Formato subminiatura viajero – Olympus Pen EE3 con Lomography Potsdam Kino 100

Con la llegada de noviembre llega la necesidad de ir consumiendo los días de permiso por razones particulares que no has gastado todavía “por si acaso”. Además de los días de vacaciones, tenemos días de permiso a usar discrecionalmente a lo largo del año de forma aislada. Vas gastando alguno durante e los 10 primeros meses, pero dejas una reserva hasta el final por si surge algún evento, generalmente desagradable, que hace que necesites ese tiempo disponible. Pero si las cosas van bien, llega noviembre, y tienes muchos días que si no vas gastando los pierdes. Así que empiezas a pedir algunos días en viernes o en lunes, enganchados a los fines de semana. Y este año, aprovechando esos días planifiqué algunos viajes en el día de distinta naturaleza.

Algunas fotos del día de Aliaga y su parque geológico.

El primero de ellos, en realidad, fue en sábado. Pero me vino bien el día de permiso que disfruté el día anterior, viernes, para mis asuntos domésticos que no pude hace durante ese sábado. Fue el día en que nos fuimos al Parque Geológico de Aliaga con ASAFONA (Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza) Ya os hablé de ello tanto en estas páginas como en mi Cuaderno de ruta. El viernes día 1 de diciembre pasamos la mañana con unos amigos en Calatayud. Habíamos planeado algo más importante, una comida a celebrar en Pamplona o Vitoria, con amigos que viven fuera de Zaragoza. Pero al final se frustró y los que íbamos a ir desde la capital aragonesa optamos por una alternativa cómoda, pasear por Calatayud. También os hablé de ello en el Cuaderno de ruta, y estoy esperando fotos realizas con negativos en color que se está revelando. Os hablaré más. Y algo muy similar puedo decir del viaje en el día a Barcelona que realicé el lunes 4 de diciembre. También espero negativos en color revelados, también os lo conté en el Cuaderno de ruta. Pero también hay cosas que decir de estos tres días, cosas que se “escribieron” con película negativa en blanco y negro.

Algunas fotos del día de Calatayud (también en el encabezado).

El día que fuimos a Aliaga cargué la pequeña Olympus Pen EE3 con un rollo de Lomography Potsdam Kino 100. Recordemos cosas. La Pen EE3 es una cámara mecánica, de exposición automática gracias a su fotómetro de selenio, que admite película biperforada de 35 mm, pero que produce fotogramas subminiatura, de 17 x 24 mm, un poquito menos de la mitad del estándar de 24 x 36 mm más habitual. Y es divertida de usar. Le puse un rollo de Potsdam Kino 100, porque fue una ocurrencia sobre la marcha y no tenía mucho surtido de película en la nevera. Lo normal es que a los viajes me lleve material con sensibilidad nominal ISO 400. Además, si hay poca luz, el diafragma que usa puede ser muy abierto, y con una menor profundidad de campo puede haber algún problema de nitidez. Pero también es cierto que, por el menor tamaño del negativo, para una mayor nitidez y un grano más contenido, me gusta usar una sensibilidad menor con esta película. No obstante, ajusté el fotómetro a un índice de exposición 200, con la esperanza de “arreglar” el resultado con el revelado. Un compromiso como otro cualquiera.

Recorriendo las calles de Barcelona.

Al final, no encontré una solución de revelado clara para ese paso de subexposición, por lo que opté por revelarla en SPUR Acurol-N en dilución 1+100 y en revelado desatendido durante 60 minutos. El resultado final han sido unos negativos algo subexpuestos, pero que han conservado razonablemente bien la textura en las sombras, salvo unos pocos caso. En Aliaga hice pocas fotos con esta cámara. De las 72 exposiciones totales, apenas una docena son de ese día. El resto se divide en unas 24 en Calatayud, otras tantas en Barcelona, y el resto paseando por Zaragoza. En Calatayud tuvimos día nublado y poca luz, en Barcelona sólo la usé con frecuencia al final del día, porque estuvimos mucho tiempo por las estrechas y poco iluminadas de la ciudad vieja. Por lo menos, el Acurol-N con ese tipo de revelado da un buen contraste, aunque haya sido necesario establecer reservas en algunos de ellos, a la hora de digitalizarlos y conseguir un buen compromiso entre sombras y luces. En fin, no están mal… pero podrían estar mejor.

Terminamos con fotos del puerto de Barcelona.