Fotografiando las periferias: un paseo fotográfico por Miralbueno con FeZ
Influido por todos esos interesantes fotógrafos americanos de la New Topographics, hace años que me interesa mucho el concepto de paisaje alterado por el hombre y una cierta exploración de la periferia urbana; ese punto en el límite entre la ciudad y lo que debería ser medio natural, aunque frecuentemente este se encuentra totalmente alterado por la actividad humana. Es un entorno en el que pocos encuentran belleza, aunque indudablemente puede tener cualidades éticas y estéticas propias.
Por segundo año consecutivo, Fotógraf@s en Zaragoza (FeZ) con el Centro Cívico de Miralbueno. Este centro municipal promotor de actividades culturales y ciudadanas es el lugar donde realizamos muchas de las actividades de carácter formativo dentro de FeZ, por lo que está bien colaborar con ellos en otras cuestiones. Además en estos momentos celebran su décimo aniversario. No estuvimos muchos, pero fue una estupenda mañana de fotos, conversación y buen humor.
Como ya conocía el entorno, llevé en la cabeza un idea de las fotos que quería tener. El paseo se hizo entre las 11 y las 13 horas, por lo que el sol estaría muy alto en el cielo y la luz iba a ser dura, salvo que alguna misericordiosa nubecilla lo evitase. Improbable. Utilicé:
La Voigtländer Perkeo II con un par de carretes de Kodak Portra 160. Tardaré unos días en ver los resultados.
La Leica M-E, con un objetivo Industar-22. Este es un objetivo de fabricación soviética de los años 50, y su misión era evitar unas fotos excesivamente intensas en las condiciones de luz que íbamos a tener. Tiene un peor rendimiento que los objetivos que copia, el Elmar 50 mm y el Tessar 50 mm de Leica y Carl Zeiss respectivamente, es muy blando a plena apertura (f/3,5), peligroso a contraluz por las pérdidas de contraste, pero sosprendentemente utilizable a f/8 o f/11, aunque con una fidelidad a los colores muy "elástica".
El primer aspecto que me interesaba del paseo era reflejar ese límite entre los que es el ámbito plenamente urbano, la ciudad con todas sus consecuencias, y lo que habitualmente llamamos "el campo". Una naturaleza profundamente alterada por el hombre que rodea la ciudad, con su actividad económica, sus herramientas, sus ruinas, sus deechos y sus paradojas o contradicciones.
Hasta no hace tantos años, el barrio de Miralbueno se encontraba relativamente aislado del núcleo principal de la ciudad. Un barrio que albergaba agricultores fundamentalmente, con casas pequeñas de una sola planta, pequeñas parcelas alineadas con un camino rural y alguna calle derivada. Hoy en día está absorbida por el urbanismo desaforado de la ciudad, pero aquí y allí quedan restos de lo que fue. O paradojas, que se reflejan en el nombre de sus calles.
Finalmente, cuando ya acabábamos el paseo, dimos con alguna de las realidades sociales. Un grupo de personas mayores, ya jubilados, quizá algunos de esos agricultores de los que hemos hablado, constituidos en rondalla y ofreciendo un concierto en el entorno del centro cívico. La extraña sensación de percibir más personas sobre el escenario que en las sillas destinadas al público. La triste realidad de una sociedad, la española, muy invertebrada y poco participativa.
En cualquier caso, una mañana interesante y bien aprovechada, y que despedimos como he dicho en amable y divertida tertulia, brindando por los que estábamos y por los que faltaban...