En Madrid con película negativa en color (II) – Pentax MX con Kodak Ultramax 400

En la entrada del sábado pasado no habíamos quedado en el puente de Segovia de Madrid, a la hora de comer, aunque no comimos todavía, y con el rollo de Kodak Portra 400 que llevaba en la Pentax MX agotado. En la cajita de las películas me quedaban tres rollos íntegros, los tres de Kodak Ultramax 400, que compré en Barcelona cuando estuve a principios de diciembre. Así que allí mismo, sobre puente de Sogovia cargué uno de los rollos de Ultramax 400.

Recordemos que como aparato fotográfico llevaba la Pentax MX con dos ópticas, gran angular, SMC-M 28 mm f3.5, y óptica normal, SMC-M 50 mm f1.4. Un equipo ligero ya que la cámara no pesa nada colgada en el cuerpo en bandolera con una correa suficientemente larga. Y el objetivo que no está en uso se puede llevar perfectamente en el bolsillo del pantalón que llevaba ese día, uno de los habituales para viajar. Y aun podía llevar en el otro bolsillo la compacta digital, Sony ZV-1.

La Kodak Ultramax 400, aunque con la misma sensibilidad nominal que la Portra 400, ISO 400, tiene unas características distintas a esta última prestigiosa emulsión profesional. Es más saturada, tiene un grano más marcado, por lo que conserva algo menos de nitidez, los colores son más saturados, pero sin pasarse, tirando a cálidos, y aguanta bastante menos las desviaciones respecto a los valores de exposición correctos, especialmente la subexposición. Dicho lo cual, seguí manteniendo el valor de exposición de la cámara a IE 200, un paso de sobrexposición sobre la sensibilidad nominal de la película.

Una de las consecuencias de sobrexponer una película para negativos en color es que la imagen final aparece menos saturada que expuesta a su sensibilidad nominal. Pero en este caso no me importaba, porque presumía que el aspecto final de las fotografías sería más similar al que obtuviese con la Portra 400, consiguiendo una razonable homogeneidad en las fotos de todo el día. Y así sucedió mientras visitábamos los jardines del Campo del Moro, los de Sabatini y, después de comer algo frente al Palacio Real, el entorno del Teatro Real en la plaza de Oriente y la plaza de Isabel II, popularmente plaza de la Ópera. Ese lugar siempre me recuerda a la ópera prima de Fernando Trueba,… Ópera prima, ya que es allí donde se produce el encuentro entre Óscar Ladoire y su “prima” Paula Molina. Qué guapa estaba esta chica, y que actriz más floja era. Aunque no conseguía arruinar el encanto de esta película.

La cosa es que a partir de ese momento, y conforme avanzase la tarde, y teniendo en cuenta que estaba aumentando algo la densidad de nubes en el cielo de Madrid, la luz se iba a ir haciendo más escasa. Nada que debiera preocuparme, salvo en alguna escena entre calles estrechas, donde el IE 200 se podía hacer escaso, especialmente si quería conservar una profundidad de campo. Pero bueno, siempre podía tirar esas fotos a la sensibilidad nominal de la película y salir adelante airoso.

En cualquier caso, cuando tras hacer algunas compras salimos hacia Gran Vía y la calle Alcalá con idea de acercarnos poco a poco hacia la estación atravesando lo que llaman el Barrio de las Letras, donde quería entrar en La Fábrica a mirar unos libros, como ya conté, volvió a aclararse el cielo, hasta que se acabó el rollo cerca de la Cibeles.

En general, la Ultramax 400 es una película muy adecuada para llevarla de viaje. Aunque está cara, es apreciablemente más barata que la Kodak Portra 400, que está en unos precios imposibles. Aunque en la FNAC de Callao encontré un pack de 5 rollos por 17.5 euros el rollo, lo que es “barato” comparados con los entre 20 y 23 euros por los que la venden en algunos comercios físicos o en línea. Lo compré. Volviendo a la Ultramax 400, es una todo terreno, su reproducción del color, en tonos cálidos, es muy agradable, y llevas suficiente sensibilidad de color. Lo único que necesito es encontrar dónde puse el filtro gris neutro de 49 mm que tengo para llevarlo junto a los objetivos Pentax de continuo, por si aparece reducir la profundidad de campo de las tomas con abundante luz.