La fotografía como afición y otras artes visuales

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Exposición de Miguel Trillo en el Centro de Historias de Zaragoza

Esta entrada fue redactada originalmente para el blog de Fotógraf@s en Zaragoza, que os recomiendo visitar periódicamente si sois aficionados a la fotografía. Aquí aparece reproducida, con algún añadido relacionado con el libro de fotografías de Miguel Trillo, Identidades.

Desde el pasado 4 de marzo y hasta el 17 de mayo de 2015, en la planta primera del Centro de Historias de Zaragoza, podemos encontrar una interesante exposición del fotógrafo Miguel Trillo con el título "La estirpe de la calle". Quedé con un par de amigas a tomar un chisme en la cafetería del Centro de Historias, con la intención de disfrutar de la primaveral mañana que disfrutábamos ese día 8 de marzo en Zaragoza, luego ver la exposición, y terminar la mañana revolviendo en los puestos del mercadillo de la plaza San Bruno y tomando el vermú de rigor. Un plan ideal para un domingo en la ciudad. 

Llega la primavera - Parque Bruil Disfrutando de la primavera zaragozana en el Parque Bruil camino del Centro de Historias.
Exposición de Miguel Trillo Entrada a la exposición en la planta primera del Centro de Historias.
Miguel Trillo fue un fotógrafo que surgió en los tiempos de la transición de la dictadura a la democracia en España, integrándose especialmente en la llamada "movida madrileña". Es un momento de la historia del país en la que se rompen corsés. Y los jóvenes, deseosos de expresarse y de distanciarse del pasado, acogen con entusiasmo la pertenencia a las distintas tribus urbanas que proliferan en ese ambiente. El fotógrafo ha conocido los ambientes de las culturas urbanas en sus viajes al extranjero, a Londres fundamentalmente, ciudad siempre especialmente activa en estos ámbitos, y con la lección aprendida se lanza a documentar esa parte de la sociedad tan activa en los años 80 que son los jóvenes y adolescentes.  
Exposición de Miguel Trillo Fotografías en blanco y negro de algunos "mods", muy inspirados por la película Quadrophenia de 1973.
La exposición ocupa tres grandes salas y una sala de proyección. La primera de las grandes salas está dedicada a la fotografía en blanco y negro, las otras dos al color. En la sala de proyección, en un par de cortos documentales, escuchamos al autor describir sus experiencias. No estamos ante un fotógrafo que "robe" instantáneas. Estamos ante una persona que antes de fotografiar habla con sus futuros modelos, interacciona con ellos, y ellos posan. Son jóvenes. Como nos dice el fotógrafo en las entrevistas que vemos al final de la exposición, se han vestido para gustarse, para seducir y ser seducidos. Así que no tienen inconveniente en mostrarse tal y como son, con sus atuendos, pero sobre todo con sus actitudes, ante la cámara del fotógrafo. Que no pretende ser objetiva, pero sí ecuánime. Con respeto hacia la persona que decide posar ante su objetivo. 
Exposición de Miguel Trillo Jóvenes y adolescentes propios de los años 80, la llamada "movida".
Son muchos los fotógrafos que optan por el blanco y negro como el medio más apropiado para la fotografía documental. Durante décadas, el blanco y negro es el medio noble de la fotografía por excelencia, aunque a principios de los años 80 ya se espera que los reporteros ofrezcan imágenes en colo, por que son "más reales", y algunos fotógrafos han empezado a dar categoría artística a sus fotografías en color, especialmente aunque no solamente al otro lado del Atlántico. Trillo fotografía indistintamente con ambos medios. Y personalmente creo que sus mejores obras pertenecen a las series en color. Ve los colores magistralmente, los dota de viveza, de la saturación justa, de expresividad. Proporcionan mucha más información, al mismo tiempo que nos transportan al ambiente de aquellos años 80, y mantienen una elevada calidad estética. Yo me sentí encantado contemplando estas obras. 
Exposición de Miguel Trillo
Algunas fotografías de grupos, pandillas, bandas,... colectivos que se uniforman en torno a un estilo y unas actitudes, muchos ya en los años 90 y en la última década.
Vemos a lo largo de la exposición, aunque las fotografías están más ordenadas por estilos, coherencia formal y diálogos entre ellas que según un criterio cronológico, que hay una evolución en el fotógrafo. Que manteniéndose fiel a sí mismo y unos criterios estéticos, no se queda estancada. El mundo de los jóvenes y adolescentes evoluciona y el fotógrafo con ellos. Ya no se queda en Madrid. Viaja. Por todo el mundo, con cierta debilidad por los países asiáticos, países donde las tribus juveniles adoptan formas más personales, más vistosas. Por supuesto, en todo el recorrido de la exposición apreciamos una correlación entre las estéticas de los jóvenes y la realidad social en la que les toca vivir. Conviene escuchar integramente las entrevistas al fotógrafo en los vídeos, donde conocemos de su propia voz muchas de las claves para interpretar correctamente la exposición. Aunque la obra de Trillo se explica muy bien a sí misma sin necesidad de muchas palabras. 
Exposición de Miguel Trillo Miguel Trillo explicando sus vivencias como fotógrafo.
Yo me he quedado encantado con esta exposición, y seguramente en los dos meses largos que la tendremos a nuestra disposición volveré a verla de nuevo. Sólo le pondría un pero. Es una exposición que merecería tener un catálogo bien publicado, y no es así. Si hubiera estado disponible me lo hubiera comprado allí mismo. No hay mucha bibliografía disponible. Un photobolsillo editado por La Fábrica, y el libro Identidades publicado por Actar. Creo que me apetece mucho este último. Así que, ¿qué estáis esperando? Ya estáis tardando en visitar la exposición 

PS: Con posterioridad a redactar este artículo, encargué a través de Amazon España el libro publicada por Actar, aunque sólo estaba disponible en su versión en inglés, Photo-Identities. En Amazon ya no aparece disponible, parece que había pocos ejemplares. En cualquier caso, y a pesar de la chillona portada que hace que nos sepas qué puede salir dentro, nos encontramos con un libro bien encuadernado y excelentemente impreso que hace justicia a la viveza de las fotografías de Trillo. Desde que me llegó lo hojeo todos los días un poco y me encanta. Y realmente aprendes mucho analizando las fotografías de Trillo sobre como realizar retratos en ambiente de personas.   

Exposiciones: Rafael Sanz Lobato, Luis Gordillo, la Agencia EFE y CaixaForum

Este artículo fue originalmente redactado como colaboración con el blog de FOTÓGRAF@S EN ZARAGOZA (FEZ), cuya visita os recomiendo, claro está.

Como comentaba hace unos días, la actualidad sobre exposiciones fotográficas en Zaragoza de alto nivel está que arde. Y para quien tenga habitualmente poco tiempo, no es fácil dar abasto, si queremos dedicarle un tiempo razonable a cada una de ellas. Pero he conseguido darles una vuelta a las más importantes desde mi punto de vista, y dejar escrito mi comentario antes de salir unos días de vacaciones. No muchos. En seguida estoy de vuelta.

Sin duda, uno de los espacios expositivos más importantes de la ciudad es la Lonja. Magnífico edificio civil del renacimiento aragonés, típico ejemplo de lo que debió ser una cierta época de oro para la capital del antiguo reino de Aragón. Y en este espacio llegan con frecuencia las exposiciones más destacadas. Y no falta anualmente alguna buena exposición fotográfica que no hay que perderse. Este año con la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza y el certamen PhotoEspaña nos traen una retrospectiva del veterano fotógrafo español Rafael Sanz Lobato.

En la exposición podemos distinguir tres etapas, una muy amplia, en la que podemos considerar un fotógrafo amateur que recorre el país, especialmente Castilla, interesado por los ritos y costumbres más ancestrales. Estamos ante fotografías que quizá no tiene una gran perfección técnica, pero que disfrutan de la fuerza de lo auténtico, de la actitud curioso, que no duda en introducirse en el acontecimiento, y que nos transmite perfectamente sus vivencias.

En la exposición podemos distinguir tres etapas, una muy amplia, en la que podemos considerar un fotógrafo amateur que recorre el país, especialmente Castilla, interesado por los ritos y costumbres más ancestrales. Estamos ante fotografías que quizá no tiene una gran perfección técnica, pero que disfrutan de la fuerza de lo auténtico, de la actitud curioso, que no duda en introducirse en el acontecimiento, y que nos transmite perfectamente sus vivencias.

Evidentemente, una exposición que no hay que perderse.

La segunda exposición pasará seguramente mucho más desapercibida, aunque también está asociada al certamen PhotoEspaña. Se trata de la exposición de Luis Gordillo en la Galería de Carolina Rojo (facebook). Gordillo es un pintor español, una de las figuras punteras del arte contemporáneo de nuestro país, cuya obra se expone en museos de todo el mundo. Pero en esta ocasión estamos ante un conjunto de obras que tienen como base la fotografía. Entendámonos, no estamos ante un fotógrafo, sino ante un artista que utiliza la fotografía como base para su obra. Bien en formato puro, bien en técnicas mixtas con la pintura o el dibujo. Sus fotografías son tomadas de su entorno inmediato, y son modificada, ampliadas varias veces, repetidas, o modificadas. A veces de objetos banales obtiene fotografías repetidas, muy similares pero distintas. Juega mucho pues con la repetición.

Quien se acerque a esta exposición, que yo considero muy interesante, ha de hacerlo con otros ojos. No con los habituales que llevamos encima los aficionados a la fotografía. Y tenemos que dejarnos llevar por la obra y no por nuestros prejuicios. Si no lo hacemos así, es muy posible que no disfrutemos de la obra que contemplamos.

Cuando la visité, estuve solo en la sala junto con una de las empleadas de la galería, que se acercó amablemente a interesarse sobre mi opinión. Estuvimos hablando un rato, muy a gusto. Sobre la exposición y sobre otras cuestiones sobre el arte contemporáneo. Ella era historiadora del arte, así que me sacaba mucha ventaja en el tema. En cualquier caso tan a gusto estuve, que se me olvidó preguntarle si me dejaría tomar alguna fotografía del interior de la sala de exposiciones.

Otra de las exposiciones interesantes que se han presentado en las últimas semanas en Zaragoza ha sido una retrospectiva que celebra el aniversario de la Agencia EFE, el 75º creo, ya que se creo en 1939, al acabar la guerra civil, como instrumento del régimen dictatorial para controlar el flujo de noticias en el país, aunque esto es un dato que no se suele destacar en sus reseñas históricas. No es cierto sin embargo que EFE venga de Franco, sino porque se fundó sobre la fusión de varias agencias previas cuyos nombres empezaban todos por la letra f (Fabra, Faro y Febus). Un ejemplo de su intencionalidad propagandística es la manipulación de la fotografía de Hitler y Franco que sí se muestra en la exposición. Le echan la culpa a Photoshop de cosas que llevan haciéndose desde que la fotografía es fotografía.

En cualquier caso, independientemente de su origen, es una de las mayores agencias de noticias del mundo, y la mayor para el idioma castellano. Pero es una agencia de noticias más que una agencia de fotografía. Y eso se nota en la orientación de la exposición, que tiende más a una propaganda del “nosotros estuvimos allí” que a la calidad de las fotografías mostradas. Es más un repaso de la historia contemporánea española que una muestra de la calidad fotográfica de los profesionales que han trabajado en plantilla como independientes para la agencia. Indudablemente, interesa por su curiosidad y por el efecto nostálgico y conmemorativo de acontecimientos, pero a mí me dejó un poco insatisfecho como aficionado a la fotografía.

Y por último, ya tenemos inaugurado el Caixaforum de Zaragoza. Los primeros diez días se van a poder visitar las exposiciones gratis, pero luego habrá que pagar 4 euros por verlas. Hay descuentos o entradas gratis si eres cliente de la entidad bancaria de cuya obra social surge esta iniciativa, pero de momento por lo menos parece no prever abonos, o clubes de amigos, que por una cantidad anual permitan un acceso libre en cualquier momento. Eso estaría bien.

Incluye tienda de regalos y libros gestionada por la Librería Laie. He de decir que es el triple de grande y el triple de cuca y mona que la del de Madrid, pero sólo es la cuarta parte de interesante porque el fondo de libros que tienen a la venta es muy inferior a los de las tiendas de la capital o de Barcelona. Una pena. Yo me hubiera cogido un libro de Gregory Crewdson, pero los 130 euros que cuesta hicieron que me entrara la risa y que no encontrara el suelto en el monedero. No sé si me entendéis.

Hay dos exposiciones inaugurales. Una de pintura y escultura contemporánea, y otra dedicada a las artes visuales, vídeo y fotografía. Ambas colectivas y con autores contemporáneos. Son difícil de contemplar con tranquilidad, porque la afluencia de visitantes curiosos en los días de gratuidad hace difícil a determinadas horas navegar entre las obras de arte. Pero creo que es una buena recomendación acercarse a contemplarlas. Fotografía de tono conceptual, más que buscando valores estéticos o documentales. Aviso.