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Pentax SMC Soft 85 mm 1:2,2 - Objetivo "soft focus"

Cuando os hablaba hace unos días de mi última incorporación al "establo" de objetivos Leica, os mostraba un par de fotografías del chisme acoplado a sendas cámaras alemanas, y estas fotografías tenían un aspecto curioso. Parecían no estar bien enfocadas. La imagen estaba difuminada. Esta apariencia no estaba conseguida mediante artificios informáticos. No había extraños procesado en Photoshop, o mejor dicho en Lightroom o Affinity Photo, que es el software que vengo usando últimamente. Eran fotografías tomadas así directamente en la cámara. Y es que con el Summarit de Leica viajó hasta mi casa un objetivo para el "establo" de Pentax que hace tiempo que había despertado mi curiosidad. Se trata de un objetivo del tipo de los llamados "soft focus". Ahora os comento más sobre él. De momento, veamos que aspecto tiene la bestia.

Os mostraré sus características principales montado sobre una Pentax MX. No es que sean exactamente contemporáneos ya que la cámara se fabricó entre 1975 y 1985, mientras que el objetivo data del período entre 1986 y 1990. Pero en principio está más asociado a la tecnología de aquella época que a la actual.

El objetivo no es muy grande, pero la cámara es realmente una de las réflex más ajustadas de tamaño, y el conjunto tiene un aspecto cabezón. Especialmente por el amplio tamaño de las lentes del objetivo, dos lentes en un grupo, que se sitúan en la parte frontal, por delante del diafragma. Una fórmula extremadamente sencilla. La base del efecto "soft focus" o "flou artístico", como se le ha llamado en nuestro país, es que la fórmula óptica del objetivo no corrige la aberración esférica, que hace que los rayos de luz que atraviesan el objetivo por distintos puntos no confluyan en el mismo plano, en el de la película. Como la abertura máxima es relativamente elevada, f/2,2, el diámetro de las lentes es amplio, aunque la rosca de filtro se limita a un conveniente diámetro de 49 mm, la misma que otros muchos objetivos de focal fija de la marca.

El diafragma tiene sólo seis palas, lo cual podría hacer pensar que el bokeh podría no ser especialmente agradable... pero las especiales características del objetivo hacen que esta cuestión pase aun segundo plano. A plena abertura, es completamente redondo.

Aparentemente es muy parco en información. El aro delantero controla el diafragma, pero no nos muestra los valores del mismo, ya que este control no se usa tanto para controlar la luz que llega al material sensible o la profundidad de campo cuanto la intensidad del efecto difuminado que provoca la aberración esférica. Cuando más abierto, más intenso es el efecto. El aro trasero controla la distancia de enfoque, y también es muy parco en informaciones. No hay escala de distancias y ni de profundidad de campo.

En esta imagen en la que lo vemos desmontado y lo podemos comparar con el aspecto de un objetivo clásico de Pentax como es el SMC-M 50 mm 1:1,7, vemos que en su parte inferior sí que nos informa de los valores de diafragma que tienen una escasa amplitud desde el f/2,2 a su máxima abertura a f/5,6 a la mínima. ¿Por qué una abertura mínima abertura tan amplia? El objetivo no tiene el sistema característico de la bayoneta Pentax, que permite medir la luz con el diafragma siempre a la máxima abertura, pero con una leva mecánica que informa al fotómetro de la abertura a la que se realizará la fotografía, ofreciendo una medición adecuada. Medimos y enfocamos con el diafragma a la abertura de trabajo, para apreciar el efecto del difuminado en el visor, y tomar decisiones sobre si queremos más o menos. Eso quiere decir que la imagen del visor se oscurece conforme se cierra el diafragma. Con aberturas inferiores a f/5,6 sería difícil trabajar. Y por otro lado, el efecto del aberración esférica habría disminuido tanto que no tendría sentido usar este objetivo pudiendo usar objetivos normales, bien corregidos, con mejor rendimiento.

Otra cuestión interesante. La mínima distancia de enfoque. En los objetivos de su época era fácil adivinar la distancia de un objetivo que no se anunciase como "macro". Aproximadamente era una distancia en centímetros similar a la focal en milímetros del objetivo. No hay que tomar esto al pie de la letra, pero por ahí iban las cosas. Un 50 mm solía tener una distancia mínima de enfoque entre 45 y 50 cm. Un gran angular 28 - 35 mm si situaba en los 25 a 30 cm. Un 85 mm, en los 85 cm. Esto daba unas escalas de reproducción de 1:10, 1:9, 1:8... Pero este objetivo tiene una distancia mínima de enfoque de 57 cm, para una escala de reproducción de 1:5 aproximadamente, mucho más favorable. Con la lente de aproximación de 3,33 dioptrías como la que tengo del Cosina MC 100 mm 1:3,5 Macro para Canon, que casualmente tiene un diámetro de rosca de 49 mm, consigo una escala de reproducción en el entorno de 1:2. Nada mal, ¿verdad? Sí, seguro que se pierde calidad, especialmente en las esquinas... Pero ¿a quien le importan cuando estás usando un objetivo donde de por sí la definición es escasa por las enormes cantidades de aberración esférica? Veamos un ejemplo de cómo se comporta a su mínima distancia de enfoque, sin y con lente de aproximación.

Están tomadas ambas fotografías con la ayuda de un flash. ¿Habéis observado la curiosa forma de los puntos de luz desenfocados en la moneda de 1 céntimo que he colocado como referencia para ver la potencia del combinado? Como vemos es un objetivo con carácter, que hay que usar con cuidado para evitar resultados demasiado extravagantes.

¿Cómo se comporta en la vida real? Pondremos algunos ejemplos. Para probarlo, he usado la recién llegada a casa Pentax K-S1, que tiene un sensor APS-C, por lo que hay un factor de recorte que hace que el 85 mm se comporte como un 125 mm en una cámara de formato completo de 24 x 36 mm. Hay que decir que hubo otras marcas que tuvieron objetivos "soft focus", con este u otros mecanismos para obtener el efecto, como por ejemplo Canon. Y que solían tener focales de 135 mm. O sea, que no voy muy desencaminado a la hora de usarlo en la cámara digital.

Utilizaremos en primer lugar a la bañista del Parque de la Memoria de Zaragoza para comprobar su competencia como objetivo de retrato, que era para lo que estaba pensado.

En esta ocasión, las dos fotografías están realizadas a f/5,6 la más nítida y a f/2,8 la más difuminada. Vemos que el efecto es mucho más dominante a diafragma abierto. También comprobamos que a su diafragma más cerrado, el efecto no llega a desaparecer en ningún caso, especialmente en las esquinas de la fotografía.

Ahora pondré algunos ejemplos de utilización en motivos más paisajísticos. Como no transmite la información del diafragma a los datos EXIF del fichero, no recuerdo los valores usados. Hay que suponer que cuanto más nítido más cerrado el diafragma. Aprendí pronto a evitar la máxima abertura, f/2,2, donde el efecto me parece excesivo.

En muchos lugares he comprobado que se usa mucho para fotografiar flores. El objetivo produce unos colores bien definidos, brillantes y razonablemente saturados. Conviene no usarlo en situaciones de excesivo contraste, en los que los halos difuminados en las luces pueden ser excesivos. En los dos pares siguientes de fotografías se puede comprobar el resultado a su mínima abertura y a su máxima abertura.

La impresión que voy tomando conforme lo uso la he adelantado anteriormente. La máxima abertura ofrece un efecto excesivo, que cansa fácilmente. De hecho, f/4 me parece que produce los resultados más agradables. Y f/5,6, con el efecto "soft focus" en sus mínimos tampoco está mal, produciendo una "blandura" en las esquinas que puede venir bien a algunos motivos. Además hay que tener en cuenta que tratándose de un teleobjetivo, con una abertura de f/5,6 va a ser difícil conseguir una profundidad de campo muy amplia, salvo que enfoquemos muy alejados (la hiperfocal están 42 metros para el formato completo y en 64 metros en el APS-C).

Uno de los problemas que me han surgido es en la medición de la luz. No es homogénea. Supongo que será por la dispersión de la luz. A f/5,6, el correcto exposímetro de la K-S1 nos ofrece valores correctos. A f/4 nos ofrece una subexposición de un tercio de paso, a f/2,8 de medio paso y a máxima abertura de dos tercios de paso. Aproximadamente. Por lo tanto, hay que hacer las correcciones adecuadas, sumadas a las propias de la escena. O usar un fotómetro externo.

El efecto "soft focus" o "flou artístico" estuvo muy de moda en los años 70. Uno de los fotógrafos que más lo usó fue David Hamilton, tanto en su fotografía fija como en la cinematografía de sus películas. Pero su estética está hoy francamente "demodé". Y además, sus motivos, chicas adolescentes con poca o ninguna ropa, con frecuencia menores de edad, hoy en día le crearían muchos quebraderos de cabeza. La moral actual en este aspecto es mucho más restrictiva. Pero en su día tuvo muchos seguidores, si no en sus motivos, si en el aspecto de sus fotografías.

Después del año 90, Pentax dejó de producir este objetivo e introdujo un nuevo modelo "soft focus" de enfoque automático, con un par de declinaciones en función de la evolución de la montura de las cámaras. Tenía una fórmula óptica más compleja, y se podía usar con un intervalo de aberturas más normalizado. Mucho más fácil de enfocar con las cámaras de enfoque automático. Desde el punto de vista del aficionado a los chismes clásicos, le encuentro menos encanto.

Quienes no quiera gastar el dinero en un objetivo como este, hay diversas opciones para conseguir efectos similares. Seguro que hay varias mediante la utilización de software en el ordenador, pero esas a mí me parecen las aburridas. Conseguirlo en el mundo real, en el momento de la toma, pasa por poner un media tirante delante del objetivo, o embadurnar con vaselina los bordes de un filtro ultravioleta. También hay fabricantes de filtros ópticos que fabrican algunos que ayudan a conseguir este efecto en objetivos normales.

Utilizado con moderación, buscando el motivo adecuado, el objetivo que os presento hoy puede ser un elemento más en el arsenal del fotógrafo. Yo lo puedo usar montado directamente, en la Pentax MX para película de 35 y fotograma de 24 x 26 mm, en la Pentax K-S1 digital y fotograma APS-C, o con un adaptador, sobre las cámaras micro cuatro-tercios, donde el efecto de recorte todavía es mayor, y se comporta como un 170 mm en el formato completo. Y por otra parte, está esa afición mía de usar objetivos de antaño... que puede ser muy divertida.