La fotografía como afición y otras artes visuales

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Polaroid en blanco y negro; por la ciudad y en paisaje ferroviario

La verdad es que tengo bastantes rollos de película y otras cosas, también en el mundo de la fotografía digital, que comentar en estas páginas. Especialmente desde que me llegaron revelados los siete rollos de película del mes de enero que mandé a revelar a Carmencita Film Lab con el cambio de mes. Pero todo llegará. Como hoy no voy con mucho tiempo, voy un cartucho de fotografía instantánea reciente. Cambié a Fujifilm Instax hace algo menos de un par de años por el coste de la película Polaroid. En ocasiones es casi el doble por ocho fotos, mientras que las Instax ofrecen diez por cartucho. Pero claro, las fotos Instax son más chiquitas. Y por otro lado, la tecnología de Fujifilm está madura, las fotos se revelan pronto y tienen gran estabilidad en el tiempo... las de Polaroid...

Las Polaroid han mejorado mucho. Y el ejemplo lo ofrecen las fotos de este cartucho de fotos en blanco y negro. Todavía tardan en revelarse bastante más que las Instax, pero al final quedan unas fotos contrastadas, que por su mayor tamaño se ven mejor definidas y con más profundidad. El resultado es rotundamente más agradable. Y dicen que son más estables con el tiempo. Lo cierto es que el material sensible de la actual Polaroid ha ido mejorando bastante desde las últimas veces que lo usé.

Y luego está la cámara. La Polaroid SuperColor 635 es una cámara que tiene como poco 30 años. La heredé de una enajenación de material no usado por una administración pública. Todo en orden. Con el uso y algunos cuidados que le he prestado, las irregularidades en el revelado de cada foto, que aparecían con frecuencia cuando la empecé a usar, han desaparecido. Quedan bien. O la proporción de defectos ha disminuido muy considerablemente. Y aunque es más sencilla en sus opciones que la Instax SQ6, lo cierto es que no creo que la óptica sea peor. Yo veo unas fotos más nítidas y definidas. Mejores, claramente. Su principal problema, el de la cámara, es que no tiene modo de fotografía de proximidad, por lo que hay que situar como mínimo al sujeto a metro y medio de distancia. Y como casi todas las cámaras que están ajustadas a una hiperfocal, el paisaje lejano no aparece muy definido, están pensadas para fotografiar personas que están a unos metros de distancia. Es algo que hay que tener en cuenta al elegir los motivos para las fotos. La pena es que no hagan cartuchos para el formato Spectra, ya que mi cámara para ese formato es mucho mas nítida y configurable.

Bueno... hice este cartucho el sábado pasado. Fui a probar el adaptador Fringer EF-GFX, y de paso hice estas fotos. Cuatro de ellas, por el barrio, cuando me dirigía a la estación de Miraflores para coger el cercanías a Casetas. Las otras cuatro en los alrededores de la estación de Casetas. Y han quedado bien. Pero... ¿y el precio? Pues de vez en cuando miro en Amazon Warehouse los productos reacondicionados y encuentro ofertas de cartuchos que venden más baratos, producto de devoluciones de gente que se equivoca al pedirlos por la variedad de formatos que hay en el mercado. Por lo que su precio se acerca al de las Instax. Y entonces, aunque haya dos fotos menos, la calidad ofertada merece la pena. Seguiré. Recordad que publico mis fotos instantáneas en instagram.com/carlos.carreter.instant.

Aplicando lo aprendido con la Instax Monochrome a la Instax Color

Los dos últimos cartuchos de película que utilicé con la Fujifilm Instax SQ6 fueron de película monocroma. Habitualmente me gusta más que la película en color. También porque conseguir resultados llamativos con la película en color exige más esfuerzo creativo, imaginativo o visual. En general, con esos cartuchos, especialmente con el último, tomé consciencia plena de que la película Instax se lleva mal con la sobreexposición, se queman con facilidad las luces, que la exposición automática de la Instax SQ6 producía cierta sobreexposición y que es mejor utilizar el modo D (dark) que subexpone la película en cierta medida.

Recientemente puse un cartucho de película en color en la cámara. Iba a usarla en una paseo como ni sobrino, que "estrenaba" después de su cumpleaños cámara fotográfica "nueva". En realidad una Pentax digital que yo no usaba y que se la dejé preparada para que la pueda usar y ver si es una afición, la fotografía, que le gusta. Pero esa tarde, que empezó muy prometedora, empezó a acumular nubes y una luz muy poco contrastada y poco adecuada para esta cámara, así que sólo hice una foto,... que además se dobló y presenta una irregularidad en el revelado.

No obstante, en los días de la semana siguiente, eché la SQ6 a la mochila urbana, y cuando encontré situaciones de cierto interés fui utilizándola. Y decidí aplicar el principio de usar casi por sistema el modo D de exposición en la cámara. A todas las fotografías les aplicaría una cierta subexposición. Salvo que decidiese hacer alguna forografía de aproximación o algún retrato, casos en los que es incompatible con el modo D, por ser modos mutuamente excluyentes. Es uno de los defectos de la cámara. La corrección de la exposición no es independiente del modo de operación elegido.

En los autorretratos, o selfis, no es muy importante. El tono pálido de mi piel y de la mayor parte de las personas con las que me relaciono, tanto si uso el flash como si no, provocan de por sí una cierta subexposición en la exposición automática. En la fotografía de aproximación es más difícil de controlar la situación. En cualquier caso, en este cartucho no he hecho ni (autor)retratos ni aproximación, ha sido todo paisaje urbano, y el modo D ha funcionado perfectamente, produciendo colores mejor definidos y más saturados que si hubiese usado el modo automático por defecto. Salvo en los contraluces, parciales o totales, en los que no se pudo evitar cielos blanquecinos. Es el modo a usar habitualmente. La pena es que no se puede dejar fijo, y hay que volver a seleccionarlo cada vez que se apaga y se vuelve a encender la cámara.