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Madrid con película negativa en color (II) - Pentax MX y Kodak UltraMax 400

Uso, o he usado, con cierta frecuencia las películas para negativos en color en formato 135 (o 35 mm) de sensibilidad ISO 200. El motivo principal es que durante muchos años estaban ampliamente disponibles en el mercado, y eran las más económicas con un nivel razonable de calidad. Tanto Fujifilm con su C200 como Kodak con su ColorPlus 200 eran opciones interesantes para una fotografía sin muchas exigencias, pero que funcionase con carácter general. Utilizo el verbo en pasado, porque últimamente las veo mucho menos disponibles. Y hay quien ha dicho que pueden ser la misma emulsión... aunque yo no lo tengo claro. Pero sinceramente no lo sé. Sin embargo, como decía hace unos días, la sensibilidad ISO 200 se me queda en una zona intermedia de compromiso, que no siempre me acaba de convencer. Ni tiene la finura de grano, y por lo tanto mayor nitidez, de las ISO 100, ni tiene la reserva de sensibilidad para condiciones de luz diversas de las ISO 400. Los compromisos están bien siempre y cuando saques un beneficio neto de los mismos en algún punto.

En el viaje reciente a Madrid, a principios de febrero, como ya empecé a comentar el lunes, me lleve la Pentax MX como cámara principal. Y como material sensible una mezcla de dos tipo de películas, lo que tenía disponible en el frigorífico. Cogí los dos rollos que me quedaban de Kodak Gold 200, más cara que la ColorPlus 200, pero que en estos momentos encuentro con más facilidad en el comercio local. Y, si los agotaba, como así fue, para las últimas horas del viaje, potencialmente con menos luz, aunque en realidad no fue así, un rollo de Kodak UltraMax 400, que es el que presento en esta entrada.

He de decir que en algunos fotogramas del rollo tuve un problema. No he puesto ningún ejemplo entre las fotos que he incluido para ilustrar el texto. Pero en ellos se aprecia un oscurecimiento de una parte de la fotografía. Creo que la explicación más probable es que se me cruzaran por medio, al menos parcialmente, los enganches para la correa de bandolera de la cámara que sólo llevé puesta un ratito por la mañana. Luego preferir llevar la cámara asida por los enganches, para ser más discreto que con la cámara en el cuello. Una pena, porque algunas de esas fotos me gustaban en tema y composición.

Si comparo los resultados obtenidos con la UltraMax 400 con respecto a los de los rollos de Gold 200, lo cierto es que la diferencia en el grano de la película, y en la nitidez global de la imagen, es muy pequeña. A favor de la Gold 200, pero muy pequeña, y no compensa la ventaja de llevar una mayor reserva de sensibilidad. Cierto es que la luz de ese día en exteriores me hubiera permitido llevar algunos rollos de Kodak Pro Image 100, de los que también tenía varios en el frigorífico. Pero entonces no hubiera tenido reserva de sensibilidad para fotografiar en el interior del mercado de San Miguel. Ni aun teniendo en cuenta que el objetivo que llevaba era el SMC-M 50 mm f1,4, muy luminoso. Pero que en escenas generales prefiero no usar a máxima abertura, para tener mayor profundidad de campo.

El balance final es el que comentaba ya hace unos días. Dado que en estos momentos no encuentro las dos declinaciones económicas de película ISO 200 con tanta facilidad como hace unos años, siendo el precio una de las principales razones para usarlas, en estos momentos prefiero optar por los ISO 100 cuando busco nitidez o los ISO 400 cuando busco versatilidad. Como me ha pasado durante la mayor parte de mi vida como aficionado a la fotografía, la sensibilidad ISO 200 se queda en un terreno intermedio, en el que los compromisos adoptados no acaban de satisfacerme en ninguna de las direcciones. Aunque si es lo que hay, tampoco me importa adaptarme y usar estas películas. Que conste.

Madrid con película negativa en color (I) - Pentax MX y Kodak Gold 200

Os hablaba el otro día de los rollos de película negativa en color Kodak Gold 200 que compré hace unas semanas. Una película que he utilizado poco, y sobre la que todavía no sé que opinar con precisión. Si ese punto intermedio en sensibilidad y características entre la ProImage 100 y la UltraMax 400, hablando de películas para aficionados, la hace apta para todo, pero realmente buena para nada. El jurado, ese que tengo en mi cabeza rumiando las experiencias, todavía no se ha pronunciado.

Si fuera por los resultados del rollo que os comentaba hacer unos días, el veredicto tendría que ser razonablemente positivo. Pero,... al mismo tiempo que ese rollo, me llegaron los resultados de otros dos que me llevé a Madrid el primero de febrero, con intención de usarlos con la Pentax MX calzada con un SMC-M 50 mm f1,4. Una combinación que tradicionalmente me ha funcionado muy bien.

La cuestión es que los resultados no han acabado de ser satisfactorios. En el plano de la calidad técnica de la imagen; en el plano de las fotos realizadas, hay unas cuantas de las que me siente plenamente satisfecho como documento del viaje a conservar. Pero cuando me detengo en lo que es la nitidez, el grano de la película y algunos otros aspectos,... ya no estoy tan convencido

Entendámonos, ninguna catástrofe. Las fotos son válidas. Pero no mejores que otras películas de marcas con menos pedigrí, o de sensibilidades superiores. Mi primera impresión es que quizá hice algo mal a la hora de medir la luz, los negativos quedaron subexpuestos en cierta medida, y eso provoca un aumento del grano y una menor nitidez. Pero no todos los síntomas esperables de una subexposición estaban presentes en las fotos. Por otra parte, el laboratorio, Carmencita Film Lab, me informaba en su correo de remisión de los archivos de las fotos digitalizadas, que habían encontrado que la película estaba correctamente expuesta.

No tengo todavía los negativos físicos en mi poder. Como regla general, solicito la devolución de los negativos un par de vez al año. Para ahorrar en gastos de envío. Supongo que hacia junio pediré de vuelta los negativos de la primera mitad del año. En cualquier caso, comparando con mi experiencia acumulada con la Kodak UltraMax 400... diría que dadas las mínimas diferencias, es preferible la película ISO 400 por su mayor reserva de sensibilidad. Si necesitas abrir el diafragma, te llevas un filtro de densidad neutra y solventado el problema. En fin... en unos días os hablo más de esto, porque terminé el día de viaje con un rollo de UltraMax 400.

Olympus Trip 35 con Kodak ProImage 100 mientras probaba los adaptadores para la GFX 50R

Ninguna sorpresa, nada realmente nuevo que comentar hoy, aunque sí un nuevo rollo de película negativa en color que presentar. Una fórmula comprobada, que funciona sin problemas; un rollo de Kodak ProImage 100 en la Olympus Trip 35.

Como ya os he ido contando, he ido probando adaptadores de objetivos de monturas Hasselblad V y Canon EF con la Fujifilm GFX 50R, con una diversidad de resultados, algunos de ellos bastante interesantes. Otros menos. Es frecuente, muy habitual, que mientras hago pruebas con un equipo que me resulta novedoso por algún motivo, lleve otra cámara para contrastar las fotografías obtenidas. Si la novedad está en la película tradicional, llevo alguna compacta digital como complemento. Si la novedad está en lo digital, llevo alguna compacta para película tradicional como complemento. No es una regla fija, pero suele suceder.

Aunque este rollo de Kodak ProImage 100 lo inauguré el fin de semana en el que realicé el taller de fotografía de autor con ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza. Y lo oriente sobretodo al principio hacia algunas curiosidades arquitectónicas que se pueden observar cuando paseamos por Zaragoza.

Pero cuando me llegó el adaptador Hartblei HV que me permite usar ópticas para Hasselblad V, para mi 500CM, y salí a probarlo, utilicé las fotos restantes en la Trip 35 para hacer fotografías en paralelo y contrastar estéticas, más que otros aspectos técnicos de los adaptadores. En cualquier caso, lo ya dicho. Una combinación de película y cámara que funcionan perfectamente, especialmente con buen tiempo y uno sale a caminar. Si estuviera, por ejemplo, en un viaje, preferiría más sensibilidad en la película para tener un margen en caso en que la luz se ponga tonta. Pero por lo demás,... un buen rollo.

Kodak Gold 200, una desconocida para mí - con Canon EOS 3

A todos los aficionados a la fotografía con película tradicional que nos gusta hacer fotos con película negativa en color preferiríamos utilizar siempre las Kodak Portra, la Kodak Ektar, o las equivalentes de Fujifilm que aun queden... que me parece que sólo es la Fujifilm Pro 400H, y limitada en formatos. Son películas excelentes, lo más avanzado en desarrollo y tecnología fotoquímica, con grano fino y buena definición, y tonos muy agradables. Pero son caras, bastante caras. Por lo que muchos las reservamos para determinados trabajos, optando por las gamas de aficionado que quedan todavía en el mercado. Que no son tan estupendas, pero pueden estar bastante bien.

Esta dos primeras fotos fueron hechas con la focal de 40 mm; el resto con la de 50 mm.

Desde hace un tiempo, prefiero las de Kodak, sin que las Fujifilm Superia me disgusten. Utilicé bastante la Kodak ColorPlus 200, bastante económica y con resultados más que dignos. Pero últimamente no la encuentro. Desconozco si la han eliminado o si sufre una rotura de stocks temporal. En cualquier caso, en los últimos tiempos me he defendido bastante bien alternando, según necesidades, entre la Kodak ProImage 100 y la Kodak UltraMax 400. La primera de ellas me gusta bastante; obviamente no tanto como la Kodak Ektar 100 o la Kodak Portra 160,... pero bastante. Y la segunda, es un compromiso adecuado, aunque después de probar películas ISO 400 como la Portra 400 con su fino grano, el de la UltraMax me resulta un tanto grosero. En cualquier caso, a finales de diciembre estuve de compras en la tienda de Zaragoza donde suelo adquirir película, vi que tenían Kodak Gold 200 y cogí algunos rollos.

Este que presento hoy es el primero de ellos. Lo expuse en la segunda semana de enero de 2022. Salvo algunas fotos al principio del rollo, el resto son fotografías mañaneras, cuando el sol todavía no se ha elevado mucho sobre el horizonte. Sol de invierno, por lo que tarda más en volverse aburrido fotográficamente hablando. Para no errar el tiro y evaluar correctamente el rendimiento de la película, asegurando una exposición impecable y una nitidez óptica suficiente, la usé con la Canon EOS 3. Salvo algunas fotos al principio del rollo, que están hechas con el EF 40 mm f2,8 STM, la mayoría de ellas están hechas con el EF 50 mm f1,4 USM. Este objetivo, aunque ha cogido mala fama en los tiempos digitales, me parece bastante más que razonable para usarlo con película tradicional. Especialmente si cierras el diafragma un par de pasos, y a partir de ahí.

Dejando de lado que el laboratorio me ha dejado unas dominantes cálidas, amarillas más bien, no difíciles de eliminar en los archivos digitalizados, por lo demás la película ha funcionado más bien. Dentro de unos días comentaré algunos rollos más de este lote, donde los resultados no fueron tan satisfactorios. En general la definición de los detalles es buena; el grano es apreciable pero contenido, en lo esperable para una ISO 200 para uso común.

¿Es mejor que la Kodak ColorPlus 200 que ahora no encuentro? Dicen que sí. Y que por eso es algo más cara. Pero yo no tengo tan claro que los resultados me gusten más. Y es algo más cara. De hecho, creo que prefiero seguir con las dos alternativas de ISO 100 y 400, la ProImage y la UltraMax. Me ha pasado con frecuencia. Que las películas ISO 200 son una tierra de nadie. Sin la limpieza de imagen de las ISO 100, y sin la capacidad de aguantar con poca luz de las ISO 400. Pero bueno... en un momento dado, a falta de pan, buenas son tortas. Una película que se puede usar y disfrutar sin problemas. He de decir que seguro que en el pasado he usado películas Kodak Gold, porque es una denominación muy antigua para películas que han ido evolucionando. Pero hasta ahora no me había puesto a mirarlas de cerca para elegir con criterio.

N.B.: He hecho un repaso a publicaciones antiguas en este u otros blogs personales, y he encontrado dos referencias a Kodak Gold 200. Y una relativamente reciente, de la que no me acordaba, expuesta con la Canon EOS 650. Y mis impresiones en ese momento fueron más favorables. Incluso comparándola con la Kodak ProImage 100... Bueno... ya veremos,... como dijo un ciego a otro ciego...

Olite y Madrid con película en blanco y negro - Olympus mju-II con Kodak Tri-X 400

La película Kodak Tri-X 400 es una de las películas favoritas en blanco y negro de buena parte de los fotógrafos que siguen fieles a la película tradicional. Por su sensibilidad nominal, por su carácter contrastado, por su fácil manejo en el laboratorio, por su amplia disponibilidad (al menos antaño), por su consistencia, fue la reina de la fotografía de reportaje durante décadas. Y sin embargo, yo la he utilizado poco. Sin duda, uno de los casos de éxito más claro usando esta película fue durante mi viaje a Islandia en 2016.

Probablemente, uno de los motivos principales por los que la uso poco es porque en comparación con las películas de Ilford, por ejemplo la Ilford HP5 Plus, competidora directa, pero de características muy distintas, son más fáciles de encontrar en el comercio, sin el engorro de tener que encargar por internet. Con los gastos de transporte asociados, a los que hay que sumar un precio tremendamente elevado en la actualidad para estas películas, que contrasta con el hecho de que sus costes de investigación y desarrollo están amortizados hace décadas. Pagamos como una película de élite un película de tecnología antigua, lo cual no quiere decir que se mala, que la propia Kodak consideró casi obsoleta cuando sacó la mercado sus películas T-Max, de grano tabular, más nítidas. Y que, paradójicamente, hoy en día puedo encontrar más baratas y con más facilidad en el comercio de mi ciudad. En los últimos dos años, he usado con frecuencia la Kodak T-Max 400.

Como hace un par de meses tuve que encargar por internet a Fotoimpex una diversidad de materiales imposibles de encontrar en el comercio de la ciudad, incluí en el pedido un par de rollos de Kodak Tri-X 400, a pesar de su precio, aun así más barato de lo que algunas tiendes en línea españolas piden. Y decidí repetir combinación con la misma cámara que me llevé a Islandia, la Olympus mju-II, de la que ya os comenté hace unos días a propósito del rollo de Ilford XP2 Super que hice en Olite. En Islandia fue una elección lógica, por el hecho de estar protegida contra las inclemencias de la intemperie. Sin embargo, si estas no se dan, en estos momentos tengo otras cámaras compactas que considero más adecuadas.

Pero en esta ocasión no he revelado yo el rollo. Atendiendo a una petición de consejo y ayuda de un colega aficionado a la fotografía que no puedo enlazar porque no participa en redes sociales ni tiene página en internet a pesar de su buen hacer, la revelé con sus películas en D-76 o su equivalente de Ilford... creo que es el ID-11. Como se encargó el de la preparación y del control del proceso, no lo recuerdo con precisión. No me acuerdo de la dilución del revelador ni del tiempo que estuvimos. Luego fue digitalizada en un escáner de alta gama que posee, quedando absolutamente impecables.

Quizá no fuese la película más adecuada para esos dos días de viaje a Olite, donde sustituyó a la XP2 Super que agoté, o en Madrid, donde lo terminé dos días más tarde, en la primera hora y media de estancia en la capital, pasando a continuación a tirar película negativa en color con la Pentax MX, algo de lo que os hablaré dentro de unos días. Fueron días claros, sin nubes, de abundante iluminación solar, y por lo tanto fuertes contrastes entre las partes iluminadas en exteriores y las partes en sombra. Si a eso añades que es una película contrastada... pues eso. Que la Ilford XP2 Super o la Ilford HP5 Plus probablemente fueran películas más adecuadas para esas condiciones. Pero no puedo negar que el resultado es atractivo. El fuerte contraste atrae al ojo. Y el grano resultó más contenido de lo que esperaba. Si la encontrase con más facilidad, la usaría con más frecuencia. Aun me queda un rollo. Dentro de una semana vamos a Toledo. Quizá entonces.