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Día de Navidad en la niebla - Olympus Trip 35 y Kodak T-Max 400

El año 2021 ha terminado; pero tengo pendientes varios rollos fotográficos del mes de diciembre. Especialmente los negativos en color. Y tengo novedades en mi fotografía digital. Notables novedades. Y ya tengo mi primer cartucho de fotografía instantánea del 2022. Del primer día del año. Así que tengo materia para este diario fotográfico para unos cuantos días. Poco a poco. De momento, hablaré del último rollo de película fotográfica del año 2021. El día de Navidad. En Zaragoza, lo pasamos inmersos en una densa niebla. Sin mucho frío... aunque la niebla tampoco ayuda a sentir calor.

Las navidades han sido muy tranquilas. Aunque todos en la familia y allegados estamos vacunados, y casi todos con la dosis de refuerzo puesta, aún consideramos que eso no nos "autoriza" a dejar de tomar otras medidas preventivas. Para no fomentar o favorecer la transmisión del virus. A pesar de la sensación o de las creencias de mucha gente de que la enfermedad, la covid-19, se ha convertido en algo "banal", realmente existe esa creencia, todavía hay muchas personas que enferman de gravedad y acaban en cuidados intensivos. O peor. Así que hicimos en Nochebuena una cena tranquila y no pesada ni excesiva, en un très petit comité de tres. No obstante, a la mañana siguiente decidí que tenía que hacer un par de horas de ejercicio caminando. Cargué la Olympus Trip 35 con un rollo de Kodak T-Max 400 y lo hice.

El día, al igual que lo llevaba sucediendo desde diez o doce días antes, amaneció con Zaragoza inmersa en la densa niebla que ya he comentado. Por lo que intenté integrar el evento meteorológico en mis fotografías. Existe la creencia universal entre muchos aficionados a la fotografía de que la niebla es una gran cosa para conseguir grandes fotos. Y puede serlo. Pero extraerle partido es mucho más difícil de lo que se piensa. Es fácil no hacer una exposición correcta, con tendencia a la subexposición, el contraste es muy bajo y si los motivos no son suficientemente gráficos o reconocibles obtenemos fotos planas con poco interés. Los entornos por los que transité fueron algún parque de la ciudad, las riberas del río Ebro, terminando en alguna zona industrial de la ciudad.

La película la revelé como de costumbre, en Kodak HC-110 dilución B (1+31) durante 5 minutos a 20 ºC, con una agitación inicial al principio del primer minuto de 10 inversiones tranquilas del tambor de revelado, y cuatro inversiones tranquilas al principio de cada uno de los siguientes minutos. Hay que recordar siempre que las películas T-Max de Kodak necesitan tiempos de fijado más prolongados. Si mi fijador necesitaba en esos momentos, por el nivel de uso que tenía, unos tres minutos y medio con una película normal, para la T-Max 400 apliqué un tiempo de fijado superior a los cinco minutos. Sin pasarme tampoco. Negativos digitalizados como de costumbre últimamente con la Panasonic Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS. Todo sin problemas. El proceso de exposición y revelado de esta película lo tengo muy ensayado y afianzado.

El resultado lo podéis ver. No pretendía obtener grandes fotografías. Simplemente ejercitarme. Tanto en el sentido físico, como en el fotográfico. Como en cualquier otra materia, para estar preparado cuando llega el momento de conseguir la mejor fotografía posible, hay que entrenarse constantemente. Para ello es mejor la fotografía con película tradicional. La limitación en el número de fotogramas disponible en un rollo, te obliga a pensar lo que estás haciendo. Con las digitales, corres el riesgo de liarte a disparar mucho, obteniendo alguna foto razonable por lo que yo llamo "aplastamiento estadístico". Pero así no se aprende, ni se ejercitan tus habilidades. También hay otra cosa que me sorprende. Que la Kodak T-Max 400, siendo una película mucho más moderna que la Tri-X 400, con una tecnología más innovadora, sin embargo es más fácil de encontrar y es más barata. Supongo que a pesar de todo, les resulta más fácil o barata de fabricar.

El filtro rojo y su influencia - Pentax MX, SMC Takumar 1:2 35 mm y Kodak T-Max 400

Tengo pendientes de comentar bastantes rollos de película fotográfica expuestos durante el mes de septiembre de 2021, y que por unas cosas u otras ahí están todavía. Entre las jornadas de ASAFONA (Asociación Aragones de Fotógrafos de Naturaleza), el viaje de vacaciones, y otra serie de situaciones que me han robado mucho tiempo, he tardado mucho en ir procesándolos. Y procesando lo que observo en ellos. Pero bueno, creo que ya estoy en condiciones de comentarlos con cierto ritmo.

El primero de ellos vino como consecuencia de las pruebas que hice sobre los adaptadores de los objetivos de montura de rosca M42 a cámaras Pentax con bayoneta K, que ya comenté antes de coger vacaciones. Decidí que, ahora que ya sé qué adaptador usar para que las fotos realizados con estas combinaciones de óptica y cámara queden nítidas, podía usar el objetivo Asahi SMC Takumar 1:2 35 mm para explorar un poco más el efecto de usar un filtro rojo sobre película en blanco y negro. Tengo claro que el contraste de las fotografías en blanco y negro, de tipo pancromático, mejora habitualmente cuando se usan con un filtro amarillo o naranja, dejando el verde para determinadas aplicaciones específicas, que tengo todavía poco exploradas. Pero el filtro rojo, que he usado de vez en cuando, no siempre me ha dado buenos resultados.

En estos momentos, en Zaragoza, es factible comprar en tiendas, sin necesidad de pedir a través de internet varios tipos de película en blanco y negro de ISO 400 de sensibilidad. Escojo esta sensibilidad por ser una de las más versátiles para todo tipo de situaciones, y porque el filtro rojo más frecuentemente usado, el nº 25, según la numeración Kodak Wratten, se come tres pasos de luz. Es decir, la luz que llega a la película es 8 veces menos intensa (2 elevado a la tercera potencia). Por lo tanto, la reserva de sensibilidad sobre las películas de ISO 50, 80, 100, 125 o 200 es claramente beneficiosa en este caso. Se puede encontrar en el comercio con cierta facilidad un par de películas de Ilford, HP5 Plus y XP2 Super (aunque esta la suelo usar a un IE 200), la Fomapan 400 Action y la Kodak T-Max 400. Salvo en los viajes, en los que uso la XP2 Super 400 de Ilford, en los últimos tiempos suelo usar la Kodak T-Max 400, por su nitidez y discreto grano para su sensibilidad.

Mis sensaciones previas con el uso rojo es que viene bien en paisajes naturales, en los que dota de profundidad a los tonos verdes de la vegetación, al limitar la llegada de luz de este color, aumenta bastante el contraste de las nubes en el cielo, también por la limitación en la llegada de luz azul a la película, por lo que el cielo se oscurece. Las montañas o zonas de rocas, que suelen tener componentes anaranjados o con cierta cantidad de rojo en sus colores, aunque sea de forma discreta, aparecen más brillantes. Pero las sombras que proyectan que se iluminan con el azul del cielo que las cubre, se oscurecen, aumentando el contraste general del paisaje. Sin embargo, en ciudad, siempre he tenido la impresión de que la mayor parte de que el efecto no es tan favorecedor, y que aplana el contraste de los edificios, muchos de ellos con tonos que tienden hacia los cálidos.

Usé por lo tanto un filtro rojo Helios nº 25, que tiene una calidad bastante razonable, de diámetro 49 mm, que es el diámetro de filtro más habitual en los objetivos de enfoque manual de Pentax en sus ópticas de focal fija. La película la revelé en Kodak HC-110 dilución B (1+31) durante 5 minutos y 30 segundos a 20 ºC, como se recomienda en varios lugares, incluyendo el fabricante... que a veces en alguna de su documentación es un poco confuso con los tiempos. El ritmo de agitación fue 10 inversiones tranquilas al principio del revelado, y cuatro al principio de cada minuto durante el tiempo de revelado. Como se recomienda para las películas de grano tabular de Kodak, las T-Max, el tiempo de fijado hay que prolongarlo por lo menos a los 5 minutos, por lo que luego hay que asegurarse de lavarlas bien para eliminar los restos de fijador.

En cuanto a los resultado obtenidos, he de decir que los negativos han quedado muy poco densos, probablemente más bien debido a una exposición insuficiente que a un revelado insuficiente. Hasta ahora, el fotómetro de la Pentax MX, la cámara utilizada, siempre me había dado buena información para decidir sobre los parámetros de exposición. La medición se ha realizado con el filtro puesto, a través del objetivo, y no sé muy bien porqué en esta ocasión he sobreestimado la intensidad de la luz que llegaba a la película. ¿Tendrá que ver con la posible sensibilidad espectral del fotómetro? ¿Que responda de forma distinta a la luz monocroma roja? No sé. No tenía sensación de que me hubiese sucedido previamente. Tampoco me parece que la curva de sensibilidad espectral de la T-Max 400 sea esencialmente distinta a otras película pancromáticas. Que lo son pero siempre con defectos de sensibilidad en los rojos profundos. En cualquier caso, salvo unos poco fotogramas, en todos los demás había suficiente información en las sombras para obtener información en las sombras. El contraste es bueno, claramente influenciado y mejorado por el filtro rojo, algo más intenso que lo que mi experiencia dicta para los filtros naranjas, y mucho más notable que el de los filtros amarillos, como era de esperar. A pesar de que se nos dice que las películas T-Max exigen más precisión para obtener buenos resultados, la realidad es que los resultados no se han visto excesivamente afectados por la subexposición. Aunque estoy convencido que una Ilford HP5 Plus hubiera perdonado más el error. El grano, fino como de costumbre, aunque un poco más notable por la subexposición general. Y esto es lo que hay, para lo que os pueda servir.