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Zenit 3M, la cámara "destroyer", con Fomapan 200 Creative

Desde que adquirí la Zenit 3M, versión 50º aniversario de la Revolución de Octubre, he venido manteniendo una "guerra fría", o caliente, con esta cámara soviética de los años 60. Empezando por el hecho de que cuando la adquirí, no me cosqué de que la montura es de rosca de 42 mm como las habituales de otras Zenit más conocidas y otras marcas, sino de 39 mm. Como la de las Leica de antaño,... pero sin que valgan las ópticas de estas, porque el distancia de brida es superior para tener en cuenta el espejo de las cámaras réflex. Por ello acabé haciéndome con el Mir-1 37/2,8 M39, un objetivo angular muy moderado, que no va mal, aunque hay que hacerse a su peculiar funcionamiento. Luego... le han pasado más cosas, pero no me voy a detener en ello.

Como durante estoy participando en la CCCP, #CrappyCommieCameraParty, organizada en Twitter por @ShittyChallenge, era obvio que algunos rollos iban a salir de esta cámara. Tengo mandado a revelar un en color, un experimento, ya que nunca he usado antes la LomoChrome Metropolis. A pesar de ese sufijo "chrome", no es película diapositiva color, como antaño solía pasar, es película negativa color. Ya veremos. El caso es que por lo menos ese rollo quedó entero. Porque esta cámara es una "destroyer". Tiende a destruir rollos de película. Ya me ha pasado con algún otro. Tengo que acostumbrarme a descargar el rollo a oscuras, por si acaso. El caso es que en el último rollo que hice con ella... este ser rompió.

Me pasé hace unos días por una de las pocas tiendas que venden en Zaragoza material sensible mínimamente variado o interesante. Y cogí un rollo de Fomapan 200 Creative. Aunque las películas de la marca checa, apropiada para esta "party" por su origen al otro lado del telón de acero, no me entusiasman, reconozco que la Fomapan 200 no está mal. Es la única que no es de grano tradicional, cúbico, es de grano tabular, y tiene un grano que en la práctica es tan fino como la Fomapan 100, con la ventaja de ser más sensible. Aunque a mí me suele quedar un poco demasiado poco densa. A ver si esa sensibilidad nominal declarada ISO 200 va a ser un poco optimista. En cualquier caso, lo puse en la Zenit 3M con el Mir-1, y llevé el conjunto conmigo durante unos días mientras iba de un lado a otro de la ciudad.

Cuando se terminó, rebobiné, y de entrada no noté nada de especial. Hasta que al abrir la cámara en casa, comprobé que se había roto la película antes de finalizar de rebobinar todo el rollo, y de los 36 negativos previstos sólo pude aprovechar los 22 últimos. Los revelé en HC-110 dilución B (1+31). Como el tiempo previsto a 20 ºC para esta película y este revelador con esa dilución es muy corto, tres minutos y medio, decidí preparar la dilución a 18 ºC y aumentar el tiempo de revelado, según las tablas de Digitaltruth, hasta 4' 15". Me quedaron poco densos. Pero en general aprovechables. Y una cosa que esperaba era que al disminuir la temperatura, disminuyera también el grano y aumentase la gradación tonal. Y parece que sí.

Como digo, el resultado, como me ha pasado otras veces con esta película, es una tónica casi general, aparenta un clara subexposición, aunque luego hay detalle tanto en las sombras como, por supuesto, en las luces. Creo que voy a empezar a exponer esta película a IE 100 en el futuro. Porque no creo que necesite más revelado. Los números de testigo en las bandas laterales de la película aparecen siempre correctamente revelados. Las fotos han quedado nítidas, en las fotos realizadas con apertura amplias las esquinas y los bordes del campo tienen pérdida de nitidez, por las limitaciones de un óptica decente, pero antigua. Pero a f/8 o f/11, se ven bien en todo el campo. Eso sí... otro problema más, cuatro de los fotogramas aparecen como si la cortinilla del obturador no se hubiese abierto correctamente, con parte de la imagen negra. Tras observarla sin película tengo la sensación de que es un problema que sucede de vez en cuando al armar el obturador cuando se avanza la película. En fin... probaremos una vez más... pero si sigue dando problemas, puede ir a parar de adorno a la estantería. El objetivo, con adaptador, puede ser usado en otras cámaras.

Película negativa en blanco y negro de muy baja sensibilidad - Praktica MTL5 y Lomography Fantôme 8

Comentaba en una entrada con un título similar a la de hoy hace algo más de dos semanas mi experiencia usando una de las películas de muy baja sensibilidad y alta nitidez y resolución que Lomography sacó al mercado el año pasado. Recuerdo que me llegó la oferta de prelanzamiento durante las semanas de confinamiento de la población. Y que no me decidí a aceptarla porque había que comprar los rollos de cinco en cinco y por la incertidumbre sobre cómo iba a evolucionar la epidemia y el retorno de nuestra libertad de movimientos. Y de practicar nuestras actividades de ocio como mejor nos parezca, por lo tanto. Así que fue esta primavera cuando me hice con un rollo de la Babylon 13, de la que ya os hablé, y la Fantôme 8, que es la que nos ocupa hoy.

Un breve recordatorio sobre el origen y las características de las películas Lomography Kino. Aunque nadie lo confirma con claridad, comparando sus características con el catálogo de ORWO Filmotec Special Films, parece que todas ellas proceden de las películas cinematográficas ORWO que este fabricante tiene actualmente en catálogo. Si la Berlin 400 y la Potsdam 100 tendrían su origen en el material sensible para el rodaje de películas de cine, la Babylon 13 y la Fantôme 8 tendrían su origen en el material sensible para la duplicación de otras películas. La Babylon 13, algo más sensible, tiene un contraste poco acentuada, con amplia gradación tonal, mientras que la Fantôme 8, como comprobaremos, tiene un contraste marcado, con una gradación tonal más estrecha, con transiciones más bruscas entre las sombras y las luces.

Desde el primero de julio vengo participando en una de estas "fiestas" fotográficas virtuales que se organizan en las redes sociales y que no son más que una excusa para hacer fotos y compartilas en las mismas. En esta ocasión, organizada desde Twitter por @ShittyChallenge, la fiesta es la #CrappyCommieCameraParty o CCCP. Es decir, la fiesta de las cámaras comunistas zarriosas. Y de lo que se trata es de usar cámaras y objetivos fabricados en los países que pertenecían al bloque soviético durante la guerra fría. Creo que también incluyen lo fabricado en la República Popular China, que no deja de ser un país gobernado dictatorialmente por un partido que se dice comunista... a pesar de ser un paraíso para el capitalismo más duro. Pero como se fabrica tanto hoy en día en ese país, ya no tiene gracia. Yo me apunto con material del antiguo telón de acero. Que por sus dudosos niveles de calidad, podría ser estupendo... o un zarrio. "Crappy" en inglés.

He usado ya tres rollos en color, que he mandado a revelar y podré mostrar en agosto, cuando vuelva de vacaciones, si consigo irme, y un par en blanco y negro. De los cuales, el primero, fue la Lomography Kino Fantôme 8, que expuse utilizando la Praktica MTL 5, fabricada en la antigua República Democrática de Alemania, con un Helios 44-2 58/2,8, de la antigua Unión Soviética. Aunque expuse las fotos en días luminosos con abundante luz, con sólo ISO 8 de sensibilidad, y con una velocidad de exposición mínima de 1/60 segundo, que aun así es arriesgada por la mala ergonomía de la cámara para evitar trepidaciones, las aperturas de trabajo oscilaron entre el f/2 y el f/5,6 en los momentos de luz más abundante.

El revelado de la película lo hice siguiendo las recomendaciones de Lomography. El revelador que recomiendan para estas cámaras es el D96, un revelador habitual en cinematografía, lo que vendría a confirmar el más que probable origen de las películas. Pero después de este, el que más recomiendan es el Kodak HC-110, dilución B (1+31), durante 7 minutos a 20 ºC, con el habitual ritmo de agitación al principio de cada minuto. Fijado como de costumbre, los negativos fueron digitalizados con la Panasonic Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS. La Praktica MTL 5 es una cámara mecánica que lleva incorporado un fotómetro que funciona con una de estas malditas pilas de mercurio que ya no se fabrican. En lugar de buscar alternativas que no siempre van bien, usé mi fiable fotómetro de mano, el Gossen Digisix. Lo cierto es que la mitad del rollo, que hice un jueves por la tarde, tiene una exposición perfecta, mientras que la otra mitad, que expuse un sábado por la mañana, tiene una sobreexposición sistemática de al menos un paso. No sé muy bien el porqué. No soy consciente de haber hecho nada raro o distinto.

Descartando la elevada densidad de los negativos sobreexpuestos, estos se muestran muy contrastados. Y cuando se digitalizan con la cámara digital, el archivo resultante tan apenas hay que tocarlo de contraste. Los archivos procedentes de los negativos sobreexpuestos hay que reajustarles los tonos medios, pero poco más. He de decir que, efectivamente, es una de las películas más contrastadas que he usado, aunque no llega a los extremos de unos de origen Kodak que me regalaron hace unos años. La cuestión es que, aunque la película es contrastada, ni en las circunstancias más desfavorables quedan bloqueadas las luces o empastadas las sombras. Con lo cual, aunque tienes que tener cuidado con la exposición, porque los márgenes de error no son grandes, y siempre más favorables a la sobreexposición, tampoco es intratable.

Busqué para ella, especialmente el segundo día, cuando paseé por entornos industriales o ferroviarios, sujetos con detalles finos, por intentar hacerme una idea sobre la nitidez de la película, que se presupone alta. Pero en el fondo, esto fue una "tontá" por mi parte, al usar el equipo que usé. Realmente, la impresión que da en aquellos fotogramas expuestos con las aperturas más idóneas, o sea f/5,6, que la nitidez es elevada. Mi impresión es que los 20 megapíxeles de la cámara digital no son suficientes para extraer todo el jugo a los negativos. Los archivos resultantes quedan bien, se pueden hacer copias de buen tamaño, pero tiene sus límites. El problema es que el Helios 44-2, cuando bajas de f/5,6 y abres más el diafragma, empieza a notarse que su rendimiento en las esquinas es justito. Y con una película nítida, aun se nota más. No nos olvidemos que el tan "admirado" Helios 44-2 no deja de ser un clon de los Biotares de Carl Zeiss en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Fórmulas ópticas similar a los Planar, pero sin el esfuerzo de investigación y desarrollo posterior. Bueno... pues eso. Esto es lo que ha dado de sí estos negativos de muy baja sensibilidad de Lomography. Una curiosidad. Pero no muy interesantes, para mis usos personales, en realidad.