La fotografía como afición y otras artes visuales

CARLOSCARRETER.ES

Home / Essays / rangefinder

Usando la Zeiss Ikon Contessa 35 - En color cuando la compré; en blanco y negro la última vez que la usé

Os contaba hace un par de días acerca de las características de la Zeiss Ikon Contessa 35, la primera cámara clásica que compré y usé. Aquí os pondré un par de ejemplos de su uso, uno afortunado, con negativos en color, cuando la compré, y otro desafortunado, con negativos en blanco y negro, la última vez que la usé.

No recuerdo que negativo usé la primera vez que utilicé la Contessa en mayo de 1996. Probablmente alguno de Kodak, 100 o 200 ISO. Fue el día que se examinó un amigo de su permiso de vuelo sin motor, en el aeropuerto de Monflorite. La Contessa, usada a diafragmas medios, f/5,6 a f/11, y con una focal que es un estándar, es estupenda para el paisaje o el entorno que nos rodea.

Aunque no te puedes meter tanto en la acción como con un angular, es razonable para ir siguiendo las evoluciones de los protagonistas del acto. Aquí viene bien el enfoque por zonas, para no perder el tiempo enfocando con el telémetro de coincidencia, aunque este es razonablemente preciso. Como las circunstancias de luz eran muy estables, y con contrastes suaves, medí un par de veces la luz y fijé los parámetros apropiados, y en la mayor parte de los fotogramas sólo me preocupé en encuadrar.

Donde flojea más es cuando se trata de fotografía de acción. Con una velocidad de obturación máxima de 1/500 segundo, no es suficientemente rápida para congelar el vuelo de la avioneta; y haciendo un barrido, tampoco tiene la ergonomía adecuada para un buen resultado.

Después de un uso ocasional entre 1996 y 2002, quedó de ornamento en una estantería hasta enero de 2012 que con motivo de una quedada “analógica” de Fotógraf@s en Zaragoza, le puse un carrete de Ilford XP2 Super, negativo blanco y negro para procesado C41, y salí con ella. Pero los resultados no fueron buenos.

La medición de la luz no me parecía consistente, y las velocidades de obturación no parecieron funcionar correctamente. De hecho me salieron muchas fotografías trepidadas. Desde entonces, volvió a la estantería, y tengo pendiente llevarla a hacerle una revisión. Una pena, porque la usaría de vez en cuando. Era divertido, y los resultados razonablemente buenos.

Mi primera cámara clásica, una telemétrica de objetivo retráctil - De qué va la Zeiss Ikon Contessa para película de 35 mm

En 1995 comenzaron dentro del certamen anual de fotografía Huesca Imagen las ferias de material de segunda mano, clásico y de ocasión que se celebraban en la capital del Altoaragón. En la primera edición, que visité, vi muchas cosas que me gustaron, pero no me atreví a comprar nada por que no entendía lo que estaba comprando. Después me hice con el libro “Como coleccionar y usar las cámaras clásicas” de Ivor Matanle, donde aprendí muchas cosas sobre este tipo de cámaras.

Así que cuando llegó la edición de 1996, ya tuve criterio para comprarme mi primera cámara clásica, que fue una Zeiss Ikon Contessa, cámara telemétrica de objetivo fijo retráctil, para película perforada de 35 mm. Os muestro un poco las características de la cámara con algunas fotos, y dentro de unos días os cuento con fotos tomadas con ella las características de su manejo.

Con el objetivo desplegado podemos ver el conjunto de la cámara. No se le puede llamar una cámara compacta, pero no es muy grande. Con su obturador Synchro Compur, podemos decir que es un modelo 533/24 fabricado entre 1953 y 1955.

Con el objetivo retraído, cabe perfectamente en el bolsillo de un chaquetón o un gabán; no ocupa mucho en cualquier bolso o bolsa ciudadana. Obsérvese en la tapa del objetivo el orificio con la rosca para el trípode.

Lleva un fotómetro de selenio que funciona con una tapa perforada. Si la luz es abundante se usa con la tapa cerrada, y si es escasa, con la tapa abierta. Aunque estos fotómetros se agotan con el paso del tiempo, cuando la compré en 1996 medía bien la luz. La llegué a utilizar con diapositivas con fiabilidad.

Aquí tenemos el dial que permite determinar la combinación de diafragma y velocidad de obturación según la posición de la tapa para luz abundante o escasa. La máxima sensibilidad ajustable es DIN 27, equiparable a 400 ASA. O 400/27º ISO.

El enfoque es por telémetro de coincidencia. Y es razonablemente fiable, con las dos ventanitas cuadradas por las que entran las dos imágenes que han de coincidir, y con la lente sobre el objetivo que dirige la luz hacia una de las ventanitas, la que no corresponde al visor.

El objetivo es un muy honorable y clásico Carl Zeiss Tessar 45/2,8, con cuatro elementos en tres grupos. Eficaz y moderadamente luminoso.

En esta vista cenital del objetivo vemos los controles cenitales. De arriba abajo vemos: el aro de enfoque con la distancia hiperfocal para f/8 marcada con un círculo rojo. Tiene escala de profunidades de campo (ver la foto anterior); el arto de selección de velocidad de obturación, entre 1 segundo y 1/500 más posición B (el dispositivo que parece tres ruedecillas dentadas más pequeño es para montar el obturador); la escala de diafragamas entre f/2,8 y f/22 (el dispotivo similar al anterior pero más grande es el disparador)

Vista por detrás vemos que está fabricada en Stuttgart, Alemania. Vemos también que tiene una patilla que permite junto con la tapa del objetivo situarla sobre una superficie plana como con un minitrípode. No le falta detalle a esta cámara.

En una entrada próxima, veremos qué resultados puede ofrecer esta cámara. O por lo menos ofrecía, porque lleva un tiempo con poco uso.