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Último rollo de Lomography Color Negative 400 del verano - Praktica MTL5 con Tessar 50/2,8

Para la #CrappyCommieCameraParty de la que os he estado hablando durante todo el verano, en la que he participada utilizando mis cámaras y objetivos fabricados en los países del antiguo bloque prosoviético durante la guerra fría, compré ha principio de la estación tres rollos de película Lomography Color Negative 400. Con el que os presento hoy, he llegado al tercero de los tres que venían en el envase conjunto que adquirí en un comercio local de Zaragoza. Hace unos días ya os comenté los resultados del que expuse con el Mir-1 37/2,8 adaptado a una Canon EOS. Y lo que tengo que comentar hoy no es más que más de lo mismo, de alguna forma.

En esta ocasión utilicé un equipo fabricado en Dresde y Jena, antigua República Democrática de Alemania. La cámara, la Praktica MTL5, fue fabricada en Dresde por Pentacon, mientras que el objetivo, Carl Zeiss Jena Tessar 50/2,8, fue fabricado por Carl Zeiss Jena en esta última ciudad. Hay que decir que el objetivo que tengo yo se fabricó para el mercado de los países satélites de la Unión Soviética, ya que la marca registrada "Tessar" era propiedad de Carl Zeiss Oberkochen, en la República Federal de Alemania. Y este objetivo se vendía fuera del bloque prosoviético como Jena T 50/2,8.

Las Praktica con montura de rosca M42, de 42 mm de diámetro, son muy apreciadas por muchos fotógrafos veteranos, aficionados o profesionales, porque por su ajustado precio fueron la cámara de entrada a la fotografía para muchos de ellos. La MTL5, que funciona con una razonable fiabilidad, resulta sin embargo tosca y con una ergonomía "discutible", como me gusta decir para no ofender a esos colegas que sienten cariño por estos trastos. Es puramente mecánica, sólo precisa una pila para alimentar el fotómetro incorporado. Pero como está preparada para un pila de mercurio, prohibidas por su toxicidad e impacto ambienta, de las que hay que buscar alternativas diversas, pero no siempre inmediatas, la uso sin ella y con un fotómetro externo de mano, generalmente el Gossen Digisix, o exponiendo por estimación bajo la regla "soleado f16".

El objetivo, como tantos de su época, que son los años 50, aunque se estuviese vendiendo varias décadas, tal vez con alguna actualización en los vidrios ópticos utilizados (o tal vez no, nada puede asegurarse de la fabricación al otro lado del telón de acero), tiene unas prestaciones honorables y adecuadas cuando se diafragma a unas aperturas entre f5,6 y f11. Pero es utilizable en todo el intervalo de aperturas, con una gran ventaja. Su distancia mínima de enfoque, entre 30 y 35 cm, es muy favorable para la fotografía de aproximación, con una escala de reproducción 1:4 frente al 1:7 - 1:10 de la mayor parte de los 50 - 55 -58 mm de la época. Tiene un confortable diámetro de filtro de 49 mm, lo que me permite ponerle una lente de aproximación de buena calidad de 3,33 dioptrías, que me permite rozar la escala de reproducción 1:2. En realidad es más cómodo de usar adaptado a una Pentax K o a una Canon EOS que sobre la montura nativa de la Praktica.

En cuanto a la película, la Lomography Color Negative 400, cabe decir lo que ya comenté en la entrada anterior. Es una película ISO 400 que tiene un aspecto más parecido a algunas películas de principios de los años 90 que a las modernas todo terreno actuales de la misma sensibilidad. Grano muy aparente, aunque tiene unos colores bien definidos y saturados, sin pasarse, con cierta predominancia cálida en mi muy subjetiva, y posiblemente sesgada, apreciación. En The Big Film Database no están seguros de quien la fabrica, pero sospechan de que sea una antigua emulsión de Kodak, que sería coherente con esos tonos cálidos, fabricada o terminada en China, con el embalaje de Lomography, que no fabrica las películas que vende bajo su marca.

El caso es que no es precisamente mi película favorita de las que vende Lomography bajo su marca. Prefiero la Lomography Color Negative 800, especialmente en formato 120 para cámaras de formato medio. Pero en este verano me he dado cuenta de que abrazando sus características, puedo convivir con ella y disfrutarla. Existe una tendencia actual, debido al uso de la Kodak Portra 400 por los profesionales del retrato y el reportaje social (BBC = Bodas, bautizos y comuniones), a sobreexponer las películas negativas en color, con lo cual se puede obtener un grano más fino y unos colores menos saturados, adecuado al retrato. Pero cada vez estoy más convencido de que esto no funciona igual de bien con todas las emulsiones.

Después de la experiencia de este verano, prefiero exponer esta Lomography Color Negative 400 a su sensibilidad nominal, asumir que va a tener un grano evidente, propio de su sensibilidad y de que no es un producto innovador y puntero, y obtener unos colores más saturados, que tampoco es que lo sean de forma exagerada, unas sombras más profundas, y un aspecto general más llamativo, pero que no es desagradable ni mucho menos, que sobreexponerla para obtener un grano menor, pero produciendo un aspecto más anodino, cono unas sombras desvaídas. Lo que no se debe hacer es digitalizarla levantando las sombras a toda costa, porque entonces si que aparecen desviaciones del color feas, y un grano horrible. 

Asumamos la película con sus características y disfrutémosla si llega a nuestras manos. Eso sí... como casi todos los productos Lomography, tiene un precio excesivo para la calidad que ofrece. Y por ello, lo normal es que yo siga fiel a las películas de Kodak Ultramax 400, mi preferida en estos momentos para un uso general, o la Fujifilm Superia X-Tra 400, que tampoco está mal. Y si quiero gastarme más dinero, que está muy cara, pero puede merecer según lo que quiera hacer, la líder en calidad en esta sensibilidad, la Kodak Portra 400.

Praktica MTL5, ergonomía "discutible" - con Tessar 50/2,8 y Lomography Color 400

Vuelvo a retomar mis entradas técnicas sobre fotografía. Principalmente, aunque no exclusivamente, fotografía con película tradicional. Ya escribí en el mes de julio un par de entradas sobre el uso de cámaras y otros equipos fotográficos fabricados antes de 1990 en los antiguos países de influencia soviética, o en la misma Unión Soviética. Cámaras y objetivos que podrían ser buenos, si no fuera porque la calidad de fabricación era muy irregular. Obviamente, los controles de calidad debían ser casi inexistentes, lo cual provocaba que algunas unidades despertaran el cariño y adhesión de sus propietarios, mientras que otras... pues no tal. Como ya conté, estoy en esta historia como consecuencia de la iniciativa #CrappyCommieCameraParty impulsada en Twitter por @ShittyChallenge.

La Praktica MTL5 fue fabricada en la extinta República Democrática Alemana por Pentacon. En su momento, Pentacon fabricó cámaras y objetivos bajo una panoplia de marcas muy prestigiosas, incluida Zeiss y otras. Hasta que los occidentales se pusieron serios con los temas de propiedad intelectual y marcas registradas, lo que hizo que poco a poco dejaran de usar esas marcas, y al final quedase Praktica para las cámaras de 35 mm con una serie de objetivos que procedían de los Carl Zeiss que se fabricaba en Jena y eran diseños correctos, pero antiguos a partir de un momento dado. Lo que pasa es que podían funcionar honestamente, especialmente si se diafragmaban a aperturas medias como el intervalo entre f/5,6 y f/11.

Mi combinación original fue una Praktica MTL5, cámara réflex mecánica con montura de rosca M42, lo que la hace apta para recibir una amplia variedad de ópticas de distintas marcas, con un Carl Zeiss Jena Tessar 50/2,8, que en occidente se vendían con otra marca. La cámara tiene una fabricación barata, algunas opciones de diseño, como la posición del disparador, son "raras" lo que le otorga una ergonomía "discutible". Fue fabricada entre 1984 y 1986, año que fue sustituida por una MTL5B, y usaba las malditas pilas de mercurio que ya no se fabrican. Por lo que yo la uso con fotómetro de mano o estimando la exposición a ojo, con la famosa regla del "soleado f/16". La compré para usar las ópticas con montura de rosca M42 que tengo... pero lo cierto es que es más cómodo usarlas con cualquier Canon EOS y el adaptador correspondiente. Sin comparación la comodidad de estas últimas. Suelo usar la Canon EOS 650.

El Tessar es un objetivo decente. Hay que tener en cuenta que con sólo 4 elementos en 3 grupos, las correcciones de aberraciones son las justas, y además no permite aperturas muy luminosas, de ahí su limitada f/2,8 como apertura máxima. Pero diafragmado a f/8 es nítido y perfectamente utilizable. Es utilizable a una variedad de aperturas, pero esa apertura sería su óptimo. Y tiene otra gran ventaja. Si la mayor parte de los 50 mm de la época tenían su distancia mínima de enfoque en torno a los 45 cm, con ejemplares más antiguos o los fabricados en los países de la Europa del Este con distancias mínimas todavía más alejadas, en torno a los 55 o 60 cm, este Tessar tiene una distancia mínima de enfoque que se sitúa entre los 30 y los 35 cm. Por ello, ayudado con alguna lente de aproximación, es idóneo para fotografía de proximidad.

Por hacer la gracieta, para estas semanas de "cámaras soviéticas", decidí comprar algunos rollos de Lomography Color 400. Al fin y al cabo, la marca Lomo también fue soviética hasta que unos austriacos la compraron para vender bajo ella  productos malos de fotografía. No está claro quién fabrica esta película negativa en color. En algunas fuentes se habla de que se trate de alguna emulsión antigua de Kodak fabricada en China. Lo cual también la hace ideal para esta "party", dada la dictadura del PCCh en el gigante asiático. Esta película es claramente antigua, con un grano muy excesivo en comparación con películas negativas en color más modernas de la misma sensibilidad. Y los colores no me entusiasman, un poco muertos, pero no han quedado mal. Pero bueno, que se trata de pasarlo bien haciendo fotos.

El principal problema que he tenido con el rollo ha sido debido a los defectos de la cámara. Como cuando lo expuse fueron días de sol radiante, le puse un filtro de densidad neutra al objetivo, para permitirme, llegado el caso, limitar la profundidad de campo y esas cosas. Pero el único que tengo de 49 mm de diámetro, como el Tessar, es un ND64, que quita seis pasos de luminosidad. Y entonces el visor, que de por sí es regular, se oscurece bastante, y he cometido algunos errores de enfoque. También pasa, que he tenido que usar velocidades "lentas", de "sólo" 1/60 segundo... y dada la ergonomía "discutible" de la cámara y su escasa consistencia para su volumen, algunos fotogramas han quedado algo "movidos". En fin, os dejo unos cuantos ejemplos, y a otra cosa, mariposa.