Os hablaba hace unas semanas y este jueves pasado de la Leica Minilux. De cómo quedó aparentemente estropeada, y de cómo volvió a funcionar justo cuando la iba a llevar a reparar. Un simple cambio de pila eléctrica bastó para que todo volviese a estar en orden. El jueves os contaba cómo comprobé si la cámara funcionaba correctamente. Un rollo de Lomography Potsdam Kino 100, película en blanco y negro que revelé yo mismo en casa, por lo que, si el lunes 4 de noviembre supuse que la Minilux podía volver a estar en marcha, en unos días ya tenía una primera confirmación de primera mano.
No obstante, cuando algo ha ido mal… a mí me queda siempre la duda de que realmente todo esté correcto a partir de ese momento. Si alguna “religión” tengo, está basada en la razonable seguridad de que nuestro destino viene determinado por la segunda ley de la termodinámica. Y que cuando las cosas se estropean no deja de ser una expresión práctica y cotidiana del aumento de la entropía en nuestro entorno. ¿Bastaría la energía dedicada a comprar una pila de litio tipo CR123A, que son razonablemente fáciles de encontrar, colocarla en la cámara y encenderla para que la cámara volviese a su estado funcional original?
Así que, como es lógico, decidí hacer otra comprobación. Pero en otras condiciones. Con un rollo de película para negativos en color. Como me quedaban rollos de los que me mandaron al final de la primavera de Orwo Wolfen NC500, una película que bajo esta denominación, o como Lomochrome Color ’92, no he acabado de apreciar mucho, pensé que era una buena elección. Quedase bien o mal, no iba a sufrir mucho con los resultados. Y además comprobé, con cierta sorpresa, que el rollo tenía un rudimentaria codificación DX, de una única fila de contactos, que funcinonaba bien, por lo que la cámara expuso la película a su sensibilidad nominal ISO 400 (y no 500 como engañosamente parece indicar el nombre de la película). Hasta aquí todo bien.
Y algunos dirán… ¿cómo sabías que esos rudimentarios contactos DX estaban funcionando? A ver si espabilamos, y conocemos la regla del “soleado f16”. A pleno sol, con el astro rey a nuestras espaldas e iluminando frontalmente la escena, en las latitudes templadas, salvo en los momentos próximos al alba y al ocaso, una exposición correcta de la fotografía es aquella equivalente a una apertura f16 y una velocidad de obturación en segundos igual al inverso de la sensibilidad nominal de la película. En este caso 1/400 segundo. Y como en la Minilux puedo funcionar con prioridad a la apertura, y me chiva en la pantallita de cristal líquido la velocidad de obturación, de forma casi inmediata pude comprobar que estaba funcionando con un índice de exposición 400, igual a la sensibilidad indicada en los contactos DX.
Así que en un par de días del fin de semana siguiente a las festividades de la Inmaculada Constitución, fui disparando las 36 exposiciones del rollo de Wolfen NC500. Que fueron 37. La Minilux no activa el rebobinado automático inmediatamente al disparar el fotograma número 36. Lo activa cuando la tensión de la película le indica que ha llegado al final del rollo, por lo que es frecuente conseguir el negativo número 37. Otra señal de que todo estaba funcionando correctamente.
Los resultado, impecables. Negativos correctamente expuestos. Y si a esto sumas que la luz de mediados de diciembre es la mejor del año para fotografiar en las horas centrales del día, ya que es cuando el sol menos se eleva sobre el horizonte y la luz es más suave y difusa,… pues que casi hasta me gusta la película esta. Es cierto que sigue dando un grano como balones inflables de Nivea… pero es lo que hay. Colores algo fríos, aunque se nota que eso está algo corregido en el digitalizado del laboratorio, y no demasiado saturados. Aunque con la iluminación adecuada, no quedan mal. En fin… que puedo confirmar razonable que la cámara funciona. La pensaba ir usando ya de forma habitual, pero los proyectos o circunstancias que han surgido durante el mes de enero me están llevando a usar otras cámaras. Quizá me la lleve de viaje a final de mes. Tengo previsto ir a Madrid y a Tarragona. Ya os contaré.