Si lo pensamos bien, no hay mucho que contar sobre la experiencia fotográfica en mi último viaje por Italia. Soluciones técnicas muy probadas en el pasado. En lo que se refiere a la fotografía con soporte electrónico digital, dado que todavía no he solucionado mis problemas con las cámaras micro cuatro tercios, la Canon EOS RP. Que viajando en medio urbano, como mejor es con los compactos objetivos RF de gama básica que está sacando Canon al mercado. Entendamos por medio urbano lo mismo una gran ciudad como Turín o Milán, que pequeñas poblaciones como Candelo, Neive o Saluzzo. No hablaré más del tema. Algo se vio en estas páginas cuando comenté mi nuevo RF 28 mm f2.8 STM, comprado en Turín.
Y en lo que se refiere a la fotografía con película en blanco y negro, la pequeña Minox 35 GT-E con unos cuantos rollos de Ilford XP2 Super. Un equipo ligero, de bolsillo, con una cámara en la que es fácil ser ágil en la toma fotográfica urbana. Y con un material sensible, la XP2 Super, que es capaz de gestionar las situaciones de iluminación más difíciles, y con una latitud de exposición amplia, para salir del paso tanto cuando la luz es abundante como cuando empieza a escasear.
Recordemos que la XP2 Super es una película para negativos en blanco y negro que tiene una particularidad que la hace única en estos momentos, especialmente desde que Kodak se retiró de este segmento del mercado; es una película con tecnología cromogénica, y se revela en el proceso C-41, el mismo que las películas para negativos en color. Se puede revelar también en química para blanco y negro común, pero da sus mejores resultados en el proceso recomendado.
Su enorme latitud de exposición hace que salga bien parada en escenas con gran contraste. Pero también permite exponerla con distintos índices de exposición distintos de su sensibilidad nominal, ISO 400/27º. Como ya he indicado en otras ocasiones, suelo ajustar el indice de exposición a 200, lo que en la Minox 35 GT-E me produce entre uno y dos pasos de sobreexposición sobre la sensibilidad nominal de la película. Sin problemas en la gradación tonal, esa sobreexposición, como es habitual en las películas cromogénicas, ofrece un grano menos aparente y una mejora en la nitidez de la fotografía. Pero llegado el caso se puede exponer a un IE 800, aunque obteniendo un granulación mucho más importante.
No obstante, hubo algún momento en que la película estuvo en dificultades para absorber el contraste de la iluminación disponible. Tuvimos días de sol radiante, sin una nube en el cielo, con contrastes muy fuertes, especialmente en las poblaciones pequeñas con calles estrechas. El momento más difícil fue el recinto medieval de Candelo, una verdadera pesadilla para cualquier fotógrafo.
Os recuerdo también que la Minox 35 GT-E, con luz suficiente, es muy rápida de usar. Su objetivo de 35 mm, muy adecuado para reportaje, se enfoca por estimación, ya que no tiene más ayuda al enfoque que una escala de distancias, con unas marcas de profundidad de campo muy útiles. La mayor tiempo del tiempo la uso enfocando a la hiperfocal, con aperturas de f8 o f11, prefiero evitar el f16 por la difracción, o bien a una distancia de 2-3 metros de distancia, para sujetos próximos y aperturas similares, salvo que busque un desenfoque del fondo para mayor separación del sujeto principal.
En resumen, como de costumbre en los viajes, una solución sencilla conceptualmente, aunque siempre le sacará más provecho un fotógrafo con una experiencia suficiente, que comprenda bien el uso de este tipo de cámaras. Espero no tardar mucho en comentar los resultados del viaje posterior a San Sebastián, donde, además de la XP2 Super, incluí un rollo de Ilford HP5 Plus. Tengo curiosidad por comprobarlas diferencias en el rendimiento entre las dos películas de Ilford.