La fotografía como afición y otras artes visuales

CARLOSCARRETER.ES

Home / Essays / filtro

Olympus Trip 35 con filtro amarillo - Rollei Superpan 200

Una de las carencias más importantes que encuentro en algunas cámaras compactas para película tradicional es la incapacidad o las dificultades para trabajar con filtros delante del objetivo de la cámara. Especialmente cuando se fotografía con película en blanco y negro. Los filtros de colores, amarillo, naranja, rojo, son los que más uso yo, aunque también cabe el verde, el azul o el infrarrojo, son fundamentales a la hora de controlar el contraste de la toma. Una de las características más interesantes desde el punto de vista creativo de las películas fotográficas es su sensibilidad espectral. Es decir, dentro de espectro de la radiación electromagnética que constituye la luz visible, a qué longitudes de onda una emulsión es especialmente sensible o no. Porque eso va a determinar cómo se van a restituir los distintos colores en tonos de gris.

Las películas suelen denominarse ortocromáticas, cuando no ven el color rojo y su vecindario, el naranja, isocromáticas, cuando pueden tener dificultades para ver el color rojo, pero no su vecindario entre el naranja y el verde, y pancromáticas, cuando teóricamente ven todo el espectro visible, aunque suelen tener una sensibilidad limitada al rojo, siendo cegatas a los rojos profundos. La sensibilidad espectral puede modificarse para cualquier tipo de película con un filtro de color, que dejará pasar las longitudes de onda que conforman ese color, mientras que bloqueará en mayor o menor medida, según su intensidad, las complementarias. Un filtro rojo oscurecerá los verdes e iluminará los rojos y naranjas. Un filtro amarillo oscurecerá los azules, mientras que los amarillos y vecinos, ciertos verdes y naranjas, se aclararán. Hay que considerar que muchas películas tienen cierta sensibilidad a los ultravioletas cercanos, por lo que se proponen los filtros UV para mejorar el contraste en escenas con mucho componente de esta luz, por ejemplo en montaña. Pero en un análisis en Chasseur d'Images, hace ya 25 años como poco, comprobaban que la mayor parte de los objetivos fotográficos ya bloqueaban suficientemente esta radiación, por lo que los filtros, más allá de una protección mecánica a los golpes del elemento frontal, poco hacían aparte de degradar la imagen por la introducción de superficies extras en el paso de la luz.

Luego tenemos las películas como la usada en las fotos de hoy, la Rollei Superpan 200, que son pancromáticas con la sensibilidad espectral extendida a los rojos profundos, son realmente pancromáticas, y al infrarrojo cercano. Entonces, incluso si ponemos un filtro que bloquee el verde como un filtro rojo, la vegetación verde aparece más clara, porque refleja el infrarrojo. Se observará que las fotos de hoy, con un filtro amarillo, los árboles aparecen con tonos relativamente claros. Para que no se me olvide, está revelado en Ilford HC-110 dilución B (1+31) durante 6 minutos.

Cuando recibí la Olympus Trip 35 comprobé que, al igual que la Olympus Pen EE3, tiene una rosca para filtros delante del objetivo, pero de un diámetro que hoy en día es muy poco habitual, 43,5 mm. El 43 mm es más frecuente, y tengo filtros para ese diámetro, pero no son válidos, por culpa de ese medio milímetro. Me puse a buscar una solución, y encontré un adaptador de filtros de 49 mm de diámetro de rosca, de los que tengo varios, a 43,5 mm. Con este adaptador, el filtro cubre también el fotómetro de células de selenio que rodea al elemento frontal del objetivo, por lo que permite tenerlo en cuenta al medir la luz. Lo compré, y con este rollo de Superpan 200 he probado el filtro amarillo.

El resultado... pues ha venido condicionada por el hecho de que los negativos están subexpuestos prácticamente un paso. Un error cometido por la forma en la que trabajo el Ilford FP4 Plus 125, con el que probé la cámara. Ajusté el fotómetro de la cámara a un índice de exposición 320, y eso produjo la subexposición. Aun así, muchos negativos mantuvieron información suficiente. Lo que pasa es que al ajustar los puntos negro y blanco tras digitalizarlos, el resultado final es más contrastado de los esperado, como si hubiera forzado el revelado de la película, pero en la fase digital del procesado mixto de los negativos. En cualquier caso, la cámara funciona correctamente con el filtro puesto, por lo que estoy encantado. Dentro de unos días, os mostraré otro, que todavía no he revelado, con un filtro rojo, más intenso.

El filtro rojo y su influencia - Pentax MX, SMC Takumar 1:2 35 mm y Kodak T-Max 400

Tengo pendientes de comentar bastantes rollos de película fotográfica expuestos durante el mes de septiembre de 2021, y que por unas cosas u otras ahí están todavía. Entre las jornadas de ASAFONA (Asociación Aragones de Fotógrafos de Naturaleza), el viaje de vacaciones, y otra serie de situaciones que me han robado mucho tiempo, he tardado mucho en ir procesándolos. Y procesando lo que observo en ellos. Pero bueno, creo que ya estoy en condiciones de comentarlos con cierto ritmo.

El primero de ellos vino como consecuencia de las pruebas que hice sobre los adaptadores de los objetivos de montura de rosca M42 a cámaras Pentax con bayoneta K, que ya comenté antes de coger vacaciones. Decidí que, ahora que ya sé qué adaptador usar para que las fotos realizados con estas combinaciones de óptica y cámara queden nítidas, podía usar el objetivo Asahi SMC Takumar 1:2 35 mm para explorar un poco más el efecto de usar un filtro rojo sobre película en blanco y negro. Tengo claro que el contraste de las fotografías en blanco y negro, de tipo pancromático, mejora habitualmente cuando se usan con un filtro amarillo o naranja, dejando el verde para determinadas aplicaciones específicas, que tengo todavía poco exploradas. Pero el filtro rojo, que he usado de vez en cuando, no siempre me ha dado buenos resultados.

En estos momentos, en Zaragoza, es factible comprar en tiendas, sin necesidad de pedir a través de internet varios tipos de película en blanco y negro de ISO 400 de sensibilidad. Escojo esta sensibilidad por ser una de las más versátiles para todo tipo de situaciones, y porque el filtro rojo más frecuentemente usado, el nº 25, según la numeración Kodak Wratten, se come tres pasos de luz. Es decir, la luz que llega a la película es 8 veces menos intensa (2 elevado a la tercera potencia). Por lo tanto, la reserva de sensibilidad sobre las películas de ISO 50, 80, 100, 125 o 200 es claramente beneficiosa en este caso. Se puede encontrar en el comercio con cierta facilidad un par de películas de Ilford, HP5 Plus y XP2 Super (aunque esta la suelo usar a un IE 200), la Fomapan 400 Action y la Kodak T-Max 400. Salvo en los viajes, en los que uso la XP2 Super 400 de Ilford, en los últimos tiempos suelo usar la Kodak T-Max 400, por su nitidez y discreto grano para su sensibilidad.

Mis sensaciones previas con el uso rojo es que viene bien en paisajes naturales, en los que dota de profundidad a los tonos verdes de la vegetación, al limitar la llegada de luz de este color, aumenta bastante el contraste de las nubes en el cielo, también por la limitación en la llegada de luz azul a la película, por lo que el cielo se oscurece. Las montañas o zonas de rocas, que suelen tener componentes anaranjados o con cierta cantidad de rojo en sus colores, aunque sea de forma discreta, aparecen más brillantes. Pero las sombras que proyectan que se iluminan con el azul del cielo que las cubre, se oscurecen, aumentando el contraste general del paisaje. Sin embargo, en ciudad, siempre he tenido la impresión de que la mayor parte de que el efecto no es tan favorecedor, y que aplana el contraste de los edificios, muchos de ellos con tonos que tienden hacia los cálidos.

Usé por lo tanto un filtro rojo Helios nº 25, que tiene una calidad bastante razonable, de diámetro 49 mm, que es el diámetro de filtro más habitual en los objetivos de enfoque manual de Pentax en sus ópticas de focal fija. La película la revelé en Kodak HC-110 dilución B (1+31) durante 5 minutos y 30 segundos a 20 ºC, como se recomienda en varios lugares, incluyendo el fabricante... que a veces en alguna de su documentación es un poco confuso con los tiempos. El ritmo de agitación fue 10 inversiones tranquilas al principio del revelado, y cuatro al principio de cada minuto durante el tiempo de revelado. Como se recomienda para las películas de grano tabular de Kodak, las T-Max, el tiempo de fijado hay que prolongarlo por lo menos a los 5 minutos, por lo que luego hay que asegurarse de lavarlas bien para eliminar los restos de fijador.

En cuanto a los resultado obtenidos, he de decir que los negativos han quedado muy poco densos, probablemente más bien debido a una exposición insuficiente que a un revelado insuficiente. Hasta ahora, el fotómetro de la Pentax MX, la cámara utilizada, siempre me había dado buena información para decidir sobre los parámetros de exposición. La medición se ha realizado con el filtro puesto, a través del objetivo, y no sé muy bien porqué en esta ocasión he sobreestimado la intensidad de la luz que llegaba a la película. ¿Tendrá que ver con la posible sensibilidad espectral del fotómetro? ¿Que responda de forma distinta a la luz monocroma roja? No sé. No tenía sensación de que me hubiese sucedido previamente. Tampoco me parece que la curva de sensibilidad espectral de la T-Max 400 sea esencialmente distinta a otras película pancromáticas. Que lo son pero siempre con defectos de sensibilidad en los rojos profundos. En cualquier caso, salvo unos poco fotogramas, en todos los demás había suficiente información en las sombras para obtener información en las sombras. El contraste es bueno, claramente influenciado y mejorado por el filtro rojo, algo más intenso que lo que mi experiencia dicta para los filtros naranjas, y mucho más notable que el de los filtros amarillos, como era de esperar. A pesar de que se nos dice que las películas T-Max exigen más precisión para obtener buenos resultados, la realidad es que los resultados no se han visto excesivamente afectados por la subexposición. Aunque estoy convencido que una Ilford HP5 Plus hubiera perdonado más el error. El grano, fino como de costumbre, aunque un poco más notable por la subexposición general. Y esto es lo que hay, para lo que os pueda servir.

Leica M6, Planar 50/2 ZM, Summicron 35/2 ASPH, filtros de densidad neutra, Kodak TMax 400 y piernas para caminar

Aunque durante la Semana Santa existía la posibilidad de moverse por el interior de la comunidad autónoma, pero no de viajar fuera de ella, una serie de factores aconsejaron que no me moviese de Zaragoza. No estuvo mal en un principio, aunque se torciese por un acontecimiento inesperado en su recta final. Planifiqué fotografiar una serie de cosas y motivos con rollos en color,... no fue exactamente como tenía en mente, pero algo tendré. Lo veremos dentro de unos días, espero. En cualquier caso, como sí quedé con amigos para hacer una diversidad de actividades culturales y para caminar, cargué una cámara con un rollo de película en blanco y negro.

Sigo pegado a la Leica M6 que tengo en depósito, cada vez más convencido de que acabará siendo de mi propiedad, todo es cuestión de establecer un marco de financiación razonable, porque es divertida de usar y obtengo resultados buenos con facilidad. En el plano técnico, no voy a valorar ahora las fotos en el plano artístico o significativo. Eso es otro cantar que no es dependiente del equipo, sino del fotógrafo. Unos pocos días antes de los de fiesta, el lunes o el marte de esa semana, pasé por una tienda en el centro de la ciudad donde venden una cierta variedad de películas fotográficas, y vi que tenían algún rollo de Kodak T-Max 400. Y decidí comprar uno.

No suelo usar Kodak en blanco y negro. Pero no porque sean malas emulsiones, ni mucho menos, sino porque tienen más complicaciones en su uso que otras marcas de calidad y garantía como Ilford. En primer lugar, son considerablemente más caras. En segundo lugar, el soporte de las películas tiene una estabilidad dimensional peor y es complicado trabajar con ellas. Se enrollan, se doblan,... para un proceso mixto químico/digital como el mío, es difícil digitalizar los negativos perfectamente plano y sin que se "contaminen" de motas de polvo que luego son un aburrimiento de eliminar. Las películas de grano fino, de grano tabular, como las T-Max hay que ser muy cuidadoso al revelarlas y darles tiempos de fijado prolongados... Nada es tan sencillo y directo como las películas tradicionales de Ilford. O incluso como sus equivalentes de grano tabular de Ilford, las Delta. Pero decidí que no pasaba nada por hacer un rollo.

Además, para ese momento, ya disponía de filtros de densidad neutra de buena calidad, que me permitan abrir el diafragma cuando me interesa, incluso en situaciones de abundante luz. Con una película ISO 400, en un paseo con amigos en un día soleado, te vas moviendo en valores de exposición de f/16 o f/11 y 1/500 s en las escenas mejor iluminadas, a f/8 y 1/125 o 1/250 s cuando te metes en la sombra. Si quieres valores de diafragma más amplios, que te permitan cierto aislamiento del primer plano con el fondo... o tienes que usar sensibilidades más bajas, arruinando tu posibilidad de fotografiar en interiores iluminados, o tienes que llevar un filtro de densidad neutra contigo para poder usar aperturas entre f/2,8 y f/5,6, que permitan una cierta separación de planos. Para el Zeiss Planar 50/2 ZM tenía un B+W ND 0.9, filtro de buena calidad que resta tres pasos de exposición (donde tienes que usar un f/11 pasas a usar un f/4), pero nada para el Summicron 35/2 ASPH. El primero tiene un diámetro de filtro de 43 mm y el segundo de 39 mm.

Una posibilidad, y la tengo, es usar una económica arandela que adapte un filtro de 43 mm a la rosca de 39 mm. Pero eso conlleva otros inconvenientes en el uso del parasol y alguna otra cosilla. Es perfectamente factible, pero preferí buscar otro filtro para el 35 mm. Similar, también un B+W ND 0.9... no sé si de la misma serie, pero parecido. B+W es una de las mejores marcas de filtros, son caros en comparación con otras marcas, y no digamos en comparación con los ultrabaratos de Amazon y otros procedentes de China. Pero no tiene sentido poner cristales baratos, si te has esforzado en conseguir ópticas de alta calidad, nítidas y contrastadas. Por otro lado, estos diámetros de 39 o 43 mm son apreciablemente más económicos que os de los monstruos de 67, 72, 77 mm o más.

Así que durante los paseos por Zaragoza, visitando exposiciones, museos, quedando a tomar un café o una cañita en una terraza con algún amigo, llevé conmigo la Leica M6 y los dos objetivos mencionados, con los filtros de densidad neutra mano, y cargada con el rollo de Kodak T-Max 400. La película la revelé con revelador Kodak HC-110, dilución B 1+31, como hago habitualmente, durante 5 minutos y 30 segundos a 20 ºC. Los negativos están digitalizados con la Panasonic Lumix G9 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS. Y estoy muy satisfecho.

Con el ISO 400 de la película, con o sin filtros puestos he podido fotografiar desde escenas a pleno sol con abundante luz, como escenas en interiores razonablemente bien iluminados. Con calmar y tranquilidad, he conseguido mantener en el proceso de digitalizado la película bastante plana, por lo que no he perdido nitidez en ese parte del proceso. El grano de una T-Max 400 bien expuesta es bastante más contenido, bastante más fino, que el de las películas de ISO 400 que uso habitualmente, especialmente la Ilford HP5 Plus. Y con un contraste algo más elevado, pero manejable. La T-Max 400 perdona menos los errores de exposición que la HP5 Plus, pero el fotómetro parcial de la Leica M6 me permite controlar muy bien la exposición. No tengo negativos mal expuestos entre los 38 que obtuve del rollo de 36 exposiciones.

Dicho todo lo anterior... ¿cuál es el inconveniente para no usar la T-Max 400 de continuo? Pues que la Ilford HP5 Plus se compra por 6 euros en los comercios de Zaragoza y la T-Max 400 me costó 10,50 euros. La diferencia es notable. Aunque algo así me pasa también entre la Ilford FP4 Plus y la Fujifilm Neopan 100 Acros II... y he encargado recientemente unos cuantos rollos de esta. En fin... todo es cuestión de lo que quieres y lo que puedas hacer o gastar. Pero lo cierto es que la película fue muy bien, y fue agradable hacer las fotos.

Fotografía infrarroja en cámaras digitales y la exposición de Txabi Beroitz en Remolinos

Hace una semanas estuve probando la película Rollei Superpan 200 y os lo conté a su debido tiempo. Allí señalaba que esta película se puede usar de formas diversas. En esa primera prueba, el uso que le di fue el de una película en blanco y negro convencional de sensibilidad media. Pero también comentaba que esta película tiene una sensibilidad extendida en la gama de los infrarrojos. Lo que pasa es que para aprovechar esa circunstancia de forma específica hay que utilizar un filtro de color rojo profundo o, mejor aún, un filtro que prácticamente sólo deje pasar las longitudes de onda infrarrojas.

Con ese fin, en el encargo de película que hice durante este mes de febrero pedí algunos rollos más de Rollei Superpan 200 en formato 120. Pero es pronto para usarla. Las situaciones más adecuadas para probarla es cuando la vegetación esté verde, exuberante,... y ese momento no ha llegado. Los árboles de hoja caduca todavía están esqueléticos por el invierno, y con los de hoja perenne no tengo claro que el efecto sea tan llamativo.

No obstante, encargué también hace unos días un filtro Hoya R72 Infrared de 49 mm. Este filtro deja pasar la radiación electromagnética de longitud de onda de 720 nm (nanometros), que es un rojo muy muy profundo, en el límite del espectro visible, y más largas en el espectro de los infrarrojos. Habitualmente lo percibimos como opaco, aunque si lo apuntamos hacia alguna fuente de luz intensa, esta la podremos percibir con un tono rojizo por transparencia. Me vale para muchos objetivos Pentax y para el de la Fujifilm GS645S Wide de formato medio.

Los captores de la imagen de las cámaras no son sensibles solamente a la luz visible, también capturan las longitudes de onda infrarrojas. Y por ello, sobre los mismos, los fabricantes colocan un filtro infrarrojo que bloquea las mismas. Si no es suficientemente eficaz, se producen alteraciones en algunos colores. Y si no que se lo pregunten a Leica que se metió en un berenjenal con su Leica M8 porque dicho filtro no era suficiente. Incluso dicen que la M9 también sufre ligeramente de ese problema. No sé. Yo tengo una M-E, que en la práctica es lo mismo que una M9 y no he notado nada... pero ya veremos. El caso es que esto es una prueba de que a los sensores digitales les llega algo de radiación infrarroja, y con exposiciones suficientemente largas y un filtro como el Hoya R72 tenemos fotos. La que he puesto más arriba es una de ellas, realizada con la Pentax K-S1, el SMC-DA 21/3,2 Limited y el filtro Hoya R72, y luego convertida a blanco y negro. Hojas verdes de las enredaderas y cielos oscuros... lo típico de la fotografía infrarroja tradicional en blanco y negro. Aunque sin abusar del efecto.

Pero, ¿qué pasa si no la convertimos a blanco y negro? ¿Cómo queda la fotografía?

En primer lugar, decir que hay cámaras preparadas a tal efecto, que han vendido tanto Canon como Nikon, generalmente para uso astronómico. Y en segundo lugar, que hay talleres que sustituyen el filtro que bloquea los infrarrojos de los captores digitales y lo sustituyen por otro con una tolerancia amplia. Operación delicada que habrá que hacer con muuuuuuuucho cuidado. Yo escribí en una ocasión a un taller que proponía este servicio un correo electrónico, con el fin de indagar lo que me costaría convertir la Canon EOS 40D, pero nunca me contestaron. Es lo ideal para la fotografía infrarroja digital.

Pero vamos a ver qué pasa si no modificamos la cámara. ¿Qué es lo que obtenemos?

Pues con la configuración en la Pentax que he mencionado antes, con aperturas de entre f/5,6 y f/11, y tiempos de exposición entre 30 segundos y 2 minutos, aun con el equilibrio de color en automático, si hacemos pasar la luz por un filtro rojo profundo que percibimos como opaco,... obtenemos una fotografía roja. Totalmente. O por lo menos eso parece.

El caso es que a pesar de su aspecto, la fotografía no es totalmente roja. Podemos buscar un punto gris, para corregir el equilibrio de color y ver lo que pasa. Yo lo he hecho en Affinity Photo. En Adobe Lightroom o en Adobe Camera Raw no quedan bien porque no corrigen lo suficientemente el equilibrio de color para llegar al tono neutro donde lo elijamos.

Pues nos queda una cosa rara... no especialmente atractiva... ¿verdad? Bien. Ahora viene la "magia". Y la "magia" consiste en utilizar en nuestro programa de retoque favorito, para la mayor parte del personal alguna versión de Adobe Photoshop, para mí Affinity Photo, una capa de ajuste del "Mezclador de canales". Y con ella hacer lo que se llama una inversión de los canales rojo y azul.

Si abrimos esta herramienta y seleccionamos el canal rojo, vemos que los valores que aparecen son rojo 100 %, verde 0 %, azul 0 %. Pues bien, los cambiamos a rojo 0%, verde 0%, azul 100 %. Y si luego seleccionamos el canal azul, vemos que los valores que aparecen son rojo 0 %, verde 0 %, azul 100 %. Pues bien, los cambiamos a rojo 100 %, verde 0 %, azul 0 %. El verde lo dejamos en paz. Os habéis fijado, ¿verdad? Hemos puesto en el canal rojo los valores que tenía el azul y viceversa. Inversión de canales. Si luego ajustamos el contraste, la luminosidad, el tono... no necesariamente mucho... nos quedan fotografías como estas.

Esto ya está mejor. Quedan colores raros, surrealistas. Con la vegetación blanca o de color gris. Pero con el cielo azul. También observamos fenómenos curiosos. En la tercera de esta última serie, la del ciprés, observaréis que de uno de los tejados sale un surtidor blanco... que en vivo y en directo no se veía. Es una chimenea de salida de vapor de agua. Que es invisible habitualmente. El humillo blanco que vemos en ocasiones se debe a la condensación del agua en minúsculas gotas al entrar en contacto con el aire más frío. Pues bien, en esta ocasión, lo que sucede es que el calor se transmite en la radiación infrarroja, y como el vapor de agua que sale por esa chimenea está más caliente que el aire que la rodea, al pasar por el filtro infrarrojo algo llega al sensor y se ve blanco. Chachi.

La Pentax K-S1 no se lleva bien con las exposiciones largas. De hecho, la velocidad más lenta que se puede seleccionar son 30 segundos. Para llegar hasta dos minutos hay que usar el modo B (bulb) y un cronómetro. Pero aparecen una antiestéticas bandas en los fotogramas. En la fotografía del ciprés se puede observar una de ellas en el lado derecho de la imagen.

Una vez en casa, se me ocurrió que mi Olympus Zuiko Auto-W 21/3,5 al que le puse una montura para Canon EF tiene un diámetro de filtro de 49 mm, así que lo probé desde el balcón de mi casa con la Canon EOS 5D Mark II.

La cosa parece qeu funcionaba, aunque con unos tonos rojizos en parte de la imagen que no alcanzaba a explicar... pero pasemos a la segunda parte del experimento.

Si todo esto sucedía el sábado 18 de febrero, el domingo 19 me cogía el coche para ir a Remolinos a ver la exposición que el amigo Txabi Beroitz tenía organizada con enLATAmus, y que clausuraba ese día. Cogí la EOS 5D Mark II con el 21 mm de Olympus y me fui para allá. No me olvidé de coger el trípode y el filtro Hoya R72.

Decir que disfruté mucho de la exposición de Txabi, que además de estupenda de contar con el aderezo de su conversación y explicaciones, y con la presencia de Miguel Sanz Lázaro, hombre de gran corazón fotográfico y de lo demás, acompañado de su mejor mitad. Y además Txabi tuvo el detalle de obsequiarnos con un juego de fotografías de su exposición en tamaño postal y firmadas.

Pero a lo que vamos, desde el principio de este largo artículo. La fotografía infrarroja. El caso es que el día no salió tan bueno como esperaba. Faltaron a ratos los cielos azules, y cuando aparecieron el paisaje no era propicio.

Aun así alguna foto hice que conversión a blanco y negro quedaban vistosas. Porque las de color... Ahora lo explico.

El diseño de objetivos para cámaras digitales es más complejo que para cámaras de película tradicional. Para conseguir el mejor rendimiento es necesario que los rayos de luz lleguen lo más perpendicularmente que sea posible al captor de imagen. Si no, se produce cierta degradación en los bordes y las esquinas de la imagen y un notable viñeteo, especialmente con aperturas grandes. 

En el caso de las cámaras sin espejo, como las Leica, donde la distancia desde la lente más trasera del objetivo a la superficie sensible es muy corta, incluso se producen desviaciones del color que las cámaras corrigen a través de la programación de su hardware. Cuando uso mi 25/4 de Voigtländer con la Leica M-E, si no cuido de introducir en la cámara la corrección más oportuna, quedan los laterales de la foto con colores desviados y feos. Con las réflex, en la que esa distancia entre lente trasera y superficie sensible es mayor, a lo mejor no aparecen estas desviaciones de color habitualmente, aunque el problema de los viñeteos se da.

Bien, pues al utilizar el filtro infrarrojo, observemos la siguiente escena. Con el equilibrio de color corregido, pero en una primera versión sin inversión de los canales de color y otras con ella.

En esta ocasión... tenemos dos versiones de la foto que pueden ser válidas, según busquemos un rendimiento cálido... como si estuviésemos ante un atardecer, el día estaba con nieblas altas,... o frío,... como un nublado frío, y nevado.

Pero la cuestión es que el 21 mm de Olympus, que es razonable si el filtro, obsérvense las fotos de la exposición de Txabi, no presentan ningún problema, con el filtro para luz infrarroja nos produce desviaciones de color. Que pueden producir algún efecto interesante, aunque no es lo que yo estaba buscando.

En esta fotografía, donde abrí algo más el diafragma, aun se nota más el extraño viñeteado.

Habría querido probar el filtro con otras cámaras. Antes de ayer lo intenté con la Olympus OM-D E-M5 y el Panasonic Leica 15/1,7 ASPH. Tiene una rosca de 46 mm pero dispongo de un adaptador de rosca de 46 mm a filtro de 49 mm. Pero me dejé la tarjeta de memoria en casa. Ayer no pude. Hoy ha salido nublado. Ya lo probaré otro día. Pero de momento creo que he dejado claro que existen algunas posibilidades creativas que no son descartable. A cada uno le toca experimentar, fotografiar y encontrar su camino. Yo me limito a hablar del mío, cuando me lleva a sitios interesantes o cuando me lleva a caminos cortados sin destino y me tengo que dar media vuelta. Pero lo divertido es recorrerlo. Incluso si sólo nos ilumina la luz infrarroja.

Sensores digitales sin filtro de paso bajo y patrones de muaré (Moiré)

El pasado viernes quedé a cenar con unos amigos. Pero salí pronto de casa, me llevé una cámara, la LEICA M-E, y paseé un rato haciendo algunas fotografías. Entre las fotografías que hice, hubo algunas al atardecer del nuevo edificio de CAIXAFORUM ZARAGOZA. Por ejemplo, he aquí una imagen después de procesada.

Siendo una LEICA, hay mucho mito sobre su calidad. LEICA es una de esas marcas que producen un efecto de distorsión de la realidad entre sus partidarios, que le adjudican todo tipo de bondades, algunas de ellas parecen ocasionalmente de carácter mágico. Yo sólo digo que es un bello objeto, fabricado con cuidado, que si sabes lo que llevas entre manos, es muy divertido de usar.

En cuanto a la calidad de las fotografías, la receta es sencilla. Un sensor digital que carece de filtro de paso bajo, y que por lo tanto no suaviza los detalles como sucede con muchas cámaras, unos más que razonables 18 megapíxeles para un tamaño de 24 x 36 mm, una utilización juiciosa a sensibilidades no superiores a los 1250 ISO, y un buen objetivo, nítido y con buena resolución, en este caso un ZEISS BIOGON C 35/2,8. No hay magia. Hay buenas características físicas.

Pero la ausencia del filtro de paso bajo tiene teóricamente algún inconveniente. Cuando la trama del sensor digital de la cámara se superpone con determinadas trama de textura de los tejidos o materiales que constituyen los objetos que fotografiamos, eventualmente pueden aparecer patrones de MUARÉ (escrito a veces en su forma original francesa MOIRÉ). La palabra viene de un tipo de tejido, de seda generalmente que forma determinadas irisaciones o aguas según cómo le incide la luz. Por analogía, los artefactos indeseables que pueden aparecer en las fotografías digitales reciben este nombre. Sinceramente, en el año y medio que hace que tengo la cámara no me había pasado nunca, o si había pasado, era a un nivel desapercibido. No hay problemas. Y a cambio, un aumento de nitidez que es apreciable con respecto a otros sensores de la misma época pero con filtro de paso bajo.

La fotografía con la que he empezado este artículo la habéis visto una vez procesada en ADOBE PHOTOSHOP LIGHTROOM. Queda bien. Pero veamos como estaba antes de terminar de procesarla.

Quizá a este tamaño no se aprecie bien la cuestión. Voy a aumentar una sección de la pared derecha del edificio.

Ahí tenemos los artefactos. Unas ondulaciones de distintos colores, no del gris de la fachada, debidas al patrón de pequeños orificios que tiene la misma. Eso es un patrón de MUARÉ. Y es la primera vez que me aparece.

Haciendo una selección en la zona afectada, con LIGHTROOM se puede corregir a costa de una cierta pérdida de nitidez o detalle en la zona. Por eso la herramienta no se puede aplicar de modo general y sólo al escoger selectivamente una zona. Para no perder nitidez en toda la imagen. No lo considero un problema grave. Me ha pasado por primera vez después de muchas fotografía hechas con la cámara y con una nitidez y una calidad bastante buena. Dicen que cuanta mayor resolución espacial, más megapíxeles, tiene el sensor digital, más difícil es que la superposición de tramas produzca este efecto. Por eso hay varios fabricantes que se animan a quitar el filtro de paso bajo de sus cámaras, para obtener una mayor nitidez en las fotografías. Yo también opino que merece la pena el riesgo. En la mayor parte de las ocasiones, la mayor calidad de la imagen lo compensa.

Quedémonos con otra imagen del edificio por el lado soleado. También tiene algo de MUARÉ, pero a estas escala se nota poco. Lo dejaré para el que lo quiera buscar.