La fotografía como afición y otras artes visuales

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Nuevamente la Olympus Trip 35 y un rollo de Kodak ProImage 100 para acompañar una jornada de fotografía digital

Empieza a ser ya habitual que cuando dedico mi jornada fotográfica a la fotografía digital lleve conmigo la Olympus Trip 35 con un rollo de película. Las más de las veces película negativa en color, siendo frecuente en este caso, como en el que os comentaba hace pocas semanas, que esta sea Kodak ProImage 100, película a la que cada vez estoy más aficionado. Y si no termino el rollo en esa jornada,... pues lo llevo unos días más mientras deambulo por la ciudad y lo voy terminando.

En esta ocasión, la mayor parte del rollo lo expuse el día en que estuve estrenando el adaptador Fringer para objetivos Canon EF sobre la Fujifilm GFX 50R. Por lo que buena parte de las fotos están realizadas en el entorno de la estación ferroviaria del barrio zaragozano de Casetas y en el Parque de la Granja de Zaragoza, donde se encuentra la estación de cercanías de Miraflores donde cogí el tren para ir a Casetas. Fue un día soleado, pero un cierto grano de bruma y tenues nubes altas, que procuraban una luz agradable y más difusa que la dura luz que reinó durante los días anticiclónicos del seco mes de enero de este 2022. Una condiciones de luz en las que la Kodak ProImage 100 se desenvuelve perfectamente.

Por lo demás, la cámara, la Trip 35, tiene un fotómetro de selenio en forma, que no muestra signos de desgaste. Y es agradable de usar, con una focal, 40 mm f2,8, que me resulta cómoda y conveniente. Como ya comenté hace unas semanas, una combinación segura para manejar como bloc de notas fotográfico en días luminosos. Cuando la luz falta... hay que buscar películas más sensibles.

Polaroid en blanco y negro; por la ciudad y en paisaje ferroviario

La verdad es que tengo bastantes rollos de película y otras cosas, también en el mundo de la fotografía digital, que comentar en estas páginas. Especialmente desde que me llegaron revelados los siete rollos de película del mes de enero que mandé a revelar a Carmencita Film Lab con el cambio de mes. Pero todo llegará. Como hoy no voy con mucho tiempo, voy un cartucho de fotografía instantánea reciente. Cambié a Fujifilm Instax hace algo menos de un par de años por el coste de la película Polaroid. En ocasiones es casi el doble por ocho fotos, mientras que las Instax ofrecen diez por cartucho. Pero claro, las fotos Instax son más chiquitas. Y por otro lado, la tecnología de Fujifilm está madura, las fotos se revelan pronto y tienen gran estabilidad en el tiempo... las de Polaroid...

Las Polaroid han mejorado mucho. Y el ejemplo lo ofrecen las fotos de este cartucho de fotos en blanco y negro. Todavía tardan en revelarse bastante más que las Instax, pero al final quedan unas fotos contrastadas, que por su mayor tamaño se ven mejor definidas y con más profundidad. El resultado es rotundamente más agradable. Y dicen que son más estables con el tiempo. Lo cierto es que el material sensible de la actual Polaroid ha ido mejorando bastante desde las últimas veces que lo usé.

Y luego está la cámara. La Polaroid SuperColor 635 es una cámara que tiene como poco 30 años. La heredé de una enajenación de material no usado por una administración pública. Todo en orden. Con el uso y algunos cuidados que le he prestado, las irregularidades en el revelado de cada foto, que aparecían con frecuencia cuando la empecé a usar, han desaparecido. Quedan bien. O la proporción de defectos ha disminuido muy considerablemente. Y aunque es más sencilla en sus opciones que la Instax SQ6, lo cierto es que no creo que la óptica sea peor. Yo veo unas fotos más nítidas y definidas. Mejores, claramente. Su principal problema, el de la cámara, es que no tiene modo de fotografía de proximidad, por lo que hay que situar como mínimo al sujeto a metro y medio de distancia. Y como casi todas las cámaras que están ajustadas a una hiperfocal, el paisaje lejano no aparece muy definido, están pensadas para fotografiar personas que están a unos metros de distancia. Es algo que hay que tener en cuenta al elegir los motivos para las fotos. La pena es que no hagan cartuchos para el formato Spectra, ya que mi cámara para ese formato es mucho mas nítida y configurable.

Bueno... hice este cartucho el sábado pasado. Fui a probar el adaptador Fringer EF-GFX, y de paso hice estas fotos. Cuatro de ellas, por el barrio, cuando me dirigía a la estación de Miraflores para coger el cercanías a Casetas. Las otras cuatro en los alrededores de la estación de Casetas. Y han quedado bien. Pero... ¿y el precio? Pues de vez en cuando miro en Amazon Warehouse los productos reacondicionados y encuentro ofertas de cartuchos que venden más baratos, producto de devoluciones de gente que se equivoca al pedirlos por la variedad de formatos que hay en el mercado. Por lo que su precio se acerca al de las Instax. Y entonces, aunque haya dos fotos menos, la calidad ofertada merece la pena. Seguiré. Recordad que publico mis fotos instantáneas en instagram.com/carlos.carreter.instant.

Historias de mi historia; primer blanco y negro con Canon EOS 100 (marzo de 1993)

Revolviendo entre las estanterías, encontré un álbum de anillas con un número considerable de hojas con negativos que se remontan a principios de los años 90. Me centraré en esta entrada en algunos de los que expuse en los primeros meses del año 93.

Alquézar, Ilford Delta 400.

Tras haber venido utilizando una modesta, competente, aunque limitada, Pentax P30N durante cuatro años para iniciarme a la fotografía, avanzado el segundo curso de fotografía que hice en el otoño invierno de 1992-93 en la escuela de la galería Spectrum de Zaragoza, decidí que tenía que dar un salto a una cámara con más posibilidades de futuro. No voy a entrar a detallar cómo fue el proceso de decisión. Pero diré que tuve sobre la mesa tres modelos, que en aquel momento tenían un precio similar, y entre los cuales decidí; la Nikon F601, la Canon EOS 100 y la Nikon FM2. Las dos primeras eran dos cámaras que ocupaban un mismo nicho comercial en las dos marcas importantes del momento. La tercera suponía adoptar un determinada filosofía con respecto a la fotografía. Me dejé llevar por las modas del momento y opté por la Canon EOS 100. Aunque años más tarde comprendí que la FM2 se adaptaba más a mi personalidad y me hubiera permitido avanzar más en mi afición. Pero "años más tarde" significa,... veinte años más tarde. Así que no merece la pena darle muchas vueltas al tema.

Loarre, Ilford Delta 400.

La Canon EOS 100 era una cámara que habría grandes posibilidades. Discreta en su funcionamiento, acompañada de un objetivo de focal variable con el silencioso y rápido motor ultrasónico que Canon empezaba a popularizar en aquel momento, un EF 28-80/3,5-5,6 USM, mucho más interesante que todos los derivados que comercializó la marca más tarde. Y honesto en sus prestaciones, aunque limitado como muchos objetivos de focal variable de la época. Los modos de exposición de la cámara, sus tres modos de medición, matricial, ponderada al centro y parcial (9 % central de la imagen), y otras prestaciones la hacían una cámara adecuada para hacer... muchas cosas. La adquirí en febrero de 1993, y tras algún carrete anodino de prueba con diapositivas, durante el mes de marzo le hice algunos carretes en blanco y negro.

No disponía yo de laboratorio en casa en aquel momento. Pero por haber sido alumno de los cursos de la galería Spectrum, por una razonable cantidad anual, podía acceder todos los viernes a los laboratorios y ampliadoras de la escuela de la galería, donde pasé muchos viernes por la tarde, desde que salía de trabajar, comiendo un bocadillo, y hasta que me iba a tomar unos chismes a partir de las ocho y media o nueve de la tarde-noche.

Miraflores, Ilford Delta 400.

Por aquella época, estaba dejando de usar el cómodo y sencillo Rodinal con el que había aprendido a revelar. Y compartiendo con otros amigos y conocidos, usábamos el revelador en polvo ID-11 de Ilford, clon del Kodak D-76. Resultaba muy económico. Desconozco el motivo. En la escuela de galería Spectrum habíamos usado como material sensible la Agfapan APX 100. Pero lo que me encuentro en mis archivos, comprado por mi mismo, es una mezcla de Ilford Delta 400 e Ilford FP4 Plus. Supongo que me aficioné a la Delta 400 porque ofrecía un sensibilidad todoterreno con una buena nitidez y grano más contenido que otras películas de la misma sensibilidad, y era más sencilla de revelar y fijar que la similar de Kodak en cuestión de películas modernas de grano tabular, la T-Max 400. Lo cierto es que me gusta el aspecto de aquellos negativos, perfectamente conservados.

Cabezo de Alcala, Azaila, Ilford FP4 Plus 125.

Aquí os traigo fotografías de tres rollos. El primero que hice con la Canon EOS 100 en blanco y negro, un Ilford Delta 400 en una excursión a la bonita villa de Alquézar, en la provincia de Huesca. Se nota mucho que no estaba familiarizado con la cámara, y no tengo buenos resultados de aquel día. Después, otro Delta 400 en el castillo de Loarre, también Huesca, que terminé en el entorno de la estación de Miraflores en Zaragoza. Un entorno totalmente distinto de lo que es hoy en día. Dejando de lado que no controlaba todavía algunos aspectos de la toma, algo en lo que uno va mejorando con el tiempo, me gusta el rendimiento que daba la película. Quizá deje de usar con tanta frecuencia la HP5 Plus 400 y me vuelva a la Delta 400, más contrastada. Aunque más exigente en el momento de la toma

Pueblo viejo de Belchite, Ilford FP4 Plus 125.

Por otro lado, tengo también, de por aquellos días, un rollo de Ilford FP4 Plus 125 expuesto entre el yacimiento arqueológico de Cabezo de Alcalá en Azaila (Teruel) y las ruinas de la guerra del pueblo viejo de Belchite. Este último sitio es un lugar muy popular entre los aficionados a la fotografía de Zaragoza. Ahora está vallado y no sé muy bien cuáles son los requisitos para entrar. Pero en aquella época íbamos cuatro gatos y podías ir en cualquier momento. No creáis que encuentro muchas diferencias de nitidez y de grano en la Delta de ISO 400 y la FP4 Plus de ISO 125...

Pueblo viejo de Belchite, Ilford FP4 Plus 125.

Unas diapositivas perdidas de 1999

Ayer os hablaba de forma extensa sobre la CANON EOS 100 y el equipo de objetivos y complementos que utilicé de forma prioritaria entre marzo de 1993 cuando la compré y el mes de julio de 2004, cuando la llevé de viaje por última vez. A Foix, Toulouse y los departamentos pirenaicos de la región francesa de Midi-Pyrénées.

Esta tarde, reorganizando algunas cosas en casa, me ha aparecido una cajita con diapositivas que puedo datar de septiembre de 1999. A finales de agosto de ese año había estado de vacaciones también en Francia. En la Cerdaña, en los castillo cátaros, subiendo por Carcasona y Albí hasta las gargantas del río Tarn. Un viaje que tengo que rescatar y digitalizar. Tras este viaje, me fui a pasar unos días con mi hermana, que vivía entonces en Peñíscola. Desde allí hicimos una excursión al MUSEO DEL FERROCARRIL DE VILLANUEVA Y LA GELTRÚ y a SITGES. Creía que estas diapositivas sí que las tenía localizadas y digitalizadas en su totalidad. Al menos las que merecía la pena. Pero he encontrado esta cajita con algunas más de aquella excursión y otras del viaje de vuelta en tren a Zaragoza. Y un simpático recuerdo. Una fotografía de los participantes en el cursillo de tenis de aquel mes de septiembre en el CENTRO DEPORTIVO MUNICIPAL DE LA GRANJA.

Museo del Ferrocarril en Villanueva y la Geltrú
Museo del Ferrocarril en Villanueva y la Geltrú
Museo del Ferrocarril en Villanueva y la Geltrú
Sitges
Euromed en Tarragona - Trenes similares a los AVEs Madrid-Sevilla que como sobraban los adaptaron para el Corredor Mediterráneo
No sé quien hizo la (desenfocada) fotografía, pero me trae buenos recuerdos

En tren

Genova Brignole

No me gusta conducir. No nos gusta conducir. Le tengo/tenemos cierta alergia al coche. Por ello, cuando seleccionamos nuestro lugar de vacaciones, tendemos a hacerlo en entornos donde el transporte público sea eficaz y eficiente. Nos lleve con agilidad y en el momento adecuado donde queremos ir, sin pérdidas de tiempo, y por un coste razonable. El ferrocarril es uno de los medios más adecuados, para viajar con esta filosofía.

Genova Brignole

Una filosofía que tiene otra ventaja si eres un viajero aficionado a la fotografía. Puedes ir siempre con una cámara preparada por si la ocasión surge. No necesariamente tu cámara más grande o aparatosa. Pero llevar a mano una cámara compacta o cualquier modelo que sea discreto, es idóneo para no desaprovechar las posibilidades de hacer fotografía durante los desplazamientos. Quizá hable en algún momento de lo que supone fotografiar desde el tren. No va a ser en esta ocasión.

Tampoco me extenderé mucho en el anecdotario. Quizá podría extenderme sobre por qué una malainterpretación de lo que parece el mapa del metro de Turín estuvo a punto de hacerme perder el enlace hacia Génova. Especialmente si hay dos estaciones que se llaman LINGOTTO, y hay más de kilómetro y medio entre ellas caminando. O por qué, si acabas de tener una emotiva despedida en el andén de una estación, es posible que te equivoques de tren y acabes pasándolas canutas para hacer la correspondencia con el siguiente tren. Más si la emoción del momento hace que te olvides que un tren que va a LIVORNO desde FIRENZE SANTA MARIA NOVELLA pasa también por PISA CENTRALE.

Monterosso al Mare

En mi reciente viaje por Génova y la costa de Liguria, el tren ha sido un medio esencial. Toda la RIVIERA LIGURE está comunicada por tren, una línea por un trazado tremendamente difícil orográficamente. Paisajisticamente privilegiado, salvo por el detalle que hay tramos en los que en casi todo moment el ferrocarril va sumergido por túneles bajo las montañas que se abalanzan sobre el MAR DE LIGURIA.

Pocos son los tramos en los que el tren se asoma y permite ver el país que atraviesa. Y muchos de estos espacios bajo el sol son aprovechados para instalar la estación de cualquiera de los pueblecitos que conforman la comarca de las CINQUE TERRE.

Entre Monterosso y Vernazza
Corniglia

Los precios son razonables. No sé si decir baratos, puede que sí comparados con otros países, pero sí razonables. Por ejemplo, un recorrido de entorno a 80 kilómetros serán poco más de seis euros, y el desplazamiento entre poblaciones contiguas puede ser equivalente al billete del autobús urbano. Entre uno y dos euros. Para la comarca de las CINQUE TERRE puedes comprar incluso bonos de desplazamiento ilimitado por uno o dos días. No lo hicimos puesto que caminamos bastante. Sólo utilizamos dos trenes para desplazarnos entre estas poblaciones, además de los desplazamientos generales desde o hacia Génova.

Estación de Cofniglia
Estación de Corniglia

La línea, que une Génova con La Spezia y el sur de Italia, está bastante concurrida aun no siendo una de las líneas ferroviarias principales de Italia. Los trenes que comunican el norte de la península itálica con Roma se mueven con más frecuencia y más rapidez via Bolonia y Florencia, que siguiendo la costa ligur y toscana, además de que esa línea central asegura mejores interconexiones con otras regiones del norte y del este de Italia.

Pero no faltan trenes. Aquellos que gusten más de llevarlo todo planificado, ajustarán sus visitas a los horarios de paso de los muchos regionales que la atraviesan. Los extremos de las CINQUE TERRE, Monterosso y Riomaggiore, están servidos por más trenes que el resto de la poblaciones. En estos extremos pueden parar además de los regionales normales los llamados regionales veloce, semidirectos, y en Monterosso incluso algún tren intercity, más rápidos y confortables. Pero en general, al menos hay una relación cada hora entre todos ellos, y en muchas ocasiones, más.

Genova Piazza Principe Subterranea
Santa Margheritta Ligure

En Génova hay un sinnúmero de estaciones. Es una población cuyos suburbios y extrarradios se extienden durante muchos kilómetros siguiendo la costa del MAR DE LIGURIA, y el tren es un medio tan eficaz o más que el metro o el autobús como transporte urbano. Pero hay dos estaciones principales, GENOVA PIAZZA PRINCIPE, con dos zonas de andenes, una de ellas subterránea, y GENOVA BRIGNOLE, la que más usamos nosotros por estar a muy poca distancia de nuestro hotel.

Hay que tener cuidado cuando usas los buscadores en internet o en las máquinas expendedoras de billetes de TRENITALIA para localizar las mejores relaciones. Si indicas como punto de partida o destino GENOVA (Todas las estaciones), corres el peligro de obtener alguna relación que no te interese en absoluto. Lo mejor es especifica una de las dos anteriores, teniendo en cuenta que casi todos los trenes pasan por las dos, aunque a horas distintas, lo que hay que tener en cuenta claro está.

Genova Brignole
La Spezia Centrale

Por último, para el viajero de paso, conviene decir que Génova está muy bien comunicada por tren con Turín y Milán, con trenes relativamente frecuentes, al menos uno cada hora, pero puede haber más, tanto regionales como intercitys u otros de largo recorrido. Y también tiene trenes en dirección al sur hacia Roma y Nápoles o Salerno. A falta de conocer con exhaustividad la tabla horaria de las estaciones genovesas, tampoco será difícil viajar a otros destinos, con los correspondientes trasbordos.

Algunas cuestiones prácticas. En los trenes regionales, no hay que olvidarse de validar el billete antes de subir al tren. El billete tiene validez para varios días antes de validarse, y unas horas después de validados; es muy flexible, pero hay que tener presente este trámite que no todos los viajeros españoles tienen presente, aunque es muy habitual en Europa. Por otro lado, de vez en cuando los trenes italianos cogen retrasos. Si dependes de algún trasbordo para continuar viaje, es bueno comentarlo con el revisor o capo di treno; yo he visto como estos trabajadores ferroviarios se han molestado en llamar a la estación del trasbordo para facilitar la vida del viajero. Suelen ser bastante amables.

Tren regional con destino Torino Porta Nuova - fin de mi estancia en tierras ligures