La fotografía como afición y otras artes visuales

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Película negativa en blanco y negro de muy baja sensibilidad - Praktica MTL5 y Lomography Fantôme 8

Comentaba en una entrada con un título similar a la de hoy hace algo más de dos semanas mi experiencia usando una de las películas de muy baja sensibilidad y alta nitidez y resolución que Lomography sacó al mercado el año pasado. Recuerdo que me llegó la oferta de prelanzamiento durante las semanas de confinamiento de la población. Y que no me decidí a aceptarla porque había que comprar los rollos de cinco en cinco y por la incertidumbre sobre cómo iba a evolucionar la epidemia y el retorno de nuestra libertad de movimientos. Y de practicar nuestras actividades de ocio como mejor nos parezca, por lo tanto. Así que fue esta primavera cuando me hice con un rollo de la Babylon 13, de la que ya os hablé, y la Fantôme 8, que es la que nos ocupa hoy.

Un breve recordatorio sobre el origen y las características de las películas Lomography Kino. Aunque nadie lo confirma con claridad, comparando sus características con el catálogo de ORWO Filmotec Special Films, parece que todas ellas proceden de las películas cinematográficas ORWO que este fabricante tiene actualmente en catálogo. Si la Berlin 400 y la Potsdam 100 tendrían su origen en el material sensible para el rodaje de películas de cine, la Babylon 13 y la Fantôme 8 tendrían su origen en el material sensible para la duplicación de otras películas. La Babylon 13, algo más sensible, tiene un contraste poco acentuada, con amplia gradación tonal, mientras que la Fantôme 8, como comprobaremos, tiene un contraste marcado, con una gradación tonal más estrecha, con transiciones más bruscas entre las sombras y las luces.

Desde el primero de julio vengo participando en una de estas "fiestas" fotográficas virtuales que se organizan en las redes sociales y que no son más que una excusa para hacer fotos y compartilas en las mismas. En esta ocasión, organizada desde Twitter por @ShittyChallenge, la fiesta es la #CrappyCommieCameraParty o CCCP. Es decir, la fiesta de las cámaras comunistas zarriosas. Y de lo que se trata es de usar cámaras y objetivos fabricados en los países que pertenecían al bloque soviético durante la guerra fría. Creo que también incluyen lo fabricado en la República Popular China, que no deja de ser un país gobernado dictatorialmente por un partido que se dice comunista... a pesar de ser un paraíso para el capitalismo más duro. Pero como se fabrica tanto hoy en día en ese país, ya no tiene gracia. Yo me apunto con material del antiguo telón de acero. Que por sus dudosos niveles de calidad, podría ser estupendo... o un zarrio. "Crappy" en inglés.

He usado ya tres rollos en color, que he mandado a revelar y podré mostrar en agosto, cuando vuelva de vacaciones, si consigo irme, y un par en blanco y negro. De los cuales, el primero, fue la Lomography Kino Fantôme 8, que expuse utilizando la Praktica MTL 5, fabricada en la antigua República Democrática de Alemania, con un Helios 44-2 58/2,8, de la antigua Unión Soviética. Aunque expuse las fotos en días luminosos con abundante luz, con sólo ISO 8 de sensibilidad, y con una velocidad de exposición mínima de 1/60 segundo, que aun así es arriesgada por la mala ergonomía de la cámara para evitar trepidaciones, las aperturas de trabajo oscilaron entre el f/2 y el f/5,6 en los momentos de luz más abundante.

El revelado de la película lo hice siguiendo las recomendaciones de Lomography. El revelador que recomiendan para estas cámaras es el D96, un revelador habitual en cinematografía, lo que vendría a confirmar el más que probable origen de las películas. Pero después de este, el que más recomiendan es el Kodak HC-110, dilución B (1+31), durante 7 minutos a 20 ºC, con el habitual ritmo de agitación al principio de cada minuto. Fijado como de costumbre, los negativos fueron digitalizados con la Panasonic Lumix G100 y el Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8 ASPH OIS. La Praktica MTL 5 es una cámara mecánica que lleva incorporado un fotómetro que funciona con una de estas malditas pilas de mercurio que ya no se fabrican. En lugar de buscar alternativas que no siempre van bien, usé mi fiable fotómetro de mano, el Gossen Digisix. Lo cierto es que la mitad del rollo, que hice un jueves por la tarde, tiene una exposición perfecta, mientras que la otra mitad, que expuse un sábado por la mañana, tiene una sobreexposición sistemática de al menos un paso. No sé muy bien el porqué. No soy consciente de haber hecho nada raro o distinto.

Descartando la elevada densidad de los negativos sobreexpuestos, estos se muestran muy contrastados. Y cuando se digitalizan con la cámara digital, el archivo resultante tan apenas hay que tocarlo de contraste. Los archivos procedentes de los negativos sobreexpuestos hay que reajustarles los tonos medios, pero poco más. He de decir que, efectivamente, es una de las películas más contrastadas que he usado, aunque no llega a los extremos de unos de origen Kodak que me regalaron hace unos años. La cuestión es que, aunque la película es contrastada, ni en las circunstancias más desfavorables quedan bloqueadas las luces o empastadas las sombras. Con lo cual, aunque tienes que tener cuidado con la exposición, porque los márgenes de error no son grandes, y siempre más favorables a la sobreexposición, tampoco es intratable.

Busqué para ella, especialmente el segundo día, cuando paseé por entornos industriales o ferroviarios, sujetos con detalles finos, por intentar hacerme una idea sobre la nitidez de la película, que se presupone alta. Pero en el fondo, esto fue una "tontá" por mi parte, al usar el equipo que usé. Realmente, la impresión que da en aquellos fotogramas expuestos con las aperturas más idóneas, o sea f/5,6, que la nitidez es elevada. Mi impresión es que los 20 megapíxeles de la cámara digital no son suficientes para extraer todo el jugo a los negativos. Los archivos resultantes quedan bien, se pueden hacer copias de buen tamaño, pero tiene sus límites. El problema es que el Helios 44-2, cuando bajas de f/5,6 y abres más el diafragma, empieza a notarse que su rendimiento en las esquinas es justito. Y con una película nítida, aun se nota más. No nos olvidemos que el tan "admirado" Helios 44-2 no deja de ser un clon de los Biotares de Carl Zeiss en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Fórmulas ópticas similar a los Planar, pero sin el esfuerzo de investigación y desarrollo posterior. Bueno... pues eso. Esto es lo que ha dado de sí estos negativos de muy baja sensibilidad de Lomography. Una curiosidad. Pero no muy interesantes, para mis usos personales, en realidad.