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Madrid con película negativa en color (I) - Pentax MX y Kodak Gold 200

Os hablaba el otro día de los rollos de película negativa en color Kodak Gold 200 que compré hace unas semanas. Una película que he utilizado poco, y sobre la que todavía no sé que opinar con precisión. Si ese punto intermedio en sensibilidad y características entre la ProImage 100 y la UltraMax 400, hablando de películas para aficionados, la hace apta para todo, pero realmente buena para nada. El jurado, ese que tengo en mi cabeza rumiando las experiencias, todavía no se ha pronunciado.

Si fuera por los resultados del rollo que os comentaba hacer unos días, el veredicto tendría que ser razonablemente positivo. Pero,... al mismo tiempo que ese rollo, me llegaron los resultados de otros dos que me llevé a Madrid el primero de febrero, con intención de usarlos con la Pentax MX calzada con un SMC-M 50 mm f1,4. Una combinación que tradicionalmente me ha funcionado muy bien.

La cuestión es que los resultados no han acabado de ser satisfactorios. En el plano de la calidad técnica de la imagen; en el plano de las fotos realizadas, hay unas cuantas de las que me siente plenamente satisfecho como documento del viaje a conservar. Pero cuando me detengo en lo que es la nitidez, el grano de la película y algunos otros aspectos,... ya no estoy tan convencido

Entendámonos, ninguna catástrofe. Las fotos son válidas. Pero no mejores que otras películas de marcas con menos pedigrí, o de sensibilidades superiores. Mi primera impresión es que quizá hice algo mal a la hora de medir la luz, los negativos quedaron subexpuestos en cierta medida, y eso provoca un aumento del grano y una menor nitidez. Pero no todos los síntomas esperables de una subexposición estaban presentes en las fotos. Por otra parte, el laboratorio, Carmencita Film Lab, me informaba en su correo de remisión de los archivos de las fotos digitalizadas, que habían encontrado que la película estaba correctamente expuesta.

No tengo todavía los negativos físicos en mi poder. Como regla general, solicito la devolución de los negativos un par de vez al año. Para ahorrar en gastos de envío. Supongo que hacia junio pediré de vuelta los negativos de la primera mitad del año. En cualquier caso, comparando con mi experiencia acumulada con la Kodak UltraMax 400... diría que dadas las mínimas diferencias, es preferible la película ISO 400 por su mayor reserva de sensibilidad. Si necesitas abrir el diafragma, te llevas un filtro de densidad neutra y solventado el problema. En fin... en unos días os hablo más de esto, porque terminé el día de viaje con un rollo de UltraMax 400.

Kodak Gold 200, una desconocida para mí - con Canon EOS 3

A todos los aficionados a la fotografía con película tradicional que nos gusta hacer fotos con película negativa en color preferiríamos utilizar siempre las Kodak Portra, la Kodak Ektar, o las equivalentes de Fujifilm que aun queden... que me parece que sólo es la Fujifilm Pro 400H, y limitada en formatos. Son películas excelentes, lo más avanzado en desarrollo y tecnología fotoquímica, con grano fino y buena definición, y tonos muy agradables. Pero son caras, bastante caras. Por lo que muchos las reservamos para determinados trabajos, optando por las gamas de aficionado que quedan todavía en el mercado. Que no son tan estupendas, pero pueden estar bastante bien.

Esta dos primeras fotos fueron hechas con la focal de 40 mm; el resto con la de 50 mm.

Desde hace un tiempo, prefiero las de Kodak, sin que las Fujifilm Superia me disgusten. Utilicé bastante la Kodak ColorPlus 200, bastante económica y con resultados más que dignos. Pero últimamente no la encuentro. Desconozco si la han eliminado o si sufre una rotura de stocks temporal. En cualquier caso, en los últimos tiempos me he defendido bastante bien alternando, según necesidades, entre la Kodak ProImage 100 y la Kodak UltraMax 400. La primera de ellas me gusta bastante; obviamente no tanto como la Kodak Ektar 100 o la Kodak Portra 160,... pero bastante. Y la segunda, es un compromiso adecuado, aunque después de probar películas ISO 400 como la Portra 400 con su fino grano, el de la UltraMax me resulta un tanto grosero. En cualquier caso, a finales de diciembre estuve de compras en la tienda de Zaragoza donde suelo adquirir película, vi que tenían Kodak Gold 200 y cogí algunos rollos.

Este que presento hoy es el primero de ellos. Lo expuse en la segunda semana de enero de 2022. Salvo algunas fotos al principio del rollo, el resto son fotografías mañaneras, cuando el sol todavía no se ha elevado mucho sobre el horizonte. Sol de invierno, por lo que tarda más en volverse aburrido fotográficamente hablando. Para no errar el tiro y evaluar correctamente el rendimiento de la película, asegurando una exposición impecable y una nitidez óptica suficiente, la usé con la Canon EOS 3. Salvo algunas fotos al principio del rollo, que están hechas con el EF 40 mm f2,8 STM, la mayoría de ellas están hechas con el EF 50 mm f1,4 USM. Este objetivo, aunque ha cogido mala fama en los tiempos digitales, me parece bastante más que razonable para usarlo con película tradicional. Especialmente si cierras el diafragma un par de pasos, y a partir de ahí.

Dejando de lado que el laboratorio me ha dejado unas dominantes cálidas, amarillas más bien, no difíciles de eliminar en los archivos digitalizados, por lo demás la película ha funcionado más bien. Dentro de unos días comentaré algunos rollos más de este lote, donde los resultados no fueron tan satisfactorios. En general la definición de los detalles es buena; el grano es apreciable pero contenido, en lo esperable para una ISO 200 para uso común.

¿Es mejor que la Kodak ColorPlus 200 que ahora no encuentro? Dicen que sí. Y que por eso es algo más cara. Pero yo no tengo tan claro que los resultados me gusten más. Y es algo más cara. De hecho, creo que prefiero seguir con las dos alternativas de ISO 100 y 400, la ProImage y la UltraMax. Me ha pasado con frecuencia. Que las películas ISO 200 son una tierra de nadie. Sin la limpieza de imagen de las ISO 100, y sin la capacidad de aguantar con poca luz de las ISO 400. Pero bueno... en un momento dado, a falta de pan, buenas son tortas. Una película que se puede usar y disfrutar sin problemas. He de decir que seguro que en el pasado he usado películas Kodak Gold, porque es una denominación muy antigua para películas que han ido evolucionando. Pero hasta ahora no me había puesto a mirarlas de cerca para elegir con criterio.

N.B.: He hecho un repaso a publicaciones antiguas en este u otros blogs personales, y he encontrado dos referencias a Kodak Gold 200. Y una relativamente reciente, de la que no me acordaba, expuesta con la Canon EOS 650. Y mis impresiones en ese momento fueron más favorables. Incluso comparándola con la Kodak ProImage 100... Bueno... ya veremos,... como dijo un ciego a otro ciego...

Kodak Gold 200 con Canon EOS 650, tras observar los resultados de la Pro Image 100

El sábado pasado os presentaba los resultados del primer carrete de película Kodak Pro Image 100, una película que lleva poco tiempo comercializada en Europa y que ha levantado muchas expectativas. No es nueva, como indicaba, ya que llevaba tiempo comercializándose en otros continentes. El caso es que cuando mandé a revelar el carrete que presentaba ese día fue acompañado por otro de Kodak Gold 200 que había expuesto también con la Canon EOS 650, con el EF 28/1,8 USM o con el EF 40/2,8 STM unas semanas anteriores al Pro Image 100. El sábado no se me ocurrió ir comparando los resultados de ambos carretes, pero cuando me dediqué al Gold 200, me pareció que sí que había materia para un comentario.

La Kodak Gold 200 ya la había usado previamente. Pertenece a una gama de películas que está, al menos en teoría, un nivel por encima de las opciones más económicas como la Kodak ColorPlus 200 o la Fujicolor C200, pero por debajo de las opciones profesionales de ambos fabricantes. Lo cierto es que mis experiencias previas no eran malas, habiendo comprobado que no hay ningún problema para exponerla a un índice de exposición de 100 con buenos resultados.

Si comparamos las fichas técnicas de ambas películas, Kodak Gold 200 y Kodak Pro Image 100, vemos que plantean algunas diferencias. Obviamente la sensibilidad nominal, ISO 100 en la Pro Image 100 e ISO 200 en la Gold 200. Las características de conservación de la película. La Gold 200 estaría bajo la recomendación general de guardar a la fresca, mientras que la Pro Image 100 se publicita como una película que se puede conservar a temperatura ambiente. Y una cuestión sobre el rendimiento de la emulsión, la Gold 200 se anuncia como una película de tonos saturados polivalente, mientras que en la Pro Image 100 se insiste en la excelente reproducción de los tonos de la piel. Otra cosa que llama la atención es que en la hoja de la Gold 200 se insiste en la grano fino, mientras que la de la Pro Image 100, menos sensible, no se menciona. La cuestión es que según el particular índice de grano en la copia de Kodak que aparece en ambos folletos, el de la Pro Image 100 sería de 43 para una copia de 10 x 15 cm (tamaño postal), y el de la Gold 200 de 44. Prácticamente, el mismo. Según ellos, para que se aprecie diferencia entre dos emulsiones, debe haber una diferencia de al menos 4 unidades, para el promedio de los observadores. Si no lo he entendido mal.

El carrete lo usé en dos circunstancias o escenarios. En primer lugar, en la última visita que hicimos al Museo Pablo Gargallo un primer domingo de mes, el mismo día que llevé la Holga 120N con la Ilford Delta 3200, me llevé la EOS 650 con la Gold 200 y el EF 28/1,8 USM. Este angular muy luminoso de Canon nunca tuvo mucho predicamento, y mucho menos cuando llegó la tecnología digital. Sin embargo, a mí siempre me ha procurado unos resultados correctos. Con película tradicional aprovechables en general en toda la gama de aperturas. Con digital, quizá convenga diafragma para conseguir unos buenos resultados que, sin ser brillantes, no dejan de ser aprovechables. A pesar de ser fotografía en interiores con sólo ISO 200, la alta luminosidad del objetivo me permitió obtener resultados razonables. Como el carrete que comentaba el sábado, las fotos han sido reveladas y escaneadas en Malvarrosa Film Lab.

El resto del carrete es más comparable al Pro Image 100. Fotografías en exterior, a ser posible a partir de las siete de la tarde, lo cual todavía es mucha luz en verano y en Zaragoza, y con el EF 40/2,8 STM, que ofrece una solución bastante ligera para pasear por la ciudad. Aquí es donde más me han llamado la atención los resultados. Por más que miro los archivos escaneados, con una resolución de casi 20 megapíxeles, a pesar de ser la Gold 200 una película más sensible, yo percibo menos el grano y percibo más nitidez en la imagen que con la Pro Image 100. Y las diferencias en los colores no me parece muy acusada; quizá algo más saturado, como se anuncia por parte del fabricante, en la Gold 200, pero dentro de unos límites razonables para permitir su uso general y no para ser destinada a un uso especializado como la Ektar 100. Si miro precios, en la primera página que me viene a la cabeza, encuentro que el precio de la caja de 5 carretes de Kodak Pro Image 100 es de 27,40 euros, IVA incluido, lo que supone un precio unitario de 5,48 euros por carrete de 36 exposiciones. El Kodak Gold 200 está a 4,22 euros, IVA incluido, por carrete de 36 exposiciones.

Sinceramente, para mí no tiene sentido el dudar. Siendo un 23% más barata, con una buena tonalidad muy polivalente en el color y con un grano muy similar según la hoja técnica, y según mi impresión subjetiva menor, la Kodak Gold 200 sería una película de elección. Salvo que queráis aprovechar esas características de alta resistencia al calor y la humedad que se dan en los países tropicales para los que estaba destinada en origen la Kodak Pro Image 100. Más clara, agua.

Poniendo en marcha de nuevo la Minox GT-E

Durante unos diez años, desde 1990 o 1991 cuando la compré, hasta el año 2001 cuando la perdí, hubo una cámara a la que tuve mucho cariño, que usé bastante y que me acompañó en muchos viajes. Se trataba de la Minox 35 ML, una pequeña cámara compacta, de enfoque manual por estimación, exposición por prioridad a la apertura, del tamaño de una cajetilla de cigarrillos, muy bolsillera, y que tenía como una de sus principales cualidades un objetivo Color-Minotar 35 mm f/2,8, un objetivo de fórmula sencilla, tipo Tessar, cuatro lentes en tres grupos, que daba una calidad mucho mayor de lo que uno podía pensar. Cuando iba de viaje en aquella década, llevaba una cámara réflex, Canon EOS 100, con película diapositiva en color. Y la pequeña Minox con película negativa en blanco y negro. Lo pasé muy bien con ella.

Pero como he dicho al principio, la perdí. En unas vacaciones en Bélgica, en un caluroso, muy caluroso para aquellas latitudes, día de verano, en un tren que nos llevaba desde Lieja a Lovaina, la llevaba en el bolsillo de los pantalones bermudas, y se salió. Se quedó en el tren. Nunca me llamaron de la oficina de objetos perdidos de Bruselas Central donde la reclamé para devolvérmela. Supongo que quien la encontró, se la quedó. Cuando volví de vacaciones, unas semanas más tarde, en un viaje en el día a Barcelona, vi en una tienda de la calle Pelayo una Minox GT-E, entre... y me la compré.

He de decir que, siendo muy similares, no son iguales. El objetivo de la GT-E es un MC Minoxar 35 mm f/2,8. Teóricamente mejor por dos motivos. La distancia de enfoque mínima del Color-Minotar era de 90 cm frente a los 70 cm del MC Minoxar. Esta diferencia es relativa, porque con una cámara que tienes que enfocar por estimación, y a una distancia tan cercana, en la que el error de paralaje del visor es grande, pocas veces se usa en fotografía de aproximación. El segundo motivo es que las lentes del MC Minoxar tiene revestimiento multiple [MC = multi coated], frente al revestimiento sencillo del Color-Minotar. Esto le dotaría de mayor contraste por una mayor resistencia a los reflejos externos e internos. Pero no nos olvidemos que es una fórmula óptica tipo Tessar, en la que las superficies vidrio-aire son muy pocas, por lo que ese dato es menos importante que en otros objetivos con más lentes en su fórmula óptica.

La Minox 35 ML tenía una gran ventaja sobre la Minox GT-E. Como he dicho, la exposición se hace mediante un automatismo de prioridad a la apertura. Tú eliges el valor del diafragma, y la cámara te propone una velocidad de obturación que aparece indicada en el visor. Ambas cámaras tiene un interruptor x2, que disminuye un paso la velocidad de obturación, duplicando la cantidad de luz que llega a la película. He oído en algunos sitios que estaba ahí para compensar la pérdida de luz de un hipotético filtro amarillo o de densidad neutra. Tonterías. El objetivo está diseñado para que si le pones un filtro también cubre la célula del fotómetro, por lo que no es necesaria esa compensación. Además, como he tenido los manuales, sé perfectamente que el fabricante llamaba a este interruptor "el control de contraluces" o algo así. Es decir, estaba pensado para evitar que en caso de contraluz, el sujeto principal quedase negro y silueteado. Pero en cualquier caso, se puede usar en cualquier situación que precise una compensación de la exposición de un paso extra, como en lugares con nieve, en la playa o con superficies claras. No existe ninguno al contrario, para quitar luz. Pero si se usa película negativa, no suele tener importancia una sobreexposición de un paso.

Otra cosa es que quieras medir con precisión. Por ejemplo, si usas película diapositiva, cosa que yo hice alguna que otra vez. Con la Minox GT-E la única forma de compensar es modificando el valor ISO del exposímetro. Si usas una película de ISO 100 y quieres subexponer un paso, lo pones a ISO 200. Si lo quieres sobeexponer un paso, lo pones a ISO 50. Ya está. Pero tienes el problema de que si te olvidas de volver a la posición normal,... yerras la exposición en varios fotogramas, hasta que te das cuenta.

La Minox 35 ML tenía algo mucho mejor. Como en otras cámaras con automatismos que se hicieron después y hasta ahora, si pulsas hasta la mitad de su recorrido el disparador de la cámara y luego reencuadras manteniendo esta pulsación parcial, puedes retener la exposición adecuada midiendo un área con unos valores de luminosidad apropiados. La Minox GT-E carece de esta funcionalidad,... y cuando la compré, lo odié. Y puesto que por aquel entonces ya tenía desde hacía unos años la Olympus mju-II, que compré para llevármela a esquiar por su resistencia a las salpicaduras, la empecé a usar con preferencia a la Minox en muchas circunstancias. Y en 2003 llegó mi primera compacta digital... La GT-E pasó a reposar en un cajón.

En los últimos años he querido volver a ponerla en marcha. Pero cometí un error que lo evitó. Pensé que por las dimensiones de la compartimento para las pilas, en lugar de usar las dos pilas de litio de 3V cada una que se supone que deben usar, difíciles de encontrar en estos momentos en los comercios, le puse combinaciones de cuatro pilas LR44, muy fáciles de encontrar, de 1,5V cada una. Las dos combinaciones dan los 6V requeridos. Y según mi apreciación, el tamaño final era el mismo. Pero la cosa no funcionaba bien. Y con frecuencia dejaba de funcionar con las pilas todavía frescas. Nunca he sabido exactamente si el problema es que las pilas alcalinas entregan la potencia de forma distinta a las de litio y eso genera problemas, o si es que las cuatro pilas LR44 son ligeramente más cortas que las dos Varta CR 1/3N, y perdían el contacto de vez en cuando, dejando de alimentar la cámara. Finalmente, harto de hacer el vago con la cuestión, hace un par de meses comprobé que en Amazon tenían las pilas adecuadas, las encargué... y la cámara funciona sin problemas. Ya sabéis, cuando todo falle, y si no queda más remedio, leed y seguid las instrucciones.

El bautismo de fuego de la recuperación de la Minox GT-E fue la FP4Party de febrero de 2019. Le puse la Ilford FP4 Plus y salí a hacer fotos. Las que veis en este artículo en blanco y negro corresponden a ese carrete. Lo cierto es que disfruté mucho. Recordé que, a pesar de ese inconveniente con la medición de la luz que he indicado, es una cámara muy divertida. Espontánea, pero usándola con talento. Discreta, muy discreta. Y rápida de usar, una vez que asimilas su carácter, que exige ser muy previsor y preparar la cámara de antemano. Usando película negativa, el interruptor x2 suele ser suficiente para evitar subexposiciones. El carrete lo revelé al mismo tiempo que los rollos que hice con la Hasselblad... y me llevé la desagradable sorpresa de que estaban muy densos, a pesar de haber sido expuestos a un índice de exposición de 200, con la prolongación debida en el tiempo de revelado. El revelado fue con Kodak HC-110 en dilución C (1+19), durante 7 minutos a 21 ºC. Lo inmediato fue pensar que algo iba mal en la cámara.

Para comprobarlo, la cargué con un carrete de Kodak Gold 200, al que corresponden las imágenes en color que veis en esta entrada. Y la mandé a revelar a Carmencita Film Lab, avisándoles del posible problema, para que me hicieran un comentario de valoración de la densidad de los negativos. No me han llegado de vuelta todavía, pero sí el comentario de valoración que me dice... que están muy correctamente expuestos. Así que la metedura de pata fue de otro tipo. Volveré a hacer algún otro carrete de prueba antes de darla por totalmente apta para el servicio. Cosa que espero que suceda, porque tengo intención de llevármela a París en Semana Santa. Probablemente con unos carretes de Ilford XP2 Super 400, que son mis ideales para viajar. Ya os contaré.

Paseos ciudadanos con Kodak Gold 200

He de confesar que me desconciertan las gamas de películas negativas en color de las principales marcas que todavía fabrican este tipo de producto. Especialmente, cuando encuentras una serie de películas en la sensibilidad ISO 200, teóricamente de gama baja o normalita, de precios económicos, y que reciben una multiplicidad de denominaciones. En un momento dado, desconozco cuáles son las diferencias entre ellas, o si incluso son las mismas películas con distintas denominaciones y envasados.

Así, encontramos que Kodak tiene dos películas negativas de este tipo, la ColorPlus 200, que ya he utilizado en alguna ocasión y la Gold 200. Parece que son dos emulsiones distintas, en la que la segunda, la Gold 200 tendría un grano más fino y algo más de saturación, y es más cara. Pero no faltan las opiniones de quienes han observado que la Gold 200 es más fácil de encontrar en América y la ColorPlus 200 en Europa y otros continentes, por lo que podría ser una segmentación de la marca por mercados geográficos. Yo he probado los dos, quizá la Gold 200 que es la que he usado en esta ocasión sea más saturada, pero no tengo clara que tenga más calidad intrínseca. O incluso que ese gran más fino lo sea a un nivel significativo.

También Fujifilm parecía tener una duplicidad similar con su C200 y su Superia 200, pero esta última aparentemente ha desaparecido del mercado y los catálogos. Pero aquí lo podemos liar todo de nuevo si consideramos que parece demostrado que la C200 se comercializaba también como Agfaphoto Vista 200,... aunque esta variante también parece que ha desaparecido del mercado.

No me extenderé mucho. Hace unos pocos meses, tuve la oportunidad de comprar unas cuantas Kodak Gold 200 a buen precio y las voy usando en mis paseos por la ciudad. A final de año, cargué un carrete de esta película en la Pentax MX, que me ha acompañado en distintas situaciones en las primeras semanas del año. En artículos previos sobre la FP4Party, he hablado de fotografía en distintos lugares, donde también me acompañó la MX con la Gold 200. Bien en las actuaciones musicales de Las Armas, o bien paseando por la rivera del Canal Imperial de Aragón a su paso por Zaragoza.

Siempre se ha dicho que las películas Kodak en color están sesgada hacia los colores cálidos, especialmente el amarillo, mientras que las Fujifilm lo hacen hacia los colores fríos. El revelado realizado por Revelatum Revelado Analógico, de bastante buena calidad en su nitidez y limpieza, sí que peca de un exceso de amarillo, que no sé si atribuir a las características de la película o a las preferencias del operador. En cualquier caso, en alguna de las fotos que aquí os presento he tratado de corregirlo algo, pero todavía se pone de manifiesto.

Resumiendo, una película razonable, aunque siempre me ha parecido que la sensibilidad ISO 200 está ahí en medio, en tierra de nadie entre los 100 y los 400. Si buscas más calidad, y unos tonos más matizados, para trabajos con más exigencia, yo optaría por las películas de ISO 160 que tanto Fujifilm como Kodak tienen en catálogo, la Fujicolor Pro 160NS, que puede que esté fuera de catálogo ya, o la excelente Kodak Portra 160. También se puede optar por usar las películas profesionales de ambas marcas de ISO 400, con una sobreexposición de un paso, algo que hacen muchos fotógrafos, y que mejora el grano de las mismas, la Fujicolor Pro 400H o la Kodak Portra 400.