La fotografía como afición y otras artes visuales

CARLOSCARRETER.ES

Home / Essays / trip 35

Nuevamente la Olympus Trip 35 y un rollo de Kodak ProImage 100 para acompañar una jornada de fotografía digital

Empieza a ser ya habitual que cuando dedico mi jornada fotográfica a la fotografía digital lleve conmigo la Olympus Trip 35 con un rollo de película. Las más de las veces película negativa en color, siendo frecuente en este caso, como en el que os comentaba hace pocas semanas, que esta sea Kodak ProImage 100, película a la que cada vez estoy más aficionado. Y si no termino el rollo en esa jornada,... pues lo llevo unos días más mientras deambulo por la ciudad y lo voy terminando.

En esta ocasión, la mayor parte del rollo lo expuse el día en que estuve estrenando el adaptador Fringer para objetivos Canon EF sobre la Fujifilm GFX 50R. Por lo que buena parte de las fotos están realizadas en el entorno de la estación ferroviaria del barrio zaragozano de Casetas y en el Parque de la Granja de Zaragoza, donde se encuentra la estación de cercanías de Miraflores donde cogí el tren para ir a Casetas. Fue un día soleado, pero un cierto grano de bruma y tenues nubes altas, que procuraban una luz agradable y más difusa que la dura luz que reinó durante los días anticiclónicos del seco mes de enero de este 2022. Una condiciones de luz en las que la Kodak ProImage 100 se desenvuelve perfectamente.

Por lo demás, la cámara, la Trip 35, tiene un fotómetro de selenio en forma, que no muestra signos de desgaste. Y es agradable de usar, con una focal, 40 mm f2,8, que me resulta cómoda y conveniente. Como ya comenté hace unas semanas, una combinación segura para manejar como bloc de notas fotográfico en días luminosos. Cuando la luz falta... hay que buscar películas más sensibles.

Olympus Trip 35 con Kodak ProImage 100 mientras probaba los adaptadores para la GFX 50R

Ninguna sorpresa, nada realmente nuevo que comentar hoy, aunque sí un nuevo rollo de película negativa en color que presentar. Una fórmula comprobada, que funciona sin problemas; un rollo de Kodak ProImage 100 en la Olympus Trip 35.

Como ya os he ido contando, he ido probando adaptadores de objetivos de monturas Hasselblad V y Canon EF con la Fujifilm GFX 50R, con una diversidad de resultados, algunos de ellos bastante interesantes. Otros menos. Es frecuente, muy habitual, que mientras hago pruebas con un equipo que me resulta novedoso por algún motivo, lleve otra cámara para contrastar las fotografías obtenidas. Si la novedad está en la película tradicional, llevo alguna compacta digital como complemento. Si la novedad está en lo digital, llevo alguna compacta para película tradicional como complemento. No es una regla fija, pero suele suceder.

Aunque este rollo de Kodak ProImage 100 lo inauguré el fin de semana en el que realicé el taller de fotografía de autor con ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza. Y lo oriente sobretodo al principio hacia algunas curiosidades arquitectónicas que se pueden observar cuando paseamos por Zaragoza.

Pero cuando me llegó el adaptador Hartblei HV que me permite usar ópticas para Hasselblad V, para mi 500CM, y salí a probarlo, utilicé las fotos restantes en la Trip 35 para hacer fotografías en paralelo y contrastar estéticas, más que otros aspectos técnicos de los adaptadores. En cualquier caso, lo ya dicho. Una combinación de película y cámara que funcionan perfectamente, especialmente con buen tiempo y uno sale a caminar. Si estuviera, por ejemplo, en un viaje, preferiría más sensibilidad en la película para tener un margen en caso en que la luz se ponga tonta. Pero por lo demás,... un buen rollo.

Olympus Trip 35, Rollei Ortho 25 Plus, SPUR Acurol N y la regla "sol f16"

En diciembre recibí un regalo de un conocido que había acumulado recientemente algunos materiales para fotografía con película tradicional y que en estos momentos, por problemas que no vienen al caso, era consciente que no iba a usar en un futuro previsible. Así que simplemente me los regaló. Pasaba de dedicar el tiempo a buscar compradores, y no se iba a hacer ni más rico ni más pobre por venderlos o regalarlos. El lote de productos era de cuatro rollos de película Rollei Ortho 25 Plus caducada en 2020, un lote de películas variadas de Nofoto Lab, y una botella de revelador SPUR Aculrol N sin empezar. De cada cosa iré hablando conforme vaya usando. De momento, en usado dos rollos de Rollei Ortho 25 Plus, y los he revelado con el SPUR Acurol N. Vamos con el primero de ellos.

En los últimos rollos que hice en blanco y negro con la Olympus Trip 35, en el mes de noviembre, cuando compré el adaptador de rosca para poder utilizar filtros en ella, me quedé con la mosca detrás de la oreja por el flojo resultado que obtuve con el filtro rojo. Básicamente, al disminuir mucho la sensibilidad efectiva por los tres pasos de luz que se come el filtro, la cámara había estado usando constantemente aperturas muy abiertas, privilegiando la velocidad de obturación de 1/200 segundo. Y con profundidades de campo muy pequeñas,... había fotos con poca nitidez. O con el plano nitidez en el lugar no deseado.

El caso es que le estuve dando vueltas al asunto, y comprendí que no tenía porqué usar la Trip 35 necesariamente en modo automático, que es como está pensada inicialmente. Tiene un modo manual, con algunas restricciones. Este modo manual está pensado para usar la cámara con un flash. La velocidad de obturación queda fijada a 1/40 segundo, y puedes seleccionar la apertura del diafragma en función de la distancia al sujeto y la potencia del flash. Si tienes un flash con número guía de 20 a ISO 100, con una película de esta sensibilidad podrás fotografiar a un sujeto a 5 metros de distancia con una apertura f4. 20/4 = 5 metros. Si usas ISO 200, cierras la apertura un paso, f5,6. Si usas ISO 25, como la Rollei Ortho 25 Plus, abres dos pasos, f2. Ups. La Trip 35 está limitada a f2,8... mmm... mejor sitúas al sujeto a 3,5 metros, y ya puedes usar esa abertura máxima. 20/3,5 = 5,7... dividido por dos para obtener el equivalente a ISO 25 y da 2,86... f2,8. No es difícil.

Pero claro, si usas la reglas del "tiempo soleado, ajusta f16 para una velocidad de obturación igual a la inversa de la sensibilidad de la película", vemos que un ISO 50 podríamos usarlo, por aproximación con este modo manual a f16. Entre 1/40 y 1/50 hay poca diferencia. Y en el caso de la Rollei Ortho 25 Plus... pues el equivalente sería f11 a 1/40 segundo, con tiempo soleado y sombras nítidas. A partir de ahí vamos bajando a ojo... f8 si está soleado pero las sombras son difusas, f5,6 si esta con un nublado ligero, f4 con un nublado más intenso o en sombras a cielo abierto... Es decir... tenemos un cierto margen para fotografiar en exteriores. Como la distancia focal del objetivo es 40 mm y la cámara es ligera, solo tenemos que tener un poquito de cuidado para evitar las fotos trepidadas. Y como tiene la posibilidad de un enfoque por estimación razonablemente sencillo y sabemos qué apertura usamos, cosa que no sucede en el modo automático, podemos previsualizar lo que va a quedar dentro del intervalo de profundidad de campo.

Revelé el rollo de Rollei Ortho 25 con el SPUR Acurol N. Por lo que he leído en la documentación del químico, es un revelador compensador, por lo que mejoraría el contraste, aplanándolo un poco, en escenas con iluminaciones duras, especialmente si se usa con diluciones elevadas. Parecido a lo que sucede con el Rodinal o con el Kodak HC-110. Pero estaría orientado a obtener una buena nitidez con un grano fino. Dicen. Tiene un elevado tiempo de conservación una vez abierto. En la documentación del fabricante, no aparecía el tiempo de revelado para la Ortho 25 Plus expuesta a su sensibilidad nominal, sino para un índice de exposición 100. Usé el tiempo de revelado para la versión anterior de la Rollei Ortho 25, 11 minutos con la dilución 1+70 a 20 ºC, y con un ritmo de agitación muy suave. Con prelavado para atemperar la emulsión a la temperatura de revelado, y usando agua desionizada, siguiendo la recomendación del fabricante.

Los negativos han resultado un poco más densos de lo esperado, pero perfectamente usables. Como el aumento de densidad es uniforme en toda la imagen y no mayor en las luces que en las sombras, es decir, no se acompaña de un gran aumento del contraste, asumo que se debe a que mi evaluación de las escenas a la hora de ajustar el diafragma fue conservadora, protegiendo las sombras, y que hay un cierto grado de sobreexposición en los negativos. Como digo, no me ha resultado problemático a la hora de digitalizar los negativos con la Panasonic Lumix G100 y el Macro-Elmarit 45 mm f2,8, y con ligeros ajustes de la curva tonal en el software de procesado del archivo digital. El grano es un poquito más notable de lo esperado para una película de sensibilidad baja. Pero el fabricante del revelador avisa de que el uso de diluciones elevadas, y 1+70 lo es, conlleva un cierto aumento del grano. Es lo que pasa con otros reveladores compensadores; tienen una alta acutancia, lo que hace que el grano sea más visible. Pero en general estoy contento con la gama tonal obtenida, y alguna escena muy contrastada ha quedado muy bien. No descarto usar de nuevo esta combinación en un futuro.

Día de Navidad en la niebla - Olympus Trip 35 y Kodak T-Max 400

El año 2021 ha terminado; pero tengo pendientes varios rollos fotográficos del mes de diciembre. Especialmente los negativos en color. Y tengo novedades en mi fotografía digital. Notables novedades. Y ya tengo mi primer cartucho de fotografía instantánea del 2022. Del primer día del año. Así que tengo materia para este diario fotográfico para unos cuantos días. Poco a poco. De momento, hablaré del último rollo de película fotográfica del año 2021. El día de Navidad. En Zaragoza, lo pasamos inmersos en una densa niebla. Sin mucho frío... aunque la niebla tampoco ayuda a sentir calor.

Las navidades han sido muy tranquilas. Aunque todos en la familia y allegados estamos vacunados, y casi todos con la dosis de refuerzo puesta, aún consideramos que eso no nos "autoriza" a dejar de tomar otras medidas preventivas. Para no fomentar o favorecer la transmisión del virus. A pesar de la sensación o de las creencias de mucha gente de que la enfermedad, la covid-19, se ha convertido en algo "banal", realmente existe esa creencia, todavía hay muchas personas que enferman de gravedad y acaban en cuidados intensivos. O peor. Así que hicimos en Nochebuena una cena tranquila y no pesada ni excesiva, en un très petit comité de tres. No obstante, a la mañana siguiente decidí que tenía que hacer un par de horas de ejercicio caminando. Cargué la Olympus Trip 35 con un rollo de Kodak T-Max 400 y lo hice.

El día, al igual que lo llevaba sucediendo desde diez o doce días antes, amaneció con Zaragoza inmersa en la densa niebla que ya he comentado. Por lo que intenté integrar el evento meteorológico en mis fotografías. Existe la creencia universal entre muchos aficionados a la fotografía de que la niebla es una gran cosa para conseguir grandes fotos. Y puede serlo. Pero extraerle partido es mucho más difícil de lo que se piensa. Es fácil no hacer una exposición correcta, con tendencia a la subexposición, el contraste es muy bajo y si los motivos no son suficientemente gráficos o reconocibles obtenemos fotos planas con poco interés. Los entornos por los que transité fueron algún parque de la ciudad, las riberas del río Ebro, terminando en alguna zona industrial de la ciudad.

La película la revelé como de costumbre, en Kodak HC-110 dilución B (1+31) durante 5 minutos a 20 ºC, con una agitación inicial al principio del primer minuto de 10 inversiones tranquilas del tambor de revelado, y cuatro inversiones tranquilas al principio de cada uno de los siguientes minutos. Hay que recordar siempre que las películas T-Max de Kodak necesitan tiempos de fijado más prolongados. Si mi fijador necesitaba en esos momentos, por el nivel de uso que tenía, unos tres minutos y medio con una película normal, para la T-Max 400 apliqué un tiempo de fijado superior a los cinco minutos. Sin pasarme tampoco. Negativos digitalizados como de costumbre últimamente con la Panasonic Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS. Todo sin problemas. El proceso de exposición y revelado de esta película lo tengo muy ensayado y afianzado.

El resultado lo podéis ver. No pretendía obtener grandes fotografías. Simplemente ejercitarme. Tanto en el sentido físico, como en el fotográfico. Como en cualquier otra materia, para estar preparado cuando llega el momento de conseguir la mejor fotografía posible, hay que entrenarse constantemente. Para ello es mejor la fotografía con película tradicional. La limitación en el número de fotogramas disponible en un rollo, te obliga a pensar lo que estás haciendo. Con las digitales, corres el riesgo de liarte a disparar mucho, obteniendo alguna foto razonable por lo que yo llamo "aplastamiento estadístico". Pero así no se aprende, ni se ejercitan tus habilidades. También hay otra cosa que me sorprende. Que la Kodak T-Max 400, siendo una película mucho más moderna que la Tri-X 400, con una tecnología más innovadora, sin embargo es más fácil de encontrar y es más barata. Supongo que a pesar de todo, les resulta más fácil o barata de fabricar.

Paseo "pajarero" con Olympus Trip 35 acompañante - Fujifilm Neopan 100 Acros II

Hace un par de fines de semana, el domingo, ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza, de la que soy socio, organizó una actividad promocional para socios y otras personas que quisieran sumarse con el fin de dar a conocer algunos de los "secretos" de la fotografía de aves y para promocionar la asociación entre personas interesadas en el tema. No voy a hablar de mi "desastre" en el ámbito de lo que se trataba, porque el olvido del adaptador de objetivos con montura Canon EF a cámaras con montura Canon RF me impidió usar el prácticamente obligatorio teleobjetivo durante la mañana. Algunas fotos hice con la Canon EOS RP y el modesto pero efectivo RF 50 mm f1,8 STM a lo largo de la mañana. Pero también me llevé la Olympus Trip 35 en el bolsillo, por si había ocasión para alguna foto en blanco y negro.

Quienes sigan estas páginas con frecuencia sabrán que en los últimos meses la Olympus Trip 35 está siendo protagonista habitual en ellas. Me llegó en septiembre, y desde entonces es la cámara que más he usado en mis paseos urbanos o periurbanos. Especialmente porque he estado explorando sus límites. Es un cámara sencilla en su funcionamiento, pero de buena calidad, tanto en su fabricación como en su óptica tipo Tessar, cuatro lentes en tres grupos. Mi propósito con ella es disponer de una herramienta fotográfica muy llevadera, que me permita concentrarme más en la composición de la fotografía, sin otras distracciones, pero con calidad de imagen al final del proceso. Pero siempre, en las cámaras sencillas de concepción, hay que conocer dónde están sus límites.

Cuando tres o cuatro días antes de este paseo "pajarero" le puse un rollo de Fujifilm Neopan 100 Acros II, ya no estaba tanto en ese estado mental de comprobar esos límites en la cámara. Lo seleccioné con el fin de simplemente ir disfrutando de la cámara. Se anunciaba un final de semana de tiempo tranquilo y soleado, lo que hacía presagiar abundancia de luz en mis habituales caminatas cardiosaludables. Como ya había comprobado su eficacia, delante del objetivo le coloqué el filtro amarillo Heliopan Gelbt 8, para mejorar el contraste, especialmente en tomas de paisaje.

Al no usar el equipo digital con preferencia durante el paseo de fotografía de naturaleza, por no poder usar el teleobjetivo, le di más oportunidades a la Trip 35 de las que pensaba, por lo que a lo largo de las más de tres horas que esa mañana estuve caminando en compañía de los "asafoneros" o sólo, agoté el rollo de 36 fotografías y quedó listo para revelado. Luego me ha costado un par de semanas casi tenerlo listo, porque llevo unas semanas con mucho lío de cosas y poco tiempo. O si tengo tiempo, opto por relajarme un rato, en lugar de meterme a actividades que requieran concentración para que queden bien, como revelar la película o digitalizarla con la cámara digital y el objetivo macro acompañante.

La Acros II la revelé según la fórmula que mejores resultados me está proporcionando con mi revelador habitual; en una solución de Kodak HC-110 dilución C (1+19), durante 5 minutos a 20 ºC. Como de costumbre desde hace unos años, Diez inversiones tranquilas del tambor de revelado al principio del primer minuto de revelado, y cuatro inversiones también tranquilas al principio de cada uno de los siguientes minutos de revelado. Paro, revelado y lavado estándares. Como mi Panasonic Lumix G9 sigue en talle, digitalizado de los negativos con la Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS. Los negativos digitalizados son invertidos y ajustados de contraste, sin más retoques que la eliminación de las posibles impurezas que hayan quedado en ellos al digitalizarlos, que en este caso han sido muy poquitas. He tardado días en hacerlo, pero lo he hecho bien.

El resultado... pues en los aspectos técnicos correcto y satisfactorio como era de esperar. Ahora ya sé que con la Olympus Trip 35 es preferible usar película de sensibilidad media-baja, como la Acros II, y especialmente si le pones un filtro delante que se come un paso de exposición, cuando hay abundante luz, para no forzar diafragmas demasiado abiertos que generan problemas de nitidez por la escasa profundidad de campo. Y el filtro amarillo ha venido bien para dar contraste a las escenas, rescatando texturas de los cielos azules, y dando brillantez a la vegetación, con tonos dorados por el otoño, por lo que se han traducido en tonos más claros para las hojas cuyo color tiene bastante componente amarillo.

Por lo demás, un rollo para disfrutar tranquilamente. Sin grandes pretensiones, pero que me ha ayudado a relajarme del follón vital en el que determinados aspectos de la vida, especialmente el laboral, nos sumerge. El paseo fue muy agradable y sirvió para reencontrarse con compañeros aficionados a la fotografía con quienes no coincidía desde hacía tiempo por culpa de la pandemia.