La Color Mission es para el amanecer y el atardecer – Minox 35 GT-E con Adox Color Mission

Este es el último rollo de película que tenía en reserva para comentar… hasta ayer. Me llegaron los negativos revelados del viaje a Italia y un par de rollos más en color del mes de septiembre. Aparte de que tengo pendiente de revelar un rollo en blanco y negro realizado este sábado, y que tengo pendientes de revelado, ya están enviados hace unos días, pero Correos funciona mal últimamente, los rollos del viaje a San Sebastián. Así que todo a su debido tiempo, pero todo también muy oportuno.

Ya he hablado en diversas ocasiones de la película Adox Color Mission, película en fase de investigación y desarrollo desarrollada por los alemanes de Adox, y que decidieron comercializar a pesar de ser un producto inmaduro, y una vía muerta, para financiar otros desarrollos de película para negativos en color. Yo compré en su momento unos cuantos rollos y, ahora no recuerdo bien, creo que este es el último que me quedaba. Desconozco cuál es la disponibilidad actual de este material sensible.

Hacia finales de agosto, después de volver del viaje a Estocolmo, cargué la Minox 35 GT-E con el rollo de Color Mission. No suelo usar la Minox fuera de los viajes. Es una forma de preservarla, de darle cierta tregua, con el fin de que me dure lo más posible. La cámara tiene más de 20 años y, aunque por su sencillez conceptual es posible que pueda durar bastante, llegará un momento que dirá basta, y será difícil de reemplazar. Pero en ese momento, me animé. Ya he comentado que la cámara, que funciona en modo de prioridad a la apertura, tiende a sobreexponer, y quería analizar el comportamiento de la película en estas circunstancias.

Durante una tarde de ese mes de agosto, ya con el sol bastante bajo, estuve recorriendo algunas zonas del centro de Zaragoza, buscando escenas callejeras, y algo de arquitectura de antaño, que pudieran verse beneficiadas del peculiar rendimiento de los colores en esta película, siempre algo más saturados en los rojos y colores cálidos, y también de la expresividad de su grano, muy manifiesto para ser una película ISO 200. Como ya había comprobado en otras ocasiones, esta es una película muy adecuada para las horas tempranas del día y para los últimas horas de la tarde. Incluso en escenas umbrías, en las que la directa del sol es bloqueado por los edificios de la ciudad.

No terminé el rollo en esa tarde, lo hice en un paseo de sábado por la mañana en el entorno del barrio de la Paz, también de Zaragoza, un barrio heterogéneo en su urbanización y construcciones, pero que tiene algunas calles de lo que en Zaragoza llamamos parcelas, viviendas sencillas de una o dos plantas, a veces con jardín, en barrios populares, que ahora son apreciadas por alguna gente que hacen importantes inversiones para suplir las carencias constructivas originales. Y hay elementos interesantes en ese urbanismo. Con una luz más dura, el rendimiento de la película fue inferior, pero no estuvo mal dadas las circunstancias de la iluminación.