La fotografía como afición y otras artes visuales

CARLOSCARRETER.ES

Home / Essays / revelado desatendido

Experimento fallido - NocolorStudio nº 5 High Contrast con Pentax MX y SMC-M 40 mm

A finales de diciembre del año pasado llegaron a mi poder unos rollos de película envasada por alguien en Lituania bajo la marca NocolorStudio. Son películas, o papel en rollo, de muy distinto origen y características, que iré contando conforme los vaya utilizando. Hoy os presento los (malos) resultados que he obtenido del primero de los rollos que he utilizado, el NocolorStudio nº 5 High Contrast Orthocromatic. 

Como su nombre indica, más o menos, es una película de muy baja sensibilidad, ISO 5, ortocromática, en principio nula sensibilidad espectral al rojo, y de alto contraste. Parece que es una película de uso técnico, utilizada para el copiado, el archivo y la reproducción de documentos mediante técnicas de microfilmado, asegurando gran nitidez, ausencia de grano, y el alto contraste necesario para que los textos se lean con precisión. Tiene una base de PET muy transparente y fina, lo que hace que la densidad de la base+velo tras el revelado sea muy baja.

Como el envasado de la película en el carrete es casero, claramente, recomiendan usarlo en cámaras de avance mecánico, evitando las cámaras con motor eléctrico para el avance y el rebobinado. Por ello, la utilicé con la fiable Pentax MX. Y como no quería llevar mucho engorro, e incluso permitir introducir la cámara con su objetivo en un bolsillo del chaquetón en un momento dado, le puse el objetivo pancake de la marca, el SMC-M 40 mm f2,8. No es el objetivo más nítido de la marca, pero es decente. Quizá, por un poquito más de grosor, le tenía que haber puesto el SMC-A 50 mm f2... pero ya digo que me interesaba poder introducirlo en el bolsillo del chaquetón en un momento dado. Siempre he considerado el fotómetro de la Pentax MX como muy fiable a la hora de ayudarme a determinar la medición adecuada.

Dicho fotómetro sólo llega en sus posibles ajustes de sensibilidad de la película hasta ISO 25 por el límite inferior. Lo que es dos pasos y un tercio más que la sensibilidad ISO 5 de la película. En general, en condiciones de día soleado, las mediciones que me ofrecía estaban en las situaciones más luminosas con sol radiante en torno a f4,5 con 1/60 segundo de velocidad de obturación. Lo cual es coherente con la regla del "soleado f16". En la práctica, fotografiando al aire libre, usé una velocidad fija de 1/60 segundo para evitar trepidación por la cámara y el golpe del espejo, y aperturas de f4 o f2,8. Me parece que, dadas las condiciones de la toma, eran parámetros adecuados para la sensibilidad declarada de la película.

No tengo tiempos de revelado "oficiales" para Kodak HC-110, y menos aún para el SPUR Acurol-N que es el otro revelador del que dispongo. Me puse en contacto con el lituano que lleva este cotarro a través de su cuenta en Instagram, mediante un comentario en una de sus fotos, para saber si tenía experiencia con el HC-110. Me dijo que no, pero en el intercambio de comentarios, anuncié mi idea de hacer un revelado desatendido, y le pareció bien. Así que HC-110, dilución 1:160 y 50 minutos de revelado desatendido con 20 inversiones del tambor al principio y cuatro a la mitad del tiempo de revelado. En el mismo tambor iba otra película del mismo origen pero diferentes características, con 640 ml de preparado, lo que garantizaba un mínimo de 5 ml de revelador en la dilución. Fue digitalizado con la Panasonic Lumix G9 (ya veremos si sigue funcionando después de su paso por taller) y el Leica DG Macro-Elmarit 45 mm f2,8 ASPH OIS. El resultado... una enooooorme subexposición. Sorprendentemente, sobre los negativos digitalizados he encontrado materia, en luces y en sombras. Pero al ajustar el contraste, han salido deficiencias tanto en la película como en el sensor de la Lumix G9 (manchitas), que normalmente pasan absolutamente desapercibidas. Una estética sólo aceptable para los "lomógrafos" y otros fotógrafos similares, que asocian fotografía con película tradicional a chapuzas aleatorias. El aspecto de las fotos es de un momento del día crepuscular, cuando están tomadas entre las 15:30 y las 17:00, ya en la última semana de enero, en la que el sol se esconde a las 18:00 horas de la tarde. Es decir, bastante antes de la hora dorada, en la que hay que empezar a flojear la intensidad general de la luz del sol.

La película no es muy cara. Son 5,10 euros por rollo de 29 fotogramas. Más los gastos de envío desde Lituania. No hay aduanas; son Unión Europea. Pero no me veo yo utilizando esta película de nuevo. Aunque creo que visto lo visto en este rollo fallido, puede tener posibilidades. En cualquier caso, si quiero tener películas de baja sensibilidad y grano fino, prácticamente invisible, hay películas entre ISO 25 e ISO 80 perfectamente utilizables. Ortocromáticas o no. Incluso los inventos de Lomography, en realidad Orwo, de ISO 8  e ISO 13, son más utilizables y fiables. Aunque sean más caros. Pero bueno, esto es lo que os puedo contar.

Con la "caja" a pasear - Agfa Synchro Box

No mucho que explicar sobre el funcionamiento, absolutamente básico, de la Agfa Synchro Box, sobre el que ya me explayé en su momento. No me voy a repetir en lo que ya expliqué en su momento y podéis consultar en el enlace anterior, salvo en algunos aspectos concretos en los que me apetece insistir.

La Synchro Box, con su acabado tipo art-déco, es probablemente la cámara de cajón para película de formato medio más bonita que conozco. Especialmente cuando está en tan buenas condiciones como la mía, con su estuche-bolsa bandolera original. Y como comentaba en su momento, sigue siendo un aparato absolutamente válido en el sentido de que cuanto más constreñidas están las posibilidades del fotógrafo, cuantos menos automatismos dispone, cuanta menos intervención tecnológica cabe en el momento de la toma, más debe estimular su imaginación y su creatividad para obtener un resultado decente o interesante. Lo cual es posible, incluso en una cámara de este tipo, tan elemental.

En los dos últimos meses, de abril y mayo, hemos intentado con unos amigos realizar una pequeña sesión de fotografías, de retrato, de carácter particular. Si al final se consuma, no veréis los resultados puesto que ya digo que es privada. Pero debido a que este año en Aragón hay primavera, y no hemos pasado directamente del invierno al verano, la inestabilidad meteorológica ha impedido que en las tardes de sábado en que teníamos todos los implicados disponibilidad para ejecutar el proyecto, las condiciones no han sido adecuadas. Este sábado pasado parecía que sí, incluso cogimos el coche y nos llegamos hasta Fuendetodos, donde estaba prevista la sesión, donde sigue estando prevista la sesión, que no se ha podido culminar. Al llegar allí había un nublado, a ratos importante, y amenaza de lluvia, que se concretó en un tormenta muy poquito después.

En cualquier caso, además del equipo previsto para la sesión, eché en mi mochila la Agfa Synchro Box y unos rollos de Ilford Delta 100, como complemento lúdico de la jornada.

Antes de llegar a Fuendetodos, ya nos dimos cuenta de que la tarde no iba a acompañar en las condiciones de luz, por lo que nos tomamos la cosa con tranquilidad. Entre Jaulín y Fuendetodos quedan restos de trincheras de la guerra civil española, y paramos un momento a visitarlos. Están en la misma orilla de la carretera. Luego en Fuendetodos, nos dirigimos a la Nevera Culroya, que mis acompañantes no conocían... y ya se puso a llover. Este es un nevero artificial, que algunos datan en el siglo XVIII, rehabilitado, donde se introducía la nieve para la producción de hielo.

En cualquier caso, la amenaza de lluvia nos hizo regresar al coche,... y no terminé de hacer las fotos previstas.

Por ese motivo, al día siguiente decidí darme un amplio paseo por el Parque del Agua de Zaragoza con la Synchro Box. Terminando de ese modo el rollo ya empezado, y exponiendo un segundo rollo, también de Ilford Delta 100. La mañana del domingo fue de sol radiante, y temperaturas agradables, casi podríamos decir que se pasó calor si permanecías mucho rato alejado de la protección de unas sombras.

Por ese motivo, con el fin de mejorar el contraste de las fotos, opté por usar la posición de la apertura que incluye un filtro amarillo, oscureciendo el cielo y haciendo destacar las posibles nubes que en el mismo flotasen.

Quiero recordar que la calidad de las imágenes son muy limitadas, y que sólo el amplio tamaño del negativo, en torno a los 57 x 89 mm permite obtener imágenes razonables con ampliaciones moderadas. La calidad de la imagen es decente en el centro de la imagen, pero se degrada rápidamente en los bordes del campo del fotograma y en las esquinas. Aunque eso puede formar parte de la gracia de la estética de estas fotografías. No obstante, es un aspecto a tener en cuenta a la hora de componer la fotografía, ya que el objeto principal habrá de estar centrado para que se vea con nitidez, obligando a compensar la composición de formas poco habituales, al no favorecer la famosa "regla de los tercios" la calidad fotográfica del objeto principal con estas ópticas tan sencillas.

Otro problema es que la composición a través del visor prismático de la cámara es muy precaria, y con frecuencia las fotografías me quedan inclinadas, especialmente si utilizó la cámara a mano alzada y no sobre un trípode con un nivel que nos ayude a equilibrar la composición. El uso de la cámara a mano alzada también compromete la nitidez puesto que la velocidad de obturación es muy baja, y hay un riesgo importante de trepidación si no se acciona la palanquita del disparador del obturador con cuidado.

En cualquier caso, conviene dar aire en la composición por los recortes que se introducen al enderezar la imagen con posterioridad.

El ISO 100 de sensibilidad nominal de la Ilford Delta 100 es un exceso para las condiciones de esta cámara en condiciones de luz diurna. Con sol radiante prácticamente se produce una sobrexposición de un par de pasos. Aplicando la regla del soleado f/16, para una apertura de f/16, o de f/8-11 con filtro amarillo, bastaría una velocidad de obturación de 1/100 s. Pero no creo que esta cámara obture mucho más deprisa que 1/25 o 1/30 segundo. Dos pasos de sobrexposición. Con el nublado de la tarde anterior en Fuendetodos, la sobrexposición fue de un paso como mucho, pero aun así existió. Afortunadamente, las emulsiones modernas, incluso una tan exigente en materia de exposición como las de la familia Delta de Ilford, se comen sin problemas esta sobrexposición, sin empastar las luces.

Uno pensaría que la mejor opción para revelar la película en estas condiciones de exposición es la de acortar el tiempo de revelado, para compensar el exceso de luz que impresiona la película. Pero la óptica de estas cámaras no destaca precisamente por su elevado contraste, y un revelado más corto conlleva siempre un contraste más suave en la imagen.

Yo prefiero usar una revelado desatendido con cualquiera de las variantes del Rodinal que actualmente hay en el mercado, en mi caso la Adox APH 09, con una dilución de 1+100, durante 60 minutos a 20 ºC con una agitación muy muy muy muy limitada, casi inexistente. Eso hace que las partes del negativo que más luz han recibido agoten enseguida el revelador que tienen en su vecindad, mientras que si algún fotograma hubiese quedado más limitado de luz, las sombras sigan aprovechando la acción del revelador durante todo el tiempo que dura el revelado. Es lo que se llama un revelado compensador.

No me cansaré de insistir en que, aunque muchos ven en este tipo de revelado una posibilidad de hacer un forzado sin complicarse la vida mucho en el proceso de revelado, cuando mejores resultados da es con películas de sensibilidad media o baja, bien expuestas. El grano siempre queda contenido por la propia naturaleza de estas películas, cosa que no sucede con las películas más sensibles, en las que se hace muy notorio, y conseguimos mantener la nitidez de los detalles por la acutancia que proporciona el revelador. Desde luego, la irregularidad en las exposiciones que resulta de una cámara con tan limitadas posibilidades de intervención, también habla a favor de este tipo de revelado. Con esta técnica, consigo buenos resultados.

Salvo en las fotografías con el tiempo más nublado, en las que he realizado reservas y quemados en el procesado digital una vez escaneado el negativo con mi Epson Perfection V600 Photo, el resto están prácticamente sin tocar, con muy pequeñas correcciones en la exposición para situar los tonos en su lugar adecuado.

Y bueno... llevar una de estas cámara es una forma de pasear de forma muy agradable, entretenida y creativa.

Despidiendo la Fujifilm Neopan 100 Acros

Hace unas semanas, Fujifilm anunció que había cesado la fabricación de la película negativa en blanco y negro Neopan 100 Acros, y que esta permanecería en venta hasta que se agoten las reservas fabricadas, lo cual se estima que puede suceder en algún momento del otoño de este año. Luego siempre hay un goteo de lotes de esta película que algunos han acaparado y aprovechan para vender a mayor precio.

Esta es una película que conocí hace pocos años, y que me gustó mucho. Por distintos motivos. Me parece una lástima que vaya a desaparecer. Pero la compañía japonesa, que podría ir pensando en cambiar el nombre por estar poco comprometido con la realidad, ha dejado de interesarse por la fotografía con película tradicional. A pesar de que sean las emulsiones fotoquímicas las que más beneficios le dejan, más que sus afamadas cámaras de la serie X, bajo la forma de película instantánea Instax.

Los motivos por los que me ha gustado esta película durante el tiempo en que la he usado se pueden resumir en los siguientes puntos:

Tiene un grano muy fino y una excelente nitidez.

Disfruta de una excelente gradación tonal.

Hay quien propone exponerla a un índice de exposición de 80 o 64 en lugar de su sensibilidad nominal ISO 100; pero a mí me gustan los negros profundos cuando se utiliza a este índice de exposición. Y nunca se me han bloqueado las sombras.

Apenas se ve afectada por el efecto Schwarzchild, por lo que es ideal para largas exposiciones. Cuando pasas de unos segundos de exposición, en realidad es como tener una película más sensible que las de ISO 400 e incluso 1600. Ideal para fotografía estenopeica o nocturna. Conservando la finura de grano.

A pesar de que se trata de una película de tecnología moderna, como las T-Max de Kodak o las Delta de Ilford, la he revelado con reveladores comunes como el Kodak HC-110 o las diversas versiones de la fórmula del Rodinal con buenos resultados.

Pero todas estas excelentes cualidades dan igual porque va a desaparecer. Y cuando Fujifilm condena un producto lo hace a conciencia. No tolera traspasar la tecnología a nadie para seguir manteniendo el producto. Como sucedió con las películas instantáneas compatibles con las cámaras Polaroid para pelícutla tipo peel apart. Por lo tanto, habrá que olvidarse de ella y pasar a otros productos.

Hasta hace unas semanas, en mi nevera quedaban todavía cinco rollos o carretes de Neopan 100 Acros; cuatro carretes de 35 mm y un rollo de formato 120. Este último ya lo he expuesto. Se acabó para mí la Acros en formato medio.

Este último rollo de formato medio lo he expuesto en las últimas semanas en un par de ocasiones. Cuando fuimos a volar los drones al polígono industrial de Botorrita y durante un paseo o caminata una tarde de buen tiempo en Zaragoza, en vísperas de las importantes avenidas del Ebro que se produjeron poco después. La usé con la cámara Fujifilm GS645S Wide 60 y un filtro amarillo para mejorar el contraste en los paisajes; la película tiene características de ortopancromatismo y recoge bien todo el espectro visible hasta los rojos ligeros. Rojos netos y profundos quedarían fuera de su espectro de sensibilidad. Según su hoja técnica, su sensibilidad cromática llega en los tonos cálidos hasta los 630 nm o así.

En estas ocasiones, la película ha confirmado una vez más las características que se le suponen y que he descrito antes.

Como demostración de su buena tolerancia a todo tipo de revelado, como estos días he andado con poco tiempo, y tenía varios rollos para revelar de distintas marcas y tipos, decidí revelarlas todas juntas con Adox APH09, cuya fórmula es la del Rodinal hasta los años 40 del siglo XX, a una concentración de 1:100 y temperatura de entre 20 y 21 ºC, con un revelado parcialmente desatendido. Con este tipo de revelado, la temperatura no necesita ser ajustada con tanta precisión como en otros, aunque conviene tener cierta disciplina a la hora de situarla en el entorno de los 20 ºC. La idea era realizar una agitación suave durante los primeros treinta segundos, y dejar actuar la solución durante una hora, con un par de inversiones a mitad de ese periodo. Pero como andaba ocupado con otras cosas, y no me puse la alarma, a lo que me dí cuenta llevaba 65 minutos de revelado y no había realizado las inversiones preventivas para una homogeneidad del revelado a la media hora. Así que las hice, y lo dejé 40 minutos más.

El resultado es bueno. Cada vez me convenzo más que este tipo de revelado es especialmente adecuado con películas de sensibilidad media o media baja, ISO 125 o menos, correctamente expuestas.

¿Y cual puede ser la alternativa? Pues en a lo largo del último año, sin saber que iba a desaparecer del catálogo de Fuifilm esta película, he probado una variedad de películas que pueden ser interesantes. Si tuviera que elegir entre las de sensibilidades similares, la cosa estaría entre las Ilford FP4 Plus y Delta 100 y la Rollei Retro 80S. Por su sensibilidad extendida al infrarrojo cercano, de esta última voy a tener habitualmente una cierta reserva de película, pero la utilizaré con el filtro IR72. Entre las dos del Ilford, aunque tiene un carácter distinto que la Acros, la que me gusta más es la Delta 100. Tiene una sensibilidad espectral parecida, sufre en menor medida del efecto Scharzschild que la FP4 Plus, por lo que es más conveniente para exposiciones largas, y tiene un grano más fino.

También hay quien me ha sugerido la Ilford Pan F, ISO 50, y las Rollei RPS 25 u Ortho 25 Plus, ISO 25. Pero por su baja sensibilidad, son más exigentes, especialmente si filtras la luz para control del contraste con filtros de colores, perdiendo entre uno y tres pasos de sensibilidad, según el color del filtro. Así que de momento podréis esperar verme usando la Ilford Delta 100. Porque además tengo la intención de disminuir la variedad de las películas que voy a utilizar, con el fin de conseguir más homogeneidad de resultados, y aprender a controlar los mismo con más consistencia.

El "paseíco" del III Encuentro fotográfico de Aragón - medio formato, blanco y negro y revelado desatendido

Estamos en la tercera edición del Encuentro fotográfico de Aragón, evento de carácter bastante popular, abierto a todo aquel que sienta cualquier tipo de afición por cualquier tipo de aspecto del mundo de la fotografía, y que este año ha sido organizado por una serie de grupos y asociaciones fotográficas de Zaragoza y Aragón. A ver si no me olvido de ninguna. Por orden alfabético:

Asociación de Fotógrafos de Zaragoza

Fotógrafos en Zaragoza

Grupo Pixel Zaragoza

Iso 100

Real Sociedad Fotográfica de Zaragoza

Cada uno tiene su origen y personalidad específicas, aunque no faltan los aficionados a la fotografía que participan con mayor o menor intensidad en varios de ellos. Por ejemplo, yo mismo simultaneo las actividades en AFZ y FeZ. Algunos son sociedades constituidas formalmente, otros son grupos nacidos al calor de la actividad de las redes sociales. Me falta alguna otra asociación o grupo que sé que hay por ahí, desconozco los motivos por los que no están. Y, aunque se llama "de Aragón" y efectivamente participa gente de toda la comunidad, lo cierto es que es un evento bastante centrado en Zaragoza. Las cosas, como son. Hasta ahora.

Chaleco que lucían los voluntarios de la organización, a quienes debemos un enorme agradecimiento y damos un fuerte abrazo.

El acto central del encuentro es el "paseíco" fotográfico. Estando en Aragón, no podía llamarse "photowalk" o algo así. "Paseíco" ha de ser. Y participa... no tengo ni idea de cuanta gente. En la foto del momento de la salida que alguien hizo rondábamos las cien personas creo. No estuve en el de hace dos años, pero juraría que en la primera edición de hace cuatro, es bienal, había todavía más gente. Creo que se habló entonces de 240 o 250 personas, pero la memoria me puede jugar alguna mala pasada. Pero es difícil saber cuánta gente participa exactamente, porque hay personas que van y vienen en función de sus obligaciones y compromisos personales o familiares. Lo que sí que es cierto es que es día de fiesta. El ambiente es muy alegre, y la gente está encantada de haberse conocido. O de conocer a nueva gente. Como digo, el denominador común, la afición a la fotografía. Desde el que se acaba de sumar a la misma y apenas se entera de qué va la cosa, hasta algún profesional con pinta de estar de vuelta de todo. No hay restricciones, más allá de las que uno mismo se ponga a sí mismo.

Ellas hacen fotos.
A ellas les hacen fotos.

El "paseíco" suele ser un recorrido más o menos fijado por alguna zona de Zaragoza. Este año por el casco histórico, buscando hitos de la ciudad relacionados con la fotografía. Y durante el mismo se supone que hacemos fotos de nuestro entorno. Pero no nos engañemos. En una fiesta así, los que nos importamos somos nosotros, nuestros amigos y compañeros, esos chalados con sus locos cacharros. Así que abundan los retratos, posados o espontáneos, de unos aficionados a la fotografía relacionados con otros.

Siendo consciente de esto, que más que fotografía documental callejera íbamos a estar a otro rollo, opté por llevarme la Hasselblad 503CX con el CF Planar 80/2,8. Ideal para el retrato. Tanto de los propios aficionados, como de gente que te encuentras por ahí durante el paseo. Eso sí, en un día de fuerte calor como el que nos hizo, a ratos te arrepientes del peso que tienes que acarrear... Pero un día es un día.

Emilio Molins muestra a Héctor Izquierdo su cuca Olympus Pen EE2.
Alejandro Lambán, uno de los currantes de la organización, representa aquí el agradecimiento que les debemos a todos ellos.
Esta señora ni hacía fotos ni le importaba, pero ante sus críticas a mis decisiones sobre a qué hacer fotos, se ganó un retrato.
May Bazán, con su paloselfi, fue una de las animadoras de la fiesta, posando aquí muy sonrientes con Elena Matud.
Paula, también conocida como "Nebras Kajones" (o algo así), se nos hace la interesante...
José Miguel, su gorra, su "llavero" y su pitillo.

De todas formas, se nos anunció que este año, en nuestro recorrido, nos íbamos a encontrar con la celebración del Mercado Medieval de la Tres Culturas, evento comercial más o menos pintoresco que se celebra todos los años por estas fechas, y por lo tanto se abrían las puertas al reportaje.

Por ese motivo, yo había cogido dos respaldos A12 (doce exposiciones de 6x6 cada uno) para la Hasselblad, uno de ellos recién comprado en Barcelona. En uno de ellos cargué película de baja sensibilidad, Lomography Earl Grey 100, un clon de la Fomapan 100 Classic, para los retratos con buena luz. En el otro, Ilford HP5+ 400 que disparé a un índice de exposición de 800, para tener margen en los rincones menos luminosos del mercado medieval, y para tener más reserva para utilizar velocidades altas de obturación en modo reportaje, con el diafragma bien cerrado, y así evitar errores de enfoque aprovechando la mayor profundidad de campo. Aun así, no es fácil usar una Hasselblad en reportaje callejero.

Entrando en los "terrenos" del mercado medieval.

Al final, nos reunimos todos cuando terminamos el paseo, o todos los que quedábamos, en la zona del Club Náutico junto al Ebro, para la fotografía final. Y para una novedad de este año, el intercambio de fotografías. Yo aporté dos, pero de ello os hablaré dentro de un par de días.

Para los "argentotrastornados", os contaré que dada la diversidad de situaciones de iluminación y contraste con las que me encontré, opté por revelar los cuatro rollos que expuse, 48 fotogramas, dos de 100 ISO y dos de 400 ISO expuestos a 800, en un revelado compensador con Rodinal 1:100 en modo desatendido durante 60 minutos. Bueno... no es exactamente la fórmula más moderna del Rodinal o cualquiera de sus clones, sino la fórmula original que se usaba bajo esta marca en 1945, y que siguió usando en la Alemania Oriental la marca Orwo bajo la denominación Orwo R09, mientras Agfa en la occidental introducía paulatinamente modificaciones o mejoras. O sea, una fórmula vintage, que actualmente fabrica Adox bajo la denominación APH-09. Que en esta primera vez que la he usado me ha dado unos resultados magníficos. Especialmente en las situaciones de alto contraste, donde efectivamente el efecto compensador del revelado me ha permitido obtener unos negativos muy equilibrados, con detalle tanto en las luces como en las sombras y una buena gama de grises. Se usa exactamente igual que el Rodinal y con los mismos tiempos de revelado.

Pocos más se animaron con la fotografía argéntica. Pero alguna Olympus Pen y alguna Nikon F90 se vio por allí.

Fotos dispuestas para el intercambio. La mayor parte de ellas, no todas, en color, aunque aquí se vean en blanco y negro.
Kino, dando instrucciones para la foto final, a punto de caer al Ebro, que con la sequía, tiene un estado muy tristón.

Tras la foto de grupo final y los intercambios de fotografías, no quedaba más que ir a comer aquellos que así lo habían decidido en un restaurante próximo en eso que se llama habitualmente "comidas de confraternización". Que también fueron precedidas y seguidas por los aperitivos cerveceros o los cafés o los mojitos tras la comida.

Fue una fiesta. Y como tal lo pasamos. Habría podido poner todavía más fotografías, pero algún límite tenía que establecer. En cualquier caso, esperamos que dentro de dos años podamos celebrar la cuarta edición. Y si fuese posible con más asociaciones y grupos sumándose al evento y celebrándolo fuera de Zaragoza, aun riesgo de que fuese menos numeroso, mejor. Pero hay que abrirse a todo el mundo. Cuanto más, mejor.

Uno de los grupos más alegres y simpáticos apurando unas cervezas antes de pasar al comedor.

Quedada "analógica" en El Gran Capitán y Cartuja de Aula Dei - En blanco y negro

El buen sabor que dejó el Encuentro "Analógico" entre socios de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza (AFZ) y participantes en el grupo Fotógraf@s en Zaragoza (FeZ) hace unos meses hizo que con frecuencia comentáramos la posibilidad de repetir estos encuentros de modo más frecuente. Y después de diversos contactos más o menos informales surgió la iniciativa de realizar una quedada "analógica" el sábado 19 de noviembre de 2016. Mantengo la palabra "analógica/o" entre comillas porque como ya he comentado en alguna ocasión no estoy de acuerdo con esta forma de designar a la fotografía con película tradicional basada en los haluros de plata. Fotografía fotoquímica me ha parecido siempre un término más adecuado para lo que no es captura electrónica, llamada también digital. Pero como intentar luchar contra "todo el mundo" es una guerra perdida, lo dejaremos en quedada "analógica".

El destino principal de la quedada iba a ser la Cartuja de Aula Dei, a pocos kilómetros de la ciudad de Zaragoza. Un destino complejo para fotografiar con película tradicional, ya que exteriores e interiores cuentan con condiciones de luz muy diversas. Desde un día de sol radiante a las puertas del monasterio cartujo, hasta la penumbra de la iglesia y los claustros del mismo. A continuación el equipo que me llevé al encuentro.

Las tres cámaras que llevé a la quedada. Como principales, la Plaubel Makina 67 y la Leica M2, esta con focales Zeiss Biogon-C 35/2,8, Zeiss Planar 50/2 y Leitz Elmar-C 90/4. Para un uso casual, la pequeña Olympus Pen EE3, de la que no tengo disponible todavía ninguna fotografía. Hice pocas con esta cámara.

Como el acuerdo con los gestores de las visitas a la cartuja es que nos apuntaríamos a la visita de las 12 del mediodía, decidimos pasar la primera parte de la mañana en los alrededores del campo deportivo de El Gran Capitán en Montañana, donde podían surgir variadas posibilidades fotográficas; fotografía deportiva, paisaje, fotografía de entorno industrial,... Para esa primera parte del encuentro decidí utilizar mi reciente adquisición, la Plaubel Makina 67. Utilicé dos carretes de 120, un Kodak Ektar 100 expuesto a su sensibilidad nominal y un Kodak Portra 400, expuesto a IE 100-200, con el fin de aumentar la saturación de la imagen y reducir el grano. No he recibido todavía el revelado de estos carretes. Lo dejaré para otro día.

Una vez en la Cartuja de Aula Dei utilicé dos equipos. En primer lugar, en la Makina 67 cargué un carrete de 120 de Kodak Tri-X 400 para fotografías de exterior.

En las fotografías resultantes observé dos cosas. Una ya la había constado en los carretes que había expuesto hasta ahora con ella. La cantidad de información que proporciona el negativo de 69 x 55 mm, a poco que la exposición del mismo esté cuidada, hace que el manejo de estos fotogramas sea comodísimo y muy agradable. Con el fin de ensayar nuevas cosas, decidí que a los negativos en blanco y negro de esta quedada iba a aplicar el revelado desatendido con revelador Kodak HC-110. Ahora voy un poco con el detalle técnico del mismo.

En el caso del carrete expuesto con la Makina 67, para el que usé un índice de exposición de 250 en lugar de su nativo 400, lo que da negativos algo más densos, usé el revelador muy diluido, 1:160, en revelado desatendido, es decir, sin agitación o con una agitación mínima, durante una hora. El resultado fue bastante bueno. Dando el tamaño del negativo y la ligera sobrexposición de 2/3 de punto, el grano no es muy aparente, la gradación tonal muy buena gracias al efecto compensador. El detalle en los sujetos fotografiados bastante bueno, salvo porque...

Efectivamente, observaréis que en algunos fotogramas se observan luces parásitas, que en carretes anteriores achaqué a la utilización de filtros y demás, y que ahora empiezo a considerar si la cámara, a pesar de su impecable aspecto exterior e interior, podría tener alguna "fuga" de luz en el fuelle del objetivo retractil. No pasa siempre. Cuando no pasa, las fotos quedan impecables, muy nítidas. Pero a veces pasa y me hace pensar el llevarla a un servicio técnio a hacerle un chequeo. Es el problema de las cámaras clásicas compradas de segunda mano. Que siempre pueden tener algún problema de fatiga de materiales inaparente que aparece cuando se las empieza a usar con cierta asiduidad.

Además, el parasol que me he buscado es un poquito largo para la focal del objetivo, y viñetea algo. A ver como vienen las fotografías en color.

Para la visita al interior de la cartuja, opté por la ligera Leica M2. En principio con el razonablemente luminoso Zeiss Planar 50/2, y también con película Kodak Tri-X 400 pero expuesta a un índice de exposición de 1600. Dos pasos de subexposición a compensar en la medida de lo posible en el revelado.

También en este caso utilicé el revelado desatendido con Kodak HC-110, pero con alguna diferencia. Dado que había que compensar en la medida de los posible esos dos pasos de subexposición, decidí diluir solo has 1:100, con el fin de dar un poco más de intensidad al revelado, manteniendo el espíritu del revelado compensador del revelado desatendido ("stand development" en inglés). Dada la escasez de luz en algunas estancias del interior del monasterio, la velocidad de obturación usada en ocasiones fue un poco baja, dando lugar a algún negativo, no muchos, con falta de nitidez debido a trepidación. Pero la ausencia de espejo en movimiento en la Leica hace que se puedan usar velocidades de obturación más largas.

El resultado ha sido razonablemente bueno. Así como los negativos de la Makina 67 han sido digitalizados con el Epson Perfection Photo V600 a una resolución de 1800 pixeles por pulgada, para un tamaño de imagen de en torno a 20 megapixeles, los negativos de la Leica M2 han sido digitalizados usando la cámara Panasonic Lumix GM5 con el objetivo Panasonic Leica DG-Macro Elamrit 45/2,8 ASPH OIS. Una vez recortado lo que sobra por el hecho de que el formato del sensor y el de los negativos no es homólogo, te quedas con unos archivos de un tamaño entre 10 y 12 megapixeles. La digitalización en el V600 en esas condiciones óptimas de 1800 pixeles por pulgada, daría solo 4 megapíxeles, aproximadamente.

En un momento dado, utilicé también el objetivo Zeiss Biogon-C 35/2,8, un paso menos luminoso, pero que también se puede usar a una velocidad de obturación más lenta, con el fin de aumentar el ángulo de toma en los interiores del monasterio. Siempre me sorprende cómo un diseño tan antiguo como el de este Biogon, con los vidrios modernos que aplica Cosina, el fabricante, por indicación de Carl Zeiss, el diseñador y propietario de la marca, proporciona unos resultados tan buenos.

Por último, antes de finalizar la visita al interior del monasterio, aún me atreví a usar el teleobjetivo de Leica, el Elmar-C 90/4, simpático objetivo diseñado como compañero de la Leica CL, y cuya utilización es delicada en interiores por la limitada apertura máxima y porque hay que usar una velocidad de obturación más elevada. Osé usarlo a una velocidad de obturación de 1/60 s, y obtuve algún fotograma curioso, mejor de lo que esperaba. Con un poco de entrenamiento supongo que el porcentaje de fotos aceptables aumentaría.

De momento, nada más. A la salida del monasterio, con el carrete de Tri-X de la Leica M2 agotado, le puse un carrete en color de Portra 400 que terminé de exponer al día siguiente. Tampoco lo he recibido todavía porque ha viajado a Carmencita Film Lab con los de medio formato. Ya os contaré cuando tenga los resultados.

Nada más de momento.