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¿Qué es caro, qué es barato? A propósito de la Polaroid Cube

Últimamente se están poniendo, hasta cierto punto, de moda las llamadas "cámaras de acción". Cámaras pequeñas, que se pueden acoplar mediante accesorios más o menos complejos a todo tipo de cascos y vehículos, que por sí mismas o mediante carcasas adecuadas tienen una mayor o menor resistencia al polvo, salpicaduras de agua e inclemencias del tiempo, e incluso son sumergibles en algunos casos.

Pueden hacer fotografías o tomar vídeos. Sus mandos son austeros. Los resultados se suponen si no buenos razonables. Suelen llevar un objetivo de focal fija gran angular, con un ángulo de toma muy abierto. Al fin y al cabo, muchas veces la toma se hace sin un ojo que encuadre. Como suelen tener diseños ópticos sencillos, suelen tener tal distorsión en algunos casos, que se les podría considerar objetivos ojos de pez. El paradigma de este tipo de cámaras son las GOPRO. Eso sí, cuando te metes en una de estas, entre los entre 300 y 500 euros que cuestan según el posicionamiento del modelo en la gama, más los accesorios diversos, pronto te encuentras con el presupuesto de una réflex de entrada de gama. Para un chisme que, por mucho que se empeñen, nunca podrá dar la calidad de imagen de esta última. Podrá ser divertido, podrás meterlo en sitios demenciales, será todo muy emocionante,... pero la calidad de imagen insisto es entre buena, si las circunstancias son óptimas, y razonable, si no lo son tanto.

Por supuesto, no han tardado mucho en aparece competidores de las GOPRO. Y muchas, con un precio más razonable. La cuestión es si aguantan la calidad. Durante un tiempo pensé que, con tal de no gastar mucho dinero, no me importaría tener un aparato de este tipo. Pequeñito, que no abulte, con un calidad razonable, nada del otro mundo pero razonable, y que no cueste mucho, porque es para un uso muy, muy circunstancial. Nada de todos los días, ni de todas las semanas, ni siquiera de todos los meses.

De repente es como si se conjurasen los hados. Diversos medios que informan por este país de la cosa fotográfica, de los que se tienen por neutrales y critican a los vendidos a las marcas, e incluso reportajes en medios más o menos prestigiosos de otros países, empiezan a hablar de la POLAROID CUBE. Un gracioso chisme, de 40 o 45 gramos de peso, pequeñito, de aspecto cúbico y divertido, que por menos de 100 euros asegura grabar en vídeo HD 1080p y hacer fotografías de 6 megapíxeles (o megapícseles según admite también la RAE) en formato 16:9 todo ello, a través de su objetivo gran angular que cubre más de 120º de ángulo de visión. Me lo empiezo a pensar.

La cosa es que cuando casi me había decidido porque sí, porque en todos esos neutrales y prestigiosos medios aseguraban que su calidad era razonable, no digo buena, va y me aparece la oportunidad de probar una. Más que de probar una, de compartir una, sin tener que desembolsar más que el coste de una tarjeta microSD. Que en el peor de los casos, con su adaptador, funciona como una SD, y vale para otras cámaras. Os presento la POLAROID CUBE que en estos momentos tengo alojada en casa.

La Polaroid Cube junto a un carrete de fotos de 35 mm, que nos sirve como referencia del pequeño tamaño de la cámara.

La cámara viene sin accesorio alguno, aunque existen a la venta unos cuantos que básicamente sirven para sujetarla a distintos artilugios y superficies. No obstante, la camarita lleva en su base un imán suficientemente potente para fijarlo a distintas superficies metálicas. Que lleven hierro claro, o algún otro metal magnético. No cualquier metal vale. Por ejemplo, lo puedes sujetar a la zapata del flash de tu cámara de fotos. Si es CANON. Si es PENTAX no. Si es LEICA D-LUX se agarra fuertemente, pero a una LEICA M se agarra muy flojito... Bueno si lo haces así, puedes ir grabando un vídeo con la CUBE mientras vas disparando con la cámara principal, y así documentas tu proceso de selección de toma y encuadre. Bueno. O la puedes agarrar al capó de un coche, o donde sea... Eso sí. No la pongas vertical, porque los vídeos en vertical, no valen.

La Cube sujeta a la zapata del flash de una Canon EOS 5D Mark II.

En cuanto a los mandos de la cámara... pues tiene una palanquita para seleccionar la grabación en HD 1080p o HD 720p, y un botón. Que según cómo y cuantas veces lo pulses, enciende, apaga, hace fotos o inicia y termina la grabación de vídeo. No hay más. Hay alguna función más que puedes cambiar mediante un programa incorporado cuando conectas la cámara al puerto USB del ordenador. Hay versión para OS X o para Windows.

Bueno, ¿y la calidad?. La probé ayer. Reconozco que era un día de nubes, un poco gris. Pero tampoco presentaba mayores problemas de luz. Ni siquiera eran nubes muy densas. Con la cámara normal y corriente, al aire libre, con una sensibilidad de 200 ISO podías disparar sin problemas a f/8 y 1/250 segundo. Vale. No era un f/16 - 1/250 del sol radiante. Pero no había luz escasa. Poco contraste. Eso sí. Pero vamos, nada que le siente mal a un fotógrafo que se sepa defender.

Algunos ejemplos de imágenes fijas. Algunas tal cual, otras con la distorsión corregida en LIGHTROOM en la medida de lo posible. El objetivo es en realidad de tipo ojo de pez, y esa estética a veces me cansa.

La primera foto que tomé. Desde el balcón de casa. La distorsión está corregida parcialmente, LIGHTROOM no da más de sí. En algún otro programa podría haber corregido más, pero estoy un poco vago.
Con el cielo ligeramente azul, la mejor luz que encontré. Bastante buena en realidad. La cámara presenta un contraste moderado, pero razonable. El detalle en las hojas y las ramas de los árboles es bastante malo. Todavía no sé si debe a que la óptica es muy mala o al procesado intracámara de la imágen y la comprensión JPG. O una mezcla de ambas. No soy tan capaz como para distinguirlo.
En las distancias cortas, gracias a la enorme profundidad de campo, se defiende pero no también como pensaba. Y como podréis ver en la esquina superior derecha, bastante artefactada de color por el contraste de luz, el rango dinámico del sensor es bastante escaso. De verdad que la escena no es para tanto. Que el contraste en las hojas está mejorado en LIGHTROOM para que no quedase muy plana la escena.
Para los retratos inadvertidos puede funcionar. A unos palmos del señor, ni se enteró de que llevaba una cámara en la mano. Pero nuevamente vemos los efectos de la pérdida de contraste en las zonas más iluminadas y la mala dinámica del sensor.
No podemos descartar que algunos de los problemas observados se deban a un problema digital. Perdón, quería decir dactilar. Y es que es muy fácil plantar los dedazos en el objetivo. Llevábamos un lapiz limpiador y teníamos cuidado,... pero nunca se sabe. Por lo menos, justo antes de la segunda de estas cuatro fotografías habíamos comprobado que la lente frontal estuviera lo más limpia posible. Y ya digo que la definición en las ramas y en las hojas del árboles es muy escasa.

Había leído que la calidad esperable sería casi la de un iPhone de los actuales. Pues no. Es algo peor, me parece a mí, que la de mi iPhone de hace tres años. Y por lo que sé, hay diferencias constatables entre estas generaciones de teléfonos móviles. De hecho, como ojo de pez, es manifiestamente peor que la tapa con lentes de plástico de OLYMPUS que me traje de JAPÓN, que solo tienen marcadas pérdidas de contraste en situaciones de contraluces mucho más potentes que los de esta pequeña serie.

Por supuesto, para muchos la gracia es la grabación de vídeo. Tu la dejas apoyada en una superficie metálica y grabas. Pues aquí os dejo una muestra. Yo os digo una cosa, está subida a YOUTUBE con una calidad de solo 720p, aunque esté grabada originalmente a 1080p. Pero de verdad que no merece la pena el consumo de recursos y tiempo en manejar los clips de vídeo a esa resolución. Por supuesto, los vídeos no son nada de especial. Simplemente, poner la cámara a grabar en distintas circunstancias.

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Yo no soy buen grabador de vídeos, y desde luego los clips no tienen mayor interés. Pero chico, la cosa es más sosa que ni sé. Es cierto que no he hecho ningún esfuerzo por modificar contrastes, ni gradación de color ni nada. Pero es que quería mostrar lo que ofrece sin más.

Es posible que de vez en cuando me veáis con ella o cosas hechas con ella. La persona a la que se la han regalado no le interesa demasiado, y no la puede canjear o devolver. La guardaré yo y la compartiremos. Pero desde luego, ya os digo una cosa. No creo que valga los casi 100 euros a los que se vende. Me parece cara, a pesar de ser teóricamente barata. Desde luego no creo que quiera competir con la GOPRO; su público objetivo parece otro. Pero desde luego, para mí, entra en el campo de los juguetes más que en el de las cámaras. Y voy a empezar a pensar que esos que presumen de serios a la hora de analizar el material, no lo son tanto. La suerte que he tenido de que cayera en mis manos antes de cometer el error de comprarla...