Para quienes conozcan mis costumbres es sabido que desde hace unos años he vuelto a usar cámaras con película tradicional para documentar mis viajes. No como cámara principal, salvo en un par de ocasiones, en lago de Constanza, con la Leica M2, y en Berlín, con la Pentax MX. En esos viajes, fue la cámara digital la que fue complementaria de la cámara para película fotográfica.
Con carácter general, aunque eventualmente hay alguna excepción, la película que utilizo es la Ilford XP2 Super. Con una sensibilidad nominal ISO 400, esta película se revela en el proceso C41, el mismo que se utiliza para las películas negativas en color. Y, aunque también se puede revelar con la químicas tradicionales para el blanco y negro, y lo he hecho, lo cierto es que para garantizar la mejor calidad, remito las películas a laboratorios fotográficos profesionales. Generalmente a Carmencita Film Lab en Valencia.
Ya he comentado en diversas ocasiones las ventajas de esta película, pero volveré a ello. La primera es la latitud de exposición. La película se puede exponer a índices de exposición entre IE 50 e IE 800 sin que se bloqueen las luces ni se empasten las sombras. Además, cuanto más bajo sea el índice de exposición más fino será el grano. Hay diferencias apreciables según el índice de exposición que uses, pero este siempre es contenido y se puede usar sin problemas en todo ese intervalo de sensibilidades. Para mí, el punto justo y adecuado es IE 200, justo en el punto central del intervalo. Me deja suficiente reserva de sensibilidad para el 85-90 % de las situaciones de un viaje, especialmente en exteriores, con buena nitidez y grano fino.
Por supuesto, si necesito abrir el diafragma y eso sobrepasa el punto de corte de la cámara, porque me pide una velocidad de obturación muy rápida de las que no dispongo, ya sé que puedo exponer a IE 50 y abrir la apertura un par de pasos más. Y si me apetece fotografiar en un interior, se que puedo exponer a IE 800, obtener una estética con más grano pero agradable, y tener una foto que me puede gustar.
Llevo una cámara compacta para este tipo de fotografías. Tras alguna prueba con la Olympus Trip 35 y la Olympus mju-II, me quedo al final con la Minox 35 GT-E. Con su modo de prioridad al diafragma, enfocando por estimación, con su modo de sobreexposición que aumenta la misma un paso, para evitar subexposiciones involuntarias, con su capacidad para elegir el índice de exposición que más me interese en cada momento, con su pequeño tamaño que me permite llevarla en un bolsillo, con la buena calidad óptica de su 35 mm f2,8, que es bastante luminoso… es el mejor compromiso. Actualmente la suelo llevar metida en la funda de la Olympus mju-II en el cinturón del pantalón. No molesta y la llevo a mano.
Como estaba anunciado buen tiempo meteorológico para los días en Italia, fui consciente que habría momentos de luz con mucho contraste. Pero la Ilford XP2 Super tiene tal latitud de exposición que, a IE 200, no hay problemas para encajar esas escenas sin problemas. Sabiendo que si la luz se hace más plana, también ofrece una buena dinámica tonal, y que las fotos no serán aburridas. Y así sucedió. No nos llovió. Y tuvimos tiempo soleado la mayor parte del tiempo. Pero también tuvimos un día de nubes, en Lecce y Monopoli, y aun así las fotos quedaron interesantes.
Los lugares visitados estaban en su mayor parte en la región de Apulia, Puglia en italiano. Para quienes no se sitúen en la geografía de la península itálica, es la región del tacón de la bota. Una región que quería visitar hace tiempo, pero que no es tan cómoda como otras regiones italianas, obligando casi siempre a hacer escala en otro aeropuerto. En nuestro caso, tras un intento fallido con Lufthansa, probamos con la nueva aerolínea italiana, ITA airways, e hicimos escala en Roma-Fiumicino. Como la escala en el regreso era larga, seis horas de duración, aprovechamos para visitar el sitio arqueológico de Ostia Antica. Yo ya había estado. Mis compañeras de viaje no. Y como ya tenía bastante fotos en color, digitales, del lugar, centré mi fotografía durante esa visita en la cámara para película tradicional. Y bien, oye. Seguiré llevándome esta cámara a mis viajes.