La fotografía como afición y otras artes visuales

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Película Instax Square color de "segunda mano" - Instax SQ6

Hace unas semanas estaba mirando en la sección de productos reacondicionados de Amazon, mirando a ver si conseguía a buen precio algún objeto que me interesase. Por ejemplo, una tarjeta de memoria SD de buena marca y de buena capacidad para una de las cámaras digitales. La encontré. El caso es que entre los objetos a la venta encontré un paquete de dos cartuchos de 10 fotos de película Fujifilm Instax Square color de "segunda mano".

Algo que siempre ha causado la hilaridad de los aficionados a la fotografía, especialmente de la fotografía fotoquímica tradicional, es cuando se encuentran a la venta productos consumibles como película, papel fotográfico, revelador, fijador,... etcétera, "previamente utilizados" o de "segunda mano", que son etiquetas estándar en muchos de los sitios de venta en internet. Obviamente, por su carácter de productos consumibles, es decir, una vez utilizados ya no se pueden volver a usar, esas etiquetas estándar son intrínsecamente erróneas e inconvenientes. Pero internet funciona así... y a la mayor parte de la gente parece no importarle. La humanidad... no dejamos de ser una panda de chapuceros. Menos mal, para nosotros, no para el planeta, que sobreviven los más adaptados y no los mejores, porque si no, hace mucho que nos habríamos extinguido. De todos modos, tiempo al tiempo.

La cuestión es que la película Instax Square suele estar a precios entre los 10 y los 13 euros, según sea en color o en blanco y negro, normal o ediciones especiales. Que es más asequible que la Polaroid, pero tampoco exactamente barata. Que de repente me encontrase dos cartuchos con lo que venía ser un coste entre un 35 y un 40 % menor de lo habitual... era tentador. Además, me estaba quedando en el frigorífico sin este tipo de película. Así que piqué.

Me llegó a los pocos días el paquete con los dos cartuchos, que venían incluido en una única caja que contenía los dos. Y esta caja estaba previamente abierta. Obviamente el precinto que aísla completamente de la luz los cartuchos estaba intacto. La fecha de caducidad era correcta. Supuse que alguien los pidió... por error, quizá buscaba película Instax Mini o Wide en lugar de la Square, y la devolvió. Bueno... salvo alguna manipulación intempestiva... funcionarían bien.

Y así ha sido. En unas cuantas semanas expuse los dos cartuchos, cuyas fotos han ido apareciendo poco a poco ya en mi cuenta de Instagram dedicada a la fotografía instantánea. Y sin mayores problemas que los inherentes a las características de la película, su nitidez limitada, probablemente más por los objetivos de las cámaras Instax que por otra cosa, y su escasa latitud de exposición. Alguna de ellas, de las que hice en una excursión con mi hermana y mi sobrino al planetario de Huesca, ya no está en mi poder... pero hice una foto para atestiguar su existencia. Creo que volveré a comprar de esta forma este tipo de película. Hasta que me salga una pifia y deje de fiarme.

Aplicando lo aprendido con la Instax Monochrome a la Instax Color

Los dos últimos cartuchos de película que utilicé con la Fujifilm Instax SQ6 fueron de película monocroma. Habitualmente me gusta más que la película en color. También porque conseguir resultados llamativos con la película en color exige más esfuerzo creativo, imaginativo o visual. En general, con esos cartuchos, especialmente con el último, tomé consciencia plena de que la película Instax se lleva mal con la sobreexposición, se queman con facilidad las luces, que la exposición automática de la Instax SQ6 producía cierta sobreexposición y que es mejor utilizar el modo D (dark) que subexpone la película en cierta medida.

Recientemente puse un cartucho de película en color en la cámara. Iba a usarla en una paseo como ni sobrino, que "estrenaba" después de su cumpleaños cámara fotográfica "nueva". En realidad una Pentax digital que yo no usaba y que se la dejé preparada para que la pueda usar y ver si es una afición, la fotografía, que le gusta. Pero esa tarde, que empezó muy prometedora, empezó a acumular nubes y una luz muy poco contrastada y poco adecuada para esta cámara, así que sólo hice una foto,... que además se dobló y presenta una irregularidad en el revelado.

No obstante, en los días de la semana siguiente, eché la SQ6 a la mochila urbana, y cuando encontré situaciones de cierto interés fui utilizándola. Y decidí aplicar el principio de usar casi por sistema el modo D de exposición en la cámara. A todas las fotografías les aplicaría una cierta subexposición. Salvo que decidiese hacer alguna forografía de aproximación o algún retrato, casos en los que es incompatible con el modo D, por ser modos mutuamente excluyentes. Es uno de los defectos de la cámara. La corrección de la exposición no es independiente del modo de operación elegido.

En los autorretratos, o selfis, no es muy importante. El tono pálido de mi piel y de la mayor parte de las personas con las que me relaciono, tanto si uso el flash como si no, provocan de por sí una cierta subexposición en la exposición automática. En la fotografía de aproximación es más difícil de controlar la situación. En cualquier caso, en este cartucho no he hecho ni (autor)retratos ni aproximación, ha sido todo paisaje urbano, y el modo D ha funcionado perfectamente, produciendo colores mejor definidos y más saturados que si hubiese usado el modo automático por defecto. Salvo en los contraluces, parciales o totales, en los que no se pudo evitar cielos blanquecinos. Es el modo a usar habitualmente. La pena es que no se puede dejar fijo, y hay que volver a seleccionarlo cada vez que se apaga y se vuelve a encender la cámara.

Explorando las capacidades de la Fujifilm Instax SQ6 - cuidado con quemar las luces

Los primeros cartuchos de película Instax Square, tanto en color como en blanco y negro, sirvieron para tomar contacto con la cámara Fujifilm Instax SQ6 y empezar a explorar sus posibilidades. Como ya indiqué en el artículo de presentación, es una de las cámaras con más posibilidades de intervención por parte del fotógrafo, y por lo tanto más interesantes para que quiera algo más que un mero divertimento. Puede muy bien servir de block de notas instantáneo, con un soporte físico, más allá de la virtualidad de la toma digital.

Pero que la Instax SQ6 sea una cámara más completa que otras de la gama de Fujifilm para la película Instax no quiere decir que no tenga sus incovenientes. O más bien, sus limitaciones. Fujifilm ha sido celebrada en muchas ocasiones por los buenos conceptos que incluye en sus cámaras digitales, especialmente porque está más cercana al punto de vista de los fotógrafos que al de los ingenieros u otros profesionales tecnológicos. Pero en mis experiencias con la marca... siempre le encuentro algún pero. Creo que la única cámara Fujifilm pensada en los últimos 20 años con la que disfruté sin paliativos fue con la Fujfilm X100T, prestada para un paseo por el casco viejo de Zaragoza. Y sin embargo, algunas carencias de esa famosa serie han evitado que hasta la fecha me haya hecho con un ejemplar. Cosas que pasan.

Uno de los principales problemas que hay que evitar con la película Fujifilm Instax, especialmente con la versión en color, creo que la monocroma es un poco más tolerante, es que la latitud de exposición es limitada, y hay cierta tendencia a quemar las luces. Afortunadamente, la Instax SQ6 tiene un modo D, dark, que sirve de compensación de exposición, disminuyendo un tanto la cantidad de luz que llega a la película. Cada vez me entran más ganas de utilizarlo, para garantizar unos tonos más adecuados y unos colores más puros y saturados.

Pero aquí vienen los inconvenientes del diseño de la cámara, tal y como comentaba. No puedes utilizar simultáneamente el modo D, dark, con los modos de retrato y fotografía de aproximación. El modo D es el modo general, con una cierta subexposición. Por lo tanto... hay que tener cuidado al usar otros modos con los tonos a los que nos enfrentamos y cómo enfocar la imagen. De todas formas, tengo que explorar más y mejor los modos retrato y aproximación, porque creo que son de los más interesantes. Las fotos de hoy están tomadas en la mañana del domingo, que amaneció con niebla llorona, pero evolucionó a un día soleado agradable.

Imitando a los antiguos - recomponiendo una imagen a partir de sus canales de color

El viernes de la semana pasada fue el último día aprovechable de nuestras vacaciones por el sudeste francés y el lago de Lemán en Suiza. El sábado fue simplemente el viaje de regreso. Y en ese viernes, de tiempo espléndido, nos paseamos al mediodía y para comer por la agradable ciudad de Vevey, a orillas del lago suizo. Antes de comer nos dividimos. A mi acompañante le apetecía relajarse tomando el sol en la orilla del lago, donde realmente se estaba muy bien.

Pero yo no valgo para sentarme al sol y no hacer nada. Mi forma de relajarme es hacer cosas. Cosas que no puedo hacer habitualmente. Y en Vevey hay un museo maravilloso para el aficionado a la fotografía; el Museo Suizo del Aparato Fotográfico. Es la segunda vez que lo visito.

Si la primera vez me centré en contemplar embobado las distintas cámaras, diciendo constantemente hasta provocar las carcajadas de los amigos que me acompañaban "¡Yo quiero una como esa!", en esta ocasión me centré más en los procesos, en las rarezas y en las innovaciones en el tiempo.

Quienes me conocen sabe que me gusta especialmente la fotografía en color. Frente a los defensores a ultranza del blanco y negro como modalidad artística y expresiva por excelencia en fotografía, yo sostengo que el color es su igual desde todos puntos de vista. Incluso más difícil de practicar con éxito, puesto que hay que añadir un componente más a la formación de la imagen. Así que me detuve especialmente en los primeros procesos fotográficos en color. Que parece mentira, pero se retrotraen al siglo XIX. En cualquier caso, me fascinan especialmente los autocromos, de los cuales, la tarde anterior había podido contemplar unos cuantos de Jacques-Henri Lartigue en el Museo del Elysée en Lausana.

Muchos de los procesos anteriores al autocromo, se basaban en la realización de tres placas fotográficas, cada una filtrada con uno de los colores primarios, el rojo, el verde y el azul. Luego estas se teñían y al recomponer la imagen se veía la escena en colores. Así, explicado en trazos groseros.

El caso es que los archivos de fotografía digital que utilizamos habitualmente también se pueden descomponer en tres canales de color para cada uno de los componentes primarios, que se puede transformar en imágenes monocromas.

Veamos un ejemplo.

Están tal cual los he extraído en el programa de procesado de imágenes Affinity Photo, que es el que uso yo como sustituto de Adobe Photoshop. Ofrece prácticamente las mismas funcionalidades y potencia, con un precio ridículamente inferior, sin suscripciones y para siempre.

La cuestión que me planteé fue si podía utilizar este concepto de forma creativa. Así que ayer me fui al parque con la pequeña Leica D-Lux y un trípode ligero. Y de determinadas escenas realicé tres fotografías separadas por unos segundos en el tiempo. A pesar del trípode, es fácil que por la acción del viento u otros elementos móviles, las escenas no sean exactas. Si recomponemos la escena utilizando el canal rojo de la primera fotografía, el canal verde de la segunda y el azul de la última, la fotografía puede tener sutiles cambios que pueden ser interesantes. Veamos el caso de la flor.

Como el tiempo estaba muy calmado, apenas se notan las diferencias. Algunos cambios hay de todas formas. El ligerísimo viento hace que hay ligeros halos de color en la flor y en algunas hojas. El efecto es modesto, pero es una primera prueba.

Un efecto mucho más marcado se produce si engañamos a la escena al recomponerla. Digamos que el canal rojo de la primera foto lo insertamos como el canal azul de la foto recompuesta, y el azul como el rojo. Entonces se produce una mezcla de colores totalmente distinta, con efectos de desviaciones de color notables.

Nuestra rosa ha dejado de ser roja, adoptando unos tonos púrpuras que no son desagradables. Esta es una nueva forma de intervención. Que también se puede usar con imágenes sencillas, utilizando la herramienta denominada "Mezclador de canales". Pero el efecto no será exactamente idéntico. Por supuesto, si modificamos el contraste y la luminosidad de los canales aún obtendremos más cambios.

Pero claro, hay un elemento clave en esta técnica; el movimiento. Si intencionalmente buscamos una escena con objetos en movimiento, otros efectos aparecerán. Así que me fui a las fuentes del paseo principal del Parque Grande de Zaragoza, donde además la luz oblicua del atardecer producía algún que otro arco iris.

¿Qué es lo que sucede si recomponemos la escena a partir de los canales de color de tres fotografías distintas? Pues que la multitud de gotas de agua, blancas en la escena anterior salvo las que producen la refracción de la luz blanca, se nos transforman en gotas de colores, al proceder cada una de una canal de color diferente. El resultado puede ser algo impredecible, aunque supongo que con la experiencia se podrá planificar y prever ese resultado. A cada uno la posibilidad de experimentar.

Polaroid Originals en color - Primer cartucho con la nueva marca

A pesar de que ya hace unos cuantos meses que The Impossible Project cambió su marca y su imagen para pasar a llamarse Polaroid Originals, hasta ahora no había tenido ocasión de exponer en estas páginas ninguna foto tomada con esta marca. Entre los que tenía en la nevera almacenados, más los que compré cuando cambiaron la marca y ofertaron a precio inferior, todos ellos con la marca Impossible, apenas he tenido la oportunidad de probar las nuevas películas.

En las películas en blanco y negro, no anunciaron cambios especiales. Debemos entender que se trata básicamente de la misma película que con la marca anterior. Pero en lo que se refiere a la película en color, sí que anunciaron cambios. Nos contaron que habían conseguido una película más estable, con tiempos de revelado considerablemente más cortos, e incluso se atrevieron a hablar de mejor rendimiento de tonos y colores. Había que probarla. Y lo hice ya en el mes de noviembre. De hecho, estas fotografías que hoy expongo aquí, ya fueron apareciendo en su momento en mi cuenta en Instagram.

Mis impresiones... He de decir que me forcé un poco a tirar el cartucho, y no sé si elegí los mejores motivos. Lo intenté por lo menos. Ninguna maravilla aquí. Pero tengo la sensación de que los colores todavía están demasiado apagados. Frente a la versatilidad de la película en blanco y negro, te quedas con la sensación de que la de color no es una película polivalente. Que exige unos motivos y unas condiciones de utilización muy específicas. Ya veremos en el futuro.

Por cierto, utilicé la versión de formato Spectra, con la cámara Polaroid Image System SE, que da mejor calidad de imagen de las dos polaroids que tengo. Os dejo el pase de fotos.