La fotografía como afición y otras artes visuales

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Una calculadora de exposición barata y sin pilas, que funciona hasta en la Luna

Quienes nos hemos iniciado en la fotografía en los tiempos de la película con emulsión de sales de plata, aprendimos en un momento dado una fórmula que se consideraba infalible para calcular la exposición de nuestros negativos en exteriores si nuestra cámara no llevaba fotómetro. Y durante mucho tiempo, las cámaras no llevaron fotómetro.

La regla de cálculo es muy sencilla. Supongamos una película de sensibilidad ISO 400. Se ajusta la velocidad de exposición a 1/400 s. Es decir al inverso de la sensibilidad de la película. Si esta no aparece, a una cercana. Con 1/500 s también funciona. Después nos fijamos en las condiciones meteorológicas, con el sol ya alto sobre el horizonte. No vale si el sol apenas despunta o está próximo a ocultarse.

Cielo despejado, con sombras nítidas y bien marcadas: f/16

Cielo neblinosos, con sombras marcadas pero de contornos difusos: f/11

Nublado sin sombras, pero con cielo brillante: f/8

Nublado profundo o en sujeto en la sombra bajo cielo despejado: f/5,6

Nublado profundo con lluvia, sombras más profundas: f/4

Si estamos en la situación inicial, pero rodeados de arena de playa o nieve: f/22

Por supuesto, si queremos cambiar el diafragma o la velocidad de trabajo, sólo tenemos que escoger una combinación equivalente de exposición. f/8 - 1/500 es equivalente por ejemplo a f/16 - 1/125. Ambos válidos para un nublado poco profundo que no produce sombras.

En las cajas de cartón de película KODAK solíamos encontrar estas instrucciones, que podíamos usar al desplegarlas una vez colocada la película en la cámara.

Está en inglés, pero creo que los dibujitos lo dejan claro. Aunque esta tabla es más conservadora, y para evitar subexposiciones en situaciones nubladas propone unos diafragmas un poco más abiertos.

Esta norma prácticamente vale casi siempre en las regiones del planeta situados entre los trópicos y los círculos polares. En las zonas ecuatoriales hay que tener cuidado con la dura luz provocada por la dirección del sol casi siempre vertical, y en las zonas polares, cuando no estamos en los meses de noche, el sol viaja por el cielo con poca elevación sobre el horizonte. Pero tampoco es difícil, si se tiene práctica el adivinar la exposición.

La fotos en las que el sol está de lado o a primeras horas de la mañana o últimas de la tarde puede exigir algún paso más de exposición, y cuando el sujeto lo tenemos a contraluz, salvo que busquemos un efecto silueta probablemente tengamos que abrir un par de pasos de diafragma aun sacrificando el fondo, si no tenemos un flash de relleno a mano. Con esto, ya podéis agenciaros una cámara clásica sin fotómetro y algún carrete de película y lanzaros a ese deporte de riesgo que es la fotografía con película a la antigua. No tengáis miedo. Las películas modernas tienen una gran latitud de exposición y perdonan los errores pequeños de exposición, y en caso de duda, si no tenéis claro cual de dos diafragmas ajustar, elegid el más abierto. Las película modernas negativas toleran mejor la sobreexposición que la subexposición.

Para película diapositiva, más vale que cojáis experiencia, porque tienen menor latitud y perdonan menos los errores. Y en caso de error, mejor que queden un poquito oscuras. Subexponer.

El caso es que hace unos días se celebraba el 45º aniversario de la llegada del hombre a la luna. Y en THE PHOBLOGRAPHER nos hablaban del material usado por los astronautas para hacerse las fotos de recuerdo. Nada menos que unas HASSELBLAD objetivos con focales de 80 mm (normal) y 60 mm (angular moderado), equivalentes a un 45 y a un 35 mm para fotogramas de 24 x 36. Posiblemente algún tele además. Veamos la bestia.

En esta fotografía de ERIC LONG para el MUSEO DEL AIRE Y DEL ESPACIO del INSTITUTO SMITHSONIAN, vemos la HASSELBLAD, un modelo con avance de película motorizada, y con tres respaldos de película de rollo de 70 mm. Y sobre los respaldos, las guías de exposición para los astronautas. Esencialmente lo que les dan es una referencia que viene a decir lo siguiente:

La película es de sensibilidad ISO 160, y la velocidad de obturación se debe ajustar a 1/250 s. Suficiente para evitar la trepidación y conseguir una buena nitidez de imagen.

En la luna no está nublado nunca, pero el cielo no es azul y no contribuye a la cantidad de luz, especialmente cuando estás en la sombra.

El diafragma se ajustará dependiendo de la posición con respecto al sol, siendo de f/11 con el sol iluminando de frente al sujeto principal de la fotografía. Si varía el ángulo del sol o de los objetos se reduce, no bajando de f/5,6, para no arriesgarse a un desenfoque. El enfoque se hacía por estimación de la distancia, y por lo tanto cuanto más cerrado el diafragma mejor, más profundidad de campo, menos riesgo de error. El objetivo lleva una escala de profundidades de campo con distancias medidas en pies. De esta forma el astronauta podía estimar mejor su margen de error.

Si os fijáis bien y hacéis lo cálculos, la exposición de f/11 a 1/250. Supongamos que usamos este equipo en la superficie de la Tierra. Sensibilidad de ISO 160, ajustamos la velocidad a 1/160 s o lo más cercano que tengamos, que puede ser 1/125 s. A pleno sol, el diafragma cierra a f/11. O usamos una combinación equivalente, 1/250 s y f/11. Anda. No os suena. Parece que la regla de toda la vida para exponer la película de las vacaciones con la cámara del abuelo también sirve si nos vamos a tomar el sol a la Luna. Un problema que se nos va de la cabeza a los fotógrafos astronautas.

Que conste una cosa. Entre los utensilios de los astronautas constaba también un fotómetro puntual de 1º de campo de visión MINOLTA.

Exposiciones: Rafael Sanz Lobato, Luis Gordillo, la Agencia EFE y CaixaForum

Este artículo fue originalmente redactado como colaboración con el blog de FOTÓGRAF@S EN ZARAGOZA (FEZ), cuya visita os recomiendo, claro está.

Como comentaba hace unos días, la actualidad sobre exposiciones fotográficas en Zaragoza de alto nivel está que arde. Y para quien tenga habitualmente poco tiempo, no es fácil dar abasto, si queremos dedicarle un tiempo razonable a cada una de ellas. Pero he conseguido darles una vuelta a las más importantes desde mi punto de vista, y dejar escrito mi comentario antes de salir unos días de vacaciones. No muchos. En seguida estoy de vuelta.

Sin duda, uno de los espacios expositivos más importantes de la ciudad es la Lonja. Magnífico edificio civil del renacimiento aragonés, típico ejemplo de lo que debió ser una cierta época de oro para la capital del antiguo reino de Aragón. Y en este espacio llegan con frecuencia las exposiciones más destacadas. Y no falta anualmente alguna buena exposición fotográfica que no hay que perderse. Este año con la colaboración del Ayuntamiento de Zaragoza y el certamen PhotoEspaña nos traen una retrospectiva del veterano fotógrafo español Rafael Sanz Lobato.

En la exposición podemos distinguir tres etapas, una muy amplia, en la que podemos considerar un fotógrafo amateur que recorre el país, especialmente Castilla, interesado por los ritos y costumbres más ancestrales. Estamos ante fotografías que quizá no tiene una gran perfección técnica, pero que disfrutan de la fuerza de lo auténtico, de la actitud curioso, que no duda en introducirse en el acontecimiento, y que nos transmite perfectamente sus vivencias.

En la exposición podemos distinguir tres etapas, una muy amplia, en la que podemos considerar un fotógrafo amateur que recorre el país, especialmente Castilla, interesado por los ritos y costumbres más ancestrales. Estamos ante fotografías que quizá no tiene una gran perfección técnica, pero que disfrutan de la fuerza de lo auténtico, de la actitud curioso, que no duda en introducirse en el acontecimiento, y que nos transmite perfectamente sus vivencias.

Evidentemente, una exposición que no hay que perderse.

La segunda exposición pasará seguramente mucho más desapercibida, aunque también está asociada al certamen PhotoEspaña. Se trata de la exposición de Luis Gordillo en la Galería de Carolina Rojo (facebook). Gordillo es un pintor español, una de las figuras punteras del arte contemporáneo de nuestro país, cuya obra se expone en museos de todo el mundo. Pero en esta ocasión estamos ante un conjunto de obras que tienen como base la fotografía. Entendámonos, no estamos ante un fotógrafo, sino ante un artista que utiliza la fotografía como base para su obra. Bien en formato puro, bien en técnicas mixtas con la pintura o el dibujo. Sus fotografías son tomadas de su entorno inmediato, y son modificada, ampliadas varias veces, repetidas, o modificadas. A veces de objetos banales obtiene fotografías repetidas, muy similares pero distintas. Juega mucho pues con la repetición.

Quien se acerque a esta exposición, que yo considero muy interesante, ha de hacerlo con otros ojos. No con los habituales que llevamos encima los aficionados a la fotografía. Y tenemos que dejarnos llevar por la obra y no por nuestros prejuicios. Si no lo hacemos así, es muy posible que no disfrutemos de la obra que contemplamos.

Cuando la visité, estuve solo en la sala junto con una de las empleadas de la galería, que se acercó amablemente a interesarse sobre mi opinión. Estuvimos hablando un rato, muy a gusto. Sobre la exposición y sobre otras cuestiones sobre el arte contemporáneo. Ella era historiadora del arte, así que me sacaba mucha ventaja en el tema. En cualquier caso tan a gusto estuve, que se me olvidó preguntarle si me dejaría tomar alguna fotografía del interior de la sala de exposiciones.

Otra de las exposiciones interesantes que se han presentado en las últimas semanas en Zaragoza ha sido una retrospectiva que celebra el aniversario de la Agencia EFE, el 75º creo, ya que se creo en 1939, al acabar la guerra civil, como instrumento del régimen dictatorial para controlar el flujo de noticias en el país, aunque esto es un dato que no se suele destacar en sus reseñas históricas. No es cierto sin embargo que EFE venga de Franco, sino porque se fundó sobre la fusión de varias agencias previas cuyos nombres empezaban todos por la letra f (Fabra, Faro y Febus). Un ejemplo de su intencionalidad propagandística es la manipulación de la fotografía de Hitler y Franco que sí se muestra en la exposición. Le echan la culpa a Photoshop de cosas que llevan haciéndose desde que la fotografía es fotografía.

En cualquier caso, independientemente de su origen, es una de las mayores agencias de noticias del mundo, y la mayor para el idioma castellano. Pero es una agencia de noticias más que una agencia de fotografía. Y eso se nota en la orientación de la exposición, que tiende más a una propaganda del “nosotros estuvimos allí” que a la calidad de las fotografías mostradas. Es más un repaso de la historia contemporánea española que una muestra de la calidad fotográfica de los profesionales que han trabajado en plantilla como independientes para la agencia. Indudablemente, interesa por su curiosidad y por el efecto nostálgico y conmemorativo de acontecimientos, pero a mí me dejó un poco insatisfecho como aficionado a la fotografía.

Y por último, ya tenemos inaugurado el Caixaforum de Zaragoza. Los primeros diez días se van a poder visitar las exposiciones gratis, pero luego habrá que pagar 4 euros por verlas. Hay descuentos o entradas gratis si eres cliente de la entidad bancaria de cuya obra social surge esta iniciativa, pero de momento por lo menos parece no prever abonos, o clubes de amigos, que por una cantidad anual permitan un acceso libre en cualquier momento. Eso estaría bien.

Incluye tienda de regalos y libros gestionada por la Librería Laie. He de decir que es el triple de grande y el triple de cuca y mona que la del de Madrid, pero sólo es la cuarta parte de interesante porque el fondo de libros que tienen a la venta es muy inferior a los de las tiendas de la capital o de Barcelona. Una pena. Yo me hubiera cogido un libro de Gregory Crewdson, pero los 130 euros que cuesta hicieron que me entrara la risa y que no encontrara el suelto en el monedero. No sé si me entendéis.

Hay dos exposiciones inaugurales. Una de pintura y escultura contemporánea, y otra dedicada a las artes visuales, vídeo y fotografía. Ambas colectivas y con autores contemporáneos. Son difícil de contemplar con tranquilidad, porque la afluencia de visitantes curiosos en los días de gratuidad hace difícil a determinadas horas navegar entre las obras de arte. Pero creo que es una buena recomendación acercarse a contemplarlas. Fotografía de tono conceptual, más que buscando valores estéticos o documentales. Aviso.

Exposiciones: "Antihéroes" e "Historia, mirada de artistas"

Este artículo fue originalmente redactado como colaboración con el blog de FOTÓGRAF@S EN ZARAGOZA (FEZ), cuya visita os recomiendo, claro está.

Comentábamos hace unas semanas la excelente exposición que nos ofrece el Centro de Historias de Zaragoza todavía, "Testigos de las revoluciones árabes". Pues bien, para aquellos que considerasen que esa exposición no era suficiente aliciente para acercarse a este espació museístico y expositivo, hay que sumar dos nuevas exposiciones fotográficas muy interesantes. Y considero que una de ellas puede ser considerada como complementario de aquella de la que hablábamos en el mes de mayo.

Entrada al Centro de Historias por la plaza de San Agustín

Esta es "Historia, mirada de artistas". Copatrocinada por PhotoEspaña, el máximo certamen de fotografía en España, que poco a poco se va animando a salir cada vez de Madrid, es una exposición colectiva que incide sobre diversos hechos históricos a través de las distintas miradas que una serie de buenos fotógrafos nos ofrecen de los mismos. Pero mientras que en la exposición dedicada al mundo árabe, la mirada era la del reportero gráfico, la de quien se mete en el interior del acontecimiento histórico, lo registra en directo y nos lo ofrece con la mayor inmediatez posible, aquí estamos ante la mirada reflexiva.

En algunos casos, se trata de una escenificación. Actores o personas, que bajo la dirección del fotógrafo adoptan las posiciones y las actitudes de las personas que viven los conflictos. Sea Eric Baudelaire respecto a la intervención norteamericana en Oriente Medio, sea Mohamed Bourouissa adentrándose en los conflictos de los adolescentes y jóvenes musulmanes en la banlieu parisina, o sea Paolo Ventura recreando escenas de la Europa de la Segunda Guerra Mundial. 

Escenificación de una escena en una calle de Europa durante la Segunda Guerra Mundial, Según el fotógrafo Paolo Ventura.

En otras ocasiones, el fotógrafo visita el lugar donde sucedieron los hechos históricos, e intenta capturar la huella o la memoria que en el paisaje o en las calles han dejado aquellos hechos. Puede ser Eduardo Nave volviendo años más tarde al mismo lugar y a la misma hora en la que ETA asesinó a alguien. Tal vez Shai Kremer, recorriendo Israel y recogiendo las huellas del eterno conflicto árabe-israelí que marca tanto a las personas como al paisaje. O Paola de Petri volviendo casi cien años más tardes al duro paisaje de los Alpes en la frontera entre Italia y Austria, donde vivieron, lucharon y murieron tantos soldados en condiciones inhumanas durante tres años, en la Primer Guerra Mundial. 

También vemos como Luc Delahaye (artículo de la wikipedia en inglés) es capaz de ir al directo, como los fotorreporteros, cuando están sucediendo las cosas, pero tomando distancia y mostrándonos esos acontecimientos de primer orden como si fuera una puesta en escena, aunque no lo sea. Pero a veces, hasta los acontecimientos históricos tienen su liturgia y su teatralidad.

Fotografía de gran formato la de Luz Delahaye, para recoger la gran escenografía de los acontecimientos, como una de los últimos nombramiendos de cardenales por Juan Pablo II.

No quiero despedirme sin comentar el audiovisual de Cristina Lucas, que partiendo del famoso cuadro de Delacroix de "La Libertad guiando al Pueblo", inspirado por la revolución burguesa de 1830 en Francia, nos hace ver cómo es el propia pueblo quien se vuelve contra la propia libertad, y donde la violencia del hombre contra la mujer toma un nuevo significado que no deja de hacer reflexionar.

Fotograma de la Liberté Raisonnée de Cristina Lucas, basado en el famoso cuadro de Delacroix.

En un tono totalmente distinto tenemos los "Antihéroes" de Susana Blasco. Fotografías tomadas con el teléfonos móvil y tratadas con los filtros de Instagram, en las que combinando viejas fotografías con objetos comunes de la vida cotidiana, aquellas toman nuevos significados y se generan nuevos personajes, entre la parodia, la ironía o simplemente, una ternura ante fragilidad de la naturaleza humana. Ingeniosa y bien ejecutada, nos enseña, entre otras cosas, que lo importante en fotografía es saber mirar y tener una idea, más que el aparato con el que se ejecuta y hace la fotografía.

Algunos de los instagramas de Susana Blasco, artista a la que se le nota mucho, para bien, su faceta de diseñadora.
Ejemplos de cómo se constituyen las bases de los instagramas de Susana Blasco.

Como podéis ver, mucho y bueno. Así que a animarse. Con los calores que tenemos, que mejor que pasar una tarde fresquitos en el Centro de Historias, donde además tenemos cafetería y terraza para tomarse unos chismes y comentar las exposiciones. Según el programa de PhotoEspaña, en las próximas semanas se estrenan más exposiciones en Zaragoza patrocinadas por este certamen, sobre el cual también me gustaría hacer una escapada a la capital. Así que ya iremos hablando dentro de no mucho tiempo. Salud y fotos.

A la salida del Centro de Historias pasamos por la Cartonería, arte con papel y cartón, y me encantó este pirata recortado en una de las páginas de La Isla del Tesoro. ¿A que es majo?

Exposiciones: Revoluciones árabes en el Centro de Historias y costumbrismo sevillano en la FNAC

Esta entrada fue preparada para su publicación en el blog de FOTOGRAFOS EN ZARAGOZA.
Llevaba tiempo sin poder escaparme una tarde o un domingo por la mañana de exposiciones. De hecho las últimas exposiciones de fotografía a las que pude acudir fue durante las vacaciones de Semana Santa. Y un poco a desmano de esta ciudad. Pero ahora ha llegado a la ciudad una exposición ineludible para los aficionados a la fotografía, y no sólo para ellos, ya que por su interés humano y documental creo que es recomendable para el público general, sin distinciones. Se trata de la recientemente inaugurada exposición "Testigos de las revoluciones árabes" en el Centro de Historias de Zaragoza

Fachada Plaza San Agustín 

Fachada del Centro de Historias de Zaragoza en la Plaza de San Agustín. Recordad que también se puede acceder desde la Calle Asalto, enfrente del Parque Bruil.

Estamos ante una exposición colectiva en la que una serie de fotógrafos, seis en total, Manu Brabo, Diego Ibarra Sánchez, Guillem Valle, Maysun, Alfonso del Moral y Ricardo García Vilanova, no llevan por las convulsas revoluciones que se han producido en los últimos años en el mundo árabe, y que los más optimistas dieron en llamar bajo la denominación de conjunto de "la primavera árabe". El nombre de "primavera árabe" vino dado por la época del año en la que comenzaron varias de ellas, pero también por ser la primavera metáfora de renacimiento a un mundo mejor, más alegre. Sometidos muchos de ellos a dictaduras de todo signo y condición, se vivieron como procesos de apertura democrática, que desgraciadamente no se han confirmado unos años después. O han retornado a la situación de partida, o se ven inmersos en cruentas guerras civiles, o el integrismo teocrático musulmán ha aprovechado para hacerse con el poder en estos países, sustituyendo un tipo de dictadura por otro.

Exposición Testigos de las Revoluciones Árabes 
Esta fotografía de Maysun es la que representa al conjunto de la exposición en la cartelería y folletos publicitarios, e impresiona por la expresión de su protagonista y por el contraste entre la vestimenta roja y la monocromía que la rodea.

Exposición Testigos de las Revoluciones Árabes 
Coincidió mi visita con la inauguración de la exposición. No había mucha gente. Hubiese merecido más atención del público y los medios.

Hace pocos años se dio una circunstancia peculiar. Hubo una fotografía ganadora, del sueco Paul Hansen, de la que se habló más sobre si se había utilizado más o menos photoshop en su procesado. Al final, alguien, lamento no tener la cita a mano, dijo aquello de ¡por qué todo el mundo ve photoshop y nadie ve los niños muertos! Creo que esta es de las exposiciones en que el aficionado a la fotografía puede dedicar un rato a la reflexión técnica sobre las fotografías expuestas. Pero, por favor, primero contemplemos las historias que los fotógrafos nos quieren contar. Y reflexionemos sobre ellas. Creo que es la mejor manera que tendremos para reconocer su trabajo, su mérito, su esfuerzo. Son profesionales que se juegan mucho cada vez que se acercan a las zonas en conflicto para traernos estos documentos gráficos tan importantes.

Exposición Testigos de las Revoluciones Árabes 
Aunque predominan los reportajes en blanco y negro, esta fotografía de Ricardo García Vilanova en color es de las que más me llamó la atención. Y refleja alguna de las muchas tragedias que se están dando en la guerra civil siria. 

La exposición que acabo de reseñar y recomendar brevemente es razón suficiente y necesaria para acercarse en estos momentos al Centro de Historias. Lo más seguro es que cuando aparezca esta entrada ya no se puedan contemplar los dibujos y pinturas de Andres Rábago, conocido también como OPS y, más recientemente, El Roto. Sus viñetas son verdaderos tratados de sociología, política o filosofía, muy incisivos para mostrar y denunciar las peores realidades sociales de esta España nuestra, siempre tan madrastra con estos sus pobres hijos, los españolitos. Aunque muy probablemente, muchas de estas realidades sean perfectamente exportables a buena parte de los países del mundo. Una pena que esta exposición esté a punto de terminar su ciclo en nuestra ciudad. No es fotografía, pero... 

Exposición del Roto 

Exposición del Roto

No quiero terminar este artículo sin recordaros también que en la FNAC Plaza de España, lugar por el que muchos pasamos a menudo, hay exposiciones con frecuencia. Y que en muchas ocasiones están dedicadas a la fotografía, con preferencia por los fotógrafos nacionales. En estos días, encontramos allí fotografías de Atín Aya, fotógrafo navarro que se afincó en Sevilla, y que nos dejó una abundancia de documentos de la vida y las calles de la capital hispalense. Tampoco cuesta nada visitarlas un momento, antes de pasar por la línea de cajas. Por cierto, que se puede aprovechar para adquirir el pequeño y económico volumen de la serie Photobolsillo, que la editorial La Fábrica dedica a este autor. 

Exposición Atín Aya