

El sábado siguiente, puesto que llevé la Minox GT-E "ocupada" por un carrete de Ilford HP5 Plus 400, cargué la Fujicolor Superia X-Tra 400 en la Leica Minilux. En estos momentos, son las dos cámara compactas para película tradicional que prefiero usar. La Minilux tiene una lente mejor que la GT-E. El MC Minoxar 35/2,8 de la GT-E es bastante nítido, y con buen contraste gracias a su revestimiento múltiple, pero no deja de tener una fórmula óptica tipo "tessar" con sólo cuatro lentes en tres grupos. No tengo motivos de queja en general. Pero no llega al celebrado nivel del Summarit 40/2,4, con su fórmula óptica tipo "doble gauss" con seis lentes en cuatro grupos. Un diseño muy habitual durante décadas entre las focales estándar, entre los 40 y 60 mm de longitud focal para el formato de película de 24 x 36 mm, y que según algunos expertos llegó a su mayor calidad posible con este diseño. A partir de aquí, y en el mundo digital, los diseños ópticos se apartaron de estas fórmulas para introducirse en otras mucho más complejas,... y carísimas.

Sin embargo, la ergonomía de la Minilux, como he comentado en alguna ocasión, es perfectible. Grandota para ser una compacta de focal fija, su diseño en forma de paralelepípedo es agradable, pero simple. Se coge bien. Pero no es tan llevadera, no es una cámara bolsillera como la Minox. Tiene ciertas posibilidades de ajuste manual. En concreto, se puede usar en prioridad a la apertura, como la Minox. Y se puede hacer un enfoque "manual", preajustando una distancia de enfoque que corresponde a la hiperfocal, más o menos, o a un enfoque por zonas. Aunque carecemos de escala de profundidades de campo. Pero bueno, a ojímetro. Lo que pasa es que tiene un problema. Cuando ajustamos manualmente una distancia de enfoque, el objetivo no se configura inmediatamente en el momento de hacerlo. Hay que esperar al momento en que disparamos la foto para que el motor de enfoque automático lleve el grupo óptico a la posición deseada antes de que se abra el obturador y se exponga la película. Eso no pasa con el enfoque manual de la Minox. Por ello, aun con el enfoque automático, la Minilux es una cámara más lenta y menos reactiva que la GT-E. Hay otras pejigueras, pero esta es la más importante. De todos modos, uno sabe que si ajusta una apertura f/11 con una distancia de enfoque de 5 metros, o f/8 con una distancia de enfoque de 7 metros, más o menos estás en las hiperfocales, y los paisajes quedan bien. La mayor parte de las fotos que aquí muestro están realizadas así. Y esto es todo por ahora. Si visitáis hoy el Cuaderno de ruta, usaré hoy estas fotografías para tratar un tema científico, y fotográfico, de actualidad.